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Problema anuario de filosofía y teoría del derecho

versión On-line ISSN 2448-7937versión impresa ISSN 2007-4387

Probl. anu. filos. teor. derecho  no.13 Ciudad de México ene./dic. 2019  Epub 19-Mayo-2020

https://doi.org/10.22201/iij.24487937e.2019.13.13726 

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Con el segundo Heidegger por los caminos del derecho

Heidegger and the Paths of Law

Juan de Dios González Ibarra* 

* El Colegio de Morelos/SNI II.


Sumario: I. Introducción: caminando con Heidegger hacia el derecho. II. Lenguaje y derecho aplicando a Heidegger. III. ¿Es posible hablar de lo óntico jurídico conforme Heidegger? IV. Conclusión. V. Bibliografía.

I. Introducción: caminando con Heidegger hacia el derecho

El que Heidegger haya sido nazi durante un periodo de su vida, tal vez no más de dos años, lo ha estigmatizado en el campo de las ciencias sociales, lo que representa una gran pérdida por su poder filosófico, como lo demuestran los alumnos que lo siguieron, tal es el caso de Jürgen Habermas y Hans-Georg Gadamer, por citar algunos; en este artículo intentaremos aplicar el pensamiento del caminante de la selva negra al derecho, aprovechando las dos etapas de su filosofar como son el llamado “primer Heidegger” y el “segundo Heidegger”.

Los verdaderos filósofos, conforme a Sócrates, “se ejercitan para la muerte, y ésta no les parece de ninguna manera terrible”1; para Bertrand Russell “no es un esfuerzo sencillo ni descomprometido con la vida y la muerte, nos sirve para bien vivir y bien morir”, de acuerdo con lo anterior, el derecho y la filosofía están hermanados, pues podemos afirmar razonablemente que ambos convergen hacia fines axiológicos, y conforme a Norberto Bobbio, es un hacer la filosofía del derecho desde la aplicación del pensamiento de Heidegger, lo que es un esfuerzo que sirve para realizar filosofía práctica en el campo de lo iusfilosófico. Para poder entrar a la discusión es indispensable aportar algunos elementos del llamado “segundo Heidegger”, que sean útiles a los lectores en castellano interesados en él, por lo que haremos nuestras reflexiones correspondientes a varias de las obras que el pensador de Messkirch escribió o dictó como conferencias a partir del “giro” o “vuelta” (Kehre), misma que realizó años después de escribir en 1926 y publicar en 1927 su gran obra El ser y el tiempo2.

Conforme con lo mencionado, es nuestro propósito que podamos caminar iusfilosóficamente, por lo que reflexionaremos sobre el “segundo Heidegger”, en una situación precaria en la cual él se encontraba como proscrito por su pasado nazi,3 preocupado principalmente ya no por la ontología de la facticidad sino por explicar el mundo del Dasein (el ser humano que vive ahí: histórica, lingüística y finitamente), la filosofía de la palabra y el tender puentes entre la filosofía occidental y la oriental, dichos libros que hoy podemos tener en nuestras manos gracias a la extinta casa catalana Ediciones del Serbal, con las traducciones al castellano de Yves Zimmermann, son: Serenidad y De camino al habla, también analizaremos la obra Carta sobre el humanismo y la obra antecedente Los conceptos fundamentales de la metafísica. Mundo, finitud, soledad que proviene de un curso impartido en la Universidad de Friburgo en el semestre de invierno de 1929/1930, en donde ya encontramos a un Heidegger intentando comprender y explicar el mundo del Dasein.

Con las anteriores aclaraciones vaya pues nuestra gratitud hacia el caminar de Heidegger y de quienes con el esfuerzo traductor hicieron posible el que pudiéramos acceder a él en el idioma de Cervantes, los traductores son muchas veces héroes anónimos que in-justamente no son mencionados por diversos autores.

En una obra anterior de nuestra autoría que retomaremos, titulada Heidegger por los caminos hispanoamericanos y otras veredas, quisimos llevar a cabo una labor de introducción al desarrollo del original y poderoso pensamiento del filósofo de la selva negra ale-mana en su primera etapa, con información sobre la cuestión biográfica y su relación tan criticada con el nazismo, la construcción de los filosofemas que realizó formando un nuevo lenguaje en la filosofía, partiendo desde los presocráticos hasta la fenomenología de Edmund Husserl, y, finalmente, realizando caminares filosóficos por las veredas del derecho de hoy.

El curso del semestre de invierno 1929/1930 nos permite comen-zar este trabajo gracias a que ha sido publicado como libro por la casa editorial Alianza4 de Madrid, empezaremos pues nuestro caminar con este ensayo bajo nuestro brazo por los senderos de bosque de la llamada por Alexander von Humboldt “La ciudad de la eterna primavera”, Cuernavaca, en el estado de Morelos, México. En este semestre encontramos a un Heidegger preocupado y ocupado por determinar la esencia de la filosofía y el reto que implica la metafísica, luego es un alejarse de maestros, sus obras anteriores, cursos y reflexiones para continuar su caminar por nuevas veredas apenas esbozadas o nunca intentadas.

El presente ensayo nos lleva por dos caminos, desde la determinación de la esencia de la filosofía y la necesidad de mirar a la meta-física cara a cara, hasta el último, en donde contempla el problema del mundo desde la afirmación de que el ser humano es configurador de mundo. Es un recorrido apasionante en donde va uno descubriendo la genialidad del pensamiento de Heidegger con muchas sorpresas, nos enriquece su filosofar y nos obliga a dejar el aburrimiento y las palabrerías; después del “primer Heidegger”, éste nos trae nuevas preocupaciones y soluciones que nos permiten enriquecernos como nunca lo habíamos hecho.

De entrada, Heidegger afirma que la filosofía ni es ciencia ni una afirmación de una visión del mundo, por el contrario, se enfrenta a la concepción fenomenológica de la filosofía como la ciencia general o fundamental. Es significativo que en el primer capítulo de la primera parte de la obra escriba como subtítulo “Los rodeos para la de-terminación de la esencia de la filosofía (metafísica) y la necesidad apremiante de mirar a la metafísica a la cara”, el solo enunciado y lo que está entre paréntesis nos señala el enfrentamiento o reto de dejar atrás a la conceptualización de la filosofía como ciencia básica, cuando es más que eso, de entrada sostenemos que históricamente es la madre de todos los conocimientos y, valga la metáfora, es un frondoso árbol con ramas e hijas producto de las semillas que ella produjo.

El enfrentamiento en Davos con Ernest Cassirer, éste el más grande neokantiano y eminente filósofo de Alemania, y un todavía joven Martin Heidegger, fue la confrontación con la fenomenología que Heidegger ya no aceptaba como discípulo de Edmund Husserl y su anterior neokantismo, en la cual estaba de por medio la ontología del pensador de la selva negra y la cassirereana epistemología o teoría del conocimiento,5 en la discusión prevaleció el pensamiento de Heidegger.

La que ha sido considerada como la segunda obra capital de Martin Heidegger es Contribuciones a la filosofía (Del acontecimiento), la que empezó a bosquejar a partir de 1936, en donde el concepto de Ereignis, que podemos traducir como “el acontecimiento que da o confiere lo propio”, es fundamental en su caminar filosófico, nos apoyaremos en el esfuerzo editorial de la Universidad Austral de Chile, a través de la Facultad de Filosofía y Humanidades, con la traducción de Breno Onetto Muñoz, a quienes desde México damos las gracias y el reconocimiento merecido.6

Consideramos que el caminante de la selva negra realiza su filosofar buscando la explicación del mundo del Dasein, del habla, del humanismo, y, según el experto heideggeriano Jesús Adrián Escudero: “Los grandes temas del pensamiento tardío de Heidegger son: la superación de la metafísica, la esencia de la poesía, el nihilismo, la tecnocracia, la función del lenguaje o la concepción del hombre como lugar de manifestación del ser”.7

En la obra citada de Los conceptos fundamentales de la metafísica, Heidegger, aparte de confrontarse con la metafísica, reflexiona para explicar el mundo del Dasein, con su finitud y su soledad, es una de sus grandes obras que representan su andar en busca de encontrar explicaciones no contenidas en El ser y el tiempo, también implica un caminar para explicarse desde la filosofía hasta la soledad del Dasein en su caída hacia la muerte.

Para empezar, establece que la filosofía por oposición a la explicación de ella como ciencia fundamental o visión del mundo, conforme una visión cartesiana como ciencia absoluta, lo que es “una degradación ilegítima de su esencia”,8 irónicamente critica esta postura al afirmar que “la idea de ciencia quizá sea la degradación más fatídica de su esencia más íntima”, pues sólo puede “determinarse desde ella misma y como ella misma, no comparable con nada a partir de lo que pudiera definirse positivamente. Entonces, la filosofía, es algo independiente”, por lo que podemos afirmar que “Ella misma es sólo cuando filosofamos, filosofía es filosofar”, por lo que “La filosofía es un pronunciamiento último y una conversación a solas del hombre que lo abarca por completo y de continuo”, lo dialéctico se observa en el caminar heideggeriano, considera que necesitamos temple de ánimo fundamental del filosofar para poder preguntarnos por el mundo, la soledad y la finitud, apoyándose en el poeta alemán Nova-lis, confirma que “La filosofía es en realidad la nostalgia, un impulso de estar en todas partes de la casa”, recordando que el habla es la casa del Dasein.

La finitud es una de las cualidades esenciales del Dasein, somos seres enfrentados a la muerte, es “el modo fundamental de nuestro ser”, no podemos ignorarla aunque nos cause angustia, porque nos confronta con nuestra muerte, que tenemos que asumir de una manera personalísima, lo que la relaciona con la soledad, con nuestro aislamiento como seres humanos que vivimos nuestra vida en soledad y, aunque acompañados de nuestros seres queridos, sin embargo ante la muerte estamos solos, así es la condición humana. El Dasein, que posee conceptos esenciales por lo que debe ser “arrebatado por aquello que han de concebir. A este ser arrebatado, a despertarlo e implantarlo dirige el esfuerzo fundamental del filosofar, Pero todo ser arrebatado proviene de permanecer en un temple de ánimo”.

Lo anterior debido a la exigencia filosófica de establecer un compromiso vital con nuestro filosofar personal, que nos conduce por las primeras preguntas y las últimas respuestas hacia la muerte, nuestro tiempo limitado nos exige filosofar comprometidamente con alto temple de ánimo básico.

Como podemos reflexionar con la filosofía, toca la esencia humana y las fibras más sensibles de su ser, desde la soledad con la que confrontamos nuestro morir o la finitud de la que nos toca como parte esencial de nuestra condición humana. Retumba en nuestros espíritus la afirmación heideggeriana: “La piedra es sin mundo, el animal es pobre de mundo, el ser humano configura mundo”.9

Con todo esto nos damos cuenta del pensamiento del caminante de la selva negra en el sentido de que el filosofar es un compromiso vital que nos lleva hacia lo más íntimo, de nuestros problemas y angustias. Por todo lo anterior, Heidegger será de gran influencia en un gran número de filósofos y pensadores de diversas escuelas y corrientes, desde la filosofía, pasando por la literatura y la psicología. La obra de Martin Heidegger Serenidad,10 publicada originalmente en alemán en 1959, es un esfuerzo del pensador de Messkirch por tender puentes entre la filosofía occidental con la oriental, básicamente con el budismo y sintoísmo japonés, combatiendo la pobreza eurocéntrica en el pensar que domina, producto del exceso de información que nos asfixia. También por contribuir con su aportación original en la disputa del pensar calculador instrumental, enfrentado a la reflexión meditativa11 que es creativa y libre, sin embargo ésta exige “un largo entrenamiento”, lo que enfrenta a la vida técnica industrial, producto de la concentración en las grandes ciudades, con seres humanos enajenados por la televisión, periódicos, revistas, habladurías, radio y el cine con la creación de mundos felices artificiales, inexistentes, con el apoyo de la cibernética, resultando el dominio de “la planificación y computación” de la organización y de las empresas automatizadas”12, con la amenaza de las bombas nucleares y plantas de generación de electricidad aprovechando la fusión atómica.

Después de afirmar lo anterior, Heidegger suelta una frase demoledora premonitoria, que hoy con la contaminación del aire, tierra y agua por el petróleo es violentísimamente verdadera: “La naturaleza se convierte así en una única estación gigantesca de gasolina, en fuente de energía para la técnica y la industria”, lo que muestra el “poder oculto de la técnica moderna que determina la relación del hombre con lo que es. Este poder domina la tierra entera”13.

II. Lenguaje y derecho aplicando a Heidegger

Con lo anterior, la filosofía del lenguaje14 y la iusfilosofía entran en una dinámica que permiten que ambas se apoyen mutuamente como cadenas vitales para evitar la destrucción del ser humano junto con la naturaleza, por diferencia a la derrotada ecología y su fracaso como ciencia, que toma al ser humano y su entorno como referentes, sostenemos la poca capacidad de ella para evitar la destrucción de la naturaleza, o sea una solución probadamente fallida con los datos duros de la depredación ocasionada y el calentamiento global, es decir, afirmamos el fracaso de ella y la necesidad urgente de crear un nuevo reflexionar salvador de nuestro mundo, como puede ser la biosofía, en la cual cada ser viviente y elementos como el agua, aire y tierra son importantes.

En el derecho se armoniza con el segundo Heidegger la corriente del derecho como argumentación15, cuyo pionero es Robert Alexy, con su obra Teoría de la argumentació́n jurídica,16 y Manuel Atienza para Hispanoamérica, con su extensa obra tanto en la docencia como en lo editorial,17 con los antecedentes de Theodor Viehweg18 y la obra de Chaïm Perelman y Lucie Olbrechts-Tyteca19 relativa a la nueva retórica.

Lo anterior, para permitirnos a quienes nos preocupamos por el derecho, a “comenzar entonces un desarrollo enteramente nuevo del mundo técnico”; el problema de fondo, afirma Heidegger, es que el ser humano “no está preparado para esta transformación universal; que aún no logremos enfrentar meditativamente lo que propiamente se avecina en esta época”,20 a este respecto el desarrollo del respeto al derecho internacional, a partir de la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados de 1969 nos alienta, aunque los hechos muestran que se dio un gran impulso a la tecnociencia y otro, por supuesto menos enérgico, a lo jurídico, esto es un claro peligro para la humanidad y naturaleza entera, y la demostración de que somos como aprendices de brujos en el manejo de la técnica, que, como en la fábula, termina aplastando al ignorante ingenuo que en su soberbia considera que puede manejar los entes a su capricho o voluntad.

En el fondo se enfrentan el pensar meditativo y el calculador instrumental financiero de las empresas de la globalización, la obsesión por lo económico contra el deseo de superar la pobreza de la vida material y llegar a la riqueza de la vida espiritual, el valorar solamente al ser humano por lo que posee mas no por su calidad conforme a los valores que guían sus acciones, el tener sobre el ser, la ley del mercado por encima de la ley de la sobrevivencia de todos los seres que pueblan nuestro mundo, el derecho sometido al más fuerte y la filosofía vista como conocimientos inútiles.

La globalización, como etapa actual del capitalismo con su cuarta Revolución industrial o Revolución 4.0,21 significa el dominio en todo el mundo del capital financiero, el que no tiene fronteras ni sentimientos con elevados valores axiológicos; así, ni China ni Estados Unidos combaten a fondo la contaminación que producen por el lucro que domina a todos los seres humanos por medio de organizaciones, consorcios y un mercado mundial, sin que existan organismos mundiales suficientemente poderosos para parar este suicidio de toda la humanidad y la destrucción de la naturaleza.

El concepto de serenidad lo podemos aplicar en el derecho, pues es usado por Heidegger como aquella actitud ante la técnica que “Nos hace residir en el mundo de un modo distinto. Nos promete un nuevo suelo y fundamento sobre los que mantenernos y subsistir, estando en el mundo técnico, pero al abrigo de su amenaza”22, lo anterior pues por la técnica el ser humano se encuentra ante un grave peligro por la energía atómica de que dispone, esto por haber dejado su poder reflexivo, entregándose al confort de la técnica encubierta.

Además, la era atómica no tuvo antes un periodo de preparación iusfilosófica y de las ciencias sociales y humanidades, para que el ser humano pudiera estar en la disposición creativa de manejar positivamente tal poder devastador, el calentamiento global nos indica que no contamos con la conciencia para tener en nuestras manos tal poder de destrucción, consideramos que nos faltó un desarrollo humano basado en los valores superiores del Dasein y un exceso de técnica, ciencia y tecnología fácticamente convertida en productividad y comodidades como el automóvil o la televisión, y en menor desarrollo de la cultura jurídica nacional y global para luchar por la armonía y sobrevivencia.

En otro capítulo de esta obra, que lleva por título “Debate en torno al lugar de la serenidad. De un diálogo sobre el pensamiento en un camino al campo”, mismo que lo presenta Heidegger como un debate entre un investigador, un profesor y un erudito, encontramos que el pensador de Messkirch establece un diálogo entre el caminar filosófico occidental con el oriental, en el cual la serenidad “se despierta cuando a nuestro ser le es otorgado el comprometerse con lo que no es un querer”23, va más allá de la voluntad y del pensar para llegar a la plena convicción del respeto a los demás seres, en donde lo jurídico tiene una gran importancia.

La iusfilosofía nos permite, desde la materia jurídica, ir a las primeras causas y últimas consecuencias, impulsar la liberación del consumismo de la gran cantidad de mercancías producidas por la técnica y, que por la cultura de las marcas famosas, se genera una feria de vanidades, en la cual “la investigación científica es algo así como un ataque dirigido a la naturaleza como... esencia de la ciencia moderna”24, serenidad pues en el manejo de la técnica como forma de escapar de la amenaza que ésta representa para el Dasein y la naturaleza toda, serenidad iusfilosófica para proteger a la humanidad.

En la obra publicada por primera vez en alemán en 1959 titulada De camino al habla, Martín Heidegger se encuentra plenamente dentro del giro o viraje (Kehre), iniciado sobre 1930 (Ser y tiempo es de 1927) en el cual, como mencionamos antes, su caminar va dirigido hacia el peligro que representa la técnica y la ciencia y la importancia del habla entre nosotros como seres humanos25, así, “solamente el habla capacita al hombre en tanto que ser hablante”, se apoya en los trabajos y pensamiento de la filología de Wilhelm von Humboldt, y constituye una reflexión sobre la esencia a partir de la afirmación de que el habla habla, lo que nos permite “llevarnos a nosotros mismos al lugar de su esencia, a saber: al recogimiento en el advenimiento apropiador (Ereignis)”26, siendo la esencia del habla el decir.

También encontramos al Ereignis traducido como acontecimiento propiciante, identificando por nuestra parte al Ereignis, desde la iusfilosofía como a la Constitución en lo general y, en lo particular, a la defensa particular de un derecho humano, en otro campo como en el caso de orar por primera vez con elevada espiritualidad, como aquella acción humana personalísima que es transformadora del Dasein, asimismo también lo identificamos como aquello que llamamos amor a primera vista o experiencias cercanas a la muerte, violación, desengaños amorosos o de confianza en la amistad, abusos graves de autoridad atentatorios a la dignidad humana, presenciar un asesinato o el nacimiento de un hijo, después de este evento el ser humano ya no vuelve a ser el mismo, experimenta un cambio por un acto que es transformador profundo de su personalidad como con-secuencia de ese evento que marca un parteaguas en su conducta.

Heidegger parte aquí de la afirmación de que “el habla habla”, con lo que nos dirige a la esencia del habla, que es el decir que surge desde el silencio, no desde el ser humano, sino desde el habla misma, es entonces reflexión desde dentro del habla, no desde fuera, pues “No quisiéramos fundamentar el habla desde otra cosa que ella no sea, ni tampoco explicar otra cosa a través del habla”, apoyándose en Johann Georg Hamann (1730-1788) el llamado por genial y sorprendente “El Mago del Norte”, afirma que la razón (logos) es habla, entonces hace desaparecer la diferencia común entre este concepto dividido entre razón o palabra y lo integra, por lo que en consecuencia la razón es habla y el habla es razón.

Así, se elimina racionalismo e irracionalismo en una hermandad que busca al Dasein integralmente, y que en la iusfilosofía se plasma en lo constitucional y las garantías y los derechos humanos, con lo que cobra sentido la frase mencionada de que “el habla habla”, desde la integridad rota por la división o partición del logos como sola-mente una de las dos, se une lo racional con lo emocional del ser humano, lo apolíneo con lo dionisiaco, arte y reflexión.

Consecuentemente, puede afirmar: “Reflexionar sobre el habla significa llegar al habla del habla de un modo tal que el hablar advenga como aquello que otorga morada a la esencia de los mortales”, de aquí la frase de su obra Carta sobre el humanismo, donde afirma que “El lenguaje es la casa del Dasein. En su morada habita el hombre”27, de la vulgar explicación de que el habla es la expresión de pensamientos y razonamientos por medio de la palabra hablada o escrita, nos elevamos a la esencia del habla, que es el decir propiciado por el silencio, en el cual la palabra llama a los entes a constituir su ser.

La ecuación se invierte, ya no es la palabra la que es el nombre de los entes, sino por el contrario, es el ser quien está dependiendo de la palabra, la palabra le da su cosidad en el mundo, que se ha formado por medio del lenguaje y que el Dasein solamente es su huésped.

La palabra jurídica, en su esencia, es creadora del universo humano y no al revés, como se había interpretado hasta entonces, así el habla habla en virtud de su poder creador en el mundo del Dasein, el cosmos griego como totalidad del mundo ha sido reemplazado por otro, en el cual lo humano es lo que crea por medio de la palabra y, la palabra, lo crea.

Tanto el ser humano como los entes son productos de la palabra, la que los llama a su existir, la palabra jurídica es fuente de existencia y no solamente reflejo o sombra del ente, esto es congruente con el pensamiento heideggeriano, que recurre al mismo origen de las palabras con sus significados primeros, desde sus orígenes griegos o alemanes en donde el decir, el poema y el silencio contienen la esencia del habla, “El habla habla: Buscaremos el hablar del habla en el poema. Así, lo buscado reside en lo poético de lo hablado”, no es en el hombre sino en el habla donde está el origen a partir del decir permitido por el silencio en contra de las habladurías, las palabras convocan a las cosas, las llaman a sus cosidades.

La palabra es generadora, no generada, es generar a los entes a partir del silencio, el Dasein habitando la palabra es entonces quien produce mundo, el mundear de los entes se da mediante la palabra invocadora, por lo que se cumple la afirmación poética de que “Nada sea sin la palabra”28, el habla “invoca lo encomendado, cosa-mundo y mundo-cosa al Ente de la diferencia”29.

La importancia del silencio en el decir se aprecia en la afirmación “El silencio apacigua llevando a término mundo y cosa en su esencia”, el habla es el son del silencio, así “Sólo en la medida en que los hombres pertenecen al son del silencio son capaces, en un modo que a ellos les es propio, del hablar que hace sonar el habla”30.

La prosa pura es tan poética como la poesía, no es nunca “prosaica”, por el contrario, en su pureza está lo poético y el silencio invocador de las cosas o entes. Sin embargo, “los mortales hablan en la medida que escuchan”, la diferencia permite el espacio y tiempo de la invocación, “El habla habla”.

El hombre habla haciendo venir la diferencia que libera mundo y cosas a la simplicidad de su intimidad, por lo que con el manejo dialéctico que le es tan grato a Heidegger, afirma: “Su hablar habla para nosotros en lo hablado”, así en el poema “Cuando cae la nieve en la ventana/largamente la campana de la tarde resuena/para muchos es preparada la mesa/y está bien provista la casa/en la mesa pan y vino”.

En otro capítulo titulado “El habla en el poema. Una dilucidación de la poesía de Georg Trakl”, Heidegger nos entrega su reflexión sobre la poesía, al afirmar que “todo gran poeta poetiza sólo desde un único poema. La grandeza se mide por la amplitud con que se afianza a ese único poema y por hasta qué punto es capaz de mantener puro en él su decir poético. El decir de un poeta permanece en lo no dicho”31, aquí tenemos la reflexión del caminante de Messkirch respecto a la poesía y al silencio evocador.

Su afirmación de que existe esencialmente un único poema en cada poeta lo entendemos como la forma personalísima en el que cada vate crea su poesía a partir del decir con base en el silencio, aquí notamos la filosofía oriental del budismo en la cual el silencio es el origen de todo lo que existe, como lo menciona el budismo zen, podemos consultar al respecto a Eric Fromm y Suzuki en su obra Budismo zen y psicoanálisis y a César Vidal en Los textos que cambiaron la historia.

Así, “cada poema habla desde la totalidad del poema único y lo dice cada vez. Desde el lugar del poema único brota la ola que cada vez remueve su decir en tanto que decir poético”, conforme a esto “El diálogo entre pensamiento y poesía evoca la esencia del habla para que los mortales puedan aprender a habitar en el habla. Apenas ha comenzado”, pero, ¿cuál es el lugar del poema único de cada poeta?

Heidegger intenta encontrar el de Georg Trakl a partir del primer verso del poema que se titula Primavera del alma, que expresa “Algo extraño es el alma sobre la tierra”, mencionando que el alma por ser espiritual es un ser extraño en nuestro mundo material, en el cual el mundo mundea y las cosas cosean.

Por nuestra parte, entendemos que lo que Heidegger llama “el poema único” nosotros lo identificamos como la fuente de la inspiración del poeta, ejemplos tenemos muchos desde Bob Dylan hasta Octavio Paz, encontrando el amor, la mujer, la belleza, la libertad, la injusticia, la muerte, el misterio, las flores y el canto en Netzahualcóyotl, hacer poesía requiere que el poeta escuche su poema único de varias maneras o formas, pero sin alejarse de él.32

En otro capítulo de la obra citada intitulado “De un diálogo acerca del habla entre un japonés y su inquisidor”, que Heidegger lo lleva a cabo como Platón lo realizó, con una plática con el filósofo y traductor conde japonés Kuki Shuzo (1888-1941) y el caminante de la selva negra, el tema es la relación entre la estética europea y la japonesa, entre el occidente y el oriente, entender el arte japonés con la estética occidental a partir de la filosofía,33 en el cual el concepto de Iki, que podemos traducir como estilo, elegancia, gusto o lo que encanta con gracia es central, relacionado o próximo con la hermenéutica del arte,34 “es la brisa del silencio del resplandeciente encantamiento”,35 “el puro encantamiento del silencio invocador”. Discuten sobre el famoso Teatro No japonés y el vacío tan importante que emplea en sus representaciones, el conde Kuki le responde a Heidegger que “Para nosotros, el vacío es el nombre eminente para lo que usted quisiera decir con la palabra ser”, así, del vacío del Teatro No, surgen todos los seres, pues conforme el conde Kuki: “Cuando debe aparecer un paisaje en la montaña, el lector levanta lentamente la mano abierta y la mantiene quieta, sobre los ojos, a la altura de las cejas”36.

Sorprendido el conde de la interpretación nihilista de la nada, afirma: “Para nosotros, el vacío es el nombre eminente para lo que usted quisiera decir con la palabra ser, Heidegger, apoyándose en el diálogo Ion de Platón, sostiene que “Los poetas son los mensajeros de los dioses” y que la hermenéutica “no significa primeramente interpretar, sino traer el mensaje y noticia”37. Señala Heidegger rotundamente que “Hoy, nuestro pensamiento tiene por tarea pensar lo pensado por los griegos de modo aún más griego”.

Lo que significa no saber más que ellos, sino desde la hermenéutica hoy traer a la actualidad sus mensajes, donde “El hombre es el mensajero del mensaje que lo dirige al desocultamiento de la duplicidad”, en donde entendemos que la hermenéutica permite que lo pensado por los griegos, hoy podamos desde nuestra actualidad conocer, siendo el Dasein el que camina al filo de la navaja de lo limitado e ilimitado, del ser y del vacío, de la nada y el ser en su esencia, con la situación de que regresando a la estética “la obra de arte se transforma en un ente “para el comercio del arte”38.

Lo que representa en la actual globalización estatus o posición socioeconómica elevada, lo que en el materialismo o mercantilismo actual representa distinción o elegancia independientemente de la cultura o calidad humana que posea quien sea el detentador de la obra de arte, insistimos: es muy claro que el arte se ha convertido en mercancía que da una falsa distinción a quien lo posee.

Heidegger le pregunta al filósofo japonés que cuál es la palabra en su idioma para habla, a lo que él responde vacilante: koto ba, a lo que vuelve a inquirir el pensador de la selva negra: ¿y eso qué quiere decir?, encontrando la respuesta de que en Japón es: “La brisa del silencio que apropia el encantamiento invocador, es lo que gobierna la venida de ese encantamiento”39.

En la construcción del mundo del ser humano es la palabra la que forma a su mundo y la palabra jurídica su armonía, lo que es muy diferente al cosmos griego.

III.¿Es posible hablar de lo óntico jurídico conforme a Heidegger?

Consideramos que sí, nos basamos en la quididad de lo jurídico, que permite crear conforme la palabra los entes como instituciones, procesos y ficciones jurídicas como las personas morales, en el último capítulo del libro en comento que lleva por nombre “La esencia del habla” empieza explicando que una experiencia de algo es aquello que es un ser que “se apodera de nosotros, que nos tumba, nos alcanza”, entonces una experiencia con el habla actúa de igual manera: nos cambia, “dejarnos abordar en lo propio por la interpretación del habla, entrando y sometiéndonos a ella... entonces la experiencia que hagamos con el habla nos alcanzará en lo más íntimo de nuestra existencia”40.

Por nuestra inconciencia, la relación con el habla es oscura, “casi muda”, por lo que es difícil encontrar fácilmente la palabra apro-piada, aquí los poetas muestran el dominio que poseen con la palabra, en su concisión y certeza, en su poder de expresión con unas cuantas palabras expresan pensamientos y emociones profundas, deseos, temores y alegrías, Heidegger analiza del poeta simbolista alemán seguidor de Nietzsche y traductor de William Shakespeare, Mallarmé, D’Annunzio, Dante, Baudelaire y otros poetas: el alemán Stefan George (1868-1933), el poema de siete estrofas de dos versos cada una:

Esperando a que la diosa antigua

En su fuente el nombre hallara

Después denso y fuerte lo pude asir

Ahora florece y por la región reluce…

Un día llegué de feliz viaje

Con joya delicada y rica

Buscó largamente e hízome saber:

“Sobre el profundo fondo nada así descansa” Entonces de mi mano se escapó

Y nunca el tesoro de mi país ganó…

Así aprendí triste la renuncia:

Ninguna cosa sea donde falta la palabra.

Con la diosa antigua se refiere a Norna, la diosa escandinava del destino individual; en este último verso encontramos el poder ab-soluto de la palabra, al afirmar Stefan George que sin ella no puede existir cosa alguna, es un mundo en construcción por los seres humanos, un mundo diferente al cosmos griego que incluía a todos los seres, cosas o entes, es el mundo que siendo construido por el Dasein confirma la frase de Heidegger: “La piedra no tiene mundo, los animales tienen poco mundo, el hombre crea mundo”41, con la afirmación de “Ninguna cosa sea donde falta la palabra”, en lo iusfilosófico podemos afirmar “ninguna cosa sea donde falta en la sociedad la palabra del derecho”, entendemos por qué el habla es el hogar del Dasein, es la confirmación de un mundo humanizado en el cual las ciencias del espíritu conforme a Dilthey lo pueden explicar, no así las llamadas ciencias exactas o naturales y, por lo que respecta a la armonía social, es el derecho quien lo busca.

Regresando al habla, Heidegger menciona: “Cuando inquirimos acerca del habla, o sea acerca de su esencia, entonces ya debe estarnos hablando el habla misma”, lo que implica que tenemos claro cuál es su esencia y, en mi criterio, es el decir esa esencia que como fundamento permite el ser de la palabra, dialécticamente Heidegger afirma que solamente hablando puede uno encontrar la esencia, escribe que “La esencia del habla: el habla de la esencia”, más adelante en el mismo caminar filosófico afirma “en el cantar comienza el canto a ser canto”42.

Identifica logos como ser y decir por diferencia con todos los filósofos anteriores, con esto nos cambia nuestro filosofar, pues tiende puentes entre las dos filosofías: la de la razón y la de la palabra, integra lo que por siglos estuvo separado y enfrentado, une lo apolíneo con lo dionisiaco, mismos puentes entre el filosofar del occidente europeo y oriente japonés del budismo y sintoísmo, la experiencia poética de la palabra con el reflexionar filosófico desde lo ontológico y la esencia del habla, su preocupación por un mundo dominado por las máquinas cibernéticas, de una guerra atómica catastrófica, cultivar “La palabra por la palabra, un tesoro real”43.

Con su concepto de proximidad que nos recuerda “el aire de familia de Wittgenstein”, por lo que menciona “La proximidad que aproxima es el advenimiento apropiador (Ereignis) mismo, desde el cual la poesía y el pensamiento están remitidos a lo propio de su esencia”,44 en el cual el Dasein es a quien se le ha conferido el habla “para hablar del habla”.

Penetrando en la filosofía-teología budista y sintoísta japonesa se refiere al Tao como palabra clave en el filosofar de Laotse, que significa camino, y se cuestiona: “Tal vez se oculte en la palabra camino, Tao, el secreto de todos los secretos del decir pensante, si dejamos que estos nombres regresen a lo que dejan en lo no dicho y, si somos capaces de este dejar”.45

El habla es el florecer del ser humano, el ser humano florece con el habla, en el derecho florece en la argumentación jurídica, la que permite que sea el único en el mundo que pueda hacerlo, y en especial es la poesía y el reflexionar lo que representan sus mejores exponentes, en la filosofía náhuatl de la flor y el canto encontramos un buen ejemplo cuando Nezahualcóyotl nos pregunta: ¿Eres auténtico tienes raíces?, en la cual el canto nos lleva hacia los dioses, en el derecho es con el hablar de la argumentación con lo que nosotros lo formamos.

Por su parte, Heidegger dirá la frase “Palabras como flores”, en la cual se enfrenta la mentalidad calculadora de la técnica a la re-flexión filosófica preocupada por el ser humano y su destino, el hablar de Heidegger, él mismo afirma que como emplea razonamientos (dialéctico afirmamos nosotros) como el tiempo temporaliza y el espacio espacializa a la razón calculadora, enojan “El modo de representación corriente se irrita al oír hablar así y con razón, porque se necesita para entenderlo de la experiencia pensante de lo que significa identidad”46, aquí el tiempo y la palabra reposan en el silencio, éste es la fuente de donde emanan ambos.

En relación con la muerte, el caminar reflexivo de Heidegger nos señala que “Los mortales son aquellos que pueden hacer la experiencia de la muerte como muerte. El animal no es capaz de ello. Tampoco puede hablar”.47 Por lo que nos recuerda el poema de Stefan George: “Ninguna cosa sea donde falta la palabra”.

En el último capítulo que lleva el título que cierra el libro “El camino al habla” se apoya en el poeta alemán Novalis (1772-1801), mencionando del vate que “Precisamente esto, lo que el habla tiene de propio, a saber, que sólo se ocupa de sí misma, nadie lo sabe”48, a lo que Heidegger afirma que “el habla habla única y solitariamente consigo misma”, el camino al habla hace que el ser humano lo sea en la medida en que él hace uso de esta facultad, así “el ser del humano reside en el habla”, lo que nos sitúa “ante todo es y con el habla”, con el hilo conductor de la frase “Llevar el habla como habla al habla” nos dirige hacia el silencio para el decir , o sea “una resonancia silenciosa que nos hace oír algo de lo que el habla tiene de propio”49. A continuación cita la obra lógica del Organó́n de Aristóteles50Peri Hermeneia o De la interpretació́n, en la cual el Estagirita re-flexionó sobre este tema y que Heidegger enfatiza lo que se muestra con las palabras, la desocultación del ser y menciona el dominio que el pensamiento de Aristóteles sobre la palabra ejerció sobre el pensamiento occidental, “y alcanza su culminación en la reflexión sobre el habla de Wilhelm von Humboldt (que la contempla como actividad del espíritu) con su gran obra sobre la lengua Kawi de la isla de Java”,51 publicado por el hermano Alexander en 1836, “desde entonces este texto, en pro o en contra, nombrado o silenciado, determina toda la ciencia lingüística y filosófica que se ha seguido hasta hoy”.

Así, Humboldt ve “lo esencial del habla en el acto de hablar” con lo que observa, intentando comprenderlo y explicarlo, “un mundo en el que el espíritu debe poner entre sí y los objetos a través de la labor interna de su fuerza, entonces el alma se halla en el verdadero camino para encontrar y poner siempre aún algo más en el habla”, concluye Heidegger afirmando que “El camino al habla de Humboldt se orienta hacia el hombre, lleva a través del habla hacia otra cosa: dar fundamentación y representación del desarrollo espiritual del ser humano”, identifica que “Decir y hablar no son lo mismo. Uno puede hablar y hablar sin fin y no decir nada. En cambio, alguien guarda silencio y no habla y, al no hablar, dice mucho”.

En México esto se construyó con el genial cómico Cantinflas y el verbo cantinflear, como aquel que cumple con lo anteriormente mencionado por el pensador de la selva negra. Por otra parte, “El hablar es, en tanto que decir, desde sí un escuchar”52, consecuente-mente el decir es esencial en el habla, así “Con la dilucidación narrativa del despliegue del habla en tanto que decir, el camino al habla ha llegado al habla como tal habla y ha llegado, por consiguiente a su meta. El pensamiento ha dejado tras de sí el camino hacia el habla”.

Como el decir es la esencia del habla está lejano de la palabrería que enajena, de aquello que no muestra nada, surge del silencio de la palabra para poder expresarse, señalando el advenimiento apropiador que permite “dentro de lo cual nuestra vida de mortales tiene siempre su morada”, con lo cual nos apropiamos de nosotros mismos como seres del habla gracias al advenimiento apropiador que a todos nos transforma a partir del silencio reflexivo.

Así, “el advenimiento apropiador apropia al ser humano a su propia puesta en uso del advenimiento apropiador. Apropiando el mostrar cómo hacer propio, el advenimiento apropiador es la puesta-en-camino del decir al habla”53.

Lo opuesto de divagar es el camino del decir, que nos convierte en seres humanos con un hogar en el habla, el decir a partir del silencio que puede ser un corresponder al advenimiento apropiador, siendo toda habla de naturaleza histórica, pues “histórica según el sentido y dentro de los límites de la era presente, era que no inicia nada nuevo, sino que lleva a término lo antiguo, ya prefigurado en la Era Moderna, llevándolo al límite”54.

Como podemos entender, Heidegger maneja los conceptos de habla, silencio, advenimiento apropiador, siendo el decir la esencia del habla y el silencio llama a la calma para permitir que surja el advenimiento apropiador del decir pues: “El hombre solamente es capaz de hablar en la medida que pertenece al decir”55.

En otra obra de 1947, que empezó como una carta dirigida un año antes al filósofo francés y combatiente en la Resistencia contra los nazis en la Segunda Guerra Mundial Jean Beaufret (1907-1982), que lleva por nombre Carta sobre el humanismo, el pensador de la selva negra reflexiona sobre este tema56.

Parte de enfrentar al homo barbarus versus el homo humanus que se presenta ya en Grecia y Roma, recordando que bárbaro viene de quienes no hablaban la lengua sino sólo emitían un blablá, luego lo que los distinguía era el dominio del griego y del latín como lengua por oposición, entre ellos fundamentalmente los pueblos germanos, conforme esto el pueblo romano es superior por el dominio del latín, así

El homo humanus es ahora el romano, que eleva y ennoblece la virtus romana al incorporarle la paideia tomada en préstamo de los griegos. Estos griegos son los de la Grecia tardía57, cuya cultura era enseñada en las escuelas filosóficas y consistía en la erudito e instituto in bonus artes. En Roma nos encontramos con el primer humanismo58.

Lo anterior como producto de la relación de los conquistadores romanos a su vez conquistados59 por la cultura griega, muy superior en la filosofía60, artes y ciencia, salvo en el arte de la guerra y la construcción de artefactos bélicos y carreteras.

En el renacimiento de los siglos XIV y XV se va a dar en Roma el recuperar lo griego que había sido aplastado por la Iglesia cristiana por considerarlo como pagano, sin olvidar las obras de san Agustín y de santo Tomás de Aquino, quienes retomarán el pensamiento filosófico griego para fundirlo con el cristianismo como religión por medio de su teología.

Posteriormente, con Goethe61 y Schiller62, entre otros, se dará el humanismo alemán del siglo XVIII, en el cual disentirá Hölderlin en su radicalidad hacia la poesía y la crítica hacia la poca sensibilidad del pueblo germano.

Por su parte, Heidegger afirma que “si se entiende bajo el término general de humanismo el esfuerzo para que el ser humano se torne libre para su humanidad y encuentre en ella su dignidad, en ese caso el humanismo variará en función del concepto que se tenga de libertad y naturaleza del hombre... también el cristianismo es un humanismo”63, el problema histórico es que a partir de Roma todos los humanismos han concebido al ser humano como animal racional.

Lo antes mencionado genera el problema que lo parcializa meta-físicamente, con lo que confunde Dasein y ente o cosa, no pregunta por la esencia de lo humano, se enfrentan su animalidad con su espiritualidad, que nos viene del lenguaje, así es que como el lenguaje es el hogar del Dasein: “Sólo por ese habitar tiene el lenguaje a modo de morada que preserva el carácter extático de su esencia. A estar en el claro del ser es a lo que yo llamo la existencia del ser humano. Sólo el hombre tiene ese modo de ser, sólo de él es propio”64.

Nuestra animalidad es muy diferente de la de los otros anima-les, pues gracias a la existencia, somos los únicos que podemos vernos desde fuera de nosotros mismos gracias a nuestro poder de reflexión; reflexión viene de reflejar y, valga el ejemplo, es como vernos en un espejo único personalísimo, lo que se emplea médicamente en psicoanálisis y psiquiatría.

Heidegger emplea mucho este metaconcepto en su obra, así señala: “Desde el punto de vista del contenido, existencia significa es-tar fuera en la verdad del ser. Existencia designa la determinación de aquello que es el hombre en el destino de la verdad”, forma parte de la esencia del ser humano la existencia, por lo que “de acuerdo con ese destino, lo que tiene que hacer el ser humano en cuanto existente es guardar la verdad del ser. El hombre es el pastor del ser”.

La calidad del ser humano hace que no sea un ser vivo más, sino por el contrario, realiza la afirmación rotunda de que “el lenguaje es la casa del ser: Al habitarla el hombre existe, desde el momento en que al habitarla el hombre existe, desde el momento en que, guardando la verdad del ser, pertenece a ella”, por diferencia con el cosmos del pensamiento griego que englobaba a todos los seres del universo, aquí Heidegger nos presenta nuestro mundo humano.

La frase que refiere a que nuestro hogar está ya no en el cosmos, como por milenios se afirmó desde los griegos con los presocráticos, sino que es un mundo humano que responde a otra lógica diferente a ese cosmos que integra todos los seres, la grandeza filosófica de Heidegger crea un mundo humano en el que gracias al lenguaje somos diferentes a los demás seres, entes o animales del universo.

Resuenan en nuestros oídos las palabras definitorias: “La piedra no tiene mundo, el animal es pobre de mundo, el Dasein forma mundo”.

En el caminar filosófico de este segundo Heidegger su preocupación ha cambiado de la ontología y la cronología al hogar social del ser humano, la trascendencia de esto es enorme pues cambia la perspectiva de su pensamiento anterior.

Es un nuevo filosofar andariego que enriquece nuestro pensar y reflexionar y que tiene en la técnica, tecnología y la ciencia una gran amenaza en virtud de que no nos preparamos para tener tal poder destructor, por el contrario, lo encubierto de la técnica sirvió para no verla como amenaza.

De manera inconsciente avanzamos en la ciencia sin que fuera un caminar acompañado por las humanidades como la filosofía, esté-tica, literatura o ética. Nuestra situación actual en relación con la contaminación y destrucción de la naturaleza responde a ello, lo que Heidegger pudo ver con suma claridad décadas antes de que se presentaran panoramas aterradores como los que hoy la biosofía nos permite explicar.

El Dasein es el único que puede afirmar conscientemente que es, que existe en un mundo en el cual al mundear nos encontramos cada día con más artefactos, que el cosear de los demás entes nos ha sumido en el confort, la molicie y la falta de humanismo, viviendo no una humanitas sino un salvajismo tecnocientífico que puede terminar con la humanidad por el desarrollo de la energía atómica tanto de plantas termonucleares como de bombas.

La crítica del alumno de Martin Heidegger, Ernesto Grassi (1902-1991), de la ausencia de un humanismo en el caminante de la selva negra,65 la encontramos errónea por lo que antes hemos expresado, la crítica va en el sentido de que Heidegger no retomó las obras de los humanistas como Vives, Cervantes, Boccacio, Salutati, Vico, Bruni o Baltazar Gracián, por lo que asimiló -según Grassi- con fuerza el racionalismo deshumanizador cartesiano con su razón instrumental.

Lo anterior choca con la afirmación de Heidegger de que “estamos tan imbuidos de «lógica» que todo lo que va en contra de la habitual somnolencia del opinar pasa a ser considerado en el acto como una oposición que debe ser rechazada”, conforme lo anterior, continúa Heidegger: “Siguiendo esta vía lógica se deja que todo acabe hundiéndose en un nihilismo inventado con la ayuda de la lógica”.

Con lo anterior, entendemos que el pensamiento de Heidegger es un humanismo que logró construir un mundo social con la palabra como el hogar del Dasein y que, a pesar de su pasado nazi, en la segunda etapa de su caminar comprendemos una preocupación por el peligro de la técnica y, un humanismo, que se apoya en la humanitas romana por oposición a lo bárbaro, que se enfrentaba en esos si-glos por la desintegración del Sacro Imperio Romano Germánico con Carlomagno a la cabeza.

Heidegger incluso es modesto al afirmar que “Ya es hora de desacostumbrarnos a sobreestimar a la filosofía y, por ende, pedirle más de lo que puede dar. En la actual precariedad del mundo es necesaria menos filosofía, pero una atención mayor en el pensar, menos literatura, pero mucho más cuidado con la letra”, se coloca del lado de la prudencia humanística por encima de la exaltación de la filosofía, encontramos una personal actitud humanística al respecto con la que concluye su libro Carta sobre el humanismo.

IV. Conclusión

Gracias al iusfilosofar que busca la armonía en la sociedad y en el mundo entero, por medio del derecho nacional e internacional, podemos aprovechar la filosofía heideggeriana, el camino al habla de Heidegger es un caminar que nos permite reflexionar sobre el mundo humano del Dasein, tiene un humanismo que lo enfrenta a la tecnociencia y al confort que es producido por la razón instrumental y la falta de un desarrollo de los valores, derechos y garantías humanos que nos permita manejar el peligroso poder oculto desatado por la técnica, por lo que procede un desocultamiento o alé́theia para poder lograr que la humanidad sobreviva a su propio ingenio instrumental, el cosear debe estar subordinado a un mundear humanístico que nos pueda proteger de nosotros mismos y de la capacidad destructiva que hemos generado, de otra manera percibimos que será muy difícil sobrevivir a los productos que en la historia de la humanidad hemos construido a partir de la técnica, de la tecnología y la enajenación del Dasein si no respetamos a los valores jurídicos, al derecho nacional y a los tratados y, por supuesto, a los derechos humanos, de los animales y de la naturaleza. Éste es pues el reto.

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2 Heidegger, Martin, El ser y el tiempo, trad. de José Gaos, México, Fondo de Cul-tura Económica, 1951, p. 2012.

3 Safranski, Rüdiger, Un maestro de Alemania. Martin Heidegger y su tiempo, México, Tusquets, 2010, p. 196. A su situación de proscrito se sumará la desgracia de que sus dos hijos eran todavía presos de guerra en Rusia.

4 Heidegger, Martin, Los conceptos fundamentales de la metafísica. Mundo, fini-tud, soledad, trad. de Alberto Coria, Madrid, Alianza Editorial, 2015, p. 6.

5 García Ruiz, Pedro Enrique, “¿Ontología fundamental o teoría del conocimiento? Heidegger crítico del neokantismo”, Signos Filosó́ficos, México, núm. 7, enero-junio de 2002, p. 125.

6Heidegger, Martin, Contribuciones a la filosofía (Del acontecimiento) Beiträge zur Philosophie (Vom Ereignis), trad. de Breno Onetto Muñoz, Chile, Valparaíso, 2001, p. 341.

7 Heidegger, Martin, ¿Qué́ es la filosofía?, trad. de Jesús Adrián Escudero, Barcelona, Herder, 2004, p. 74.

8 Heidegger, Martin, Los conceptos..., cit., p. 24.

9 Ibidem, p. 233.

10 Heidegger, Martin, Serenidad, trad. de Yves Zimmermann, Barcelona, Edicio-nes del Serbal, 1989, p. 12.

11 Ibidem, p. 19.

12 Ibidem, p. 21.

13 Ibidem, p. 23.

14 Cicerón, La invenció́n retó́rica, trad. de Salvador Núñez, Madrid, Gredos, 1997, p. 306.

15 Ferrajoli, Luigi, Principia iuris. Teoría del derecho y de la democracia. I. Teoría del derecho, trad. de Perfecto Andrés Ibáñez et al., Madrid, Trotta, 2011, p. 877.

16 Alexy, Robert, Teoría de la argumentació́n jurídica. La teoría del discurso racio-nal como teoría de la fundamentació́n jurídica, trad. de Manuel Atienza e Isabel Espejo, Madrid, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 2014, pp. 203 y 289.

18 Viehweg, Theodor, Tó́pica y jurisprudencia, trad. de Luis Díez Picazo, España, Civitas, 2007, p. 55.

19 Perelman, Chaïm y Olbrechts-Tyteca, Tratado de la argumentació́n. La nueva retórica, Madrid, Gredos, 2015, p. 766.

20 Heidegger, Martin, Serenidad, cit., p. 25.

21 Scwab, Klaus, La cuarta revolució́n industrial, trad. de Portafolio, México, De-bate, 2017, p. 45. Obsérvese que aquí desaparecen al traductor y es una empresamla que elimina al ser humano. De la misma editorial está la respuesta contestataria por parte de Yuval Noah Harari, 21 lecciones para el siglo XXI, México, 2018, p. 271. Afirma que “poetas, pintores y dramaturgos son tan importantes, al menos, como los ingenieros y los soldados”.

22 Heidegger, Martin, Serenidad, cit., p. 28.

23 Ibidem, p. 39.

24 Ibidem, p. 79.

25 Heidegger, Martin, De camino al habla, trad. de Yves Zimmermann, Barcelona, Ediciones del Serbal, 1987, p. 11.

26 Ibidem, p. 12.

27 Heidegger, Martin, Carta sobre el humanismo, trad. de Helena Cortés y Arturo Leyte, Madrid, Alianza Editorial, 2000, pp. 3-21. La obra viene de una carta enviada al pensador francés Jean Beaufret en 1946, editada originariamente en alemán en 1947.

28 Heidegger, Martin, De camino..., cit., p. 22.

29 Ibidem, p. 26.

30 Ibidem, p. 28.

31 Heidegger, Martin, De camino..., cit., p. 33.

32 Ibidem, p. 65.

33 Ibidem, p. 80.

34 Ibidem, p. 92.

35 Ibidem, p. 128.

36 Ibidem, p. 98.

37 Ibidem, p. 111.

38 Ibidem, p. 126.

39 Ibidem, p. 129. Afirma Heidegger en la página 140 que “El pasado es de otro modo el haber sido, como el recogimiento que perdura”.

40 Ibidem, p. 143.

41 Heidegger, Martin, Los conceptos..., cit., p. 225.

42 Heidegger, Martin, De camino..., cit., p. 163.

43 Ibidem, p. 172.

44 Ibidem, p. 175.

45 Ibidem, p. 177.

46 Ibidem, p. 191.

47 Ibidem, p. 193.

48 Ibidem, p. 217.

49 Ibidem, p. 219.

50 Aristóteles, Tratados de ló́gica (El Organon), México, Porrúa, 2012, p. 49. Ini-cia la obra con: “Es preciso comenzar por decir lo que es el nombre, lo que es el verbo y después lo que es la afirmación y la negación, la enumeración y el juicio. Las palabras expresadas por la voz no son más que la imagen de las modificaciones del alma; y la escritura no es otra cosa que la imagen de las palabras que la voz expresa”.

51 Heidegger, Martin, De camino..., cit., p. 220.

52 Ibidem, p. 229.

53 Ibidem, p. 236.

54 Ibidem, p. 239.

55 Ibidem, p. 240.

56 Heidegger, Martin, Carta..., cit., p. 4.

57 Bowra, C. M., Historia de la literatura griega, trad. de Alfonso Reyes, México, Fondo de Cultura Económica, 2014, p. 197. Afirma este helenista y crítico literario de Oxford que la razón imaginativa predominó en la poesía y la prosa griegas, este autor tiene obras clásicas sobre la cultura griega, afortunadamente contamos con la presente en la brillante traducción de ese sabio mexicano que fue don Alfonso Reyes.

58 Heidegger, Martin, Carta..., cit., p. 5.

59 Millares Carlo, Agustín, Historia de la literatura latina, México, Fondo de Cultura Económica, 2014, p. 207. Realiza un estudio minucioso de los prosistas de la Iglesia cristiana a partir de san Hilario, continúa con san Ambrosio, obispo de Milán; san Agustín, obispo de Hipona con sus obras Las confesiones y La ciudad de Dios, esta última es una gran utopía que invita a la fraternidad de todos los seres humanos.

60 Aristóteles, Arte poética. Arte retórica, trad. de José Goya y Muniain y Francisco de P. Samaranch, México, Porrúa, 2007, p. 11

61 Reyes, Alfonso, Trayectoria de Goethe, México, Fondo de Cultura Económica, 2014, p. 134. El más grande ensayista de México en esta obra nos entrega un relato de la amistad y colaboración de ambos filósofos. También con el desarrollo intelectual de Goethe, nos ilustra el filósofo de Monterrey, y pasajes de su vida que nos permiten acercarnos a uno de los más grandes seres humanos que la humanidad ha tenido.

62 Safranski, Rüdiger, Schiller o la invenció́n del idealismo alemán, México, Tusquets, 2011, p. 395.

63 Heidegger, Martin, Carta..., cit., p. 4.

64 Ibidem, p. 5

65 Grassi, Ernesto, Heidegger y el problema del humanismo, trad. de Ubaldo Pérez Paoli, Barcelona, Anthropos, 2006, pp. 23 y 24. También conviene consultar su obra La filosofía del humanismo. Preeminencia de la palabra en la misma casa editorial. Grassi publicó por primera vez en 1947 la obra de su maestro Carta sobre el humanismo.

17 Atienza, Manuel, Curso de argumentació́n jurídica, Madrid, Trotta, 2014, pp. 19 y ss.

Recibido: 07 de Mayo de 2018; Aprobado: 12 de Noviembre de 2018

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