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Revista Chapingo serie ciencias forestales y del ambiente

versión On-line ISSN 2007-4018versión impresa ISSN 2007-3828

Rev. Chapingo ser. cienc. for. ambient vol.25 no.3 Chapingo sep./dic. 2019  Epub 19-Feb-2021

https://doi.org/10.5154/r.rchscfa.2018.02.019 

Nota científica

Conocimiento campesino sobre los suelos de la Reserva de la Biosfera Zicuirán-Infiernillo

Francisco Bautista1  * 

Alma Barajas1  2 

María Alcalá-de Jesús2 

1Universidad Nacional Autónoma de México, Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental. Antigua Carretera a Pátzcuaro núm. 8701, col. Exhacienda de San José de La Huerta. C. P. 58190. Morelia, Michoacán, México.

2Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Facultad de Biología. Av. Francisco J. Mujica s/n, Ciudad Universitaria. C. P. 58030. Morelia, Michoacán, México.


Resumen

Introducción:

Los campesinos de La Huacana, Michoacán, han generado conocimiento local sobre los recursos naturales, entre ellos el suelo.

Objetivo:

Comparar el conocimiento local del suelo con el conocimiento técnico para dilucidar si los campesinos identifican los horizontes y les asignan nombres y atributos.

Materiales y métodos:

Se realizaron 31 calicatas y se describieron los perfiles junto con los campesinos. Se tomaron muestras por horizontes y estratos para determinar sus propiedades en el laboratorio. Los datos generados se sometieron a un análisis discriminante y análisis de componentes principales.

Resultados y discusión:

Las clases de suelo presentes en el área de estudio fueron: Polvilla, Barrosa, Charanda, Tocura, Cementante, Cascajo, Balastre y Tepetate. Los campesinos nombraron los horizontes/materiales del perfil de suelo como clases de suelo, por lo que es posible encontrar varias clases de suelo en un perfil. Estas se diferenciaron estadísticamente en el perfil a partir de las propiedades físicas y químicas; 72.13 % de los casos fue clasificado correctamente.

Conclusión:

Por primera vez se reporta que los nombres de las clases de suelo correspondieron a los horizontes y capas de suelos enterrados recientemente y no al perfil de suelo completo.

Palabras clave: Clases de suelo; etnopedología; perfil del suelo; horizonte; conocimiento local

Abstract

Introduction:

Peasants in La Huacana, Michoacán, have developed local knowledge about natural resources, including soil.

Objective:

To compare local soil knowledge with technical knowledge to elucidate whether peasants identify horizons and give them names and attributes.

Materials and methods:

Thirty-one trial pits were made and the profiles were described in collaboration with the peasants. Samples were taken by horizons and strata to determine their properties in the laboratory. The obtained data were subjected to discriminant analysis and principal component analysis.

Results and discussion:

The soil classes present in the study area were: Polvilla, Barrosa, Charanda, Tocura, Cementante, Cascajo, Balastre and Tepetate. The peasants named the soil profile horizons/materials as soil classes, making it possible to find several soil classes in one profile. These classes were statistically differentiated in the profile on the basis of physical and chemical properties; 72.13 % of the cases were correctly classified.

Conclusion:

For the first time, it is reported that the names of soil classes corresponded to horizons and layers of recently buried soils and not to the complete soil profile.

Keywords: Soil classes; ethnopedology; soil profile; horizon; local knowledge

Introducción

La etnopedología es la ciencia que trata sobre la forma en que los pueblos campesinos, indígenas o agricultores locales perciben, conocen, usan y manejan los suelos y otros recursos naturales (Bautista & Zinck, 2010). Las ciencias del suelo tienen en desarrollo menos de 150 años (Hartemink, Krasilnikov, & Bockheim, 2013). A lo largo de ese periodo se han logrado avances científicos para resolver numerosos problemas; sin embargo, desde la aparición del hombre sobre la faz de la tierra (más de 40 000 años) se ha generado sabiduría y experiencia para enfrentar una variedad de problemas agrícolas y ambientales en sentido amplio (Brevik & Hartemink, 2010; Hartemink et al., 2013).

Con el paso del tiempo se han reconocido las virtudes del conocimiento local sobre los suelos. Por ejemplo, anteriormente, el conocimiento local sobre el suelo correspondía principalmente a la capa arable (Bautista, Jiménez-Osornio, Navarro-Alberto, Manu, & Lozano, 2003; Ettema, 1994), mientras que en la actualidad hay conocimiento sobre los horizontes subsuperficiales (Bautista, Diáz-Garrido, Castillo-González, & Zinck, 2005; Bautista & Zinck, 2010; Cruz, Ortiz, Gutiérrez, & Villegas, 2008; Licona-Vargas, Ortiz-Solorio, Gutiérrez-Castorena, & Manzo-Ramos, 2006; Mariles-Flores, Ortiz-Solorio, Gutiérrez-Castorena, Sánchez-Guzmán, & Cano-García, 2016). El conocimiento local sobre los suelos es de vital importancia en la adopción y adaptación de prácticas agrícolas (Bautista, García, & Mizrahi, 2005; Bautista & Zinck, 2010; Krasilnikov & Tabor, 2003); además, puede organizarse en esquemas de clasificación como los internacionales (Bautista & Zinck, 2010).

En el estado de Michoacán, México, existe conocimiento local y campesino sobre el suelo; por ejemplo, se han reportado las relaciones espaciales entre las clases de tierra y los suelos (Barrera-Bassols, Zinck, & Van Ranst, 2009); las similitudes y diferencias entre las clases de tierras y la clasificación de suelos según la FAO (Ortiz-Solorio & Gutiérrez-Castorena, 1999; Sotelo-Ruiz & Ortiz-Solorio; 2001); y se han publicado los nombres P’urhépechas de los suelos (Alarcón-Cháires, 2010; Bedolla-Ochoa, Bautista, & Gallegos, 2018). No obstante, con excepción de Alcalá, Ortiz, y Gutiérrez (2001), son escasos los estudios donde se compare y armonice la denominación o descripción que los campesinos hacen de diversas clases de suelo, a partir de las propiedades determinadas en laboratorio.

El municipio de La Huacana, Michoacán, se localiza al interior del sistema volcánico transversal, donde hay diversos suelos enterrados debido a las emisiones de ceniza volcánica, por lo que es de esperarse que los pobladores tengan conocimiento sobre los suelos superficiales y tal vez sobre los suelos enterrados. En La Huacana se localiza la Reserva de la Biosfera Zicuirán-Infiernillo, una zona de conservación biológica importante a nivel mundial (Ihl, Bautista, & Mendoza, 2017), por lo que se tiene la obligación de hacer un uso cuidadoso del suelo en la zona de amortiguamiento.

Los objetivos del presente estudio fueron establecer si los nombres que los campesinos usan para las clases de suelo se asocian con sus propiedades físicas y químicas, así como identificar las principales propiedades que permiten la formación de las clases de suelo. Se espera que la armonización del conocimiento local con el obtenido sistemáticamente contribuya a un entendimiento más rápido de los suelos.

Materiales y métodos

Área de estudio

El estudio se realizó en el municipio La Huacana, Michoacán, México. La zona agrícola se localiza a una altitud media de 481 m; el clima es cálido subhúmedo (Aw0) con lluvias en verano, temperatura media anual de 28 °C (mínima de 10 °C y máxima de 44 °C) y precipitación media anual de 767 mm (Comisión Nacional del Agua [CONAGUA], 2014). La cubierta del suelo es principalmente selva baja subcaducifolia (Ihl et al., 2017). La población es típicamente campesina, conformada por una mezcla de descendientes de P'urhépechas, italianos y españoles. Las principales actividades productivas son ganadería (extensiva y en menor proporción estabulada), agricultura de autoconsumo y pesca (Ihl et al., 2017).

Conocimiento campesino y técnico

Los 35 campesinos entrevistados tenían grado de tecnificación bajo, promedio de instrucción primaria terminada y experiencia en campo de 38 años en promedio. La entrevista fue semiestructurada sobre el uso, manejo, nombres, características y atributos de las clases de suelo (Ortiz, Pájaro-Huertas, & Ordaz, 1990; Santos & Molina, 2011); el número de entrevistas representó 10 % de la población campesina.

Junto con los agricultores se cavaron 31 calicatas de 1.5 m de profundidad o hasta donde se encontró la roca, considerando las geoformas (montaña, lomeríos, planicies y valles) y los usos del suelo (agricultura, pastizal y selvas). Se describieron 31 perfiles de suelo utilizando el manual de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO, 2009), incluyendo las clases campesinas de suelo, como Tocura, Charanda, Barrosa, Polvilla y otras. En los 31 perfiles se tomaron las muestras por horizontes o estrato según el caso, obteniendo un total de 122 muestras. Las muestras se secaron a temperatura ambiente y a la sombra, y se tamizaron con un tamiz malla 10 (partículas de 2 mm o menos).

Los análisis fueron: densidad aparente (Gandoy, 1991), distribución del tamaño de partículas (Okalebo, Gathua, & Woomer, 1993), color en seco y en húmedo (Gandoy, 1991), pH (Lean, 1982), materia orgánica (MO) (Nelson & Sommers, 1982), capacidad de intercambio de cationes (CIC) y cationes intercambiables (United States Department of Agriculture [USDA], 1996).

Análisis de datos

Se utilizó un análisis discriminante para verificar si los nombres asignados a las clases de suelo de los horizontes de los perfiles, utilizadas por los campesinos, tenían relación con 15 propiedades físicas y químicas medidas del suelo. Los nombres de las clases fueron las variables dependientes, y las propiedades químicas y físicas, las variables independientes. También se hizo un análisis de componentes principales para identificar las propiedades físicas y químicas de los suelos que permiten la formación de grupos, en este caso, las clases de suelo campesinas. Además, se construyó una gráfica con los 31 perfiles indicando sus clases de suelo por horizonte y sustrato utilizando el paquete “Algoritmos para pedología cuantitativa” en el programa R (Beaudette, Roudier, & O'Geen, 2013).

El análisis de varianza se realizó con la prueba de Kruskal-Wallis (P = 0.05), en la cual se comparan las medianas, debido a que las poblaciones no fueron gaussianas (Kruskal & Wallis, 1952).

Resultados y discusión

Validación del conocimiento tradicional

El Cuadro 1 presenta las ocho clases de suelo que los campesinos reconocieron a nivel de horizonte o sustrato: Barrosa, Cementante, Charanda, Polvilla, Tocura, Tepetate, Cascajo y Balastre. Las propiedades de los suelos que los campesinos utilizaron en el campo fueron: consistencia en seco y húmedo, textura, color y fragmentos gruesos. Además, los campesinos definieron el uso de los suelos por la accesibilidad al terreno y la disponibilidad de agua.

Cuadro 1 Atributos utilizados por los campesinos de La Huacana, Michoacán, para definir las clases de suelo. 

Atributo Clases de tierra
Tocura Barrosa Polvilla Charanda Cementante
Consistencia "Tiesa". Estructura laminar ligeramente dura. "Pesada, se revienta cuando seca". Muy plástica y extremadamente dura. "Suelta y suave". No coherente, con agregados semiesferoidales fáciles de disgregar. "Dura, apretada y con mucha piedra". Su estructura resiste a la presión. "Firme, muy dura". Puede disgregarse con las manos en estructuras más pequeñas.
Textura Barrosa-arenosa Arcillosa Arenosa Arcillosa Arenosa
Color Café rojizo Gris obscuro Negra Rojiza Amarilla
Humedad Levemente húmedo Exceso de humedad Muy seco Húmedo Seco
Drenaje "Absorbe el agua moderadamente”. Drenaje moderado. "Absorbe mucha agua hasta la estanca". Drenaje deficiente. "Deja correr el agua rápido". Buen drenaje. "Tiene hambre de agua". Absorbe agua. Drenaje deficiente. "Corre el agua, casi no la absorbe" Buen drenaje.

El análisis discriminante reveló que 76.23 % de los casos (horizontes de suelo con sus nombres tradicionales) fueron asignados correctamente, por lo que se puede afirmar que los nombres de las clases de suelo tienen sustento en sus propiedades físicas y químicas (Cuadro 2). El análisis discriminante indicó que las clases Cementante y Tocura lograron 100 % de asignación correcta debido a que no están mezcladas con la arena del volcán El Jorullo; además, permitió validar matemáticamente que el conocimiento empírico tradicional, para asignar los nombres de las clases de suelo, sí considera las propiedades físicas y químicas.

Cuadro 2 Validación cruzada de los casos de asignación de las clases de suelo a los grupos formados con base en las propiedades físicas y químicas de los suelos. Casos correctamente clasificados: 76.23 % 

Clase de suelo Muestras Barrosa Cementante Charanda Polvilla Tocura
Barrosa 45 36 0 3 3 3
(80.00 %) (0.00 %) (6.67 %) (6.67 %) (6.67 %)
Cementante 6 0 6 0 0 0
(0.00 %) (100 %) (0.00 %) (0.00 %) (0.00 %)
Charanda 34 3 1 26 3 1
(8.82 %) (2.94 %) (76.47 %) (8.82 %) (2.94 %)
Polvilla 33 1 4 7 21 0
(3.03 %) (12.12 %) (21.21 %) (63.64 %) (0.00 %)
Tocura 4 0 0 0 0 4
(0.00 %) (0.00 %) (0.00 %) (0.00 %) (100 %)

Por otra parte, el análisis de componentes principales reveló que el primer componente explicó 41.3 % y se definió por la arena, Na, pH y arcilla (Figura 1). De acuerdo con el segundo componente, que explicó 12.9 %, las propiedades que formaron los grupos por clase de suelo fueron pH, MO, Na y arena. El tercer componente explicó 9.4 % y las propiedades de mayor peso fueron pH, MO, Na, CIC, arenas y arcilla. Los tres componentes explicaron en total 63.6 % de la varianza.

Figura 1 Análisis de los tres componentes principales que explican la formación de los grupos de suelos. DA = densidad aparente, CE = conductividad eléctrica, MO = materia orgánica, CIC = capacidad de intercambio de cationes, R = arcilla, A = arena, K = potasio intercambiable, Mg = magnesio intercambiable, Ca = calcio intercambiable, Na = sodio intercambiable, pH H2O = valor de pH medido en agua, pH KCl = valor de pH medido en KCl. 

Descripción de las clases de suelo campesinas

El nombre Polvilla se asigna a la arena negra que emitió el volcán El Jorullo durante el periodo 1759-1774. La Polvilla, por lo tanto, se encuentra en la parte superior de los suelos, cubriendo a las clases Barrosa y Charanda (Figura 2).

Figura 2 Perfiles con las clases de suelo en La Huacana, Michoacán. 

Las clases de suelo Polvilla y Barrosa tienen intervalos amplios de porcentajes de arena y arcilla; debido a que son suelos enterrados, el punto de contacto entre ambas es de mezcla. Los procesos pedogénicos ya han formado horizontes (superior e inferior) diferentes a los de origen; en otros lugares de Michoacán, a estos horizontes se les denominan como “Revuelta” (Maldonado, Alcalá, González, & Ayala, 2014).

El término Polvilla utilizado en este texto es muy diferente al reportado por Maldonado et al. (2014) para las clases de suelo circundantes a la ciudad de Morelia, Michoacán. La clase de suelo Barrosa corresponde a los Vertisoles (Krasilnikov et al., 2013; Torres-Guerrero, Gutiérrez-Castorena, Ortiz-Solorio, & Gutiérrez-Castorena, 2016), suelos arcillosos y con alta capacidad de intercambio de cationes. No obstante, la clase de suelo Barrosa (los campesinos le llaman Barro) escapa al concepto típico de Vertisoles, ya que algunos horizontes contienen menor cantidad de arcillas y, por lo tanto, menor capacidad de intercambio de cationes debido al contacto con la clase de suelo Polvilla. La clase Barrosa presenta los valores más altos de conductividad eléctrica, pH, magnesio y sodio.

El término Charanda “Echeri charanda”, de origen P'urhépecha, corresponde a suelos rojizos y arcillosos, a menudo corresponden a los Luvisoles (Carney, 1990), pero también son reportados como Acrisoles (Bravo et al., 2011), que son suelos rojos con horizonte Bt. La clase de suelo Charanda varía considerablemente en cuanto a la distribución del tamaño de partículas (Figura 3), debido a los horizontes de contacto con la Polvilla. También tiene intervalos amplios en Mg (Figura 4), K (Figura 5), CE y pH. En la mayoría de los casos hay un horizonte Bt por lo que esta clase de suelo corresponde con Luvisoles y en menor proporción con Cambisoles. La clase Charanda es suelo muy erosionable; el nombre también se les da a los sedimentos de color rojizo (Fisher, Pollard, Israde-Alcántara, Garduño-Monroy, & Banerjee, 2003).

Figura 3 Análisis de varianza (Kruskal-Wallis, P = 0.05) de los porcentajes de partículas por clases de suelo en La Huacana, Michoacán. 

Figura 4 Análisis de varianza (Kruskal-Wallis, P = 0.05) de la capacidad de intercambio de cationes (CIC) y calcio y magnesio intercambiables por clases de suelo en La Huacana, Michoacán. 

Figura 5 Análisis de varianza (Kruskal-Wallis, P = 0.05) de la materia orgánica (MO) y sodio y potasio intercambiables por clases de suelo en La Huacana, Michoacán. 

La clase de suelo Tocura no ha sido reportada, corresponde a suelo café rojizo con estructura laminar, con una mediana de 40 % de arenas y limos (Figura 3), CIC alrededor de 25 cmol·kg-1 y tiene los mayores contenidos de calcio (Figura 4) y potasio intercambiables (Figura 5). Esta clase de suelo tiene un horizonte Bt, por lo que califica para Luvisol.

La clase de suelo Cementante es de color amarillo, de consistencia dura, con agregados fuertes y textura arenosa (Cuadro 1). Este suelo tiene los porcentajes de arcilla y limo más bajos (Figura 3), su CIC es la más baja (Figura 4), así como los contenidos de cationes intercambiables (Figura 5) y la materia orgánica. Esta clase de suelo no había sido reportada, corresponde a un Arenosol según la IUSS Working Group WRB (2014).

En la zona de estudio se encontraron otras clases de suelo de menor superficie, como Balastre que corresponde a grava y fragmentos gruesos, con escasa cantidad de partículas menores de 2 mm de diámetro; Tepetates erosionados sin tierra fina; y Cascajo que consiste en fragmentos gruesos sin tierra fina.

Conclusiones

La metodología permitió identificar que los campesinos de La Huacana, Michoacán, tienen una visión tridimensional del suelo porque reconocen los horizontes subsuperficiales, aspecto que se reporta por primera vez. Los nombres de las clases de suelo corresponden a horizontes y tienen un sustento físico y químico; las propiedades que las definen fueron porcentaje de arena y arcilla, materia orgánica, capacidad de intercambio catiónico, pH y Na intercambiable. Las clases de tierra Tocura y Cementante son caracterizadas por primera vez, de acuerdo con sus propiedades químicas y físicas. La Polvilla, que es la arena negra del volcán, se está incorporando a las clases Barrosa y Charanda, lo que ya da lugar a un horizonte denominado “mezclada” que no todos los campesinos reconocen, pero que en otras partes del estado lo nombran “revuelta”. El conocimiento local demostrado puede ser un recurso muy útil para los fines de inventarios locales de suelo, tanto en atributos como en distribución espacial.

Agradecimientos

A la Dirección General de Asuntos del Personal Académico de la Universidad Nacional Autónoma de México por el financiamiento del proyecto PAPIIT IN 209218. A nuestros amigos agricultores de La Huacana, Michoacán.

REFERENCIAS

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Recibido: 27 de Febrero de 2018; Aprobado: 13 de Junio de 2019

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