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Revista Chapingo serie ciencias forestales y del ambiente

versão On-line ISSN 2007-4018versão impressa ISSN 2007-3828

Rev. Chapingo ser. cienc. for. ambient vol.22 no.1 Chapingo Jan./Abr. 2016

https://doi.org/10.5154/r.rchscfa.2015.12.057 

Editorial

Editorial

Dante Arturo Rodríguez Trejo1 

1División de Ciencias Forestales, Universidad Autónoma Chapingo, Chapingo, Edo. de México, C.P. 56230 México


Desde hace varios años la Revista Chapingo, Serie Ciencias Forestales y del Ambiente, ha tenido a bien invitarme para escribir el editorial de cada número, labor que ha resultado para mí de grata distinción y particular orgullo. Desde entonces he tenido la oportunidad de ser testigo del crecimiento y evolución de esta valiosa publicación, como fue el caso de su inclusión en ISI Thomson, JCR y en el índice de revistas de excelencia del Conacyt. Hoy la revista, en su constante desarrollo, da un paso más: el de la elaboración del editorial científico, un editorial que se enfocará a un tema en particular cada número y que será escrito por un especialista.

Hoy me toca despedirme como el responsable del editorial, pero también el honor de elaborar el primer editorial científico para nuestra publicación y se me ha pedido que verse sobre incendios forestales. Sin más, procedo a continuación. Muchas gracias por todos estos años de su amable atención. Que los usuarios, autores, árbitros, editores, traductores, formadores, directivos y demás integrantes de esta gran familia que es la Revista Chapingo, Serie Ciencias Forestales y del Ambiente, le sigan dando mayor vida a esta vigorosa publicación.

Perspectivas a nivel global en materia de incendios forestales

En varias partes del planeta, en los últimos años se han sumado al combate de incendios forestales nuevas tecnologías como la satelital, el uso de drones, el empleo de novedosas herramientas manuales, nuevos vehículos terrestres y aéreos especializados, modelos para estimar el comportamiento del fuego, incluidos los basados en dinámica de fluidos, más programas de cómputo para estimar comportamiento del fuego o para el manejo de los recursos humanos y materiales durante el combate, así como una diversificación de la capacitación en este tema, entre otros avances. Los monitoreos del comportamiento del fuego siguen siendo valiosos. Un ejemplo de ello es Flores, Xelhuantzi, y Durán (2010).

Esta tendencia ha existido históricamente en todas las épocas. El ser humano es responsivo por naturaleza, de modo que a una temporada con alta presencia de incendios, sigue la inyección de recursos, el equipamiento, la capacitación, los acuerdos entre dependencias gubernamentales y entre países, la investigación tecnológica y científica en búsqueda de resolver el problema. Pero históricamente los problemas se siguen presentando. Los grandes incendios del sureste de Estados Unidos, México y Centroamérica, así como en Indonesia a fines de la década de 1990, lo dejan claro. En el siglo XXI están, entre otros, la tragedia en la colina Yarnel en Arizona, donde perdieron la vida 19 combatientes de incendios forestales de élite (Pyne, 2015); el de España donde cinco analistas de comportamiento del fuego murieron; los grandes incendios en Australia, Portugal, Canadá, Estados Unidos y Grecia, por referir algunos. En Grecia, un autobús de pasajeros quedó atrapado por un incendio catastrófico que segó la vida de los pasajeros.

Iniciados hace más de 400 millones de años, los incendios forestales han tenido altas y bajas en la historia geológica de la tierra. Han estado regulados en distintas eras por los combustibles forestales, la concentración de oxígeno y el clima (Scott, Bowman, Bond, Pyne, & Alexander, 2014). Pero en la actualidad un importante factor es el ser humano, al punto que más del 90 % de los incendios en el planeta son originados por él.

El fuego de las fogatas influyó en la evolución de la inteligencia humana y ayudó a prolongar la longevidad del ser humano. El elemento se constituyó como una poderosa herramienta en el manejo de la tierra y tal tendencia continúa hoy día, en parte con un buen uso, pero en muchos casos con un empleo deficiente que produce incendios indeseables, junto con otras fuentes accidentales, negligencia o intencionales.

A nivel mundial se estima que 25 % de la superficie con vegetación tiene regímenes de fuego intactos; pero 53 % con regímenes degradados o muy degradados. Más de 53 % de las ecorregiones del planeta es dependiente del fuego, 22 % sensible y 15 % independiente. Queda pendiente la evaluación de un 10 % (Shlisky et al., 2007).

Una aproximación que algunos países han tomado o han comenzado a tomar es el manejo integrado del fuego. Aunque definido de diversas maneras, en los denominados países en vías de desarrollo se identifica como la fusión entre manejo ecológico-silvícola del fuego, así como su adecuado manejo por las comunidades rurales, además de la prevención y combate. Este último siempre será indispensable, pero no ha sido suficiente para resolver el problema de los incendios forestales (Rodríguez, 2001, 2015).

El ideal es reducir los incendios forestales no deseados con un mayor uso ecológico-silvícola del fuego que además de objetivos de restauración (incluidos los regímenes de fuego), conservación, silvicultura y otros, sea de utilidad para los señores campesinos y apoye la prevención y combate de incendios no deseados.

Para alcanzar esa meta se requiere de mayor información sobre la ecología del fuego. Al momento, menos de 10 países cuentan con un relevante nivel de conocimiento sobre el tema. En todos los demás casos no se ha optado por ver formalmente la otra cara del fuego y básicamente se sigue la aproximación de prevenir y combatir los incendios forestales.

Se cuenta con información formal sobre el uso tradicional del fuego por las comunidades rurales para una decena de países. Es clara la necesidad de incrementar la investigación en tales rubros.

Sin embargo, el tener tales investigaciones no constituye una panacea. Por ejemplo, de acuerdo con Pyne (2015), Estados Unidos, el país con más ciencia, tecnología y recursos en materia de incendios forestales, incluida la ecología del fuego, ha aplicado el fuego a muchos de sus ecosistemas durante décadas y al parecer las respuestas ecológicas no han sido siempre las esperadas.

Ante un escenario global de pobreza y cambio climático, se esperan más incendios y más complejos en el futuro. La tecnología para el combate debe seguir evolucionando, pero será de toral relevancia lograr la integración de la presencia del fuego en los ecosistemas que lo requieren, con el uso tradicional del fuego y con la prevención y combate de incendios no deseados, todo para conformar regímenes de fuego de base, que combinen en mayor o menor medida fuego natural con fuego antropógeno que permita la manutención de los ecosistemas forestales, la obtención de bienes y servicios y la reducción de incendios no deseados. Evidentemente en países como México, con gran biodiversidad y riqueza de etnias y culturas, el manejo integral del fuego puede presentar diferentes formas incluso en una misma región. También se debe perseguir la potenciación de los efectos positivos del fuego (como la reducción de combustibles y la promoción de regeneración y diversidad) y la minimización de los impactos negativos (como emisiones y erosión) y un esquema de manejo adaptativo (Rodríguez, 2001).

Al parecer lo más indicado es partir con esta filosofía de cada caso particular hacia lo general, sin perder las perspectivas del paisaje y regional, para lograr esta integración en beneficio de los ecosistemas forestales y de las personas que viven en ellos, así como de la sociedad en general. Algo que debe quedar muy claro es que no se pueden eliminar los incendios forestales, debemos convivir con ellos. En algunos países, gobierno (áreas de manejo del fuego y áreas de conservación de ecosistemas), universidades y organizaciones no gubernamentales ya han comenzado a seguir este sendero en búsqueda del "fuego nuevo", que así como en Mesoamérica se creía renovaba el universo, en nuestro tiempo renovaría nuestra relación con el fuego.

Referencias

Flores,G. J. G., Xelhuantzi, C. J., & Durán, C. Á. A. (2010). Monitoreo del comportamiento del fuego en una quema controlada en un rodal de pino-encino. Revista Chapingo Serie Ciencias Forestales y del Ambiente, 16(1), 49-59. doi: 10.5154/r.rchscfa.2009.05.017 [ Links ]

Pyne, S. J. (2015). Between two fires. A fire history of contemporary America USA: The University of Arizona Press. [ Links ]

Rodríguez T., D. A. (2001). Ecología del fuego en el ecosistema de Pinus hartwegii Lindl. Revista Chapingo Serie Ciencias Forestales y del Ambiente, 7(2), 145-151. Obtenido de http://www.chapingo.mx/revistas/forestales/contenido.php?id_revista_numero=24Links ]

Rodríguez T., D. A. (2015). Incendios de vegetación. Su ecología, manejo e historia. México: C. P., UACH, USDA FS, USAID, Gobierno del estado de Tabasco, FMCN, PNPIF, AMPF, ANCF, PNIP, SEMARNAT, CONAFOR, CONANP. [ Links ]

Scott, A. C., Bowman, D. M. J. S., Bond, W. J., Pyne, S. J., & Alexander, M. E. (2014). Fire on Earth. An introduction. USA: Wiley Blackwell. [ Links ]

Shlisky, A.,Waugh,P., González, M., Manta, M., Santoso, H., Alvarado, E., Fulks, W. (2007). El fuego, los ecosistemas y la gente: Amenazas y estrategias para la conservación global de la biodiversidad. Arlington, TX, USA: The Nature Conservancy. [ Links ]

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