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Therya

versión On-line ISSN 2007-3364

Therya vol.5 no.3 La Paz dic. 2014

https://doi.org/10.12933/therya-14-255 

Sección THERYA y AMMAC

La Asociación Mexicana de Mastozoología, A. C. entrega el Premio al Mérito Académico Ticul Álvarez Solórzano 2014 a James L. Patton

Elizabeth Arellano Arenas1 

Francisco X. González1 

Duke Rogers2 

Ella Vázquez Domínguez3 

Evelyn Ríos4 

Mark Hafner5 

Sergio Ticul Álvarez Castañeda4 

1Centro de Investigación en Biodiversidad y Conservación, Universidad Autónoma del Estado de Morelos. Av. Universidad # 1001, Col. Chamilpa. Cuernavaca, Morelos, 62209 México.elisabet@uaem.mx(EA); xavier@uaem.mx(FXG).

2Department of Biology, Brigham Young University, 4143 LSB, 
Provo, UT 84602 USA.duke_rogers@byu.edu.(DSR).

3Instituto de Ecología, Universidad Nacional Autónoma de México. Ap. Postal 70-275 Ciudad Universitaria, México D.F. 04510 México.evazquez@ecologia.unam.mx(EVD).

4Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste. Instituto Politécnico Nacional 195. La Paz 23096, Baja California Sur. México.E-mail:sticul@cibnor.mx(ER, STA-C)

5Department of Biological Sciences, Louisiana State University. 854 Forge Avenue Baton Rouge, Louisiana 70808 USA.namark@LSU.edu(MH)


Semblaza

La mastozoología en México se ha moldeado a través del trabajo y la generación de conocimiento por parte de muchos investigadores. Su contribución se refleja hoy en día no solo en publicaciones y proyectos, sino también en la formación de recursos humanos, en donde un solo investigador puede tener gran impacto a lo largo de varias generaciones. El reconocimiento a estos investigadores por parte de la Asociación Mexicana de Mastozoología es ya una tradición. Ésta es la cuarta ocasión que se entrega el Premio al Mérito Académico Ticul Álvarez Solórzano al investigador cuya carrera académica ha contribuido profundamente al conocimiento y la formación de mastozoólogos en México. En esta ocasión se otorga este premio al Dr. James L. Patton, por su destacada contribución al estudio de los mamíferos, la cual es reconocida en México y en todo el mundo. La presente semblanza pretende mostrar algo de la gran trayectoria académica del galardonado y un poco de su gran personalidad; describirlo como lo merece requiere mucho más papel y tinta y mejores relatores que los autores. Sin embargo, para tener la oportunidad de conocer más sobre él, se incluyen al final de este escrito las palabras de algunos colaboradores y/o estudiantes que han aceptado compartir esa experiencia.

Jim nació en 1941 en San Louis Missouri. Es el hermano menor de John Franklin Patton II, médico urólogo, y Marjorie Allyn Marquardt. Estudió la licenciatura en Antropología en la Universidad de Arizona, graduándose con honores en 1963. Afortunadamente para nosotros, durante sus estudios de Maestría en Antropología Física, se dio cuenta de la necesidad de estudiar otros mamíferos más allá de los primates. Fue entonces que un curso de Mastozoología, en el que Al Gardner era profesor asistente, lo hizo tomar el camino correcto y cambiarse al Departamento de Zoología en esta misma Universidad. Ese semestre también tomó un curso de Genética Humana y, como parte de un proyecto semestral, desarrolló una técnica que le permitiera dar seguimiento a la división celular de roedores. Este trabajo derivó en una publicación (Patton, 1967), que es hoy reconocida como un Science Citation Classic. Lo que vino después de este "pequeño proyecto", junto con el enamoramiento que crecía al descubrir la inmensa diversidad mastozoológica, formó en él la idea de estudiar esta parte de la naturaleza desde una perspectiva diferente. Es así que obtuvo los grados de Maestría y Doctorado desarrollando investigación de punta sobre la evolución de roedores. Finalizó los estudios de posgrado en 1969. Ese mismo año, Oliver Pearson, quien era entonces el director del Museo de Zoología de Vertebrados de la Universidad de California en Berkeley, tuvo la acertada idea de contratar a Jim y afirma que ésta fue la mejor decisión que hizo como director. Desde entonces, Jim ha trabajado para el Departamento de Zoología (ahora Biología Integrativa) y el Museo de Zoología de Vertebrados, donde además de ser profesor, ha sido curador de la Colección de Mamíferos y Director Asociado del Museo. En este lugar es donde ha desarrollado su larga y exitosa carrera como mastozoólogo, siendo su línea de estudio la evolución, genética, sistemática y biogeografía de mamíferos con énfasis en roedores y marsupiales neotropicales.

Desde el inicio de su carrera, el conocimiento que Jim ha generado ha sido significativo para la biología evolutiva. Sus dos tesis de posgrado son ícono en el estudio de la evolución de mamíferos, y las publicaciones derivadas son de las más citadas desde entonces. Primeramente, su artículo sobre evolución cromosómica en Perognathus goldmani fue pionero en el área de la citogenética evolutiva, por utilizar datos cromosómicos en el estudio de mamíferos, y por la implementación de una nueva técnica que él mismo desarrolló. Por otro lado, el descubrimiento y evaluación de una zona de hibridación entre dos especies de tuzas del género Thomomys, abrió la puerta a una serie de publicaciones con una nueva visión sobre el proceso de especiación y los límites de especies en mamíferos.

Sin duda, una de las cosas que más ha disfrutado Jim en su carrera es hacer trabajo de campo y colectar ejemplares. Su catálogo registra más de 23,000 mamíferos colectados, todos ellos preparados con una calidad curatorial única. Ha viajado y colectado en 15 países, incluyendo por supuesto México, el primer país en que colectó fuera de Estado Unidos. Fue un viaje a finales de los 60's con Al Gardner y Don Wilson, cuyo principal objetivo fue llevar algunos ejemplares vivos de Desmodus rotundus, para lo que estuvo dispuesto a sacar sangre de un caballo para alimentarlos. Tal vez ésta es una de las más divertidas anécdotas que podría contar Jim. Después de este primer viaje, regresó periódicamente durante casi 13 años.

A lo largo de su carrera, ha mostrado un alto compromiso con el trabajo curatorial y las colecciones científicas, resaltando el valor que existe en la información de estos acervos. Con esta visión, Jim ha sido un pilar en la creación de sistemas de información para el acceso a bases de datos de colecciones en Norte América. No en vano, además es investigador asociado de importantes Colecciones como la del Museo Americano de Historia Natural, del Museo de Biología del Suroeste de la Universidad de Nuevo México y del Museo de la Universidad de Texas Tech, en Lubbock Texas.

Su producción científica comprende más de 230 publicaciones, incluyendo 5 monografías. Su trabajo de investigación y sus publicaciones sobre mamíferos mexicanos se ha enfocado principalmente en el área del Noroeste de México, en estudios sobre heterómidos, geómidos y el género Neotoma. Es miembro de 13 asociaciones científicas, teniendo cargos directivos en cinco de ellas. Su entusiasmo, visión y ética lo han llevado a ocupar otros importantes puestos de liderazgo y dirección como los mencionados en otros museos, pero además como integrante de paneles de evaluación de la National Science Foundation y como editor asociado de importantes revistas como Journal of Mammalogy, Evolution, Systematic Biology, Current Mammalogy, Genetica e Israel Journal of Zoology. En reconocimiento a este trabajo de investigación se le otorgó el Premio C. Hart Merriam de la Sociedad Americana de Mastozoologos, en 1983, Miembro de la Academia de Ciencias de California en 1984, Investigador Distinguido por el Museo de Zoología de la Universidad de Michigan en 1984, Miembro de Asociación Americana para el Avance de la Ciencia en 1986, Premio Sewell Wrigth por la Universidad de Chicago en 1994 y Miembro Honorario de la Sociedad Americana de Mastozoólogos en 2001. Además, se han descrito seis especies y un género honrando su nombre.

Jim es un educador en todo el sentido de la palabra y es especialmente reconocido por su facilidad y paciencia para enseñar, así como para guiar estudiantes. La lista incluye innumerables horas de clase en aula, campo, laboratorio y museo. Ha formado 37 estudiantes de posgrado y 13 de posdoctorado. Más allá de estos números, muchos podemos decir que el impacto de sus enseñanzas se derrama aún a las generaciones de estudiantes formados por sus discípulos y colaboradores. Es por esto que ha recibido el Premio a la Excelencia en la Docencia por la Universidad de Berkeley en 1989 y el Premio Joseph Grinnell por la Excelencia en la Educación en Mastozoología por parte de la ASM en 1998.

El trabajo de este investigador se reconoce por su alta calidad y profesionalismo, pero Jim, la persona, se caracteriza por su inmenso sentido de la ética, sencillez y sobre todo por su generosidad. Esto no se alcanza a ver en la lista de publicaciones, proyectos, estudiantes, clases y premios, se ve solo cuando lo has conocido a él, y se percibe si tan sólo has tenido la oportunidad de hablar con él o aún de escribirle en alguna ocasión. Cuando un estudiante habla con él por primera vez, difícilmente se puede imaginar que se trata de uno de los mastozoólogos más importantes del mundo. Jim siempre tiene la gentileza de platicar con quien se acerca a él, de responder a preguntas y a mensajes, de compartir su conocimiento e incluso datos o información que permitan el avance en la ciencia, o solo por el hecho de mantener contacto con aquellos que lo buscan. Con todo esto, y con la humildad que lo caracteriza, él mismo se describe como "un viejo atrapa ratas".

Jim decidió retirarse en el año 2001, pero no ha dejado de trabajar un minuto. Actualmente es Profesor y Curador Emérito del Departamento de Biología Integrativa y del Museo de Zoología de Vertebrados de la Universidad de Berkeley. Además continúa como investigador asociado de otras colecciones en Estados Unidos y sigue haciendo trabajo editorial y de campo. Afortunadamente, cuando está a su alcance, Jim sigue apoyando a los jóvenes, y no tan jóvenes, investigadores que se lo solicitan. En un reciente libro que compila artículos en su honor, y cuyo primer capítulo presenta su biografía (Rodríguez-Robles and Greene, 2005) él comenta que su padre una vez le dijo: "Sin importar lo que hagas, hazlo bien y disfrútalo". Sin duda siguió al pie de la letra la instrucción, hizo bien su trabajo, lo sigue haciendo bien y lo sigue disfrutando. Gracias por todo eso Jim.

Es un verdadero honor para la AMMAC entregar el Premio al Mérito Académico Ticul Álvarez Solórzano 2014 al Dr. James L. Patton.

EA, FXG y DSR

Anécdotas de colegas o estudiantes de James L. Patton.

Conocí a Jim en 1997, en el VII Congreso Teriológico Internacional en Acapulco, cuando yo no sólo empezaba el doctorado, sino que en realidad apenas iniciaba mi relación con los mamíferos -pues he de decir que hice la licenciatura con invertebrados marinos. Jim daba una conferencia magistral y al terminar, nos acercamos algunos estudiantes y él, con una alegría que no se me olvidará nunca, nos escuchó, nos dio sugerencias y nos compartió su desmedido entusiasmo -que la verdad sea dicha nosotros recién adquiríamos- por el trabajo con ratones (¡no los mamíferos más carismáticos para quienes nos habíamos soñado trabajando con delfines!).

Varios años después, y a poco de que empecé a trabajar en el Instituto de Ecología de la UNAM, tuve la aventurada ocurrencia de organizar un Simposio dentro del VII Congreso Nacional de Mastozoología en San Cristóbal de las Casas, con la osada intención de invitar, entre otros grandes personajes, a Jim Patton, quien seguramente ni se acordaba de mí. Con la gentileza que lo caracteriza y el cariño que siempre tuvo y tiene por México, para mi agradable sorpresa Jim aceptó la invitación sin chistar.

De ese congreso no sólo derivó mi atesorada amistad con Jim y con Carol, su pareja por ya más de 48 años, sino la publicación del libro "Genética y mamíferos mexicanos: presente y futuro", el cual compila las presentaciones de los ponentes del simposio, así como un prefacio que escribió Jim. Pero he de resaltar, además, que la impresión del libro fue posible sólo gracias a la enorme generosidad de Jim, quien la financió casi en su totalidad. Es también gracias a ello que por varios años y en varios foros hemos podido donar ejemplares, incluyendo este XII Congreso Nacional de Mastozoología.

Quiero retomar unas de las palabras vertidas en el prefacio del libro, que reflejan como decía yo ese cariño que tiene Jim por México, su gente y sus mamíferos silvestres: "Comencé mi carrera profesional en biología evolutiva de mamíferos... y mi campo de estudio en ese tiempo era sobre citogenética comparada y mucho de mi trabajo se centraba en especies de roedores heterómidos y geómidos de los desiertos y montañas de Norte América, áreas que incluían estados del noroeste mexicano. El campo de la genética, tanto en general, como la aplicada a los mamíferos mexicanos en particular, ha cambiado sustancialmente desde aquellos días de principios de los 1960s. En muchos aspectos, este libro marca estos dos eventos: los grandes avances en la aplicación de metodologías genéticas para entender la historia y diversidad de los mamíferos mexicanos y el desarrollo excepcional de la infraestructura científica y de programas escolares dentro del país mismo. Viendo hacia atrás estos 40 años o más, aplaudo, y me sorprendo, de ambos eventos."

El trabajo de investigación, de campo y curatorial de Jim ha sido reconocido de muy variadas formas, pero de las más carismáticas para mí ha sido el haber nombrado, en su honor, un género de roedor Pattonomys, dos especies de roedores neotropicales, Proechymys pattoni y Phyllomys pattoni, una especie de puercoespín fósil, Neosteiromys pattoni, una de murciélago, Lonchophylla pattoni, una de 'pocket gopher', Geomydoecus pattoni y una especie ¡de serpiente (Liophidium pattoni) de Madagascar!

La incansable actividad de Jim ha sido una suerte para muchos, entre ellos yo, que me llevó a compartir una expedición de campo en un área remota en Guatemala, el Cerro San Gil, donde nos repetía cada día "I am an old man now, I cannot do fieldwork as I used to ..." en realidad yo creo era para que no nos sintiéramos tan mal, porque en realidad los que no le aguantábamos el paso ¡¡éramos nosotros!! Y no solo caminaba más, sino que ponía más trampas, capturaba más organismos y, encima, encontraba los casos más extraños e interesantes (aún para Jim después de 50 años de trabajo de campo), como un individuo de Heteromys que tenía en los abazones ... ¡¡ huesos de otro roedor !!

Es, en todos los aspectos de su vida diaria donde Jim muestra y demuestra su increíble sencillez, alegría y camaradería, haciendo de quienes lo comparten, indudablemente mejores personas. No me queda más que felicitar a Jim por este tan merecido premio -y felicitarme a mí por poder contar, en mi haber, del privilegio de conocerlo, contarme entre sus amigas y quererlo por siempre.

EVD

Tuve la oportunidad de conocer personalmente a Jim en el campo, cuando se le invitó a participar como parte de mi comité tutorial de maestría, al cual él gustoso aceptó de inmediato. Durante ese viaje por Baja California Sur, lo primero que me sorprendió de Jim fue su vitalidad y facilidad con la que se movía en campo, a pesar de lo extenuante del sol y la aridez del desierto, él cavaba hoyos en todo sitio que mostrara evidencia de tuzas. Mientras Sergio Ticul y yo tardábamos horas colocando y revisando unas cuantas trampas, asoleados y cansados, sin mucho éxito de colecta, Jim ya nos llevaba una gran ventaja con varias tuzas en la bolsa y siempre con una gran sonrisa dibujada en su rostro. Ahí me enseñó la primera lección, hacer lo que nos apasiona siempre con gusto y positivismo, a pesar de las circunstancias. Durante las largas jornadas de taxidermia en campo, era un placer escuchar sobre sus anécdotas, mientras sus hábiles manos abrían cuerpecitos, sacaba tejidos y rellenaba pieles. Fue también durante ese viaje, junto a Jim, cuando probé por primera vez tuzas fritas; aunque he de reconocer que al tomar el bocado mis dientes tronaban por los restos de aserrín que se nos llegaban a quedar en los cuerpos cocinados.

Tiempo después, Jim me recibió en el MVZ para trabajar la parte molecular de mi tesis. Ahí pude conocer más sobre él, particularmente su gran disciplina. Todos los días llegaba al Museo puntualmente, supe que en su rutina diaria siempre incluía el ejercicio por las mañanas. Para la hora del lunch, el Museo solía quedarse prácticamente vacío, sólo algunos cuantos seguíamos rondando por ahí. Jim, desde el interior de su oficina, sólo sacaba su gran sándwich y lo disfrutaba sin separarse del escritorio, siempre concentrado en el trabajo; y justo cuando daba la hora de salida, terminaba lo propuesto para ese día y se retiraba, para regresar a casa junto a su esposa Carol.

El día de mi examen de grado, los ahí presentes fuimos testigos del gusto que Jim tiene para trasmitir parte de su gran conocimiento, cuando para ampliar la respuesta que di sobre una pregunta que me realizó, se levantó hacia el pizarrón y con diagramas nos explicó de forma muy ilustrativa, dejándonos ver la experiencia y pasión que tiene sobre el tema. A Jim siempre lo he considerado como un gran maestro y bello ser humano, le agradezco sus enseñanzas y contagiarme el interés por estudiar a las "pocket gophers". Me es muy grato leer las publicaciones que hasta hoy sigue produciendo sobre mamíferos.

ER

La influencia de Jim Patton en mi vida como investigador

Conocí a Jim Patton en la primavera de 1974, cuando viajé al Museo de Zoología de Vertebrados (MVZ, por sus siglas en inglés) a examinar especímenes en la impresionante Colección de Mamíferos del Museo. Estaba trabajando en mi Maestría en el Occidental College en el sur de California y mi visita al MVZ era parte de un pequeño proyecto para el curso de evolución que estaba tomando. Jim no sabía que Bill Lidicker, el otro Curador de mamíferos en MVZ, me había dado permiso de trabajar en la colección, así que cuando Jim me descubrió manipulando especímenes en su colección, de inmediato me desafió con su característica voz resonante, "¿TIENES PERMISO DE TRABAJAR EN LA COLECCIÓN DE MAMÍFEROS?" Una vez que el eco se apagó, respondí humildemente, "Sí, el Dr. Lidicker me permitió trabajar en la colección..." Inmediatamente, la expresión de Jim cambió de un ceño fruncido a una sonrisa, y tuvimos una larga y agradable charla sobre pequeños mamíferos. Nadie podría cuestionar que Jim Patton se preocupaba por su colección de mamíferos y la protegía como una mamá oso. Hice todo lo posible para seguir el "ethos" curatorial de Jim lo largo de mi propia carrera como curador.

Comencé a trabajar como estudiante de doctorado en el laboratorio de Jim en el otoño de 1975. Los siguientes cuatro años fueron muy confusos para mí, porque ya tenía esposa y dos hijas en casa, y quería terminar mi grado y obtener un trabajo tan pronto como fuera posible. A pesar del ritmo tempestuoso de mi época de estudiante de posgrado en el MVZ, algunos recuerdos de Jim destacan de manera prominente. La primera de ellas fue su reiterado consejo: "Si vas a hacer un proyecto, hazlo bien". Le molestaba la creciente tendencia en la publicación de documentos breves y superficiales, que contribuyen poco a la literatura mastozoológica. Como resultado, él tenía menos publicaciones que algunos de sus compañeros en ese momento, pero sus publicaciones siempre han sido consideradas como esenciales y significativas, y su investigación ha resistido la prueba del tiempo.

Otro recuerdo imborrable que tengo del tiempo que he pasado con Jim, es su consejo para evitar tratar a otros científicos que trabajan en tu área de la investigación, como intrusos o competidores; en su lugar, nos aconsejó dar la bienvenida a otros investigadores como miembros de un equipo que trabaja con un objetivo común, y dejar que te inspiren a realizar un trabajo aún mejor. El consejo de Jim me sirvió a través de los años, y muchos de mis colaboraciones de investigación se arraigan en la preferencia de Jim de la colaboración sobre la competencia. Creo que las influencias más fuertes que Jim Patton tuvo en mi vida como investigador, fue su ética de trabajo y su integridad científica. Nadie trabajó más duro que Jim en el laboratorio y el campo, y este esfuerzo dio sus frutos en términos de tamaños de muestra grandes, datos copiosos y análisis exhaustivos. Él ya era un pensador crítico, antes que el pensamiento crítico se hiciera popular, y él me enseñó que el pensamiento crítico lleva inevitablemente a la integridad científica. En resumen, Jim Patton es totalmente merecedor del Premio José Ticul Álvarez Solorzano otorgado por la Asociación Mexicana de Mastozoología A. C , y estoy sumamente contento de ver que se le honre de esta manera.

MSH

Jim es una de esas personas únicas, que se convierten en un parteaguas en tu vida personal y académica. A Jim lo conocí en uno de esos momentos críticos de la vida académica, que pasa todo aquel que pretende hacer investigación alguna vez en su vida. Ese momento fue en los noventas, cuando estaba en una fuerte crisis personal y terminando mis estudios de doctorado. Hay que reconocer que al terminar el doctorado casi todos tenemos la crisis del qué seguirá. En lo personal estaba aburrido de más de lo mismo y fue Jim, con su sencillez y gran apoyo, que en primera instancia me enseñó que las cosas tienen varias caras, que el "límite" de la investigación está "limitado" únicamente por las ideas que puedas generar y que las ideas sencillas son las más importantes. Una persona que con su enorme sencillez e increíbles conocimiento.

Jim, como otro de mis maestros, me reafirmó que el hacer diario no es un trabajo, sino una actividad que nos gusta, disfrutamos, vivimos apasionadamente y además nos pagan por ello. Tengo la fortuna de convivir regularmente con Jim desde hace 18 años, gran parte de ese tiempo Jim ha estado "legalmente jubilado", pero me consta que trabaja, más bien dicho, disfruta hacer investigación todos los días como si faltara tiempo para terminar todos los proyectos que tienen en mente y desea hacer.

Tuve la oportunidad de trabajar por primera vez con Jim a finales de los noventas, cuando me invitó a ir al Museo de Zoología de Vertebrados a hacer una estancia de investigación. A la fecha todavía no puedo discernir qué fue lo que me impactó. Motivo y cambio a partir de entonces por el resto de mi vida. Por una parte estaba con uno de los investigadores más influyentes en la historia de la mastozoología, pero al mismo tiempo con una de las personas más sencillas, amigables, abiertas a escuchar, prontas a opinar, dar consejo y recomendaciones en todos sentidos, en pocas palabras alguien más que admirable por su esencia como persona y sus acciones infinitas de ayuda y atenciones. Por la otra parte, en ese momento me puso a trabajar con PCR y secuenciación, algo completamente nuevo para mí, eso aunado a sus pensamientos reflexivos y llenos de ideas logró abrirme al conocimiento y flujo de ideas y cambiar por completo mi carrera académica. Desde ese entonces he visitado periódicamente a Jim en estancias cortas y el sabático, y siempre he encontrado en él una fuente constante de motivación, nuevas ideas, aprendizaje, sencillez, humildad y apoyo.

Hace más de una década tuve oportunidad de trabajar con él en campo, en baja California Sur, además de un grupo de estudiantes del CIBNOR. Ese ha sido posiblemente el viaje más gratificante de mi vida, en todo momento aprendíamos cosas, y siempre era el primero en levántense y empezar a trabajar, el que más trampas colocaba, el que más colectaba, el que más y mejor preparaba, etc., pero jamás se jacto de eso. El mejor de lo mejor, al final del viaje una estudiante en ese entonces y ahora colaboradora dijo unas palabras que se me quedaron grabadas, pero que realmente representan toda la esencia de Jim "Doc, sabe qué? Jim es como el abuelito que todos hemos querido tener algunas vez (MDLPC)".

STAC

Es un placer contribuir con una narrativa en apoyo a la nominación de Jim Patton para el premio Ticul Álvarez Solórzano 2014 de la AMMAC. Conozco a Jim desde 1978, cuando me solicité admisión en la escuela de posgrado en la Universidad de California en Berkeley, para trabajar con él. Yo había escrito una carta introductoria a Jim y estaba emocionado de recibir una carta de respuesta muy alentadora (una copia que aún poseo). Eventualmente fui aceptado para iniciar el doctorado bajo su dirección y decidí visitar el campus de Berkeley. El vuelo más barato de Dallas a San Francisco era un "vuelo nocturno", pero Jim insistió en que me recibiría en el aeropuerto a pesar de que mi vuelo llegaba a las 02:30 hrs. Resulta que, tanto Jim y su esposa Carol estaban allí, así como uno de sus estudiantes de posgrado, Don Straney. Debido a que yo era de Texas y estaba (y todavía lo estoy) intimidado por la talla de Jim como mastozoólogo, mi saludo fue algo como "Es un placer conocerlo, señor." A lo que Jim respondió: "Nada de esa basura de señor, solo llámame Jim". En el transcurso de mi visita en los siguientes días, Jim y Carol me dejaron quedarme en su casa, y Jim pasó considerable tiempo paseándome por el campus y el Museo de Zoología de Vertebrados, y presentándome con los profesores y los estudiantes de postgrado. Jim respondió a todas mis preguntas; algunas de las cuales debieron parecer triviales y un poco ridículas, ahora que veo las cosas hacia atrás. Sin embargo, Jim respondió pacientemente a todas mis preguntas y me proporcionó sus propios puntos de vista sobre la escuela de posgrado y lo que se esperaría de un estudiante trabajando en el Museo de Zoología de Vertebrados. Al final de mi estancia, Jim me llevó al aeropuerto. Como resulta ser típico de Jim, él le dio seguimiento a la carta formal de aceptación del Departamento de Zoología, junto con una de él diciendo que le complacía que me hubieran aceptado, y me ofrecía financiarme con "fondos de uno de sus proyectos de NSF" antes del inicio del semestre de otoño, si estaba interesado.

Este antecedente sirve para ilustrar varias cosas importantes sobre Jim Patton. Él es, ante todo, una persona sencilla que "va directo al grano". Jim no es nada formal, pero es muy agradable y amable. Aunque él se describe como "un viejo cazador de ratas", Jim es mucho más que eso. Él está dispuesto a pasar su valioso tiempo contigo. Por encima de todo, Jim es paciente al máximo cuando ayuda a otros, y lo hace con mayor facilidad que muchos, si no es que todos, los científicos profesionales que conozco. Al referirme a ayudar, quiero decir que Jim comparte su tiempo, experiencia, datos, recursos; cualquier cosa para facilitar a otros mastozoólogos avanzar en sus carreras. La mayoría de la gente no puede pensar en Jim como paciente, pero hay que darse cuenta de que Jim es tan organizado, eficiente y tan trabajador, que tiene que ser paciente; porque nadie puede aguantarle el paso!

Jim pasó aproximadamente los primeros 13 años de su carrera realizando trabajo de campo exhaustivo en el norte de México, y ha contribuido al desarrollo de Mastozoología en México en varios aspectos importantes. Sus primeras investigaciones involucraron mamíferos mexicanos ya que él estaba examinando los patrones de variación en cariotipos, sobre todo en los ratones de abazones y en tuzas. La mayoría los mastozoólogos mexicanos, aunque no todos, seguramente saben que Jim desarrolló la técnica del uso de médula ósea de pequeños mamíferos para obtener cariotipos en el laboratorio de T. C. Hsu' en Houston, Texas, y luego con gusto compartió este método con otros estudiantes de posgrado, mientras estaba en la Universidad de Arizona. El artículo de Jim de 1967, "Chromosomes studies of certain pocket mice, genus Perognathus (Rodentia: Heteromyidae)", publicado en Journal of Mammalogy describe su técnica de cariotipo de médula ósea "in vitro". Ya que este procedimiento también se podía realizar en el campo, siempre y cuando se tuviera una centrífuga, los mastozoólogos han llevado centrífugas "de manivela" a áreas remotas de México (y a todo el mundo) y han utilizado la técnica básica de Jim para producir datos cariotípicos de todo tipo de taxones, resultando en cientos de publicaciones que han contribuido a nuestro conocimiento sobre la citogenética en mamíferos. Jim también ha contribuido a nuestra comprensión de la biología de mamíferos mexicanos a través de su propio trabajo y por medio del de sus estudiantes graduados y posdoctorados, algunos de los cuales han llevado a cabo investigaciones sobre mamíferos mexicanos desde hace décadas. Durante la mitad de su carrera profesional, Jim dedicó una parte importante de su esfuerzo de investigación en entender la historia evolutiva de los roedores y marsupiales en América Latina, principalmente en Perú y Brasil. Más recientemente, Jim ha vuelto a dirigir su interés más cerca de "casa" y en la colaboración de Ticul, entre otros, ha contribuido a la comprensión de la sistemática de tuzas y de ratas del desierto en el norte de México y el suroeste de los Estados Unidos. Como la mayoría de mastozoólogos mexicanos saben, Jim fue honrado recientemente por la AMMAC invitándolo a impartir una conferencia titulada "La aplicación de métodos genéticos moleculares para el estudio de los mamíferos mexicanos: una perspective personal" en el congreso de la AMMAC celebrado en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, en 2004.

A la fecha, el curriculum vitae de Jim incluye más de 230 publicaciones. Aunque esto es ciertamente impresionante, el número de publicaciones en las que ha sido autor no es representativo de su contribución general a la disciplina de Mastozoología. Esto es porque Jim cree que las publicaciones de sus estudiantes de posgrado son de ellos - él no busca, y por lo general rechaza, ofertas de co-autoría de documentos que sus estudiantes publican basados en sus tesis de maestría o doctorado. Esto a pesar de que las contribuciones intelectuales y financieros por parte de Jim hayan sido considerables. Hasta donde yo sé, Jim nunca ha sido coautor de un artículo simplemente porque el trabajo se realizó en su laboratorio, o porque contribuyó con algunos reactivos, o muestras de tejido, o simplemente por proporcionar sugerencias editoriales en el manuscrito.

En resumen, Jim es realmente excepcional como persona, como mastozoólogo y como colaborador. Él es particularmente desinteresado cuando se trata de ayudar a otros investigadores con su tiempo, experiencia y recursos. En mi opinión, Jim es, y será probablemente, el mejor mastozoólogo que cualquiera de nosotros podrá conocer. Nosotros como profesionales, haríamos bien en emularlo lo mejor que podamos. Por lo tanto, no puedo pensar en nadie más merecedor del premio Ticul Álvarez Solórzano de AMMAC que Jim.

DSR

REFERENCIAS

Rodríguez-Robles, J.A., and H. Greene. 2005. Genes, rats, and sinking boats: a biographical perspective on James L. Patton, Pp. 5-56 in Mammalian diversification: from chromosomes to biogeography (A Celebration of the Career of James L. Patton) (E.A. Lacey, and P. Myers, eds.). University of California Publications in Zoology 133:1-383. [ Links ]

Patton, J.L. 1967. Chromosome studies of certain pocket mice genus Perognathus (Rodentia: Heteromyidae). Journal of Mammalogy 48:27-37. [ Links ]

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