El libro constituye una aportación relevante al campo de la educación al imaginar y experienciar estrategias de investigación, formación y acción pedagógica que nombran, piensan y estudian el mundo de la experiencia educativa de otro modo, a través de dispositivos pedagógicos basados en la narrativa. Asimismo, exploran los sentidos, las comprensiones, las interpretaciones sociales, profesionales, pedagógicas, que producen y ejercitan los aprendices cuando viven esas experiencias y las recrean a través de relatos autobiográficos.

Otras fuentes, como los relatos digitales personales, los incidentes críticos, la multimetodología autobiográfica extendida, la fotobiografía y la fotovoz, los e-portafolios y los entornos personales para aprender, los juegos de rol, el cómic pedagógico y la narrativa transmedia se configuran como objeto de indagación transversal en las ciencias sociales y humanas, y amplían las vías y los recursos metodológicos para el conocimiento de las experiencias vitales y narradas por los aprendices, “En educación y pedagogía, también desde hace décadas, la investigación narrativa y (auto)biográfica viene produciendo conocimientos sobre los sujetos en formación, sus relaciones con los territorios y tiempos del aprendizaje y sus modos de ser, hacer y biografiar resistencias, pertenencias, identidades y tránsitos” (^{Murillo, 2015: 8}).

En el libro se presentan un conjunto de recursos o dispositivos pedagógicos que tienen en común la utilización de narrativas o relatos elaborados por los alumnos, como instrumentos mediadores de procesos de reflexión y de aprendizaje, se alternan los referentes teóricos con ejemplos de investigación y aplicación en el ámbito educativo, a través de los sitios web y recursos digitales en su creación y uso educativo.

La autora enfatiza el significado etimológico de la palabra “narrativa” el cual se encuentra estrechamente relacionado con el término “conocimiento basado en la experiencia”. Se busca establecer su verosimilitud y su autenticidad, no su valor de verdad, en tanto que los relatos no son copias fieles del mundo, sino interpretaciones selectivas con base en ciertos códigos narrativos. La narrativa permite la expresión del sentimiento, así como la subjetivación del tiempo y el espacio. Estimula al ser humano a ver el mundo como algo inédito, a explorarlo infinitamente y a crear mundos posibles. De hecho, no hay otra manera de describir el “tiempo vivido” que, por medio de una narrativa autobiográfica o historia de vida, por la cual es posible revisitar continuamente la propia identidad.

La obra postula el giro narrativo en la educación y resalta la importancia de la comprensión subjetiva de la realidad social. Parte de la premisa de que el acto de narrar y de narrarse constituye uno de los mejores dispositivos pedagógicos para comprender el devenir de los actores de la educación y contemplar escenarios de transformación y mejora de su realidad. Se asume que narrar constituye un acto social, que permite desvelar el conocimiento y concepciones no sólo de las personas, sino a través de éstas, del colectivo humano al que pertenecen.

Frida Díaz Barriga señala que es justamente en el carácter experiencial, vivencial y subjetivo de las narrativas donde reside su potencial como dispositivos pedagógicos apropiados para favorecer, impulsar y reforzar el sentido de los aprendizajes escolares y extraescolares.

Las experiencias subjetivas de aprendizaje tienen dos referentes: uno estable, la situación o actividad de aprendizaje a la que remiten, y otro cambiante, el contexto espacio-temporal y socio-institucional en las que se (re)construyen. En segundo lugar, las narraciones mediante las cuales se generan y revisan y resignifican las experiencias subjetivas de aprendizaje, son siempre en realidad resultado de un proceso de construcción compartida o deco-construcción.

El aprendizaje se enriquece y diversifica cuando se concibe para toda la vida y que debe ocurrir mediante la utilización de diferentes lenguajes y formatos de representación. Actualmente existe una tendencia abierta al uso de lenguajes visuales, narrativos y performáticos, que permiten dar expresión no sólo a lo que se sabe, sino a lo que se siente, por lo que el plano de las emociones entra de lleno en la escena educativa.

Entre los dispositivos pedagógicos centrados en la narrativa se encuentran los relatos digitales personales, los incidentes críticos, la multimetodología autobiográfica extendida, la fotobiografía y la fotovoz, los e-portafolios y los entornos personales para aprender, los juegos de rol, el cómic pedagógico y la narrativa transmedia, “tal colección de dispositivos pedagógicos basados en la narrativa sólo tiene sentido ante el reconocimiento de que nos encontramos en una nueva ecología del aprendizaje” (^{Coll, 2013}), donde la vía idónea de acceso al conocimiento consiste en la personalización del aprendizaje, que remite a la diversidad y a la importancia de construir trayectorias personales al aprender.

La autora parte de la premisa de reconocer la importancia de los enfoques centrados en el alumno, debido a que lo más relevante es promover aprendizajes que logren un sentido personal, participando en experiencias educativas auténticas, de aprendizaje complejo, en donde prive la colaboración y la posibilidad de tejer redes entre participantes de distintas comunidades, y ante todo, incitar a la gestación de proyectos y producciones creativas, resultado del emprendimiento de los propios aprendices.

En el primer capítulo, denominado “Pensamiento narrativo y educación”, se expone una diversidad de postulados teóricos respecto a la visión sociocultural de la narrativa, su importancia en la educación y sus características principales. Se enfatiza en los llamados universales brunerianos de la construcción narrativa de la realidad y en la estructura canónica o arco narrativo. Se proporcionan algunos ejemplos del potencial educativo de la narrativa en entornos de educación formal y no formal. Se insiste en que, más allá de la anécdota misma, lo más relevante es identificar el punto de inflexión en la narrativa, su sentido profundo, pues esto es lo que permite la interpelación de uno mismo y del entorno de vida, en aras de arribar a un proceso de emancipación.

Recordemos que, en una entrevista, Hans-Georg Gadamer señalaba el significado del concepto experiencia en relación con los métodos diferenciales de búsqueda de la verdad, ya sea en el caso del método de las ciencias experimentales o en el del arte y las ciencias humanas:

El hecho de ser experimentado no significa que uno conozca algo de una vez y para siempre ni que se aferre a la supuesta verdad de ese conocimiento; antes bien, uno se vuelve más abierto a las nuevas experiencias. Una persona experimentada no es dogmática. La experiencia tiene un efecto liberador: nos permite abrirnos a experiencias nuevas [...] en nuestra experiencia no damos nada por terminado, sino que aprendemos de continuo cosas nuevas [...] a esto llamo yo el carácter interminable de toda experiencia (Gadamer, citado por ^{Martin, 2009: 464}).

En el segundo capítulo, “La narrativa autobiográfica: relatos digitales personales e incidentes críticos”, se discute la emergencia y relevancia del enfoque biográfico narrativo en educación, se habla de la importancia de los relatos del yo y se describen en detalle dos dispositivos pedagógicos de gran interés: los relatos digitales personales (RDP) y los incidentes críticos (IC). Se muestra una serie de ejemplos de investigación y aplicación, así como sitios web y recursos digitales para la creación y uso educativo de tales dispositivos, incluido el sitio “Contar historias” del equipo de investigación.

El tercer capítulo, “Identidad narrativa: indagación y dispositivos pedagógicos”, se analizan los planos intra e intersubjetivo de identidad narrativa, en lo que atañe al sujeto de la educación. Se exponen la diversidad de dispositivos pedagógicos que conforman la multimetodología autobiográfica extendida (MAE) y ejemplifica su empleo con estudiantes de educación superior, particularizando en el sentido de los fondos geográficos, culturales y sociales de identidad, así como en las prácticas socioculturales de los actores de la educación, principalmente los estudiantes. Destacan algunos ejemplos de dibujos identitarios, fotovoz y fotobiografía, así como de la exploración de la identidad digital a través de la construcción de avatares y de la identificación

El cuarto y último capítulo, “El aprendizaje basado en actividades lúdico-narrativas”, establece el binomio juego-narrativa como base de un conjunto de dispositivos pedagógicos de gran interés para los educandos, incluyendo jóvenes y adultos. Se discute la importancia del juego en la construcción de la identidad y la cultura, así como el papel del juego en distintas teorías ante la necesidad de revisitar sus postulados. Se ilustra una diversidad de juegos serios con implicaciones probadas en el campo educativo, así como la posibilidad de llevar a la práctica los juegos de rol, el cómic pedagógico y la narrativa transmedia en escenarios de educación escolar, de los artefactos culturales (“cajas de herramientas”).

La trascendencia de este texto radica en la apertura de una nueva veta de investigación encaminada al ámbito formativo de los aprendices, a partir de dispositivos pedagógicos basados en la narrativa.