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Revista iberoamericana de educación superior

On-line version ISSN 2007-2872

Rev. iberoam. educ. super vol.4 n.9 Ciudad de México Jan. 2013

 

Contornos

 

¿Qué leen los profesores de la Universidad de Sonora? Un estudio sobre la lectura como práctica cultural

 

O que leem os professores da Universidade de Sonora? Um estudo sobre a leitura como prática cultural dos professores

 

What do professors of the Sonora University read? A study on reading as a cultural practice

 

Flor-Alejandra Tarazón-Ruíz* y Daniel-Carlos Gutiérrez-Rohán**

 

* Maestra en Innovación Educativa. Profesora de Asignatura, División de Ciencias Económicas y Administrativas, Universidad de Sonora, México. Temas de investigación: educación y cultura. tarfydg@hotmail.com

** Doctor en Ciencia Política por la Universidad Nacional Autónoma de México. Maestro de Tiempo Completo, Titular "C", Departamento de Psicología y Ciencias de la Comunicación, Universidad de Sonora, México. Temas de investigación: comunicación y procesos políticos; problemas educativos; reflexiones epistémico-metodológicas. dcgutier@sociales.uson.mx

 

Recepción: 22/5/12.
Aprobación: 14/11/12.

 

Resumen

Este artículo se deriva de los resultados de la investigación realizada para describir las disposiciones culturales de los profesores, con base en los conceptos ordenadores de la teoría sociológica de Pierre Bourdieu. Así se aborda, específicamente, la reflexión sobre lo que leen los profesores, como un factor determinante en la adquisición de capital cultural. Por medio de un enfoque cualitativo, se entrevistó a profesores de tiempo completo de la Universidad de Sonora, a los que se considera como sujetos principales en la reestructuración de disposiciones culturales de los actores universitarios, con el objetivo de conocer la inclinación/gustos hacia la lectura como uno de los aspectos fundamentales que conforman el habitus de los individuos en el campo educativo.

Palabras clave: lectura, profesores, capital cultural.

 

Resumo

Este artigo é derivado dos resultados da pesquisa realizada para descrever as disposições culturais dos professores, com base nos conceitos ordenadores da teoria sociológica de Pierre Bourdieu. Assim se aborda, especificamente, a reflexão sobre o que leem os professores como um fator determinante na aquisição de capital cultural. Por meio de um enfoque qualitativo, entrevistou-se a professores de tempo integral da Universidade de Sonora, aos que se considera como sujeitos principais na reestruturação das disposições culturais dos atores universitários, com o objetivo de conhecer a inclinação e os gostos de leitura como um dos aspectos fundamentais que conformam o habitus dos indivíduos no campo educacional.

Palavras chave: leitura, professores, capital cultural.

 

Abstract

This article derives from the results of the research performed to describe the cultural dispositions of professors based on the classification concepts of Pierre Bourdieu's sociological theory. Thus, it addresses specifically the reflection on what professors read, as a determining factor for the acquisition of cultural capital. Full time professors of the Sonora University were interviewed with a qualitative focus. Said professors are considered as the main subjects in the restructuring of cultural dispositions of university agents, in order to know their leaning / likings towards reading as one of the essential aspects that shape the habitus of individuals in the educational field.

Keywords: reading, professors, cultural capital.

 

Ahora digo —dijo a esta sazón Don Quijote—
que el que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho.
1
Miguel de Cervantes

Introducción

Intelectualmente se puede decir que, en gran medida, somos lo que leemos. Aun cuando la lectura ha sido desplazada de las principales actividades del quehacer de una persona, la educación y la lectura están estrechamente relacionadas.

La lectura constituye un camino privilegiado para la mejora del desarrollo personal, a que sus beneficios pueden verse reflejados en aspectos tanto cognitivos, afectivos, sociales, éticos, e incluso espirituales. Esta base cultural es condición indispensable de la educación y, por tanto, de uno de los principales actores de la misma: los profesores. Para indagar sobre este aspecto, se llevaron a cabo entrevistas a profundidad que permitieron ir más allá de trazos generales sobre la importancia de la lectura para los profesores, y reflexionar sobre sus gustos y preferencias literarias.

Justamente, este trabajo trata de indagar respecto a esta cuestión; consta de cinco apartados. El primero intenta explicar la importancia de los conceptos como base interpretativa de los problemas culturales, tomando como referente teórico a Pierre Bourdieu; los dos siguientes describen el contexto de la universidad primeramente, para después hacer un enfoque especifico a la Universidad de Sonora (UNISON); el cuarto se refiere a los hábitos lectores de los profesores, y en el último apartado se exponen las consideraciones finales.

 

Importancia de los conceptos como base interpretativa de los problemas culturales ¿De qué se ocupó Pierre Bourdieu?

Al crear un sistema de interpretación de la sociedad, posicionando las cuestiones culturales en el núcleo de sus trabajos, Bourdieu permite construir perfiles metodológicos que posibilitan indagar sobre aspectos esenciales en educación, como la lectura.

La problemática de los hábitos lectores, que puede verse reflejada en los bajos índices de lectura, nos lleva a reflexionar sobre uno de los aspectos esenciales del sistema educativo. En este sentido, Bourdieu (1988) señala que se da un acercamiento inicial a la cultura a través de la familia, que después se presume y perfecciona con un aprendizaje escolar. Entonces, al considerar el sistema de enseñanza como uno de los mecanismos fundamentales para la reproducción cultural (Bourdieu, 1979, 1988), surge la necesidad de conocer cómo se llevan a cabo los procesos de reproducción de "gustos" culturales en la universidad, específicamente el gusto por la lectura que tienen los profesores, quienes son los sujetos principales en la transmisión cultural dentro del campo educativo.

Bajo esta perspectiva de análisis, el papel desempeñado por las instituciones en la dinámica cultural es central, ya que ellas representan la materialización y objetivación de la misma; tomando esto en cuenta, el trabajo pedagógico ejercido eficazmente, tiene efectos de producción de disposiciones que generan esquemas de acción en las vidas de los alumnos.

Así, las instituciones educativas tienen la función de distinción, la cultura que trasmiten separa a los que la reciben del resto de la sociedad por un conjunto de diferencias sistemáticas: los que se han apropiado de la "cultura erudita" trasmitida por la escuela disponen de un sistema de categorías de percepción, de lenguaje, de pensamiento y de apreciación que les distingue de los que no han tenido otro aprendizaje aparte de los contactos sociales con sus semejantes.

Entonces, para conocer los gustos, preferencias, inclinaciones internalizadas en los individuos para aprender y aprehender sobre la lectura se ha reflexionado a partir de la teoría de Pierre Bourdieu y de conceptos básicos como habitus, disposiciones, campo y capital cultural.

El habitus2 es un concepto que permite comprender de que manera el hombre se convierte en un ser social y produce prácticas, así como la capacidad para apreciar dichas prácticas. Se trata de un sistema de disposiciones que son los gustos, maneras de sentir, de hacer y de pensar internalizadas por los individuos. Este concepto nos permite indagar sobre cuáles son los gustos e inclinaciones que los profesores universitarios tienen hacia la lectura.

De esta manera, nos permitimos ubicar a la universidad como un campo educativo que constituye el patrimonio de las clases cultivadas, y que permite conocer las condiciones sociales de posibilidad de lectura. Es pertinente plantearse entonces, si la universidad es en verdad un espacio social que permite la reestructuración de disposiciones para incrementar el capital cultural; ya que la educación, como se mencionó antes, es un mecanismo fundamental en la reproducción cultural; así, se considera a las instituciones educativas como generadoras de habitus de los sujetos que se encuentran dentro de las mismas.

En esta misma perspectiva, Berger y Luckmann (1997) hacen énfasis en la socialización que se efectúa en el contexto de una estructura social específica y su influencia en los individuos, en este caso la influencia que los profesores pueden tener en sus estudiantes. Esto es importante, ya que ellos son los posibles transmisores para las nuevas generaciones, al considerar que tienen un contacto directo y permanente con los estudiantes. Un profesor que no ha contado con las condiciones culturales e institucionales suficientes para reformular los hábitos adquiridos durante su vida familiar y escolar previa, tiene pocas posibilidades de producir y expresar, de manera clara y precisa, un capital cultural que influya sobre sus estudiantes motivándolos a reestructurar sus disposiciones e incrementar su propio capital cultural.

Sin embargo, existe un consenso en cuanto al perfil del docente universitario: se considera que tiene una débil formación en la licenciatura; una escasa o nula experiencia profesional, y un alejamiento importante de la actividad cultural e investigadora; lo anterior ocurre en todas las áreas académicas (Lozano y Padilla, 2004). Por esto, al ubicar las estrategias de inversión escolar en el conjunto de las estrategias educativas y en el sistema de las estrategias de la reproducción, se deja escapar una de las inversiones educativas más importantes y determinada socialmente, la transmisión de capital cultural, como pudiera ser la lectura, en una de sus vertientes.

Esto se da en la medida en la cual el profesor se dedica a impartir las clases tomando en cuenta sólo los conocimientos de la materia para cumplir con los requisitos de la misma. Bourdieu menciona que el profesor, en muchas ocasiones, "se ve obligado a operar con un mínimo de racionalización de lo que transmite, ligando sus conocimientos a contextos prácticos y estandarizados" (1988: 64).

En palabras de Bourdieu "la lectura obedece a las mismas leyes que las otras prácticas culturales, con la diferencia que es trasmitida por el sistema escolar" (2010: 258) y los profesores como intelectuales "se sienten en el deber de dar a todos el derecho de lectura" (ibid.). Así, se toma a la lectura como un ejemplo apropiado para explicar prácticas culturales, comprender y transformar la realidad, al considerar que en la medida que se comprende y se conoce, existe la posibilidad de transformación.

La teoría de Bourdieu permite comprender al mundo social en toda su complejidad como un acto de construcción de esquemas de pensamiento y de expresión, de condiciones de existencia y de prácticas o representaciones de los sujetos cuyas actividades estructuradas son también estructurantes, ya que ellos mismos han contribuido a producirlo. su contribución a la comprensión del sistema de enseñanza, de las realidades culturales y de la situación de las universidades, hace que se le considere como un punto de referencia obligado en los estudios relacionados con la educación y cultura. De esta manera, se plantea la complejidad de la problemática de la lectura como práctica cultural en profesores, y su posible influencia y trascendencia en la formación de alumnos.

 

Contexto: la Universidad y la oferta cultural

La universidad, como todo campo,3 tiene su propia dinámica, sus mecanismos de reproducción capaces de orientar las prácticas o sus representaciones.

Cada posición en el espacio social y en diferentes campos supone habitus específicos, y como se indicó anteriormente, el habitus es el resultado de condicionamientos sociales que se convirtieron en hábitos de los sujetos. Es un principio unificador que manifiesta un estilo de vida; son esquemas que conforman una determinada visión, gustos diferentes y preferencias, y para entrar en cada campo social se requiere de cierto capital específico, ya sea económico, cultural, social o simbólico.

En este mismo orden de ideas, al analizar las instituciones, Bergman y Luckman (1997)4 las contemplan como portadoras de determinadas formas de pensamiento, esto es congruente con el supuesto de que la universidad forma individuos, modifica sus disposiciones y transforma sus habitus; y esto sólo lo puede hacer por medio de la conexión de sus estructuras y de los procesos sociales que se llevan a cabo dentro de la misma institución.

La función social transmitida por las instituciones mexicanas es considerada acrítica y totalmente acorde con los postulados de la globalización (Villaseñor, 2003),5 con lo cual se acepta un papel subordinado para el país en la división internacional del trabajo y del conocimiento. Sin embargo, el compromiso de la universidad no debe ser el de instruir conocimientos limitados en un área especializada solamente, sino conocer y comprender otros aspectos que resultan de gran relevancia en un campo educativo, formar personas reflexivas y críticas de la realidad social que viven.

La responsabilidad de las instituciones de educación superior es la de formar pensadores autónomos, es decir, generadores de nuevos conocimientos y no sólo acumuladores de información; con una educación integral y no sólo enfocada a la exigencia y dominio de su ciencia, sino a los conocimientos culturales, sociales, políticos, y para lograr esto los profesores deben estar preparados, ya que en gran medida son el motor que hace funcionar la maquinaria que es la universidad. Sin embargo, en muchas ocasiones el profesor "no tiene tiempo para renovarse, en un clima donde los contenidos de la docencia tienden a congelarse, y la docencia misma a transformarse en una actividad tradicional" (Brunner, 2001: 187); y esto no puede ni debe ser nuestra realidad, al reconocer a la universidad como una esfera pública que tiene la posibilidad de influir en un gran número de personas dentro de la sociedad.

En el estado de Sonora (norte de México) desafortunadamente la oferta cultural no es muy diversa, si reducimos la búsqueda a oferta relacionada con la lectura en la ciudad de Hermosillo (capital de Sonora), encontramos que hay pocas librerías, alrededor de 15,6 esta cifra por sí sola es desalentadora, más aún si se toma en cuenta que las bibliotecas son bastante escasas, ya que según datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), se reportan 18 bibliotecas públicas.7 Esto, sin hacer un análisis sobre los contenidos en las librerías y bibliotecas, es decir, cuál es la oferta en cuanto a libros, revistas, archivos, etcétera.

Para una población de 784 342 habitantes,8 es evidente que la oferta es poca, y en este sentido se puede hacer referencia a Bourdieu cuando afirma que "la lectura es producto de las condiciones en las cuales se ha sido producido como lector" (2010: 255); en estas circunstancias las expectativas de encontrar ávidos lectores no son muy alentadoras en la población sonorense; sin embargo, el objeto de estudio no es la población en general, sino específicamente los profesores de la Universidad de Sonora, y es aquí donde reside la esperanza.

 

Una mirada a la Universidad de Sonora ¿Quiénes son los profesores?

Para comprender de manera más justa la situación que se plantea, es necesario hacer referencia al sistema de educación superior en el que se ubican los profesores: la Universidad de Sonora (UNISON).

La UNISON, por medio de la Ley Orgánica número 4, establece como objetivos "la preservación, creación y difusión de la cultura [...] en beneficio de la sociedad" (Art. 5, Marco Normativo).9En relación con lo anteriormente planteado, y con la lógica general del discurso de la institución acerca de la educación integral, se puede pensar que la cultura es un elemento que se da en la cotidianidad dentro del contexto educativo, y que los profesores son parte activa en la transferencia de disposiciones culturales.

Ahora bien, los profesores deben realizar y cumplir con ciertos objetivos en cuanto a docencia, investigación y difusión; y en este sentido es pertinente mencionar dos políticas nacionales como el Perfil del Programa de Mejoramiento del Profesorado (PROMEP) y el Sistema Nacional de Investigadores (SNI), que han tenido un alto impacto en los profesores y que pueden ser un factor importante en la adquisición de determinadas disposiciones.

Para describir de manera más concreta a los profesores entrevistados, cabe mencionar que según los datos proporcionados por la UNISON,10hay 1 090 plazas de profesores tiempo completo, sin embargo, son 1 062 las que están ocupadas. A partir de esta cifra, se seleccionó a los profesores de tiempo completo (PTC) que pertenecen al PROMEP, así como al SNI. En total, son 141 profesores, de éstos se entrevistó a 21, tomando en cuenta el número de profesores en cada división que cuentan con el perfil establecido, así como el número de alumnos en cada división (demanda), y la antigüedad que los profesores tienen de laborar en la Universidad; finalmente, se procuró guardar un equilibrio en cuanto al género, con el objetivo de que hubiera variabilidad, seleccionando de alguna manera a la "élite" de la Universidad.

Ahora bien, este artículo se deriva de una de las categorías que permitieron hacer observables las disposiciones culturales de los profesores: la lectura, por medio de entrevistas a profundidad. El procedimiento aplicado para el registro de los datos fue establecer contacto con los profesores, para darles a conocer los objetivos de la investigación y los términos de confidencialidad, y así concertar una fecha y hora para la entrevista. Al realizar las entrevistas, éstas fueron grabadas y, posteriormente, se transcribieron a texto en el programa Word, para después analizarlas por medio del programa de análisis cualitativo de datos NVivo, que permite importar, clasificar y analizar la información. Después, se agruparon los nodos en tres categorías de análisis para cada variable: gusto, inversión y diversificación.

 

¿Los profesores de la Universidad de Sonora leen?

Se estima necesario realizar esta pregunta, ya que según la Encuesta Nacional de Lectura (CONACULTA, 2006),11 los adultos mexicanos suelen leer menos de tres libros al año. Según los datos obtenidos en esta encuesta, el 43.6% de los entrevistados reportan no leer libros. De éstos, menos de la tercera parte (30.4%) los ha leído en algún momento de su vida, mientras que el 12.7% dijo nunca haber leído libros. Estos datos permiten observar una realidad que se vive actualmente en nuestro país, sin excluir a las instituciones educativas.

Esta preocupación por la situación actual en cuanto a hábitos de lectura se puede ver reflejada en explicaciones como la siguiente: "la lectura es básica, lamentablemente el hábito de la lectura en el caso mexicano, en la cultura mexicana y en América Latina en general [...] está muy poco desarrollada y uno de los grandes problemas que hay es que la gente no lee, o bien lee cosas que no son cuestiones de formación" (profesor de la División de Ciencias Sociales).

Entonces, ¿será que los profesores están incluidos en esa minoría que sí lee? Pues bien, en relación con los hábitos lectores de los profesores de la UNISON, el 100% de los entrevistados afirma que lee, y de hecho es una actividad que realizan con regularidad, la importancia de la lectura para los profesores entrevistados se demuestra en argumentos como: "a mí me gusta leer y creo que me ha gustado desde joven" (profesor de la División de Ciencias Económico-Administrativas); así como también: "[la lectura] es imprescindible, sumamente importante para que el individuo se conforme, se integre, conozca como un todo la vida en general" (profesor de la División de Ciencias Económico-Administrativas).

Sin embargo, habría que conocer cuáles son las lecturas que realiza. En palabras de Bourdieu "debemos plantear la cuestión de las condiciones en las cuales se produce esa necesidad [de lectura]" (2010: 259), es decir, qué factores propiciaron el hábito de la lectura, conocer las razones por las cuales leen, así como qué tipo de lecturas son las que realizan, para llegar a un conocimiento real y no caer en el efecto de legitimidad que Bourdieu describe como las respuestas dadas que no son completamente ciertas, pero que se dan de acuerdo con un valor o creencia sobre lo que merece ser mencionado o no (ibid.).

El diagrama muestra las tres categorías de análisis para cada variable, las cuales permitieron analizar las entrevistas realizadas, e ir un poco más allá del gusto por la lectura, para conocer el tiempo invertido en la adquisición de capital cultural y por lo tanto la diversidad que tienen en cuanto al conocimiento de obras y autores, lo cual Bourdieu define como capital interiorizado.12

Uno de de los aspectos fundamentales en el sistema de factores explicativos fue el origen social y el nivel de instrucción de los profesores. Es innegable sobre cómo el origen de cada persona es un elemento que influye de manera determinante en la estructuración de disposiciones de cada individuo, esto se debe a que cada sujeto está constituido por costumbres que su origen social le ha transmitido, es una relación de condicionamiento, ya que el habitus es estructurado por el campo, y a la vez lo estructura. Sin embargo, resulta de interés puntualizar cómo los estudios realizados, con los cuales han obtenido títulos académicos, justifican su ubicación dentro del campo educativo y les ha otorgado cierto grado de apropiación y conocimientos sobre la lectura.

Los datos proporcionados indican que cuando los profesores son originarios de Sonora y han vivido siempre en esta región, sus gustos en cuanto a aspectos culturales son semejantes, y existe menor diversidad. Sin embargo, cuando son originarios de otros estados de la República, o bien han vivido o cursado sus estudios en distintas partes fuera del estado de Sonora o incluso fuera del país, sus disposiciones culturales han sido reestructuradas, es decir, hay una mayor diversificación en cuanto a gustos y conocimientos sobre la lectura, en cuanto al conocimiento de autores y títulos de libros, así como también mayor voluntad en cuanto al acceso y adquisición, ya que están dispuestos a invertir tiempo y dinero para incrementar su capital cultural.

En el caso de los profesores entrevistados, el 70% son originarios de Sonora, de este porcentaje la mitad nacieron en Hermosillo, y el resto proviene de distintas ciudades como Ciudad Obregón, Agua Prieta, Huatabampo, Santa Ana, Guaymas, Pitiquito y Navojoa. El 30% que no nacieron en Sonora, son profesores originarios de Baja California, Sinaloa, Veracruz, Oaxaca y ciudad de México.

El origen social es uno de los factores de diferenciación que ejerce una gran influencia sobre los profesores, mayor en todo caso que el género y la edad. Sin embargo, en este sentido no se limitará el origen social solamente al lugar donde nació y vivió el profesor, sino que se toma en cuenta donde realizó sus estudios de licenciatura y de posgrado, ya que este elemento permite diferenciar a profesores que son originarios de Sonora, pero que han vivido en otras ciudades, por razones generalmente de estudios de posgrado, lo cual ha resultado en una reestructuración de sus disposiciones de manera significativa; esto se puede observar en el siguiente argumento: "a mí lo que me ayudó un poco más, como te comentaba, a digamos ampliar más el horizonte, fue el haber vivido en algunas otras partes, haberme desenvuelto en otros ambientes, eso es, creo, lo que más me marco" (rofesor de la División de Ingenierías). Nuevamente, se puede hacer alusión a las carencias de oferta cultural en nuestro estado, específicamente en lectura, pero que finalmente nos lleva al siguiente cuestionamiento.

 

¿Qué leen los profesores de la Universidad de Sonora?

Una vez que se ha identificado la lectura como una actividad que los profesores realizan con regularidad y por gusto, es importante señalar cuáles son los tipos de lectura que realizan. Es pertinente aludir que dentro de los deberes y quehaceres de la dinámica de su trabajo es necesario y obligatorio leer; y esto se debe al hábitat, es decir, al tipo de vida cotidiano (contexto) relacionado con el quehacer de un profesor de tiempo completo referente a la lectura.

Así, en la búsqueda por responder el cuestionamiento antes planteado, se encuentra que son pocos los profesores que manifiestan leer otro tipo de lecturas que no sean académicas, como pudieran ser novelas, poesía, cuentos, etcétera; y la gran mayoría argumenta que esto se debe a razones de tiempo (es preciso recordar, entonces, que las actividades del perfil de los profesores entrevistados residen en hacer investigación, publicar y difundir conocimientos relacionados con su área de trabajo, para poder mantener este perfil). En este sentido, se puede constatar como las estrategias de políticas nacionales (PROMEP y SNI) establecen pautas/normas por cumplir que al ser llevadas de la mano por estímulos económicos, tienen efectos positivos quizá en lo académico, pero limitan las acciones de los profesores al cumplirlas, dejando de lado aspectos esenciales como la cultura.

Entonces, ¿leen por exigencias del trabajo, por placer o por transformar y adquirir nuevas disposiciones? Sin duda, la balanza se inclina a las lecturas académicas, con esto nos referimos a lecturas relacionadas con su área de especialización y dentro de las cuales se pueden encontrar artículos de investigación, revistas científicas y libros especializados, esto se puede evidenciar en los siguientes argumentos: "dedico [...] unas cinco horas diarias a la lectura científica, artículos de investigación principalmente, no pasa un día que no tenga yo que hacer una revisión de tal vez 20 a 30 publicaciones periódicas durante el mes. Es una lectura de carácter técnico científico, y disfruto de esa lectura" (profesor de la División de Ciencias Exactas y Naturales); otro ejemplo es: "casi no leo porque no me da mucho tiempo ¿verdad? Pero sí, de vez en cuando, cuando tengo tiempo leo. Definitivamente aquí en el trabajo tengo que leer muchos artículos, revisarlos y estar al tanto, entonces eso es lo que ya no me deja [tiempo] de leer otras cosas" (profesor de la División de Ciencias Exactas y Naturales); un último ejemplo que citaremos, describe la selección de lecturas: "Se resume, más por cuestiones de tiempo, a lo académico, científico, libros de texto, revistas académicas, etc. Por la necesidad ¿no? Doy clases, soy docente, también hago investigación, tengo que estar leyendo continuamente literatura especializada en el área a que me dedico" (profesor de la División de Ciencias Sociales).

Sin duda los profesores leen, y los razonamientos que justifican estas lecturas son legítimos, al tomar en consideración que es parte de su trabajo; sin embargo, el planteamiento en cuestión no va dirigido hacia la cultura académica, sino hacia la adquisición de capital cultural que tienen los profesores; y al analizar el discurso de los profesores en cuanto a lo referente a literatura, es interesante notar cómo los profesores expresan la importancia de esta actividad para el desarrollo no sólo intelectual, sino cultural de los individuos, y esto se puede constatar en las siguientes declaraciones que hacen profesores en las entrevistas: "[la lectura] es fundamental pues tenemos que estar digamos en el crecimiento, debe ser en general en el individuo ¿no? y es la única manera de poder crecer, el leer es lo que nos va a abrir la panorámica y el pensamiento realmente, es imprescindible para que el individuo se conforme, se integre, conozca, como un todo la vida en general" (profesor de la División de Humanidades). Otro ejemplo, lo expresa este profesor de la siguiente manera: "la lectura no solamente es para desarrollar habilidades sino también para informarse y formarse, además, uno desarrolla la imaginación y creo que es la mejor forma de desarrollar habilidades de pensamiento, además es la manera de aprender a leer el idioma bien escrito" (profesor de la División de Ciencias Biológicas y de la Salud); una última cita que ejemplifica lo anterior es: "la lectura es muy importante, no sólo para un ámbito llamado cultural en particular sino en el bien entendido sentido de la cultura, como la expresión social involucrando los aspectos tecnológicos, los aspectos conceptuales de vida, familiares, intelectuales, etcétera" (profesor de la División de Ciencias Sociales).

Los argumentos anteriores indican que la lectura es importante para los profesores, y en la siguiente gráfica se puede apreciar qué tipo de lecturas realizan cotidianamente. Es evidente que las lecturas académicas son las que todos realizan, lo cual presenta una contradicción con los argumentos anteriores, ya que las lecturas que todos hacen son por trabajo, y sólo la mitad dedica parte de su tiempo libre para aumentar el capital cultural y reestructurar las disposiciones: el habitus.

Tabla 1

Se puede observar que, en el discurso, los profesores buscan legitimarse, ya que en el habitus de los profesores universitarios existe una cultura esperada, ciertas exigencias o parámetros que conduzcan en un mismo sentido a la misión de la universidad de otorgar una educación integral, y donde se esperan las manifestaciones más elaboradas de pensamiento, arte y cultura general. De esta manera es como se ha encontrado precisamente el efecto de legitimidad (Bourdieu, 2010: 258), donde los profesores dan respuestas muy positivas con respecto a la lectura, pero después resultan incoherentes al no conocer autores fuera de su especialidad académica, o no recordarlos, o bien no poder acceder en su memoria inmediata a libros de su preferencia que no estén necesariamente relacionados con el área académica a la que pertenecen. Este efecto puede entenderse, ya que buscan mantener su credibilidad frente a sus colegas y sus alumnos.

Este último comentario nos lleva a una de las paradojas de la educación encontradas dentro de las respuestas que dieron los profesores, ya que ellos les piden a sus alumnos que lean, pero cuando se les pregunta a los profesores qué tanto de sus lecturas pudieran aumentar su capital cultural, fuera de su área de conocimiento, la respuesta es que no leen por falta de tiempo. Por lo tanto, las recomendaciones que hacen sobre lectura a sus alumnos se centran de igual manera en lecturas académicas, propiamente de la clase y con el objetivo de cumplir con los contenidos curriculares, o bien, en última instancia, hacen recomendaciones generales que no orientan a los alumnos en la búsqueda sobre distintas lecturas.

Al tratar de indagar sobre las razones por las cuales la mitad de los profesores entrevistados no leen literatura, las respuestas se reducen, como se comentó antes al tiempo y a la dedicación por cumplir con su trabajo.

Al pretender conocer los autores de su preferencia se puede encontrar a García Márquez, Vargas Llosa, Ángeles Mastretta, Octavio Paz, Carlos Fuentes, Jorge Luis Borges, Othan Pamuk, José Saramago, Gustavo Adolfo Becker, Pablo Neruda, Elena Poniatowska, Joseph Alois Ratzinger, e incluso Paulo Coelho y Dan Brown; estos últimos dos figuran como los más mencionados junto con García Márquez. Al tomar en cuenta el número de profesores entrevistados, no son muchos los autores no académicos que fueron nombrados, la variedad de autores pudiera ser mucho más numerosa si todos los profesores hubieran respondido a este cuestionamiento.

Finalmente, los géneros literarios mencionados como favoritos de los profesores son las novelas. Sin embargo, habría que destacar que dentro del mundo literario existen muchas posibilidades más de lectura, desde géneros, autores y títulos de obras que no son mencionados. Estas preguntas que quedaron sin responder por algunos profesores son también verdaderamente útiles en el análisis, ya que se pudo conocer más allá del gusto declarado, para percatarnos de las lecturas que realmente se llevan a cabo.

La intención no es la de señalar, sino la de invitar a la reflexión sobre el bagaje cultural que tenemos, y propiciar un acercamiento a la lectura, reestructurar nuestras propias disposiciones para aumentar el capital cultural.

 

Consideraciones finales

Finalmente, podemos concluir que cada elemento y respuesta de los profesores toma sentido en el contexto en el cual está inserto (Bourdieu, 1988), y ésta es la única manera en la cual se pueden analizar las disposiciones, el capital cultural y el habitus de los profesores.

Al encontrar que las condiciones sociales de lectura para los profesores tienen una relación con la adquisición de títulos académicos y de construcción de trayectorias académicas, podemos concluir que la balanza se inclina al logro de estos objetivos, es decir, lecturas académicas de libros especializados; mostrando una menor inversión en la adquisición de capital cultural y, por tanto, menor diversificación, a pesar de manifestar un gusto por la literatura. De esta manera, se identifica el efecto de legitimidad que Bourdieu describe como las respuestas dadas que no son completamente ciertas, pero que se dan de acuerdo con un valor o creencia sobre lo que merece ser mencionado o no.

Esto es comprensible, dado que en el habitus de los profesores existe una cultura esperada, parámetros que vayan de acuerdo con la misión de la universidad de expresar manifestaciones más elaboradas de pensamiento y de cultura general. Por tanto, en el discurso buscan legitimarse para mantener credibilidad frente a alumnos y colegas.

Habría que enfatizar que para Bourdieu, la institución escolar cuenta con mecanismos que contribuyen a la reproducción del capital cultural. Sin embargo, en el campo educativo que comprende la Universidad de Sonora, esto se da en menor medida, ya que a la luz de los datos obtenidos, el habitus de los profesores que han realizado sus estudios (licenciatura, maestría y/o doctorado) dentro de la institución, no diversifican sus gustos culturales, a diferencia de los profesores que realizan sus posgrados fuera del estado o del país, y donde sus disposiciones han sido expuestas a un choque cultural, permitiéndoles diversificarlas.

En este sentido, en tanto que poseedores de una forma institucionalizada de capital cultural que les asegura una carrera e ingresos regulares, hay poca motivación para buscar acrecentar el capital cultural por parte de los profesores. Posiblemente esto se debe a que, a pesar de encontrarse en el campo educativo, el capital cultural no tiene el mismo valor en la construcción social de la universidad, que los títulos y trayectorias académicas para el disfrute de prestigio, notoriedad, remuneración económica, etcétera.

Sería difícil tratar de establecer posibles "soluciones" o caminos a seguir para que los profesores lean más y de manera más diversa, ya que para que esto suceda, deben ocurrir cambios culturales profundos, los cuales requieren no sólo esfuerzo sino tiempo. Sin embargo, la perspectiva a futuro sería obviamente tener una universidad con profesores no sólo comprometidos con su área de especialidad académica, sino preocupados e interesados por aspectos igualmente importantes para el desarrollo intelectual de una persona. Por lo tanto, finalizaremos con una frase de Bourdieu que resume la razón de este trabajo, donde establece que "es necesario decir ese tipo de cosas porque de otro modo permanecen en el inconsciente, el hecho de tomar consciencia es quizá la única posibilidad de escapar al efecto de estas condiciones" (2010: 255), esto describe en el décimo capítulo relacionado con la lectura de su libro El sentido social del gusto, haciendo así un llamado a la consciencia.

 

Referencias

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Lozano, Maribel y Héctor Padilla (2004), El papel del docente de educación superior en la sociedad globalizada, en Teoría y Praxis, núm. 3, pp. 35-42.         [ Links ]

Sección amarilla, http://www.seccionamarilla.com.mx/Resultados/librerias/sonora/hermosillo.         [ Links ]

Villaseñor García, Guillermo (2003), La función social de la educación superior en México. La que es y la que queremos que sea, México, UAM/CESU-UNAM/UV        [ Links ]

 

Notas

1. La cita de Cervantes se encuentra en el tercer párrafo de la segunda parte del Quijote de la Mancha, http://cvc.cervantes.es/obref/quijote/edicion/parte2/cap25/default_01.htm.

2. El habitus se define como un sistema de disposiciones transferibles, adquiridas por el individuo en el transcurso del proceso de socialización; es sistemático, duradero, pero no inmutable (Bourdieu, 1987: 29).

3. Bourdieu define el campo como un espacio social especifico, un sistema de diferencias donde cada posición social se mide por la distancia social que la separa de otras posiciones (superior-inferior), donde las condiciones indispensables para su funcionamiento es que existan individuos socialmente predispuestos a arriesgarse para conseguir los beneficios que dicho campo propone, y ofrecer a cambio su adhesión a la regulación y organización establecidas (1987).

4. La tesis central de estos autores se resume en el título de su libro, donde describen que la realidad se construye socialmente, es decir, a partir de la dialéctica establecida entre la realidad y el propio conocimiento de esta realidad que poseen sus actores.

5. En su libro La función social de la educación superior en México, la función que propone Villaseñor (2003) es enfatizar la colaboración de las instituciones de educación superior en la atención a los problemas urgentes y las cuestiones estratégicas del país, tomando en consideración una serie de desafíos que tienen que enfrentar, en lo general y en lo educativo.

6. Para conocer el número de librerías en la ciudad de Hermosillo, se consultó la página del Instituto Sonorense de Cultura: http://www.isc.gob.mx/acerca-isc/infraestructura/librerias.htm, así como la página de la sección amarilla: http://www.seccionamarilla.com.mx/Resultados/librerias/sonora/hermosillo.

7. Según los datos proporcionados por el INEGI: http://www.inegi.org.mx/sistemas/mexicocifras/default.aspx?ent=26.

8. Según los datos proporcionados por el INEGI: http://www.inegi.org.mx/sistemas/mexicocifras/default.aspx?ent=26.

9. Marco Normativo. Ley Número 4, Orgánica de la Universidad de Sonora, http://www.uson.mx/la_unison/reglamentacion/ley_num4_organica.htm.

10. Específicamente la Dirección de Planeación, http://www.planeacion.uson.mx/sie/ [consulta: enero de 2010].

11. Encuesta Nacional de Lectura (Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 2006), http://www.oei.es/pdfs/encuesta_nacional_lectura_mexico.pdf.

12. "La acumulación del capital cultural exige una incorporación que, en la medida en que supone un trabajo de inculcación y de asimilación, consume tiempo, tiempo que tiene que ser invertido personalmente" (Bourdieu, 1979).

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