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Valenciana

versão impressa ISSN 2007-2538

Valenciana vol.9 no.18 Valenciana Jul./Dez. 2016

 

Reseñas

Carmen Álvarez Lobato (coord.), Monstruos y grotescos: Aproximaciones desde la literatura y la filosofía

Margo Echenberg* 

* Tecnológico de Monterrey, campus Ciudad de México

Álvarez Lobato, Carmen. Monstruos y grotescos: Aproximaciones desde la literatura y la filosofía. México: Universidad Autónoma del Estado de México, Editorial Aldus,


Un bestiario para nuestros tiempos

Monstruos y grotescos: Aproximaciones desde la literatura y la filosofía consiste en una discusión a varias voces para aquellos iniciados en los temas de lo monstruoso y lo grotesco (y otros temas afines como la locura, la metamorfosis y el devenir), así como una excelente introducción en la materia. Esta breve reseña pretende dar pautas para iluminar algunos aspectos de su forma y su contenido -las temáticas y preguntas presentes y subyacentes en este fascinante libro-. Quizás sobre decir que no pretendo realizar una revisión exhaustiva del volumen, sino extender una invitación a leerlo.

I. Los pormenores

Para empezar, vayamos a los hechos más concretos, digamos lo cuantitativo. Aquí comparto una serie de observaciones pensadas para invitar al lector a descubrir aquellas que más le llaman la atención. En Monstruos y grotescos: Aproximaciones desde la literatura y la filosofía, entonces, el lector encontrará primero que el libro se divide en tres apartados, organización que obedece primeramente a una secuencia temática y en segundo lugar cronológica, pero que puede ser transitado de muchas formas; las secciones son: I. “Monstruos”; II. “Grotescos”; III. “Transiciones y metamorfosis”. Segundo, los temas de los apartados “Monstruos”; “Grotescos”; “Transiciones y metamorfosis”, al igual que los capítulos, se pueden tratar de forma independiente mas se enriquecen cuando pensamos en su interrelación. Tercero, los estudios sobre monstruos, grotescos y otros temas afines, se abarcan principalmente desde la crítica literaria (13 capítulos), la filosofía (2 capítulos), la antropología (1 capítulo) y la historiografía (1 capítulo).

Si bien los capítulos pueden ser contemplados por separado, hay un diálogo sugestivo que surge al considerarlos juntos. Sobre este punto habría que destacar la importancia y relevancia de las lecturas e interpretaciones interdisciplinarias. Por muy importante que puede resultar estudiar a fondo la manifestación de nuestros temas desde una perspectiva disciplinar, o incluso reducido a un solo caso o ejemplo, al cotejar los distintos trabajos sin las limitaciones de la visión de una disciplina académica enriquecemos el diálogo tácito o explícito entre éstos.

Cabe destacar que entre los estudios de carácter literario tienen cierta preponderancia los textos producidos por escritores hispanoamericanos y de la época contemporánea, pero sí hay excepciones que permiten que se entablen discusiones a través del tiempo y espacio (por ejemplo un escritor de nacionalidad austriaca o el estudio de la literatura medieval). Algunos de los autores hispanoamericanos contemporáneos cuya obra se estudia en el libro son consagrados: Borges, García Márquez, Oliverio Girondo, Reinaldo Arenas; otros controversiales, como sería el caso de Roberto Bolaño o Vicente Leñero. Hallamos voces bien conocidas en México: Sergio Pitol, Jorge Volpi, Salvador Elizondo. Presentes también, aunque menos leídas, dos escritoras mexicanas: Adela Fernández y Angelina Muñiz-Huberman. Asimismo, el volumen incluye otras voces poco conocidas en México: las de Edgardo Rodríguez Juliá, Josué Montijo, Francisco Font Acevedo, procedentes todas de Puerto Rico.

Otro elemento de este libro colectivo que amerita una mención es la miríada de figuras y símbolos varios; siendo Leviatán, el minotauro, el “tecato” de Puerto Rico y el ajolote mexicano algunos de ellos. Pero quizás más meritorio que los símbolos o personajes aludidos en el volumen es la ausencia de imágenes impresas. Es difícil hoy en día pensar en la omisión deliberada de imágenes, mas se trata de otro logro del volumen bajo la lupa, pues obliga al lector a usar su imaginación para recrear lo grotesco y lo monstruoso. La palabra escrita estimula de modo distinto la imaginación y nos obliga a reflexionar en aquellas imágenes que producimos, o recreamos mentalmente, como se ha hecho a lo largo de siglos, aun cuando la violencia horrísona no se reproducía en papel o en pantallas.

II. La conjunción “y”

De todas las palabras del título de Monstruos y grotescos: Aproximaciones desde la literatura y la filosofía he seleccionado comentar la que al parecer interesa poco: la conjunción “y”. Esto porque no me parece solamente una necesidad gramatical en este caso. La conjunción sugiere una serie de posibilidades interpretativas; por ejemplo, une “monstruos” con “grotescos” para considerarlos juntos, así como para enfrentarlos a aquello no dicho en el título, mas sugerido a lo largo de todo el volumen: aquello que no es monstruoso; aquello en teoría, cuando menos, “normal”. De hecho, este libro juega precisamente para desplazar las antítesis habituales (el bien y el mal, el blanco y el negro, virtud y pecado, ser humano-monstruo). Los distintos capítulos de este libro nos invitan a ver la otra cara de lo real / normal por medio de lo monstruoso y grotesco (o como lo expresa mejor el título del libro, enfatizando su carácter plural, los monstruos y grotescos). Si nuestras expectativas de lo monstruoso o grotesco son forzosamente negativas (pensemos en las ideas que brotan: demonio, deformidad, degradación, perversión, hibridez, maldad, marginación, entre muchos otros), la reflexión a la cual nos invita este libro nos obliga a repensar dichos presupuestos y simplificaciones. Desde el primer capítulo de la obra -el de Jean Gayon- se problematiza la concepción del monstruo y se nos presentan posibilidades interpretativas múltiples, complejas, que exploran los territorios grises de las antítesis tradicionales.

La exploración de lo monstruoso y lo grotesco es a la vez una forma de examinar el enfrentamiento de realidades, de tiempos pasados, presentes y futuros inalcanzables, el mundo al revés, la animalización, el desdoblamiento. La conjunción “y” nos da pie a todo esto. En todos los casos explorados en este polifónico libro, lo monstruoso y lo grotesco pueden entenderse como enfrentados con la realidad y lo normal (sea esto lo que sea) y como el otro lado de éste, parte del mismo ser. Entendido de esta manera, conocer, acceder a y aceptar lo monstruoso puede ser a partir de la diferencia, en el sentido de que veo el monstruo / otro y me defino en oposición a él/ella/ese / esa; o, reconozco en mí (y en mi tiempo, mi modernidad) que forma parte de quien soy. Desde esta perspectiva, lo monstruoso/grotesco se entiende como parte del ser humano, no ajeno a éste e incluso como un elemento necesario del mismo; en algunos casos, además, se nos presenta el monstruo de forma positiva: el monstruo “prometedor”, prodigioso, pedagogo, mítico, revelador, o que logra adaptarse a su entorno.

Pensemos entonces en Monstruos y grotescos: Aproximaciones desde la literatura y la filosofía como una especie de bestiario medieval contemporáneo o actualizado: un bestiario para nuestros tiempos. Aquí, a diferencia del compendio del mundo cristiano románico, las bestias reales y ficticias no serán portadores de virtudes o perversiones para enseñar o advertir, sino ejemplos de la riqueza de la imaginación del ser humano en su intento de definirse a sí mismo y a su entorno.

Una idea de Virginia Woolf sobre la ficción ayuda a esclarecer el punto. Vale aclarar que por “ficción”, entiendo no solamente los cuatro géneros literarios, sino toda producción imaginativa del ser humano. (¿No es nuestro primer enfrentamiento con los monstruos -imaginarios- o no de nuestra infancia también el primer contacto consciente con la ficción, con la posibilidad de que nuestro mundo esté poblado por seres reales y otros ficticios?). Escribe Woolf:

... la ficción, o sea, la labor imaginativa, no se deja caer como una piedrita sobre la tierra, tal como podría pasar con la ciencia. La ficción es como una telaraña, sujeta con suma liviandad, tal vez, pero, de todas formas, unida a la vida en las cuatro esquinas. A menudo, la sujeción es apenas perceptible.1

Así, los monstruos y los grotescos no se enfrentan a nuestro mundo y nuestras vidas, sino que se agregan, se unen a éste, aunque a veces la sujeción no es perceptible o no queremos que lo sea. Si para la modernidad “El sueño de la razón produce monstruos”, para nuestros tiempos, a medio camino entre lo moderno y el inquietante -¿qué sigue de la modernidad?-, los monstruos y lo monstruoso abundan dentro y fuera del proyecto de la racionalidad y del progreso con sus pretensiones universalizantes y normativas. Leer Monstruos y grotescos: Aproximaciones desde la literatura y la filosofía estimula estas reflexiones y, en el mejor de los casos, nos permitirá enfrentarnos a los monstruos de nuestro ahora.

1“Fiction is like a spider’s web, attached ever so lightly perhaps, but still attached to life at all four corners. Often the attachment is barely perceptible” (43). Virginia Woolf, A Room of One’s Own, Nueva York, Mariner Books, 1989. La traducción es de Gabriela Villano y mía.

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