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Valenciana

versão impressa ISSN 2007-2538

Valenciana vol.6 no.12 Valenciana Jul./Dez. 2013

 

Artículos

 

Who's loved in Beloved?

 

Lilia Irlanda Villegas Salas

 

Universidad Veracruzana.

 

(Artículo recibido el 24 de agosto de 2013;
aceptado el 10 de octubre de 2013).

 

Resumen

En este ensayo se analiza el sustrato literario bíblico de Beloved (1987), de Toni Morrison, que desde el diseño paratextual permite realizar nuevas interpretaciones históricas y contemporáneas sobre el lugar del pueblo afroamericano dentro de la cultura estadounidense. Mediante una lectura detallada y hermenéutica de la novela, el tratamiento literario de la esclavitud en Estados Unidos se resignifica, poniendo énfasis en las crisis éticas que conllevan reposicionamientos comunitarios.

Palabras clave: literatura estadounidense siglo XX, Toni Morrison, slave narrative, influencia de la literatura bíblica, hermenéutica.

 

Abstract

In this essay the literary biblical substratum of Beloved (1987), by Toni Morrison, present even from the very paratextual design is analized. This analysis allows the proposal of new historical and contemporary interpretations in regards to the position of Afro-Americans within American culture. Through a close reading and hermeneutics of this novel, the literary treatment of slavery in the United States is given a new significance, underlying some ethical crises that imply the reconfiguration of communities.

Keywords: 20th century, American Literature, Toni Morrison, Slave narrative, Biblical literature influence, Hermeneutics.

 

Most of the books that I have written have been
questions thatIcant answer.

Toni morrison

 

En 1987, Toni Morrison (Premio Nobel 1993), publicó la controvertida novela Beloved; su recepción cayó en los extremos: hubo para quienes no constituyó más que un listado de las peores "atrocidades" consignadas en un libro "tendencioso", mientras que otros la consideraron de suma belleza, emblemática del pueblo afroamericano, tanto así que incluso la postularon para dos de los premios estadounidenses de mayor prestigio: el National Book Award y el National Book Critics Circle Award (que no obtuvo). ¿Pero qué o quién es Beloved Desde luego, es el personaje epóni-mo y, dado que Beloved funciona como nombre propio, quizás esa sea la razón por la cual su traductora a nuestra lengua, Iris Menén-dez, decidió dejar el título tal cual.

Sin embargo, casi no se ha estudiado el fondo (y, por ende, el impacto) de la elección autoral de este título, lo cual me propuse realizar en este ensayo. Si de por sí la obra morrisoniana está llena de ecos bíblicos, el título de esta novela en particular está estrechamente relacionado con la cultura hebraica y neotestamentaria. No es sólo un eco: es la construcción total de su sentido, en perfecto vínculo con una lectura que hace esta autora de la esclavitud en Norteamérica.

De acuerdo con el Libro de Oseas (6: 6), la misericordia le es más grata a Dios que los sacrificios. En Beloved hay un rito sacrificial: hay una madre que ofrenda a su hija para que ésta pueda gozar de libertad. Sin temor a equivocarme, es factible señalar que las crisis éticas de Beloved constituyen actos sacrificiales. No hay creación sin sacrificio y sacrificar lo que se estima equivale a autosacrificarse. Si bien hay una pérdida sustancial, irrevocable y penosamente dolorosa, también es cierto que el sacrificio permite obtener energía espiritual proporcional a la importancia de lo perdido. Las madres sacrificadoras de esta novela (Sethe y Baby Suggs), inscritas en el contexto esclavista, buscan contrarrestar la crueldad y la maldad inherentes al sistema productivo a través de la energía espiritual positiva del autosacrificio.

Se trata de una operación aritmética de intercambio en el que uno de los factores es la esclavitud y el otro es la libertad (aunque sólo sea relativa o meramente una posibilidad). En Beloved se ofrece la vida de la pequeña niña a fin de que no sufra en carne propia la esclavitud. La ofrenda es involuntaria, hasta cierto punto; diríase más bien que es obligada por las circunstancias. Es fruto de una decisión ética y siguiendo a Pierre Michel Klein, constituye actos de valor (con conocimiento de causa) por parte de la madre, quien actúa a pesar de sí misma y va "en contra del orden de las cosas": "El valor, virtud inaugural: lo que hay que hacer no se da por sí solo, sino que proviene de nosotros mismos, es algo que instauramos cuando sin nuestra intervención las cosas sólo marcharían por «la fuerza de las circunstancia»".

El título de la novela se desprende de la cita bíblica localizada en Romanos 9: 25, que se nos da a conocer a manera de epígrafe de la novela: "I will call them my people, / which were not my people; / and her beloved, / which was not beloved". Está concatenado con la dedicatoria: "Sixty Million and more". Ambos elementos funcionan como apertura de la novela y son lo suficientemente misteriosos y ambiguos como para provocar nuestra indagación.

La epístola de San Pablo a los Romanos fue escrita aproximadamente hacia el año 57-58 d. C., y su propósito central es explicar cuál es la posición del pueblo hebreo y por qué se ha hecho extensiva la promesa de salvación a todo el mundo. Si hasta antes de Cristo se creía que ésta era exclusiva de los judíos, el apóstol describe cómo, únicamente por medio de la gracia divina, la salvación puede alcanzar a los gentiles. Más aún, en este texto se ahonda en la vida pecaminosa de los judíos como pueblo y se expone que el ser judío, es decir, miembro del pueblo elegido, no es garantía, en absoluto, de que se obtenga la salvación eterna.

En consecuencia, la trama de Beloved se representa en modo alegórico como la extensión del evangelio a un pueblo distinto al elegido (estos sucesos son neotestamentarios). La ecuación es compleja: los blancos se erigen como pares de los judíos, en tanto que los afroamericanos corresponden a los gentiles. Aquí exploraré la posibilidad de establecer dichas equivalencias.

El epígrafe elegido por Morrison sintetiza, precisamente, la aparente contradicción que, a primera vista, sugeriría un rompimiento con la antigua alianza pero que, en realidad, no es más que el desarrollo del plan divino de salvación. Resulta interesante que el epígrafe haya sido extraído del capítulo 9 de Romanos, en el cual se discurre sobre la descendencia de Abraham y se trae a colación la elección de Dios que favorece a Jacob sobre Esaú. En el Antiguo Testamento Jacob prevaleció, por la gracia de Dios, como padre del pueblo elegido pese a que legalmente a él no le correspondía ese derecho por no haber sido el primogénito. En ese capítulo se expone cómo los descendientes de Jacob han ido perdiendo el derecho a la salvación por su comportamiento pecaminoso y cómo los descendientes de Esaú, los no elegidos, pueden alcanzarla. Sin embargo, tras la elección de unos y otros para la salvación sólo subyace un factor: la gracia divina.

En Beloved se expone que los no elegidos, los gentiles, es decir, los esclavos provenientes de África y los esclavos nacidos en América, sí pueden ser los elegidos. Recuérdese que uno de los principales argumentos para justificar la instauración de la esclavitud en América, en el siglo XVII para ser exactos, fue que podía esclavizarse a todo aquel que no fuera cristiano, sobre todo, aquellos provenientes de regiones paganas como África. Fue así como en 1705 se instauraron las leyes para esclavos (Slave Codes of 1705) en Virginia, a fin de regular la creciente población esclavista. En este código se definía como esclavos a: "all servants imported and brought into the country [...] who were not Christians in their countries".

Puede afirmarse que la salvación por la gracia está íntimamente ligada a la misericordia divina. En el mismo capítulo de Romanos, en el versículo 15, se expone esta idea mediante el uso de la palabra mercy: "For he saith to Moses, I will have mercy on whom I will have mercy, and I will have compassion on whom I will have compassion (cursivas mías). La voz le pertenece a Dios. Respecto a este versículo comenta Juan Calvino: "Así [...] apela a la respuesta dada por Dios a Moisés cuando éste le suplicaba por la salvación de todo el pueblo. [.] De esta forma, Dios declara que no está en deuda con nadie y que todo el bien por Él hecho en pro de la humanidad procede únicamente de su amor y liberalidad gratuita".

La redundancia sirve para enfatizar la soberanía divina y esclarecer la pequeñez del ser humano ante su creador, así como el hecho de que por ser nada más que una creación suya, el ser humano debe total obediencia a Dios y ello implica el no cuestionamiento de sus elecciones.

En contraste con la isotopía de la redundancia, que sirve para asegurar la homogeneidad semántica del carácter de la voluntad divina, el versículo 25 (cuya voz también pertenece a Dios) seleccionado como epígrafe "[...] I will call them my people, which were not my people; and her beloved, which was not beloved" presenta, en primer lugar, una relación de "contrariedad" que implica, semánticamente hablando, una reciprocidad entre los contrarios; dicha reciprocidad se aprecia también en la estructura de espejo que se refleja en la sintaxis paralela. Pero también presenta, en segundo término, una "contradefinición" porque se afecta la lógica del discurso en una línea progresiva a la inversa, al utilizar el tiempo verbal futuro frente al pasado simple (I will call / were). Los pronombres them y her cumplen la función de objeto directo del verbo will call. Además, se rectifica sustituyendo y amplificando la expresión inicial; de este modo, la pareja not my people / not beloved se convierte en my people / beloved. En este juego de pares el adjetivo posesivo my alude claramente a Dios como poseedor, esto es, al pueblo elegido, pero no tiene un correspondiente en su frase espejo. ¿A quién aluden, sin embargo, los pronombres them y her objeto directo de will call, en la primera parte de las oraciones espejo? Y, sobre todo, ¿de dónde procede el carácter femenino del pronombre her? ¿De dónde proviene, además, el carácter femenino de beloved que sí es perceptible en las versiones castellanas (i.e. "Llamaré pueblo mío al que no es mi pueblo; y amada mía a la que no es mi amada"), en la segunda parte de las oraciones espejo? Analicémoslo.

En realidad, Morrison no usa el versículo completo que, a la letra, dice: "As he saith also in O'see" seguido de lo que la autora elige como epígrafe, de modo que lo que está ausente en el epígrafe morrisoniano es la voz de San Pablo enmarcando la cita de las palabras divinas que hará enseguida. Es de esa fuente de donde proviene el pronombre her. La intertextualidad se complejiza, remitiéndonos ahora al Antiguo Testamento, exactamente al libro del profeta Oseas, uno entre los cuales se discute el concepto bíblico mercy. La referencia no es poco relevante dado que San Pablo se vale de ella para demostrar que la inserción de los paganos en el plan de salvación estaba prevista desde el antiguo pacto. La cita exacta corresponde a Oseas 2: 23: And I will sow her unto me in the earth; and I will have mercy upon her that had not obtained mercy; and I will say to them which were not my people, Thou art my people; and they shall say, Thou art my God" (cursivas mías).

Nos es obligado revisar el libro completo a fin de comprender cuáles son los referentes de los dos pronombres her en este versículo en particular, con el propósito de establecer su relación con la Epístola a los Romanos. En este libro profético, Oseas, a instancias divinas, adopta (se cree que tanto literalmente como en sentido figurado) el papel de esposo de una mujer adúltera de nombre Gomer —quien representa la infidelidad de Israel—, que tras ser repudiada será, finalmente, purificada y restaurada. Con esa mujer Oseas tiene tres hijos: Jezreel (el varón primogénito, cuyo nombre significa 'Dios dispersa'), Ruhama (de sexo femenino, cuyo nombre significa 'compadecida' o 'amada') y Ammi (otro varón, cuyo nombre significa 'pueblo mío'). Cuando nacen estos dos últimos, Dios le ordena a Oseas anteponer a sus nombres la partícula Lo- que indica la negación de sus atributos, en razón de lo cual, por provenir de mujer adúltera, al nacer son repudiados: así, Lo-ruhama es la "no compadecida" y Lo-ammi es el "no pueblo mío" (1: 1-9).

No obstante, Dios bendice a Israel reiterándole la promesa hecha a los patriarcas: "Yet the number of the children of Israel shall be as the sand of the sea, which cannot be measured nor numbered; and it shall come to pass, that in the place where it was said unto them, Ye are not my people, there it shall be said unto them, Ye are the sons of the living God" (King James, Oseas 1: 10). Este versículo profético donde se anuncia a manera de prefiguración la gracia de Cristo como Dios viviente es de nuestro interés porque en él se conjugan el eco del sueño de Jacob (que tiene resonancias —inversas— en A Mercy (Morrison, 2008)) y la promesa a los gentiles (que tiene resonancias en el pueblo afroamericano de Beloved). Gracias a la bendición de Dios, también es retirada de los nombres de los hijos de Oseas el prefijo negativo Lo-, transformándose, así, Jezreel en gran jefe de Israel (1: 11), y sus hermanos pasan de ser simplemente dos individuos a ser "pueblos míos" y "compadecidas", esto es, se multiplican conforme a esa promesa de expansión del linaje (2: 1).

La voz que habla en 2: 23 corresponde a Jehová, quien instruye a Oseas. La versión Reina-Valera nos da en nuestra lengua la siguiente equivalencia de este versículo que nos es de suma utilidad para entender el pronombre her, objeto directo de will call en el epígrafe de la novela: "Y la sembraré para mí en la tierra, y tendré misericordia de Lo-ruhama; y diré a Lo-ammi: Tú eres pueblo mío, y él dirá: Dios mío". Al comparar la versión Reina-Valera con la versión King James obtenemos como equivalente del pronombre her ("I will have mercy upon her") el nombre propio Lo-ruhama. Her en Romanos 9: 25 (y, por lo tanto, en el epígrafe de Morrison) es Lo-ruhama, la no-compadecida, la no-amada, la hija de Oseas y Gomer, la infiel que es redimida a través del amor de Dios. Ahora queda claro también por qué beloved se traduce a nuestra lengua como un sustantivo femenino, lo cual es de particular utilidad para la creación del personaje morrisoniano.

Ahora bien, ¿a qué obedecen la oposición (contrariedad) y la corrección (contradefinición) que afectan la lógica semántica de Romanos 9: 25? De acuerdo con Calvino, al llegar a este punto de la epístola pueden deducirse dos consecuencias: 1) que "la gracia de Dios no está reservada al pueblo judío, pudiendo extenderse a otras naciones y hasta a todo el mundo" y 2) "que no está relacionada con los judíos hasta el punto de que quienes sean hijos de Abrahán [...], según la carne, la disfruten sin excepción".

Los "no-amados" son, según el reformista, "aquellos hacia quienes Dios muestra su ira, más que su elección". Y continúa:

En cuanto al nombre femenino: a la no amada, tenemos que entenderlo como una continuación del texto profético, ya que el Profeta dice anteriormente que una hija había nacido llamada por sobrenombre No-Amada para que bajo ese nombre el pueblo se reconociera como odiado por Dios. Ahora, como el rechazamiento ha sido causa de este odio, el Profeta demuestra que el comienzo del amor divino se manifiesta cuando Dios adopta a quienes durante algún tiempo fueron extranjeros.

Es posible esgrimir, en consecuencia, que alegóricamente, en Beloved, los blancos corresponden a los judíos que han pecado y que, por lo tanto, están expuestos a perder el Reino de Dios, en tanto que los afroamericanos constituyen ese pueblo que un día fue repudiado, por provenir de la impureza (marcada en Oseas, por la infidelidad conyugal, en el nivel literal que se convertirá en el Nuevo Testamento en todo elemento extranjero y que, en el nuevo contexto morrisoniano se relaciona con la raza negra) y el rompimiento de las leyes (el matrimonio de un profeta con una prostituta, en Oseas, y en el nuevo contexto tal vez como víctimas de las leyes injustas) pero que, a raíz de la Nueva Alianza, gracias al amor de Cristo es ahora aceptado en dicho Reino.

Ruhama y Ammi son la pareja implícita en el epígrafe. Si bien Morrison le da prioridad a la parte femenina de esa pareja (al hacer que su protagonista sea una niña-mujer), revelando un certero conocimiento de las fuentes bíblicas, también es cierto que le es útil la parte masculina del binomio en tanto implica la existencia de un pueblo entero así como para subrayar el carácter comunitario de los afroamericanos. Dada la pluralización de "pueblos míos" y "compadecidas" (o "amadas") que se da ya desde el libro de Oseas (2: 1), no sólo en el epígrafe, sino también en el mismo título de la novela de Morrison, se alude a más de una persona: Beloved es la protagonista de la trama pero es también el pueblo afroamericano todo. En el epígrafe quedan integrados, por lo tanto, un elemento femenino, en su tipología individual (beloved), y un elemento masculino, en su tipología colectiva y en su carácter de elegido (my people), como puede afirmarse luego de haber rastreado sus raíces, si bien no hay género en los sustantivos en lengua inglesa. Por si fuera poco, queda integrado el elemento primordial que es descrito en su relación con ambos: Dios (/, pronombre en primera persona singular).

Resulta interesante observar cómo sigue su desarrollo el versículo elegido como epígrafe en la fuente original. Romanos 9: 26 dice, en la Biblia de Jerusalén: "Y en el lugar mismo en que se les dijo: No sois mi pueblo, serán llamados: Hijos de Dios vivo". Esta cita es importante porque aparece Jehová como un eco de la antigua alianza y como Dios-Padre, pero también ya Jesucristo en tanto Dios-Hijo, Dios vivo. Es Él quien viene a resarcir en el Nuevo Pacto a este pueblo que había sido repudiado. Ahora bien, Morrison dedica su libro a "Sixty Million and more" que, de acuerdo con varios críticos y según la propia Morrison, se refiere a los más de sesenta millones de africanos que murieron durante el Middle Passage. Entonces, es posible deducir que así como en el Nuevo Testamento se busca resarcir la posición de pueblos extranjeros que habían sido repudiados, Morrison busca resarcir la posición de los africanos en el sitio mismo donde han sufrido estas vejaciones, es decir, en el contexto estadounidense, rindiéndoles un homenaje a través de su novela. Si históricamente, Dios-Hijo, redime al pueblo rechazado mediante Su gracia, Morrison busca, literariamente, resarcir el lugar que han ocupado los afroamericanos.

El nombre Beloved, proveniente de Romanos 9: 25, se une, mediante este homenaje, al nombre inscrito en la tumba de la pequeña niña de dos años, asesinada por la madre, que ni siquiera alcanzó a poseer un nombre completo. Beloved es también, en la oratoria ritual, la frase de apertura para referirse a la congregación en sacramentos especiales tales como bodas o sepelios. En la primera oportunidad que Sethe tiene de honrar a su hija, se esmera por grabar la lápida de su tumba y se le ocurre que quisiera repetir lo que el pastor ha enunciado durante el sepelio: beloved precedido, quizá, de la palabra dearly. Resalta aquí la importancia de la palabra escrita que tiene que serlo para poder perdurar. La única manera en que puede lograrlo es intercambiando algunos minutos de sexo con el sepulturero por determinado número de letras a grabar sobre la lápida. Nótese el proceso de intercambio de bienes y cómo el cuerpo de Sethe, pese a no ser ya el de una esclava, es convertido en objeto de intercambio una vez más; si bien lo hace, hasta cierto punto, por voluntad propia. Sin embargo, las condiciones extremas la ubican, otra vez, en el centro de una situación ética complicada donde la elección reprobable de pagar con su cuerpo, contra su propio deseo; este "bien", pierde magnitud ante la relevancia de rendirle homenaje a su hija muerta. Su repulsión ética hacia este acto la obliga a detenerlo a los pocos minutos y de ello se arrepentirá tiempo después, cuando desee con todo su corazón haber aguantado un poco más para lograr escribir la otra palabra: dearly. Por un lado, la niña es "amada" pero, por el otro, el adjetivo Beloved permite la inclusión no sólo de la hija de Sethe sino de todos aquellos afroamericanos acaecidos durante el Middle Passage. La tumba de la pequeña adquiere dimensiones simbólicas. Es el retorno a la tierra, es la matriz femenina, es también cada uno de los barcos que transportaron esclavos entre los siglos XVII y XIX.

Ahora bien, si en Beloved se alude al pueblo elegido, ¿quiénes conforman dicho pueblo? Las resonancias bíblicas de los textos morrisonianos parecen apuntar hacia una dirección: los blancos puritanos tuvieron alguna vez en sus manos la promesa de ser el pueblo elegido (como puede deducirse a partir de su novela A Mercy), pero la desperdiciaron a través del uso de su libre albedrío, enceguecido por la búsqueda del bienestar individual basado en la explotación de otros. En la historia de los Estados Unidos los descendientes de africanos han sido explotados, vilipendiados y rechazados, mas el paso del tiempo ha ido resarciendo su posición en más de una arena: la económica, la social, la política, la cultural y la religiosa. En el ámbito literario, no cabe duda, Morrison ha fungido como una figura de primordial relevancia para reposicionar al pueblo afroamericano en un primer plano de los Estados Unidos.

 

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