SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.5 número10El sueño y la muerte en Nostalgia de la muerte, de Xavier Villaurrutia, o de cómo definirse por la indefiniciónMetafísica y delirio. El Canto a un dios mineral de Jorge Cuesta índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • No hay artículos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Valenciana

versión impresa ISSN 2007-2538

Valenciana vol.5 no.10 Valenciana jul./dic. 2012

 

Reseñas

 

Luz Fernández de Alba, Sergio Pitol, ensayista

 

Elizabeth Corral

 

Universidad Veracruzana, Xalapa, 2010.

 

La obra de Sergio Pitol crea adicción, como se demuestra en el caso de Luz Fernández de Alba, autora de un libro aparecido en 1998 en la UNAM, Del tañido al arte de la fuga, ahora ofrece este nuevo título, bajo el sello de la Universidad Veracruzana, en el que continúa sus pesquisas en torno a la obra de uno de los mayores escritores mexicanos de las últimas décadas. En aquel, Fernández de Alba abordó la literatura de Pitol a la luz de los planteamientos del filósofo y teórico ruso Mijaíl Bajtín y cerró el volumen con un capítulo dedicado a El arte de la fuga, el libro que cambió sustancialmente la recepción del escritor veracruzano. En éste se interna en los apasionantes terrenos del ensayo, el género que ha mostrado una versatilidad antes sólo atribuida a la novela, y sostiene que El arte de la fuga "es el libro que marca el reencuentro de Sergio Pitol con la forma ensayística".

Consciente del intríngulis genérico, Luz Fernández de Alba parte de la definición del ensayo remontándose a Montaigne, padre de la vertiente moderna de este tipo de escritos y creador del término con el que desde entonces lo conocemos. La autora señala que la originalidad de Montaigne reside en que deja ver el rumbo que toman sus pensamientos al momento de escribirlos y agrega una cita clásica y esclarece-dora del escritor francés: "Yo mismo soy la materia de mi libro", particularmente sugerente en el caso de la Trilogía de la memoria, de Pitol.

Luego de un breve recuento sobre el destino del género en Hispanoamérica, en general, y México, en particular, la autora revisa distintos títulos de Pitol, establece relaciones entre ellos, cita bibliografía crítica, recupera entrevistas y semblanzas que retratan al autor y muestran su relación con el acto creativo. La idea es de gran interés para el estudio de la narrativa de Pitol. Se refiere al primer volumen de ensayos del escritor, De Jane Austen a Virginia Woolf (aparecido en la colección Sepsetentas), y pasa pronto a La casa de la tribu; porque para los ingleses se referirá más adelante a Adicción a los ingleses, el volumen de 2002 que reúne los siete ensayos del título de 1974 y los tres de La casa de la tribu, dedicados a excéntricos ingleses: Compton-Burnett, Firbank y O'Brien.

Con Casa de la tribu, de 1989, Fernández de Alba establece algunas constantes, destacando en primer lugar la "metanarratividad" como la estructura que da forma a los ensayos literarios de autor: "Sergio Pitol reflexiona profundamente en los procedimientos que produjeron las obras que más admira, las que con mayor frecuencia ha leído", apunta. También ve en ese volumen la aparición de los temas, las técnicas y los tonos más frecuentes del escritor: algunos preceptos de Sklovski, las formas de crear personajes, los misterios de la recepción de una obra, el humor, la parodia, los sueños, la situaciones anómalas, el caos.

Fernández de Alba considera que la obra de Pitol alcanzó al gran público lector gracias al estilo ensayístico de El arte de la fuga, la obra donde narra su relación con la lectura y "da cuenta de sus procesos de escritura, de sus sueños y de sus constantes viajes". Sostiene que es en este libro donde su escritura adoptó una mayor transparencia y un tono más personal. Acude a Vila-Matas, Molloy y Lejeune para referirse al sesgo autobiográfico, evidente en las obras de la Trilogía, aunque reconoce la presencia de una autobiografía oculta en otras de sus obras: "Considero que [...] podría configurarse una [...] autobiografía con los cuentos que Sergio Pitol ha escrito".

Los primeros textos que Sergio Pitol publicó fueron ensayos. A los dieciocho años empezó a colaborar en Diorama de la Cultura, de Excélsior, y poco después entregó sus escritos a otros medios culturales, como la revista universitaria Medio Siglo. En el primer número de esta, de 1953, aparece un artículo que muestra ya la curiosidad indiscriminada y sin prejuicios del escritor. "Sobre la literatura policial", título de esa entrega, se ocupa de un género que en las primeras décadas del siglo, y así seguía cuando Pitol escribió su ensayo, era visto como simple divertimento si mayor trascendencia. Podría decirse que el género ensayístico le ha acomodado particularmente bien por su carácter indefinido y movedizo: es prosa pero admite la ficción; es didáctico y posee gran potencial literaria. El escritor aprovecha al máximo la posibilidad de reinterpretar los símbolos culturales desde una perspectiva subjetiva, sesgada, íntima, y hace uso de la libertad que ofrece este tipo de escritura. No importan áreas de saber, épocas ni ubicaciones geográficas del tema evocado, el asunto es compartir con el lector entusiasmos o inquietudes, coincidencias o diferencias.

En su trayectoria de casi cincuenta años, el escritor ha transformado radicalmente su idea de ensayo, un cambio que ha incidido no solo en su concepción del género, sino en el género mismo. Los ensayos, tal como los entiende y escribe ahora, parecen ser un punto de llegada de toda su labor como autor de prosa, piezas en las que integra sus habilidades como cuentista, como novelista, como amante de las artes escénicas y como traductor, entendida la traducción como una legítima labor creativa. En sus ensayos, Pitol ha amalgamado géneros, temas, tonos, voces, y con ello ha logrado una síntesis a la que de alguna manera apuntaba toda su producción previa: si siempre hubo conexiones entre su vida y su obra, entre su narrativa y sus ensayos, en los últimos libros ha llegado a la concentración, a la inclusión integral, posible gracias a la fuerza centrípeta de sensibilidad y visión que atrae todo al campo magnético de la escritura.

Fernández del Alba sostiene que Pitol apuesta por una vocación imaginativa que lleva a una libertad genérica que a su vez conduce a una libertad temática impregnada de imaginación: movimiento circular que permite al autor omitir los extremos. El escritor ha afirmado que organiza sus textos con una "estructura cercana a la novelística". Las búsquedas y hallazgos estructurales, las propuestas estéticas y la fuerza expresiva lo llevaron a publicar, en 2005, El mago de Viena, el libro con que Luz Fernández termina su recorrido.

"Quien intente presentar una obra de Virginia Woolf en unas cuantas páginas sabe de antemano que se verá condenado a rozar apenas algunos aspectos de su creación y de su tiempo", dice Pitol en las primeras líneas del ensayo que dedica a la escritora inglesa; palabras que Luz Fernández de Alba retoma para aplicarlas a la obra que estudia.

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons