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Intervención (México DF)

versión impresa ISSN 2007-249X

Intervención (Méx. DF) vol.3 no.5 México ene./jun. 2012

 

Reflexión desde la formación

 

"Échale un ojo a tus monumentos". Un programa de difusión sobre patrimonio cultural para niños y jóvenes de México

 

'Take a look at your monuments'. A dissemination program on cultural heritage for children and youngsters in Mexico

 

Claudia Morales Vázquez

 

Si tus planes son para cien años, educa a los niños.
Confucio

 

Resumen

El programa "Échale un ojo a tus monumentos", de la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (CNMH-INAH), nació a partir de una necesidad muy específica: lograr que los escolares de educación básica en centros o poblados con monumentos históricos conozcan, disfruten y difundan desde su realidad particular el patrimonio cultural edificado. Haciendo eco del principio de la escuela activa "aprender haciendo", nuestro enfoque busca que se aprenda a valorar cuidando; es decir, se trata de inducir valores en el estudiante por medio de su participación activa. La presente contribución expone los objetivos, metodología y desarrollo del programa con el fin de reportar algunos de sus resultados y plantear algunos retos a futuro, mismos que llevan a una reflexión sobre la experiencia y su trascedencia en las labores de difusión del INAH.

Palabras clave: Monumentos históricos, patrimonio, aprendizaje lúdico, jóvenes y niños.

 

Abstract

"Échale un ojo a tus monumentos" ("Take a look at your monuments"), a program implemented by the National Coordination of Historical Monuments at the National Institute of Anthropology and History (CNMH-INAH), was created for a specific need: to ensure that students from elementary schools located in or near towns with historical monuments get to know, enjoy and conserve their cultural heritage. Using the active school principle: "learning by doing", our approach is based on the simple principle that true appreciation of the value of heritage comes from taking care of it. This contribution addresses the aims, methodology and operation of this program in order to show its achievements and pose future challenges, which entail an analysis of the experience and its significance within INAH's outreach activities.

Keywords: Historical monuments, heritage, kids, young, ludic education.

 

Introducción

Tradicionalmente, uno de los objetivos de la Subdirección de Investigación de la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (CNMH-INAH) ha sido difundir las investigaciones relacionadas con los monumentos históricos realizadas por especialistas, misión que se ha cumplido básicamente mediante la publicación del Boletín de Monumentos Históricos y la organización e impartición de conferencias, coloquios y cátedras.

No obstante, hasta hace poco parecía necesaria la inclusión de un sector de la población que consideramos sumamente importante para poder asegurar la continuidad de la conservación y preservación, no sólo de los monumentos, sino del patrimonio cultural mexicano en su totalidad: el de los niños, los adolescentes y los jóvenes. Por tal motivo, en el verano de 2006 la CNMH-INAH creó el programa "Échale un ojo a tus monumentos".

La primera etapa del programa se enfocó al universo de los escolares de secundaria de nuestro país, pensando en que es durante la adolescencia cuando se inicia la búsqueda de la identidad como ser humano y, más particularmente, como mexicano. Se optó por iniciar con escuelas públicas dentro de un centro o poblado histórico, debido a que una de las premisas con las que iniciamos el trabajo fue que la convivencia cotidiana de sus alumnos con los monumentos, ya sean arqueológicos, históricos o artísticos,1 les daría una sensibilidad y conocimiento diferentes de los que tendrían aquellos estudiantes que habitan en colonias ubicadas lejos de ellos. Estábamos convencidos de que esta circunstancia alentaría un mayor compromiso de los jóvenes con la conservación y la protección de los monumentos con los que ya estaban familiarizados.

Como parte de las labores emprendidas a lo largo de los años, nuestra iniciativa ha establecido diferentes líneas de trabajo, incluyendo la planeación y la operación de estrategias formativas, el diseño y uso de materiales didácticos y juegos, así como la formación de brigadas, todas ellas relacionadas con bienes patrimoniales. Esta versatilidad, que ha permitido tanto la instrumentación específica a las necesidades de nuestros beneficiarios como la ampliación de alcance a diferentes sectores de la sociedad, ha tenido como resultado el desarrollo de cursos para alumnos y maestros de las escuelas inscritas al programa, talleres para docentes que están en formación en la Escuela Benemérita Nacional de Maestros, así como la capacitación de promotores culturales, entre otras actividades.

Adicionalmente, en 2010 se decidió incluir a la población infantil, debido a la demanda de este sector, para lo cual hoy aún se trabaja en la adaptación de los aprendizajes esperados vinculados con el currículo de la Secretaría de Educación Pública (SEP), con el fin de darle un formato similar al que se tiene con las asignaturas de la secundaria.

 

Objetivos generales y específicos

La aspiración del programa "Échale un ojo a tus monumentos" es lograr que tanto los estudiantes como sus profesores, padres, etc., conciban a los monumentos históricos no sólo como imágenes de folletos o libros, o como el simple motivo para realizar una visita escolar, sino como un ente vivo que contribuye al fortalecimiento de una identidad colectiva fundamental para forjar el presente y el futuro. Por ello se estableció un objetivo general para su operación: "dar a conocer y difundir la importancia de los monumentos históricos a los escolares de nivel secundaria de la localidad, para crear una conciencia y sensibilización histórico-artística que promueva una participación activa en su conservación" De este rumbo genérico se han derivado varios objetivos específicos, entre los que destacan:

• Colaborar en la construcción en la joven ciudadanía de una conciencia sobre el patrimonio cultural mexicano.

• Favorecer el encuentro del alumno con las manifestaciones históricas y artísticas de su localidad.

• Producir, para el profesorado, material didáctico que apoye el conocimiento y el aprecio del patrimonio cultural de la nación.

• Crear una red de brigadas, denominadas Dete-K-ti-VES de Monumentos Históricos, con el fin de difundir y vigilar el patrimonio histórico-artístico de la comunidad.

 

Metodología y desarrollo

Desde el punto de vista metodológico, el programa "Echale un ojo a tus monumentos" está concebido como un ciclo que ha de desarrollarse en dos etapas: la primera tiene la finalidad de hacer conscientes a los alumnos, mediante la sensibilización en diversas sesiones de trabajo, de la presencia e importancia de los monumentos históricos de su localidad o cercanos a ella (Figuras 1 y 2); la segunda busca conformar grupos juveniles con una estructura en redes para promover su participación activa en la conservación de los monumentos. El desarrollo de cada una de estas etapas de trabajo comprende, a su vez, diversas fases y acciones, que se describen sucintamente a continuación.

 

 

Etapa 1: sesiones de trabajo con alumnos

El registro de la investigación y el manejo de las sesiones de trabajo con los alumnos da inicio con la elaboración de una ficha de trabajo, herramienta que incluye la creación de un corpus de actividades diversas, creativas e innovadoras que son estructuradas tanto con base en datos histórico-artísticos serios y fidedignos como en consideración a cinco criterios:

Didácticos: Fundados en la convicción de que una de las formas más efectivas de conseguir un aprendizaje significativo es la de "aprender haciendo", un principio del método de la pedagogía activa.

Lúdicos: Implementados con la aplicación del postulado de "aprender-jugando", con el fin de hacer divertido el aprendizaje.

Flexibles: Consistentes en que se puede emplear una misma dinámica para varios inmuebles o temas relacionados con el patrimonio tangible e intangible.

Económicos: Conscientes de los escasos nivel socioeconómico y recursos materiales que caracterizan a la mayor parte de nuestro universo atendible, se decidió que las dinámicas deben ser capaces de realizarse con materiales de bajo costo o, en su caso, utilizar el ya existente y destinado a las tareas escolares diarias.

Evaluables: El funcionamiento del programa debe evaluarse constantemente en 360°,2 con la premisa de que ha de ser perfectible, retroalimentado y adaptado a las necesidades de los usuarios.

A la fecha se han diseñado dos tipos de ficha de trabajo: una para temas sobre el patrimonio en general, y la otra para determinados inmuebles. Ambas se dividen en cuatro partes:

•La primera describe los objetivos, general y específicos de toda la sesión, detalla la contribución al logro de los objetivos educativos de la estrategia de enseñanza utilizada y determina los aprendizajes de la asignatura esperados, según el programa curricular de la SEP.

•La segunda define la estrategia a llevar a cabo, desde su preparación, pasando por la programación de lugares, tiempos, recursos humanos y materiales, hasta la descripción de las actividades a realizar y las recomendaciones para su desarrollo.

•La tercera, aunque varía de acuerdo con el tipo de ficha, incluye fundamentalmente la investigación sobre el tema. En el caso de ejercicios sobre un inmueble en particular, se pormenoriza su identificación, con la inclusión de un plano de ubicación en referencia con la escuela participante, se presentan fotografías históricas y actuales del edificio, y en seguida se desarrolla la investigación, con una introducción, datos históricos y estilísticos, vida cotidiana, leyendas o anécdotas históricas y un glosario de términos; en cambio, para temas generales sobre patrimonio cultural se ahonda en definiciones y datos útiles para su exposición.

•La cuarta y última contiene las lecturas recomendadas y la bibliografía o documentos utilizados para la investigación. Algunas fichas llevan un anexo con la impresión del material didáctico que ha de emplearse en la sesión.

Hasta el momento se han generado 18 fichas generales de sensibilización, treinta específicas para el Centro Histórico de la Ciudad de México, ocho para Xochimilco, otro tanto más para Tlalpan, cuatro para San Ángel y trece para Texcoco. Asimismo están en elaboración dos fichas para Malinalco y siete para Azcapotzalco, así como una especial para niños-jóvenes ciegos o débiles visuales para una visita a la Catedral Metropolitana. Cada una de estas fichas, como se mencionó anteriormente, dirige la subsecuente fase de trabajo, dedicada al propio desarrollo de las sesiones con los alumnos.

Este último proceso inicia con la programación de una reunión de trabajo para un grupo escolar a la vez, recomendándose, para lograr una sensibilización efectiva, que se realicen por lo menos tres sesiones consecutivas. La mayoría de ellas se llevan a cabo dentro del salón de clases, con una duración de 50 minutos, previo acuerdo con las autoridades escolares. Posteriomente, y con base en un diagnóstico del grupo específico con el que se va a trabajar, que es elaborado por medio de cuestionarios, se determina el grado de conocimiento que poseen los alumnos respecto a los monumentos y al patrimonio, y, así, por un lado se define el tipo de sesiones más adecuado para ellos, y por el otro se cuenta con elementos de comparación que nos permiten conformar paulatinamente un diagnóstico zonal. En un momento consecutivo se llevan a cabo las sesiones, cuyo desarrollo sigue la siguiente estructura: 1) presentación de los promotores ante el grupo, 2) descripción breve de la misión del INAH, 3) fase de rapport (sincronía), por medio de un ejercicio para captar la atención del grupo y, sobre todo, para crear un ambiente relajado y de confianza entre los alumnos y los facilitadores, 4) exposición del tema (máximo 15 minutos), 5) reforzamiento mediante un juego o actividad didáctica-lúdica, y 6) reflexión y retroalimentación escrita. Finalmente, después de cada sesión con los alumnos, y con base en la retroalimentación recibida tanto de los estudiantes como del maestro, el ponente y un observador, se realizan los ajustes correspondientes para optimizar la experiencia.

Información reciente sobre el programa indica niveles óptimos en la incorporación: hemos trabajado en doce escuelas secundarias y cuatro primarias, en las cuales cada año se vuelven a impartir las sesiones, cuyo número se ha incrementado en cada periodo escolar.

 

Etapa 2: brigadas de Dete-K-ti-VES de monumentos históricos

La formación de brigadas de promotores voluntarios tiene un propósito inicial: que los niños o adolescentes que ingresen en ellas cuenten con un espacio en donde, además de identificar a otros con intereses afines, pongan en juego su creatividad en beneficio de la difusión y la conservación del patrimonio. Para ello se llevan a cabo cuatro actividades principales: la elaboración de un periódico mural; la organización de una tertulia de leyendas; la preparación, con alguna actividad original y creativa, de la celebración del día del monumento histórico específico sobre el cual se trabajó; y la promoción, durante todo el año escolar, de proyectos ideados por los participantes para su comunidad, incluidos la familia, los amigos y la escuela.

Otro de los objetivos de las brigadas consiste en crear una red de ayuda juvenil que contribuya a la conservación y la difusión del patrimonio cultural en general y, en particular, de los monumentos históricos cercanos a las escuelas participantes, para que en un futuro no muy lejano fluya entre ellos —y, por qué no, hacia otros ámbitos más amplios: otras poblaciones o incluso a escala internacional— el intercambio de experiencias, tanto exitosas como infortunadas. Con el fin de lograr estos alcances, a los reclutas se les pide que se comprometan con el proyecto, lo cual se hace patente mediante la entrega de dos prerrequisitos: un ensayo de una cuartilla sobre la importancia del patrimonio y un trabajo manual libre, ya sea collage, maquetas o fotografías que concrete o muestre por qué es importante la conservación del patrimonio para ellos (Figuras 3 y 4).

 

En promedio, cada brigada debe estar conformada por entre 10 y 20 alumnos. Sus trabajos pueden variar desde la reproducción de sesiones que ellos mismos brindan a sus compañeros hasta la difusión, a través de actividades especiales de la delegación o el municipio. Como parte de lo último, los jóvenes realizan bitácoras de monumentos para su vigilancia, periódicos murales, recolección de leyendas alrededor de las edificaciones históricas, y proyectos de difusión en internet de su propia iniciativa sobre el patrimonio de su localidad.

De acuerdo con las estadísticas que ha arrojado nuestra permanente evaluación de resultados, aproximadamente 10% de los alumnos sensibilizados en las sesiones deciden involucrarse en la fase de brigadas, lo cual es indicativo de un cumplimiento cabal en ciclos de trabajo impulsados por el programa.

 

Recursos humanos

Para lograr el cumplimiento de los objetivos planteados, el programa ha conformado una compleja red de recursos humanos. Se trata básicamente de estudiantes prestadores de servicio social todos ellos adscritos a planteles de educación superior. Estos agentes colaboran de manera individual como parte de colectivos de estudiantes con funciones distintivas.

La participación de prestadores de servicio social individuales en escuelas inscritas al programa ha resultado fundamental en las fases tanto de planeación como ejecución: no sólo se encargan de la documentación de cada inmueble y de la estrategia de enseñanza, sino que además ponen en práctica las dinámicas en las sesiones y realizan la capacitación de los promotores culturales que, a su vez, son multiplicadores del proceso de difusión.

Dada la responsabilidad de su labor, la selección de prestadores de servicio social es sumamente meticulosa: se requiere que cuenten con ciertos perfiles específicos, y que además sean capaces de desarrollar creatividad y de asumir compromisos, dos factores que se han vuelto determinantes en la incorporación de nuevos colaboradores.

Para el buen funcionamiento del programa también es necesario llevar a cabo un riguroso proceso de preparación de los prestadores de servicio, que es dependiente de su formacion universitaria: mientras que los estudiantes de arquitectura, historia e historia del arte se les capacita en el manejo de grupos, lenguaje corporal y estrategias de enseñanza, a los futuros profesionales de la educación (pedagogos, psicólogos educativos) se les instruye en historia, conceptos artísticos y elementos arquitectónicos. De forma general, a ambos grupos se les forma, previa evaluación de sus capacidades y, sobre todo, de su afinidad con el tema, en los conceptos del programa y en el manejo de las fichas modulares. Su instrucción también se realiza conforme al precepto de aprender-haciendo, para generar en ellos un aprendizaje significativo que después transmitan a los alumnos con los que tendrán contacto en las sesiones de trabajo.

Otra importante fuente de recursos humanos para el programa son los colectivos de universitarios. Dentro de la Subdirección de Investigación de la CNMH-INAH laboran investigadores-docentes, algunos de los cuales imparten clases de Historia, Arquitectura e Historia del Arte en diversos planteles de educación superior. En busca de nuevas formas de enseñanza, se han acercado a "Échale un ojo a tus monumentos" para dar cabida a sus alumnos en alguna de sus facetas, ya sea en la investigación, el diseño de estrategias o la impartición de sesiones. En este aspecto, uno de los contribuyentes más constantes ha sido el Departamento de Arte de la Universidad Iberoamericana, plantel Santa Fe. El involucrar a estudiantes desde su temprana formación, en este caso como historiadores del arte, ha dado como resultado proyectos energizantes e innovadores (Figura 5). Por ejemplo, los trabajos que estos alumnos convencionalmente presentaban para evaluar su participación semestral, que antes se quedaban en papel y por los cuales se les otorgaba una calificación, hoy en día se han transformado en experiencias significativas en el ámbito de la conservación y la difusión del patrimonio virreinal del país. Durante su participación han tenido que enfrentarse a vicisitudes y complicaciones, pero también han gozado de la satisfacción de ver reflejado su trabajo en un proyecto con impacto social.

 

Uno de estos proyectos, que tan sólo para el desarrollo de su fase de investigación requirió tres semestres, fue la edición del Libro para Niños sobre la Catedral Metropolitana, que se publicará en breve. Este texto cuenta con aportaciones novedosas de parte de los universitarios, quienes además han dado continuidad a un grupo específico de servicio social multidisciplinario interesado en ese emblemático monumento histórico de nuestra capital. Esperamos que en fechas próximas se establezcan convenios con departamentos de varias universidades vinculados con nuestro quehacer, para ampliar la repercusión de estos nuevos modelos educativos a lo largo del país, iniciativa que nos lleva a plantear una serie de planes futuros y reflexiones derivadas de la experiencia lograda.

 

Planes para el futuro y reflexiones finales

El quehacer cotidiano del programa "Échale un ojo a tus monumentos" está lleno de vicisitudes, ya que, al trabajar con otras instancias, tanto municipales como federales, los plazos políticos y los cambios de jefaturas afectan el seguimiento de su operación. Es por eso que hemos expandido nuestras estrategias de trabajo en busca de impulsar la sinergia con otras organizaciones, civiles y gubernamentales, como es el caso de la Asignatura Estatal en el currículo de la SEP. En especial, y desde 2009, la CNMH-INAH ha trabajado con la Coordinación de Patrimonio Cultural, Artístico e Histórico del Gobierno de Distrito Federal en el diseño de una materia que habrá de incluirse en el primer año de secundaria, llamada Patrimonio Cultural y Natural del D. F. En la actualidad se colabora en la adecuación de la asignatura con un enfoque netamente cultural, pero desde una perspectiva integral e interdisciplinaria. Este esfuerzo conjunto de varias instancias gubernamentales hace concebir la esperanza de que el tema patrimonial y, por ende, el de los monumentos históricos, tenga mayor presencia en la formación escolar de nuestra joven ciudadanía.

Otro aspecto que hemos agenda-do para el futuro de nuestro programa es el de la inclusión de grupos sociales adicionales a aquellos con quienes hemos venido trabajando, por lo que ya se está adaptando la metodología para que se aplique en escuelas indígenas. También se están diseñando sesiones para que puedan participar (disfrutando y conociendo sobre los monumentos) jóvenes invidentes o débiles visuales.

Como ya hemos mencionado, a lo largo de nuestra búsqueda de mejores ambientes de aprendizaje se ha creado material didáctico muy atractivo, el cual estamos adaptando para que se pueda reproducir de diversas maneras. Crear una línea de "juguetes patrimoniales" y lograr su distribución a maestros, padres de familia y promotores culturales para apoyo a las sesiones, o simplemente para entretenimiento con sentido patrimonial, es un reto a cumplir en el futuro.

A manera de reflexión final, vale la pena hacer notar que en la Subdirección de Investigación de la CNMH-INAH creemos que la implantación del programa "Échale un ojo a tus monumentos" no sólo cumple la misión institucional de difundir el patrimonio cultural edificado e inmaterial, en este caso a mexicanos del ámbito escolar básico, sino que además representa un aprendizaje bidireccional que influye en el crecimiento personal de todos los involucrados y, por ende, de sus propias comunidades. Esto último lo hemos ya constatado entre los universitarios prestadores de servicio social, quienes al comprometerse con el programa aprenden a valorar tanto al propio patrimonio como la labor de difundirlo. Su participación en esta última tarea impacta de una manera real a la sociedad a la que pertenecen, ya que advertimos que al término de su trabajo en el programa ellos experimentan un crecimiento personal, visible en la toma de conciencia de la realidad de México y en su compromiso de contribuir con el cambio desde sus propias inclinaciones y profesiones.

Con la experiencia adquirida de ya seis años de operación, hemos reafirmado la idea de que la vinculación con otras instituciones no sólo es necesaria, sino indispensable para crear una sinergia entre diversos sectores de la sociedad, en la cual la interdisciplinariedad es el crisol que nos permite unir diferentes maneras de ver y enseñar el tema patrimonial. Por ello, creemos que el programa "Échale un ojo a tus monumentos" es una aportación a un nuevo esquema de educación, demandante de nuevas estrategias de aprendizaje necesarias para enfrentar los retos educativos del siglo XXI.

 

Referencias

LFMAAH 1972 Ley Federal de Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, Diario Oficial de la Federación, 6 de mayo.         [ Links ]

 

Notas

1 De acuerdo con la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, se define como monumentos históricos los bienes vinculados con la historia de la nación, inmuebles construidos en los siglos XVI al XIX, así como los muebles que se encuentren o se hayan encontrado en ellos (LFMAAH 1972: art. 35). En contraste, son monumentos artísticos los bienes muebles e inmuebles que revisten valor estético relevante, determinado por cualquiera de las siguientes características: representatividad, inserción en cierta corriente estilística, grado de innovación, materiales y técnicas utilizadas y otras análogas (LFMAAH 1972: art. 33 ).

2 La evaluación de 360° es aquella donde todos los involucrados: organizadores, ponentes, observadores y educandos, retroalimentan el proyecto con sus observaciones.

 

Información sobre la autora:

Claudia Morales Vázquez. Licenciada en Historia del Arte (UIA, México). Ha trabajado en los museos de San Carlos (INBA, México) y del Templo Mayor (INAH, México), así como colaborado en talleres para niños de la calle en el Munal (INBA, México) y en el voluntariado del Museo de San Ildefonso. Cuenta con una larga trayectoria en el ámbito educativo en universidades, instancias estatales, gubernamentales y organizaciones civiles. Desde 2005 labora en la Subdirección de Investigación del CNMH-INAH, donde ha ocupado diferentes puestos, incluido el de subdirectora. Actualmente coordina el programa "Échale un ojo a tus monumentos", dentro del cual ha impartido cursos y talleres educativos sobre patrimonio y monumentos para docentes de escuelas secundarias, así como de formación de promotores culturales en Xochimilco, Texcoco y Tlayacapan, entre otros.

CNMH, INAH, México. claudia_morales@inah.gob.mx, cmv69mex@yahoo.com

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