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Tecnología y ciencias del agua

On-line version ISSN 2007-2422

Tecnol. cienc. agua vol.5 n.5 Jiutepec Sep./Oct. 2014

 

Artículos técnicos

 

Contenido de boro en el agua superficial de Puebla, Tlaxcala y Veracruz

 

Content of Boron inn Surface Water in Puebla, Tlaxcala, and Veracruz

 

Oscar Raúl Mancilla-Villa*
Universidad de Guadalajara, México
*Autor de correspondencia

Ana Laura Bautista-Olivas
Universidad de Sonora, México

Héctor Manuel Ortega-Escobar, Carlos Ramírez-Ayala
Colegio de Postgraduados, México

Amada Laura Reyes-Ortigoza
Universidad Nacional Autónoma de México

Héctor Flores-Magdaleno
Colegio de Postgraduados, México

Diego Raymundo González-Eguiarte, Rubén Darío Guevara-Gutiérrez
Universidad de Guadalajara, México

 

Dirección institucional de los autores

Dr. Oscar Raúl Mancilla-Villa

Universidad de Guadalajara
Centro Universitario de la Costa Sur
Departamento de Producción Agrícola
Avenida Independencia Nacional 151
48900 Autlán de Navarro, Jalisco, México
Teléfono: +52 (317) 3825 010, extensión 57026
oscar.mancilla@cucsur.udg.mx

Dra. Ana Laura Bautista-Olivas

Universidad de Sonora
Departamento de Agricultura y Ganadería
Carretera Bahía de Kino km 21
83000 Hermosillo, Sonora, México
Teléfono: +52 (662) 5960 295
analaura@colpos.mx

Dr. Héctor Manuel Ortega-Escobar
Dr. Carlos Ramírez-Ayala
Dr. Héctor Flores-Magdaleno

Colegio de Postgraduados, Campus Montecillo
Hidrociencias
Carretera México-Texcoco km 36.5
56230 Montecillo, Estado de México, México
Teléfono: +52 (55) 5804 5900, extensión 1167
manueloe@colpos.mx

Dra. Amada Laura Reyes-Ortigoza

Departamento de Ecología y Recursos Naturales
Facultad de Ciencias
Universidad Nacional Autónoma de México
Área de Biología
Colonia Universidad Nacional Autónoma
de México, CU, delegación Coyoacán
04510 México, D.F., México
Teléfono: +52 (55) 5622 4827, extensión 24922
amadalaura@ciencias.unam.mx

Dr. Diego Raymundo González-Eguiarte

Profesor Investigador del Centro Universitario de Ciencias
Biológicas y Agropecuarias (CUCBA)
Universidad de Guadalajara
Camino Ramón Padilla Sánchez #2100
Nextipac Zapopan, Jalisco, México
Telefono: +52 (33) 3777 1150, extensión 3040 y 3190
diegonz@cucba.udg.mx

Dr. Rubén Darío Guevara Gutiérrez

Centro Universitario de la Costa Sur
Universidad de Guadalajara
Avenida Independencia Nacional núm. 151
48900, Autlán de Navarro, Jalisco, México
Telefono: +52 (317) 3825 010, extensión 57165
rguevara@cucsur.udg.mx

 

Recibido: 17/04/13
Aceptado: 25/01/14

 

Resumen

El desarrollo de la actividad agrícola depende, entre otros factores, de la cantidad y calidad del agua disponible para riego. La calidad varía ampliamente de acuerdo con la cantidad y tipo de sales que contenga, ya que algunos elementos, como el boro (B), son tóxicos para las plantas. En Puebla, Tlaxcala y Veracruz son destinadas a la agricultura de riego más de un millón de hectáreas y por ello resulta imperante conocer la calidad del agua en cuanto al contenido del boro. En este estudio se llevó a cabo una investigación para conocer la conductividad eléctrica (CE), el pH y el contenido de B de estas muestras de agua, con tres recorridos y muestreos de agua en 2009, 2010 y 2011; se colectaron 91 muestras de agua por cada muestreo. La determinación de B se realizó por el método de la azometina-H, en el Laboratorio de Hidrociencias del Colegio de Postgraduados. Las concentraciones de B en las muestras de agua fueron bajas, menores de 1 mg l-1, en 76 de las 91 colectas de cada muestreo. En 15 muestras de agua se encontraron contenidos altos de B, mayores a 5 mg l-1. De las muestras de agua analizadas, 83.5% se recomienda para uso agrícola sin ninguna restricción, mientras que 16.5% de los ríos y cuerpos de agua no es recomendable para usos agrícola, doméstico o de recreación debido a la peligrosidad y riesgos de toxicidad por B en cultivos y en humanos.

Palabras clave: agua superficial, límites permisibles de boro, toxicidad en cultivos, agua residual.

 

Abstract

The development of agriculture depends on the quantity and quality of water available for irrigation, among other factors. Quality varies widely according to the quantity and type of salts it contains, since some elements such as boron (B) are toxic for plants. In Puebla, Tlaxcala and Veracruz over one million hectares are used for irrigation agriculture, and therefore it is imperative to know the quality of water with respect to boron contents. Therefore, this study conducted an investigation to determine the electrical conductivity (EC), pH and B content in these waters based on three samplings, performed in 2009, 2010 and 2011. A total of 91 samples were taken for each sampling. B content in water was determined in the hydro-sciences laboratory of the Postgraduates College using the Azomethine-H method. Concentrations of B in the water were low and less than 1 mg L-1 for 76 of the 91 samples collected for each sampling. High contents of B, above 5 mg L-1, were found in 15 samples. Of the waters analyzed, 83.5% is recommended for agricultural use without restriction, while 16.5% is not recommended for agricultural, domestic or recreational uses due to the dangers and risk of toxicity from B in crops and in humans.

Keywords: Surface water, permissible limits of boron, toxicity in crops, sewage.

 

Introducción

El boro (B) es un elemento esencial y potencialmente tóxico para las plantas cuando excede apenas ligeramente el nivel óptimo. Se encuentra en casi toda el agua natural y es uno de los constituyentes más tóxicos del agua de riego. Su concentración varía desde algunas trazas hasta varias partes por millón (Gupta, Jame, Cambell, Leyshon, & Nicholaichuk, 1985; Keren & Miyamoto, 1990; Singh & Singh, 1983; Verma, 1983; Elefteriou, 2001).

La toxicidad del B se presenta en concentraciones arriba de 1.25 mg l-1 para la mayoría de las plantas (Fox, 1968; Gupta, 1983; Gupta et al, 1985; Munns & Tester, 2008; Ortega & Cintora, 2005; Richard, 1968; Ryan, Miyamoto, & Stroehlein, 1977; Singh & Randhawa, 1980; Verma, 1983; Brady & Weil, 2002). Las plantas pueden crecer normalmente en cultivos sobre arena con trazas de boro (0.03-0.04 mg l-1) y se presenta toxicidad cuando la concentración llega a 1 mg l-1 (Richard, 1968; Richards, 1973; Ayers & Westcot, 1989) y es suficiente para ocasionar sensibilidad en plantas de limón y naranjo, en tanto que la alfalfa logra desarrollo máximo si el agua de riego posee de 1 a 2 mg l-1 (Kelley, 1963; Brady & Weil, 2002).

El agua superficial natural rara vez contiene niveles tóxicos de B, pero el agua de manantiales y pozos puede contener concentraciones tóxicas, principalmente en la cercanía de fallas tectónicas y en zonas geotérmicas (Carrera et al, 2011; Velázquez & Pimentel, 2006). La clasificación del agua para uso agrícola con base en el contenido de B se presenta en el cuadro 1.

En humanos y animales, el B es un elemento nutricional benéfico, si no esencial, y es posible que su deficiencia pueda derivar en riesgos potenciales a la salud (Coughlin, 1998). Las frutas, vegetales y nueces son fuente de B en la dieta humana y una ingesta diaria aceptable es de 0.3 mg kg-1 de peso (Murray, 1998). Los límites máximos permitidos de B en el agua potable varían con las diversas normativas que existen al respecto.

Para México, la norma oficial de agua para uso y consumo humano (SSA, 1996) no incluye valores de referencia para el B y los criterios ecológicos de calidad del agua (Sedue, 1989) indican un máximo permisible de 1 mg l-1 (1 000 μg l-1) para uso público urbano, valor que coincide con el indicado por la Directiva Europea (Weinthal, Parag, Vengosh, Muti, & Kloppmann, 2005). La Organización Mundial de la Salud lo sitúa en 500 μg l-1 (WHO, 2008), aunque actualmente revisa este límite de concentración de B y provisionalmente lo marca en 2.6 mg l-1 (WHO, 2010). Los problemas sanitarios asociados con un consumo excesivo de B van desde daños al sistema digestivo (estómago, intestino), hígado, riñones y cerebro hasta la muerte (Selinus, 2004; WHO, 2008).

El B es un elemento ubicuo, que entra en las aguas superficiales y subterráneas a través de dos vías principales: intemperismo de rocas que contienen boro (borosilicatos del tipo turmalina y axinita) y aguas residuales, donde el B se deriva de productos de limpieza y residuos de industrias de pinturas y barnices, textiles, curtido de pieles y electrónica, entre otras (Dyer & Caprara, 2009; Velázquez, Pimentel, & Ortega, 2011). Las aguas residuales derivadas de diferentes sistemas pueden alcanzar las corrientes de agua superficial y subterránea, y provocar un problema de contaminación (Wolf, Held, Eiswirth, & Hötzl, 2004; Schmidt, 2007).

Una fuente adicional de B en el agua superficial es el agua de drenaje agrícola (Seiler, 2007), tal como se ha detectado en las zonas áridas del oeste de Estados Unidos (Lemly, Finger, & Nelson, 2009). En áreas de vulcanismo activo, donde el agua subterránea es influenciada por elevadas temperaturas (~200 °C), el B se encuentra regularmente en concentraciones que pueden alcanzar los 150 mg l-1 (Morell, Pulido-Bosch, Daniele, & Cruz, 2008). La relación del B con áreas de vulcanismo es de relevancia en México, considerando que se han reconocido unas 2 332 manifestaciones geotérmicas, de las cuales aproximadamente 27 se localizan en los estados de Puebla y Veracruz (Iglesias, Arellano, & Torres, 2005).

En trabajos previos sobre calidad del agua en las cuencas de los estados de Tlaxcala, Puebla y Veracruz, se ha encontrado que el B se adiciona a las aguas superficiales a través de las descargas de aguas residuales en la red hidrográfica, en tanto que el agua subterránea puede contener altas concentraciones de B de origen geotérmico (Velázquez & Pimentel, 2006; Can et al., 2011). Estas concentraciones de B pueden representar un peligro potencial de toxicidad para los cultivos de la zona y problemas sanitarios en la población si tales fuentes se utilizan para consumo humano.

A pesar de su importancia ambiental, a la fecha se desconoce la distribución del B en las fuentes de aguas superficiales de Puebla, Tlaxcala y Veracruz; no se cuenta con datos sobre el aporte relativo de B a las aguas subterráneas y superficiales a partir de fuentes naturales y antropogénicas. A partir de estos antecedentes, en el presente trabajo se planteó como objetivo analizar la distribución del B en las aguas superficiales de los estados mencionados y su potencial efecto tóxico en los cultivos y en la salud humana, esto último a través de los límites máximos permisibles establecidos por la normativa mexicana para distintos usos del agua.

 

Materiales y métodos

Lugar de estudio

El área de estudio se encuentra en el estado de Puebla y la parte centro-norte del estado de Veracruz, México (figura 1). El agua muestreada es utilizada para riego agrícola y uso doméstico; los ríos, manantiales y embalses muestreados en Puebla fueron Atoyac, Izúcar, Salado y Chiahutla. En Veracruz, Blanco, San Miguel, Chocamam, Coscomatepec, Pescados, Consolapa, Alseseca, Tlapacoyan, Filobobos, Nautla, Tecolutla, Cazones, Tuxpan, Tempoal, Pánuco, Tampico, Nogales, Ojo de Agua, Puente de Dios, El Carmen y Pancho Pozas. Las coordenadas geográficas del cuadrante del área de estudio son 220 00' latitud norte y 970 00' longitud oeste, hasta 180 00' latitud norte y 990 00' longitud oeste. Los sitios de muestreo se encuentran en altitudes desde 1 hasta 3 000 m.

La zona de estudio donde se realizó el recorrido de campo que se llevó a cabo para colectar las muestras de agua se inició en los límites de Puebla con Tlaxcala, y continuó por la parte sur de Puebla, posteriormente se recorrió la parte centro-norte de Veracruz y finalmente se terminó en la presa de Necaxa en Puebla. Para recolectar muestras de agua se llevaron a cabo tres muestreos en época de estiaje en la estación de otoño de 2009, 2010 y 2011. Las muestras de agua se colocaron en recipientes de polipropileno, con capacidad de 0.5 l, lavados previamente tres veces, dos con agua destilada y la tercera vez con agua desionizada. Se cuidó que el llenado de la botella fuera total, eliminando en lo posible las burbujas de aire introducidas con el agua, para reducir con ello las posibles reacciones del fluido con el oxígeno. Las estaciones de muestreo se ubicaron con un GPS Garmín MAP 60, mismo que se usó para establecer la altitud aproximada en metros de cada sitio.

Los parámetros químicos que se midieron fueron pH y CE al momento de tomar la muestra de acuerdo con APHA (1995). El contenido de B en las muestras de agua se determinó en el laboratorio de Ciencias Ambientales de Hidrociencias, en el Colegio de Postgraduados, Campus, Montecillo. El B fue analizado por el método de la azometina-H, el cual tiene un rango de detección de 0.5 a 10 μg ml-1 (Bingham, 1982; Rodier, 1978; Rhoades, Ingvalson, & Hatcher, 1970). A los datos obtenidos se les realizó un análisis estadístico de medias de Tukey (α = 0.05) entre sitios de muestreo, para comprobar la existencia de diferencias significativas del contenido de B en las aguas muestreadas.

 

Resultados y discusión

En el cuadro 2 se presenta la ubicación geográfica, altitud y nombres de las estaciones de muestreo consideradas en la presente investigación. Es importante mencionar que las estaciones se localizan en un rango de altitud que va desde el nivel del mar hasta los 3 000 m. Se consideraron los ríos y embalses importantes para el riego agrícola en los estados de Puebla y Veracruz. La información de los resultados se manejó en conjunto para las 91 estaciones de muestreo.

En la figura 2 se presenta el pH y la CE medidos en los ríos, manantiales y embalses de Puebla y Veracruz. Los valores de estos parámetros fueron corregidos por los factores de temperatura respectivos. Se observa que 90% de las muestras presentó un pH entre 6.9 y 9 (el rango de límites máximos permisibles está entre 5 y 10 unidades para este parámetro), mientras que la conductividad eléctrica mostró en 85% de las muestras valores menores a 2 000 μS cm-1, lo cual indica que el agua analizada, bajo el criterio de estos dos parámetros y desde el punto de vista agrícola, es recomendable de acuerdo con Ayers y Westcot (1989), con algunas restricciones para 15% de las muestras que presentó elevados valores de CE debido a que proceden de agua influenciada por agua marina y agua subterránea salina.

 

Contenido de boro

Can et al. (2011) realizaron una investigación acerca del contenido de boro en las aguas subterráneas de la Cuenca Oriental, México, que abarca parte de los estados de Tlaxcala, Puebla y Veracruz. Encontraron que la mayoría de las aguas superficiales contiene cantidades aceptables de boro, pero las aguas de los pozos profundos en algunas áreas contienen cantidades tóxicas de boro debido al contacto que tienen con las rocas ígneas de la zona. Las principales rocas volcánicas son andesitas, basaltos y riolitas. Entre éstas predominan riolitas sódicas, fenocristales de olivino y sedimentos piroclásticos, que en su mayoría se definen como tobas.

Las aguas superficiales se ven sometidas, a su vez, a los efectos del vertido de las aguas residuales domésticas y los drenajes agrícolas a la red hidrográfica, siendo éstas las dos fuentes principales de sales en los ríos (Velázquez et al., 2011). Una tercera fuente son los flujos geotérmicos (Velázquez & Pimentel, 2006), localizados en algunos sitios de la zona de estudio (Iglesias et al., 2005).

El contenido de B en el agua superficial de Puebla, Tlaxcala y Veracruz, para los tres muestreos, fue de valores bajos, es decir, menores a 1 mg l-1 (figura 3); sin embargo, algunas muestras de agua presentaron valores elevados por encima del límite máximo permisible para las plantas: 3.75 mg l-1 (Scofield, 1936; Wilcox, 1948).

El agua superficial de Tlaxcala, Puebla y Veracruz que presentó concentraciones de B bajas, menores a 1 mg l-1, es el agua que está en contacto con rocas sedimentarias que cubren más de 75% de la superficie terrestre, como calizas, lutitas, diatomitas, limonitas, yesos y lateritas (Tarbuck & Lutgens, 2008).

El agua que presentó baja concentración de B se presenta en la figura 4, donde se observa que el contenido de este elemento en el agua no superó los 0.03 mg l-1.

Las muestras de agua que se presentan en la figura 4 son recomendables para la agricultura de riego, para los cultivos tolerantes, como algodón, espárrago, sorgo, alfalfa, lechuga y maíz, entre otros (Van Der Leeden, Troise, & Todd, 1990), así como para los cultivos sensibles, como limón, aguacate, naranja y cebada (Can et al., 2011). Es decir, esta agua, en cuanto al contenido de B, se recomienda para su uso en la agricultura de riego de cualquier cultivo.

Las concentraciones altas, mayores de 5 mg l-1, de B (Velázquez et al., 2011) en las muestras de agua superficial se presentaron en 15 puntos de muestreo, que corresponden a río Salado, arroyo en Zapotitlán, lagos cráter Alchichica, La Preciosa, Quecholac, Aljojuca, Tecuitlapa, Atexcac y el río Atoyac, en Puebla. Las muestras analizadas de estos sitios mostraron una concentración de 9 hasta 45 mg l-1 de B; en Tlaxcala se presentó una concentración mayor de 12 mg L-1 en el manantial El Carmen; en Veracruz, los ríos Nautla y Tuxpan presentaron valores mayores de 12 y 24 mg l-1 de boro (figura 5).

Las muestras de agua que se observan en la figura 5 son las que presentaron un contenido de B alto, superior a los 5 mg l-1. Los sitios de muestreo donde se colectaron estas alicuotas están cercanos a zonas montañosas del Eje Neovolcánico Transversal Mexicano, cuya composición geológica es principalmente de rocas ígneas y, entre éstas, las que contienen B, como colemanita, bórax, olivino, sasolitas y pegmatitas, entre otras (Tarbuck & Lutgens, 2008); además, las muestras de agua de alto contenido de B de la zona de estudio pueden estar influenciadas por hidrotermalismo, producto del vulcanismo reciente en la región (Alcocer, Escolero, & Marín, 2005).

Las muestras de agua con mayor contenido de B presentan además una mayor conductividad eléctrica, por consiguiente una mayor cantidad de sales disueltas, lo que puede ser influenciado por las sales de las intrusiones marinas (Salas, 1949; Reyes-Cortés, 1979). Es importante mencionar que el sinnúmero de manantiales salinos que se presenta en la región de Zapotitlán se debe a evaporitas marinas sepultadas y a sedimentos salinos carbonatados que tuvieron su origen durante las explosiones volcánicas que levantaron la zona de Zapotitlán durante el Terciario (Calderón-García, 1958; Salas, 1949; Villada, 1905; Reyes, 1998). Además, el tipo de salinidad del agua salina de Zapotitlán debe su origen al paso de aguas pluviales a través de las rocas calizas sedimentarias de esa zona (Cortés, 2009).

Por consiguiente, las colectas de agua de los 15 puntos de muestreo de alta concentración de B no son recomendables para riego agrícola, debido a que resultan tóxicas hasta para los cultivos más tolerantes. Además, su empleo es restringido para consumo humano (WHO, 2010), así como para uso doméstico y de recreación (Sedue, 1989).

Otro factor de las altas concentraciones de B puede ser los vertidos de agua residual agrícola, urbana e industrial que generan las actividades antropogénicas, sobre todo para los casos de los ríos Nautla y Tuxpan en Veracruz.

En el cuadro 3 se presenta el análisis de medias Tukey en cuanto al contenido de B por sitio, en el agua superficial de Puebla, Tlaxcala y Veracruz. De acuerdo con el análisis estadístico, se observa que existe diferencia significativa en el contenido de B entre el agua que presentó mayor CE de aquella de menor contenido de sales disueltas.

No existe diferencia significativa en el agua que se encuentran cerca de actividad volcánica reciente, como es el agua de los lagos cráter en la Cuenca Oriental (Can, 2011), o el agua de los ríos con presencia de contaminación importante con agua residual, como en los ríos Nautla y Tuxpan en Veracruz. El agua de menor contenido de B, alejada de zonas con influencia de hidrotermalismo y que reporta menor influencia por contaminación con aguas residuales no presenta diferencias significativas en cuanto al contenido de boro.

 

Conclusiones

La conductividad eléctrica de 90% de las muestras de agua superficial de Puebla, Tlaxcala y Veracruz presentó valores entre 100 y 200 μS cm-1, valores óptimos para agua con uso agrícola.

El agua superficial analizada presentó valores de pH ligeramente alcalinos, lo que sugiere la presencia importante de carbonatos y bicarbonatos disueltos, pero no restringe el uso del agua en la agricultura.

El contenido de B en el agua superficial fue bajo en 76 de las muestras analizadas, por lo que esta agua es recomendable para riego agrícola sin ninguna restricción, así como para uso doméstico y de recreación.

Las 15 muestras de agua superficial de la zona de estudio que resultaron con alta concentración de B son influenciadas por hidrotermalismo, rocas que contienen B y presencia de sales por intrusiones marinas.

Las muestras de agua de alta concentración de B encontradas en 15 de los 91 sitios de muestreo en Puebla, Tlaxcala y Veracruz presentan restricción para usos agrícola, doméstico o de recreación debido a los riesgos de toxicidad tanto para los cultivos como para los humanos.

Existe diferencia significativa en cuanto al contenido de B entre sitios de muestreo y entre las muestras de agua de alta concentración iónica y las muestras de agua con baja concentración de sales disueltas y menor grado de contaminación con aguas residuales.

 

Referencias

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