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Revista de filosofía open insight

versión On-line ISSN 2395-8936versión impresa ISSN 2007-2406

Rev. filos.open insight vol.6 no.10 Querétaro jul. 2015

 

Reseñas

 

Hernán G. Inverso, 2015. El mundo entre paréntesis: una arqueología de las nociones de reducción y corporalidad

 

Ignacio Quepons Ramírez

 

Buenos Aires: Prometeo Libros, 156 pp.

 

Universidad de Seattle, EUA. iquepons@gmail.com

 

El reciente estudio de Hernán G. Inverso ofrece una reflexión ordenada y sobre todo clara en torno al tema de la reducción trascendental, o más específicamente, de la epojé en la tradición fenomenológica abierta por Husserl y sus antecedentes en el escepticismo antiguo. El objetivo más importante del autor es mostrar las líneas de continuidad entre el proyecto fenomenológico y los desarrollos posteriores que encontramos fundamentalmente en Heidegger, Merleau-Ponty, Derrida y Marion, tomando como hilo conductor la relación entre corporalidad y epojé. Asimismo, su idea es trazar la arqueología de dichas nociones en su desarrollo a lo largo del escepticismo, y sus resonancias en la fenomenología actual.

La obra está dividida en cuatro capítulos, el primero de ellos es un estudio detallado de la idea de epojé en el escepticismo antiguo y moderno, y algunas claves para su vinculación con la formulación sistemática que aparece en la fenomenología trascendental. El énfasis del autor está en destacar la función eminentemente práctica que tenía la epojé en el pensamiento antiguo a diferencia de la formulación de carácter epistemológico que aparece en la fenomenología. Este carácter práctico de la epojé, vinculado con la experiencia del cuerpo, se trata de un hábito:

La suspensión del juicio habría nacido en el contexto escéptico como una suerte de habitualidad. Solo si esta dimensión falla es preciso recurrir al logos, operatoria que hay que interpretar como la apelación al desacuerdo entre posiciones que invita a mantenerse neutral para evitar el error. En última instancia, la forma más acaba de pirronismo constituye una ataraxia que libra de toda perturbación y se plenifica en la aphasia, un apartamiento del discurso que subraya su vocación de primacía de la acción sobre la teoría (p.26).

Más adelante se destaca la diferencia entre la epojé antigua y su formulación moderna, señalando que, a diferencia del escepticismo antiguo, la epojé husserliana suspende el mundo para poner el foco de atención en la especificidad del campo de la consciencia. El énfasis de Husserl está en comprender la epojé dentro del marco metodológico de un saber apodíctico. No obstante, el interés particular del autor está en vincular esta práctica con la experiencia de la vida corporal, para ello recurre a la formulación cirenaica de la epojé. Para los cirenaicos, el núcleo de certidumbre del sujeto son sus afecciones corporales (p.32); sus descripciones de la experiencia corporal desde la especificidad de la experiencia tienen importantes resonancias con la idea de corporalidad, en el sentido del cuerpo vivo [Leib] de Husserl, y el proyecto fenomenológico de Merleau-Ponty. Para el fenomenólogo francés, según nos recuerda el autor, en referencia a La fenomenología de la percepción, el cuerpo no sólo es el soporte de las sensaciones sino el horizonte que nos permite "tener un mundo".

Al final del primer capítulo aparecen algunas sugerencias interesantes en torno a la relación entre la epojé de los antiguos y el problema de la intersubjetividad en Husserl. Para los pirrónicos, como para Husserl, es imposible captar "el movimiento del pensamiento" de los otros. No obstante, encontramos algunas semejantes que permiten que los pirrónicos, a pesar de no conocer el pensamiento de Pirrón, se llamen a sí mismos "pirrónicos". Se detecta entonces una semejanza en la modalidad de la vida que para el autor es coherente con la transferencia analogizante de la intersubjetividad husserliana.

El segundo capítulo, que es también el más breve, sugiere una relación entre la epojé y la impronta del tema del cuerpo en la obra de Husserl, cuyos resultados serán aprovechados ampliamente en el tercer capítulo, por mucho más rico que el segundo, sobre el tema de la epojé en Heidegger y Merleau-Ponty. A lo largo del tercer capítulo se presenta una exposición ordenada de la relación entre Merleau-Ponty y la fenomenología de Husserl. Frente a algunas presentaciones que insisten en la ruptura entre la fenomenología francesa con Husserl, para el autor es más importante señalar los ejes de continuidad que hacen de la filosofía de Merleau-Ponty no sólo un pensamiento auténticamente original sino que una de sus claves es precisamente la manera en cómo vuelve sobre la filosofía de Husserl, insistiendo en la idea misma de la reducción trascendental.

El último capítulo es una meditación sobre la recepción de la fenomenología en Derrida y particularmente en Jean Luc Marion. En Marion encontramos una vez más la temática de la epojé a partir de una perspectiva diferente, vinculada al análisis de los fenómenos saturados y el tema del "don".

El libro presenta una notable exposición del tema general, y está escrito en un estilo llano, sencillo y claro. Con todo, hay por lo menos dos aspectos importantes que vale la pena poner en consideración crítica. Al inicio se anuncia un proyecto que a lo largo del libro sólo aparece en forma de esbozos: la arqueología de las nociones de reducción y corporalidad. La idea de arqueología, en el sentido de Husserl, es apenas sugerida al inicio en relación con el tema de la institución originaria, pero no encontramos el desarrollo de una investigación con dicha orientación metodológica a lo largo de las páginas del estudio. El concepto husserliano de "arqueología" se refiere a la transmisión histórica de contenidos sedimentados en la experiencia, en un sentido colectivo, que pueden ser reactivados a través de la pregunta retrospectiva por su institución originaria. Sin duda es factible la arqueología de los conceptos de reducción y corporalidad que retome, como sugiere el autor, la relación entre la tradición del escepticismo antiguo y la idea de "reducción" de la tradición fenomenológica. El punto está bien identificado y parece claro que para el autor, es la fenomenología de Merleau-Ponty y su énfasis en la experiencia corporal, la que permite recuperar el sentido práctico y vinculado al cuerpo que tiene la epojé en el pensamiento antiguo. Lamentablemente, la arqueología anunciada queda sólo en el proyecto.

Por otro lado, aunque los aportes de carácter histórico y comparativo que el autor propone, muestran algunas vías que pueden ser aprovechadas para empezar dicha arqueología, hay muchos trabajos de detalle tanto en la obra de Husserl como en su recepción que el estudio deja pendientes. El tema con el que inicia su consideración de la epojé en el escepticismo antiguo se pierde después del primer capítulo, sólo hacia el final del capítulo III vuelve a lo que anunciaba al inicio con la división de Sexto Empírico sobre la epojé. En la conclusión apenas vuelve a mencionarlo, pero sin un cierre que permita ver cómo esos aportes, lejos de ser un mero antecedente histórico, constituyen la base de la arqueología anunciada y no desarrollada. La cuestión de la epojé en el pensamiento antiguo y su relación con la reducción trascendental queda más señalada como una hipótesis que como asunto resuelto en el resto del texto.

La hipótesis presentada, no obstante, presenta rasgos interesantísimos: la epojé antigua tenía una función más moral que epistemológica, como la encontramos en la formulación husserliana. No obstante, en sus últimos años Husserl puso cada vez más énfasis en la relación entre la epojé y la transformación del fenomenólogo mismo, asunto que quizá podría ser explorado desde la perspectiva abierta por el autor. Una referencia muy conocida, pero que no mereció ninguna apreciación en el texto, es cuando al final del parágrafo 35 de Crisis, Husserl compara la práctica de la reducción con una transformación vital, como una conversión religiosa (Hua VI, 140). En verdad, parece que en la obra misma de Husserl hay aspectos interesantes para relacionar la idea misma de la reducción trascendental, como el momento decisivo de la práctica de la fenomenología y la filosofía práctica de los cirenaicos, especialmente en el énfasis que Husserl le dio a la práctica de la fenomenología y la transformación ética en sus últimos años. Lamentablemente, la ética de Husserl está fuera de consideración en el estudio, particularmente en su último periodo, donde la idea de la habitualidad cada vez cobra más importancia. La relación entre habitualidad y vida corporal en Husserl, le daría buenos argumentos al autor para seguir desarrollando su punto.

El segundo problema de la obra es que da por descontado una identificación sin más entre la noción de epojé y reducción trascendental. El tema, naturalmente, es uno de los asuntos más espinosos y cruciales de la fenomenología, y uno de los problemas más importantes en la discusión contemporánea. La exposición del autor se centra básicamente en la aparición del tema en La idea de la fenomenología , Ideas I y Meditaciones Cartesianas. Salvo el estudio del tema en La crisis de las ciencias europeas y la fenomenología trascendental, no hay una sola mención de las reflexiones tardías de Husserl en torno a la reducción trascendental. Tampoco aparece una sola mención de Eugen Fink a lo largo del texto. Dada la importancia de Fink en la formulación y crítica de la reducción en la obra de Merleau-Ponty, uno se extraña que siendo justo la epojé el tema de la obra, y se preste tanta atención a su recepción en Merleau-Ponty, ni siquiera se mencione a Eugen Fink.

Por otra parte, la identificación entre epojé y reducción trascendental, declarada abiertamente a lo largo del texto, no es evidente en Husserl mismo. La cuestión no es de poca importancia, la epojé como procedimiento metodológico es en realidad uno de varios accesos posibles a la esfera trascendental pero no está claro si define en sentido unívoco a la reducción. En lugar de aclarar los sentidos de la noción de reducción que aparecen en la obra de Husserl o incluso referirse al debate en torno al significado de dicho procedimiento metodológico, el autor recurre a una presentación de Lester Embree que dista mucho de ser una sistematización del concepto en Husserl. Sobre el particular, Javier San Martin ha publicado un texto reciente donde se aborda justo el carácter problemático de esta identificación (2015).

El autor pudo sacar mucho provecho de un estudio continuado de la obra del fundador de la fenomenología, como él mismo lo afirma, alejado de las interpretaciones convencionales, pero también atento a los contextos más actualizados de recepción. La continua publicación del legado inédito de Husserl, sobre todo a partir de la publicación de sus manuscritos de investigación1 nos permite acceder a una imagen de Husserl más rica que la que ofrece su recepción de mediados del siglo XX, y es necesario sacar todo el provecho de esa posibilidad, para relanzar las potencias de la fenomenología.

El tercer capítulo marca un decidido contraste en cuanto a la solvencia expositiva y la notable autoridad en la temática por parte del autor, tanto de la obra de Heidegger y Merleau-Ponty, así como del estado de la discusión de sus obras en la actualidad. De forma sintética y clara ofrece los aportes más decisivos en la recepción del pensamiento de Husserl en la filosofía de Merleau-Ponty, especialmente en lo que concierne a la meditación sobre los alcances de la reducción fenomenológica.

El cuerpo adquiere un estatuto trascendental en la obra de Merleau Ponty y, en efecto, las observaciones que hace de Husserl, en relación con la necesidad del cuerpo en el análisis de la constitución trascendental del mundo sensible es completamente pertinente. El cuerpo tiene un carácter constituyente pues la constitución del objeto de la percepción supone el carácter predado de mi cuerpo como la instancia respecto de la cual las cosas del mundo se escorzan, se establecen las distancias y las perspectivas que las muestran. El autor nos recuerda la importancia de esta temática en el famoso pasaje de Ideas II donde Husserl señala que Dios tendría que tener un cuerpo pues de otra forma sería imposible para él constituir el mundo sensible.

Con todo, hay por lo menos un tema que problematizaría en la obra de Husserl el tránsito a la vinculación entre reducción trascendental y corporalidad. Para Husserl, incluso si atribuyo un carácter constituyente a mi cuerpo, el cuerpo mismo presupone la constitución de su propia unidad en una corriente cuya relación con la corporalidad es por lo menos paradojal: el tiempo. La unidad de la corriente interna del tiempo no requiere la predación del cuerpo para tener sentido, y en cambio la unidad de mi cuerpo propio, en el sentido de Leib, sí requiere la proto-síntesis de la temporalidad como fundamento último de toda unidad inteligible o experimentable en absoluto, la cual, no depende de nada. El tema del tiempo, salvo algunas referencias a Heidegger, quien por lo demás también considera el cuerpo propio algo óntico y derivado, es un tema gravemente ausente en este estudio, especialmente si tomamos en cuenta que el descubrimiento de la temporalidad originaria, el presente viviente, es el resultado final de la reducción fenomenológica en todas sus variantes en la obra de Husserl. No obstante, las coordenadas de indagación propuestas por el autor nos invitan precisamente a volver sobre este problema, que por lo demás no pasó inadvertido por Merleau-Ponty, y quizá, insistir en esta relación, permita repensar ahora su legado a partir de las reflexiones tardías de Husserl, que el filósofo francés no tuvo oportunidad de tener en cuenta (Zahavi, 2002: pp. 3-29).

A pesar de las críticas aquí expuestas debemos admitir, sin ninguna reserva, que el libro que nos propone Hernán G. Inverso es una prueba más de la importancia de la tradición fenomenológica en América Latina y el germen de un pensamiento filosófico original en español, que vale la pena ponderar y discutir.

 

Referencias bibliográficas

San Martín, Javier. 2015. "La diferencia entre la epojé y la reducción a partir de Ideas I"en Investigaciones Fenomenológicas, vol. Monográfico 5, pp. 303-312.         [ Links ]

Zahavi, Dan. 2002. "Merelau-Ponty on Husserl: a Reappraisal" en Toadvine, T. & Lester Embree (eds.) 2002. Merleau-Ponty's Reading of Husserl. Dordrecht: Kluwer Academic Publishers, pp. 3-29.         [ Links ]

 

Notas

1 Con ello me refiero, no sólo al material consignado en el tomo XV de la colección de obras completas, sino a los manuscritos de Bernau, los Manuscritos C, y especialmente, a los manuscritos tardíos sobre la reducción trascendental editado por Sebastian Luft en el tomo XXXIV.

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