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Revista mexicana de ciencias forestales

versión impresa ISSN 2007-1132

Rev. mex. de cienc. forestales vol.10 no.51 México  2019

https://doi.org/10.29298/rmcf.v10i51.187 

Artículo Científico

Características estructurales de un bosque de pino en Tlalnepantla, Morelos

Germán López García1 

Ma. Cecilia del C. Nieto de Pascual Pola2  * 

1Secretaría de Medio Ambiente. Gobierno de la Ciudad de México. México

2Centro Nacional de Investigación Disciplinaria en Conservación y Mejoramiento de Ecosistemas Forestales, INIFAP. México.


Resumen:

El principal tipo de vegetación del municipio Tlalnepantla, localizado al noreste del estado de Morelos, corresponde al de bosques templados de pino y de pino-encino. Forma parte de la zona de amortiguamiento y de recarga de mantos del centro de la entidad. En la localidad La Correa se hizo una descripción dasonómica de la población forestal y un diagnóstico de la situación sanitaria del arbolado, como antecedente para diseñar un proyecto ecoturístico local. Se aplicó un muestreo sistemático mediante el establecimiento de 20 parcelas de 1/10 ha. Las condiciones sanitarias de la copa, el tronco y el vigor, se analizaron con una prueba de X 2 . El análisis demográfico se hizo mediante tablas de vida estática y se diseñaron curvas de supervivencia para cada especie. Se realizó un análisis morfométrico a partir del porcentaje de copa, el índice de copa, la dimensión de la copa, el índice de espacio vital y el grado de esbeltez por clase natural de edad por taxón, como indicadores de competencia y calidad de sitio del arbolado. Se identificaron cuatro especies: Pinus patula, P. ayacahuite, P. leiophylla y P. montezumae. Los resultados indican que el bosque de pino estudiado es una masa mixta regular, con una densidad promedio de 437 ejemplares ha-1, conformada, principalmente, por individuos jóvenes que se desarrollan en lugares propios de baja competencia, con buenos porcentajes sanitarios y vigorosos.

Palabras clave: Bosque de pinos; dasometría; Morelos; reforestación; regeneración natural; salud forestal

Abstract:

Temperate forests of pine and pine-oak are the main type of vegetation of Tlalnepantla municipality, located at the northeast of Morelos State. It is part of the buffer zone and recharge mantles of the central area of the state. In the La Correa locality a mensuration description was made of the forest population and a diagnosis of the sanitary state of the trees, as background information to design a local ecotourism project. Systematic sampling was applied through the establishment of 20 plots of 1/10 ha. The sanitary conditions of the crown, trunk and vigor were analyzed by an X2 test. Demographic analysis was done using static life tables and survival curves which were designed for each species. A morphometric analysis was performed from crown percentage, crown index, crown size, living space index and the degree of slenderness by natural age class for each taxon, as indicators of competition and site quality of the trees. Four species were identified: Pinus patula, P. ayacahuite, P. leiophylla and P. montezumae. Results indicate that the pine forest that was studied is a regular mixed mass, with an average density of 437 ha-1, mainly made-up by young individuals that develop in low competition places with healthy and vigorous conditions.

Key words: Pine forest; mensuration; Morelos State; reforestation; natural regeneration; forest health

Introducción

El estado de Morelos alberga una biodiversidad de las más ricas de todo el país (Contreras et al., 2006). En la actualidad, la quinta parte de su territorio está dentro de alguna modalidad sujeta a protección (Aguilar, 1999). En el norte se localiza el Parque Nacional El Tepozteco, el Parque Nacional Lagunas de Zempoala y el área de protección de flora y fauna silvestres Corredor Biológico Chichinautzin, que une a los dos parques citados (Conabio, 2013).

En dicho corredor, se distribuyen bosques de clima templado representados por asociaciones de pino, pino-encino y bosque mesófilo de montaña (Aguilar, 1999). Su principal valor reside en que esas comunidades se integran a la zona de recarga de mantos freáticos para el centro de la entidad, y conforman una barrera de amortiguamiento contra la contaminación procedente de la Ciudad de México, de Cuautla, Jojutla y Cuernavaca (Contreras et al., 2006).

Por sus características climáticas y edáficas, son objeto de procesos de cambio de uso de suelo, de la sobreexplotación de recursos bioenergéticos (leña) y del establecimiento de asentamientos humanos irregulares (Conabio, 2009).

La arquitectura del árbol a través de diferentes parámetros dendrométricos: altura total, profundidad de la copa, altura de inserción de la copa, diámetro normal (1.30 m), diámetro basal y cobertura de copa, ofrece la posibilidad de describir la conformación de individuos y rodales con propósitos silvícolas (podas, aclareos y evaluaciones de calidad de plantación) o de investigación (crecimiento e incremento) (Arias, 2005).

Como medidas de protección de los recursos naturales del lugar y de mitigación de los problemas citados, se ha involucrado a las poblaciones humanas locales en la organización de unidades de manejo ambiental (UMA), centros cinegéticos de algunas especies animales, producción de plantas ornamentales y de valor forestal, aprovechamiento legal y controlado para la obtención de leña y madera, además de la ejecución de proyectos de turismo de naturaleza (Contreras et al., 2006).

Desde 2004, los pobladores del ejido Felipe Neri, ubicado en la parte norte de Morelos, han recibido apoyos económicos a través del pago por servicios ambientales hidrológicos y han establecido algunas plantaciones con Pinus. A partir de 2015, en colaboración con las secretarias de turismo federal, estatal y el gobierno municipal de Tlalnepantla destinaron algunas de sus tierras para formular un proyecto de turismo de aventura, con la finalidad de impulsar la economía local mediante la generación de fuentes de empleo (Semarnat, 2006; Semarnat, 2009; Bien, 2010); para ello, es necesario elaborar un diagnóstico de las condiciones prevalecientes en el lugar para que se utilicen los recursos naturales de forma eficiente y se disminuyan los impactos negativos de la mejor forma posible (Venegas, 2006). Sin embargo no hay antecedentes de que se realizara un estudio o diagnóstico previo de las condiciones actuales del bosque.

Así, los objetivos del trabajo que se describe a continuación consistieron en caracterizar a las poblaciones de pinos desde un punto de vista dendrométrico, fisonómico, morfométrico y demográfico del bosque perteneciente a la localidad de La Correa en Tlalnepantla, Morelos. La información derivada respaldará las recomendaciones a los poseedores de estas tierras y a los prestadores de servicios profesionales del proyecto ecoturístico, y les dará los fundamentos técnicos que les permitan tomar decisiones informadas sobre las estrategias de conservación y cuidado de sus bosques,y, en particular, sobre las condiciones de crecimiento que han tenido las poblaciones locales e inducidas en el predio. Con ello, tendrán la posibilidad de identificar diferencias en cuanto a crecimiento, grado de competencia y supervivencia entre las especies nativas y las introducidas.

Materiales y Métodos

Área de estudio

El estudio se realizó en los terrenos de uso común del ejido Felipe Neri (Cuatepec), situado al este del municipio Tlalnepantla en el estado de Morelos, denominado La Correa, entre los 19°03’08.99’’ N y 98°56’52’’ O, 19°03’08.86’’ N y 98°55’37.12’’ O; a una altitud media de 2 560 m (INAFED, 2010; HAMT, 2014), con una superficie de 42.6 ha.

El clima corresponde al C(w2)(w), templado subhúmedo, con lluvias en verano, temperatura media anual de 5 a 12 °C, verano fresco y largo (García, 1973; INAFED, 2010; Sedagro-Mor, 2012; HAMT, 2014). No cuenta con sistemas hidrológicos permanentes, mantos freáticos, ni con ríos debido a las características de los suelos basálticos muy permeables que forman parte de la zona de recarga del centro de la entidad (Boyás, 1992; Contreras et al., 2006; INAFED, 2010). Los suelos son del tipo Feozem, poco profundos y pedregosos, ricos en materia orgánica, textura media y con buen drenaje (Ornelas et al., 1997).

Es una de las comunidades con mayor marginación y pobreza en la entidad, cuya principal actividad está relacionada con el sector primario, principalmente, agricultura (nopal verdura y maíz) y ganadería de pastoreo. La población total es de alrededor de 1 338 habitantes, distribuidos de forma equitativa entre hombres y mujeres (Inegi, 2010).

Determinación de las unidades de muestreo

Con base en la superficie del predio, se diseñó un muestreo sistemático con una intensidad de 5 %. Se utilizó una imagen aérea de La Correa extraída de Google Earth y con ayuda del Sistema de Información Geográfica de licencia libre QGis 2.18.6; se obtuvieron las coordenadas UTM (datum WGS84) de 20 unidades de muestreo, separadas 150 m entre sí (Figura 1).

Fuente: Google Earth Pro (2015).

Figura 1 Imagen aérea del predio La Correa, Tlanepantla, Mor. y distribución de las 20 unidades de muestreo. 

Variables dendrométricas y criterios de evaluación fisonómica

Se consideraron las variables dendrométricas diámetro normal (DN) medido a 1.30 m de altura a partir del suelo; el diámetro basal (DB) a la altura del cuello de la raíz; la altura total del árbol (H t ); la altura de inserción de la copa (H ic ) y la cobertura de copa en dos dimensiones (CoC 1 y CoC 2 ).

La evaluación fisonómica del arbolado se hizo con la metodología desarrollada por Benavides (2015), en la que se valoró la condición general del arbolado (vigoroso, declinante incipiente, declinante moderado, declinante avanzado y declinante severo) y el estado sanitario del tronco y la copa (bueno, regular, malo y pésimo).

Los puntos de muestreo se precisaron en el terreno mediante un GPS (Garmin ETrex 20x); en cada unidad de muestreo se delimitó un cuadrado de 33 × 33 m, a partir del árbol central, cercano a la coordenada asignada (1 089 m2) (Aguirre et al., 1997; Velasco et al., 2013).

Cada sitio se dividió en cuatro cuadrantes de 16.5 m por cada lado, los cuales se recorrieron en zigzag, para facilitar su recorrido y realizar la medición de las variables dendrométricas y evaluación de los pinos; además, cada árbol se marcó con plumón negro indeleble en la cara norte del tronco para evitar la repetición de datos. Se incluyeron aquellos individuos distribuidos sobre el borde del cuadrante, cuyo 50 % del diámetro del tronco estuviera dentro del sitio de muestreo (Boyás, 1992).

Los diámetros normal (DN) y basal (DB) se midieron con una cinta métrica, marca Forestry Suppliers, modelo 283D. La altura total del árbol (H t ) y la altura de inserción de la copa (Hic), con un clinómetro tipo Haga, modelo HS080. Para los árboles cuya altura era igual o menor a 3 m, la medición se realizó con un flexómetro (Ugalde, 1981; Domínguez et al., 2006). La cobertura de copa (CC) se calculó por medio de la medición de dos dimensiones con cinta métrica, la primera (CoC 1 ) a partir de la línea de goteo de la rama más larga hacia su extremo opuesto, y la segunda, fue la perpendicular de la primera medición (CoC 2 ) (Ugalde, 1981; FAO, 2004; Domínguez et al., 2006).

Se colectaron ramas y conos para la determinación taxonómica de las especies de interés (Sánchez y González, 2007). El material vegetal recolectado se determinó mediante el uso de claves taxonómicas, literatura especializada (Martínez, 1948; Loock, 1950; Perry, 1991; Farjon y Styles, 1997) y revisión de ejemplares herborizados en el Herbario Nacional Forestal (INIF) y en el Herbario Nacional (MEXU).

Descripción dendrométrica: área basal y cobertura de copa

Se determinó el área basal a partir del diámetro normal; sin embargo, cuando los individuos no alcanzaban esa altura, este parámetro se obtuvo en función del diámetro basal en metros (Ugalde, 1981), con la siguiente fórmula:

AB=πDB2210 000 (1)

Donde:

AB = Área basal (m2)

DB = Diámetro basal (m)

La cobertura de copa (CC) se determinó a partir del promedio de las dos secciones registradas (CoC 1 y CoC 2 ), como el diámetro promedio de la copa (PromC), para después calcular el radio y sustituirlo en la fórmula:

CC=πPromC22 (2)

Donde:

CC = Cobertura de copa (m2)

PromC = Diámetro promedio de la copa (m)

Con ambos parámetros se estimó el AB y la CC (sin considerar el traslape de copas) promedio por hectárea, con una regla de tres para corregir la superficie de los cuadros de muestreo, cuya superficie fue mayor a 0.01 ha (Ugalde, 1981; FONAM, 2006).

Análisis dendrométrico y de los criterios de evaluación fisonómica

Los árboles inventariados, se clasificaron mediante las clases naturales de edad (brinzal, bajo latizal, alto latizal, fustal bajo, fustal medio y fustal alto) (Daniel et al., 1982). Las frecuencias de los árboles agrupados de esta manera, junto con las frecuencias obtenidas de la evaluación fisonómica se analizaron mediante la prueba de χ 2. En aquellos casos en los que la prueba mostró diferencias significativas, se aplicó la prueba de residuos estandarizados (R) para comprobar cuáles de los datos presentaban diferencias significativas (Zar, 2010).

Análisis morfométrico del arbolado

Se siguieron cinco criterios morfométricos propuestos por Burger (1939)Arias, 2005 Nájera y Hernández, 2008 Valdivia et al., 2015 Cuadro 1

Cuadro 1 Relaciones morfométricas del árbol. 

Relación morfométrica Variables de medición
Porcentaje de copa PC%=HcHt×100
Índice de espacio vital IEV=PromCHt
Índice de copa IC=HcPromC
Índice de Monto de copa IMC=PromCHt
Índice de esbeltez IE=HtDN

Fuente: Modificado de Nájera y Hernández (2008).

H c = Altura de copa; H t = Altura total del árbol; PromC = Diámetro de copa promedio; DN = Diámetro normal.

La altura de la copa (H c ) se estimó a partir de la diferencia entre la altura total del árbol (H t ) y la altura de inserción de la copa (H ic ) (FAO, 2004). Se utilizó una prueba ANOVA para comparar la existencia de diferencias significativas entre especies de pino, con respecto a sus índices calculados por clase natural de edad; para las pruebas que resultaron ser significativas, se aplicó la prueba post hoc de Tukey para constatar los casos que fueron estadísticamente diferentes. Cuando solo se compararon los promedios de los índices morfométricos entre dos especies, se usó la prueba t-Student.

Análisis demográfico

Se utilizó la tabla de vida estática o vertical para cada especie, que se traza a partir de la estructura poblacional observada en un momento dado; esta se acomodó mediante clases de tamaño a partir del diámetro normal (Valverde et al., 2005). A las plántulas menores a 1.30 m de altura, se les asignó dentro de una categoría con base en su diámetro basal, debido a que dicha medida no difiere mucho del diámetro en otras partes del tronco.

Resultados

Se contabilizó un total de 1 514 ejemplares de pino, de los cuales 1 054 (69.60 %) corresponden a Pinus ayacahuite Ehrenb. ex Schltdl., 260 a Pinus montezumae Lamb. (17.20 %); 137 a Pinus leiophylla Schiede ex Schltdl. et Cham. y 63 (4.2 %) a Pinus patula Schiede ex Schltdl. et Cham. P. ayacahuite y P. patula fueron las especies introducidas en el sitio, como parte del programa de pago por servicios ambientales hidrológicos.

La densidad promedio estimada del género Pinus en La Correa fue de 437 individuos ha-1, Pinus ayacahuite tuvo la densidad promedio más alta, con 574 individuos ha-1, además de tener la mayor distribución en el lugar; P. leiophylla fue la menos representada con 343 individuos ha-1, y P. patula tuvo una densidad superior a P. leiophylla; sin embargo, su distribución fue menor en el área. El AB más grande fue de P. moctezumae (11.9 m2 ha-1) y P. patula el más bajo (0.6 m2 ha-1) ). P. montezumae mostró el valor más alto de CC (15 921.0 m2 ha-1) y P. ayacahuite la menor (7 694.1 m2 ha-1). P. leiophylla registró la altura promedio más destacada (23.1 m) y la especie más pequeña (7 m) fue P. ayacahuite (Cuadro 2).

Cuadro 2 Conformación dendrométrica por especie (± ds). 

Especie Árboles
promedio por ha
Área basal
promedio por ha (m2)
Cobertura de copa
promedio por ha (m2)
Altura
promedio
(m)
Pinus ayacahuite 574 ± 405 6.6 ± 2.6 7 694.1 ± 430.0 7.0 ± 2.7
Pinus leiophylla 343 ± 249 7.5 ± 2.8 10 256.4 ± 1 190.9 23.1 ± 7.1
Pinus montezumae 429 ± 377 11.9 ± 2.4 15 921.0 ± 100.0 23.0 ± 7.2
Pinus patula 371 ± 279 0.6 ± 0.5 8 874.3 ±6 856.5 10.5 ± 3.4
Total general 437 ± 328 6.7 ± 2.1 10 686 ± 2 144.4 15.9 ± 5.1

Los brinzales conforman 57.10 % del arbolado. Pinus ayacahuite fue el taxón más abundante ya que, de acuerdo a la prueba de residuos estandarizados (R), reúne el número de individuos más grande de lo que se esperaría por azar en las categorías de brinzal y bajo latizal, pero menor en las demás categorías; P. leiophylla tuvo un número inferior de brinzales y bajos latizales, pero más alto en las otras clases; P. montezumae mostró tener un mayor número de individuos de lo esperado por azar en el alto latizal, fustal medio y alto, y P. patula es estadísticamente menor en brinzales, pero mayor en fustal alto (Figura 2).

Número superior en color correspondiente al de la barra = Abundancia(n);El inferior en negro = Diámetro normal promedio (cm);(R) = Resultados de la prueba de residuos estandarizados; (-) = Valor estadísticamente menor al esperado por azar; (+) = Valor estadísticamente mayor al esperado por azar. P < 0.005; gl = 15.

Figura 2 Distribución de los ejemplares estudiados por clase natural de edad y por especie. 

A partir de la evaluación fisonómica del arbolado, las categorías vigorosa y buena para el estado sanitario del tronco y la copa fueron las más frecuentes en todas las clases naturales de edad, para las cuatro especies. Sin embargo, de acuerdo a la prueba de residuos estandarizados, solo Pinus ayacahuite (p<0.001; gl = 20) registró un número mayor de individuos de lo que se esperaría por azar para las condiciones sanitarias del tronco regular y malo de bajos latizales, y pésimo de fustales bajos (Figura 3). En cuanto a la condición sanitaria de la copa, P. montezumae (p = 0.033; gl = 20) presentó para los fustales altos, un número superior a lo esperado por azar de individuos con una condición buena y menor para la regular (Figura 4).

Número superior en color correspondiente al de la barra = Abundancia(n); (R) = Resultados de la prueba de residuos estandarizados; (-) = Valor estadísticamente menor al esperado por azar; (+) = Valor estadísticamente mayor al esperado por azar.

Figura 3 Condición sanitaria del tronco por clase natural de edad y por especie.  

Número superior en color correspondiente al de la barra = la abundancia(n); (R) = Resultados de la prueba de residuos estandarizados; (-) = valor estadísticamente menor al esperado por azar; (+) = valor estadísticamente mayor al esperado por azar.

Figura 4 Condición sanitaria de la copa por clase natural de edad y por especie. 

En general la condición del árbol dominante de las pinaceas es la vigorosa. De acuerdo a la prueba de residuos estandarizados, Pinus ayacahuite (p<0.001; gl = 20) tuvo un número mayor de individuos de lo esperado por azar de brinzales con declinación incipiente, moderada y árboles muertos; bajos latizales vigorosos y fustales bajos con declinación avanzada; y un número menor de brinzales vigoroso; bajos latizales con declinación incipiente, moderada y ejemplares muertos. P. montezumae (p = 0.001; gl = 20) mostró tener un número mayor de individuos con declinación moderada para alto latizal; declinación incipiente para fustales bajos y vigorosos para fustales altos (Figura 5).

Número superior en color correspondiente al de la barra = la abundancia(n); (R) = Resultados de la prueba de residuos estandarizados; (-) = Valor estadísticamente menor al esperado por azar; (+) = Valor estadísticamente mayor al esperado por azar.

Figura 5 Condición general del árbol por clase natural de edad y por especie. 

Análisis morfométrico del arbolado

La prueba ANOVA aplicada a los diferentes índices morfométricos resultó significativa para los brinzales en el monto de copa (MC) (P =0.027; gl = 51; F = 3.34) y el índice de esbeltez (IE) (P =0.001; gl = 51; F= 6.84); en el primer caso sobresalió Pinus montezumae con una diferencia significativa respecto a P. patula (P = 0.026) en la prueba de Tukey; mientras que el segundo, registró el IE más elevado (173.4), con una diferencia significativa con P. leiophylla (P = 0.001) y P. montezumae (P = 0.002).

Para los bajos latizales, fue significativa para la mayoría de los índices a excepción del índice de espacio vital (IEV); Pinus patula registró las diferencias significativas con el resto de las especies, el porcentaje de copa (PC% = 73.1) y el índice de esbeltez (IE = 105.7) más altos y el monto de copa (MC = 0.5) más bajo (P < 0.001 para cada caso y contra cada especie). Su índice de copa (IC = 1.5) fue el máximo y la diferencia significativa fue con Pinus ayacahyuite (IC = 1.2; P= 0.010) y P. montezumae (IC = 1.1; P = 0.049).

Los altos latizales evidenciaron diferencias significativas para el PC % (P =0.002; gl = 79; F = 5.29), el IC (P = 0.002; gl = 79; F = 5.55) y el IE (P < 0.001; gl = 79; F = 9.05). El valor más alto de PC % correspondió a Pinus aycahuite (PC% = 71.4), con diferencias significativas respecto a P. leiophylla (P = 0.013) y P. montezumae (P = 0.008); este último tuvo el IC más bajo (0.9) y diferencias significativas con P. ayacahuite (P = 0.006) y P. patula (P = 0.017). El índice de esbeltez más elevado se registró en P. patula (IE = 72.8), y diferencias significativas con P. ayacahuite (P = 0.004), P. leiophylla (P = 0.001) y P. montezumae (P < 0. 001).

Para los fustales bajos solo fue significativa el IEV (P = 0.037; gl = 19; F = 1.09), Pinus patula tuvo el valor más alto (IEV = 32.0) y una diferencia significativa con P. ayacahuite (P = 0.033).

La prueba de t de Student para los índices morfométricos de los fustales medios dio como resultado diferencias significativas entre las medias de PC % (P = 0.002; gl= 16; t = 3.64); MC (P = 0.018; gl = 16; t = 2.63) y GE (P = 0.005; gl= 16; t=3.29) de Pinus leiophylla y P. montezumae, el primero con los valores más destacados (PC% = 70.2; MC = 0.4 y GE = 59.1). Esta misma prueba para los índices morfométicos de los fustales altos indicó una diferencia significativa entre las medias del PC % (P<0.001; gl =50; t= 3.94) y el IC (P=0.022; gl = 50; t = 2.36) de Pinus leiophylla y P. montezumae; el primero de ellos obtuvo los valores más destacados (PC % = 72.5 e IC = 2.3).

Análisis poblacional

Pinus ayacahuite tuvo la más alta tasa de supervivencia, la cual correspondió a la clase diámetrica de 7.1 a 14 cm y la mayor tasa de mortalidad en la clase de 21.1 a 28 cm; P. leiophylla registró la tasa de supervivencia más grande entre la clase diámetrica de 60.1 a 80 cm, y la de mortalidad entre 20.1y 40 cm de diámetro; en P. montezumae se determinó la mayor tasa de mortalidad al llegar a la clase 50.1 a 65 cm, y la tasa de supervivencia en la clase de 65.1 a 80 cm; y, por último, P. leiophylla tuvo la mayor tasa de supervivencia en la clase diamétrica de 10.1 a 15 cm y la de mortalidad en la clase de 0.1 a 10 cm (Cuadro 3).

Cuadro 3 Tablas de vida por especie de pino. 

Clase
diamétrica
nx lx dx qx kx ex
Pinus ayacahuite
0.1-7.0 800 1 1.286 1.286 1.251 0.816
7.1-14 229 0.286 0.311 1.087 2.438 0.605
14.1-21 20 0.025 0.029 1.150 1.897 0.700
21.1-28 3 0.0037 0.006 1.167 0.405 0.883
≥28.1 2 0.0025 - - - -
Pinus leiophylla
0.1-20 88 1 0.818 0.818 1.705 1.040
20.1-40 16 0.182 0.011 0.063 0.065 2.469
40.1-60 15 0.170 0.080 0.467 0.629 1.600
60.1-80 8 0.91 0.011 0.125 0.134 1.563
80.1-100 7 0.80 0.45 0.571 0.847 0.754
≥100.1 3 0.34 - - - -
Pinus montezumae
0.1-50 205 1 0.181 0.181 2.14 0.759
50.1-65 24 0.12 0.009 0.077 0.47 1.708
65.1-80 15 0.73 0.003 0.041 0.22 1.433
80.1-95] 12 0.59 0.008 0.137 1.10 0.677
≥95.1 4 0.20 - - - -
Pinus patula
0.1-10 28 1 0.393 0.39 0.50 1.71
10.1-15 17 0.607 0.214 0.35 0.44 1.50
15.1-20 11 0.393 0.214 0.55 0.79 1.05
20.1-25 5 0.179 0.107 0.60 0.92 0.70
≥25.1 2 0.071 - - - -

nx = Número de individuos; lx = Tasa de supervivencia; dx = Proporción de individuos muertos entre intervalos x y x+1; qx = Tasa de mortalidad; kx = Intensidad de mortalidad; ex = Esperanza de vida.

Con las tablas de vida se construyeron las curvas de supervivencia para las cuatro especies de pino (Figura 6), las cuales fueron del tipo III, que indica una alta mortalidad en las primeras clases de tamaño; sin embargo, la curva de P. patula mostró una tendencia a la curva de tipo II, que implica que todos los individuos tienen la misma probabilidad de morir en cualquiera de las clases diamétricas.

A= Pinus patula; B = Pinus ayacahuite; C = Pinus leiophylla; D = Pinus montezumae.

Figura 6 Curvas de supervivencia de las especies forestales estudiadas. 

Discusión

Desde una perspectiva conservadora en términos forestales, la densidad de individuos por especies permite catalogar a la masa de pinos de La Correa como mixta (González, 1996), pese a la clara dominancia por parte de Pinus ayacahuite respecto a los otros tres taxa (< 80 %); Musálem y Ramírez (2003) citan que este taxón es uno de los preferidos para reforestar zonas templadas y de alta montaña en el centro del país, por su rápido crecimiento, tolerancia a la sombra y facilidad en el establecimiento.

La segunda especie plantada, Pinus patula, normalmente se establece de manera natural en ambientes de clima subtropical a templado frío (Farjon et al., 1997) y se aclimata a condiciones de sitio diferentes sin problema; en el área de estudio presenta un buen desarrollo, a pesar de que no es oriunda del estado de Morelos.

Los taxa nativos son altamente tolerantes a las sequías no muy prolongadas, a las heladas y a los incendios forestales (Aguilar, 1999; Contreras et al., 2006) y son fundamentales para la regeneración natural del área (Rueda et al., 2013), especialmente Pinus leiophylla, debido a que se comporta como pionera ante disturbios (Musálem y Martínez, 2003).

Respecto a la densidad arbórea, Castellanos et al. (2010) obtuvieron densidades variadas de pinos en ocho tipos distintos de comunidades, de 247 a 628 individuos ha-1. Al suroeste de Durango; Nájera y Hernández (2008) estimaron una densidad promedio por hectárea de 239 árboles entre Pinus cooperi C. E. Blanco y P. leiophylla, de lo que interpretaron que la población que podría sostener el sitio sin competencia entre ellos sería de 454 individuos ha-1. Villanueva y McPherson (2002) calcularon una densidad promedio de 627 individuos ha-1 en lugares sujetos a disturbios por cambio de uso de suelo e incendios, lo que describieron como una densidad regular. La densidad estimada de pinos para La Correa es parecida a la de los trabajos citados, correspondiente a una masa regular, lo cual resulta conveniente, pues indica que deben quedar espacios para el establecimiento de nuevos individuos, así como para su desarrollo natural en el sitio.

Caracterización dasométrica

El área basimétrica y la cobertura de copa son útiles para caracterizar la estructura horizontal de los bosques tanto en función de su dominancia en el área, en el caso del área basimétrica (Meave y Pérez, 2013), como de la capacidad del arbolado de fungir como cubierta protectora del suelo contra la erosión (Rodríguez et al., 2008). En términos generales, los valores del área basimétrica obtenidos en este trabajo son menores a los que se observan en áreas bajo manejo forestal, como lo señalan Zepeda y Acosta (2000) en bosques de Pinus montezumae (AB = 85 m2 ha-1) y Cruz et al. (2010) en rodales de Pinus patula y P. teocote Schiede ex Schltdl. et Cham. (AB = 19.96 m2 ha-1). En La Correa predominan los individuos jóvenes, que favorecen un AB bajo, algo similar a lo consignado por Domínguez et al. (2012) en rodales de Pinus pseudostrobus (AB = 9.30 m2 ha-1) en áreas sin aprovechamiento en un bosque de la Sierra Norte de Puebla, que se constata por la diferencia en las alturas promedio entre las especies nativas y las introducidas.

Condición fisonómica

De acuerdo a la evaluación realizada, los pinos de La Correa son vigorosos y saludables, reflejo de una dinámica poblacional que ha favorecido que los árboles se desarrollen con poca competencia (Durlo, 2001; Arias, 2004; Arias, 2005), como lo muestra la alta tasa de mortalidad de los individuos más jóvenes de la mayoría de las especies bajo estudio.

Los resultados de las pruebas de residuos estandarizados en P. ayacahuite, para la CGA pueden deberse a la competencia a la que están sujetos los individuos más jóvenes, que causan cierto nivel de estrés entre ellos (Schomaker et al., 1999).

Morfometría del árbol

Los índices morfométricos se han usado para analizar poblaciones bajo aprovechamiento forestal; sin embargo, son un reflejo del resultado de las condiciones ambientales y ecológicas en las que se establecen y se desarrollan los árboles, por lo que deberían emplearse para evaluar a las poblaciones silvestres o que crecen con muy poca intervención, pues permiten determinar algunos parámetros como el nivel de competencia, calidad de sitio y crecimiento de los individuos (Durlo y Denardi, 1998; Arias, 2005), a partir de parámetros fáciles de registrar en campo durante la realización de los inventarios forestales.

En general, las especies mostraron porcentajes de copa superiores a 50 % en todas las clases naturales de edad. Pinus leiophylla fue significativamente superior en los fustales medios a P. montezumae, misma que tiene la mejor poda natural, lo contrario se registró en Pinus ayacahuite para los latizales altos y para P. patula para los latizales bajos.

Durlo y Denardi (1998) establecieron que el intervalo óptimo de índice de copa (IC) está entre 0.3 y 1.5; como todas las clases naturales de edad se ubicaron dentro de este intervalo, las condiciones ecológicas locales son adecuadas para las especies; sin embargo, pese a que se observan algunas diferencias significativas en los latizales, dicho comportamiento se dio en dos taxones distintos, por lo que no es posible identificar si alguna responde mejor al lugar a lo largo de su vida. La respuesta puede deberse a particularidades locales.

El índice de espacio vital (IEV) hace alusión a cuantas veces es mayor el diámetro de copa que el diámetro normal y la ocupación necesaria para que el árbol crezca sin competencia aérea, ni traslape de copas (Arias, 2005). En este estudio solo los fustales bajos de Pinus patula tuvieron una diferencia significativa, así como el mayor valor, lo que indica que los individuos de ese estrato se desarrollan con las copas más amplias, pues cuentan con el espacio suficiente para lograrlo. Característica que aunada a su mayor supervivencia (Domínguez et al., 2012) e índice de espacio vital la convierten en la que satisface plenamente los requisitos para una reforestación exitosa (Conafor, 2010); su potencial cobertura sugiere la eventual existencia de un dosel regular y denso que protege al suelo de la erosión hídrica y eólica (Spurr y Barnes, 1982).

El monto o tamaño de copa (MC) es, de acuerdo a Durlo y Denardi (1998), un índice que refleja la productividad foliar; en esta investigación, los valores entre las especies fueron cercanos; sin embargo, P. patula registró diferencias significativas en sus brinzales y bajos latizales con los valores más bajos, lo que puede responder a que los rodales en los que crecen reciben mucha sombra por efecto de copa de otros individuos, y ello provoca un desarrollo y profusión más precario del follaje; P. patula es heliófila en sus primeras etapas de vida y demanda la recepción de irradiación solar profusa y continua (Velázquez et al., 2004). En La Correa, entonces, forman un estrato suprimido (Spurr y Barnes, 1982) ante los ejemplares de mayor tamaño.

El último parámetro evaluado fue el grado de esbeltez (GE) que permite conocer qué tan estable es un árbol ante el embate de vientos muy fuertes o nieve (Arias, 2004); valores inferiores a 100 son más cónicos, que desde el punto de vista estructural son estables y resistentes ante vientos fuertes (Durlo y Denardi, 1998).

Los resultados obtenidos hacen suponer que las especies introducidas son menos cónicas que las nativas al momento de su establecimiento; Pinus patula es la más inestable pues mantiene los valores significativos más altos hasta el bajo latizal. Este efecto se debe a que las plántulas experimentan un crecimiento más importante en altura que en diámetro, lo que produce individuos más delgados a cierta altura que lo esperado, y ello se interpreta como una estrategia de colonización por el dosel. Lo anterior finalmente, conduce a poblaciones maduras esbeltas y altas (Rivera y Flores, 2013).

De manera general, cada índice calculado en el presente estudio coincide con lo consignado por Arias (2005) en el sentido de los taxa que se desarrollan en ámbitos de baja competencia y cuentan con las condiciones de sitio convenientes.

Análisis poblacional

Bordón et al. (2012) señalan que la tabla de vida es una herramienta útil para los manejadores del bosque y los técnicos forestales, para decidir cuáles árboles y en qué cohorte (clase de tamaño para este trabajo) pueden ser cortados para su aprovechamiento, o identificar aquella porción de la población vulnerable, que presenta una alta mortalidad, que para el caso del género Pinus, esto puede favorecer el establecimiento y proliferación de plagas importantes, como los insectos descortezadores.

Las curvas de supervivencia con una alta tasa de mortalidad o tipo III son un comportamiento esperado para poblaciones que carecen de cuidado parental, de lento crecimiento y de distribución agregada, lo cual suele ser común entre las plantas (Carabias et al., 2007).

A pesar de que la alta mortalidad de Pinus ayacahuite no la convierten en una opción deseable para efectos de reforestación (Domínguez et al., 2012), la pérdida de individuos jóvenes es una estrategia de control de la densidad, lo que supone una ventaja para efectos de apertura de claros (Spurr y Barnes, 1982), que, en el largo plazo mantendría la masa con una heterogeneidad dendrométrica (De Camino y Budowski, 2014), con las debidas repercusiones ante el posible brote de plaga o enfermedad sobre alguna cohorte poblacional (Von Gadow et al., 2004; Vargas, 2013).

Conclusiones

De las cuatro especies de pino identificadas, dos son inducidas en el área por reforestación; de ellas, la más abundante es Pinus ayacahuite; sin embargo, la comunidad de pinos no es una masa pura. Se compone, principalmente, por individuos jóvenes y poco robustos que se desarollan hasta la clase natural de edad de bajo fustal; a partir de ello, solo están representadas por los taxones nativos del lugar.

Los análisis dendrométricos muestran que los pinos se desarrollan en condiciones de baja competencia, forman copas amplias y densas, lo cual se debe, tanto al buen espaciamiento que tienen al momento de la plantación, como a la alta tasa de mortalidad cuando son más jóvenes.

La baja competencia y la eliminación de los individuos menos competitivos son factores que favorecen la salud de la comunidad, debido al buen estado de vigor y sanitario del tronco y la copa que presentan con mayor frecuencia los pinos. Aun cuando la proporción de árboles declinantes no es alta, es importante calendarizar trabajos de monitoreo para detectar, de manera temprana, cualquier problema fitosanitario o plagas que pueda proliferar por las condiciones que los árboles debilitados.

A pesar de que las especies inducidas son las menos abundantes, Pinus patula es la más eficiente en terminos de la reforestación, con la tasa de mortalidad mas baja que la de P. ayacahuite. Sin embargo, lo mismo ocurre con respecto a las dos especies nativas, por lo cual, se le debe mantener bajo control, para evitar su dominancia en el sitio, mediante el desplazamiento de la regeneración natural de P. montezumae y P. leiophylla, que son importantes para la conservación del sitio.

Agradecimientos

Los autores desean expresar su agradecimiento a los pobladores del ejido por haber permitido la realización del trabajo de campo. Al Dr. Víctor López Gómez por su asesoría en el análisis estadístico de la información y al Biól. Francisco Reséndiz Martínez por sus observaciones al trabajo de tesis que dio origen a este documento.

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Recibido: 31 de Enero de 2018; Aprobado: 26 de Noviembre de 2018

*Autor por correspondencia; correo-e: nieto.cecilia@inifap.gob.mx

Conflicto de intereses

El segundo autor es miembro del Comité Editorial de la Revista Mexicana de Ciencias Forestales por lo que se abstuvo de participar en la edición del manuscrito.

Contribución por autor

Germán López García: planeación y ejecución del proyecto, revisión y corrección del manuscrito; Ma. Cecilia del C. Nieto de Pascual Pola: asesoría en la elaboración y ejecución del proyecto, redacción y corrección del manuscrito.

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