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Revista mexicana de ciencias forestales

versión impresa ISSN 2007-1132

Rev. mex. de cienc. forestales vol.7 no.37 México sep./oct. 2016

 

Artículos

Aprovechamiento de productos forestales no maderables en los bosques de montaña alta, centro de México

Nancy Diana Anastacio-Martínez1 

Sergio Franco-Maass1 

Esteban Valtierra-Pacheco2 

Gabino Nava-Bernal1 

1Instituto de Ciencias Agropecuarias y Rurales, Universidad Autónoma del Estado de México. México. Correo-e: sfrancom@uaemex.mx

2Programa de Postgrado en Desarrollo Rural, Colegio de Postgraduados. México.


Resumen

Se describe la forma de aprovechamiento de tres Productos Forestales No Maderables (PFNM) en los bosques de montaña alta del centro de México: vara de perlilla (Symphoricarpos microphyllus), musgo (Thuidium delicatulum var. delicatulum) y hongos comestibles (reino Fungi). La investigación se realizó en el Área de Protección de Flora y Fauna Nevado de Toluca y en el ejido de San Bartolo Oxtotitlán, municipio Jiquipilco, Estado de México, a través de encuestas, entrevistas semiestructuradas, transectos por las rutas de extracción, muestreos aleatorios de flora y observación participativa. Los resultados mostraron que, en el caso del musgo, son personas externas a la comunidad quienes realizan su extracción y aprovechamiento; y, por tanto, los pobladores locales no reciben beneficios significativos por dicha actividad. Respecto a vara de perlilla su recolección la llevan a cabo unas cuantas familias de la comunidad, quienes son las principales beneficiarias. La recolecta de hongos silvestres comestibles es de libre acceso y la practican la mayoría de los pobladores locales; cabe señalar que, si bien, antes esta actividad se destinaba al autoconsumo, en la actualidad está transitando hacia la comercialización, a través de intermediarios. Las formas de aprovechamiento de cada recurso varían en función de su temporalidad, demanda y canales de comercialización.

Palabras clave: Bosques de montaña alta; hongos silvestres comestibles; productos forestales no maderables; manejo sustentable; Symphoricarpos microphyllus (Humb. & Bonpl. ex Schult.) Kunth); Thuidium delicatulum var. delicatulum (Hewd.)Schimp)

Abstract

The forms of exploitation of three Non-Timber Forest Products (NTFPs) of the high mountain forests of central Mexico are described: pink snowberry (Symphoricarpos microphyllus), moss (Thuidium delicatulum var. delicatulum) and edible mushrooms (Fungi kingdom). The research was carried out in the Nevado de Toluca Flora and Fauna Protection Area in the San Bartolo Oxtotitlán ejido in the municipality of Jiquipilco, State of Mexico, through surveys, semi-structured interviews, transects along the extraction routes, random sampling of the flora and participative observation. The results showed that, in the case of moss, it is extracted and exploited by people outside the community, and therefore the locals receive no significant benefits from this activity. As for the pink snowberry, it is exploited by a few families in the community, who are the main beneficiaries. Access to the harvesting of wild edible mushrooms is free, and it is practiced by most of the local population; although in the past this activity was only for purposes of self-consumption, today it is evolving toward commercialization through intermediaries. The forms of utilization of each resource vary in terms of their temporality, demand and commercialization channels.

Key words: High-mountain forests; edible wild mushrooms; non-timber forest products; sustainable management; Symphoricarpos microphyllus (Humb. & Bonpl. ex Schult.) Kunth; Thuidium delicatulum var. delicatulum (Hewd.) Schimp

Introducción

Los Recursos Forestales No Maderables (RFNM) son las especies vegetales de las zonas forestales susceptibles de aprovechamiento, en función de su posible utilidad. Los Productos Forestales No Maderables (PFNM), se refieren a cualquier parte de dichas especies que está siendo aprovechada, a través de su extracción o por el servicio ambiental que presta (Wong et al., 2001).

La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat, 2014) cita que en México el aprovechamiento de los PFNM supera las 70.5 mil toneladas; de ellas, prevalece la comercialización de tierra de monte (62 %), resinas (17.4 %) y las plantas medicinales, hongos comestibles y arbustos (19.1 %). En el Estado de México se recolectan, principalmente, plantas medicinales y hongos comestibles, seguidos por resinas y tierra de monte (Semarnat, 2005a, 2005b).

Los estudios sobre los PFNM son escasos. La Comisión Nacional Forestal (Conafor, 2010) realizó un catálogo de las especies no maderables de mayor importancia en México. Coronel y Pulido (2011) analizaron la posibilidad de conservar y usar la palma (Brahea dulcis (Kunth) Mart.) en el estado de Hidalgo. Martínez et al. (2007) estudiaron la flora útil de los cafetales en la Sierra Norte de Puebla, e identificaron especies que pueden ser comercializadas, las cuales incluyen plantas medicinales y comestibles. En la zona sur del país, Martínez et al. (2011) evaluaron el efecto del aprovechamiento foliar de palma camedor (Chamaedorea quezalteca Standl. & Steyerm.) en la Reserva de la Biosfera El Triunfo, Chiapas; Sánchez y Valtierra (2003) documentan una investigación de la Chamaedorea spp. en la Reserva de la Biosfera de Montes Azules; Levy et al. (2002) caracterizaron el uso tradicional de la flora espontánea en la selva Lacandona, en Lacanhá, Chiapas.

En el Estado de México, Martínez et al. (2015) hicieron un estudio de frutos y semillas comestibles que incluye 40 familias y 138 especies de frutos. Arana et al. (2014) describen la obtención de cepas y producción de inóculo de cinco especies de hongos silvestres comestibles de alta montaña en el centro de México. Lara et al. (2013) consignaron el conocimiento tradicional sobre hongos silvestres en la comunidad otomí de San Pedro Arriba, municipio Temoaya. Franco et al. (2012) registraron los hongos silvestres comestibles del Nevado de Toluca; mientras que Franco y Burrola (2010) hacen un compendio y caracterización taxonómica de hongos comestibles procedentes del Nevado de Toluca.

Además del aprovechamiento de los RFNM, se han estudiado las organizaciones sociales rurales, como en el caso de la hoja de laurel (Litsea glaucescens Kunth) (Montañez et al., 2011); palma camedor (Chamaedorea spp.) (Sánchez y Valtierra, 2003) y vara de perlilla (Symphoricarpos microphyllus (Humb. & Bonpl. ex Schult.) Kunth) (Mendoza et al., 2011; Mendoza et al., 2012; Monroy et al., 2007); dichas investigaciones describen el proceso de extracción y comercialización de los recursos y las formas de participación de los diferentes actores sociales.

El objetivo del presente estudio fue caracterizar las formas de aprovechamiento de tres PFNM de las zonas de montaña alta en el Estado de México: vara de perlilla, musgo y hongos silvestres comestibles.

Materiales y Métodos

Los bosques de montaña alta se distribuyen en torno a la cota 3 500 m de altitud y en ellos predomina Pinus hartwegii Lindl. (ocote) y Abies religiosa (Kunth) Schltdl. et Cham. (oyamel) (Endara et al., 2013). Son regiones donde abunda la perlilla, el musgo y los hongos comestibles (De Beer y McDermott, 1989). Estos productos están sujetos a dinámicas de extracción diferenciadas. Su análisis comparativo permitió identificar similitudes y diferencias en los procesos de extracción y comercialización de cada producto.

El estudio de hongos silvestres y Symphoricarpos microphyllus se realizó en el Área de Protección de Flora y Fauna Nevado de Toluca (APFFNT) donde existe una importante extracción de dichos recursos. Por su carácter de área protegida, sin embargo, no existen aprovechamientos importantes de musgo (Thuidium delicatulum W. P. Schimper en B.S.G., 1852), por lo que esta actividad se estudió en el ejido de San Bartolo Oxtotitlán. Dicha comunidad comparte características ecológicas con el Nevado de Toluca en términos de las condiciones ambientales y de organización de las comunidades campesinas.

El APFFNT se localiza en la porción centro sur del Estado de México, con una superficie de 53 590 hectáreas, abarca parte de los municipios Almoloya de Juárez, Amanalco de Becerra, Calimaya, Coatepec Harinas, Temascaltepec, Tenango del Valle, Toluca, Villa Guerrero, Villa Victoria y Zinacantepec (Figura 1). Prevalecen los bosques de pino, oyamel, aile, zacatonales y vegetación alpina. Pese a su carácter de área protegida, la mayor parte del Nevado de Toluca es de propiedad ejidal y los pobladores locales suelen extraer productos forestales maderables (leña y madera), y no maderables (perlilla, hongos, tierra de monte y plantas medicinales) (DOF, 1937).

APFFNT=NTFFPA. Fuente: División política del Estado de México, escala 1:250 000 (Conabio, 1995).

Figura 1 Ubicación del Área de Protección de Flora y Fauna Nevado de Toluca y del municipio de Jiquipilco.  

El ejido de San Bartolo Oxtotitlán perteneciente al municipio Jiquipilco, se localiza en la parte central del Estado de México, entre los municipios Jocotitlán, Villa del Carbón, Temoaya e Ixtlahuaca (Figura 1). La vegetación predominante corresponde a bosques de coníferas (pino y oyamel) y algunos encinos. La población local se dedica, principalmente, al comercio, los servicios, y en menor medida a la agricultura de temporal. Además, se extraen madera, musgo, hongos comestibles, plantas medicinales y tierra de monte (GEM, 2004).

En 2008 se realizó un levantamiento de información para analizar la extracción de los PFNM en el Nevado de Toluca, mediante la aplicación de 165 encuestas en las comunidades de Agua Blanca, Buenavista, San José Contadero, El Varal, La Peñuela, La Puerta, Loma Alta, Raíces y San Román; todas ellas tienen como base un ejido. La encuesta se estructuró considerando ocho ejes de información: datos generales de la localidad, datos del entrevistado, características de la unidad familiar, características de la vivienda, actividades económicas, recursos forestales no maderables, recursos forestales maderables y normatividad para la extracción de los recursos.

El estudio de la vara de perlilla requirió la aplicación de 12 entrevistas semiestructuradas aplicadas a informantes clave (cosechadores y un transportista), entre enero y octubre de 2013. Se entrevistó a casi la mitad de las 25 personas involucradas en la actividad; las preguntas correspondieron a cuatro ejes fundamentales: características del informante, conocimiento sobre la extracción de los recursos, funcionamiento de la organización social y participación en la distribución y la comercialización.

Adicionalmente, se realizaron tres transectos, uno por localidad, y en cada uno se hicieron tres muestreos de plantas, para un total de nueve. Las rutas fueron seleccionadas con base en las que siguen los cortadores que conocen los caminos donde hay mayor abundancia de plantas. Los sitios por transecto fueron elegidos al azar y correspondieron con aquéllos donde los cortadores iban a efectuar la recolección de las varas. El muestreo no es representativo de toda el área de las comunidades estudiadas, porque se excluyeron las áreas en las cuales no se llevó a cabo el corte de vara. Por tal motivo, los lugares de muestreo son típicos de las zonas de extracción donde hay mayor abundancia, pero no son representativos de toda el área con presencia de perlilla, ya que esta se distribuye de forma heterogénea, las áreas de poca abundancia se dejaron fuera del estudio.

La longitud de los transectos se determinó por la distancia que iban a recorrer los cortadores. En La Peñuela tuvo una longitud de 3.2 km; inició a una distancia de 3 km de la comunidad y terminó a los 6.2 km. En Buenavista empezó a los 2.8 km y termino a los 3.5 km; en Contadero, el transecto fue muy cercano a la población, inició a 1.5 km y concluyó a 2.5 km.

La perlilla crece formando manchones heterogéneos en el bosque. Es una especie que se caracteriza por desarrollarse en zonas con disturbio antrópico y en grupos (Matesanz y Valladares, 2009). Por estas características se optó por seleccionar al azar el sitio de muestreo en los lugares donde se recolecta.

Previo a la extracción se cuantificó el recurso y registró el total de arbustos por metro cuadrado, además de su altura, número de varas por planta y madurez de las varas (retoño, joven o madura). Una vez anotada la información se permitió la entrada a los cortadores y se cuantificó el total de varas cortadas por arbusto. Los rollos de vara se pesaron y midieron para verificar si cumplían con las características de calidad que exige el comprador. La especie se determinó en el laboratorio del Instituto de Ciencias Agropecuarias y Rurales de la Universidad Autónoma del Estado de México.

La investigación del musgo incluyó 20 entrevistas semiestructuradas a informantes clave (cosechadores, empresario y transportista). Las preguntas se integraron en los mismos ejes fundamentales del estudio de vara de perlilla.

En los meses de noviembre y diciembre de 2012, 2013 y 2014 se realizaron 10 transectos por la zona de extracción de musgo: Cerro de La Bufa, ejido de San Bartolo Oxtotitlán utilizando un GPS; mediante la observación directa se identificaron las técnicas de extracción, se cuantificó la cantidad extraída y se determinó la calidad del recurso obtenido.

A partir de los muestreos de musgo se estimó el porcentaje de aprovechamiento por metro cuadrado, el peso, la superficie extraída y la calidad de las pacas. Para ello, se delimitaron, de manera aleatoria, 10 parcelas de 25 m2, en las que se calculó el porcentaje cubierto por musgo y su calidad; una vez recopilada dicha información, se dio acceso a los cortadores y se cuantificó la cantidad de musgo extraído por metro cuadrado, para verificar si se cumplía con lo establecido en la Norma Oficial: NOM-01-SEMARNAT-1996 (DOF, 2003b). La identificación de la especie de musgo extraída se hizo en el Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México.

En relación con el estudio de la extracción de hongos silvestres comestibles, y con base en las encuestas aplicadas en 2008, se hicieron 13 recorridos de colecta con los informantes clave para obtener referencias sobre ubicación, datos generales del sotobosque, técnicas de corte, nombre común del hongo y formas de organización para la recolecta. Una vez calculada la cantidad de hongos recolectados, los ejemplares se llevaron al laboratorio del Centro de Investigación en Recursos Bióticos de la Universidad Autónoma del Estado de México para su identificación taxonómica.

Resultados y Discusión

Normatividad para la extracción de RFNM

Las Normas Oficiales Mexicanas (NOM) en materia de RFNM son un instrumento de política ambiental que permite regular el acceso y aprovechamiento de los mismos. Estas normas establecen que debe existir un consentimiento de los dueños de las tierras para la extracción del recurso. Y son los actores sociales interesados (externos o internos a las comunidades) los responsables de gestionar dicho consentimiento, (en el caso del estudio que se documenta, le corresponde hacerlo al Comisariado Ejidal). Posteriormente, el comprador tramita los permisos de extracción y emisión de guías y facturas ante la delegación regional de la Semarnat para amparar la legalidad del recurso extraído para su comercialización.

La encuesta reveló que los hongos comestibles y la vara de perlilla son los PFNM que mayormente se extraen en la región del Nevado de Toluca. El aprovechamiento de la vara de perlilla, utilizada para elaborar escobas rústicas, se regula a través de la NOM-005-SEMARNAT-1997, que señala la etapa fenológica en que debe hacerse el aprovechamiento: “Para promover el aprovechamiento (de tallos) de grupo de plantas en edad y tamaño homogéneo, solo se permitirá aprovechar como máximo el 60 % de los tallos en madurez de cosecha. Cuando se presenten grupos en etapas de floración y semillación, sólo se deberá aprovechar el mismo porcentaje, con la finalidad de favorecer la reproducción por semilla” (DOF, 2003a).

La época ideal de extracción de la perlilla es entre mayo y agosto (Monroy et al., 2007); sin embargo, en la zona de estudio se corta durante todo el año: en la comunidad de Buenavista se extrae de enero a junio, en La Peñuela de mayo a junio y en San José Contadero de agosto a octubre.

La extracción de musgo no se ha extendido a todas las zonas boscosas de montaña alta, ya que depende de la abundancia y calidad del recurso; así como, de la accesibilidad a las zonas de extracción. El ejido de San Bartolo Oxtotitlán cuenta con una superficie de 1 625 ha, de las cuales en el 2012 se autorizaron 200 ha para la extracción intensiva (Semarnat, 2012). La NOM-01-SEMARNAT-1996 establece que: “El musgo se debe aprovechar en manchones o franjas de 2 metros de ancho como máximo, siguiendo el contorno del terreno, y extrayendo, como máximo, el 50 % de las existencias en cada sitio aprovechado, para asegurar su regeneración. No se podrá aprovechar el mismo sitio hasta que se haya recuperado completamente... El aprovechamiento en orillas de caminos, ríos, arroyos y en general cuerpos de agua, se realizará dejando una franja de protección de 2 metros como mínimo, para prevenir problemas de erosión” (DOF, 2003b).

La extracción de los hongos comestibles está regulada por la NOM-010-SEMARNAT-1996, que establece los procedimientos, criterios y especificaciones para realizar el aprovechamiento, transporte y almacenamiento de hongos: “El aprovechamiento de hongos, quedará sujeto a los siguientes criterios y especificaciones técnicas: se aprovecharán sólo los cuerpos fructíferos en la etapa de madurez de cosecha, identificándolos por su forma de botón, tamaño y apertura, según la especie de aprovechamiento. Se deberá remover suavemente la hojarasca que cubre al hongo, cortar al nivel del suelo el cuerpo fructífero y cubrir el sitio de donde se extrajo, con el objeto de proteger el micelio” (DOF, 1996).

La época de extracción de los hongos tiende a variar en función del momento de fructificación de cada especie, aunque se intensifica en el verano. De acuerdo con los datos obtenidos el principal destino es el autoconsumo, pero existe una creciente demanda. La normatividad es poco conocida y la comercialización de las especies protegidas se hace de forma ilegal, como es el caso del hongo blanco de pino (Tricholoma magnivelare (Peck) Redhead); las pancitas o pambazos (Boletus edulis Bull. Fr.); los amarillos o duraznillos (Cantharellus cibarius Fr.); el chile seco (Morchella esculenta Fr.), el elotillo (Morchella conica Pers.), la colmenilla (Morchella costata (Vent.) Pers.) y la morilla (Morchella elata Fr.), los cuales podrían estar en riesgo productivamente (DOF, 1996).

Ubicación de los sitios de extracción

Los sitios de extracción de los PFNM están muy ligados con el tipo de bosque. La perlilla crece en los linderos del bosque de oyamel, en zonas de disturbio próximas a los caminos y parcelas de cultivo, así como en barrancas con pendientes pronunciadas (Monroy et al., 2007; Matesanz y Valladares, 2009). El musgo se desarrolla en bosques de oyamel con altos grados de humedad (Conabio, 2012). Los hongos crecen en los bosques de pino, encino y, principalmente, oyamel (Franco et al., 2012) donde se ha registrado una mayor variedad y abundancia (Franco y Burrola, 2010).

Características de los PFNM para comercialización

La selección de los recursos para su comercialización depende de las exigencias del comprador del producto. La vara de perlilla debe tener un largo mínimo de 1.20 metros, un diámetro mayor a 0.5 cm, coloración marrón oscuro y apariencia de vigoroza, sin rastro de deshidratación o descamación de su corteza. El musgo, color verde bandera o similar, con altura mínima de 2 cm, lozano a la vista, sin hojarasca, semillas u otras especies herbáceas. Los hongos, frescos, sin marcas ni signos de descomposición, deshidratación o exceso de tierra.

Técnicas de extracción

Las técnicas de extracción afectan la propagación y regeneración de los organismos. Hartmann y Kester (1985) indican que el corte de la vara de perlilla se tiene que efectuar en forma diagonal para promover tanto el crecimiento de los retoños, como el de la planta. Para la extracción del musgo se identificaron tres técnicas: a) la utilización de un machete para desprenderlo del suelo y obtenerlo lo más limpio posible; b) el uso de un trozo de rafia que se sujeta y se tensa con ambas manos, y se pasa por debajo del musgo para desprenderlo; y c) los dedos para arrancarlo. La extracción de los hongos se realiza de forma manual, trozando su tronco a la altura del suelo (Franco y Burrola, 2010).

Preparación de los PFNM

Los cortadores son, principalmente, hombres (92 %). En el caso de la perlilla, una vez cortada, se elaboran rollos de 200 a 220 varas, la cantidad depende de su calidad, si son 200 es porque existe una mayor proporción de material maduro de buena calidad. En ocasiones se incorporan varas jóvenes en el centro del rollo para equiparar el grosor de los mismos de óptima calidad.

El musgo es extraído solo por los hombres. Cuando se tienen las “alfombras”, se forman cuadros para introducirlos en cajones de madera de 30 cm de alto por 40 cm de ancho y 30 cm de largo. Al llenarse el cajón, se ata la paca usando ramas como soporte.

La recolección de hongos inicia a las primeras horas de la mañana, y es una actividad en la que participan indistintamente, hombres, mujeres, adultos y niños. Los hongos recolectados se transportan en canastas o “chiquigüites” para permitir la aireación y evitar su putrefacción, al final de la jornada se clasifican por su nombre común.

Acopio y transporte

La recolección de la vara de perlilla se realiza en acuerdo con el empresario y un acopiador local, quien se encarga de reunir la cantidad de rollos requerida. Este define los sitios de carga, la cantidad de rollos por surtir y el costo de la transacción. El ejido de La Peñuela es el único que cuenta con permiso de aprovechamiento de perlilla, por parte de la Semarnat, pero el producto extraído en los ejidos de Buenavista y Contadero se comercializa como si fuera parte de dicho permiso, lo que, en sentido estricto, hace ilegal el aprovechamiento en esas dos comunidades. La cantidad de rollos acordada es transportada a las delegaciones políticas de la Ciudad de México para el servicio público de limpieza.

Las pacas de musgo obtenidas en el ejido son apiladas a la orilla de los caminos para que, más tarde, sean recogidas y colocadas en vehículos automotores para su transporte. Los cortadores cargan el material y, al mismo tiempo, registran el total de pacas recolectadas por persona. Los camiones cargados se concentran en un sitio del ejido para salir simultáneamente hacia el lugar de comercialización, ya que la factura de venta debe amparar el total de pacas transportadas.

En el caso de los hongos comestibles, estos se destinan, básicamente, al autoconsumo y en menor medida a la venta. Es una actividad familiar, una vez realizada la separación por tipo de hongo, se llevan para su venta a los mercados locales.

Comercialización de los PFNM

El proceso de comercialización de la vara de perlilla depende de la demanda que genere el Gobierno de la Ciudad de México. El gobierno emite licitaciones de perlilla para ser surtida en un tiempo determinado. En ellas se establecen las características que debe cumplir la vara; por ejemplo, en la licitación del 2012, el Comité Delegacional de Adquisiciones, Arrendamientos y Prestación de Servicios de la delegación Coyoacán publicó lo siguiente: “Adquisición de vara de perlilla de 1.20 a 1.50 m. de altura en tercios y cada tercio se compone de 25 atados y cada atado se compone de 50 varas, para el periodo de enero a junio de 2012, para apoyar los trabajos de barrido manual tradicional en las calles que confinen esta delegación (Coyoacán). Monto a pagar $5 000 000.00 (cinco millones de pesos 00/100) por 7 194 tercios de perlilla. Coyoacán México a 13 de enero de 2012” (Anastacio et al., 2015).

En tal licitación se estableció un precio de $695.00 por tercio. Un terció tiene 1 250 varas por lo que un rollo de 200 varas tenía un valor de $1.20. Los costos promedio de transporte ascendían a $0.64 por rollo y el empresario pagó $23.00 al acopiador local. Lo anterior significa que el empresario tuvo un ingreso neto por rollo de $87.56 (78.7 % del valor del rollo vendido al GDF). De los $23.00 que cobró el acopiador local, pagó $17.00 por rollo al líder de los cortadores, por lo que recibió un remanente de $6.00 (5.4 % del valor total del rollo). El líder de los cortadores, a su vez, tuvo que pagar $10.00 al cortador; por lo tanto, su ganancia fue de $7.00 (6.3 % del valor total del rollo). El pago a los cortadores representó solo 8.9 % del precio final de la perlilla.

En 2013, el precio por rollo varió entre $10.00 y $15.00, el cual estuvo en función de su calidad. Un cortador inexperto extraía 10 rollos de baja calidad al día (más varas jóvenes que maduras) para un ingreso de $100.00; uno experto obtuvo hasta 25 rollos, con una percepción de $250.00. Cuando el cortador tenía alguna relación familiar, de amistad o compadrazgo, con su líder, este le llegó a pagar hasta $17.00 por rollo.

La comercialización del musgo responde a la demanda en los mercados locales y regionales. La autorización del ejido para su extracción se otorga al empresario por una cantidad en efectivo, que fija el Comisariado Ejidal. En 2012 y 2013, el pago fue de $15 000.00 por año. La distribución del valor de la producción fue la siguiente: el ejido obtuvo $ 3.00 por paca extraída; un cortador, $10.00 por conformar una paca; el líder de cortadores que organizaba, registraba y vigilaba la cosecha ganó $ 2.00 por paca; el empresario tuvo una utilidad de $ 8.00 por paca; y el comerciante de la central de abastos recibió $ 20.00 por paca. Un camión cargado con 450 pacas de musgo implicó un ingreso de $1 350.00 para el Comisariado Ejidal; el cortador obtuvo $ 200.00 por 20 pacas; el líder de cortadores percibió $ 900 por el total de las pacas; el empresario tuvo un remanente de $ 3 600.00, y el comerciante de la central ganó $ 9 000.00.

La comercialización de los hongos comestibles está sujeta, en gran medida, a la oferta del producto y de la demanda que se genere en los mercados locales. No fue posible estimar el flujo de efectivo generado por su aprovechamiento, ya que el valor de la cantidad comercializada está en función de la especie, cuyo precio varía de $20.00 hasta $250.00 pesos por kilogramo.

De acuerdo con los recorridos que se hicieron por localidad, se estimó que la extracción anual de hongos fue de poco más de trece toneladas, y de las 165 personas encuestadas, 140 (84 %) recolectaban hongos, principalmente para autoconsumo. Las comunidades que más se dedican a esta actividad fueron: Raíces, Agua Blanca, La Peñuela, Buenavista y Loma Alta (Cuadro 1). En el estudio se identificaron 77 especies de hongos silvestres comestibles en el APFFNT, aunque por familia se recolectan en promedio cinco taxa (Franco et al., 2012; Franco y Burrola, 2010).

Cuadro 1 Extracción de hongos comestibles por localidad en 2008. 

El porcentaje mayor de aprovechamiento se obtuvo cuando los padres de familia fungen como guías en la extracción, seguido del grupo liderado por los hijos y las madres (Figura 2).

La familia núcleo se refiere a que los mismos integrantes de la familia directa realizan la colectan, y la familia extendida es cuando, además de la familia núcleo, se considera a la familia política, amigos y vecinos.

Figura 2 Porcentaje de extracción de hongos comestibles por grupos en las localidades de estudio, 2008. 

Los actores sociales en el aprovechamiento de los PFNM

Se identificaron tres grupos de actores sociales que participan en el aprovechamiento de los PFNM: a) sector gubernamental e instituciones, b) empresarios e intermediarios, y c) población local.

La población local debería ser el sujeto primordial de la gobernanza y de la conservación de sus recursos naturales, pero frecuentemente no es el más importante en el aprovechamiento de los mismos; como lo plantea Leff (2010), la toma de decisiones suele recaer en otros actores.

La gobernanza de los recursos debe definirse por sus dueños con el apoyo de las instituciones gubernamentales (Semarnat, Profepa, Secretaría de Medio Ambiente del Gobierno del Estado de México) o de algún otro actor social que pueda involucrarse (universidades, organizaciones no gubernamentales, profesionistas u otros) para que el aprovechamiento sea sustentable y con ello se garantice la regeneración de las poblaciones vegetales, y se realice de acuerdo a las leyes, las NOM y la manifestación de impacto ambiental (MIA). Tampoco se puede excluir a los cortadores que viven de ello o a los empresarios que obtienen las mayores ganancias. El término inglés de Stakeholder define mejor a los actores sociales con algún interés o responsabilidad en la conservación de los recursos naturales.

De acuerdo con Hasan (2001), la pobreza, la falta de conocimiento sobre la importancia ecológica, el desinterés, la desorganización y la falta de apoyo económico son las posibles causas de que personas ajenas a las comunidades se beneficien del uso de los recursos. En el caso del aprovechamiento y comercialización del musgo y la perlilla son las particularidades del mercado las que determinan la baja participación y el poco interés de la población local.

En un estudio realizado por la Organización Internacional de las Maderas Tropicales (ITTO) sobre la utilización sostenible y comercialización de un grupo seleccionado de PFNM para apoyar la industria artesanal y el desarrollo de las comunidades rurales (Filipinas), se indica que, pese a existir varios actores sociales en el proceso, solo unos pocos de ellos están presentes en la comercialización de sus productos. En el caso de Filipinas, los habitantes no cuentan con otra fuente de ingresos, ni los medios necesarios para cumplir otro rol en el aprovechamiento de los recursos. Y quienes poseen el conocimiento para difundir los productos son los que obtienen una mayor ganancia económica (ITTO, 2012). En las comunidades estudiadas, el aprovechamiento de PFNM es una actividad complementaria que podría significar un ingreso adicional para los habitantes de la región, pero que no incide de manera significativa en sus condiciones de subsistencia. En tales circunstancias, dadas las particularidades del mercado, resulta una actividad poco atractiva para ellos.

El aprovechamiento de los RFNM es muy desigual. El de la perlilla y sobre todo el del musgo se ajustan a lo señalado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, 2004), en el sentido de que existen comunidades donde los habitantes no realizan directamente la extracción, y no ejercen la gobernanza adecuada para la conservación de los recursos. Los actores privados externos se organizan para explotarlos y se apropian del mayor valor de la producción.

La extracción de hongos comestibles sigue siendo una actividad familiar que beneficia a las comunidades, aunque esta situación ha cambiado en los últimos años, como resultado del incremento de la demanda por la población de las grandes ciudades.

La recolección debería ajustarse a la temporalidad ecológica, regeneración y productividad de cada recurso, la cual no siempre corresponde con los ciclos económicos regidos por la demanda, ni por los procesos sociales y culturales que los contraponen (Leff, 1995). En el caso de la perlilla su aprovechamiento no se limita al mejor momento de su calendario fenológico. En el musgo responde a la demanda navideña en las zonas urbanas del Estado de México y Ciudad de México. Para los hongos comestibles, está en función de la temporada de lluvias.

El Artículo 27 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos señala que: “La nación tendrá en todo tiempo el derecho de imponer a la propiedad privada las modalidades que dicte el interés público, así como el de regular, en beneficio social, el aprovechamiento de los elementos naturales susceptibles de apropiación, con objeto de hacer una distribución equitativa de la riqueza pública, cuidar de su conservación, lograr el desarrollo equilibrado del país y el mejoramiento de las condiciones de vida de la población rural y urbana” (Segob, 2016). Las instituciones gubernamentales no siempre cumplen con este precepto constitucional, ni propician que los actores sociales involucrados participen en el buen uso y conservación de los recursos naturales.

En el presente trabajo se observó que la Semarnat no da seguimiento a la recolección de hongos, ni de perlilla para verificar el cumplimiento de la normatividad. En cuanto al musgo, sí se supervisa el proceso, lo cual puede explicarse por su corta temporalidad.

Las comunidades rurales poseedoras de los bosques juegan un papel clave en las condiciones de conservación de los recursos (Merino, 2004). En la investigación que se documenta se observó que la población local no mostró interés por realizar el aprovechamiento del musgo ni de la perlilla. Esto se debe a que se dedican a otras actividades, desconocen el mercado y no hay mecanismos organizativos internos de los ejidos y localidades para realizar la extracción. Ante tal desinterés, se permite que agentes externos lo hagan a cambio de una cantidad de dinero, por ejemplo, en 2013 el empresario pagó $8 000.00 por la extracción de perlilla. Cantidad que se destinó a “obras comunitarias” y “gastos del Comisariado Ejidal”. Si se hubiera distribuido entre los más de 300 ejidatarios habría representado un ingreso per cápita ínfimo. En el caso del musgo, se constató que la comunidad cedió el aprovechamiento del recurso a empresarios, quienes no emplean a los pobladores locales, por lo que el beneficio para la comunidad se redujo al pago que se hizo al Comisariado Ejidal por el permiso para la extracción ($15 000.00), cuyo monto tampoco se repartió entre los ejidatarios y quedó para “obras sociales”.

Un hallazgo importante fue que las comunidades no ejercen una gobernanza adecuada y ceden el aprovechamiento a externos, que extraen los recursos sin una buena supervisión, lo que pone en riesgo la regeneración de las poblaciones de perlilla y musgo. En el aprovechamiento de los hongos, tampoco existe supervisión por parte de las autoridades ejidales o de otro tipo. Aunque, no hay evidencias que demuestren que la recolección de los esporomas pone en riesgo la conservación de las especies.

De acuerdo con Requena (2014), el éxito en la gobernanza de los recursos naturales implica la participación de actores no solo a nivel local, como son las comunidades, sino también las instituciones, como son las entidades del gobierno estatal y federal. Para el musgo y perlilla, se observa la ausencia de la gobernanza para su aprovechamiento sustentable, en la cual hay una gran responsabilidad de las instituciones gubernamentales en todos sus niveles, porque son quienes tienen la función de vigilar que la ley y las normas legales se apliquen. Ello, sin mencionar la responsabilidad de que las generaciones actuales cubran sus necesidades sin poner en riesgo la satisfacción de las generaciones futuras.

El análisis comparativo en el aprovechamiento de los PFNM implica considerar diversos aspectos de carácter natural (temporalidad), social (uso, género, nivel de participación de la comunidad y los actores sociales) y económico (tipo de mercado y canales de distribución).

El mercado de PFNM

El corte de la vara de perlilla para la elaboración de escobas rústicas se lleva a cabo durante todo el año, sin respetar las etapas de semillación (de marzo a junio), floración (julio a septiembre) y fructificación (octubre a febrero) que establece el calendario fenológico de la especie. El corte respeta el porcentaje establecido en las normas, no así las recomendaciones sobre las técnicas de corte. Predominan los hombres y el nivel de participación de la localidad se limita a algunos cortadores y líderes locales (Comisariado Ejidal y los miembros de la Asamblea Ejidal) que otorgan el permiso para el aprovechamiento. La venta de perlilla corresponde a un mercado de tipo monopsonio, con un comprador único (Gobierno de la Ciudad de México). Se trata, por tanto, de un monopolio como comprador que impone sus condiciones a los vendedores, debido a su influencia y su poder económico (Ávila, 2004). Como lo señala Sainz (2001), el canal de distribución es de tipo indirecto, corto, con la presencia de intermediación (acopiador local y empresario) entre el dueño del recurso y el consumidor final.

La extracción de musgo corresponde a una temporalidad corta. El total de la producción se vende a mayoristas de la Central de Abastos de la Ciudad de México. La extracción del recurso respeta la normatividad vigente, en términos de condiciones de las plantas, porcentaje de corte y procedimiento de corte. La actividad está a cargo de trabajadores del género masculino. Los actores sociales externos establecen contacto con el Comisariado Ejidal para gestionar la autorización y pagar los derechos de extracción que estipula la Asamblea Ejidal. La venta de musgo es de tipo oligopsonio, con un número muy reducido de compradores que definen el precio del producto (Ávila, 2004). Su canal de distribución es mayorista, con la presencia de al menos dos intermediarios entre el productor y el consumidor final. En muchos de los casos los mayoristas se vuelven especializados, dependiendo de la oferta de los recursos (Sainz, 2001).

Los hongos, se recolectan durante la temporada de lluvias (mayo a octubre). De las 77 especies citadas para el Nevado de Toluca, únicamente, dos están en la lista de especies protegidas: pancitas (Boletus edulis) y elotitos (Morchella elata) (Franco et al., 2012). El principal destino de los hongos comestibles es el autoconsumo con tendencia creciente a la venta. Es una actividad extractiva de tipo familiar, en la que participan hombres, mujeres y niños.

A diferencia de la extracción de vara de perlilla y musgo, actividades eminentemente remuneradas, la recolecta de hongos no implica un ingreso económico y suele realizarse de manera esporádica, en función de la disponibilidad de tiempo de los miembros de las familias locales. Cuando los hongos son comercializados, su venta corresponde a un mercado de tipo oligopsonio y el canal de distribución suele ser directo del recolector al consumidor final y, eventualmente, a comerciantes locales (Sainz, 2001).

En los últimos años, se ha incrementado la demanda de hongos, lo cual ha propiciado la aparición de cadenas de distribución (detallista y mayorista) en las cuales es posible identificar la intervención de un acopiador (detallista) o mayorista con la intervención de dos intermediarios más (Miquel, 2008), o la presencia de un acopiador local que posteriormente los comercializará en la ciudad de Toluca.

Conclusiones

Las comunidades dueñas de los bosques de montaña alta del centro de México no están ejerciendo la gobernanza de sus recursos forestales, carecen de interés en su aprovechamiento sustentable, tampoco tienen una organización propia para la extracción directa de perlilla, ni de musgo. Estos dos PFNM están siendo aprovechados a través de procesos de organización social dominados por agentes sociales externos (empresarios), quienes se quedan con el mayor beneficio económico; en tanto que, los pobladores locales tienen un beneficio mínimo o nulo. Hay poco control sobre los grupos de cortadores, por parte de la población local y de las instituciones gubernamentales, lo que pone en riesgo la regeneración de las especies.

La extracción de hongos comestibles, originalmente, se realizaba por las familias locales para su autoconsumo, pero se está transformando a una actividad destinada a la venta en mercados regionales y nacionales. Su aprovechamiento no es supervisado por autoridades locales o por la Semarnat, aunque a la fecha, la presión sobre el recurso es baja.

La Semarnat y otros organismos gubernamentales se concretan a la aprobación de los permisos de extracción y darle seguimiento administrativo, pero no verifican el cumplimiento de las normas, lo que puede conducir a que los recolectores dañen los recursos in situ, por malas técnicas de corte o por extracción excesiva.

La gobernanza sobre los recursos naturales no es una prerrogativa única de las comunidades dueñas de los recursos. La sustentabilidad y conservación de los recursos requiere de la participación de un conjunto de actores sociales (stakeholders) como son las instituciones gubernamentales en todos los niveles, los profesionistas, las ONG, los académicos de las universidades, los recolectores, los empresarios y todos aquellos que pudieran tener cualquier interés o responsabilidad sobre el estado de los recursos naturales. Sin embargo, las responsabilidades de los dueños y del Estado son ineludibles para la conservación de los recursos naturales, por ser una materia de interés del conjunto de la sociedad actual como legado para las generaciones futuras.

Conflicto de intereses

Los autores declaran no tener conflicto de intereses

Contribución por autor

Nancy Diana Anastacio Martínez: definición del tema de investigación, selección de unidades de estudio y levantamiento de información de campo, análisis de los datos y estructuración del documento; Sergio Franco Maass: selección de zonas de estudio, estructuración del manuscrito y revisión y análisis de los datos, particularmente lo referente a los Hongos Silvestres Comestibles; Estaban Valtierra Pacheco: asesoría en los trabajos de levantamiento de información en campo, análisis de los datos particularmente en lo referente a los procesos de extracción de vara de perlilla y revisión del manuscrito; Gabino Nava Bernal: análisis de los datos y revisión del documento en lo referente a los procesos de extracción del musgo.

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Recibido: 06 de Junio de 2016; Aprobado: 15 de Octubre de 2016

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