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Revista mexicana de ciencias forestales

versión impresa ISSN 2007-1132

Rev. mex. de cienc. forestales vol.4 no.18 México jul./ago. 2013

 

Artículo

 

Flora medicinal de Chihuahua

 

Medicinal plants of Chihuahua State

 

Mario Humberto Royo-Márquez1, Alicia Melgoza-Castillo 2 y J. Santos Sierra-Tristán1

 

1 Sitio experimental Campana-Madera, CIR-Norte Centro INIFAP. Correo-e: royo.mario@inifap.gob.mx

2 Facultad de Zootecnia y Ecología, Universidad Autónoma de Chihuahua

 

Recibido el 28 de marzo de 2012
Aceptado el 16 de junio de 2013.

 

Resumen 

En México 10% de su vegetación está catalogada como medicinal. Al respecto, Chihuahua posee 20.2% de las plantas medicinales reconocidas en el país; sin embargo, no se ha publicado un listado a nivel estatal y se tienen pocos estudios etnobotánicos. Los objetivos del presente trabajo fueron revisar, organizar y actualizar en una base de datos la información de las plantas medicinales de dicha entidad; las fuentes de información fueron literatura especializada y bases de datos botánicos con registros para el estado. Se documentaron 105 familias, 375 géneros, 605 especies y 44 infrataxa, de las cuales 14 se encuentran en riesgo de extinción según la NOM-059-SEMARNAT-2010. Las familias mejor representadas fueron: Asteraceae, Fabaceae y Euphorbiaceae, con 99, 51 y 27 especies, respectivamente. Las nativas correspondieron a 86% y las introducidas 14% (7.9% cultivadas). Las formas de crecimiento más abundantes resultaron ser las herbáceas latifoliadas, con 45.4%; los arbustos, con 18%; y los árboles, con 12.5%. Únicamente se presentan en un tipo de vegetación 32.1% de los taxa. En orden decreciente, la mayor riqueza correspondió al bosque de encino, con 56.5%, 51.2% al bosque de pino y 39.7% a los pastizales. En lo relativo al total de plantas medicinales se identificaron 1 090 usos, cuyos mayores porcentajes correspondieron a las utilizadas en los aparatos digestivo (37.8%) y genito-urinario (21.7%), así como en la piel y el tejido subcutáneo (32.3%). A fin de incrementar el conocimiento científico de las plantas medicinales, es necesario desarrollar más estudios etnobotánicos y análisis fitoquímicos.

Palabras clave: Etnobotánica, flora de Chihuahua, herbolaria, notas ecológicas, plantas medicinales, Rarámuris.

 

Abstract

In Mexico, 10% of all the plants are classified as medicinal. Chihuahua possesses 20.2% of the species recognized as medicinal in the country; however, no state’s list of plants has been published, and ethnobotanical studies are scarce. The objectives of this paper were to review, organize and update in a database the available information on the medicinal plants of the state. The sources of information were specialized literature and botanical data bases with registers for the entity. 105 families, 375 genera, 605 species, and 44 infrataxa were registered; 14 of the latter are endangered, according to NOM-059-SEMARNAT-2011. The most broadly represented families were Asteraceae, Fabaceae and Euphorbiaceae, with 99, 51 and 27 species, respectively. 86% of these are native, and 14% are introduced (7.9% are cultivated). The most abundant growths were broadleaf herbs (45.4%), shrubs (18%), and trees (12.5%). 32.1% of all the species belong to a single type of vegetation. The highest proportion (56.5%) corresponds to red oak forests, followed by 51.2% for pine forests, and 39.7% for grasslands. A total of 1 090 uses were found for the medicinal plants; the highest percentage, 37.8%, was for plants used for ailments of the digestive tract; 21.7% were used for the genitourinary tract, and 32.3%, for conditions of the skin and the subcutaneous tissue. In order to increase the scientific knowledge of the medicinal plants, further ethnobotanical studies and phytochemical analyses are required.

Key words: Ecological notes, ethnobotanics, flora of Chihuahua, herbal medicine, medicinal plants, Raramur.

 

Introducción

Se han reconocido 24 042 especies de plantas vasculares para México (Villaseñor, 2004), de las cuales la Comisión Nacional para el Desarrollo de los de los Pueblos Indígenas (CDI) registró alrededor de 3 000 con aplicaciones medicinales (Sarukhán et al., 2009), lo que equivale, aproximadamente, a 12.5% del total de la riqueza florística del país; no obstante, solo 1% se ha estudiado de forma detallada (Aguilar et al., 1994). Rescatar el conocimiento empírico sobre plantas medicinales es de gran importancia para los pueblos indígenas y el público en general (Heinrich et al., 1998; Fernández et al., 2001; Bello y Salgado, 2007; Estrada-Castillón et al., 2012). Si bien los estudios fitoquímicos de estos vegetales son continuos, los avances logrados en la última década son pocos. En este período solamente se han estudiado 19 plantas para el tratamiento de la diabetes, 12 para la hipertensión arterial y seis con efectos antiespasmódicos (Serrano-Gallardo, 2005; Esquivel-Gutiérrez et al., 2012).

Entre las primeras recolectas etnobotánicas realizadas en el norte de México destaca la de Edward Palmer (1869-1910), cuyo registro de plantas útiles incluye 97 familias, 697 géneros y 2 019 especies; de ellas, las de destino terapéutico fueron las de uso más común (1385). El mayor número se obtuvo en San Luis Potosí con 158; seguido por Coahuila con 109; 78 en Sonora, 77 en Chihuahua, 76 en Tamaulipas; y 56 en Durango (Bye et al., 1999). Trabajos más recientes indican 334 especies con uso medicinal para Tamaulipas (Hernández et al., 1991). En los matorrales centrales de Sonora se describen 101 plantas, de las cuales 54 son señaladas como medicinales (Miranda et al., 2004). Para la región sur de Nuevo León se citan 163 especies vegetales, las cuales son documentadas con 253 diferentes usos medicinales (Estrada-Castillón et al., 2012). González et al. (2004) describen brevemente las 105 plantas medicinales nativas o naturalizadas más comunes en Durango, además de más de 600 notas sobre ellas. Gutiérrez y Betancourt (2005) enlistan 183 plantas medicinales y aromáticas nativas con gran demanda comercial en México. Lo anterior revela las necesidades de investigación, regulación y mercadeo de las plantas medicinales, particularmente, en el norte del país, así como la posibilidad de establecer huertos familiares de plantas medicinales como una oportunidad para establecer nuevos agronegocios, con objeto de incrementar el ingreso familiar en las zonas rurales de México (Estrada, 2010).

Como herencia de los grupos indígenas, el estado de Chihuahua posee una gran tradición en el uso de la vegetación nativa con fines curativos. Palmer (1885,1908) registró 288 plantas útiles, 77 de ellas con uso medicinal. En la actualidad, 63% de estas son empleadas por los Rarámuris (Bye et al., 1999). En un estudio realizado en el ejido El Largo, municipio Madera, Chihuahua se indicó que 57.4% de su población se dedicaba a la extracción de plantas medicinales, y que 55.6% las utilizaba como remedio (Narváez et al., 2003). En una investigación efectuada con los Rarámuris, Bye (1986) observó que 306 especies eran destinadas para propósitos medicinales. En otros análisis, Olivas (1999) describe las propiedades curativas de 50 plantas, mientras que Royo y Melgoza (2001) señalan 119 plantas medicinales identificadas en el Campo Experimental La Campana del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), localizado en la parte central del estado.

A pesar del gran uso doméstico de las plantas para la prevención y cura de enfermedades por parte de los chihuahenses, se han llevado a cabo pocos trabajos etnobotánicos sobre el particular; asimismo, el desconocimiento de la flora estatal es un obstáculo para contar con el inventario de sus plantas medicinales. En virtud de que la información existente se ha publicado en forma parcial y en fuentes muy diversas, el objetivo de este trabajo fue organizar, sistematizar y actualizar la lista de las plantas medicinales de los diferentes ambientes del estado de Chihuahua. Este hecho permitirá la obtención de un compendio más completo, el cual podrá servir con fines de consulta para especialistas con interés en la ecología, medicina tradicional, fitoquímica, toxicología, farmacobiología, etnobotánica y otras áreas del conocimiento.

 

Materiales y Métodos

Área de estudio

El estado de Chihuahua se ubica en el norte de la república mexicana y se limita por las coordenadas 31°47’ y 25°38’ de latitud norte, y 103°18’ y 109°07’ de longitud oeste. Tiene una extensión de 247 187 km2, que equivale a 12.6% de la superficie del territorio nacional. Se divide políticamente en 67 municipios que cuentan con una gran diversidad fisiográfica, climática y de vegetación (INEGI, 2003). En el presente estudio se sigue la clasificación de los tipos de vegetación de Rzedowski (1978), así como lo publicado por la Comisión Nacional para la Determinación de Coeficientes de Agostadero para el estado (Cotecoca, 1978).

Tipos de vegetación

Bosque de coníferas. Se localiza en la Sierra Madre Occidental en altitudes desde 2 400 hasta 3 000 m y pendientes de 2 a 70%. El clima es templado húmedo, temperatura media anual de 11 a 17 °C, y con precipitación anual entre 650 y 1 000 mm; presenta de cuatro a seis meses secos y un período libre de heladas de 160 a 200 días. Los suelos son de profundidad somera a media. Las especies dominantes son: Pinus leiophylla Schltdl. & Cham., P. leiophylla var. chihuahuana (Engelm.) Shaw, P. arizonica Engelm., P. engelmannii Carrière, entre otras. A mayores altitudes se localizan comunidades de Abies religiosa (Kunth) Schltdl. & Cham., Pseudotsuga menziesii (Mirb.) Franco y otras coníferas.

Bosque de encino. Se desarrolla en laderas de la Sierra Madre Occidental, en un intervalo altitudinal de 800 a 2 000 m y pendientes de 20 a 60%. El clima es seco templado, con temperatura media anual de 14 a 16 °C; la precipitación anual es de 400 a 1 000 mm, de cinco a siete meses secos y período libre de heladas de 200 a 285 días. Los suelos son someros. Los taxa dominantes son Quercus arizonica Sarg., Q. emoryi Torr., Q. chihuahuensis Trel., Q. grisea Liebm., Q. oblongifolia Torr.; también crecen Arbutus arizonica (A. Gray) Sarg., Juniperus deppeana Steud., Rhus trilobata Nutt., entre otras.

Bosque Tropical Caducifolio y Subcaducifolio. Este tipo de vegetación es única entre cañones en la parte boscosa de la vertiente del Pacífico, entre 400 y 900 msnm y pendientes de 20 a 70%. El clima es húmedo y semicálido, con temperatura media anual de 22 a 25 °C; la precipitación anual de 600 a 800 mm, con seis meses secos y período libre de heladas. Las especies dominantes son Lysiloma divaricatum (Jacq.) J. F. Macbr., Chloroleucon tortum (Mart.) Pittier, Bursera arborea L. Riley, B. microphylla A. Gray, Caesalpinia palmeri S. Watson, entre otras.

Pastizales. Se presentan en valles, mesetas y pendientes suaves, desde 1 100 hasta 2 500 msnm y pendientes de 0 a 50%. El clima es seco templado, con temperatura media anual de 12 a 22 °C; la precipitación anual es de 200 a 500 mm, con seis a nueve meses secos y período libre de heladas de 165 a 250 días. Los suelos son de medianos a profundos, por lo general con horizontes calichosos y ferruginosos. Las gramíneas dominantes son Bouteloua gracilis (Kunth) Lag. ex Griffiths, B. eriopoda (Torr.) Torr., B. curtipendula (Michx.) Torr., B. hirsuta Lag., Aristida spp., Muhlenbergia spp., Trachypogon spicatus (L. f.) Kuntze, Heteropogon contortus (L.) P. Beauv. ex Roem. & Schult., entre otras. En los pastizales halófitos las dominantes son Pleuraphis mutica Buckley, Sporobolus airoides (Torr.)Torr., Distichlis spicata (L.) Greene, Eragrostis obtusiflora (E. Fourn.) Scribn., principalmente.

Matorral xerófito. Se ubica en la región este de la entidad, entre 900 y 1 500 msnm y pendientes de 4 a 20%. El clima es seco, de templado a cálido, con temperatura media anual de 15 a 22 °C; la precipitación anual entre 200 y 400 mm, con siete a 10 meses secos y período libre de heladas de 200 a 280 días. Los suelos son de someros a profundos. Los arbustos dominantes son Larrea tridentata (D C.) Coville, Prosopis glandulosa Torr., Flourensia cernua D C., Parthenium incanum Kunth, Acacia spp., Artemisia spp., Yucca spp., entre otros.

Humedales. Se localizan a lo largo y ancho del estado; son comunidades cuyo común denominador es desarrollarse en superficies que se inundan de manera permanente o intermitente; involucra ríos, arroyos, lagos, playas y ojos de agua. En este tipo de vegetación dominan los árboles de Populus spp., Prosopis spp., Salix spp., Platanus spp., Juglans spp., Alnus spp., Ficus cotinifolia Kunth, Pithecellobium dulce (Roxb.) Benth., Celtis reticulata Torr., entre otros.

Muestreo

Se realizaron 25 recorridos de campo en las áreas de matorrales y pastizales situadas en la parte central y este del estado, durante la primavera y el verano de 2000 a 2003; durante ellos se fotografiaron y recolectaron plantas que presentaban tallos, hojas, flores y frutos para facilitar su identificación. Los ejemplares se trabajaron con la metodología propia de los herbarios y se depositaron en el Herbario Regional del Rancho Experimental La Campana (RELC). Además, se consultaron los herbarios de la Facultad de Zootecnia y Ecología de la Universidad Autónoma de Chihuahua (FZUACH), de la New Mexico State University (NMSU), de la Universidad Autónoma Agraria "Antonio Narro" (UAAAN), de la University of Texas (UT), de la Sul Ross State University (SRSU) y del Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México (IBUM).

También se tomaron en cuenta las especies que no fueron recolectadas, pero que han sido citadas para el estado, sobre todo las plantas medicinales del bosque templado y selva baja subcaducifolia (Bye, 1986; García, 1986; Guizar et al., 1992; Estrada, 1995; Spellenberg et al., 1996); así como una base de datos para el estado proporcionada por la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio). De una base de datos con cuatro mil registros para Chihuahua (Melgoza et al., 2005) y de la conculta de literatura referente al tema se seleccionaron las plantas medicinales (Bye, 1986; Reader’s Digest, 1987; Moore, 1989; Martínez, 1992; Rojas, 1996; Vásquez et al., 1996; González, 1998; Olivas, 1999; Fernández et al., 2001; Royo y Melgoza, 2001; Miranda et al., 2004; González et al., 2004; González et al., 2006; Martínez et al., 2006). La información se capturó en una base de datos en el programa Excel, que incluyó: nombre científico, autor, origen, tipo de vegetación, ciclo de vida, forma de crecimiento, nombre común y observaciones (Correll y Johnston, 1970; Martínez, 1979; Marroquín et al., 1981; Bye, 1986; Irish y Irish, 2000; Royo y Melgoza, 2001; USDA-Plant-Database, 2004; González et al., 2006; Melgoza et al., 2008; Vibrans, 2012).

Según la afección para la que se usan las plantas se clasificaron como: 1) enfermedades infecciosas y parasitarias; 2) tumores; 3) glándulas endócrinas, de la nutrición y del metabolismo; 4) sistema nervioso y de los órganos de los sentidos; 5) aparato circulatorio; 6) aparato respiratorio; 7) aparato digestivo; 8) aparato genito-urinario; 9) piel y del tejido subcutáneo; 10) sistema óseo-muscular y del tejido conjuntivo; 11) accidentes, envenenamientos y violencia; y 12) solo con registro de medicina (Fernández et al., 2001).

Los nombres científicos, sinonimias y autores de las especies fueron consultados en la página web Tropicos (2013). En cuanto a las características fitogeográficas de las especies, se les clasificó en nativas, introducidas (exóticas que se han naturalizado en los diferentes ambientes) y cultivadas (incluye ornamentales). Para determinar la forma de crecimiento se siguió la clasificación de Whittaker (1962) citada por Granados y Tapia (1990). Las familias, géneros, especies, subespecies y variedades se enlistaron en orden alfabético.

 

Resultados

Se determinaron 605 especies y 44 infrataxa de plantas registradas como medicinales, pertenecientes a 105 familias y 375 géneros (Cuadro 1). De estas, 14 tienen estatus de riesgo en la NOM-059-SEMARNAT-2010, cuatro están con la categoría de amenazadas, siete con protección especial y tres en peligro de extinción (Cuadro 2). El mayor número de especies e infrataxa registradas son de las familias Asteraceae, Fabaceae y Euphorbiaceae con 97, 52 y 27, respectivamente. La riqueza genérica más alta por familia correspondió a Asteraceae (58), Fabaceae (28) y Poaceae (17). En estas se ubica alrededor de la tercera parte de la riqueza de especies y de géneros (30.5 y 30.9%, respectivamente) de las plantas medicinales para Chihuahua (Cuadro 1). Del total de las plantas medicinales identificadas 86% son nativas, mientras que el resto son introducidas, y de ellas, 7.9% son cultivadas y algunas son ornamentales.

Cuadro 1. Familias con mayor número de especies de plantas medicinales en Chihuahua.
Table 1. Families with the largest number of medicinal plant species in Chihuahua.

Cuadro 2. Especies de plantas medicinales con estatus en riesgo en la NOM-059-SEMARNAT-2010.
Table 2. Medicinal plant species with a risk status according to NOM-059-SEMARNAT-2010.


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De acuerdo con el ciclo de vida de los taxa determinados, el mayor porcentaje correspondió a las plantas perennes (75.2%), seguido del correspondiente a las anuales (14.3%), las perennes de vida corta (7.8%) y las bianuales (2.8%). Las formas de crecimiento mejor representadas fueron las herbáceas latifoliadas (45.4%), las arbustivas (18%) y los árboles (12.5%) (Figura 1).

Herbáceas latifoliadas = Broadleaf herbs; Árboles = Trees; Arbustos de roseta = Rosette shrubs; Suculentas = Succulents;Graminoides =
Graminoids; Helechos = Ferns; Epífitas = Epiphytes;Sufrutescentes = Suffrutescents

Figura 1. Forma de crecimiento de las plantas medicinales de Chihuahua.
Figure 1. Form of growth of the medicinal plants of Chihuahua.

 

Del total de plantas, solo 32.1% de las especies se localizaron en un tipo de hábitat específico. En el bosque de pino-encino se registró 13.1% de las plantas medicinales conocidas para el estado y el resto se ubicó en más de dos tipos de vegetación o hábitat. Los porcentajes más altos del total de especies fueron para bosque de encino (56.6%), bosque de pino (51.3%) y pastizales (36.3%) (Cuadro 3).

Cuadro 3. Porcentaje de plantas medicinales registradas por tipo de vegetación en el estado de Chihuahua.
Table 3. Percentage of medicinal plants registered by type of vegetation in the state of Chihuahua.

Se identificaron 1 090 usos con base en el tipo de afección. Los mayores valores correspondieron a las empleadas para el aparato digestivo (38), la piel y tejido subcutáneo (32), y para el aparato genito-urinario (22). Aunque 13.5% carecieron de registro específico de uso, en algunos casos existe la cita de sustancias con propiedades curativas (Figura 2). Es importante destacar que no se recomienda utilizar 3.1% de las plantas mencionadas en este trabajo, debido a su alta peligrosidad. En el Anexo 1 se enlistan las plantas medicinales reconocidas para el estado, así como sus efectos tóxicos y nocivos.

1) Infectious and parasitic diseases; 2) Tumors; 3) Endocrine glands, nutritional and metabolic disorders; 4) Nervous system and sense organs;
5) Circulatory system; 6)Respiratory system; 7) Digestive system; 8) Genitourinary system;
9) Skin and subcutaneous tissue; 10) Bone muscle system and connective tissue; 11) Accidents, poisonings,violence; 12) Only registered as medicinal.

Figura 2. Porcentaje de plantas medicinales según su uso.
Figure 2. Percentage of medicinal plants by their use.

Discusión

Con base en la información del Instituto Nacional Indigenista se conocen alrededor de 3 000 especies nativas de la flora de México que son utilizadas como medicinales (Sarukhán et al., 2009) y en Chihuahua se presenta 20.1% del total. Esta cifra revela la importancia de la contribución de la herbolaria estatal a nivel nacional. Las familias con mayor número de especies fueron Asteraceae, Fabaceae y Euphorbiaceae; similares resultados han sido consignados en otros trabajos (García, 1986; Guizar et al., 1992; Spellenber et al., 1996; Estrada et al., 1997; Royo y Melgoza, 2001; Estrada y Villarreal, 2010). Respecto a la familia Poaceae, pese a que ocupa el quinto lugar en riqueza de especies medicinales, se sitúa en el tercer lugar en la genérica. De 4008 taxa de la base de datos para el estado de Chihuahua (Melgoza et al., 2005), 16.1% corresponde a plantas medicinales documentadas en el presente estudio, de las cuales 13.9% son nativas.

El promedio nacional de plantas medicinales nativas es de 12.5% en relación con el registro total de especies; por lo tanto, el mayor porcentaje obtenido en el estado (1.4%) posiblemente se deba a dos factores: 1) por la carencia de una lista florística estatal (Villaseñor, 2004); no obstante, se estima una flora entre 5 500 a 6 500 especies; y 2) por el amplio conocimiento de las plantas útiles, sobre todo en la sierra Tarahumara (Bye, 1986), lugar donde se localiza la mayor diversidad.

El registro de especies introducidas fue de 14.1% que representa 5.4 veces más que lo citado para el país. Villaseñor y Magaña (2006) mencionan que 80% de las plantas introducidas proviene de África, Asia y Europa, lo cual se relaciona con los siglos de colonización Española. Por otra parte, los primeros jardines botánicos europeos del siglo XVI y XVII eran de plantas medicinales (Rinker, 2002). Con base en lo anterior, se puede inferir que los primeros vegetales introducidos por los frailes españoles fueron las medicinales y alimenticias, principalmente. Estas se cultivaron en los jardines de aclimatación de los conventos y muchas escaparon al medio ambiente natural; lo que explicaría el alto porcentaje de plantas medicinales introducidas, en relación con las medicinales nativas, señaladas para México (Villaseñor, 2004; Villaseñor y Magaña, 2006).

En el estado de Chihuahua, las herbáceas latifoliadas medicinales son las más abundantes, seguidas por los arbustos y árboles; patrón similar al de la flora nacional (Villaseñor, 2004); en la que también se observa que la mayor riqueza genérica nativa del país se encuentra en los bosques templados (1 656), en particular, en los de pino y encino, hecho que coincide con los resultados aquí documentados.de este trabajo. El número elevado de especies identificado en los bosques, probablemente esté relacionado con la presencia de las etnias Rarámuri, Tepehuana y Pima (INEGI, 2004). En contraparte, en las zonas de matorrales y pastizales no se cuenta con estudios etnobotánicos que pudieran enriquecer el acervo de plantas medicinales, como lo registrado en otras partes de México; por ejemplo en Querétaro, donde Fernández et al. (2001) identificaron un uso medicinal distinto al registrado en 59% de las plantas.

En un estudio comparativo entre tres etnias (Maya, Náhuatl y Zapoteca) sobre el empleo de las plantas en diferentes enfermedades, se reconoció que, en promedio, el taxón más empleado fue para las enfermedades dermatológicas, seguida de las usadas para problemas gastrointestinales y genito-urinarios, con valores de 143, 129 y 101, respectivamente (Heinrich et al., 1998). En la región purépecha, las enfermedades más frecuentemente tratadas fueron las gastrointestinales, con 36.4%, y padecimientos de la piel, con 18.7% (Bello y Salgado, 2007). De manera similar, en este trabajo se consigna el mayor número de taxa para esos padecimientos. De los 1 090 registros de uso de las plantas obtenidos se pueden agrupar plantas utilizadas en una misma afección y realizar estudios fitoquímicos, como los efectuados por Esquivel-Gutiérrez et al. (2012) para la diabetes e hipertensión arterial. Esto contribuiría de manera importante al estudio científico de las plantas usadas de manera empírica.

Esquivel-Gutiérrez et al. (2012) citan que en el Herbario del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) se tienen registradas más de 300 especies vegetales, de 70 familias utilizadas tradicionalmente para el tratamiento de la diabetes. Asimismo, los autores mencionan 19 especies que se han estudiado en la última década para confirmar la acción antidiabética de extractos o compuestos activos; en el caso de las plantas usadas con efecto antihipertensivo indican 12 plantas que se han analizado de 2005 a 2012. Los 1 090 usos medicinales registrados en este trabajo sirven como base para: 1) desarrollar catálogos para la rápida identificación de plantas medicinales; 2) realizar estudios fitoquímicos; y 3) conocer el estado que guardan las especies en su ambiente natural.

 

Conclusiones

Se desarrolló una base de datos de 649 plantas medicinales; esta cantidad indudablemente aumentará a medida que se desarrollen estudios florísticos y etnobotánicos en otras áreas del estado.

Se registraron 1 090 usos; sin embargo, faltan estudios con base científica para corroborar su efectividad o inocuidad en las afecciones mencionadas, así como su posible toxicidad.

Los estilos de vida de la sociedad en la búsqueda de medicina alterna y nuevas drogas curativas hacen relevantes los estudios más detallados sobre plantas medicinales desde el punto de vista fitoquímico.

 

Agradecimientos

Los autores desean expresar su reconocimiento al CONACYT-SIVILLA por el subsidio otorgado al proyecto "La flora del matorral desértico y valles centrales del estado de Chihuahua" No. 20000406003, que fundamentó la elaboración de este trabajo.

 

Referencias

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