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Revista mexicana de ciencias forestales

versão impressa ISSN 2007-1132

Rev. mex. de cienc. forestales vol.4 no.17 México Mai./Jun. 2013

 

Artículo

 

Caracterización del suelo en colonias de Cynomys mexicanus Merriam, 1892 en el noroeste de México

 

Characterization of soil in colonies of mexican prairie dogs (Cynomys mexicanus Merriam, 1892) in northeastern Mexico

 

Marisela Pando Moreno1, Laura Reyna1, Laura Scott1 y Enrique Jurado1

 

1 Facultad de Ciencias Forestales, Departamento de Tecnología de la Madera. Universidad Autónoma de Nuevo León. Correo-e: mpando55@hotmail.com

 

Fecha de recepción: 4 de marzo de 2013.
Fecha de aceptación: 30 de abril 2013.

 

RESUMEN

El perrito de las praderas mexicano (Cynomys mexicanus) es endémico del noreste de México y uno de los mamíferos en riesgo de extinción. A pesar de numerosos estudios sobre la especie, se carece de datos ecológicos, en particular en lo referente a las relaciones que establecen con su hábitat. Recientemente se ha destacado que los pastizales halofíticos de esa región del país están pasando por un proceso de degradación y muestran una baja productividad, como se evidencia por los cambios en la estructura y fisonomía del paisaje. Sin embargo, aunque existe una relación entre la fisonomía de la vegetación y el sustrato subyacente, no hay estudios cabales de las propiedades edáficas de sus colonias. Se planteó la hipótesis de que el perrito de las praderas mexicano ocupa diversos hábitats que son identificados a partir de diferentes características del suelo. En este estudio se analizaron las propiedades físicas y químicas del suelo de 36 colonias de ellos localizadas en la región del Altiplano. Esta información pudiera hacer posible la primera definición de las áreas potencialmente apropiadas para la reintroducción de especies como una estrategia de conservación. Se llevó a cabo un análisis de componentes principales con los datos de suelo. Los resultados indican que los suelos estuvieron divididos en dos grandes grupos que proveyeron de hábitat a la especie: i) suelos con un alto contenido de yeso o nulos carbonatos de calcio, y ii) suelos con un alto contenido de carbonato de calcio y con carencia de yeso.

Palabras clave: Cynomys mexicanus Merriam, 1892, hábitat, pastizales halofíticos, perrito de las praderas, suelos, yeso.

 

ABSTRACT

The Mexican prairie dog (Cynomys mexicanus) is endemic to northeastern Mexico and is one of the small mammals at risk of extinction. Despite numerous studies of the Mexican prairie dog, ecological data on the species are lacking, particularly regarding the relationship between the species and its habitat. Recent reports have pointed out that the halophytic grasslands of northeastern Mexico are suffering a process of degradation and show low productivity, as evidenced by changes in the structure and physiognomy of the landscape. However, although there is a recognized relationship between vegetation physiognomy and the subjacent substratum, there are no complete studies of the soil characteristics in colonies of prairie dogs. The hypothesize was stated that the Mexican prairie dog occupies different habitats that are indicated by different soil characteristics. This study analyzed the physical and chemical properties of soils from 36 colonies of Mexican prairie dogs located within the Mexican Plateau area. This information could permit the first definition of potentially appropriate areas for species reintroduction as a strategy for conservation. A principal component analysis was carried out on the soil data. Results showed that soils were divided into two broad groups that both provided habitat for the Mexican prairie dog: i) soils with high gypsum content and very low or null calcium carbonate, and ii) soils with a high content of calcium carbonate and lacking gypsum.

Key words: Cynomys mexicanus Merriam, 1892, habitat, halophytic grasslands, prairie dog, soils, gypsum.

 

INTRODUCCIÓN

El perrito de las praderas mexicano (Cynomys mexicanus Merriam, 1892) es una especie endémica que habita los pastizales cortos de los valles, las praderas y las cuencas intermontanas al noreste de México (Rioja-Paradela et al., 2008) en altitudes entre 1 600 and 2 200 m. Varios autores han descrito cómo la especialización de esta especie dentro de su hábitat ha resultado en una dependencia recíproca que se requiere para su supervivencia. Los pastizales les aportan alimento y condiciones adecuadas para el establecimiento de sus colonias y éstas desempeñan una rol crucial en la dinámica y preservación del ecosistema (Mellink y Madrigal, 1993; Miller et al., 1994).

Durante las últimas décadas, el área de distribución del perrito de las praderas mexicano ha sido drásticamente reducida por actividades humanas, principalmente, debido a la destrucción y la fragmentación de su hábitat por prácticas agrícolas (Scott-Morales et al., 2004). Históricamente ha ocupado 1 300 km2 en el noreste de México, aunque para 1996 su distribución se había reducido a 478 km2 (Treviño-Villarreal y Grant, 1998) y en 1999 a 322 km2 entre los estados de Nuevo León, Coahuila y San Luis Potosí (Scott-Morales et al., 2004).

Cynomys mexicanus está considerado un relicto geográficamente aislado del perrito de la pradera de cola negra C. ludovicianus Ord. (Pizzimenti, 1975), que desarrolló una fuerte asociación con los suelos de pradera xerosoles y de yeso (Treviño-Villarreal, 1990) y que se restringen a los pastizales ricos en yeso de la comunidad denominado El Tokio, en el noreste de México. Además, Ceballos et al. (1993) consignaron que la especie está fuertemente asociada a los suelos de yeso en toda su extensión territorial, excepto por una localidad en el estado de Coahuila, donde se observaron colonias en suelos aluviales. A pesar de la relevancia ecológica que tiene este mamífero y de la continua declinación en la calidad del área que ocupa, la influencia de las características edáficas en su distribución geográfica es poco conocida. Por lo tanto, se postuló la hipótesis: que las colonias del perrito de las praderas mexicano (Cynomys mexicanus) ocupan hábitats que son evidenciados por las diferentes características del suelo.

 

MATERIALES Y MÉTODOS

El área de estudio

El área de estudio se localiza en el noreste de la Altiplanicie Mexicana, dentro de los estados de Coahuila, Nuevo León y San Luis Potosí. El área es una planicie aluvial ligeramente ondulada, en un gradiente altitudinal sur-norte entre 1 600 y 2 200 m, con características cársticas incisas. Este amplio valle con dirección norte-sur se caracteriza por climas secos, que varía desde templados semi-secos (BS1kw(x’) en Coahuila, a templados secos (BS0kx’) en Nuevo León, y cálidos-secos ((BS0hw(x’)) en San Luis Potosí (García, 1973). La temperatura más cálida se verifica en áreas con una baja altitud y en depresiones intermontanas de la región, aun cuando ocurren heladas leves durante el otoño y el invierno (Davis et al., 1997). La mayor parte del área recibe menos de 300 mm de precipitación anual. Algunas lluvias se presentan en el invierno, pero la mayoría ocurre como tormentas de verano de gran intensidad.

Gran parte de la región está compuesta por rocas sedimentarias de origen marino, con las montañas circundantes que corresponden al Cretácico Superior y los valles aluviales de la serie del Cretácico Inferior (INEGI, 1976).

La vegetación en el área está dominada por dos tipos principales de pastizales. El más común es el corto (de 10 a 20 cm de alto), pastizal abierto yesofílico, que crece en valles y en planicies con pendientes bajas (≤5%), donde las especies dominantes son Bouteloua dactyloides (Nutt.) J. T. Columbus, Scleropogon brevifolius Phil. y Muhlenbergia villiflora A. S. Hitchcock var. villosa (Swallen) Morden. Alrededor de este hay un pastizal amacollado compuesto, principalmente, por Bouteloua gracilis (Willd. ex Kunth) Lag. ex Griffiths, B. hirsute Lag., Nassella leucotricha (Trin. & Rupr.) Pohl, N. tenuissima (Trin.) Barkworth, Hopia obtuse (Kunth) Zuloaga et Morrone, Aristida purpurea Nutt., A. divaricata Humb. et Bonpl. ex Willd. y Lycurus phleoides Kunth; y un matorral micrófilo en el que Larrea tridentata (Sessé & Moc. ex D C.) Coville, Flourensia cernua D C., Acacia constricta Benth. y Atriplex canescens (Pursh.) Nutt. constituyen las especies relevantes.

Muestreo y análisis de datos

Las muestras de suelo fueron tomadas de 36 colonias del perrito de las praderas mexicano en los estados de Nuevo León, Coahuila y San Luis Potosí. Su localización se muestra en el Cuadro 1.

En cada sitio se recolectaron cinco muestras de suelo: una al centro de la colonia y las otras cuatro, a 100 m del centro y en dirección de los cuatro puntos cardinales, a dos profundidades: 0–30 cm y 30–60 cm a fin de determinar la textura, la materia orgánica, el pH, la salinidad, los contenidos de yeso y carbonato de calcio, y la densidad aparente. La altitud y la pendiente de cada sitio se obtuvieron con el programa Arc-View 3.2 ®; GIS (ESRI, 1993), mediante un modelo de elevación digital que permitió generar un mapa de pendientes. El método para analizar las variables se presenta en el Cuadro 2.

Se aplicó un análisis de Componentes Principales (PCA) para identificar las variables principales de suelo que caracterizan a las áreas de estudio, y por consecuencia, las que contribuyen a diferenciar los hábitats del perrito de las praderas mexicano.

 

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Los valores medios de las variables de suelo analizados para cada colonia se ordenan en el Cuadro 3.

Los resultados indican que la mayoría de los suelos ocupados por Cynomys mexicanus tienen una textura franco limosa (50% de las colonias), seguidos por aquellos de textura franco arcillo limosa (25%) y, en menor proporción, los limo arcillosos (14%) y limo arenosos (11%). Texturas similares han sido referidas por González (2002) y Treviño-Villarreal et al. (1997) para otras áreas en las que habita la especie.

Los sitios de muestreo se ubicaron en altitudes entre 1 700 y 2 250 m, con pendientes inferiores a 4°. Los suelos tuvieron un pH de 7.6 a 8.5, excepto El Salero, que registró una media de pH de 8.81.Cabe señalar que un pH de 8.5 está considerado como el valor umbral para suelos no-sódicos. Los valores de la densidad aparente variaron entre 0.78 y 1.24 g cm3. En la mayoría se registró un bajo contenido de materia orgánica (0.4 a 2.5%), aunque en 30% se alcanzaron cifras superiores a 4%, lo que se considera un valor muy alto a partir de la textura del suelo.

En 60% de las colonias, los suelos tuvieron un alto contenido de yeso, y estas se ubican por debajo de los 2 000 m, excepto la denominada Las Puyas. Por lo tanto, seis colonias en Nuevo León, cinco en Coahuila y todas las de San Luis Potosí revelaron un alto contenido de yeso, lo que concuerda con los datos publicados por Mellink (1989), quien también observó una condición similar en los suelos donde se localizan colonias de perritos de las praderas al noreste de San Luis Potosí.

Los suelos analizados contenían carbonato de calcio, aunque el porcentaje varió considerablemente en las áreas; de tal manera que en colonias como La India se determinó un muy alto contenido de CaCO3 (80%), mientras que en 30% de las áreas fue muy bajo (<10%), y en el resto los valores fluctuaron de 15% a 60%.

Análisis de componentes principales (PCA)

El análisis de componentes principales se hizo para los 36 sitios evaluados e incluyó todas las variables edáficas. A fin de mostrar un diagrama claro del análisis, se omitieron aquéllas que tuvieron una contribución menor a la discriminación de las áreas del diagrama (Figura 1): pH, pendiente, densidad aparente, contenido de arcilla y de limo. Las variables consideradas fueron carbonato de calcio, materia orgánica, altitud, conductividad eléctrica y contenido de yeso.

Los resultados del análisis de componentes principales indica que el eje 1 explica 98.2% de las diferencias entre los suelos de las colonias evaluadas. Por lo tanto, a la derecha de la línea vertical (Figura 1) están aquellos con el mayor contenido de yeso, que correlacionaron con los valores más altos de conductividad eléctrica (EC). En el lado izquierdo se agrupan las colonias cuyos suelos tienen carbonato de calcio, pero no yeso; estos se asocian con altitudes superiores, así como con gran contenido de materia orgánica que las ubicadas del lado derecho del diagrama.

Todos los suelos de las colonias localizadas en el estado de San Luis Potosí presentaron un alto contenido de yeso como sucedió con las seis de Coahuila, cinco de las cuales estuvieron asentadas por debajo de los 2 000 m y únicamente una por encima de dicha cota. La mayoría de las que pertenecen a Nuevo León están reunidas en el lado derecho del eje en la Figura 1, y corresponden a las que contienen yeso. Solo dos colonias de Nuevo León revelaron alto contenido de carbonato de calcio y nada de yeso: El Guerrero (26) y Ciénega del Toro (24). La Soledad (10) y Las Puyas (30) registraron altos contenidos tanto de yeso como de carbonato de calcio; por lo tanto, están segregadas del resto en la esquina izquierda del diagrama.

 

CONCLUSIÓN

Los resultados mostraron que los suelos se pueden dividir en dos grandes grupos, ambos proveedores de hábitat para el perrito de las praderas mexicano: i) los suelos con alto contenido de yeso y de bajo o nulo contenido de carbonato de calcio, y ii) los suelos con un alto contenido de carbonato de calcio y sin yeso. Los suelos del primer grupo se encuentran en altitudes inferiores a 2 000 m, mientras que los del segundo grupo se ubican por encima de 2 000 m. Estos resultados apoyan la hipótesis de que el perrito de las praderas mexicana ocupa al menos dos hábitats diferentes: aquellos en los que el yeso está presente y los que tienen un alto contenido de carbonato de calcio sin yeso.

 

REFERENCIAS

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