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Revista mexicana de ciencias forestales

versión impresa ISSN 2007-1132

Rev. mex. de cienc. forestales vol.3 no.14 México nov./dic. 2012

 

Artículos

 

Calidad de planta producida en los viveros forestales de Jalisco

 

Quality of plants produced in forest nurseries in Jalisco

 

Agustín Rueda Sánchez1, Juan de Dios Benavides Solorio1, J. Ángel Prieto-Ruiz2, J. Trinidad Sáenz Reyez3, Gabriela Orozco-Gutiérrez3 y Alicia Molina Castañeda1

 

1 CE. Altos de Jalisco. CIR Pacífico Centro. INIFAP. Correo-e:rueda.agustin@inifap.gob.mx

2 CE. Valle del Guadiana. CIR Norte Centro. INIFAP.

3 CE. Uruapan. CIR Pacífico Centro. INIFAP.

 

Fecha de recepción: 13 de octubre de 2011;
Fecha de aceptación: 30 de noviembre de 2012.

 

RESUMEN

En México se ha dado un fuerte impulso al establecimiento de plantaciones forestales, pero los resultados obtenidos son poco satisfactorios debido a la baja supervivencia del arbolado que se logra. Una de las causas principales de este desenlace es la calidad de la planta utilizada. En el presente trabajo se describe la evaluación de ese material, la cual se llevó a cabo en ocho viveros forestales del estado de Jalisco, los que produjeron especies de climas templado y tropical durante 2008 para los programas de reforestación y plantaciones comerciales de la Comisión Nacional Forestal. Se consideraron los siguientes parámetros: altura, diámetro del cuello de la raíz, biomasa en seco de las porciones aérea y radical; así como los contenidos porcentuales de carbono, fósforo, nitrógeno, potasio y lignina. Los resultados indican que la plantas producidas de latifoliadas y de coníferas son de calidad media, de acuerdo a los estándares sugeridos. Las variables mejor calificadas fueron el contenido de lignina y fósforo, mientras que lo opuesto se verificó con la relación biomasa aérea seca/biomasa radical seca. Se recomienda hacer trabajos que orienten a los productores a la adopción de técnicas para incrementar el desarrollo del sistema radicular; y, por otro lado, dar seguimiento a las plantaciones ya establecidas, con el fin de validar la información aportada por la evaluación de calidad.

Palabras clave: Atributos morfológicos, calidad de planta, índices de calidad, producción de planta forestal, supervivencia en campo, viveros forestales.

 

ABSTRACT

While there has been an increasing effort to establish forest plantations in Mexico, satisfactory results have not been achieved due to the low survival within the stands. One of the main causes is the quality of the plant used. The following study describes the plant quality assessment performed on 8 different forest nurseries in the state of Jalisco, Mexico, which produced plant species of tropical and temperate climates as part of the reforestation programs and commercial plantations done by CONAFOR on 2008. Plant quality was defined as high, medium or low according to quality parameters of height, root-neck diameter, shoot root ratio and the content of N, P, K, C and lignin. Results show that, in its majority, the quality of the plant produced, for both hardwood and softwood species, is average according to the suggested standards. Variables with the best quality were the phosphorous and lignin per cent contents, while those with the lowest quality were dry biomass in the aerial and radical parts. It is recommended that further investigations focus on the techniques required to improve the quality of the shoot: root ratio. It is also suggested to continue with the plant quality appraisal in this and other forest nurseries, giving the proper follow-up plantations already established, in order to validate the information provided by the plant quality assessment.

Key words: Field survival, forest nurseries, forest seedling production, plant quality indexes, morphological attributes, plant quality assessment.

 

INTRODUCCIÓN

Desde la creación de la Comisión Nacional Forestal (Conafor) en el año 2001, en México se ha dado un fuerte impulso a las plantaciones forestales comerciales para el avance de la industria, así como de restauración ecológica. Sin embargo, su éxito se ha obstaculizado por la baja supervivencia del arbolado (UACh, 2007, 2010; COLPOS, 2008; UANL, 2009). Su establecimiento y desarrollo dependen de las condiciones ambientales, de las labores culturales aplicadas y del uso de plantas de alta calidad (Birchler et al., 1998; Prieto et al., 2003). Esta necesidad ha motivado el perfeccionamiento de métodos para evaluar la calidad del material vegetal producido en los viveros forestales, a partir de la medición de atributos morfológicos y fisiológicos relacionados con la supervivencia y el crecimiento de las plantas en el campo (Sutton, 1979; Chavasse, 1980; Rose et al., 1990; Folk y Grossnickel, 1997; Toral, 1997; Prieto et al., 2003).

La calidad de planta se define como la capacidad que tienen los individuos para adaptarse y desarrollarse en las condiciones climáticas y edáficas del sitio donde se establecen (Rodríguez, 2008), la cual obedece a las características genéticas del germoplasma y a las técnicas utilizadas para su reproducción (Prieto et al., 2009). No obstante la importancia de ese concepto, son pocos los productores forestales que realizan una evaluación para controlar la calidad de la planta que producen (Prieto et al., 2003). Por lo tanto, conocer los factores morfológicos y fisiológicos que influyen en la calidad de planta producida en vivero, debe ser una prioridad de los agentes involucrados en los programas relacionados con el establecimiento de plantaciones forestales.

En esta investigación se determinaron las características morfológicas de la planta producida en ocho viveros del estado de Jalisco durante el ciclo 2007-2008, con el fin de describir y valorar su calidad. Se espera que la información generada contribuya a mejorar los procesos productivos y, a su vez, la supervivencia de los ejemplares en las plantaciones forestales de la entidad.

 

MATERIALES Y MÉTODOS

Los viveros forestales en los que se trabajó están ubicados en cinco municipios de Jalisco: en Ameca se consideraron los viveros A1 y Gran Pro; en Jamay, los de Forestal de Occidente, Productores de Planta y Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA); en Sayula, el de Viforesa; en Zapopan, el de Centinela; y en Zapotlán el Grande, el de Masvi. En cada uno se recopiló información sobre las características generales del sistema de producción. Además, a finales del ciclo, previo a la salida de las plantas a campo, entre julio y agosto de 2008, se evaluaron características morfológicas de especies de coníferas y de latifoliadas, tanto de clima templado como tropical. Al primer grupo correspondieron: Cupressus lusitanica Mill., Pinus devoniana Lindl., P. douglasiana Martínez, P. greggii Engelm. ex Parl., P. oocarpa Schiede y P. pseudostrobus, Lindl; mientras que al segundo: Eucalyptus globulus Labill, de clima templado; y del tropical Cedrela odorata L., Enterolobium cyclocarpum (Jacq.) Griseb., Eysenhardtia polystachya (Ortega) Sarg, Leucaena leucocephala (Lam.) de Wit, Pithecellobium dulce (Roxb.) Benth., Prosopis juliflora (Sw.) DC., Roseodendron donnell-smithii (Rose) Miranda, Tabebuia rosea (Bertol.) Bertero ex A. DC.

La toma de datos se efectuó mediante un muestreo al azar de 0.15% de la planta producida por vivero y por especie. Dicha intensidad se definió por medio de un premuestreo en las variables altura y diámetro, con una confiabilidad de 95%. En cada sitio se registraron altura (cm), diámetro del cuello de la raíz (mm) y biomasa (g) en húmedo y en seco de la parte aérea y de la raíz, para lo cual se deshidrataron las plantas a 70° C durante 72 h. Las variables mencionadas permitieron calcular los siguientes índices: relación biomasa seca aérea/biomasa seca raíz (BSA/BSR); relación altura/diámetro o índice de robustez (IR) e índice de calidad de Dickson (ICD) que reúne varios atributos morfológicos (altura, diámetro, peso seco y peso fresco) en un solo valor (Dickson et al., 1960; Prieto et al., 2003), y se calcula con la fórmula:

Por medio del análisis de las muestras de tejido del tallo y follaje realizado en el laboratorio de bromatología del Campo Experimental "Tecomán" del CIR Pacífico Centro del INIFAP, se obtuvieron los contenidos porcentuales de nitrógeno (N), carbono (C), potasio (K), fósforo (P) y lignina. La cuantificación de N y C se llevó a cabo con equipo LECO TruSpec; la de K, con el método espectrofotométrico de absorción atómica; la de P, con el método colorimétrico de molibdovanadato de amonio; y la de lignina, mediante la digestión de fibra detergente ácido.

Asimismo, se calcularon los estadísticos descriptivos media y error estándar. Para cada variable se evaluaron los promedios con intervalos de calidad alta "A", media "M" y baja "B", de acuerdo a lo propuesto por CONAFOR (2009) y Sáenz et al. (2010) para coníferas y latifoliadas de climas templado y tropical. También se tomaron en cuenta los parámetros de calidad de planta definidos por Santiago et al. (2007), específicamente para especies de árboles tropicales. Los intervalos para calificar la calidad de la planta se muestran en el Cuadro 1.

La calidad de planta se determinó con base en todos los parámetros evaluados en tres niveles: alta, media y baja. La alta se asignó a partir de la ausencia absoluta de características no deseables; es decir, las componentes de interés se dispusieron en la categoría "A", aunque se consideraron aceptables hasta tres valores "M", pero ninguno "B". La calidad media incluyó plantas con valores de calidad "A" en menor proporción y admitió hasta cinco valores "M" y una variable con calidad "B". Por último, la planta de calidad baja incluyó aquella que presentó más de un valor de calidad "B"; esta no se estimó como apta para plantarse por no ofrecer elementos que garantizaran una buena supervivencia

 

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Características de los viveros

Todos los viveros revisados producen la planta en contenedor, a cielo abierto y cuentan con cubiertas de malla que proporcionan sombra; sin embargo, difieren en algunas características de los sistemas de producción: Viforesa y Productores de Occidente se consideraron rústicos; los de SEDENA y Forestal de Occidente, medianamente tecnificados; y El Centinela, altamente tecnificado. El germoplasma que utilizan proviene en gran parte de distribuidores particulares; no obstante, viveros como El Centinela y Forestal de Occidente en ocasiones realizan recolectas propias. En general, se tiene registro de la fecha, el sitio y el porcentaje de germinación de las semillas, aunque únicamente El Centinela, Masvi y Viforesa efectúan pruebas de calidad.

La incorporación de hongos micorrizógenos es una práctica común y en la mayoría el sustrato empleado está compuesto por composta de corteza de pino y peat moss en partes iguales, a excepción del vivero Masvi, donde solo se maneja la composta de corteza. No se hacen análisis para conocer la concentración de nutrimentos en el sustrato.

La mayoría de los viveros usan contenedores de 77 cavidades; solamente en el de Masvi se emplean de 60 cavidades y en el A1, charolas de 112 cavidades para la especie Pinus oocarpa.

 

Vivero Forestal A1

A partir de los parámetros de calidad sugeridos por Santiago et al. (2007), CONAFOR (2009) y Sáenz et al. (2010) la calidad de planta se consideró media para Leucaena leucocephala, Pinus devoniana y P. oocarpa; y baja para Cedrela odorata, Pinus greggii y P. pseudostrobus (cuadros 2 y 3). El índice de calidad de Dickson, que integra los parámetros de altura, diámetro y peso resultó con valores de calidad "M" en seis de las siete especies evaluadas, solo Pinus devoniana fue de calidad "A" (Hunt, 1990; CONAFOR, 2009).

La relación entre la biomasa seca de la parte aérea y de la porción radical en ningún caso presentó valores dentro del intervalo recomendado; no obstante, se observó una mejor proporción entre la biomasa del tallo y del sistema radical de los taxa tropicales (cuadros 1 y 2). Estos resultados indican la existencia de raíces poco desarrolladas en relación con la parte aérea de las plantas, característica que puede disminuir la resistencia al estrés hídrico en campo (Prieto et al., 2009). Las especies más robustas, y por ende, con más resistencia al doblamiento fueron Cedrela odorata, Pinus devoniana y P. oocarpa, seguidas de P. douglasiana y P. pseudostrobus. En cambio, Leucaena leucocephala y Pinus greggii se consideraron de baja calidad para esta variable (Cuadro 2).

El contenido de nitrógeno, potasio y fósforo fue satisfactorio en la mayoría de las especies (Cuadro 3); solo la de nitrógeno, elemento muy relacionado con el crecimiento y la resistencia al frío, estuvo por debajo del nivel óptimo (Landis, 1985; Toral, 1997; Zeiger, 2006) en Pinus devoniana y P. douglasiana. La calidad de los tejidos se estimó apropiada, excepto para Cedrela odorata y Leucaena leucocephala, cuya concentración de carbono y lignina, respectivamente, estuvo por debajo del intervalo sugerido.

 

Vivero Forestal Gran Pro

Las seis especies evaluadas en el vivero Gran Pro se clasificaron como de calidad media, ya que tanto las latifoliadas de clima tropical como las coníferas, mostraron un sistema radical poco desarrollado con respecto al tallo (Prieto et al., 2009) (cuadros 2 y 3). En general, la robustez fue correcta; únicamente Enterolobium cyclocarpum y Pinus douglasiana registraron valores por debajo del óptimo recomendado (cuadros 1 y 2). Por su parte, el ICD fue de calidad "M" en los taxa tropicales y "A" en los pinos. La concentración de los elementos N, P y K fue apropiada en todos los casos, indicador de un buen control en los ciclos de fertilización (Cuadro 3). El porcentaje de lignina resultó el esperado, aunque existieron marcadas diferencias en relación con la edad. En cambio, la concentración de carbono en las especies tropicales, que fueron de menor edad, fue menor al intervalo aceptado.

 

Vivero Forestal de Occidente

De acuerdo a los atributos morfológicos medidos y a los parámetros de calidad obtenidos en la evaluación, Eysenhardtia polystachya, Leucaena leucocephala, Pithecellobium dulce y Prosopis juliflora mostraron un mayor número de características deseables que las especies de clima templado, aunque su calidad global no se consideró alta (Santiago et al., 2007; CONAFOR, 2009; Sáenz et al., 2010) (cuadros 2 y 3).

En contraste con otros viveros en los que la proporción desequilibrada en la biomasa de la parte aérea y de la raíz fue una constante en todas o la mayoría de las especies, en este vivero se estimó de calidad "A" para las latifoliadas de antes mencionadas, lo que puede ser indicativo de que es posible obtener mejores resultados para esta variable en otros viveros (Cuadro 2).

A excepción de Pinus devoniana, la planta se consideró ahilada, y por tanto, poco resistente al doblamiento (Cuadro 2). El desequilibrio en la altura y el diámetro fue más notorio en Eysenhardtia polystachya, Eucalyptus globulus y Pinus greggii, cuyo IR superó el intervalo de calidad propuesto por Hunt (1990), quien estima apropiadas las relaciones iguales o menores a ocho. El diámetro de las especies afectadas podría incrementarse y mejorar el IR con una reducción de la densidad de producción (Mexal y Landis, 1990; Birchler et al., 1998). Pese a que la lignina tuvo una concentración óptima en todos los casos, el porcentaje de carbono fue de calidad "M" en las latifoliadas y de calidad "A" en los pinos (Cuadro 3).

La concentración de los nutrimentos entre taxa fue heterogénea, a diferencia de otros viveros donde resultó más homogénea. El contenido de nitrógeno y potasio fue correcto en las tropicales e insuficiente en las de pino. Eysenhardtia polystachya, Prosopis juliflora y Pinus greggii tuvieron una ligera deficiencia de fósforo (Landis, 1985) (Cuadro 3).

 

Vivero Productores de Planta

La calidad de planta para Pinus oocarpa y P. devoniana se clasificó como media. Sin embargo, ambas alcanzaron valores ICD superiores a 0.5, es decir de buena calidad, y presentaron un mejor desarrollo del sistema radicular respecto a la mayoría de las especies estudiadas en los otros viveros (Cuadro 2). El diámetro y la robustez fueron apropiados para Pinus devoniana, taxon de crecimiento cespitoso, mientras que la calidad de estos atributos se clasificó como "M" en P. oocarpa (Cuadro 2). En estas especies se cumplieron los requerimientos de P, pero registraron deficiencias en la concentración de N y K en relación con los intervalos óptimos para dichos nutrimentos, los cuales fluctúan entre 1.3 - 3.5% y 0.7 - 2.5%, respectivamente (Landis, 1985; Toral, 1997). La deficiencia en esos elementos puede repercutir en las plantas de modo que reduzcan su crecimiento, tasa de lignificación y resistencia a la sequía (Foucard, 1997). La calidad de los tejidos fue óptima según la concentración de carbono y de lignina registradas, pero el contenido para el último compuesto fue notablemente mayor en P. oocarpa (Cuadro 3).

 

Vivero Forestal SEDENA

Con base en los valores de los atributos morfológicos y en la integración de las variables, las plantas de Enterolobium cyclocarpum y Cedrela odorata calificaron con calidad baja y las de Leucaena leucocephala y Cupressus lusitanica con calidad media (cuadros 2 y 3).

Las plantas de clima tropical se consideraron robustas de acuerdo a los valores calculados del IR. En contraparte, Cupressus lusitanica obtuvo una proporción inadecuada entre la altura y el diámetro, lo que podría ocasionar una menor resistencia al doblamiento (Toral, 1997); sin embargo, fue la que reunió más características deseables en el vivero. Uno de los parámetros evaluados con mejor calidad en esta especie fue la relación BSA/BSR. También se consideró de calidad "A" en Leucaena leucocephala.

Por otra parte, esta proporción fue desequilibrada para Cedrela odorata y Enterolobium cyclocarpum del vivero SEDENA, lo que fue extensivo para la mayoría de las plantas estudiadas en otros viveros (Cuadro 2).

En general, se satisficieron los requerimientos nutrimentales de la planta producida y solo se determinaron deficiencias de nitrógeno en los tejidos de Leucaena leucocephala y Cupressus lusitanica (Cuadro 3). Pese a que el carbono no tuvo la concentración óptima en todos los casos, se mantuvo muy cercana al intervalo recomendado (cuadros 2 y 3). Los valores de lignina fueron notablemente bajos en Enterolobium cyclocarpum, aunque tuvo una edad muy similar a la del resto de las especies producidas en este vivero, las cuales mostraron una concentración de lignina correcta (Cuadro 3).

 

Vivero Forestal Viforesa

Se evaluaron únicamente especies de Pinus, cuya calidad varió entre media y baja (cuadros 2 y 3), y en todas ellas se consignó un desequilibrio entre la parte aérea y el sistema radical. A pesar de que el diámetro de las plantas fue bueno en cuatro de las cinco especies, el índice de robustez tuvo una relación poco proporcionada entre la altura y el diámetro, en particular, el de Pinus greggii y, en menor medida, el de P. douglasiana y P. oocarpa. P. devoniana, de crecimiento cespitoso, alcanzó una altura, diámetro y robustez satisfactorios, y un ICD con calidad "A". En las demás especies correspondió a la calidad "M" (Cuadro 2).

En todos los casos el porcentaje de lignina se ubicó en el criterio de calidad "A", según los estándares empleados y propuestos por Sáenz et al., (2009). Aunque, en P. devoniana la concentración del compuesto no estuvo dentro del intervalo recomendado para las coníferas por Díaz–Vaz (2003), que va del 25 al 31 %.

La concentración de carbono se aproximó al óptimo en los tejidos analizados de las diferentes especies (Landis, 1985; Zeiger, 2006) (Cuadro 3).

En relación con los resultados de los valores medios en la asimilación de los macro nutrientes N, P y K, en general, las especies evaluadas presentaron valores situados dentro de los parámetros de calidad "A"; además, tuvieron poca variación (Cuadro 3); solo Pinus pseudostrobus presentó una marcada deficiencia de potasio, lo que podría originar, en el futuro, una mala lignificación. Del mismo modo, P. devoniana mostró una ligera deficiencia en nitrógeno con relación al intervalo óptimo sugerido: 1.3 a 3.5% (Landis, 1985).

 

Vivero Forestal Masvi

Pinus devoniana, P. douglasiana y P. pseudostrobus se calificaron con calidad media; mientras que P. greggii y P. oocarpa, con calidad baja (cuadros 2 y 3). En todas se estimaron valores elevados en la variable morfológica relación biomasa parte aérea/sistema radical, lo cual indica una proporción no equilibrada y la existencia de un sistema radicular insuficiente para proveer energía a la parte aérea de la planta (Prieto et al., 2009). Otra variable con calidad "B" fue el índice de robustez en P. greggii y P. oocarpa, plantas delgadas con una proporción no equilibrada entre la altura y el diámetro basal. Dicha relación puede mejorarse al reducir el crecimiento apical, si se disminuye la densidad de plantas en el vivero.

La calidad de los tejidos, definida por la concentración de carbono y lignina, fue satisfactoria de acuerdo a los parámetros de calidad definidos para este estudio; sin embargo, solo P. pseudostrobus se ajustó al intervalo de concentración de lignina recomendado para las coníferas por Díaz-Vaz (2003).

En Pinus douglasiana, P. oocarpa y P. pseudostrobus se detectaron niveles bajos de nitrógeno y se observó una reducción del potasio en todas las especies, aunque la concentración de fósforo fue óptima. Las deficiencias nutrimentales registradas pueden generar tallos y raíces delgados, raíces con poca ramificación y disminución de las tasas de crecimiento y de lignificación (Foucard, 1997). A efecto de abatir dichas carencias se propone adicionar mayores cantidades de estos elementos en el sustrato o en las aplicaciones de los riegos.

 

Vivero Forestal El Centinela

A partir del conjunto de atributos morfológicos evaluados, la calidad de planta de Pinus devoniana, con siete meses de edad, se clasificó como baja (cuadros 2 y 3) debido a que mostró una relación notablemente desequilibrada entre las porciones apical y radical; asimismo, existieron deficiencias de nitrógeno. Con base en su tipo de crecimiento, su robustez fue correcta y el ICD se consideró óptimo (Cuadro 3). Aunque la concentración de lignina fue buena, el porcentaje de carbono se consideró de calidad "M" (Díaz-Vaz, 2003) (cuadros 1 y 3). En consecuencia, si aumenta la disponibilidad de nitrógeno y mejora la relación BSA/BSR, la planta podría ser apta para utilizarse en plantaciones forestales.

De los 37 taxa evaluados en el estudio, 23 fueron de coníferas, cuya edad varió entre cuatro y ocho meses; 13 taxa son latifoliadas de clima tropical, con edades entre tres y seis meses; solo Eucalyptus globulus en el vivero Forestal de Occidente representó al grupo de latifoliadas de clima templado, con tres meses. A ninguna de las especies evaluadas en los diferentes viveros se les otorgó calidad alta. De las coníferas 52% se ponderaron de calidad media; mientras que 48% de calidad baja. En el caso de las tropicales, un mayor porcentaje de las plantas tuvo calidad media (77%) (cuadros 2 y 3).

Aunque el vivero Gran Pro no es de los mejor tecnificados fue el único en el que todas sus especies alcanzaron la calidad "M". En los otros viveros tampoco se advirtió una relación entre la calidad de la planta y el grado de tecnificación.

Al comparar el comportamiento de una misma especie en diferentes viveros se observó que solamente Pinus devoniana mejoró su calidad global con la edad. P. douglasiana y Leucaena leucocephala, producidas en cuatro y tres viveros forestales respectivamente fueron calificadas con calidad global media en todos los casos; en cambio Pinus greggii, cultivada en cuatro viveros, obtuvo cuatro evaluaciones de calidad baja global (cuadros 2 y 3). Es interesante notar que para esta especie tanto el índice de robustez como la relación BSA/BSR fueron ponderadas, de manera consistente, con calidad "B".

Los parámetros con mejor calidad en todos los casos fueron el contenido de fósforo y de lignina. Esta última se relaciona con la calidad y la dureza de los tejidos, y a concentraciones altas confiere mayor resistencia ante daños físicos por doblamiento y ataque de herbívoros (Toral, 1997). Por otro lado, los niveles adecuados de fósforo contribuyen al desarrollo del sistema radical (Foucard, 1997). No obstante, la relación BSA/BSR, que refleja el balance entre la parte transpirante y la absorbente fue el parámetro morfológico calificado con calidad menor, ya que una alta proporción de las especies rebasaron el intervalo óptimo sugerido por Prieto et al. (2003). Además, dichos autores afirman que los valores superiores a 2.5 para esta variable son indicativo de un sistema radical insuficiente para proveer de energía a la parte aérea de la planta (Prieto et al., 2009). La relación BSA/BSR puede ser de gran importancia cuando la plantación se ubica en sitios con estacionalidad marcada, donde el factor más influyente sobre la supervivencia en el primer año es una larga y cálida estación seca.

En un estudio efectuado con Cupressus lusitanica, Sánchez y Murillo (2004) observaron que la poda de raíces corrigió su longitud excesiva y promovió el brote de nuevas raíces, con lo que aumentó la densidad del sistema radical. Igualmente, diversos estudios han probado que, en envases de mayor volumen, la biomasa radical, así como el diámetro del cuello de la raíz son significativamente superiores (Cañellas et al., 1999; Domínguez et al., 2000; Prieto et al., 2007). Sin embargo, es importante evaluar el costo beneficio de esta práctica, pues el uso de contenedores de mayor volumen eleva el costo de producción.

Otra variable con una evaluación general sobresaliente fue la altura, parámetro que influye de manera positiva en la capacidad fotosintética. No obstante, diversas investigaciones indican que este componente no se correlaciona por sí solo con la supervivencia, pues las plantas jóvenes de mayor altura con frecuencia exhiben un desequilibrio respecto al diámetro, el cual ocasiona que estén más vulnerables a sufrir daños por el viento (Cortina et al., 1997; Prieto et al., 2003; Orozco et al., 2010). En el presente estudio para 59 % de las especies, el diámetro resultó de calidad media. Esta característica define la robustez del tallo y se asocia con el vigor y la supervivencia en campo. A mayor diámetro, las plantas son más resistentes al doblamiento y toleran mejor el impacto ejercido por plagas y herbívoros (Prieto et al., 2003, 2009) (Cuadro 2).

Para la mayoría de las especies evaluadas en cada vivero, la concentración de los nutrimentos N, P y K fue correcta, según los parámetros empleados. No obstante, 27 % de ellas tuvo una deficiencia de nitrógeno y 21.6 % para el potasio, el cual favorece la lignificación de las plantas y contribuye a mejorar la resistencia a enfermedades (Foucard, 1997).

 

CONCLUSIONES

En general las plantas producidas en los viveros evaluados es de calidad media, por lo que se considera que poseen características suficientes para establecerse en campo.

Aunque ninguno de los viveros forestales presentó planta de calidad alta, el Gran Pro la produjo con mayor número de características deseables. El resto mostraron una proporción similar de especies con calidades media y baja.

La relación entre la biomasa aérea seca y la biomasa radical seca fue la variable con más denominaciones de calidad "B", mientras que la concentración de lignina fue calificada como de calidad alta en el mayor número de especies.

La marcada diferencia de edad entre las latifoliadas y las coníferas no tuvo un efecto notorio sobre la calidad de la planta producida.

Se recomienda aplicar medidas que permitan incrementar el desarrollo del sistema radicular, así como la robustez de las plantas.

Asimismo, se considera conveniente analizar la composición de los sustratos empleados, antes de agregar fertilizantes, y estudiar periódicamente los tejidos de la planta producida para conocer la asimilación de los nutrientes administrados.

En la investigación solo se evaluó la calidad a finales del ciclo de producción en vivero, previamente a la salida de las plantas a campo; no obstante, con el propósito de fortalecer la aportación de conocimientos es necesario dar seguimiento a las plantaciones y extender la evaluación para monitorear los cambios de los atributos morfológicos y fisiológicos de la planta en campo y detectar los más relacionados con la supervivencia en sus diferentes etapas.

 

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