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Revista mexicana de ciencias forestales

versión impresa ISSN 2007-1132

Rev. mex. de cienc. forestales vol.3 no.13 México sep./oct. 2012

 

Ensayo

 

Estrategias para el aprovechamiento sustentable de las orquídeas de México

 

Strategies for the sustainable harvesting of Mexican orchids

 

Rebeca Alicia Menchaca García1, Miguel Ángel Lozano Rodríguez1 y Lorena Sánchez Morales2

 

1 Orquidario Universitario, Centro de Investigaciones Tropicales. Universidad Veracruzana. Correo-e: rebecamenchaca@hotmail.com

2 Maestría en Agroecosistemas Tropicales. Colegio de Postgraduados

 

Fecha de recepción: 1 de mayo de 2012;
Fecha de aceptación: 2 de agosto de 2012.

 

RESUMEN

Las orquídeas mexicanas son uno de los grupos de plantas de mayor interés hortícola en los ámbitos nacional e internacional. Dado que no hay suficientes viveros con planes de manejo y programas de reproducción para satisfacer la demanda que existe de estos organismos, numerosos ejemplares han sido extraídos de su hábitat durante más de 200 años. Se han registrado más de 1,200 especies en México y de ellas, alrededor de 200 están catalogadas con alguna categoría de riesgo. Una de las estrategias de conservación aquí propuestas es promover su aprovechamiento sustentable en las comunidades rurales, mediante el registro de viveros como Unidades de Manejo Ambiental (UMA), lo que permitirá disminuir la presión que ejerce la recolección sobre sus poblaciones. Debido a la dificultad para que sus semillas germinen y el tiempo que se invierte en obtener plantas por división vegetativa, los viveros rurales tienen que estar en coordinación con centros de reproducción masiva, donde se pueden obtener plantas en cantidades suficientes para su comercialización mediante técnicas de micropropagación. Además, es factible propagar materiales selectos con características ornamentales atractivos, los cuales les aportan valor agregado para su venta. En el presente documento se exponen algunas experiencias y se proponen estrategias para el aprovechamiento sustentable de las orquídeas de México.

Palabras clave: Aprovechamiento sustentable, micropropagación, orquídeas, orquidario, PROFEPA, Unidades de Manejo Ambiental.

 

ABSTRACT

Mexican orchids are one of the group of plants of greatest horticolous interest in the national and international scope. Since there are not enough nurseries with a management plans or reproduction programs to satisfy the present demand of these organisms, many samples have been extracted from their habitat during more than 200 years. More than 1,200 species have been recorded in Mexico, and from them, around 200 have been classified under some risk category. One of the conservation strategies here discussed is to promote their sustainable harvesting in rural communities, by the registration of nurseries as Environmental Management Units (UMA, for their acronym in Spanish); this might allow to reduce the pressure upon their population that collection exerts. As it is difficult for their seeds to germinate and the time that is invested in obtaining plants by asexual division, rural nurseries must be in coordination with massive reproduction centers, where they could get, enough amounts of plants for their commercialization. Besides this, it is feasible to propagate selected materials with attractive ornamental elements which provide additional value for their trade. In this paper are exposed some experiences and strategies are proposed for the sustainable harvesting of orchids of Mexico.

Key words: Sustainable harvesting, micro-propagation, orchids, orchidarium, PROFEPA, Environmental Managements Units.

 

A la fecha se han identificado 30,000 especies de orquídeas en el mundo y en México más de 1,200 (Hágsater et al., 2005) (Figura 1); de ellas, aproximadamente, 200 están en alguna categoría de riesgo: amenazadas, o en peligro de extinción (SEMARNAT, 2010). Respecto a su hábitat, 60% de los taxa se desarrollan en el bosque de niebla, ecosistema que ocupa solo 1% del territorio nacional. En México, las regiones más ricas en orquídeas se localizan en la zona de Puerto Vallarta y la Sierra de Manantlán, en Jalisco; Temascaltepec, Estado de México; el sistema Teotepec, en Guerrero; la Sierra Juárez, la región de Teojomulco y Los Chimalapas en Oaxaca; y en la región Lacandona, así como en la Sierra Madre de Chiapas (Soto y Salazar, 2004).

La región con mayor riqueza de especies se ubica en la selva baja de Montebello, Chiapas, con 90 taxa por hectárea (Soto Arenas y Salazar, 2004). La pérdida y transformación de los bosques ponen en riesgo a las orquídeas que crecen en ellos, razón por la cual es importante su reconocimiento como un producto forestal no maderable que puede ser aprovechado por las comunidades rurales.

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, 2005), define a los productos forestales no maderables (PFNM) como aquellos recursos de origen biológico, distintos de la madera, que se obtienen de los bosques (animales, hongos, frutos, gomas, resinas, plantas medicinales, productos artesanales y ornamentales). Dada la amplia variedad de PFNM que se generan en los ecosistemas, estos constituyen importantes alternativas económicas, alimentarias, ambientales y culturales para promover la diversificación de las actividades productivas campesinas que, además, contribuyan a la conservación de los recursos naturales (De la Peña, 2001). Las orquídeas forman parte de este tipo de productos y los ingresos que genera su aprovechamiento, benefician a la población rural de manera relevante (Ávalos-Romero, 2001).

La comercialización legal de las especies silvestres incluidas en la NOM-059-SEMARNAT-2010 se debe llevar a cabo a partir de individuos procedentes de una unidad de manejo ambiental (UMA), cuyo establecimiento se requiere de la autorización de la Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales, a través de su Dirección General de Vida Silvestre que certificará, en el caso de las orquídeas, su reproducción y con ello evitar la sobreexplotación de los individuos silvestres.

En México, a pesar de poseer una gran biodiversidad, son pocos los viveros autorizados para la propagación de estas plantas.

Las semillas de las orquídeas no poseen reservas, ni cotiledones funcionales y requieren la asociación de un hongo micorrízico específico para germinar, por lo que solo se han documentado porcentajes de germinación entre dos y cinco para las miles de semillas que se producen en cada fruto (Arditti y Ernest, 1993).

Una opción para su propagación son las técnicas de micropropagación que utilizan medios de cultivo seleccionados, las que permiten producir un gran número de plantas, pues los nutrimentos adicionados sustituyen la función del micobionte. Con estos métodos se obtiene un porcentaje de germinación del 80 al 100%; por lo tanto, es recomendable que los viveros rurales se coordinen con laboratorios de reproducción masiva de orquídeas, y, así, se garantice una tasa de aprovechamiento mayor, con una oferta superior de individuos por año. Dicha vinculación favorece la selección de ejemplares con características sobresalientes que tienen más aceptación comercial, en comparación con los ejemplares silvestres, con lo que se protege a las poblaciones naturales y el aprovechamiento de orquídeas se realiza de manera sustentable.

Algunas UMA dedicadas a la conservación de orquídeas son el Vivero Anatólia (Coatepec, Ver.), La Selva (Catemaco, Ver), Nace el Río (Actopan, Ver), La Joya de Guadalupe (Atlixco, Pue.) y el vivero La Encantada (Oaxaca, Oax); las cuales además incluyen la mejora de capacidades humanas para cumplir con sus objetivos. Con todo ello se promueve el progreso local (familiar o comunitario), definido como: "…una acción coordinada y sistemática que, en respuesta a las necesidades o a la demanda social trata de organizar el progreso de un territorio bien delimitado o de una población-objetivo, con la participación de los interesados…" (Rezsohazy, 1988). En este contexto el vivero La Joya de Guadalupe es un ejemplo de actividades productivas redituables, pues se contrata a mujeres de las localidades cercanas para trabajar dentro del orquidario. De igual manera, el vivero La Selva contribuye al progreso económico familiar y a la generación de empleos en la comunidad.

Así, la utilización de las orquídeas como PFNM funciona como eje fundamental en el desarrollo de recursos humanos, cuya participación activa en procesos que ofrecen herramientas para satisfacer diversas necesidades, le brinda potencialidad y dirección al crecimiento económico local, y a la vez, se protegen los recursos naturales.

Las actividades conducentes a la preservación y propagación de especies de orquídeas se llevan a cabo en el Orquidario de la Universidad Veracruzana desde 2003, bajo el entendido de que representan una estrategia para revalorarlas como un recurso forestal no maderable. El proyecto de Microprogación de Orquídeas se inició ese mismo año y es financiado por el fondo sectorial CONACYT-CONAFOR. Desde entonces se realizan numerosas investigaciones con recursos de ambas instituciones y el Sistema Nacional de Recursos Fitogenéticos (SINAREFI), todos encaminados a la conservación de las orquídeas, su micropropagación y la vinculación con productores para el establecimiento de Unidades de Manejo Ambiental (UMA)para su aprovechamiento sustentable.

 

Obtención del germoplasma

La fuente de germoplasma es un factor muy importante para los viveristas, para las colecciones de plantas y, en consecuencia, para las UMA. En muchas comunidades, el cultivo de vegetales ornamentales es una tradición muy arraigada y pueden contar con germoplasma único, como el caso de los productores en Hidalgo que cultivan en sus casas plantas de Laelia gouldiana Rchb.f. (Figura 2), lo que ha permitido la conservación de la especie, ya que se cita como extinta en su hábitat natural.

Un aspecto relevante para la creación de estas colecciones es tomar en cuenta las plantas presentes en la comunidad, y no optar por extraer organismos del ecosistema, además de que su recolección requiere de la expedición de los permisos correspondientes. Otra opción para aumentar el número de ejemplares consiste en que una vez conformada la UMA, entidades como la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) entreguen en resguardo las plantas decomisadas, como es el caso de la UMA Orquidario Universitario, el cual es depositario legal de dicha institución federal. Estas organizaciones utilizan parte del material que reciben como plantas madre para la recolección de semillas y para propagarlas in vitro. Una fuente adicional de semillas son los viveros u otras unidades de manejo ambiental, con las cuales se tienen acuerdos de colaboración. Las semillas se obtienen mediante polinizaciones manuales controladas, y las plantas madre se mantienen en condiciones de vivero el tiempo necesario para que los frutos alcancen su madurez, el cual varía en función de la especie.

 

Micropropagación

A diferencia de otras plantas, las orquídeas no se pueden propagar a través de medios convencionales: sembrar semillas en el suelo o en macetas, regar y esperar a que crezcan, ya que este grupo de organismos dependen para su germinación y desarrollo de una asociación micorrízica.

A nivel comercial, las orquídeas son propagadas con diferentes técnicas bajo condiciones de laboratorio. En general, los métodos consisten en tomar las semillas de frutos maduros aún cerrados, puesto que la dispersión es anemófila. Los frutos se desinfectan con una solución de hipoclorito de sodio al 3%, durante 15 minutos, en seguida y dentro de una campana de flujo laminar, se divide en dos partes, para dejar expuestas las semillas, se toman con una asa o pinza y se colocan en el medio de cultivo. Por último, los recipientes son sellados y puestos bajo condiciones controladas de luz y temperatura, en un cuarto de incubación.

La fase de liberación, de frascos a macetas, se lleva a cabo en cualquier tipo de recipiente que pueda ser cubierto con bolsas de plástico transparente, o tapas transparentes; previamente, se agrega un sustrato compuesto y estéril, por ejemplo, una mezcla de musgo o peat moss, arena de río, o grava volcánica en diferentes proporciones, en función de la especie que se cultive.

En la actualidad se tienen protocolos de micropropagación para Chysis bractescens Lindl., Coryanthes picturata Rchb.f., Encyclia cordigera (Kunth) Dressler, Epidendrum raniferum Lindl., Guarianthe skinneri (Bateman) Dressler et W. E.Higging, Laelia anceps ssp. dawsonii (J. Anderson) Rolfe, Lycaste skinneri Lindl., Rhyncholaelia digbiana (Lindl.) Schltr, Stanhopea oculata Lindl., Stanhopea tigrina Bateman, Sobralia macrantha Lindl., Vanilla insignis Ames, V. planifolia Andrews, V. pompona Schiede, entre otras. Los resultados han sido satisfactorios en cuanto a germinación y aclimatación, excepto para Prosthechea vitellina (Lindl.) W.E.Higgins y Cypripedium irapeanum La Llave & Lex. (Figura 3); sin embargo, se sigue trabajando con estas especies para lograr su propagación in vitro; pues tienen gran potencial como ornamentales y están incluidas en la NOM-059-SEMARNAT-2010.

 

Actividades de vinculación

En el Orquidario Universitario, como en muchas otras unidades de manejo ambiental dedicadas al aprovechamiento de orquídeas, se imparten cursos sobre propagación y micropropagación, así como identificación de especies y se mantiene contacto con viveristas, coleccionistas, estudiantes de todos los niveles educativos, y se han realizado convenios de colaboración con empresas y centros de investigación internacionales.

Vinculación con Unidades de Manejo Ambiental. Hasta el momento se tiene vinculación con cinco unidades de manejo ambiental (Cuadro 1) que mantienen orquídeas con fines de investigación, comerciales y ecoturísticos. De ellas, se ha asesorado y realizado el plan de manejo ambiental al vivero Anatolia y La Selva. Cabe señalar que el Orquidario Universitario también cuenta con su propio plan de manejo.

Así mismo, se han impartido cursos de capacitación, tanto a productores como estudiantes y público en general (Cuadro 2).

Sin duda, las estrategias de conservación in situ de las orquídeas son las más adecuadas para la permanencia de las especies, ya que se preserva la variación genética de las poblaciones (Rivas, 2001); sin embargo, es importante considerar que las áreas naturales están siendo cada vez más afectadas debido a las presiones provocadas por la deforestación y el cambio de uso de suelo, por lo que es conveniente establecer viveros en diferentes tipos de vegetación, registrados como unidades de manejo ambiental, que resguarden y propaguen las especies amenazadas.

Dado lo complejo que resulta la reproducción por semilla de las orquídeas es importante que los viveros se vinculen con centros de propagación masiva, que les proporcionen plántulas suficientes para satisfacer la demanda del mercado.

A futuro las UMA podrían convertirse en una alternativa viable para la diversificación productiva, sobretodo en áreas que ofrecen condiciones ecológicas idóneas para la reproducción de muchas especies de orquídeas con potencial ornamental.

Como parte de las recomendaciones para el aprovechamiento sustentable de estas plantas se propone establecer centros regionales de reproducción. Así, los poseedores de los recursos pueden propagar el material vegetal que crece de manera natural en sus comunidades, ya que estas se encuentran cerca de su hábitat, lo que favorece su desarrollo.

Otra acción relevante consiste en contar con programas de capacitación y asesoría para la conformación de unidades de manejo ambiental en las comunidades; así como, su seguimiento, inspección y vigilancia. Además es importante coordinar a las UMA con las universidades y centros de investigación que producen estas especies masivamente y con ello aumentar la tasa de aprovechamiento. Así mismo se requiere definir áreas de conservación, en donde se distribuyen especies que dependen de un tipo de suelo particular con una especie fúngica especifica y que no han podido ser propagadas ex situ, como Cypripedium irapeanum (Figura 4). Finalmente, cabe destacar que es necesario promover la realización de estudios sobre polinización, micropropagación y adaptación a vivero de especies con potencial ornamental, con el fin de generar guías técnicas para su manejo.

 

AGRADECIMIENTOS

Los autores expresan su agradecimiento a la Comisión Nacional Forestal, al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y al Sistema Nacional de Recursos Fitogenéticos por el financiamiento del proyecto de investigación, vinculación y transferencia de tecnología, denominado Micropropagación de Orquídeas: Una estrategia para revalorizarlas como un recurso forestal no maderable, Clave CONACYT- CONAFOR-2003-C03-10703.

 

REFERENCIAS

Ávalos-Romero, M. 2001. Productos forestales no maderables en América Latina. Costa Rica. Introducción. Santiago de Chile. Proyecto GCP/RLA/133/EC. FAO. Santiago de Chile, Chile. 206 p.         [ Links ]

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