SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.3 número11Aplicación del índice meteorológico de incendios canadiense en un Parque Nacional del centro de MéxicoEvaluación de una plantación de Pinus greggii Engelm. con dos espaciamientos índice de autoresíndice de assuntospesquisa de artigos
Home Pagelista alfabética de periódicos  

Serviços Personalizados

Journal

Artigo

Indicadores

Links relacionados

  • Não possue artigos similaresSimilares em SciELO

Compartilhar


Revista mexicana de ciencias forestales

versão impressa ISSN 2007-1132

Rev. mex. de cienc. forestales vol.3 no.11 México Mai./Jun. 2012

 

Artículos

 

Renta de la tierra y pago de servicios ambientales en la Sierra Norte de Puebla

 

Land renting and payment of environmental services in the Sierra Norte of Puebla

 

Odilia Rojas-López1, Manuel de Jesús González-Guillen1, Armando Gómez- Guerrero1 y José Luis Romo-Lozano2

 

1 Posgrado en Ciencias Forestales, Colegio de Postgraduados. Correo-e: manuelg@colpos.mx

2División de Ciencias Forestales Universidad Autónoma Chapingo

 

Recibido el 23 de mayo de 2011
Aceptado el 16 de abril de 2012

 

Resumen

Con el propósito de generar estrategias que ayuden a tomar decisiones sobre el Programa de Pago de Servicios Ambientales Hidrológicos (PSAH) en los municipios de Chignahuapan y Zacatlán, Puebla se estimó, a través del Método Costo de Oportunidad, la renta de la tierra con uso agrícola, forestal y pecuario, y se determinaron las características químicas de los suelos de aptitud forestal para evaluar los impactos sobre ellas ante los cambios de uso. Los resultados indican que el PSAH no ha sido exitoso en el área de estudio; sin embargo, para que sea atractivo a los propietarios forestales se les debería compensar con al menos $1,516.50 ha-1 año-1, cantidad que representa el costo de oportunidad (CO) de los terrenos con uso potencial forestal que pueda obtenerse por el uso pecuario; mientras que el CO para los agrícola y pecuario correspondió a $1,829.50 ha-1 año-1 que pudiera obtenerse por el uso forestal. El estudio reveló que suelos bajo un uso potencial forestal presentan características de productividad superior y son más aptos para brindar mayor diversidad de servicios ambientales, en contraste con aquellos terrenos que sustentan usos agrícolas y pecuarios. Por tanto, además de la renta de la tierra forestal y de los beneficios derivados de alguna actividad que soporte, es importante que el PSAH considere los costos de los impactos ambientales que se pueden producir ante un cambio de uso potencial de la tierra.

Palabras clave: Aptitud forestal, características químicas del suelo, conflicto de uso, costo de oportunidad, servicio ambiental, uso de la tierra.

 

Abstract

With the purpose to generate strategies for decision making in the Payments for Hydrological Environmental Services Program (PHESP) in Chignahuapan and Zacatlan, Puebla State, this research estimated the forest land rent through the opportunity cost method. Also it was determined the chemical characteristics of soils suitable for forestry under different uses to understand the impacts generated by land use change on the chemical properties of soils. Results indicated that the PHESP has not been successful in the study area. To make this program more attractive for the forest owners, it should compensate them with MEX$1,516.50 ha-1 yr-1 at least. This amount represents the opportunity cost (OC) of forest potential land use obtained from cattle land use. In addition, the OC for the agriculture and cattle potential land uses were MEX $1,829.34 ha-1year-1 from forest land use. Moreover, this study revealed that soils under forest use are more fertile and provide more and diverse environmental services than those under different uses. Thus, in addition to the forest land rent and the net benefits got from some activity over the land, a payment program for environmental services should consider the environmental impacts costs to be produced with a land use change.

Key words: Forest aptitude, soil chemistry characteristics, conflict of use, opportunity cost, environmental service, land use.

 

Introducción

El Pago por Servicios Ambientales (PSA) es un esquema de conservación de los recursos naturales basado en un enfoque de mercado y realizado a través de contratos privados preestablecidos (Landell, 2002; Kelsey et al., 2008). En México, la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) estableció el Programa de PSA Hidrológicos (PSAH) en 2003 para otorgar a los dueños de los bosques un pago compensatorio por la conservación de los mismos (SEMARNAT, 2003). Los PSA también son una estrategia para abatir emisiones de CO2 y contribuir a la mitigación del cambio climático.

En 2003 el PSAH inició pagando $300 y $400 ha-1 año-1 para bosques, selvas y bosques mesófilos de montaña. Actualmente, los montos son de $382, $700, y $1,100 ha-1 año-1 con base a tres áreas de prioridad establecidas por la CONAFOR (SEMARNAT, 2011). Aun cuando los montos de apoyo del PSAH fueron justificados en su momento (Jaramillo, 2004), las evaluaciones al Programa concluyen que las cantidades otorgadas son insuficientes para los propietarios; además de no considerar un pago diferenciado por regiones económicas del país, y que persiste el riesgo de deforestación al finalizar el periodo de apoyo del Programa o, incluso, el desinterés o incertidumbre de los propietarios a pertenecer al mismo (García et al., 2005; UACH-CONAFOR, 2006; CP-CONAFOR, 2008).

A pesar de que en los municipios de Chignahuapan y Zacatlán, localizados en la Sierra Norte de Puebla, se ha aplicado el PSAH, los apoyos se consideran bajos e insuficientes para incentivar de manera significativa la conservación de los bosques y selvas. Los suelos de ambos municipios han perdido una gran parte del horizonte superior (SEMARNAT, 2007), como resultado del cambio de uso del suelo (Bray y Merino, 2005) que los dueños han promovido por un interés racional de maximizar la renta de sus terrenos. Esta se concibe como el ingreso que el propietario está dispuesto a recibir por el alquiler de su tierra, el cual es independiente de la actividad productiva que pueda sostener la misma (Cordero et al., 2003) y sin que se empleen prácticas para su conservación o mejoramiento (Palacios y Sánchez, 2003). En consecuencia, se requieren trabajos de valoración que estimen el importe adecuado de la renta de los terrenos forestales y con ello hacer más efectivas las políticas públicas. La definición técnica de los montos de PSA es importante para garantizar la incidencia de los recursos federales en un cambio de actitud de los productores forestales.

Así, para avalar la provisión de servicios ambientales (SA) a través de un esquema de PSA, se debe compensar a los propietarios de terrenos forestales mediante un pago justo (Rosa et al., 2004). La determinación de esta cantidad es un punto crucial para que ellos consideren rentar sus terrenos con la intención de mantener un uso forestal y realizar actividades de conservación (Muñoz et al., 2008). El pago compensatorio tiene que representar al menos un monto equivalente al que recibirían por el uso de la tierra bajo la actividad más productiva (Scott et al., 1998; Sanjurjo e Islas, 2007).

Kido y Kido (2007) consideran que el método adoptado por los sistemas de PSA es efectuar un pago anual a los usuarios de las tierras participantes, que no sea menor al costo de oportunidad ni mayor al valor del beneficio ofrecido. El cambio de uso del suelo se justifica solo si la nueva actividad iguala o supera el costo de oportunidad del valor generado por los recursos naturales (Castro y Barrantes, 1998). Por ejemplo, si los ingresos por el aprovechamiento de madera superan a los producidos por los SA del bosque, no se justificaría un cambio de uso a la conservación. No obstante, una hectárea de bosque se protegerá o conservará cuando el valor de dicha acción iguale o sea mayor al costo de oportunidad de la madera extraída.

Existen varios métodos para estimar la renta de la tierra de uso forestal (Munashinge, 1992; Dixon et al. 1999; Lambin et al., 2003); por ejemplo, el Método Costo de Oportunidad (MCO), que evalúa el costo de preservar un recurso a través del monto del proyecto propuesto, y se basa en traducir o transformar un beneficio no aprovechado en un costo (Dixon et al., 1999) a precios de mercado real (CONABIO, 1998). El MCO tiene como fundamento el principio de la escasa selección de una alternativa entre dos o más posibles (Azqueta, 1994). Se renuncia a una opción diferente a la elegida cuyo valor representa el costo a pagar, el cual estará en función de la primera mejor alternativa que se rechazó. En esta investigación, el MCO consistió en estimar el ingreso neto que el productor perdería por mantener el uso forestal y no destinarlo a otros que pudieran ser más rentables desde una perspectiva económica, pero que comprometerían la generación de los SA (Machín y Casas, 2006).

El MCO se ha utilizado en diversos estudios relacionados con el PSA (Torres, 2001; Gutiérrez, 2003; Jaramillo, 2004; Kido y Kido, 2007); sin embargo, a nivel regional, como la Sierra Norte de Puebla, existe un conocimiento escaso de su aplicación para estimar el costo de oportunidad de los diferentes usos de la tierra asociados a la producción de SA. Así mismo, se carece de información sobre los impactos en las propiedades químicas del suelo, cuando se cambia el uso forestal de los terrenos.

En el presente trabajo se pretendió, a través del MCO, evaluar la renta de la tierra con usos forestal, agrícola y pecuario, y realizar una comparación con los pagos otorgados a los predios beneficiados por el PSAH para reconocer su eficacia. Además de, conocer cómo las propiedades químicas de los suelos con aptitud forestal se modifican ante un cambio de uso; todo ello en Chignahuapan y Zacatlán, Puebla. Las hipótesis que se plantearon fueron:

H1: La compensación económica que brinda el PSAH a los predios beneficiados cubre la renta del uso del suelo en el área de estudio.

H2: Los suelos de uso forestal en el área estudiada conservan sus propiedades de fertilidad ante un cambio de uso del suelo.

 

Materiales y Métodos

La investigación incluyó tres fases: a) generación de un mapa de conflictos de uso de la tierra; b) estimación de la renta de la tierra con usos agrícola, forestal y pecuario y c) identificación de las características químicas de los suelos de aptitud forestal bajo diferentes usos.

 

Generación de un mapa de conflictos de uso de la tierra

Se obtuvo información del uso actual del suelo de las cartas F14-11 (Pachuca), F14-12 (Poza Rica), E14-2 (Cd. de México) y E14-3 (Veracruz) del conjunto vectorial de la Carta de Uso de la Tierra y Vegetación Serie III del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática. Después, con el programa ArcGis®9-ArcMapTM Versión 9.2 se hizo el corte de la capa de uso de la tierra correspondiente a los dos municipios de interés. A continuación, se categorizaron de nueva cuenta los tipos de vegetación y uso de la tierra actual en los grupos agrícola, forestal y pecuario.

Los mapas potenciales forestal, agrícola y pecuario del área de estudio se obtuvieron del Gobierno del Estado de Puebla en formato imagen (JPG). Estos se georreferenciaron y digitalizaron para crear tres capas vectoriales, una para cada uso, que se unieron para generar una sola carta de uso potencial.

Por último, con la sobreposición de ambos mapas (uso potencial y uso actual) se generó el de conflictos de uso, que muestra de forma espacial las áreas con un uso actual correcto e incorrecto, de acuerdo a su potencialidad.

 

Estimación de la renta de la tierra con usos agrícola, forestal y pecuario

Diseño, construcción, calibración y aplicación de encuestas. Para recolectar datos y estimar la renta de la tierra en los diferentes usos se diseñaron, construyeron, validaron y aplicaron siete tipos de encuestas: productores agrícolas (1); forestales, propiedad privada y social, (2); pecuarios (1); beneficiarios del PSAH, comunidades y particulares, (2); y prestadores de servicios técnicosforestales (1). El Cuadro 1 presenta la estructura general de los cuestionarios aplicados. Las preguntas fueron de opción múltiple y de complementación, y su número varió por encuesta de 22 a 26

Estimación del tamaño de muestra. El número de cuestionarios para cada grupo se calculó con la Ecuación (1) (Gutiérrez, 2009):

Donde:

n=Tamaño de la muestra

N=Tamaño de la población

t2(α,n)=Valor de la distribución t con nivel de confiabilidad del 95%

p=Proporción de la población de interés

q=Proporción complementaria (1-p)

B=Error máximo deseado (precisión)

El total de encuestas aplicadas fue de 156, de las cuales 58 correspondieron a agricultores, 45 a productores pecuarios, 29 a productores forestales, 9 a PSTF y 15 a beneficiarios del PSAH. De estas últimas, 73% se asignaron a ejidos y comunidades (incluido el Presidente del Comisariado) y 27% a propietarios privados apoyados por el PSAH en los años 2004 (80%) y 2005 (20%). La selección de los encuestados se definió con base en la distribución espacial de los terrenos en el mapa de conflictos y con el apoyo de los Padrones de Productores de la región.

Estimación de la renta del uso de la tierra. Los datos derivados de las encuestas se capturaron y ordenaron en una base de datos en Microsoft Office Excel® , por tipo de productor, y se incluyeron los datos referentes a ingresos y costos de los procesos productivos. Con esta información se estimó la renta de la tierra para los usos forestal, agrícola y pecuario.

Identificación de las características químicas de los suelos de aptitud forestal bajo diferentes usos

Se recolectaron muestras de suelo, con base en el mapa de conflictos, en un transecto por cada condición: 1) sin cambio (mismo uso forestal actual que el potencial); 2) cambio de uso de potencial forestal a uso agrícola; y 3) cambio de uso de potencial forestal a pecuario. Lo anterior se realizó para validar de manera estadística las similitudes o diferencias de las propiedades del suelo bajo diferentes usos y mostrar datos comparativos.

El transecto se estableció con una separación de 50 m entre sitios y se repitieron cuatro de ellos para la toma de muestras. En cada uno, se midió la profundidad de la capa de materia orgánica (horizonte "O") compuesta por hojarasca, del material orgánico fresco (Oi) y del material en estado de descomposición (Oa). En el suelo mineral se tomaron dos muestras inalteradas con un muestreador de núcleos de suelo (AMS® con martillo deslizable) para estimar la densidad aparente en profundidades de 0 a 15 cm y de 15 a 30 cm (O'Neill, 2005). De forma adicional, se extrajeron dos muestras en las mismas profundidades para determinar las características químicas del suelo; estas se guardaron en bolsas de plástico y se etiquetaron.

El material recolectado se pesó con una balanza de precisión (Citizen® CY 720, 0.001g) y se secaron en una estufa (Novatech®, HS60) a una temperatura constante de 105 °C para aquellas en las que se determinó la densidad aparente y de 70 °C para las enviadas al laboratorio de Hidrociencias del Colegio de Postgraduados, previamente tamizadas a 2 mm. En estas últimas se obtuvo el pH, materia orgánica, nitratos, amonio, fósforo, capacidad de intercambio catiónico, cationes intercambiables
(calcio, magnesio y potasio) y conductividad eléctrica. En las muestras para densidad aparente se estimó el peso seco del suelo y con el volumen del cilindro del muestreador se calculó la densidad aparente en Mgm-3.

 

Resultados

Conflictos de uso de la tierra

El uso actual de la tierra en Chignahuapan (aproximadamente 51,000 ha) corresponde 70.3% al agrícola, 27.8% forestal, 1.3% pecuario, 0.3% urbano y 0.3% son cuerpos de agua. A pesar de que la superficie total de Zacatlán (26,184.18 ha) es 1.95 veces menor respecto a la de Chignahuapan, los porcentajes del uso actual de la tierra son similares (Cuadro 2). En relación a los usos potenciales en este último municipio predomina el agrícola, que ocupa 55% de su superficie, seguido por el forestal (27%) y el pecuario (18%); para el caso de Zacatlán, se mantiene el orden de importancia con 51%, 43% forestal y 6%, respectivamente (Cuadro 3).

La sobreposición de las capas del uso actual de la tierra y vegetación con las potenciales generó el mapa de conflictos, que muestran las condiciones: sin conflicto y con conflicto por uso agrícola, forestal y pecuario (Figura 1).

Las áreas de Chignahuapan sin conflicto son de 32,573.70 ha (64.18%) y aquellas con conflicto de 18,183.60 ha (35.82%), de estas 23.24% es agrícola, 11.94% forestal y 0.64% pecuario. En contraste, las áreas sin conflicto de Zacatlán ascienden a 17,581.91 ha (67.75%); mientras que, las de conflicto abarcan 8,370.60 ha (32.25%), cuya distribución es de 26.12% para uso agrícola, 5.14% forestal y 1.00% pecuario (Cuadro 4).

De las 13,761.60 ha de superficie de uso potencial forestal para Chignahuapan, (Cuadro 3), 8,133.00 ha (59%) están bajo un uso actual correcto (forestal); sin embargo, 5,474.00 ha (40%) se han convertido a un aprovechamiento agrícola y 154.70 ha (1%) a uno pecuario (Cuadro 4). En cambio, 3,750 ha de uso agrícola y 2,309 ha pecuarias han pasado a ser forestales (Figura 2).

Por otro lado, se realizó una matriz de transición basada en el modelo de Markov (Briseño, 2005) (Cuadro 5), que permitió describir la tasa de cambio entre diferentes usos de la tierra en un periodo equiparable. Por ejemplo, en Chignahuapan se identificó que existe 59% de probabilidad que una hectárea de uso potencial forestal se mantenga en ese uso, 40% que cambie a uno agrícola y 1% al pecuario; sin embargo, en Zacatlán se observó que hay 50% de probabilidad para que una hectárea se mantenga con su uso potencial, 49% de que se modifique al agrícola y 1% al pecuario. Una interpretación parecida se dio a las probabilidades de cambio para los usos potenciales agrícola y pecuario (Cuadro 5).

Usos de la tierra y sus costos de oportunidad

Con los datos de ingresos y costos de producción por hectárea y año procedentes de las encuestas, se estimó el ingreso neto de cada actividad productiva dominante por condición de conflicto (Cuadro 6). Para el caso de los productores agrícolas, el cultivo más importante fue el maíz. Los ingresos en el uso forestal de la tierra se calcularon del valor promedio del crecimiento de los bosques en los municipios estudiados, que correspondió a 2.5 m3 rollo ha-1 año-1 , a este volumen se le aplicó la distribución de productos:70% medidas comerciales, 20% cortas dimensiones, 7% brazuelos (leña) y el resto se consideró desperdicio. En seguida se valoró cada uno a precios del mercado regional: $1200 m-3, $720 m-3 y $250 m-3, respectivamente; lo que dio un total de $2,503.75 para los 2.5 m3 rollo ha-1 año-1. Así mismo, se descontaron los costos de abastecimiento ($250 m-3) y de prestación de servicios técnicos ($27 m-3), los cuales totalizaron $674.25 m-3 del volumen susceptible de extraerse por hectárea. Los productores pecuarios refirieron al ganado ovino como el producto dominante (Cuadro 6).

El costo de oportunidad de los usos potenciales agrícola y pecuario correspondió a $1,829.50 ha-1 año-1, que representa la mejor alternativa (mayores ingresos netos) obtenida por el uso forestal (Cuadro 6). No obstante, el costo de oportunidad más alto estimado para el uso potencial forestal fue de $1,516.50 ha-1 año-1 bajo el uso actual pecuario. Estas cifras reflejan la renta de la tierra para cada uso.

En la figura 3 se ilustra el monto anual al que rentarían los productores una hectárea de terreno, el precio en la región y el valor que ellos aceptarían (Disponibilidad a Aceptar) al venderla. El valor promedio de la tierra de uso forestal está muy por arriba del estimado por el MCO, esta sobrestimación pudiese responder al valor del suelo (bosque) que los terrenos forestales sustentan, además de su productividad y de los SA que tales ecosistemas producen.

La expectativa de los productores agrícolas, en relación a sus cosechas, es que presentarán un decrecimiento; 38% de los productores pecuarios indicaron que esperan una disminución en la producción y 34% que permanezca constante. Por otra parte, 55% de los productores forestales (privados y ejidos) perciben que su producción será constante. El resultado de esa tendencia impactará a las ganancias económicas calculadas. En efecto, 53% de los agricultores consideran que las ganancias estimadas decrecerán; mientras que 40% de los productores pecuarios y 45% de los forestales opinan que se mantendrán sin cambio alguno.

Los entrevistados opinan (50.52%) que para disminuir el cambio de uso de la tierra se requiere incrementar la vigilancia en las áreas forestales, para 16.49% se deben reforestar los sitios en donde existe degradación y 8.25% menciona la necesidad de dar mayor apoyo a los productores forestales para la conservación, restauración y manejo de sus bosques. En relación al PSAH, 67% de los beneficiarios decidieron participar en el programa para conservar el bosque y 20% para darle un uso a su predio, ya que antes del apoyo estaba abandonado. Por otro lado, 58% de los encuestados perciben que las condiciones de conservación son mejores en las propiedades inscritas en el PSAH en comparación con aquellas que no lo están.

Los recursos del Programa se distribuyen de la siguiente manera: los ejidos invierten 65% para el mantenimiento y estauración del predio, 32% se reparte entre los ejidatarios y 3% lo canalizan a obras de beneficio social. Sin embargo, las actividades que se realizan tienen un costo promedio de $1,362.89 ha-1 año-1, cantidad superior a la que les otorga el PSAH ($382 ha-1 año-1), los cuales se gastan en vigilancia, $386.50 ha-1 año-1 (28%); en protección contra incendios, $335.78 ha-1 año-1 (25%); en reforestación, $298.23 ha-1 año-1 (22%); en obras de conservación de suelo y agua, $184.06 ha-1 año-1 (13%); en cercado, $81.14 ha-1 año-1 (6%); y en actividades de protección contra plagas y enfermedades, $77.19 ha-1 año-1 (6%).

 

Caracterización química de los suelos de aptitud forestal bajo diferentes usos

Densidad aparente. En los sitios con uso forestal fue de 0.54 Mg m-3, valor esperado en suelos forestales sin alterar y ricos en materia orgánica (Marx et al., 1996). Para los agrícolas y pecuarios, los valores determinados fueron de 1.00 Mg m-3 y 1.10 Mg m-3, respectivamente.

Variables químicas del suelo. En el Cuadro 7 se muestran los resultados de las variables medidas en el laboratorio para las tres condiciones. En el uso forestal y agrícola el pH resultó ligeramente ácido y en el pecuario neutro.

Los nitratos son relativamente distintos en todos los casos, el amonio rebasa las 10 ppm y el fósforo (P) presenta diferencias más amplias: mientras su disponibilidad en el suelo forestal es media, baja en el agrícola es baja y muy baja en el pecuario.

La capacidad de intercambio catiónico (CIC) en la tierra de uso forestal revela mejores condiciones con 48 C mol (-) kg-1 suelo. Los suelos de mayor fertilidad presentan hasta 60 C mol (-) kg-1 de suelo, en contraste con los más pobres, como los del trópico, que registran valores de 5 C mol (-) kg-1 suelo (O'Neill et al., 2005). Al utilizar la CIC como indicador de fertilidad, el orden de mayor a menor calidad de uso es forestal>agrícola>pecuario.

El calcio extraíble del suelo en los usos agrícola y pecuario tuvo valores entre 1,000 y 2,000 ppm, por lo que se considera medio; en tanto que en el forestal superó 2,000 ppm, es decir, fue alto. Para el potasio, el orden de evaluación correspondió a forestal>pecuario>agrícola. Las tierras de uso pecuario y agrícola se calificaron como medio y las forestales como alto, porque excedió las 250 ppm (Marx et al., 1996).

 

Discusión

En el área de estudio para evitar la deforestación por el cambio de uso de la tierra, tendría que pagarse a los productores forestales, a través del PSAH, al menos un monto promedio de $1,516.50 ha-1 año-1, cantidad obtenida por el MCO en el uso pecuario y cuya equivalencia es 2.17 veces de lo pagado por el programa en la actualidad (SEMARNAT, 2011). En un estudio similar en la cuenca de Tapalpa, Jalisco, se identificó que el PSAH debería pagar un costo de oportunidad promedio de $4,626.9 ha-1 año-1, para evitar una deforestación promovida por los usos agrícola, pecuario y residencial. Además, si se quisiera reconvertir las áreas forestales que tienen un uso incorrecto, tal cantidad debería incrementarse a $6,380 ha-1 año-1 (López et al., 2007).

Los entrevistados comentaron que los usuarios de los SA tendrían que dar un pago compensatorio de $2,326.32 ha-1 año-1 a los dueños del recurso por dedicar sus terrenos a la captura de agua. Al orientar la pregunta a los propietarios forestales, ellos opinaron que el PSAH debería pagar $5,178.95 ha-1año-1.

Si se deseara reconvertir los suelos que en el presente tienen un uso distinto a su aptitud original convendría pagar, como mínimo, la renta que los productores obtienen el día de hoy, más los costos que implicaría la realización de las actividades de reconversión, tales como la preparación del suelo, la plantación, el mantenimiento de la reforestación; así como la creación de la infraestructura para la vigilancia de la plantación.

Las cantidades mencionadas sugieren que los pagos otorgados por el PSAH no representan una opción económica viable y atractiva para los productores forestales en los municipios estudiados. Por lo anterior, se rechaza la Hipótesis H : La compensación económica que brinda el PSAH a los predios beneficiados cubre la renta del uso del suelo en el área de estudio. En consecuencia, la probabilidad de deforestación por el cambio de uso de la tierra seguirá siendo alta en ambos municipios, sobre todo en los terrenos forestales con baja productividad y rentabilidad.

Los resultados indican 40 y 49% de probabilidad que una hectárea de uso potencial forestal se convierta en una de uso agrícola en Chignahuapan y Zacatlán, respectivamente; en consecuencia, este último municipio posee una mayor presión de cambio de uso que el primero. En este sentido, la determinación de la dinámica del cambio de uso de las tierras es importante para efectos de planificación municipal en el desarrollo de las actividades económicas.

Los resultados reflejan el bajo desempeño del PSAH en el área de estudio. Durante el periodo de 2004 a 2006 se probaron 28 proyectos con una superficie de 2,369 ha y un monto de apoyo de $3 559,411. Sin embargo, a la fecha no se cuenta con registros de refrendos al programa de los predios beneficiados, después de haber terminado su periodo de apoyo, ni existen solicitudes aprobadas de 2007 a 2010. Lo anterior ocurre aun cuando la mayoría de los encuestados (58%) opina que las condiciones de conservación, estado fitosanitario, protección contra incendios y cobertura boscosa son mejores que en los predios sin apoyo, a consecuencia de la asignación de los recursos del programa para actividades de mantenimiento y conservación del predio. Por tanto, para reactivar el PSAH en estos municipios y en otras partes del país bajo condiciones similares, se tendría que incrementar la difusión del Programa y hacer más competitivos los montos de pago.

Por otra parte, los terrenos forestales bajo un uso potencial correcto favorecen la generación de SA, ya que propician la infiltración del agua y la circulación de los nutrientes, a causa de su baja densidad y alta porosidad, y de sus reservorios de materia orgánica. Lo opuesto ocurre en suelos con una condición de conflicto. Congruente con ello, los resultados de esta investigación señalan un rechazo a la hipótesis H: Los suelos de uso forestal en el área estudiada conservan sus propiedades de fertilidad ante un cambio de uso del suelo. Ante un cambio de uso de la tierra, además de las pérdidas económicas por la falta de la cubierta forestal: pérdidas de biodiversidad, captura de carbono y de agua, cambios microclimáticos, azolves de presas, entre otros; también se tendrá un impacto en las características del suelo, puesto que se modifican sus propiedades y, por ende, su fertilidad. Estas variaciones son percibidas por los productores: mencionan que la producción se mantendrá constante, en el mejor de los casos, o bien decrecerá.

Para que el PSAH sea exitoso debería considerar tanto la compensación de la renta de la tierra y de los beneficios obtenidos de la actividad productiva que sustentan, como el costo de los impactos ambientales que se evitarían al no promover el cambio de uso de la tierra (Pagiola y Platais, 2002). Este trabajo estimó, de manera exclusiva, las alteraciones en algunas propiedades físico-químicas del suelo; no obstante, en futuras investigaciones se sugiere valorar; además de, otros SA (biodiversidad y captura de carbono y agua) la pérdida de nutrimentos del suelo en terrenos que han cambiado de uso. Lo anterior permitirá una evaluación más completa con la finalidad de pagar a los propietarios la cantidad justa por la conservación de los recursos forestales.

El estudio del cambio de uso de la tierra sobre los ingresos netos alcanzados a través del MCO de cada actividad, se fortaleció con el análisis de las propiedades del suelo y con ello se evidenció que la deforestación no solo implica un cambio o pérdida en la cobertura vegetal, sino también variaciones en el suelo y en sus propiedades físicas y químicas. La información generada en esta investigación podría ser importante para los tomadores de decisión del PSAH, ya que permite reorientar respuestas más apropiadas para la conservación, además de identificar la compensación más justa para quienes pretenden cambiar el uso de su tierra.

 

Conclusiones

La renta de la tierra en Chignahuapan y Zacatlán, Puebla, estimada a través del costo de oportunidad para los usos agrícola y pecuario, fue de $1,829.50 ha-1 año-1, definida por el uso forestal; sin embargo, para este fue de $1,515.50 ha-1año-1, obtenida por el uso pecuario. Por tanto, para evitar la deforestación por cambio de uso de la tierra a través del PSAH, debería pagarsele a los productores forestales un monto mínimo promedio de $1,516.50 ha-1 año-1por la renta de sus tierras de conservación.

Los terrenos forestales sin conflicto de uso presentan características que los hacen más fértiles y productivos, y mantienen la funcionalidad de los bosques para la provisión de servicios ambientales. Al existir un cambio de uso en dichos terrenos, el impacto sobre las propiedades del suelo es evidente, debido a la pérdida de su productividad y fertilidad. Sus costos también deberían considerarse en el PSAH. El mapa de conflictos generado fue una herramienta eficaz para analizar, de manera espacial, el uso actual y potencial de la tierra. Además, permitió seleccionar los sitios para encuestar a los grupos de productores (forestales, agrícolas y pecuarios); estimar la renta del uso de la tierra a través del costo de oportunidad; la construcción de la matriz de probabilidades de cambio de uso potencial a uso actual; y la evaluación de las modificaciones ocurridas en las propiedades del suelo por el cambio de uso. La matriz de probabilidades de cambio de uso constituye una herramienta de apoyo para realizar un estudio sobre la dinámica del cambio de uso de la tierra en los dos municipios considerados.

Finalmente, se plantea examinar la renta de la tierra de usos residenciales urbanos y rurales, los cuales compiten con los usos agrícola, forestal y pecuario; realizar una proyección para conocer la dinámica de los cambios con la finalidad de apoyar la generación de propuestas que susciten la conservación de los recursos forestales y eviten la deforestación y, por último, calcular los costos implicados en el cambio de uso en las propiedades del suelo y en los otros SA asociados.

 

Agradecimientos

Al Fideicomiso Revocable de Administración e Inversión No.167304 para el Establecimiento y Operación de los Fondos para la Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico del Centro Público del Colegio de Postgraduados, y a la LPI 01 (Manejo Sustentable de Recursos Naturales), por el financiamiento del trabajo de investigación.

 

Referencias

Azqueta, D. 1994. Valoración económica de la calidad ambiental. Editorial McGraw Hill. Universidad de Alcalá de Henares. Madrid, España. 299 p.         [ Links ]

Bray, D. B. y L. Merino P. 2005. La experiencia de las comunidades forestales en México, "Veinticinco años de silvicultura y construcción de empresas forestales comunitarias". Instituto Nacional de Ecología (INE-SEMARNAT). México, D. F. México. 269 p.         [ Links ]

Briseño V., F. 2005. Las cadenas de Markov en el análisis de cambios y asignación de usos de la tierra. Revista Geográfica Venezolana. 46 (1):35:45.         [ Links ]

Castro, E. y G. Barrantes. 1998. Valoración económico-ecológico del recurso hídrico en la cuenca Arenal: El agua un flujo permanente de ingreso. Informe final de proyecto de conservación y desarrollo Arenal II. Etapa. San José, Costa Rica. s/p.         [ Links ]

Colegio de Postgraduados (CP) y Comisión Nacional Forestal (CONAFOR). 2008. Evaluación externa de los apoyos de los servicios ambientales, ejercicio 2007. Reporte final. Colegio de Postgraduados. Montecillo, Edo. de Méx. 205 p.         [ Links ]

Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO). 1998. La diversidad biológica de México: Estudio de país. CONABIO. México, D. F., México. pp. 212-234.         [ Links ]

Cordero S., P., H. Chavarría, R. Echeverría y S. Sepúlveda. 2003. Territorios rurales, competitividad y desarrollo. Serie Cuadernos Técnicos. IICA No. 23. San José, Costa Rica. 18 p.         [ Links ]

Dixon, J. A., F. Scura L., A. R. Carpenter y B. P. Sherman 1999. Análisis económico de impactos ambientales. Editorial Mario Piedra, Robert Hearne. CATIE. Turrialba, Costa Rica. 251 p.         [ Links ]

García A., J., A. Janvry Sadoulet E. and J. M. Torres 2005. An assessment of Mexico's payment for environmental services program. University of California. Berkeley, CA. U.S.A. 79 p.         [ Links ]

Gutiérrez A., R. 2003. Valoración, cambio de uso de suelo y pago de servicios ambientales, en áreas naturales protegidas: Estudio de caso Cañada de Contreras, Distrito Federal, México. Tesis doctoral. Programa en Economía. Colegio de Postgraduados. Montecillo, Edo. de Méx. México. 119 pp.         [ Links ]

Gutiérrez, H. A. 2009. Estrategias de muestreo, diseño de encuestas y estimación de parámetros. Departamento de Publicaciones. Universidad Santo Tomás. Bogotá. Colombia. 507 p.         [ Links ]

Jaramillo L., A. 2004. Estimación del costo de oportunidad del uso de suelo forestal en ejidos a nivel nacional. Documento de Trabajo, Dirección General de Investigación en Economía y Política Ambiental, Instituto Nacional de Ecología. México. D. F., México. 13 p.         [ Links ]

Kelsey, J. B., C. Kousky and E. R. Sims K. 2008. Design payments for ecosystems services: Lessons from previous experience with incentive-base mechanisms. PNAS 105. (28):9465-9470.         [ Links ]

Kido, C. y A. Kido. 2007. Análisis comparativo para el manejo y uso de suelo en la cuenca alta del Río Cacaluta en Oaxaca, México. Agrociencia. 41 (3):355-362.         [ Links ]

Lambin E. F., H. J. Geist and E. Lepers. 2003. Dynamics of land-use and land-cover change in tropical regions. Annual Reviews Environment Resources. 28: 205-241.         [ Links ]

Landell, M. N. 2002. Developing markets for forest environmental services: an opportunity for promoting equity while securing efficiency? Philosophical Transactions of The Royal Society. Mathematical Physical & Engineering Sciencies. (360):1817-1825.         [ Links ]

López P., C., M. de J. González G., J. R. Valdez L. y H. M. de los Santos P. 2007. Demanda, disponibilidad de pago y costo de oportunidad hídrica en la cuenca Tapalpa, Jalisco. Madera y Bosques. 13 (1):3-23.         [ Links ]

Machín, H. M. y M. V. Casas. 2006. Valoración económica de los recursos naturales: Perspectiva a través de los diferentes enfoques de mercado. Revista Futuros. 4 (13):9.         [ Links ]

Marx, E. S., J. Hart and R. G. Stevens. 1996. Soil test interpretation guide. U.S. Department of Agriculture. Oregon State University. Corvallis, OR. USA. 7 p.         [ Links ]

Munashinge, M. 1992. Biodiversity protection policy: Environmental valuation and distribution issues. Ambio. 21 (3):227-236.         [ Links ]

Muñoz P., C., A. Guevara, J. M. Torres and J. Braña. 2008. Paying for the hydrological services of Mexico's forests: Analysis, negotations and results. Ecological Economics. (65):725-736.         [ Links ]

O'Neill, K. P., M. C. Amacher and C H. Perry. 2005. Soils as an indicator of forest health: A guide to the collection, analysis, and interpretation of soil indicator data in the forest inventory an analysis program. Forest Service. United States Department of Agriculture. Washington, DC., USA. 53 p.         [ Links ]

Pagiola, S. and G. Platais. 2002. Payments for environmental services. Environment Strategy Notes. No.3. The World Bank. Washington, D.C. USA. s/p.         [ Links ]

Palacios M., V. H. y D. D. Sánchez. 2003. Teoría de la renta y recursos naturales. Programa de Integración Agricultura Industria (IPAI)-CIESTAAM. Universidad Autónoma Chapingo-Centro de Investigaciones Económicas Sociales y Tecnológicas de la Agroindustria y la Agricultura Mundial. Chapingo, Edo. de Méx. México. 189 p.         [ Links ]

Rosa, H., S. Kandel and L. Dimas. 2004. Compensation for environmental services and rural communities: Lessons from the Americas. International Forestry Review. 6(2):187-194.         [ Links ]

Sanjurjo R., E. e I. Islas. C. 2007. Las experiencias del Instituto Nacional de Ecología en la valoración económica de los ecosistemas para la toma de decisiones. Gaceta Ecológica. 84-85: 93-105.         [ Links ]

Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT). 2003. Reglas de operación para el otorgamiento de pagos del Programa de Servicios Ambientales Hidrológicos. Diario Oficial de la Federación. D.F. México. 3 de octubre 2003. pp. 6-23.         [ Links ]

Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT). 2007. Diagnóstico Socioeconómico y de manejo Forestal: Unidad de Manejo Forestal Zacatlán. Gobierno del Estado de Puebla y Asociación Regional de Silvicultores Chignahuapan-Zacatlán, A.C. Chignahuapan, Pue. México. 281 p.         [ Links ]

Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT). 2011. Reglas de operación del Programa ProÁrbol 2012. Diario Oficial de la Federación. D.F. México. 21 de diciembre 2011. s/p.         [ Links ]

Scott, M. J., G. R. Bilyard, S. O. Link, C. A. Ulibarri and H. E. Westerdahl. 1998. Valuation of ecological resources and functions. Environmental Management. 22 (1):49-68.         [ Links ]

Torres P., J. A. 2001. Valoración económica de los bienes y servicios ambientales de un bosque tropical. Tesis doctoral. Especialidad en Economía. Colegio de Postgraduados. Montecillo, Edo. de Méx., México. 120 p.         [ Links ]

Universidad Autónoma Chapingo (UACH) y Comisión Nacional Forestal (CONAFOR). 2006. Evaluación del Programa de Pago de Servicios Ambientales Hidrológicos (PSAH). Ejercicio fiscal 2005. Universidad Autónoma Chapingo. Chapingo, Edo. de Méx., México. 143 p.         [ Links ]

Creative Commons License Todo o conteúdo deste periódico, exceto onde está identificado, está licenciado sob uma Licença Creative Commons