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Revista mexicana de ciencias forestales

versión impresa ISSN 2007-1132

Rev. mex. de cienc. forestales vol.3 no.10 México mar./abr. 2012

 

Artículo

 

Impactos de las operaciones forestales de derribo y arrastre en El Salto Durango

 

Impacts of felling and skidding operations at El Salto, Durango

 

Juan Abel Nájera Luna1, Oscar Alberto Aguirre Calderón2, Eduardo Javier Treviño Garza2, Javier Jiménez Pérez2, Enrique Jurado Ybarra2, José Javier Corral Rivas3 y Benedicto Vargas Larreta4

 

1Programa de Doctorado. Facultad de Ciencias. Universidad Autónoma de Nuevo León

2Facultad de Ciencias Forestales. Universidad Autónoma de Nuevo León

3Facultad de Ciencias Forestales. Universidad Autónoma de Juárez del Estado de Durango.

4Instituto Tecnológico de El Salto

 

Resumen

El abastecimiento forestal incide tanto sobre la vegetación residual, como en el suelo y en las fuentes de agua de las áreas de aprovechamiento. Para cuantificar los impactos del derribo y arrastre sobre el arbolado residual y el suelo forestal en la región de El Salto, Durango, se realizó el seguimiento de dichas operaciones en 320 árboles comerciales en los ejidos El Brillante, La Campana, San Pablo y La Victoria. Se registraron los efectos directos en el fuste, la copa de los individuos residuales y en el suelo. La evaluación de los disturbios originados a este último se hizo en 1,182 puntos de control en las áreas de corta de los ejidos bajo estudio, en los cuales se midieron 50 huellas de arrastre por ejido para estimar el volumen de suelo removido. Los resultados mostraron que la efectividad del derribo es del 80%, por lo que constituye la operación con mayor incidencia en el arbolado residual. Se calcularon 3.5 árboles dañados por cada individuo derribado, y las especies más afectadas fueron las del género Pinus, con 42% del total. Se determinó que las alteraciones consideradas de moderadas a fuertes se presentaron en 24% de las áreas bajo aprovechamiento y por metro cúbico de madera arrastrada se remueven 0.481 m3 de suelo y materia orgánica.

Palabras clave: Abastecimiento forestal, aprovechamiento forestal, bosque natural, daños al arbolado residual, disturbios al suelo, impactos ambientales.

 

Abstract

Quantification of environmental impacts of felling and skidding on residual trees and forest soil in El Salto, Durango, forest region by monitoring these operations on 320 felled and skidded commercial trees, was carried out in the El Brillante, La Campana, San Pablo and La Victoria Ejidos. Direct visual effects on stem and crown of residual trees were registered. In order to assess soil disturbances,1,182 check points throughout the logging study areas were established. In order to determine the volume of soil removed by skidding, measurements of 50 tracks of skid trails in each ejido were recorded too. Results showed that felling effectiveness is 80%, and has the greatest impacts to residual trees. Estimates showed damage upon 3.5 of the remaining trees by each felled tree; pine species were the most damaged, amounting up to 42% of the total. It was also estimated that moderate to strong disturbances are present in 24% of the logging areas and for each cubic meter of skidded wood, 0.481 m3 of soil and organic matter are removed.

Key words: Forest supply, logging, natural forest, damage to residual trees, soil disturbance, environmental impacts.

 

Introducción

Toda actividad de abastecimiento forestal causa, irremediablemente, algún impacto ya sea a la vegetación remanente, al suelo o a las fuentes de agua (Contreras et al., 2001). Diversos estudios se han enfocado en aumentar el rendimiento y disminuir los costos de las operaciones de abastecimiento forestal; sin embargo, la evaluación de los daños que ocasionan es una tendencia que gana cada vez mayor interés, debido a la importancia ecológica que tiene la conservación y buen manejo de los recursos naturales (Limbeck-Lilienau, 2003).

Los efectos de la extracción maderable en el bosque residual varían en función de su intensidad, y pueden incluir cambios en las condiciones edáficas, daños y pérdida de individuos arbóreos, apertura del dosel o claros y disminución de la cobertura, alteraciones en la estructura y composición florística del rodal, erosión de suelos, contaminación del agua, reducción de la vida silvestre, modificación del hábitat, de la calidad de la madera y del volumen de los árboles (Cline et al., 1991; Martins et al., 1997; Toledo et al., 2001).

Una vez que los aprovechamientos forestales se tecnificaron, se reconocieron los impactos en los árboles residuales y en el suelo (Akay, 2006; Eroğlu et al., 2009). Cada sistema incide de distinta manera; la mala aplicación y supervisión de las operaciones de apertura de caminos, derribo y arrastre ocasionan serios daños en los bosques naturales, debido a la existencia de especies y árboles de diversas clases de edad (Han-Sup y Kellogg, 2000a; Solgi y Najafi, 2007; Yilmaz y Akay, 2008). Un daño excesivo en el arbolado residual detiene su crecimiento y por lo tanto, sus beneficios económicos futuros. Cualquier afectación en el fuste disminuye su calidad y su valor potencial (Han-Sup y Kellogg, 2000b; Clatterbuck, 2006).

Los individuos dañados en la parte interna de la corteza reaccionan formando áreas secas, como consecuencia del bloqueo de vasos y de barreras para la savia; aunque, se requiere la remoción de la corteza para que aumente el riesgo de ataque por hongos e insectos, lo que depende, además del tamaño de la herida, de la estación climática del año, la región geográfica y la especie (Wästerlund, 1992; citado por Lineros et al., 2003). Para reducir los impactos es necesario tomar algunas medidas preventivas, como asegurar las direcciones de caída de los árboles durante el derribo, una buena planificación de los carriles y brechas de acceso, capacitar a los trabajadores forestales en técnicas de trabajo de bajo impacto y disminuir las distancias de arrastre, entre otras acciones (Yilmaz y Akay, 2008).

Existen diversas metodologías para evaluar los efectos del aprovechamiento, que se tienen que implementar una vez concluidos los trabajos o durante el avance de las operaciones (Contreras et al., 2001). En el estado de Durango se carece de información actualizada relativa al nivel de daños que ocasionan las actividades de derribo y arrastre al arbolado residual y al suelo forestal, por lo que los objetivos del presente estudio son cuantificar el efecto de dichas operaciones en cuatro ejidos forestales de la región de El Salto, Durango, documentar los efectos y recomendar la acciones correctivas que tiendan a mejorar los aprovechamientos forestales.

 

Materiales y Métodos

Localización y características del área de estudio

La toma de los datos se realizó en los meses de enero a mayo del año 2009, en los bosques naturales de los ejidos El Brillante, La Victoria, San Pablo y La Campana, del municipio Pueblo Nuevo, Durango, los cuales forman parte de la región forestal de El Salto que se localiza en el sistema montañoso denominado Sierra Madre Occidental. Las altitudes fluctúan entre 1,400 y 2,600 m. El clima es semi-húmedo templado o semi-frío, que se vuelve templado o semi-seco en el lado oriental de la sierra. El área de estudio se caracteriza por presentar, en su parte alta, relieve característico y algunas mesetas alineadas en dirección suroeste a noreste, lomeríos y zonas onduladas; en la parte media, donde la altitud es más baja, las pendientes son de moderadas a fuertes y culminan en cañones, mismos que tienen una gran variación altitudinal y topografía generalmente escarpada. Por su ubicación geográfica, se tienen diversas condiciones de vegetación, desde masas puras de encino y pino hasta bosques mezclados de pino-encino (UCODEFO 6, 1997). De acuerdo con la información contenida en las cartas edafológicas (INEGI, 1988) y según la clasificación de Unidades FAO/UNESCO (1970) modificada por la Dirección General de Geografía del Territorio Nacional (DETENAL, 1979), el área de estudio comprende diferentes tipos de suelos, pero predominan los Cambisoles, Litosoles, Feozems y Regosoles. Los tratamientos silvícolas utilizados en los predios bajo manejo forestal son el Método de Desarrollo Silvícola (MDS) y variantes del Método de Selección (SmartWood, 2004; 2005; 2006a; 2006b).

Métodos y maquinaria de aprovechamiento

El derribo del arbolado se lleva a cabo con motosierras, y el arrastre se hace con el apoyo de grúas mecánicas, skidder y tracción animal. La carga se realiza en forma manual y con motogrúa operada por dos cableros que enganchan y controlan el arrastre y carga de las trozas, un operador de motogrúa y un limpia bosques. Hernández y Alcazar (2003) denominan al sistema actual de arrime de trocería en México "jalón libre o directo", ya que el arrime se hace al ras del suelo, con un solo cable de acero sin estorbos, el cual se desenreda manualmente del carrete que contiene el malacate de la motogrúa. En el extremo del cable se afianza un gancho, que facilita el amarre de la carga y que, por lo regular, se conforma de una sola troza. El jalón directo excepcionalmente alcanza distancias de 250 m, con respecto al camino; normalmente, se emplean distancias promedio de arrastre de 120 a 150 m.

Evaluación de la dirección de caída de árboles

Se seleccionaron al azar 80 árboles marcados para su derribo, en cada ejido, mediante el tratamiento de cortas selectivas, y se clasificaron según los criterios de Cordero y Meza (1992):

1. Corte bien realizado, no se aprecian daños y lo s cortes de dirección y de caída están bien orientados.

2. Corte bien realizado, no se aprecian daños, pero los cortes de dirección y de caída no están bien orientados.

3. Fractura de fuste en la parte inferior por caída sobre obstáculo.

Para determinar la calidad de los cortes en el derribo, se empleó la ciquiente relación:

Evaluación de los años del arbolado residual por el derribo y arrastre

Para cuantificar el número y el tipo de daños a los árboles remanentes, a causa del derribo y arrastre de los 80 árboles seleccionados por ejido, se colectó la información de los individuos remanentes afectados de manera directa por la caída y los arrastres de los árboles. La evaluación de daños incluyó la siguiente información por árbol afectado:

1. Especie
2. Diámetro normal o diámetro a la base
3. Altura del árbol

Tipo de daño en el árbol:

4. Árbol quebrado u oprimido
5. Árbol inclinado
6. Daño superficial a la corteza
7. Madera expuesta

Causa del daño:

8. Pérdida de menos del 33% de la copa
9. Pérdida de la copa entre 33-67%
10. Pérdida de más del 67% de la copa pero no total
11. Pérdida total de copa

Para determinar el porcentaje de daños al arbolado residual se empleó la relación:

Evaluación de impactos al suelo

Contreras et al. (2001) señalan que la valoración de daños al suelo tiene como fin determinar su nivel de alteración en la superficie considerada. Se realizó un muestreo a lo largo de transectos en la totalidad de la superficie bajo aprovechamiento, con observaciones cada 20 m; 312 puntos de muestreo correspondieron a 13 ha del ejido El Brillante, 238 puntos en 10 ha del ejido La Campana, 245 puntos en 10 ha del ejido San Pablo y 385 puntos en 15 ha del ejido La Victoria. La valoración de disturbios se hizo con base en la clasificación de Cordero y Meza (1992):

1. Sin disturbio: materia orgánica en su lugar, sin evidencia de compactación.

2. Algún disturbio: materia orgánica removida pero en su lugar.

3. Materia orgánica removida y suelo expuesto.<</font>

4. Suelo removido y exposición de los horizontes inferiores.

El porcentaje de afectación del suelo, se estimó con la siguiente relación:

Adicionalmente, se eligieron al azar 50 carriles de arrastre por ejido y se midieron el largo, ancho y profundidad del arrastre, con esos datos se estimó el volumen de remoción del suelo y de materia orgánica.

Para estimar el volumen de los árboles arrastrados se utilizaron los modelos biométricos locales y se calculó el volumen de remoción de suelo por efecto del volumen arrastrado en esos mismos carriles.

Análisis estadístico

Las diferencias estadísticamente significativas entre el volumen de suelo removido por el arrastre de trozas en cada ejido se determinaron mediante la prueba de comparación de medias de Tukey, a un nivel de significancia de 0.05. El análisis de datos se llevó a cabo con el procedimiento GLM del paquete estadístico SAS/STAT®(SAS, 2004).

 

Resultados

Calidad del derribo

La efectividad del derribo de árboles en la región de El Salto es del 80% (Figura 1); sin embargo, esta actividad representa una de las operaciones más peligrosas para los trabajadores forestales, cualquier error sobre una dirección no prevista de caída puede significar daños al operador, al árbol mismo y a los árboles vecinos (Poschen, 1993), lo anterior es indicativo de que se requiere elevar dicho nivel mediante el acopio de técnicas adecuadas para el derribo direccional de bajo impacto.

Figura 1. Calidad del derribo de árboles en la región de El Salto, Durango.
Figure 1. Tree felling quality in the region of El Salto, Durango.

Referente a la efectividad del derribo por ejido, se tiene mayor control en El Brillante con 90% de efectividad, seguido por La Campana (85%) y San Pablo con (84%); mientras que, en La Victoria apenas se alcanzó 64% (Figura 2), lo que evidencia la necesidad de capacitar a los operadores de motosierra.

Figura 2. Calidad del derribo de árboles por ejido.
Figure 2. Tree felling quality by ejido.

Afectación por género

La afectación del derribo y arrastre de trozas fue superior en las especies de Pinus, de tal forma que representaron 42% del total de los taxa dañados, seguidos por Arbutus y Juniperus, que en conjunto sumaron 38% de la afectación; mientras que Quercus spp. constituyeron solo 20% (Figura 3). Lo anterior, puede atribuirse a que Pinus spp. son las más abundantes por lo que la probabilidad de daño es más grande en comparación con las de los otros géneros impactados. En virtud de la proporción de daños en el arbolado de pino, es importante considerar la instrumentación de medidas tendientes a reducirlos, ya que estos individuos son los de mayor valor comercial.

Figura 3. Afectación del derribo y arrastre por especie.
Figure 3. Felling and skidding affectation by species.

La afectación del derribo a especies económicamente valiosas fue superior en el ejido La Victoria con 54% de daños en Pinus spp., en San Pablo se registraron en 50% y en El Brillante en 46%; en cambio en La Campana alcanzaron solo 28%. Cabe señalar que en este predio se presentó la menor proporción de taxa para dicho género. En lo que respecta a Arbutus y Juniperus, los cuales son poco aprovechados, los efectos resultaron más marcados en el ejido La Campana (64%), seguido por San Pablo (39%); El Brillante y La Victoria tuvieron valores de 16% y 13%. La afectación sobre Quercus spp. fue más grande en los ejidos El Brillante y La Victoria con 17%; mientras que en La Campana y San Pablo fue de alrededor del 10% (Figura 4).


Figura 4. Daños del derribo y arrastre por especie y ejido.
Figure 4. Damages from felling and skidding by species and ejido.

Afectación del fuste de los árboles residuales por el derribo y arrastre

Los 320 individuos derribados y arrastrados dañaron de forma directa al fuste y copa de 1,143 árboles residuales, lo cual indica una afectación de 3.5 árboles residuales por árbol derribado y arrastrado. Respecto al derribo, 218 árboles impactaron de manera negativa en el fuste de 709 residuales de diferentes especies, con diámetros de 2 a 52 cm y alturas de 0.30 a 30 m. Lo anterior implica que por cada 10 ejemplares derribados, siete afectan a 22 de los residuales. Referente al arrastre, se detectó daño del fuste en 394 árboles residuales pertenecientes a varios taxa, con diámetros de 2 a 63 cm y alturas de 0.25 a 30 m, por el arrastre de 116 árboles. Esto sugiere que de 10 árboles arrastrados, cuatro afectan en forma directa a 12 de los residuales.

En la Figura 5 se observa que 52% de los árboles presentaron daños en la corteza, con diferentes intensidades que no ponen en riesgo su desarrollo, de ellos 19% correspondió a ejemplares inclinados, pero no fracturados, por lo que su recuperación está garantizada, y en 29% se registraron daños severos, desde heridas con exposición de madera hasta ruptura del fuste, lo cual evidencia que la operación de derribo causa mayor daño a la masa arbórea residual que el arrastre.

Figura 5. Daños del derribo y arrastre por especie y ejido.
Figure 5. Damages from felling and skidding by species

 

La afectación por derribo fue superior en el ejido San Pablo, ya que 80% de los árboles presentaron daños superficiales en la corteza o con algún grado de inclinación; en tanto que, en La Campana se obtuvieron daños en 61% de los individuos; sin embargo, los más severos se observaron en esta localidad (38%) y consistieron en heridas con madera expuesta y fractura del fuste, en los otros ejidos el porciento fue de 20. En el caso del arrastre, el fuste mostró daño superficial en la corteza e inclinación de árboles residuales en 65 a 74% y valores más altos se determinaron para el ejido El Brillante, aunque los daños severos fueron menores en esa localidad (26%) (Figura 6).


Figura 6. Daños al fuste de los árboles residuales por ejido; por derribo (arriba) y por arrastre (abajo).
Figure 6. Damages of the stem of residual trees by ejido, due to felling (up) and skidding (down).

Los daños más importantes ocurrieron en La Campana y La Victoria. De cada 10 árboles que fueron derribados, ocho provocaron daños directos al fuste de 35 residuales en la primera localidad y 28 en la segunda. Para San Pablo fue de 19 árboles residuales afectados por 10 derribados, y El Brillante se observó que por 10 árboles derribados, seis incidieron directamente en 16 residuales.

El mayor impacto negativo por arrastre se determinó en La Campana, donde de cada 10 árboles arrastrados, cinco afectaron el fuste de 20 residuales; en El Brillante del mismo número de individuos arrastrados, tres impactaron a 10 árboles en pie; en San Pablo, cinco afectaron a nueve árboles residuales y en La Victoria, solo dos dañaron el fuste de ocho residuales (Figura 7). Lo antes expuesto sugiere que la baja efectividad del derribo en los ejidos La Victoria y La Campana; así como en la operación de arrastre en el último se traducen en una cantidad más grande de árboles residuales dañados.


Figura 7. Daños por derribo y arrastre al fuste de árboles residuales.
Figure 7. Damages of the stem of residual tre es by felling and skidding.

Afectación de la copa de los árboles residuales por el derribo y arrastre

De los 320 árboles derribados, 162 afectaron directamente la copa de 306 árboles residuales con diámetros de 2 a 30 cm y alturas de 0.70 a 22 m, lo cual indica que de cada 10 árboles que son derribados, cinco dañan en forma directa la copa de 10 individuos. Por otra parte, solo cinco árboles arrastrados impactan la copa de cinco residuales, con diámetros de 2 a 10 cm y alturas de 0.50 a 3.50 m, es decir, por cada 10 árboles arrastrados 0.1 árboles afectan la copa de uno residual.

En cuanto a los daños simultáneos en el fuste y copa del arbolado residual, se determinó que 120 dañaron ambas estructuras de 253 árboles residuales, esto significa que de cada 10 árboles derribados, cuatro afectan directamente el fuste y la copa de ocho residuales. La Figura 8 muestra que 40% de los árboles dañados por efecto directo del arrastre de los ejemplares cosechados correspondió a la pérdida de menos del 33% de la copa, 40% con mayor afectación de la copa, pero no su pérdida y 20% correspondió a la pérdida total de la copa.

Figura 8. Afectación en la copa de los árboles residuales por derribo (arriba) y arrastre (abajo).
Figure 8. Impacts on the crown of residual trees from felling (up) and skidding (down).

En lo referente al daño a la copa por el derribo, 58% de los árboles tuvieron afectaciones en menos de 1/3 de la copa, 36% con afectaciones mayores y 6% registraron la pérdida total de la copa.

El arrastre de cinco árboles comerciales incidió en la copa de igual número de ejemplares residuales (Figura 9); por lo tanto, la afectación se consideró mínima por ejido. La afectación más grande del derribo se observó en los ejidos La Campana y La Victoria, con la pérdida de copa del 28 y 24% del los arbolado residual; en El Brillante fue del 5% y en San Pablo no se registró este tipo de daño. Lo anterior se relaciona con la efectividad del derribo, ya que en La Victoria resultó del orden de 64% y en La Campana, seguramente el mayor número de árboles dañados que se registraron, explica también el daño al28% de la copa de los árboles residuales.

Figura 9. Afectación en la copa de los árboles por ejido, por derribo (arriba) y por arrastre (abajo).
Figure 9. Impacts on the crown of residual trees from felling (up) and skidding (down) by ejido.

 

Remoción de suelo

La Figura 10 muestra que 52% de las áreas de corta no presentaron disturbio por efecto directo de las operaciones forestales; mientras que en 24% de la superficie aprovechada fueron moderados y 24% de ella fue severamente afectada por las actividades de aprovechamiento forestal, debido principalmente a las perturbaciones inducidas por el impacto de los carriles de arrastre, apertura o mantenimiento de caminos y por las brechas de saca.

Figura 10. Remoción de suelo por tipo de disturbio.
Figure 10. Soil removal by type of disturbance.



En el ejido El Brillante las afectaciones fueron más importantes ya que 28% de su superficie presentó fuertes daños, seguido por La Victoria con 25%; en tanto que San Pablo y La Campana registraron disturbios severos en 21% de las áreas de corta, posiblemente, como respuesta a la poca profundidad del suelo (Figura 11).


Figura 11. Remoción de suelo por ejido.
Figure 11. Soil removal by ejido.

Remoción de suelo por arrastre de trocería

Los resultados del Cuadro 1 denotan que por metro cúbico de madera arrastrada, se remueven 0.481 m3 de suelo, y que la mayor remoción se tuvo en El Brillante, con diferencias significativas con respecto a los valores que se obtuvieron en los ejidos La Campana y San Pablo. En El Brillante y La Victoria la remoción de suelo responde a que son suelos profundos, a diferencia de los que existen en La Campana y San Pablo, los cuales son más someros, de ahí que la remoción de este y de la materia orgánica resultó ser menor.

Cuadro 1. Remoción de suelo por efecto del arrastre.
Table 1. Soil removal as a skidding impact.

 

Discusión

Jackson et al. (2002) estimaron en bosques tropicales de Bolivia una afectación de 44 árboles dañados por árbol extraído, de ellos, 22 árboles residuales fueron seriamente dañados y seis correspondieron a especies comerciales. También documentan que el fuste es la parte del arbolado residual más afectada, pues presenta desde daños superficiales a la corteza, hasta su desprendimiento y exposición del cambium. Por su parte, Johns et al. (1996), en un bosque de la Amazonia Oriental, citan que las operaciones de abastecimiento forestal no planeadas dañaron 16 árboles más que las actividades planeadas y la afectación en la copa de los árboles residuales fue de 4.5 árboles en la operación planeada, contra 7.4 árboles en la no planeada, por cada árbol derribado.

En un bosque amazónico, Veríssimo et al. (1992) estimaron que por individuo comercial aprovechado, 27 residuales son severamente dañados; Martins et al. (1997) determinaron en un bosque de Rondõnia, Brasil, en dos sitios con diferente composición de especies, daño en 44 árboles en el lugar con más diversidad y de 32 árboles en el que existía disturbio, con una afectación promedio de 38 árboles por árbol derribado. Hernández y Delgado (1998) consignan en Durango por 100 m3r que se arrastran con motogrúa, 11.2 m3r de los árboles con dimensiones comerciales que permanecen en pie dentro del carril de arrime reciben daños entre medianos y severos que, a su vez, repercuten en una disminución del valor de su madera; mientras que 81% de los árboles no comerciales presentan daños irreparables y mueren dejando temporalmente desprotegido al suelo y, por tanto, propenso a que se inicie la formación de cárcavas.

En el presente trabajo, los árboles dañados se estimaron a razón de 3.5 árboles residuales por árbol comercial derribado y arrastrado. Se coincide con los autores antes citados en que la afectación más importante a la masa arbórea residual corresponde al fuste, por lo que es necesario fomentar y mejorar las técnicas de derribo de bajo impacto, ya que gran parte del impacto negativo resultó de una dirección no planeada de caída.

En cuanto a las operaciones de arrastre, se recomienda trazar los carriles en áreas donde se dañe el menor número de árboles de alto valor económico, como las del género Pinus, pues se observó que por su abundancia son las más afectadas.

En lo referente a los disturbios del suelo por efecto de las operaciones forestales, Jackson et al. (2002) observaron que en un bosque tropical boliviano 45.8% de la superficie bajo aprovechamiento tuvo este tipo de impactos en 25% a causa de los carriles de arrastre, caminos y patios de acopio o embarcaderos. Así mismo, Ohlson-Kiehn et al. (2003) documentan que la superficie alterada por carriles de arrastre fluctuó entre 3.9 y 5.1% del área total de suelo en bosques tropicales de Bolivia. De los resultados que aquí se presentan, 24% corresponden al arbolado del suelo afectado, 11% a suelo expuesto, 5% a suelos con exposición de horizontes por efecto del arrastre de trozas y 8% con máximos disturbios por efecto de la apertura de caminos, brechas y carriles de arrastre, por lo que para mitigar el impacto de la remoción de suelo en los últimos se recomienda clausurarlos con el material residual de los aprovechamientos, como una forma de evitar el arrastre y pérdida del material.

 

Conclusiones

La eficiencia del derribo es del 80% en la región de El Salto, Durango, la cual se considera baja por el riesgo de ocurrencia de daños físicos a los operadores y al arbolado residual, que se estimó en 3.5 individuos dañados por efecto directo de las operaciones de derribo y arrastre, de estos, el primero causa mayores daños.

Las áreas bajo aprovechamiento forestal sin disturbio en el suelo correspondieron al 52%del total; 24% son moderadas y 24% de la superficie tiene afectaciones severas con una remoción de suelo y materia orgánica de 0.481 m3 por metro cúbico de madera que se arrastra.

La efectividad en el derribo y arrastre deben elevarse mediante la capacitación a los trabajadores en técnicas de derribo direccional de bajo impacto; se deben reducir los carriles de arrastre y trazarlos en áreas donde provoquen el menor daño al arbolado, así como su clausura una vez terminada la extracción de los productos forestales.

 

Agradecimientos

Los autores agradecen a la Dirección General de Educación Superior Tecnológica (DGEST) y a la Fundación Produce Durango A.C por el financiamiento brindado a los proyectos: 566.07-P "Evaluación Operacional, Biométrica y Ambiental del Aprovechamiento Forestal en la región de El Salto, Durango" y 10-2007-0452 "Evaluación Integral del Proceso Productivo Maderable" de los cuales se generó el presente trabajo. Al Fondo de Cooperación Internacional en Ciencia y Tecnología Unión Europea-México (FONCICYT, Proyecto: 92739) por propiciar la colaboración entre las instituciones involucradas en este trabajo.

 

Referencias

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