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Revista mexicana de ciencias forestales

versión impresa ISSN 2007-1132

Rev. mex. de cienc. forestales vol.2 no.5 México may./jun. 2011

 

Artículos

 

Crecimiento y regeneración avanzada de Lysiloma latisiliquum (L.) Benth en una selva de Quintana Roo

 

Growth and advanced regeneration of Lysiloma latisiliquum (L.) Benth. in a tropical forest in Quintana Roo state

 

Patricia Negreros-Castillo1* e Imelda Martínez Salazar2

 

1 Instituto de Investigaciones Forestales, Universidad Veracruzana. * Correo-e: pnegreros@uv.mx

2 Facultad de Biología, Tecnológico de Chetumal.

 

Fecha de recepción: 14 de abril de 2010.
Fecha de aceptación: 9 de junio de 2011.

 

RESUMEN

Aunque muchos árboles tropicales se extraen con fines comerciales, son escasas las investigaciones que han abordado el estudio de su regeneración, tasas de crecimiento y las técnicas sustentables para su aprovechamiento. La carencia de este tipo de información representa una de las mayores debilidades de los programas de manejo forestal, en las regiones tropicales de México. Lo anterior se refleja, por ejemplo, en que la caoba ( Swietenia macrophylla ) y el cedro ( Cedrela odorata ) están cada vez menos disponibles en las selvas de Quintana Roo. Un efecto secundario de la disminución del volumen del cedro y la caoba es el incremento del número de las especies susceptibles de aprovecharse, y los volúmenes que de ellas se cosechan; tal es el caso del tzalam ( Lysiloma latisiliquum ), por lo que el objetivo del presente estudio fue contribuir al conocimiento sobre el crecimiento y la regeneración del Tzalam, mediante la evaluación de 74 árboles entre 2002 y 2008 (en una selva sujeta a manejo comercial). Se obtuvo una tasa de crecimiento anual de 0.41 cm y la ausencia de individuos con DAP entre 2 y 10 cm, en 176 sitios de 30 m2. Del total de ejemplares muestreados 84% se localizaron en suelo negro, que representa solamente 5% de los suelos de la selva estudiada. El futuro comercial sustentable del Tzalam está muy amenazado, por la falta de plantas con DAP de 2 y 10 cm.

Palabras claves: Árboles tropicales, madera, silvicultura, suelos, Tzalam, Yucatán

 

ABSTRACT

Although many tropical timber species are commercially harvested, few research studies have focused on their regeneration, growth rates and/or techniques for sustainable harvesting. The absence of this type of information is one of the main weaknesses of forest management plans developed in the Mexican tropics. This is reflected, for example, in the continuous reduction of harvested volume of mahogany ( Swietenia macrophylla ) and Spanish cedar ( Cedrela odorata ) from the tropical forests of Quintana Roo, México. A secondary effect of the reduced commercial volume of mahogany and Spanish cedar is an increment of the number of species harvested and the volume of those species. Among these species is Tzalam ( Lysiloma latisiliquum ), and the objective of this study was to contribute to the knowledge about the growth and regeneration of this species in Quintana Roo. By studying 74 Tzalam trees from 2002 to 2008 (within a commercially managed forest), it was found an annual growth rate of 0.41 cm and no presence of individuals with DBH between 2 and 10 cm in 176 30-m2 plots. Of Tzalam trees that were found, 84% were on black soil which represents only 5% of soil in the forest. The future sustainability of Tzalam is seriously threatened by the lack of individuals with DBH between 2 and 10 cm.

Key words: Tropical trees, timber, forestry, soils, Tzalam, Yucatan.

 

INTRODUCCIÓN

Al norte de la región amazónica, la porción de selva continua más grande que se puede encontrar es la llamada "Selva Maya" (Figura 1), la cual se distribuye en los estados mexicanos de Yucatán, Campeche y Quintana Roo; los tres departamentos del norte de Belice (Belice, Corozal y Orange Walk) y el departamento del Petén en Guatemala (Blanco et al. , 1994); en Quintana Roo cubre un área de casi 3,687,000 ha (Toledo y Ordoñez, 1993; Granados et al ., 1997). En ese estado existe una porción en la que predominan las selvas y la población de origen Maya, por lo que se le conoce con el nombre de "zona maya de Quintana Roo" (Figura 1). La cultura maya es una de las pocas en el mundo que floreció en un ambiente tropical, razón por la cual, por más de 2,000 años la selva y la gente han estado ligadas (Barrera et al., 1977), lo que se pone de manifiesto hasta nuestros días, tanto en los avances culturales como en la composición biológica local.

En la zona Maya de Quintana Roo (como en toda la parte tropical de México) se ejerce la agricultura conocida como milpa maya o milpa Roza-Tumba-Quema (RTQ). Aún en la época actual, esta práctica tiene influencia en las características florísticas y en la estructura de su vegetación; con este sistema se genera un paisaje de "mosaico" o de "manchones" en los que unos parches están bajo uso agrícola (después pasa a ser selva) y otros como selva de diferentes edades (luego se utilizan como milpa) (Barrera et al., 1977).

En la cultura Maya, históricamente, la selva ha sido fuente de plantas y animales para satisfacer una amplia gama de necesidades humanas (Murphy, 1992). A pesar de la enorme diversidad de este ecosistema, desde el punto de vista comercial, en el trópico del sureste de México y en toda América Latina, la caoba ( Swietenia macrophylla King) y el cedro rojo ( Cedrela odorata L.) han sido, por varios cientos de años, las especies forestales más importantes y apreciadas. Lo anterior explica, en parte, el por qué de la existencia de un número relativamente reducido de investigaciones científicas relacionados con otras especies tropicales maderables de uso comercial en México. La mayoría de los estudios se han concentrado, principalmente, en aspectos taxonómicos, muy pocos en ecológicos y todavía menos en los mecanismos de regeneración, tasas de crecimiento y en técnicas sustentables de manejo comercial.

La carencia de información en éste último rubro es una de las debilidades más grandes de los programas de manejo forestal que en la actualidad se llevan acabo en las regiones tropicales de México (Mize et al., 1997, Negreros-Castillo y Mize, 2003; 2008) hecho que se refleja, por ejemplo, en que el cedro con valor maderable casi no existe por ahora, y la caoba parece seguir la misma tendencia. De haber contado, desde hace mucho tiempo, con información sobre mecanismos de regeneración, tasas de crecimiento y técnicas sustentables de manejo comercial se hubiera logrado mantener un excelente nivel de producción, con favorables consecuencias ecológicas, sociales y económicas. Sin embargo, dichos datos no están consignados, lo cual se evidencia con la reducción continua del volumen comercial extraíble de ambas especies.

Como estrategia para satisfacer las necesidades de ingresos económicos y ante la disminución del volumen comercial del cedro y la caoba, desde hace una década los dueños de las selvas de Quintana Roo han incrementado el número y volumen de los taxa aprovechados (Albrecht et al ., 2002). Por ello, el esfuerzo para obtener información sobre la regeneración, crecimiento y manejo comercial de las nuevas especies resulta, no sólo es importante, sino apremiante. En este grupo están por ejemplo: el tzalam ( Lysiloma latisiliquum L.), el chechem ( Metopium brownei (Jacq) Urban.) y el sac chacà ( Dendropanax arboreus (L.) Dec. & Planch.). La presente investigación se enfoca en la primera.

En México el tzalam es abundante, pero al mismo tiempo exclusiva de la zona norte del estado de Chiapas y la Península de Yucatán, tanto en selvas secas, como húmedas (Anderson et al ., 2005). En Quintana Roo se distribuye ampliamente, forma parte del estrato mediano y superior de la selva alta y mediana subperennifolia, dominante en el estrato superior de las selvas bajas caducifolias y predomina en las asociaciones secundarias. Habita en altitudes inferiores a los 150 m, en suelos de origen sedimentario marino, en margas calcáreas profundas o en suelos someros con rocas calizas aflorantes (Cabrera et al., 1982).

El tzalam ( L. latisiliquum ) pertenece a la familia Fabaceae, y sus sinonimias son L. bahamensis Benth. y Lysiloma sabicu Benth. (Cabrera et al., 1982; Pennington y Sarukhán, 2005). Sus nombres comunes los cuales se anotan a continuación: Boòx salam, Tzalam, Tsukte' (Campeche, Quintana Roo y Yucatán) (Campos et al ., 2000; Pennington y Sarukhán, 2005).

Árbol de porte mediano, que mide de 7 a 20 m, tronco recto muchas veces inclinado, ramas ascendentes, luego horizontales y péndulas, la copa tiene una apariencia redondeada (Cabrera et al., 1982; Pennington y Sarukhán, 2005), puede alcanzar un diámetro normal de hasta de 1.2 m, pero el más frecuente es de 30 cm. La corteza externa es variable, lisa o con fisuras finas, gris parduzca, con algunas lenticelas circulares del mismo color. El grosor total de la corteza varía de 7 a 15 mm. La madera es dura y pesada de color crema amarillenta, con vasos grandes y parénquima vasicéntrico (Pennington y Sarukhán, 2005). Las hojas están dispuestas en espiral, bipinnadas de 11 a 20 cm de largo, incluyendo el peciolo, compuestas por 3 a 6 pares de foliolos primarios opuestos, cada uno de ellos está formado por 18 a 35 pares de foliolos secundarios, sésiles, opuestos de 7 x 2 a 13 x 3 mm, lineales y oblongos, margen entero, ápice agudo, base truncada y muy asimétrica; el último par de foliolos secundarios es más redondeado que los otros. La especie pierde las hojas en la temporada de sequía (Pennington y Sarukhán, 2005). Las inflorescencias son cabezuelas solitarias o agrupadas, axilares o terminales. Los frutos son vainas de 9 x 2 a 15 x 4 cm, dehiscentes, aplanadas, agudas de color pardo moreno, brillantes y contienen numerosas semillas (Pennington y Sarukhán, 2005).

El tzalam es una planta de uso múltiple por la diversidad de aplicaciones que representa: forraje, (Sosa et al., 2004; Baldizán et al., 2008), materia prima en la fabricación de duela, lambrín, parquet y chapa para vistas de madera contrachapa (triplay). También tiene buenas características de aserrío, sólo que presenta algunos problemas en el proceso de secado, lo que la hace susceptible a la putrefacción (Cabrera et al., 1982; Pennington y Sarukhán, 2005). Cuando se trabajada con maquinaria y herramientas su comportamiento es aceptable al moldurado, torneado y taladrado (Ruíz, 1988). En Quintana Roo el aprovechamiento anual autorizado de madera es de 154,000 m3, de los cuales 11,000 m3 corresponden a caoba y el resto a otras especies, entre la cuales está el Tzalam del que se extrae un promedio anual de 7,000 m3 (CONAFOR, 2009).

La investigación que aquí se documenta tuvo como objetivo contribuir al conocimiento sobre el crecimiento y regeneración avanzada de Tzalam en condiciones naturales de una selva de Quintana Roo. Información que proporciona las bases científicas para la valoración de los programas de manejo que aseguren el aprovechamiento sustentable de las selvas y las especies que en ellas se cortan, con fines comerciales.

 

MATERIALES Y MÉTODOS

Área de estudio

El estudio se llevó a cabo en el ejido Laguna Kaná (Laguna amarilla en lengua Maya), municipio Carrillo Puerto, Quintana Roo. Cuyas coordenadas geográficas son: latitud 19°08'35'' y 19°57'29'' longitud 88°01'13'' y 88°09'44''. Limita al norte con el ejido Dzulá, al este con el ejido Yoactún, al sur con el ejido Naranjal Poniente y al oeste con el ejido de Chunhuhub. Laguna Kaná está unido por las lagunas de Suhas, Paytoro, Hoek , Dzitzantun y Kaná (INEGI,1988).

La región y Laguna Kaná se caracterizan por su relieve plano, subsuelo de sedimentos calcáreos con fuerte disolución. La topografía es relativamente plana, con algunas zonas de lomeríos, de elevación no mayor a 10 m (INEGI, 1988). Casi, 20% de su territorio se inunda durante la época de lluvias, por lo que se forman lagunas temporales, que se les conoce localmente como "bajos".

El tipo de clima se describe como Aw, cálido subhúmedo con veranos secos, una precipitación anual promedio de 1,300 mm, de la cual 75% ocurre entre mayo y octubre y la temperatura promedio de 26 C, con una mínima de 8 C (García, 1973; Tamayo, 1981). El tipo de vegetación se clasifica como selva seca por Holdridge (1947), selva subperennifolia por Pennington y Sarukhán (2005) y como bosque tropical subcaducifolio Rzedowski y Rzedowski (1989). La composición actual de las selvas es el resultado del clima y los tipos de suelo, la incidencia anual de huracanes e incendios, pero en particular, de las actividades humanas (agricultura de roza tumba quema) presentes, de manera constante, por más de dos mil años, lo cual explica por qué las especies más abundantes son el ramón ( Brosimum alicastrum SW.) y el chicozapote o zapote ( Manilkara zapota (L.) Royen) (Barrera et al., 1977; Edwards, 1986).

El ejido cuenta con un área total de 18,500 ha, aproximadamente 70% cubiertas de selvas y de éstas 11,000 se dedican al manejo forestal comercial. A dicha área se le denomina "área forestal permanente" o "reserva forestal", y dentro de la misma se realizó el trabajo de campo.

 

Métodos

En el año 2002 se inició el estudio, para ello se tomó en el área forestal bajo manejo comercial como punto de partida el límite norte del polígono del Ejido (que tiene una forma prácticamente rectangular), se tendieron cada 500 m. 20 brechas que cruzan la zona forestal de norte a sur y que suman 125 km. En las 10 primeras brechas se localizaron árboles de Tzalam con la meta de contar con 10 árboles por clases diamétricas de 5 cm. En total se localizaron 87 individuos, en cada uno se identificó con un código incluido en una placa de aluminio. Además, se les midió el diámetro a 1.3 m (DAP) y la altura comercial (altura en donde inicia la primera bifurcación).

Los árboles se evaluaron en el año 2002 y en el 2008; aunque, por la llegada de las lluvias, 10% de los ejemplares se midieron en el 2009. El levantamiento de datos se realizó siempre durante el periodo de enero a mayo. Como se espera falta de crecimiento o un crecimiento mínimo durante la época de secas, los valores obtenidos representan el diámetro al inicio del año en el que se llevó a cabo el trabajo de campo.

En muchas investigaciones para cuantificar la regeneración se consideran solamente las plantas de 10 a 130 cm de altura. En este estudio se trabajó con la regeneración avanzada, la cual se refiere a todas aquellas plantas de Tzalam existentes en la parcela de 30 m2, con DAP entre 2 y 10 cm. La importancia de la regeneración avanzada es que incluye sólo los individuos que superaron las etapas de plántula y brinzal (caracterizada por una alta mortandad), que ya tienen mayor probabilidad de sobrevivir y pasar a las siguientes categorías de edad y diamétricas.

Se obtuvieron datos en 176 parcelas de 30 m2 (3 x 10 m) a lo largo de las 10 brechas mencionadas anteriormente. Como los árboles de Tzalam no se ubicaban a lo largo de cada metro de la brecha, la primera parcela de 30 m2 se colocó en donde se observó el primer individuo, a partir de ese punto y cada 100 m se establecieron las siguientes. La última se ubicó después del árbol presente al final de la brecha correspondiente. El mismo procedimiento se siguió para las nueve brechas restantes.

La clasificación Maya de los suelos (Duch Gary, 2005) se utilizó como guía para la descripción del color del suelo (café oscuro, negro y rojo), sobre el cual se localizaron los ejemplares de tzalam muestreados. La clasificación Maya de los suelos se basa en características fácilmente identificables como: el color, afloramiento de rocas, la pendiente, su posición y el relieve (Bautista y Zinck, 2010). Su uso ofrece la ventaja de ser conocida por los habitantes locales y es de fácil aplicación (Bautista y Zinck 2010; Sánchez-Sánchez e Islebe 2002); además de que se correlaciona con propiedades de los suelos y la clasificación FAO/UNESCO.

Para conocer la distribución de los tipos de suelo en la zona del estudio, en el 2002 se realizó la descripción de un total de 2,460 puntos de observación, que se identifican en este documento como "parcelas generales". Las "parcelas generales" se localizaron a lo largo de las brechas, y a cada 500 m. Se identificó el tipo de suelo en un circulo de 50 cm de diámetro, con base en la clasificación Maya (Bautista et al ., 2005; Duch Gary, 2005). Aquí sólo se consignan los resultados del color del suelo, ya que fue el atributo que se utilizó para describir el sitio de crecimiento del tzalam.

El análisis de los datos se hizo con el programa SAS (SAS Institute, 1994). Se realizaron varias correlaciones lineales y regresiones entre las variables: DAP inicial, crecimiento en DAP, altura inicial y crecimiento en altura. El crecimiento anual del DAP se obtuvo al dividir diferencia de las medidas del 2008-2009 y la del 2002, entre el número de estaciones de crecimiento, seis y siete respectivamente. El crecimiento anual en altura se calculó de la misma manera. Para el color del suelo se calculó el porcentaje correspondiente a cada tipo de suelo existente en el área general de la selva de Laguna Kaná y en las parcelas con presencia de tzalam.

La prueba de Chi cuadrada (χ2) para independencia (SAS Institute, 1994) se utilizó para comparar el color del suelo de la selva (parcelas generales) con el correspondiente a los sitios donde crecía L. latisiliquum . La prueba de χ2 supone independencia entre los dos muestreos. Para los árboles de tzlam y las parcelas generales, la suposición se considera apropiada, por el gran tamaño del área de muestreo, y la alta variabilidad en las propiedades de los suelos, en algunas ocasiones dentro de unos cuantos metros, así como por la baja densidad de la especie de interés; todo esto hace poco factible que la asociación de ocurrencia de tzalam y el color del suelo fueran el resultado de procesos espaciales explícitos, como limitación de dispersión ( dispersal limitation ) (Erlén y Eriksson, 2000).

De los 87 árboles marcados, inicialmente en 2002, tan sólo se consideraron 74 para el análisis. Debido a las siguientes razones: seis árboles no se localizaron en el sitio que especificaba el formato de campo (probablemente fue resultado de un error al momento de tomar los datos en el 2002, tampoco se encontró algún rastro como tocón o árbol muerto); tres murieron por diversas razones, posiblemente como resultado de un fenómeno meteorológico; tres fueron cosechados y dos no pertenecían a otro taxón.

 

RESULTADOS

Crecimiento

El DAP y altura comercial promedio de los árboles fue de 32 cm y 7 m, respectivamente. El crecimiento en DAP registró 0.41 cm año-1 y la altura comercial tuvo un valor de y 0.1 m año-1 (Cuadro 1). La Figura 2 presenta la relación entre el DAP inicial (2002) y el incremento diamétrico anual. En la Figura 3 se muestra el crecimiento promedio +1SE (error estándar) por cada clase diamétrica de 5 cm (10 a 14.9, etc.), excepto las dos últimas que son más amplias y están formadas por tres árboles. El error estándar se obtuvo para cada clase, mediante el número de árboles y la varianza de grupo. La varianza de grupo se calculó a partir de las varianzas del crecimiento en DAP de los individuos por clase diamétrica. Los promedios indican un incremento lineal en crecimiento, a medida que aumenta el DAP de 10 a 30 cm. El crecimiento para cada clase entre 30 y 50 cm varía muy poco, disminuye de los 50 cm en adelante.

La correlación crecimiento en DAP y el DAP inicial (Figura 2) es casi 0 (r = -0.075, n = 74, P = 0.53), cuando en el mismo análisis se excluyen a los individuos con un DAP superior a 30 cm, se presenta una relación linear mayor que para los otros árboles, pero no significativa (r = 0.24, n = 34, P = 0.24). La correlación crecimiento en DAP y altura inicial tiene un valor de -0.071 (P = 0.55), y no se consideran los ejemplares con DAP superior a 30 cm la correlación se modifica muy poco (r = -0.065, P = 0.71).

El análisis de correlación se usa para medir la asociación lineal de dos características. El análisis de regresión es más apropiado para describir una relación no linear entre dos variables, como es el caso del crecimiento en DAP, con respecto al DAP inicial (Figura 3). Es por eso que se decidió ajustar los datos a un polinomio de segundo grado, que se aproxima mejor a la descripción de la relación entre las dos características. Los polinomios se utilizan cuando se desconoce la asociación de las variables. Los resultados obtenidos para predecir el crecimiento anual en DAP fueron los siguientes:

Crecimiento anual en DAP = a + b*(DAP inicial) +c*(DAP inicial)2

a = -0.10

b = 0.0324 (P = 0.002)

c = -0.000400 (P=0.001)

R2 = 14.9%, n = 74.

De los 74 árboles estudiados, 62 (84%) se localizaron sobre el suelo negro (Box-Lu'um), nueve (12%) en suelo café oscuro ( Ek' Lu'um ), y tres (4%) en suelo rojo (Chac-Lu'um), en comparación con 5%, 68% y 27% para los mismos tipos de suelo, pero en los sitios generales que describen su distribución en toda el área forestal (χ2 = 621, df = 2, P < 0.001) (Cuadro 2).

 

Regeneración avanzada

En el 2008 y a lo largo de las 10 brechas se establecieron 176 parcelas de regeneración avanzada (plantas de tzalam con DAP entre 2 cm y 10cm), que cubrieron una superficie de 5,280 m2. Fue sorprendente la ausencia total de individuos en el área de muestreo.

 

DISCUSIÓN

El valor de crecimiento promedio anual del tzalam correspondió a 0.41 cm, el cual es menor al registrado por otros autores (Cuadro 3). García y Rodríguez (1993) citan 1.10 cm como el mayor promedio de crecimiento anual para rodales de ocho años de edad, localizados en el municipio Othon P. Blanco, Quintana Roo. Mize et al. (1997), con datos de 25 árboles de las selvas secundarias de Campeche, obtuvieron un crecimiento anual de 0.78 cm. En bosques secundarios (20 años aproximadamente) derivados de acahuales de selva mediana subperennifolia en Campeche se consignó un incremento de r 0.51 cm (López y Tamarit, 2005). Este estudio se realizó en una selva mediana subperennifolia de edad desconocida, aunque, con base en la información de los ejidatarios debe ser superior a 40 años.

La correlación entre crecimiento en DAP y la altura inicial indica que el crecimiento en esta última es independiente del DAP del árbol, lo cual es muy común en las especies arbóreas (Muñoz et al ., 2005). En tanto que, la influencia del DAP inicial en el crecimiento del DAP tiene efecto positivo y significativo, cuando se trata de diámetros pequeños. En la Figura 3 se observa una tendencia de los puntos a formar una línea recta ascendente, a partir de la categoría diamétrica de 10 hasta casi 35 cm. El crecimiento de los árboles entre 35 y 50 cm es casi el mismo, y de 50 cm en adelante disminuye (Figura 3).

Si se considera la existencia de una relación entre el tamaño en DAP del árbol y su edad, la tendencia observada es en realidad típica de todos los organismos vivos, que crecen más rápido en las etapas juveniles de su ciclo de vida, posteriormente, muestran una etapa de crecimiento constante y al final es menor crecimiento o nulo en las etapas adultas, Wadsworth (2000) indica que a mayor edad en bosques adultos, el incremento anual en DAP decrece. Lo anterior permite suponer que los individuos de hasta 35 cm de DAP estaban en etapa de crecimiento, y que los árboles superiores de 50 cm son individuos adultos, por lo que no crecieron, incluso algunos reducen el diámetro.

Por otro lado, la aparente disminución en crecimiento de algunos árboles con DAP mayor o igual a 50 cm puede ser reflejo del desprendimiento de la corteza, característico en los ejemplares del tzalam, cuando alcanzan o rebasan esas dimensiones. Aunque se ha demostrado que en algunas especies forestales tropicales se presenta una reducción del DAP en la época de secas, pero se descarta esta posibilidad, ya que existen 6 años de diferencia entre la primera y segunda toma de datos.

El análisis de regresión fue una mejor herramienta estadística, tanto para describir la relación entre el crecimiento en DAP y el DAP inicial, como para comparar los resultados de los otros estudios sobre crecimiento de tzalam. A partir de la información de Mize et al . (1997) se generó una regresión lineal [DAP = 0.42 + 0.0127* (DAP inicial), n = 25, R2 = 0.19], P para el coeficiente del DAP inicial = 0.031. López y Tamarit (2005) obtuvieron el crecimiento promedio en DAP por categorías de 5 cm e indican el número de individuos por cada categoría (Cuadro 2). Ni la ecuación lineal, ni la polinominal fueron significativas, por lo que la línea de regresión es una horizontal (Figura 3), y el crecimiento promedio ponderado del DAP equivalente a 0.51 cm por año.

Respecto al promedio en crecimiento del DAP En Mize et al . (1997) consignan por lo menos 0.2 cm mas por año, en promedio, que el valor estimado en este estudio. Para los árboles pequeños (10 cm de DAP) López y Tamarit (2005) y Mize et al . (1997) registran resultados muy semejantes, algo similar ocurre para los árboles mayores (30 cm) al comparar los datos de López y Tamarit (2005) con los del presente trabajo (Figura 4).

Referente al suelo, 84% de los árboles se localizaron en suelo Box Lu'um (negro), 12% en Ek' Lu'um (café) y 4% en Chac kluum (rojo). Al analizar la distribución de suelos en toda el área de estudio (Cuadro 2) se observa que sólo 5% corresponde a suelo negro, lo cual indica que existe una preferencia ecológica del tzalam por el suelo negro. Sorensen (2006) también observó que, a nivel de plántula, el Tzalam se establece, preferentemente, en suelo negro.

En Quintana Roo, Hoy (2007) muestreó vegetación tropical de cuatro etapas sucesionales (4, 9, 14 y 20 años) en parcelas circulares con un radio de 12.62 m (500m2), ubicadas al azar. La presencia de árboles era muy baja en el acahual de 4 años y conforme pasa el tiempo los individuos arbóreos son más comunes, a la edad de 20 años superan los 100, de un total de 120 individuos, sin embargo la presencia de Lysiloma latisiliquum continuó siendo mínima, en particular en las etapas sucesionales tardías.

Aunque dentro de la selva, los individuos con DAP entre 2 y 10 cm fueron inexistentes, en las orillas de algunos caminos y "huamiles" (manchones de vegetación secundaria) si se observaron (Hoy, 2007). Se puede, entonces, aseverar que el Tzalam es una especie intolerante a la sombra en su etapa de regeneración y potencialmente abundante en terrenos de vegetación secundaria. En la selva de Laguna Kaná ninguna de las 10 brechas (60 km) correspondió a este tipo de condición. Ruiz (1988) menciona que la regeneración natural del Tzalam no ocurre, incluso bajo la sombra de su propio dosel, así como el de otras especies. Otros autores han observado que la especie se regenera en aperturas grandes de dosel creadas para imitar procesos de disturbios comunes en la región (Sorensen, 2006), como los huracanes e incendios.

Si se considera un crecimiento promedio anual de 0.41 cm, un árbol de tzalam necesitaría 85 años para alcanzar el diámetro comercial de 35 cm. Los turnos que se utilizan, actualmente, en Quintana Roo para esta especie son de 75 años (Com. pers.[Sup][/Sup]), muy cerca de la estimación de 85 años y la extracción se aplicó a la velocidad que los árboles crecen. Sin embargo, la población de tzalam está constituida sólo de individuos con DAPs ≥10 cm y con la ausencia de regeneración avanzada (árboles de DAP entre 2 y 10 cm.), por lo que el futuro de de su conservación es incierto.

 

CONCLUSIONES

El crecimiento anual del tzalam de 0.41 cm. año-1 está dentro de los más bajos registros en la literatura, lo cual resulta de que los árboles muestreados son de edad más madura, que la de los sitios con los que se comparó. Los suelos calcáreos de Quintana Roo, aunque fértiles, tienen una capa delgada del horizonte A, lo que se refleja en tasas de crecimiento en DAP menores para la mayoría de las especies, en comparación con otras zonas tropicales de México. A pesar de la baja tasa de crecimiento la rotación que actualmente se utiliza en Quintana Roo es de 75 años, por lo que se considera apropiada para alcanzar el tamaño comercial de 35 cm.

El futuro comercial del tzalam es incierto, ya que la estructura de su población carece de árboles de DAP entre 2 y 10 cm. El Tzalam es una especie que se está extrayendo en grandes cantidades sin ser reemplazada por nuevos árboles.

En la península de Yucatán la presencia de suelo Box-Lu'um es del orden de 5%, en Laguna kaná fue del 5% y en él se localizó 84% de los árboles de tzalam. La aparente preferencia de Tzalam por un tipo de suelo merece estudios más profundos, ya que si se corrobora, el manejo sustentable de la especie se complicaría por la falta de disponibilidad de suelo Box-Lu'um. Será necesario pensar en una silvicultura intensiva por tipo de suelo, la cual deberá combinarse para el fomento simultáneo de un grupo de especies, que incluya al cedro ( Cederla odorta) y la caoba ( Swietenia macrophyla ).

 

AGRADECIMIENTOS

Agradecimientos muy especiales para el Dr. Carl W. Mize por su apoyo en el diseño experimental del estudio y el análisis estadístico. A los ejidatarios de Laguna Kaná, con la esperanza de que los resultados sean de utilidad para el manejo sustentable y rentable de sus selvas. A las Ingenieras Victoria Santos y Rosa Ledesma de la oficina de servicios técnicos forestales de Carrillo Puerto, Q. Roo "Organización de ejidos productores forestales de la zona Maya" por su interés en la investigación y su aplicación en el manejo sustentable de las selvas de Quintana Roo, México. Los recursos de la investigación provienen de Iowa State University y la Universidad Veracruzana.

 

Bosque de Pinus spp. Piedra Canteada, Tlax. Marisela C. Zamora-Martínez.

 

REFERENCIAS

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