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Revista mexicana de ciencias forestales

versión impresa ISSN 2007-1132

Rev. mex. de cienc. forestales vol.2 no.3 México ene./feb. 2011

 

Artículos

 

Crecimiento inicial de especies arbóreas multipropósito en un terreno ganadero del norte de Veracruz

 

Initial growth of multi-purpose forest species in a livestock land at the north of Veracruz

 

Flor María Montero Solís1, Juan Ignacio Valdez Hernández1, Héctor Manuel De Los Santos Posadas1, Víctor Manuel Cetina Alcalá1 y Lázaro Rafael Sánchez Velásquez2

 

1 Programa Forestal, Colegio de Postgraduados. Correo-e: fmontero_s@hotmail.com

2 Laboratorio de Biotecnología y Ecología Aplicada (INBIOTECA), Universidad Veracruzana.

 

Fecha de recepción: 29 de junio de 2009.
Fecha de aceptación: 20 de enero de 2011.

 

RESUMEN

Se evaluó el crecimiento inicial en altura y diámetro de siete especies arbóreas multipropósito en un terreno ganadero del municipio de Tihuatlán, Veracruz; se usaron tres diseños de plantación con una proporción 6:3:1 y un arreglo en "tres bolillo", con una distancia de 3 m entre columnas y de 1.5 m para las líneas con el propósito de obtener una cobertura superior de las especies a estudiar. El crecimiento en altura mediante el modelo de covarianza fue significativamente (p<0.0001) mayor que el crecimiento en diámetro para todas las especies y durante el tiempo de medición (330 días). Las tres que presentaron la tasa más alta de crecimiento promedio en altura fueron Cordia dodecandra (0.14 cm día-1), Tabebuia rosea (0.073 cm día-1) y Guazuma ulmifolia (0.027 cm día-1), mientras que la mayor tasa de crecimiento promedio en diámetro fue para C. dodecandra y T. rosea (0.046 mm día-1), Cedrela odorata (0.028 mm día-1) y G. ulmifolia (0.023 mm día-1). El efecto del daño por desecación (pérdida de la yema apical) sólo fue significativo (p>0.05) en la altura de Brosimum alicastrum (0.0024 cm día-1, p<0.0202) y T. rosea (-0.051 cm día-1, p<0.0001); sin embargo, estos dos taxa pudieron resistir condiciones ambientales adversas (ausencia de precipitación y altas temperaturas) en alguna etapa de su desarrollo inicial sin comprometer su crecimiento posterior. La supervivencia fue del 98.4%.

Palabras clave: Altura a la yema apical, daño por desecación, diámetro al cuello de la raíz, modelo de covarianza, plantación mixta, supervivencia.

 

ABSTRACT

The initial growth in height and diameter was evaluated for seven multipurpose tree species in a livestock land of Tihuatlán, Veracruz, México, through three plantation designs with a proportion 6:3:1 and an arrangement "tres bolillo" with a distance of three meters between columns and 1.5 between lines to obtain a major covering of the species to investigate. The growth in height through the covariance model was significantly (p<0.0001) higher than the growth in diameter for all the species and during the time that were measured (330 days). The three species which had the higher growth rate in height were: Cordia dodecandra (0.14 cm day-1), Tabebuia rosea (0.073 cm day-1) and Guazuma ulmifolia (0.027 cm day-1); whereas the higher growth rates in diameter were for: C. dodecandra y T. rosea (0.046 mm day-1), Cedrela odorata (0.028 mm day-1) and G. ulmifolia (0.023 mm día-1). The effect of damage for withering (lost of the apical bud) only was significant (p<0.05) in height of Brosimum alicastrum (0.0024 cm day-1, p<0.0202) y T. rosea (-0.051 cm day-1, p<0.0001); however, in both species the damages could bear several atmospheric conditions (absence of precipitation and/or high temperatures) in some stage of their initial growth without to reach preventing their posterior growth. The survival was of 98.4 %.

Key words: Apical bud height, withering damage, root collar diameter, covariance model, mixed plantation, survival.

 

INTRODUCCIÓN

La expansión de la ganadería extensiva en la región norte del estado de Veracruz ha eliminado grandes áreas con vegetación original de selva mediana subperennifolia (Miranda y Hernández, 1963; Pennington y Sarukhán, 1998) y han sido reemplazadas por pastizales introducidos que se utilizan para el apacentamiento del ganado, por lo que restan sólo pequeños manchones o remanentes de masas arbóreas de gran altura dispersos dentro de potreros, usados únicamente como sombra para los animales, postes, leña o alimento (ramoneo) para el hato en épocas de extrema sequía.

En este sentido, las plantaciones forestales pueden ayudar a obtener un ecosistema forestal parecido al original que se tenía antes de ser degradado (Cárdenas , 2003; Rodríguez, 2006), mediante el establecimiento de taxa multipropósito dispersos de acuerdo con algún modelo sistemático capaz de contribuir a mejorar la producción de los sistemas de uso de la tierra (Nair, 1997; Benítez et al., 2004).

La inclusión del aprovechamiento de las especies nativas en plantaciones mixtas se ha convertido en una forma útil para enriquecer ecosistemas alterados (Montagnini, 1992). En varios países de América Latina se maneja la combinación de algunas de ellas en pasturas (Molina et al., 2003; Montagnini et al., 2003; Alice et al., 2004), ya que presentan mayores alturas y diámetros que en un monocultivo (Piotto et al., 2003; Piotto et al., 2004; Shono y Snook, 2006; Piotto, 2007).

Sin embargo, todavía falta información acerca del crecimiento inicial de especies arbóreas en terrenos ganaderos, pues sólo se cuenta con recomendaciones para el trópico mexicano enfocadas a plantaciones comerciales de gran escala: Swietenia macrophyllla King, Cedrela odorata L., Tabebuia rosea (Bertol.) DC y Cordia alliodora (Ruíz & Pav.) Oken (Musálem, 2001; Siemann y Rogers, 2003). Por lo general la etapa de inicio, con la cual se asegurará el éxito de una plantación, no se considera importante; además de otras serias limitantes como la escasez de humedad (Meinzer et al., 2005), daños mecánicos (pérdida de ápices, ramas) o incluso la muerte de las plantas.

Por lo anterior, se evaluó la tasa de crecimiento inicial en altura y diámetro, y el efecto del daño por sequía para siete especies multipropósito en un terreno destinado a la ganadería extensiva en el norte de Veracruz, con la expectativa de obtener diferencias significativas para las tasas de crecimiento, así como para el efecto de daño dentro de cada taxón.

 

MATERIALES Y MÉTODOS

Área de estudio

El trabajo se realizó en un lomerío ganadero de la comunidad Enrique Rodríguez Cano (Zapotalillo), municipio de Tihuatlán, Veracruz; localizado a los 20° 39' 34.8'' latitud norte y 97° 32' 39.5'' longitud oeste (Figura 1), en la Llanura Costera del Golfo de México, a una altitud de 80 m y una vegetación de selva mediana subperennifolia (García, 1973; Miranda y Hernández, 1963; Pennington y Sarukhán, 1998). El suelo es de tipo vertisol, que se caracteriza por la presencia de grietas anchas en la época de sequía y la susceptibilidad a la erosión (Casanova et al. , 2001). El clima se clasifica como Aw'1 (e): cálido subhúmedo con lluvias en verano (junio-octubre) y temporada seca de cuatro a cinco meses (enero-mayo), con una temperatura media anual de 25 °C y precipitación media anual de 1,156 mm (García, 1973).

Selección del material vegetal

Se consideraron los siguientes criterios para cada especie: a) más de un uso, por ejemplo ecológico, de reforestación o rehabilitación, forrajero, medicinal, apícola y artesanal u otros como sombra para cercos; b) representativa de la zona en estudio y c) de interés ecológico / socioeconómico. Las seleccionadas fueron: Bursera simaruba (L.) Sarg., Brosimum alicastrum Sw., Cedrela odorata L., Cordia dodecandra A. DC., Guazuma ulmifolia Lam., Swietenia macrophylla King y Tabebuia rosea (Bertol.) DC.

El material vegetal procedió de cuatro viveros del estado de Veracruz: Delegación Túxpan de la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR), Vivero Tarimoya del Puerto de Veracruz, Campus Veracruz y de San Luis Potosí, del Colegio de Postgraduados. Se eligieron cualitativa (coloración de hojas) y cuantitativamente (altura de la planta) por especie, con edades promedio de seis a 12 meses después de sembradas en bolsas de polietileno, bajo condiciones de vivero.

Ubicación de parcelas y diseño de la plantación

Con la vegetación existente en el terreno ganadero, pasto del género Paspalum , se ubicaron tres parcelas de 18 x 18 m (324 m2), cada una con tres metros en la periferia para evitar efecto de borde y con una distancia entre parcelas de 30 m (área total = 972 m2).

Se tomó en cuenta tanto la estructura que ocupan en el medio físico (Pennington y Sarukhán, 1998; Godínez y López, 2002), como las notas de plantaciones agroforestales (Musálem et al. , 2006; Cárdenas , 2003; Villavicencio y Valdez, 2003; Benítez et al., 2004), la distribución e interacción naturales con otras especies, además de su importancia ecológica, económica y social en la zona de estudio. Se establecieron tres modelos de plantación, con una proporción 6:3:1, los cuales consistieron en que los taxa con mayor número de usos tuvieron el número más grande de plantas. La proporción resultante fue de seis modelos: B. alicastrum (30 individuos en total por las tres parcelas) , B. simaruba (25 en total) y G. ulmifolia (25 en total); para la de tres: T. rosea (19 en total) y C. dodecandra (10 en total); y con uno: C. odorata (7 en total) y S. macrophylla (7 en total).

De acuerdo con las propiedades físicas del terreno se siguió un arreglo en "tres bolillo" con una distancia de tres metros entre columnas y 1.5 para las líneas, de tal manera que se obtuvo una mayor cobertura de las especies a evaluar (Figura 2); según lo citado para plantaciones agroforestales y de restauración ecológica (Cárdenas , 2003; Rodríguez, 2006).

Se excavaron 85 cepas por parcela (255 en total) con "gafa" y barreta. Su tamaño fue de 23 x 27 cm, en ellas se colocaron los individuos de las siete especies incluidas en el estudio.

Establecimiento de la plantación

Se realizó durante los días 24 y 25 de agosto de 2006. Los individuos fueron plantados con cepellón para protegerlos de una posible desecación. Al término de la plantación se hicieron deshierbes manuales con azadón y machete (cajeteado) alrededor de cada ejemplar, esta práctica se repitió cada dos meses para mantenerlos visibles y libres de competencia por malezas. En las esquinas de las parcelas se midieron y determinaron tres metros adicionales para evitar el efecto de borde (con estacas mayores a 1 m), posteriormente, se identificaron las plantas por registrar, y se cercó con alambre de púas para evitar la entrada temporal de ganado bovino.

Registro de datos

La primera medición (medición base o cero) se efectuó al establecer la plantación (27 de agosto 2006) y las siguientes se hicieron a finales de mes, por once ocasiones (septiembre 2006 - julio 2007). Se consideró para el registro de los datos una superficie de 144 m2 (12 x 12 m) donde se muestrearon 41 individuos (123 en total de las tres parcelas). Las variables fueron: a) altura total, tomada del cuello de la raíz a la yema apical, con ayuda de un flexómetro; b) diámetro al cuello de la raíz (donde coinciden la base de la planta y el suelo), para ello se empleo un vernier digital (marca Stainless Hardened) y c) supervivencia, por observación directa de los individuos.

Análisis de datos

De acuerdo al modelo de regresión lineal simple (Infante y Zárate, 2005) para explicar la relación de las variables altura total y diámetro se recurrió al análisis de covarianza (SAS, 2003), el cual combina variables cuantitativas (altura y diámetro) y cualitativas (individuos con y sin daño). Se emplearon variables indicadoras que toman valores de 1, si la especie está presente y 0 para cualquier otro taxón arbóreo, y a Tabebuia rosea como la de referencia para realizar comparaciones de los incrementos promedio entre los taxa. Se incorporaron los individuos que tuvieron crecimientos sin interrupción en algún tiempo (mes) y aquéllos que mostraron daños por las condiciones ambientales (sequía). En el modelo sólo se consideraron las tasas de crecimiento promedio de las especies dañadas: Bursera simaruba, Brosimum alicastrum, G. ulmifolia y la de referencia, T. rosea .

El modelo general sugerido y aplicado tanto para altura como diámetro fue:

Donde:

ß0 = tamaño inicial promedio de la especie base T. rosea (intercepto)

ß0k Ik = adicionalidades al tamaño inicial promedio de la especie de referencia, que representan la condición inicial de la k-ésima especie que puede ser B. alicastrum, B. simaruba, C. odorata, C. dodecandra, G. ulmifolia o S. microphylla , respectivamente (intercepto)

ß1 = incremento diario promedio de la especie base T. rosea (pendiente de la recta)

ß1k = adicionalidad al incremento diario promedio de la especie de referencia, que representa el incremento de B. alicastrum, B. simaruba, C. odorata, C. dodecandra, G. ulmifolia o S. microphylla , respectivamente (pendiente de la recta)

Ik = variable indicadora igual a 1 cuando el individuo evaluado es B. alicastrum , B. simaruba, C. odorata, C. dodecandra, G. ulmifolia o S. macrophylla y cero , cuando pertenece a alguna de las especies en particular

ß0D = tamaño inicial promedio de la especie base T. rosea (intercepto) con daño

I D = variable indicadora que representa el individuo de la k-ésima especie que tiene algún daño principalmente pérdida de la yema apical

ß1D = incremento diario promedio de la especie base T. rosea con daño

ß1kD = adicionalidad al incremento diario promedio de la especie de referencia, que representa el incremento con daño de B. alicastrum, B. simaruba o G. ulmifolia

IT = variable indicadora igual a 1 cuando el árbol evaluado es T. rosea y cero cuando es otra especie

ei = error aleatorio asociado al modelo y

T = tiempo en días a partir de la primera medición.

Del modelo de covarianza general para individuos completos (con y sin daño) se derivó una primera ecuación de línea recta que describe de manera individual y simplificada a cada especie I -1 pero sin individuos dañados:

La ecuación de línea recta que describe el incremento promedio con daño para la especie base, T. rosea fue:

La ecuación de línea recta derivada del modelo (1) que describe el incremento promedio con daño para B. alicastrum, B. simaruba y G. ulmifolia se consigna a continuación:

Donde:

= adicionalidad al incremento diario promedio de la especie de referencia, que representa el incremento promedio de las especies dañadas

I k = variable indicadora para Brosimum alicastrum, Bursera simaruba y Guazuma ulmifolia

I kD = variable indicadora para Brosimum alicastrum, Bursera simaruba y Guazuma ulmifolia con daño

 

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Crecimiento en altura por especie

Cordia dodecandra (cópite) tuvo buena respuesta en crecimiento (Cuadro 1, Figura 3), el cual llegó a ser rápido durante los primeros dos o tres años (Arteaga e Izaguirre, 2004; Benítez et al., 2004). Las especies de este género son recomendables para interactuar con pastos, siempre y cuando exista una adecuada luminosidad (Combe, 1982; Aide et al ., 2000; Finegan y Delgado, 2000; Lozada et al ., 2006).

La supervivencia de C. dodecandra fue del 100%, valor que demuestra su éxito en el establecimiento; también se presentó una alta supervivencia para Cordia trichotoma (Vell.) Arráb. ex Steud. en la región de San Pedro, Argentina 80% (Montagnini et al., 1997) y para Cordia alliodora en Costa Rica >70% (Piotto, 2007).

A Swietenia macrophylla le correspondieron los mejores crecimientos en altura (Cuadro 1, Figura 3), por la probable presencia de una adecuada luminosidad que incrementó la altura de la especie (Jiménez, 1999); como lo demostraron Grogan et al . (2003) en claros artificiales dentro de un bosque de Pará, Brazil y en La Selva Lacandona, Chiapas (Román et al ., 2007) cuya altura resultó mayor a los seis meses, en terrenos que permanecieron libres de pasto durante un año.

La alta supervivencia de S. macrophylla (100%) se debió, posiblemente, al efecto benéfico del pasto que favoreció la disminución de la temperatura y el aumento de la aireación del suelo, cuando este se encontraba bajo condiciones de la humedad, así como en una alta temperatura, algo similar se registró después de un año en potreros abandonados de Costa Rica, donde la mortandad fue menor al 10% a los tres meses de estación seca (Gerhardt, 1996). Además el pasto pudo haber actuado como un distractor o barrera natural para el ataque del barrenador de las meliáceas ( H y psipyla grandela Zeller), como se demostró en Quintana Roo bajo el sistema de plantación taungya (12 años), en el que los cultivos favorecieron 72% de la supervivencia de la especie (Arteaga e Izaguirre, 2004).

Con base en lo anterior, en el primer año de la plantación de S. macrophylla parece ser importante, no sólo permitir una adecuada entrada de luz mediante un buen control de la vegetación competidora (Fierros et al., 1999; Siemann y Rogers, 2003), sino mantener el microhábitat que ofrece el pasto, con el fin de evitar altos niveles de mortalidad, especialmente, en épocas de sequía.

Tabebuia rosea fue el segundo taxón con altura inicial promedio superior y la tercera en cuanto a tasa de crecimiento promedio (Cuadro 1, Figura 3); esto es similar a lo observado para otras especies del mismo género cuando crecen en potreros (Aide et al ., 2000; Zimmerman et al ., 2000; Ibrahim y Camargo, 2001). Respecto a su supervivencia alcanzó un valor de 94.7%, que coincide con la citada en Costa Rica (94%) (Piotto, 2007).

La presencia de daño, principalmente por desecación, en alguno de los individuos de T. rosea redujo su altura inicial a los 30 días y su tasa de crecimiento promedio fue negativa (Cuadro 1, Figura 4).

Guazuma ulmifolia (guácima) a pesar de que registró la mayor altura inicial promedio más sobresaliente y la tercera en altura final a los 330 días, su crecimiento por día no fue tan rápido como se hubiera esperado (Cuadro 1, Figura 3), aunque al igual que B. simaruba es nativa de la zona y forma parte de la vegetación secundaria, sin embargo se observó que posee un buen crecimiento y adaptabilidad (Pennington y Sarukhán, 1998; Ibrahim y Camargo, 2001; Love y Spaner, 2005). No obstante algunos individuos tuvieron ligeros daños, principalmente causados por altas temperaturas, esto último quizás favoreció que su crecimiento inicial se acelerara, ya que se considera una especie pionera temprana demandante de alta iluminación (Lozada et al ., 2006). Guazuma ulmifolia es promisoria en plantaciones (Wishnie et al. , 2007), y para este estudio pareció desempeñarse como tal, pues mantuvo una supervivencia del 100% durante el primer año de registro.

La altura inicial promedio de Bursera simaruba (chaca) resultó similar a T. rosea (Cuadro 1, Figura 3) y no fue sensible al daño respecto a su altura, pese a que se observaron ejemplares con desecamiento leve en su yema apical. Su supervivencia fue del 100%, por ser nativa de la zona de estudio y que requiere de poca atención en las etapas iniciales (Niembro et al., 2004); incluso el período de sequía puede ser favorable para su establecimiento; tal como ocurrió con estacas de esta especie en áreas deforestadas de Honduras (Zahawi, 2005).

Brosimum alicastrum (ojite) ha demostrado gran capacidad para aprovechar humedad a poca profundidad del suelo (Ayala y Sandoval, 1995; Querejeta et al ., 2006), lo que le confiere resistencia y adaptabilidad a condiciones muy adversas y de altas temperaturas, como ocurrió en la plantación. En el día 90 varias plantas presentaron muerte y lesiones por desecación (noviembre 2006), pero su tasa de crecimiento promedio se modificó poco (Cuadro 1, Figura 5). Lo anterior, probablemente, se debió a que en noviembre se registró una de las menores precipitaciones del año (111 mm); sin embargo, la humedad registrada en octubre (el mes más lluvioso durante la etapa de establecimiento: 358.2 mm) pudo haberlos fomentado.

En dicha etapa B. alicastrum obtuvo una supervivencia del 96%, en parte debido a la falta de competencia con las otras especies, pues en etapa juvenil no es aconsejable su establecimiento en lugares demasiado oscuros ya que su supervivencia disminuye (Montgomery y Chazdon, 2002). En el presente estudio, el pasto es posible que funcione como especie nodriza, al evitar la desecación total de los individuos de B. alicastrum en la época de estiaje, de manera similar, en otros casos cuando fue plantada bajo Acalypha cincta Muell. Arg. y Thouinia serrata Radlk. tuvo los mayores porcentajes de supervivencia (Sánchez et al., 2004). El pasto, debidamente controlado, propicia el establecimiento de ciertos taxa. Al respecto, en un pastizal degradado en la Selva Lacandona, Chiapas, la supervivencia de las especies arbustivas fue más alta, bajo la cobertura de gramíneas (Román et al ., 2007).

En C. odorata, por el contrario, una menor cantidad de luz quizás en respuesta a la presencia del pasto pudo haber interferido en los procesos fotosintéticos (Loik y Holl, 1999) (Cuadro 1, Figura 3). Este taxón requiere de luz solar en sus primeras fases de desarrollo para fomentar su incremento en altura; como ocurrió para una plantación en potreros del trópico seco de Panamá, donde C. odorata alcanzó una talla máxima de 81.7 cm en 16 meses (Griscom et al ., 2005). De manera similar, en un bosque húmedo de Bolivia, su altura fue comparativamente superior en un área abierta (claro), que en condiciones de regeneración natural (Arteaga, 2006); mientras que para una plantación en Campeche, México (libre de interferencia lumínica) C. odorata registró una altura de 61 cm a los seis meses (Alderete, 2004). Así como en São Paulo, Brasil, con mayor iluminación, Cedrela. fissilis Vell. incrementó notoriamente su altura a los 30 días de establecida (Santos et al., 2006).

Crecimiento en diámetro por especie

Cordia dodecandra fue una de las dos especies que mostró la mayor tasa de crecimiento promedio en diámetro (Cuadro 2), sobre todo en los últimos tres meses del período de mediciones (Figura 6). Comportamiento que pudo responder a un desarrollo intensivo de brotes al inicio del período de lluvias (mayo-julio), el cual no sólo está relacionado con la cantidad de agua transportada en el tallo sino con la edad de la especie y el tiempo de establecimiento de los individuos (Collet et al ., 2001; Benítez et al., 2004; Meinzer et al ., 2005; Pennisi, 2005).

La ausencia de competencia con los otros taxa (incluso el pasto) aunada a una cantidad de luz incidente más grande, favoreció el incremento en diámetro de C. dodecandra durante el primer año. Esto sugiere que el género Cordia se desarrolla en terrenos con pasto, como se cita para potreros abandonados de la Amazonia brasileña, donde Cordia multispicata alcanzó diámetros de 38-108 cm a los cuatro años (Guimarães et al., 1994); así como en plantaciones de Costa Rica, con individuos entre 6 y 11 años de C. alliodora (laurel), quienes manifiestan incrementos en diámetro (dap) de 2.1 cm año-1 (Piotto et al ., 2004).

Tabebuia rosea también registró una tasa de crecimiento promedio superior (Cuadro 2, Figura 6); sin embargo, cuando en los individuos se observó algún tipo de daño en el ápice, ésta disminuyó (Figura 7). Además es una especie que tolera sequías no muy prolongadas (Benítez et al., 2004; Mora et al., 2006), en el presente trabajo reactivó su crecimiento a los 60 días de plantada (octubre 2006), fecha en la precipitación fue más o menos abundante en la región, lo cual influyó de manera positiva en su crecimiento y favoreció el engrosamiento de su tallo.

Este taxón se desarrolla en potreros y pastizales, es nativo del área de estudio y forma parte de la vegetación secundaria (Pennington y Sarukhán, 1998; Aide et al ., 2000), lo que contribuye a la obtención de uno de los mayores diámetros finales. Una razón adicional para el uso de T. rosea es la combinación con otras arbóreas afines, tal como se demostró para Jacaranda copaia (Aubl.) D. Don. en potreros abandonados de Costa Rica en donde sobresalieron los diámetros alcanzados en plantaciones mixtas (Montagnini, et al., 2003; Piotto et al., 2003; Alice et al., 2004).

El lento crecimiento en diámetro de C. odorata (Cuadro 2, Figura 6) es probable que responda al tamaño de sus individuos que a la presencia de pasto, ya que ambos coexisten sin problema alguno (Otero et al.,1999; Love y Spaner, 2005). En el presente estudio no se utilizó ningún fertilizante o herbicida, lo cual mejoraría el crecimiento en diámetro tal como sucedió con plantaciones en pasturas abandonadas de Panamá, las que aumentaron su diámetro después de 16 meses de aplicar herbicida en las primeras etapas de desarrollo (Griscom et al ., 2005).

Guazuma ulmifolia no mostró daño en sus individuos (Cuadro 2, Figura 6), en cambio tuvo un rápido crecimiento y su tolerancia a sequías (Pennington y Sarukhán, 1998; Otero et al ., 1999) le permitieron un buen desarrollo en las parcelas de evaluación.

En Bursera simaruba se obtuvo un diámetro inicial promedio similar a T. rosea (Cuadro 2, Figura 6); sin embargo, a consecuencia del daño o desecamiento en el día 60 (octubre) el crecimiento disminuyó, aunque se recuperó a los 90 días (Figura 8), quizás gracias a su buena adaptación y a que la especie no requiere de mucha atención al momento de ser plantada, por la gran capacidad de almacenar nutrimentos del suelo (Castillo et al .,2003; Niembro et al ., 2004).

Los individuos de S. macrophylla presentaron valores reducidos de crecimiento en diámetro (Cuadro 2, Figura 6) debido, posiblemente, a la escasa precipitación registrada. Ésto se apoya en lo consignado para bosques naturales de Belice (Shono y Snook, 2006), donde una alta precipitación promovió un incremento del crecimiento diamétrico. Otra causa pudo ser un bajo contenido de proteínas en el xilema y floema secundario del tallo, raíz e incluso ramas, lo cual afectaría la etapa inicial de establecimiento y el crecimiento posterior en diámetro (Tian et al ., 2003).

Los valores de B. alicastrum (ojite) para esta variable fue el menor (Cuadro 2, Figura 6), las probables causas fueron el tamaño inicial de sus individuos y la presencia de pasto. Aunque se considera una especie que puede sobrevivir bajo condiciones de poca luminosidad en sus primeras etapas de desarrollo, su crecimiento en general resultó menor que el de las especies con altos requerimientos de luz (Lin et al ., 2002; Montgomery y Chazdon, 2002).

 

CONCLUSIONES

El crecimiento en altura fue significativamente mayor que el crecimiento en diámetro para todas las especies durante el tiempo de medición. Cordia dodecandra, Tabebuia rosea y Guazuma ulmifolia mostraron las tasas de mayor crecimiento promedio en altura, seguidas por Bursera simaruba, Brosimum alicastrum, Cedrela odorata y Swietenia macrophylla . Los valores de crecimiento promedio en diámetro fueron superiores para C. dodecandra y T. rosea , seguidas por C. odorata, G. ulmifolia, B. simaruba, S. macrophylla y B. alicastrum.

El efecto del daño por desecación de la yema apical sólo se reflejó en la altura de Brosimum alicastrum y T. rosea ; sin embargo, en ninguna de las dos especies los daños impidieron su crecimiento posterior, por lo que se demuestra que ambas pueden tolerar ciertas alteraciones (desecamiento) sin que éstas determinen su éxito en una plantación.

El crecimiento registrado en la mayoría de las especies de la presente investigación fue favorecido por una ausencia de competencia inicial por luz solar tanto entre ellas, como con el pasto, porque la zona de estudio pertenece a su área de distribución natural.

Las siete especies son factibles de ser establecidas en terrenos con características ganaderas (potreros) y pendiente ligera (lomeríos), además de tener una alta supervivencia (98%) y adaptabilidad frente a condiciones adversas (sequía).

La plantación mixta de especies arbóreas es una forma apropiada de utilizar terrenos ganaderos, donde el pasto debe ser controlado durante los primeros meses de establecimiento.

 

REFERENCIAS

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