Editorial

 

 

Más personas y comunidades actualmente se interesan en los bosques. Las demandas sociales son múltiples, y la pluralidad de las partes, que convergen en la toma del rumbo forestal, hacen indispensables ópticas integrales y acciones asociativas.

Hoy el desafío para el ámbito forestal es forjar nexos con otros sectores de mayor influencia. Se ha reiterado que las mayores amenazas para los bosques provienen de ámbitos no forestales, señalándose a la agricultura, la ganadería y la industria; sin embargo, estos tampoco son el origen; la culpa recae en la creciente demanda de alimentos, combustible, materias primas y espacios.

Frente a la urgencia de abordar los dilemas de la civilización contemporánea, tales como: pobreza, energía, agua, cambio climático, crisis financiera, los bosques, si se les considera aisladamente, no se convertirán en una prioridad política, pese a los discursos retóricos -de no ejercer las amplias facultades-, perspectivas y conocimientos vinculados a la academia, la ciencia y la transferencia tecnológica.

Pese a la función reguladora y de salvaguarda del acervo biótico de los bosques, la intensa exigencia de la población conduce a una presión que va en aumento. El equilibrio entre estas múltiples demandas mediante una forma sostenible de ordenación integrada, forma parte de los objetivos de las ciencias forestales.

La deforestación y la degradación son problemas cuyas causas profundas cifran en las externalidades macroeconómicas, en la propiedad de las tierras y en la pobreza. No existen soluciones rápidas e incluso factibles- para ninguno de ellos, nuevamente su atención exige un conocimiento profundo de las causas que lo originan, la adquisición de capacidades y amplios desarrollos tecnológicos. Se pronostica que los futuros avances se traducirán en mayores oportunidades de producción de energía de origen forestal, con la consecuente expansión de las plantaciones y bosques de ordenación intensiva para la producción de biomasa, cuyos impactos también deben ser motivo de profunda investigación.

La discusión respecto al clima y la energía ha provocado un renovado interés por la conservación de los ecosistemas y el establecimiento de plantaciones. Empero, la recuperación de los paisajes degradados y la ordenación sostenible tienen igual importancia, porque los bosques son componentes esenciales de la vida y la cultura del medio rural, espacios con un papel vital para el sostenimiento, regulación y recuperación de la biodiversidad. La colaboración de los habitantes locales en la ordenación, ahora concentrada en la silvicultura comunitaria, con un lugar preponderante en México significa su fomento acelerado e impulsado, como en ningún momento de la historia de la ciencia forestal, por los propios usuarios, más aún por los dueños de los bosques.

Es una realidad, que el financiamiento constituye un elemento clave del manejo de los recursos naturales. La funcionalidad múltiple de los bosques es la base para la generación de inversiones e ingresos adicionales con que auspiciar esta ordenación. Aunque existe gran interés por el pago de servicios ambientales y se cuenta con experiencia sobre el particular, aún es una idea en curso de elaboración. Con especial enfoque hacia las nuevas fuentes patrocinadoras que incluyen las inversiones interinstitucionales. El sector forestal ha de generar más de cuanto se hiciera en el pasado un vínculo práctico con la esfera financiera; y esto implica lo que por milenios han sabido los comerciantes, para hacer negocios cada sector debe hablar el lenguaje de su contra parte.

Las instituciones sólidas derivadas de gobiernos sensibles al tema forestal son decisivas para la ordenación forestal sostenible y se considera que es la noción que involucra no sólo los principios de confianza, transparencia y responsabilidad; sino también los criterios de participación y organización justa y equitativa en el establecimiento de responsabilidades, derechos y poderes entre partes interesadas y organismos, en todos los ámbitos de incumbencia del sector forestal.

En este contexto, la Revista Ciencia Forestal en México se transforma en la Revista Mexicana de Ciencias Forestales, órgano de difusión del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias, que busca homologar con sus publicaciones sectoriales hermanas, la Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas (antes Agricultura Técnica) y la Revista Mexicana de Ciencias Pecuarias (antes Técnica Pecuaria), la forma de presentar a la comunidad científica, los resultados del trabajo de sus investigadores, en primera instancia, y actuar como foro para instituciones afines. Este nuevo proyecto da continuidad a Ciencia Forestal en México, publicación que a más de tres décadas de distancia, ha mostrado notables avances y logros. A través de su historia pasó de ser una publicación de ámbito reducido, a un auténtico y prestigiado medio divulgativo de México, que hoy trasciende las fronteras nacionales.

El avance de la Revista se refleja en el enfoque y en la calidad de su contenido, ahora también en su nuevo formato. En sus orígenes despegó con mayor énfasis en la divulgación de sus programas, proyectos e infraestructura del otrora Instituto Nacional de Investigaciones Forestales (INIF). Gran parte de los artículos iniciales tuvieron un matiz más descriptivo que científico. Se advertía la necesidad de proyectar al todavía incipiente INIF y de divulgar su quehacer en el entorno nacional. La Revista actual está cabalmente ubicada en su auténtica función de difundir los estudios y trabajos de investigación que realiza el personal técnico y científico del INIFAP y de otras instituciones de investigación. Su contenido con frecuencia es revisado, analizado y citado por los estudiosos de las ciencias forestales de México y de otros países.

Otro punto importante que incidió en la calidad del material que se publicó en Ciencia Forestal en México, radicó en que el contenido de cada edición, fue analizado y tamizado minuciosamente por un comité editorial, integrado por un conjunto de profesionales altamente calificados. La Revista contó también con un Consejo Consultivo, el cual constituye un cuerpo colegiado de carácter interinstitucional, de especialistas con amplio reconocimiento nacional e internacional, cuya función es garantizar la calidad científica.

El momento actual de la Revista Mexicana de Ciencias Forestales tiene especial significación histórica, ya que representa un proceso sostenido de superación a lo largo de tres décadas. La calidad y el enfoque de su contenido la colocan dentro del padrón de revistas de excelencia del CONACYT.

Cuando la publicación que diera origen a la revista que inicia con el presente número apareció en el panorama nacional, la actividad forestal del país se centraba en l a perspectiva productiva y dentro de ésta, fundamentalmente, en el aprovechamiento de los bosques y selvas y en la industrialización de la madera obtenida de esos ecosistemas.

La evolución de México al inicio del siglo XXI plantea numerosos retos, gran parte de naturaleza compleja y trascendental alrededor del manejo, la conservación, la protección y el uso de los recursos forestales. El objetivo fundamental de la política forestal del nuevo siglo, se orienta a la conquista del desarrollo sustentable a partir de sus tres grandes componentes: el ecológico, el social y el económico. Para alcanzar ese propósito, uno de los escollos más importantes por superar es la adopción de modernas y eficientes tecnologías, capaces de promover altos niveles de aprovechamiento forestal sustentable. Lo anterior implica que a partir del mantenimiento de la capacidad productiva de los ecosistemas, la cosecha maderable debe optimizarse de tal manera que promueva de forma sustancial el desarrollo social y económico de la nación. Tan trascendental logro sólo será alcanzable en la medida que se fomente significativamente la investigación y el avance tecnológico.

El presente escenario de la investigación forestal en México es muy diferente al que se vivió en 1976, año en el que salió a luz Ciencia Forestal en México. Las razones más importantes de dicho cambio sustancial se ubican en el notable número de instituciones que se han sumado a esa tarea y la cantidad sustantiva de postgraduados forestales, muchos de ellos con nivel doctoral, que se desempeñan en el ámbito de la investigación y la docencia en dichas organizaciones. Lo anterior es resultado entre otras cosas, de nuevos apoyos al quehacer científico en el campo de las ciencias forestales, la mayor parte de los cuales se han generado en el país, de manera particular a partir del año 2000. Dentro de éstos destacan de manera especial, los fondos sectoriales y mixtos existentes entre el CONACYT y diversas dependencias del gobierno federal en el primer caso, y entre dicho Consejo y los gobiernos estatales, en el segundo.

De continuar las tendencias actuales de financiamiento a la tarea científica en el campo forestal, las perspectivas de desarrollo para el sector -que en el presente está abatido y profundamente rezagado- son promisorias. En este proceso, la Revista Mexicana de Ciencias Forestales deberá desempeñar un rol estratégico en todo el ámbito geográfico nacional.

Como principal instrumento para la divulgación de la ciencia en México, la revista madre estuvo destinada a documentar los nuevos alcances e información experimental relevante para: el manejo sustentable de los bosques y selvas; las plantaciones forestales de las cuales dependerá el abastecimiento de la materia prima que precisa la industria forestal nacional, cuya transformación eficiente y competitiva, respaldaría la obtención de los diferentes productos que se demandan en el mercado nacional y el internacional.

Por otro lado, la divulgación de los logros de la investigación en los campos ecológico (conservación, protección y fomento de los recursos forestales) y social (promoción del desarrollo rural) por parte de la Revista deberá ser otra de las facetas relevantes en su quehacer futuro. La revista está destinada a aportar, además de resultados de investigación aplicada, aquellos obtenidos en el área de la investigación teórica que se requieren para un mejor entendimiento y conocimiento de los ecosistemas forestales y de sus componentes.

La Revista Mexicana de Ciencias Forestales deberá continuar su exitoso proceso de superación, para ubicarse en un futuro no distante, entre las mejores publicaciones especializadas en su ramo; por lo tanto, deberá cumplir de forma eficiente su estratégico rol de llevar a todos los rincones donde se precise, en forma sistemática y oportuna, información de los resultados de la investigación forestal y de los nuevos avances científicos que registre la nación en el sector forestal. De esta manera estará cumpliendo cabalmente con su propósito de contribuir en forma significativa, al desarrollo forestal sustentable de México. Hemos querido presentar en este primer número un homenaje al fundador de Ciencia Forestal en México, el Dr. Miguel Caballero Deloya, con la publicación de una semblanza y el Doctor, por su parte, nos obsequia con otra más de sus reflexivas colaboraciones: La verdadera cosecha maderable en México.

Iniciamos esta Revista Mexicana de Ciencias Forestales con muchas aspiraciones, esperando mañana brindar la respuesta a la problemática forestal mexicana... y del mundo.

 

Cordialmente,

Carlos Mallén Rivera
Editor en Jefe