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Revista mexicana de ciencias pecuarias

versión On-line ISSN 2448-6698versión impresa ISSN 2007-1124

Rev. mex. de cienc. pecuarias vol.1 no.3 Mérida jul./sep. 2010

 

Artículos

 

Dinámica de la producción porcina en México de 1980 a 2008

 

Swine production dynamics in Mexico (1980 - 2008)

 

Encarnación Ernesto Bobadilla Sotoa, Angélica Espinoza Ortegaa, Francisco Ernesto Martínez Castañedaa

 

a Instituto de Ciencias Agropecuarias y Rurales. Universidad Autónoma del Estado de México. Ignacio López Rayón Sur 510. Col Cuauhtémoc. Toluca, Estado de México. 50130. fernestom@yahoo.com.mx. Correspondencia al tercer autor.

 

Recibido el 24 de septiembre de 2009.
Aceptado para su publicación el 27 de enero de 2010.

 

RESUMEN

El objetivo fue evaluar la dinámica de la producción porcina nacional e identificar los puntos críticos, los cambios y ajustes, de 1980 a 2008. Se analizó el país en su conjunto, las cinco regiones socio-económicas y los Estados que lo conforman. Los datos fueron obtenidos de SAGARPA, Banco de México y de la Secretaria de Economía, y se evaluaron indicadores de crecimiento, tendencia y precios reales. La política económica y financiera afectó la capacidad de pago de los productores. Los inventarios disminuyeron y modificó la dinámica del sector de forma negativa. La apertura comercial modificó negativamente la porcicultura mexicana, ya que la mayoría de los productos cárnicos y despojos comestibles de porcino importados, fueron introducidos al país con precios por debajo de los costos de producción mexicanos. La política de sacrificio favoreció únicamente a un sector. La producción de carne se desarrolló principalmente en los estados de Jalisco, Sonora, Guanajuato, Michoacán y los estados con mayor crecimiento fueron Yucatán, Puebla, Sonora, Guanajuato, con mayor decremento el Estado de México, Michoacán y Jalisco.

Palabras clave: Porcicultura, Política económica, Comercio.

 

ABSTRACT

The objective of the present study was evaluating Mexican swine production dynamics and identifying its critical points, changes and modifications between 1980 and 2008. Mexico as whole unit, its States and the five socioeconomic regions of the country were analyzed. Data were obtained from SAGARPA, Banco de Mexico (Banxico) and from the Economy Ministry. Growth, trend and real price indicators were assessed. Economic and financial policies affected payment capacity of farmers, as animal stocks decreased and swine production dynamics evolved negatively. Trade policy had a negative effect on Mexican swine production as most foreign pork products were imported at prices below domestic costs of production. Slaughter policy benefitted only one sector. Domestic swine production was carried out mainly in the States of Jalisco, Sonora, Guanajuato and Michoacán. The States showing larger growth in swine production in the period analyzed were Yucatan, Puebla, Sonora and Guanajuato and those showing a greater decline were Mexico, Jalisco and Michoacán.

Key words: Swine production, Economic policy, Trade.

 

INTRODUCCIÓN

La carne de cerdo es la más consumida en el mundo, su producción mundial duplica la de carne de res y es más del doble de la producción de pollo. El volumen de producción anual mundial de cerdo es poco menos de 100 millones de toneladas. En el 2005, el promedio mundial de consumo per capita de carne de cerdo fue de 16 kg(1), sólo en los países desarrollados el promedio es de 20, 30 y hasta 40 kg.

Los principales productores mundiales de carne de cerdo son China, Europa, Estados Unidos y Brasil. China es el mayor productor, generando más del doble que la Unión Europea, 5 veces más que Estados Unidos y casi 18 veces más que Brasil. Los mayores exportadores de carne de cerdo son la Unión Europea, seguida por Estados Unidos, Canadá y Brasil(1).

En términos monetarios, 2008 representó un valor total de la producción porcina de 30 millones de pesos, aproximadamente el 12% del valor total agropecuario mexicano. La apertura comercial mexicana, en su capítulo agropecuario, ha significado uno de los temas más polémicos dentro de las negociaciones. Estudios previos se han realizado describiendo los componentes productivos y económicos en diferentes periodos, y comprenden trabajos de modelización econométrica(2,3), política económica(4,5), dinámica(6), capital e inversión(7), entre otros. El comercio de productos porcinos entre México y EUA se incrementó notablemente en un solo sentido y su impacto sobre la porcicultura mexicana ha sido motivo constante de preocupación(6).

Las diferencias son notables entre los datos reportados de instancias oficiales, asociaciones de productores y particulares. Los volúmenes de carne producidos con base en la clasificación tecnológica de los sistemas de producción porcina varían entre el 10 y hasta 20%, sin embargo, la porcicultura en su conjunto, ofrece una dinámica similar en dichos sistemas. Las granjas tecnificadas mantienen el 30% del inventario y producen alrededor del 50% del total de la carne; por su parte, las semitecnificadas oscilan entre el 25 y 30% del inventario y producen entre 20 y 30% de carne, el traspatio produce entre el 20 y 30% restante con un inventario promedio de 40%(8).

Por lo anterior, se hace necesario evaluar la dinámica de la producción porcina nacional, no sólo como un análisis retrospectivo, sino como un elemento de análisis que permita identificar los puntos críticos, los cambios y ajustes dados en el sector como resultado de las políticas del gobierno mexicano.

 

MATERIALES Y MÉTODOS

Se analizaron los datos de producción de carne de porcino en México entre los años de 1980 a 2008. Al realizarse el análisis nacional, se consideró como variable al país en su conjunto, las regiones socioeconómicas que lo conforman y los Estados que conforma a cada una de las cinco regiones (Cuadro 1).

La información estadística contenida en este estudio, pertenece a las publicaciones oficiales por parte de las distintas Instituciones Públicas, Organismos de productores según sea el caso y las variables de que se trate. Los datos se obtuvieron principalmente de la Secretaria de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) y sus organismos sectoriales. Los datos económicos y financieros utilizados fueron de las publicaciones de la Secretaria de Economía (SE) y Banco de México (Banxico). Los datos de precios se deflactaron con el Índice Nacional de Precios al Consumo (INPC), segunda quincena de junio de 2002, según Banxico. Se determinaron los incrementos/decrementos, la tasa de crecimiento medio anual (TCMA), variaciones de la producción, sacrifico y precio. Los datos se ajustaron por el método de los cuadrados mínimos para obtener la tendencia.

Para el comercio exterior se planteó un método que relacionara la política gubernamental al sector porcicultor con las dinámicas contextúales propias del comportamiento del mercado de América del Norte, mostrando sus efectos en la productividad y bienestar de los productores.

 

RESULTADOS

La producción nacional de carne de porcino en canal, incluye el sacrificio en rastros municipales, Tipo Inspección Federal (TIF) e in situ. La producción de 1980 a 2008 fue negativa, con un decremento anual de 0.3% en el periodo comprendido con crecimientos y decrementos. La Figura 1 resume la evolución y su tendencia en México, donde es posible identificar tres etapas: la primera de 1980 a 1984, la segunda de 1985 a 1991 y la tercera de 1992 a 2008.

En la primera etapa la producción se incrementó en un 16% pasando de 1,250,800 t en 1980 a 1,455,304 en 1984, con una tasa de crecimiento medio anual (TCMA) de 3.86% y 204,504 t más. En la segunda etapa, la producción retrocedió 728,634 t con una tasa de crecimiento media de -12.97%, equivalente a una pérdida total del 65% del volumen producido. En la última etapa la tendencia fue positiva, con un incremento de 391,520 t, pasando de 757,351 a 1,148,871 t, cifras que equivalen a una TCMA de 4.25%.

El 74% de la producción promedio de carne de porcino en México durante el periodo de análisis se desarrolló en ocho Estados: Jalisco, Sonora, Guanajuato, Michoacán, Puebla, Veracruz, Yucatán y Estado de México. La Figura 2 resume las variaciones de producción de los estados, donde resalta el crecimiento de Yucatán, Puebla, Sonora y Guanajuato, y la contracción del Estado de México, Michoacán y Jalisco.

 

Distribución regional de la producción de carne de porcino

Región Noroeste. La región debe su aumento al dinamismo experimentado por Sonora, ya que los tres estados restantes tuvieron un comportamiento decreciente. Finalizó el 2008 con 222,000 t producidas, de las cuales el 91% las produjo este estado, donde en 1980 se produjeron 125,000 t, que representaron el 10% del total nacional, mientras que para 2008 produjo el 21% nacional.

Región Noreste. El año de 2008 finalizó con un volumen de 83 mil t, 5.2% más que en 1980. El principal cambio se dio en Coahuila con un incremento de 92% y un volumen de 22.9 mil t, que representó el 2% de lo producido en el país.

Región Centro Occidente. En 1980 producía la mitad de la carne de cerdo del país con 622,871 t, pero esta producción en 2008, con un volumen de 414,701 t, contribuyó con el 36% al total producido. Aguascalientes, Colima y Guanajuato, incrementaron su producción en un 466, 91 y 48% respectivamente. Michoacán disminuyó 4.87% anualmente, mientras que Jalisco -0.96%. En 1980 produjeron 164,714 y 282,316 t y en 2008 41,933 y 215,770 t, respectivamente. Con un crecimiento 1.42% anual Guanajuato pasó de 69,653 t, en 1980 a 103,657 t en 2008.

Región Centro. En 1980 la región produjo 206,700 t mientras que en 2008, el volumen fue de 163,700 es decir, 43,000 t menos. Puebla creció 2.43% anualmente, el volumen producido en 1980 fue de 52,002 t, y en 2008 101,964 t, mientras que el Estado de México, Distrito Federal, Morelos e Hidalgo disminuyeron 4.92, 5.53, 3.74 y 2.34% anualmente, respectivamente.

Región Sur Sureste. La región pasó de 174,100 a 242,000 t (1.18% anual) de 1980 a 2008. Yucatán, con un aumento de 886%, finalizó 2008 con 88,585 t producidas, Quintana Roo, con 79% finalizó con 14,666 t, y Oaxaca terminó con 28,129 t. Campeche, Guerrero y Veracruz sin cambios.

 

Sacrifico de porcinos

La Figura 3 resume dos etapas en la evolución y tendencia del sacrificio de porcino. El descenso medio del periodo analizado fue del orden de 0.46%. La primera etapa de 1980 a 1989 con una TCMA de -5.8% que finalizó con 9.9 millones de animales sacrificados y otra positiva de 1989 a 2008, con una TCMA de 2.2% que finalizó 2008 con 15 millones de animales sacrificados. En 1983 fue el año donde se sacrificó el mayor número de animales (20'216,101), y en 1989 el menor número (9'922,676).

Sacrificio en TIF. Con una TCMA de 7.7% aumentó el número de animales sacrificados de 693 mil en 1980 a 5.2 millones de cabezas, pasando de representar el 4 al 34% del sacrificio nacional.

Sacrifico en rastros municipales y matanza in situ. El número de cabezas sacrificadas disminuyó de 5.7 a 5.5 y de 10.6 a 4.3 millones, en rastros municipales e in situ, respectivamente. El sacrificio en 1980 en rastros municipales representó el 34% del total sacrificado, y la matanza in situ el 62%.

 

Evolución del precio vivo y en canal

En términos reales el precio del cerdo vivo se incrementó 92 centavos, es decir 9.1% en 28 años.

El precio en canal de cerdo disminuyó 5.38 pesos, es decir 25% menos que al inicio del estudio. El precio del cerdo en pie de 1981 a 1985 se incrementó en 3.8 pesos, pero el precio de 1984 a 1986 disminuyó 2.14 pesos.

Durante 1985-1986, 1989-1990, 1992-1993, 19981999, 2002-2003 y 2006-2007 los precios del cerdo en pie disminuyeron 15, 16, 20, 18, 9 y 26% con respecto a su año inmediato anterior, equivalente a -2.10, -2.88, -3.01, -2.82, -1.30 y -1.77 pesos, respectivamente. Por otro lado los años de 1984, 1987-1988, 1991, 1994-1997 y 2000-2001 los precios del cerdo en pie incrementaron en 14, 49, 3, 30 y 10% con respecto a su año inmediato anterior, equivalente a 2.13, 5.81, 0.46, 2.99 y 1.36 pesos, respectivamente.

El precio del cerdo en canal durante 1983-1984, 1986-1987, 1989-1992, 1994, 1996, 1998, 2002-2003 y 2005-2008 disminuyeron 20, 9, 26, 10, 7, 17, 7 y32% con respecto a su año inmediato anterior, equivalente a -6.14, -2.44, -7.63, -2.18, -1.51, -4.03 y -1.77 pesos, respectivamente; y en los años de 1982, 1985, 1988, 1993, 1995, 1997, 1999-2001 y 2004 los precios del cerdo en canal incrementaron en 40, 11, 21, 2, 13, 15, 21 y 3% con respecto a su año inmediato anterior, equivalente a 8.65, 2.73, 5.10, 2.00, 2.61, 3.23, 4.17 y 0.74 pesos, respectivamente.

Los márgenes de comercialización durante este periodo tendieron a reducirse en 21%, para 1981 dicho margen fue del 52.6% y en 2008 del 30.9% (Figura 4). La evolución del índice de precios en vivo y en canal fue muy similar. La relación entre índices fue siempre mayor a uno, lo que reafirma el aumento en los precios en pie (Figura 5).

 

Precios de diferentes carnes

Son muchos los factores que determinan el comportamiento de los consumidores, los patrones culturales ejercen una fuerte presión sobre el comportamiento y consumo de los productos, sin embargo, son los precios los que mayor respuesta tienen sobre los consumidores.

El precio de la canal de porcino disminuyó 38 centavos en el periodo de estudio, finalizando 2008 en 15.35 pesos, 1.39 más que la carne de pollo y 6.83 pesos menos que la carne de res. El precio de la carne de res, se incrementó 3.08 pesos más que en 1981. La carne de pollo registró una disminución de 4.02 pesos, lo que representó el 22% menos del precio de 1981.

La relación media de porcino/res fue de 0.91 que dio ventaja al cerdo. La relación porcino/pollo brindó ventajas a la carne de pollo, con una relación promedio de 1.22, en el 2008, por lo que el precio de la carne de pollo disminuyó más que la de cerdo en el periodo analizado.

 

DISCUSIÓN

El dinamismo que venía impulsando a la porcicultura desde 1960(9), se perdió rápidamente en la segunda mitad de la década de los ochenta, que junto con la depreciación de 1982 y la apertura comercial, fueron factores devastadores para la actividad; además es necesario considerar el retiro constante al subsidio del sorgo, factores que en conjunto, influenciaron directamente el comportamiento en los años consecutivos.

Estos cambios en la nueva política económica se vieron reflejados en la producción porcina nacional, generando una crisis en el sector que se caracterizó por una grave disminución en el inventario y por consiguiente en la producción y los sistemas productivos. En 1984, la producción disminuyó el 2% con respecto al año anterior; la consecuente pérdida para abastecer las necesidades del mercado nacional y la apertura comercial, permitieron la entrada de las importaciones, esto en un marco de escasez de divisas y con facilidades arancelarias otorgadas por el gobierno mexicano, con mayor competitividad de productos extranjeros y contracción de la demanda nacional(9).

Esta disminución de 30,000 t, coincidió con un proceso inflacionario del 59%, que combinado con la inflación acumulada desde 1982 (99%) y 1983 (81%), altas tasas de interés tanto nominales como reales, desataron la fuerte depreciación(10,11). Sin embargo, el punto crítico no inicia en 1984, es el bienio 1981-82 donde el precio del cerdo en pie se incrementó 4.76 pesos con respecto al año anterior, lo que provocó una reacción adversa en los porcicultores con respecto al flujo económico del sector, es decir, disminuyeron su lote de engorda, separando a las hembras para incrementar el inventario reproductor, para a su vez incrementar el volumen de cabezas de ganado en el mercado. Desafortunadamente, 1983 constituye el segundo punto crítico de la porcicultura en este periodo, ya que a pesar de que el volumen de carne de cerdo no se vio afectada, el precio del cerdo en pie disminuyó 3 pesos, por lo que los volúmenes de cerdo colocados en el mercado no fueron suficientes para pagar por un lado, el costo de financiamiento de las nuevas hembras resultado del incremento de la piara, y por otro lado, el aumento de precio de algunos insumos como la soya, que en ese año se incrementó 63 centavos, aumentando los costos de producción. Los resultados del sacrificio en 1983 son evidencia de esta crisis del sector, y confirman que el mayor número de animales sacrificados en este año no se debió a un incremento de la producción, sino parte de estos sacrificios lo constituyeron las hembras de remplazo que fueron presupuestadas como parte del incremento de la piara.

La producción retrocedió 759,212 t en el periodo de 1984 a 1989, una disminución del 48%, con una tasa de crecimiento media de -11.24%; y de 1989 a 1993 la producción aumentó 94,910 t (13%) y una TCMA de 2.49%. Pero en el mismo periodo el precio aumentó 35%, es decir, 5.80 pesos. La teoría económica establece que a medida que el volumen de un producto aumenta, el precio disminuye y viceversa; en 1988 y 1989 se registraron los volúmenes más bajos de la producción y los precios más altos, tanto en pie como en canal.

De 1986 a 1991 la producción disminuyó continuamente, lo cual coincidió con la hiperinflación que se registró en el país: 106% en 1986, 159% en 1987, 52% en 1988, 20% en 1989, 30% en 1990 y 19% en 1991; y esta inflación acumulada del 386% disminuyó el poder adquisitivo, y el poder de pago de las obligaciones contraídas del sector porcícola.

Al contrario de la crisis de los años 1980 donde la inflación acumuló 697%, de 1990 a 1994 fue más moderada (menor al 80%), las tasas de interés no fueron tan elevadas, estimulando las inversiones a largo plazo, de las que se vieron favorecidos ciertos grupos empresariales hasta antes de la entrada del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN). Sin embargo, se venía generando una espiral peligrosa, es decir, las ganancias obtenidas en 1994, obedecían a una sobrevaluación del peso mexicano durante 1993 y 1994, permitiendo importar granos a bajo precio y disminuyendo los costos. Para diciembre de este año, la devaluación de 1994, terminó finalmente con muchos productores que habían logrado sobrevivir a las crisis anteriores.

Uno de los principales impactos adversos en la porcicultura, fue la firma del TLCAN, que favoreció la entrada de grandes cantidades de carne de porcino procedente de Estados Unidos a precios "dumping".

En el corto plazo, una devaluación incrementa los precios relativos de los bienes importados por el país que devalúa, y reduce el precio relativo de sus exportaciones, por lo que se utiliza como última medida defensiva para equilibrar la balanza comercial de una nación que presenta déficit comercial y como mecanismo inductor de reformas orientadas a liberalizar la economía(10). Por ello, una devaluación en la tasa de cambio implica precios mayores para los importadores, mayor valor bruto de las exportaciones y un incremento en el ingreso de dichos exportadores(12).

Para 1995, la subvaluación del peso, la inflación, las tasas de interés y los incrementos en los precios, originaron pérdidas en la porcicultura(13); sin embargo, los efectos productivos se notaron hasta el año siguiente, con una disminución de 1.22% y 910,290 t en 1996. A pesar de los resultados negativos en este año, las granjas medianas y grandes con resultados de ganancias, relaciones de rentabilidad y de costo privado favorables, siguieron invirtiendo en el desarrollo de la actividad(14), destacando el cambio en la estructura de los sistemas productivos y la concentración de la producción. Este panorama no favoreció a la porcicultura en su conjunto sino a los sistemas empresariales, dejando al resto de productores dependientes de las fluctuaciones de precio del cerdo y condiciones del mercado.

Para 1996 se conjugaron una serie de factores: la producción mundial de sorgo fue una de las más altas (71.7 millones de t)(15), pero para el siguiente ciclo el grano sufrió una crisis a nivel mundial, incrementando el precio del mismo y afectando a la porcicultura en su conjunto. El precio del sorgo se regularizó en el segundo semestre de 1996, de tal forma que en 1997 el sector registró ganancias.

Las diferencias entre los niveles de producción, es consecuencia del desmantelamiento de la planta productiva, la continua salida de granjas y el retiro paulatino de productores dentro de la actividad, ocasionando una tendencia hacia la concentración económica y regional de la porcicultura(16). Para 1995 se registró la quiebra de cerca de 5,000 granjas y aproximadamente 14,000 más con serios problemas de aprovechamiento de su capacidad instalada, menor al 50%(17).

Se ha generado una polarización entre porcicultores por la tendencia a la concentración económica, que deriva en la existencia de grandes grupos de productores que han mantenido su competitividad(9).

Los cambios en el sector porcino nacional siguen generalmente los patrones de comportamiento de EUA y Canadá, por lo que los niveles de producción, control y calidad, se han convertido en puntos de referencia para determinar la viabilidad financiera.

En este panorama de competitividad, Barrón et a/18), describen rentabilidad y ventajas comparativas a precios privados o de mercado para empresas medianas y grandes en 1995, donde el inadecuado manejo de la política macroeconómica de tasa de cambio peso/dólar y de interés, asignó un impuesto por kilogramo de cerdo producido en pie. La rentabilidad aumenta a medida que aumenta el tamaño de la granja y disminuyen sus costos unitarios de producción, lo que favorece a las granjas especializadas(13,19,20).

Región Noroeste. En esta región el principal productor de cerdo fue el estado de Sonora en todo el periodo de estudio; en 2008 aportó el 21% nacional; sus principales estrategias han sido mantenerse a la vanguardia tecnológica e integración productiva, así como la búsqueda de mercados en el exterior. En 1995 por ejemplo, el 90% de las ventas hacia el exterior las realizó Sonora, pero dadas las condiciones fluctuantes del mercado mundial, era necesario posicionarse en el mercado doméstico: en 1998, el 70% se destinó al mercado nacional y sólo el 18% en cortes especiales se destinó al mercado de Japón, Grecia y Estados Unidos; de esta forma conquistaron segmentos de mercado no concurridos por los principales exportadores mundiales. Finalmente lograron establecer alianzas estratégicas con capital externo, para diferentes objetivos, re-inyección de capitales, adquisición y mejoras de rastros, comercialización, entre otros(21). Sin embargo, no ha sido ajeno a los fenómenos macroeconómicos del país; en 1986 se corta una tendencia creciente que se venia registrando, a partir de entonces y hasta 1993 se mantuvo con ligeros incrementos, momento en el que consolida un crecimiento más dinámico y estable. Estos cambios fueron reflejo de las consecuencias de la apertura comercial y de la inserción al mercado mundial. En términos de volumen, la crisis de 1994 no afectó el crecimiento de los años siguientes, confirmando la solidez de este grupo.

Región Noreste. Nuevo León creció poco más que Coahuila, sin embargo su porcentaje en el total nacional fue de 0.9%.

Región Centro Occidente. A pesar de los crecimientos de 466, 91 y 48% de Aguascalientes, Colima y Guanajuato, respectivamente, no fueron suficientes para amortiguar la caída del resto de la región. Para 2008, el crecimiento de los dos primeros sólo representó el 1.6% del volumen total. Michoacán si no el más afectado, uno de los estados más perjudicados del país, produjo en 1980 el 14% de la producción nacional; esta ganadería ha cambiado su forma de producir de netamente de engorde, donde dependía directamente de los acopiadores, a una más integrada. En 1989 produjo el 7.6%, en 1995 el 5.9%, en 2004 el 4% y en el 2008 el 3.6% del total nacional, un claro deterioro de la planta productiva, como resultado de una conjunción de factores productivos, sanitarios y políticos, que redujeron sus inventarios y terminaron por expulsar a una gran parte de productores. Jalisco a pesar de tener una baja en su volumen de 67 mil t, siguió siendo el principal productor de carne de cerdo en México. En 1980 participó con un 23% del total nacional y en 2008 con el 19%, con volúmenes de 282 y 209 mil t, respectivamente. La porcicultura de Jalisco presenta gran variedad de sistemas y tipos de productores, encontrando incluso un gran número de pequeños productores en la zona urbana de la ciudad de Guadalajara. La drástica baja de la producción en 1986 y 1987 no coincide con disminuciones en los inventarios, por el contrario, estos se incrementaron ligeramente; el aumento en 1997 de los mismos, tampoco se vio reflejado en la producción en años posteriores (cabe mencionar que en este año, se exportaron pequeñas cantidades)(9). La concentración en el estado ha sido evidente para quienes se han favorecido de las coyunturas económicas; los medianos y pequeños productores han alcanzado ciertas mejoras, sin embargo sigue imperando una gran heterogeneidad(22). Guanajuato ha podido consolidarse en la región; por una parte ha incrementado sus inventarios, ya que logró posicionar en el mercado 95 mil t en 1990, y 104 mil t en 2008. En 1980 con el 4% del inventario producía 5.6% del total de carne de porcino en México y para 2002 con el mismo inventario produjo el 9%, dando muestra de su avance y reconversión productiva. En 1999, alcanzó su máximo volumen con 105 mil t.

Región Centro. Esta región tuvo una TCMA de -0.83%, en 1980 su participación a nivel nacional era del 16.5% y en el 2008 fue de 14.2%, siendo el Estado de México el que tuvo un disminución de 67,443 t, con una TCMA de -5.00%, en 1980 produjo 89,159 t, en este mismo año aportó el 7.13% de la producción nacional y en el 2008 el 1.89%. El estado de Puebla tuvo una TCMA de 2.43%, en 1980 produjo 52,002 t, y en el 2008 101,964 t, su aporte a nivel nacional fue de 4.16 a 8.88%, en el periodo de estudio. El valor de la región Centro es que ahí se encuentra concentrada poco más de la cuarta parte de la población del país, lo que lo vuelve un centro de consumo importante. El bajo ritmo de crecimiento del Estado de México se debió a su deficiente estructura económica en la actividad porcícola y por los cambios en el consumo de su población en mayor grado urbana, que se ha reorientado hacia el sector avícola(23).

Región Sur Sureste. De acuerdo con los datos oficiales existe una estrecha relación entre los estados con mayor producción y con mayor población porcina(24); esta afirmación es correcta al establecer una estrecha relación de la región sur sureste entre los estados con mayor producción y con mayor población porcícola, excepto Chiapas y Veracruz, donde los sistemas de producción predominantes son el semitecnificado y traspatio con reducidos niveles de productividad.

 

Sacrificio

Desafortunadamente no se cuenta con una base que refleje el censo por etapa fisiológica, y nos permita establecer una tasa de extracción producción/censo más confiable. De acuerdo con los datos oficiales la evolución del sacrifico del cerdos en México en el periodo comprendido de 1980 a 2008, no ha sido ajeno a los diferentes cambios experimentados por el sector, aunque si consideramos el número de animales sacrificados desde 1970, la tendencia es positiva. En el periodo analizado tal y como se mostró en resultados hay dos etapas, una negativa de 1980 a 1989 y otra positiva de 1990 a 2008, que coincide con las etapas de cambio en las políticas económicas.

La ubicación de rastros y los principales mercados de la carne de porcino, generan que la mayor parte del ganado movilizado se dirija hacia allá, así el 53% de los porcinos se trasladaron a la zona conurbada de la ciudad de México. Similar fenómeno se presenta en Jalisco y Veracruz. En el caso de Guanajuato el incremento se debe a su capacidad instalada en rastros y empresas empacadoras de carnes frías(24). El estado de Jalisco registró anualmente envíos a 20 estados de la República Mexicana, cuyo volumen representa aproximadamente el 65% del total producido(9).

El crecimiento se mantuvo constante, sin embargo en 1996, con el fin de atender algunos factores negativos del sector que le habían mantenido con pérdidas y dar utilización a la capacidad instalada de los rastros TIF, la SAGARPA, por medio de Apoyos y Servicios a la Comercialización Agropecuaria (ASERCA), estableció un programa de soporte temporal a los porcicultores, canalizando los recursos a aquellos productores que concurrieran al sacrificio y procesado de su ganado en este tipo de rastros(9).

Un estudio realizado(25), destaca una diferencia de casi 9 millones de cerdos sacrificados entre sus resultados y los datos oficiales de 1982, y plantean la hipótesis de si es el sector de pequeños obradores, los rastros privados no contemplados en el estudio y la matanza clandestina, los responsables de esta diferencia.

Sin embargo, la existencia de este tipo de economías (que obedece a la falta de infraestructura en pequeñas comunidades alejadas de los canales principales de comercialización y distribución), permite sacrificar y obtener proteína de origen animal y satisfacer la oferta en estos sectores y regiones. Cuando se realiza un análisis a través del tiempo, el comportamiento va a depender del periodo seleccionado para su análisis(26).

 

Precio

En términos reales, el precio del cerdo vivo ha presentado variaciones en forma cíclica, y con una tendencia a la baja, lo que redujo la rentabilidad de los productores. De 1985 a 1986, se dio una disminución del precio en vivo del 15% y en canal del 6%(27).

Un factor a considerar dentro de los precios es la conformación de agregados económicos en el proceso de comercialización y su trasformación en canal, lo cual se traduce en un mayor o menor precio del producto(28). Esta reducción en los márgenes se ha dado como resultado de la integración de grupos de productores a las actividades de comercialización. Los pequeños productores sacrifican ellos mismos y venden en pequeños circuitos formados por mercados locales; otros transforman el producto con valor agregado mediante la trasformación de la carne en forma de "carnitas" (carne frita en manteca) o embutidos artesanales(29).

Los precios de indiferencia de cerdo importado para abasto, mostraron un margen menor en relación con el precio mexicano, a excepción de los años posteriores a la devaluación de 1995. A partir de 1998 se observa un cambio como resultado de la aplicación de un impuesto compensatorio a las importaciones según las investigaciones realizadas por la Secretaría de Economía sobre precios dumping.

Esta influencia de los precios de importación, disminuye los precios al productor y al consumidor, lo que reduce la cantidad ofrecida y aumenta la cantidad demandada, incrementando a su vez las importaciones(13). En el afán de promover la entrada de capitales para financiar y obtener una estabilidad monetaria-cambiaria, se han establecido políticas que amplían la esfera de influencia del capital extranjero, entre las que sobresalen la liberalización económica y la política de estabilidad monetaria-cambiaria(30).

Otro factor importante en el reordenamiento del sector cárnico mexicano que presionó a la porcicultura a la contra, fue la ventaja de que los precios se inclinaban por el consumo de carne de bovino de 1990 a 1999, el cual lo ubicaba como eje ordenador de la demanda y de los precios del resto de las carnes, característica que en la actualidad cumple el mercado de la carne de pollo(28).

Uno de los cambios más drásticos en el precio de la carne se registró justo antes de la crisis y devaluación de 1995, el precio de la carne en 1994 fue de 17 pesos, el 10% menos que el año anterior y -18% con respecto a 1980, valores que coinciden con el incremento del 20% en el volumen de las importaciones registradas durante todo este año, sin embargo, el deterioro de los precios en la carne de canal se inicia en 1990, donde los volúmenes de importación presentan un ritmo de crecimiento importante.

Tras este periodo y como consecuencia de la crisis de 1995, la devaluación de la moneda mexicana y la disminución de las importaciones en el 35%, el precio en canal logró una recuperación del 20% con un valor de 21 pesos por kilogramo de carne.

 

CONCLUSIONES E IMPLICACIONES

Los años donde se identificaron los puntos críticos en el sistema-producto porcino fueron:el bienio 1981-1982, con el cambio en el manejo de los instrumentos macroeconómicos, el manejo del tipo de cambio, el control de los procesos inflacionarios y el aumento del precio del cerdo en pie. En 1983, disminuyó el inventario con la pérdida del hato reproductor de reemplazo. En 1988 y 1994 la política comercial, la apertura y firma de acuerdos con Norteamérica, significaron un comercio Estados Unidos-México más estrecho, donde las prácticas desleales se presentaron. Esta apertura modificó negativamente la porcicultura mexicana, ya que la mayoría de los productos cárnicos y despojos comestibles de porcino importados, fueron introducidos al país con precios por debajo de los costos de producción mexicanos. Además en 1988, se registró uno de los volúmenes más bajos de producción consecuencia de la pérdida del hato reproductor en 1983. En 1996 la política de sacrificio en rastros tipo TIF, benefició un número significativo de productores nacionales, sin embargo, la dinámica en sectores donde es difícil estimar con exactitud los volúmenes producidos y sacrificados (traspatio), siguen siendo sectores no incluidos en este tipo de políticas.

 

AGRADECIMIENTOS

El presente trabajo se realizó con financiamiento del CONACyT con el proyecto número 83647 de ciencia básica.

 

LITERATURA CITADA

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