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Revista mexicana de ciencias agrícolas

versión impresa ISSN 2007-0934

Rev. Mex. Cienc. Agríc vol.8 spe 18 Texcoco ago./sep. 2017

https://doi.org/10.29312/remexca.v8i18.221 

Artículos

Las familias amaranteras de Tulyehualco, Ciudad de México: entre lo tradicional y lo moderno

Beatriz Ramírez-Meza1 

Fernando Manzo-Ramos1  § 

Ma. Antonia Pérez-Olvera1 

Aurelio León-Merino1 

1Programa de Estudios del Desarrollo Rural-Campus Montecillo. Colegio de Postgraduados. Carretera México-Texcoco km. 36.5. Montecillo, Texcoco, Estado de México. CP. 56230. Tel. +52 (595) 9520200, ext. 1870. (ramirez.beatriz@colpos.mx; molvera@colpos.mx; laurelio@colpos.mx).


Resumen

Santiago Tulyehualco es un pueblo del área rural de la ciudad de México, donde las familias amaranteras cultivan, transforman y comercializan el amaranto, y coexisten entre lo tradicional y lo moderno. A través de sus prácticas en sus diferentes fases productivas, se manifiesta esa coexistencia, de la que han aprovechado sus conocimientos tradicionales para adaptar, innovar y crear una diversidad de productos elaborados en sus agroindustrias familiares, creando empleos e ingresos en sus familias y a través del tiempo se ha convertido en una opción vida y por lo tanto, una opción de desarrollo. El objetivo de este artículo, fue demostrar que para las familias amaranteras se da la coexistencia de lo tradicional y lo moderno, expresada a través de sus actividades. Los datos de campo de tres proyectos de investigación (2004, 2011 y 2017) realizados por la Universidad Autónoma Chapingo y el Colegio de Postgraduados, donde a 50 productores y 18 familias se entrevistaron, aplicaron entrevistas semi estruturadas, observación y revisión bibliográfica, fueron utilizados. La información presentada se analiza y discute desde la perspectiva teórica de la antropología urbana, propuesta por Bonfil- Batalla (1988), utilizando el análisis holístico y el método etnográfico.

Palabras clave: agroindustria familiar; amaranto; tradicional; moderno

Abstract

Santiago Tulyehualco is a town in the rural area of Mexico City, where amaranth families grow, transform and market amaranth, and coexist between traditional and modern. Through their practices in the different productive phases, this coexistence manifests itself, from which they have used their traditional knowledge to adapt, innovate and create a diversity of products elaborated in their family agro-industries, creating jobs and income in their families and through time it has become a life option and therefore a development option. The objective of this paper was to demonstrate that for amaranther families there is the coexistence of the traditional and the modern, expressed through their activities. Field data from three research projects (2004, 2011 and 2017) conducted by Universidad Autónoma Chapingo and the Colegio de Postgraduados, where 50 producers and 18 families were interviewed, semi-structured interviews, bibliographic review and observation were used. The information shown is analyzed and discussed from the theoretical perspective of urban anthropology, proposed by Bonfil-Batalla (1988), using holistic analysis and the ethnographic method.

Keywords: family agribusiness; amaranth; traditional; modern

Introducción

Lo tradicional y lo moderno han sido trabajados por la filosofía, la historia, la sociología y la antropología, podemos pensar que esta dicotomía de conceptos son antagónicos y que uno sustituye al otro; lo tradicional está relacionado con lo rural y que lo moderno con lo urbano, entre otros. Pero la realidad es que en el caso de las familias amaranteras de Santiago Tulyehualco, lo tradicional y lo moderno coexisten.

El propósito de la investigación fue encontrar los elementos que vinculan a lo tradicional y moderno, sin que uno sustituya al otro, porque para las familias amarantera de Santiago Tulyehualco, están en un estado de homeóstasis. Además, el problema es que los elementos que se han creado en las familias amaranteras continúen para que lo tradicional y lo moderno coexista. La importancia de la investigación radica en que se puede considerar un caso particular de éxito en el desarrollo particular desde una perspectiva geográfica al estar inmersos en la Ciudad de México, donde lo tradicional no ha sustituido a lo moderno y estas familias han aprovechado sus conocimientos aprendidos de sus ancestros, en conjunto con los adquiridos en este tiempo, que les han permitido un desarrollo familiar y a su vez, un crecimiento económico, convirtiéndose en una opción de vida. La hipótesis es que mientras las condiciones prevalezcan en Santiago Tulyehualco, este modo de vida no será afectada a pesar de la modernidad que se vive en la Ciudad de México.

Tradicional

Para entender el concepto de tradicional es preciso primero definir tradición. Arévalo (2004) sostiene que la tradición equivale al concepto de cultura. Porque la tradición es una concepción social que cambia temporalmente de una generación a otra, de un lugar a otro, también varía dentro de cada cultura, en el tiempo y según los grupos sociales, entre las diferentes culturas, a su vez se actualiza y renueva el pasado desde el presente, se modifica al compás de la sociedad, pues representa la continuidad de la cultura; remite al pasado pero también a un presente vivo; lo que del pasado queda en el presente; la permanencia del pasado vivo en el presente; la parte de la cultura en el tiempo con una función de uso en el presente; implica una selección de realidad social; todo el pasado que sobrevive en el presente; por lo tanto, tradición es una construcción social que se elabora desde el presente sobre el pasado; es el presente quien configura al pasado (Arévalo, 2004).

Lo anterior, está relacionado con la continuidad de la cultura, al respecto, Giménez (2005) que sostiene que “la cultura no debe entenderse nunca como un repertorio homogéneo, estático o inmodificable de significados. Por el contrario, puede tener a la vez zonas de estabilidad y persistencia y zonas de movilidad y cambio”. Porque la cultura a su vez se modifica aunque no en su totalidad donde ese pasado continua vivo en la realidad de los actores sociales, ésta se adapta y recombina para prevalecer en el presente.

Por otro lado, lo moderno es un concepto que ha estado relacionado con la ciudad, con la industria, con la tecnología, con lo actual, con la moda, con lo civilizado, entre otros. Pero no lo imaginamos relacionado con la tradición, por eso conceptualizamos éste para relacionarlo y visualizar que no es antagónico con tradicional y que coexisten los dos.

Moderno

Así lo moderno se presenta desde dos perspectivas: la primera se define como un conjunto de comportamientos que estaría en proceso de sustituir esa constitución tradicional y la segunda es un conjunto de hechos objetivos que se afirma como innovaciones substanciales para satisfacer una necesidad de transformación.

Aunque el concepto que estamos trabajando es lo moderno, es necesario conceptualizar un derivado que es la modernidad. Para tal efecto, Freitag (2002) propone que la modernidad es un modo de reproducción de la sociedad basada en la dimensión política e institucional de sus mecanismos de regulación por oposición a la tradición, en la que el modo de reproducción del conjunto y el sentido de las acciones que se cumplen es regulado por dimensiones culturales y simbólicas particulares. La modernidad es un cambio ontológico del modo de regulación de la reproducción social basado en una transformación del sentido temporal de la legitimidad.

Los anteriores conceptos nos remiten la forma clásica de pensar, pero la adaptación y cambios a través del tiempo puede percibirse en las práctica de los actores sociales que investigamos, donde esas actividades tradicionales y las perspectiva modernas en su conjunto se visualizan como propicios para no verlos solo como un crecimiento económico, sino un desarrollo dentro de los grupos familiares.

Bonfil- Batalla (1988) al estar trabajando en el proyecto Central del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en el valle poblano-tlaxcalteca en la ciudad de Cholula entre 1964 y 1970, sentó las bases para visualizar la coexistencia entre lo tradicional y lo moderno, analizó que estos dos conceptos no son antagónicos ni están separados, por el contrario existen juntos. Señalando que los pueblos de México a través su proceso histórico ha mostrado que estos conceptos no son antagónicos, ni están separados. Esta pretende visualizar factores desde un campo social más amplio, a partir del proceso histórico del lugar y su relación con la ciudad (Bonfil-Batalla, 1988).

El objetivo del artículo, fue mostrar que para las familias amaranteras se da la coexistencia de lo tradiconal y lo moderno, que se expresa a través de sus actividades como la organización, adaptación y recombinación que han realizado a sus prácticas de producción, transformación y comercialización han logrado un crecimiento y desarrollo en su agroindustria familiar y se ha convertido en un proyecto de vida.

La investigación se realizó a partir de la perspectiva teórica de la antropología urbana, considerándola como aquella que estudia los sistemas culturales de ciudades, las uniones de ciudades y poblaciones como parte del sistema urbano mundial (Guerrero-Burgoa, 2005). De acuerdo a las propuestas planteadas de Bonfil - Batalla (1988), utilizando el análisis holístico. Porque en la holística ve las cosas enteras, en su totalidad, en su conjunto, en su complejidad, donde puede apreciarse las interacciones, particularidades y procesos que no se perciben si se estudian por separado. Esta es parte de un proceso donde la determinación o precisión de las cosas se logra por múltiples relaciones, eventos dinámicos, sinergias y expresiones de contexto. Por otra parte, el pensamiento holístico implica la actitud abierta a la historia, a los acontecimientos, a percibir contextos, ideas y situaciones dentro de múltiples relaciones.

Por eso, se dice que es relacional, que posibilita la integración de experiencias, relacionar conocimientos, vincular acciones, dimensiones, interpretaciones, inferencias, con trasfondos de posibilidades abiertas. En este pensamiento el continuo es multidimensional porque ocurre en diversas direcciones (Barrera-Morales, 1999). Por consiguiente, el análisis holístico utiliza elementos del pasado que son útiles para entender el presente del hecho que se investiga, se refiere no tan solo al hecho sino al contexto y a los factores de todo tipo que puedan influir en él. Además, se utilizó el método etnográfico, porque los diseños etnográficos pretenden describir y analizar ideas, creencias, significados, conocimientos y prácticas de grupos, culturas y comunidades (Hernández- Sampieri et al., 2010). También la etnografía implica la descripción e interpretación profundas de un grupo, sistema social o cultural (Hernández-Sampieri et al., 2010).

Las entrevistas semi -estructuradas se emplearon en la fase de exploración que se analizaron para concretar los cuestionarios. Se aplicaron entrevista para los 50 productores de forma aleatoria que estuvieran realizando la producción primaria y las 18 familias que componen la muestra, considerando las familias que trabajaran todo el proceso productivo (producción primaria, transformación y comercialización) dentro de la agroindustria familiar.

Entre las técnicas se utilizó encuesta que nos permitirá recopilar información para dar respuesta a las preguntas de investigación. De acuerdo a Hernández-Sampieri et al. (2010) que define al cuestionario como “un conjunto de preguntas respecto de una o más variables a medir. Debe ser congruente con el planteamiento del problema e hipótesis”.

Además, como técnica se utilizó la observación es general y luego comienza a enfocarse en ciertos aspectos culturales. Ofrece descripciones detalladas del sitio, los miembros del grupo o comunidad, sus estructuras y procesos, las categorías y temas culturales (Hernández- Sampieri et al., 2010). Otra fue la revisión bibliográfica que ayudó a contextualizar el lugar de estudio, así como la descripción y la ubicación en el tiempo de las agroindustrias familiares.

Se procedió con el tipo de muestreo que se empleó fue el no probabilístico o dirigido, donde la elección está relacionada con las características de la investigación. El muestreo utilizado fue el denominado muestreo en cadena o por redes (bola de nieve), que consiste pedirle al informante que recomiende a posibles participantes, que proporcione datos más amplios (Hernández- Sampieri et al., 2010). También se realizó la visita a los locales donde realizan la venta de los productos elaborados por las familias amaranteras en las agroindustrias de Santiago Tulyehualco, donde se solicitó se permitiera aplicar los cuestionarios, haciendo citas y buscando espacios para que nos atendieran. Por otro lado, se calculó el tamaño de la muestra se obtuvo aplicando el muestreo estratificado, donde la población se divide en estratos (subgrupos), para obtener la representatividad de los distintos estratos que componen la población. El investigador deberá seleccionar aleatoriamente a los sujetos finales de los diferentes estratos en forma proporcional. Además, este tipo de muestreo los estratos son considerados como poblaciones independientes (Rojas-Soriano, 2013), utilizando las 52 familias de la muestra de Méndez-Bautista (2011) y aplicando la formula a 31 familias encuestadas, en seis estratos, considerando el grupo de productos elaborados y la muestra fue obtenida de 18 familias.

Santiago Tulyehualco, Xochimilco

Santiago Tulyehualco pertenece a la Delegación Xochimilco de la Ciudad de México. En este pueblo las familias desarrollan la actividad agrícola de temporal considerada con agricultura periurbana por encontrarse en un espacio físico cerca de la ciudad (Ramírez- Meza, 2007).

Estas familias son productoras de amaranto (Amaranthus sp.) o huautli, un cultivo de importancia económica y social, desde época prehispánica y encontramos testimonio en los documentos etnohistóricos como el Códices Florentino (1550) donde se existen ilustraciones de la cosecha del amaranto tierno consumido como verdura, también se muestran matas de la planta madura y seca donde se obtenía la semilla. En los documentos de la Matrícula de Tributos (1535) y el Códice Mendocino (1541) también se observan ilustraciones del amaranto, de igual forma que el maíz, chía y frijol, que se guardaba en trojes para efectos de almacenamiento y como parte del tributo de la Triple Alianza (Rojas, 1991).

En Santiago Tulyehualco hay dos áreas de cultivos: 1) en la parte de la planicie El Ejido tiene 405.3 hectáreas es el lugar de chinampas con canales contaminados; y 2) en el área de la montaña ubicada en las faldas del volcán extinto Teuhtli, se reportan 250 hectáreas, existen terrenos agrícolas en pequeñas propiedades de difícil acceso por la pendientes (Ramírez-Meza, 2007). Por otro lado, los problemas de contaminación del agua, suelo y aire actualmente son temas que no podemos dejar a un lado, la problemática es mayor donde existe alta concentración de población, como las áreas urbanas donde la presión de los espacios verdes se reducen.

Éstos se convierten en áreas de vital importancia para la conservación y salvaguarda, como es el caso del área de cultivo de la montaña a la que le han llamado Zona de Conservación Ecológica Teuhtli en Santiago Tulyehualco. Torres- Lima (2000) menciona que en las áreas periurbanas que se dedican a actividades agropecuarias presentan altos niveles de erosión del suelo, pérdida de la diversidad biológica, deforestación, sedimentación de los cuerpos de agua, contaminación de mantos acuíferos, ineficiente uso del suelo y mal manejo de recursos naturales que en conjunto reducen la capacidad de sustentación para la actividad humana de los espacios geográficos.

Santiago Tulyehualco así como los otros pueblos y barrios de Xochimilco cedieron el agua de los manantiales y canales a la Ciudad de México, pero a cambio se les construyeron accesos que les permitían llegar al centro de la ciudad. El pueblo de Tulyehualco fue entre los primeros que les instalaron los servicios de drenaje en 1948, entro más alumbrado público; otro servicio fue el tranvía en 1908 con una longitud de 12 kilómetros y fue suspendida en 1947.

Este constituyó un medio de transporte eficaz para el traslado de pasajeros, pero su primer objetivo fue el proporcionar transportación de la mano de obra y los materiales que se requerían para la construcción del acueducto (Farías-Galindo, 1984; Terrones-López, 2006). Por otra parte, el pueblo de Santiago Tulyehualco ha aumentado su densidad de población a través de migrantes que llegaron de diferentes estados de la República, como Veracruz, Oaxaca, Puebla, entre otros. Como consecuencia, la mancha urbana creció, presionando terrenos de cultivo. Actualmente, el centro de Tulyehualco es un lugar comercial donde trasbordan los pobladores de otros pueblos y colonias que van a la ciudad. Situación que aprovechan las familias amaranteras para comercializar sus productos.

Autores como Bordiou (2011) refería que los conceptos dicotómico como objetivo y subjetivo no estaban separados, que estaban relacionados, en este trabajo no se analizan esos conceptos, pero nos sirve de parámetro para decir que lo tradicional y lo moderno no son antagónicos, porque coexisten y los actores sociales los relacionan a través de sus actividades en su vida cotidiana.

Por este motivo, en esta parte se comienza con los conceptos de tradicional y moderno, para entender que tradicional deriva de tradición y ésta es la cultura de las familias amaranteras que es caso que nos ocupa, es la que aprendieron de sus ancestros y que reproducen en su organización, adaptándola y recombinándola, para dar como resultado lo que ahora son, porque en su reproducción de sus actividades se visualizan aspectos que tradicionalmente han trabajado, incorporan nuevos elementos modernos a su trabajo, sin dejar de ser en esencia lo que los ha identificado, diferenciado y reconocido por los demás.

Producción primaria

Las familias amaranteras de Santiago Tulyehualco se encuentran ubicadas en un espacio territorial y organizativa que de acuerdo a Medina- Hernándes (2007) es llamado pueblo originario dentro de la ciudad de México, que bajo este concepto es una comunidad agraria, donde las formas de trabajo, cultura y relaciones sociales se han construido a partir del desarrollo agrícola situada un cultivo con procedencia prehispánica como es el caso del amaranto. En la actualidad estas familias conocen dos tipos de siembra en el cultivo del amaranto: 1) la siembra indirecta que se caracteriza por realizar primero los almácigos donde se siembra la semilla y se hace germinar, para que posteriormente se realice el trasplante y que estás familias denominados chapines y Alejandre- Iturbide y Gómez-Lorente (1986) se ha referido a la técnica de siembra de trasplante como una técnica anscenstral de las chinampas, este sistema es considerado como la tecnología tradicional; y 2) la siembra directa a chorrillo con alta densidad de población, se tira la semilla sin dejar espacio, y se va tapando ligeramente, las plantas crecen juntas, que es la forma moderna (Ramírez-Meza, 2007).

Aunque existen dos formas de siembra, estas familias prefieren utilizar su forma tradicional porque argumentan que ha dado mejor resultado de acuerdo al tipo de suelo y condiciones de los terrenos que tienen. Además, con los chapines controlan el crecimiento de la planta. Sin embargo, si el temporal no es propicio y se encuentran en las fechas límite para realizar la siembra es cuando realizan la siembra directa que requiere menos tiempo que la primera. Por otra parte, estas familias han recibido capacitación del personal de instituciones como la Universidad Autónoma Chapingo (UACH), Universidad Metropolitana (UAM), Colegio de Postgraduados (COLPOS), Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), entre otras, por lo que conocen la tecnología moderna en paquetes tecnológicos (Escalante-Escoffié, 2010). En esta primera parte encontramos elementos tanto tradicionales como modernos, donde se visualiza que uno no sustituye al otro y sin embargo, existe una coexistencia.

Las familias conocen los dos tipos de siembra, pero dependiendo de la situación del temporal, deciden sembrar con una u otra. Mediante la descripción de ciertas actividades visualizamos la coexistencia entre las formas: tradicional y moderna. Las actividades tradicionales son su propia cultura expresada que los identifica como grupo y que los distingue de otros. Por otro lado, a través del tiempo con la transmisión y reproducción de la tecnología tradicional en las familias amaranteras se observa la continuidad, pero también se observan variantes y adaptaciones en los instrumentos hechizos que utilizan para hacer los chapines; es decir, modifican la estructura de ciertos instrumentos para facilitarse el trabajo con materiales actuales. Además, de acuerdo con Giménez (2005), cada cultura varía en el grupo, en la generación y el contexto, por lo que vemos a nuestra sociedad como heterogénea, multicultural y pluriétnico. También, en pequeños grupos existen diferencias que los distinguen y que se identifican entre ello.

Transformación y comercialización

En esta parte del proceso productivo tiene que ver con el proceso histórico de la transformación, adaptación y recombinación de las actividades e instrumentos que utilizan para formar la agroindustria amarantera y su relación con la comercialización.

En el pueblo de Tulyehualco las familias que siembran amaranto se han dividido en dos tipos de productores: 1) los que solo siembran y venden su semilla; y 2) los que siembran y procesan para la venta. Para los productores que solo siembran y venden la semilla, el amaranto ha significado un complemento a sus ingresos familiares. Los que siembran y procesan, le dan valor agregado al producto. Champredonde y González-Casiorovski (2013) propone que “valor agregado o valor añadido es una característica o servicio extra que se da a un producto o servicio, con el fin de darle un valor comercial, generalmente se trata de una característica o servicio poco común o poco usado por los competidores, y que da al negocio o empresa cierta diferenciación”. Por otro lado, la trasnformación les ha permitido obtener mayores ingresos y por lo tanto, mayor desarrollo, convirtiéndose en una opción de vida.

Adicionalmente, las familias amaranteras son multifuncionales; es decir, además de trabajar la producción primaria (agricultura), transforman y comercializan y se han empleado en la ciudad y así han conformado su economía, aprovechando sus conocimientos tradicionales que les ha permitido desarrollarse. Porque la tradición implica transformación, en términos de adaptación sociocultural, para su reproducción y mantenimiento. La tradición tiene una relación dialéctica entre el pasado y el presente, entre la continuidad y el cambio (Arévalo, 2004).

Manzo- Ramos y López- Ornelas (2011) reportan que para la década de los 60 estas familias campesinas consideradas pobres, realizaban la siembra de diversos cultivos y la cría de animales, pero no era suficiente para satisfacer sus necesidades, por lo que transformaban el amaranto en dos o tres productos (alegría, pepitoria y palanqueta) en sus hogares (cocina) y los vendían los fines de semana los hombres en su cajón y las mujeres en su canasta.

Para esta generación de familias amaranteras la transformación de la producción de amaranto era realizada de manera artesanal, dentro de la cocina de la casa en la unidad familiar, utilizaba el comal de barro, un soplador y una escoba de popotillo para reventar la semilla, la tabla en forma de cuadro para hacer la tarima donde se cortaba en rectángulos y se acomodaba en el cajón o canasta. Las familias mencionan que estos instrumentos eran semejantes a los que utilizaban sus padres, como lo expresa en la entrevista realizada el Sr. David Hernández De la Rosa (com. pers., 2015) “que antes se tostaba en casa, el amaranto, llegaba uno, tostaba uno, en comales de barro se tostaba, y tenía otro sabor el amaranto…”

La comercialización se hacía los fines de semana en diferentes sitios de la Ciudad de México, recorriendo calles, avenidas, barrios y vecindades, como lo comentó en entrevista al Sr. Amado De la Rosa (com. pers., 2015) “todo eso de por ahí, caminaba por Coyoacán, todo eso o recorría para lo de sus ventas, pues sí eso era, claro, le voy a decir, no vendíamos toda la semana, nada más eran sábados y domingos, era como íbamos a vender”.

Conforme pasaban las décadas las familias fueron adaptando e incorporando nuevos instrumentos para la transformación, así como para sus estrategias para la comercialización. Porque la tradición se realiza y transforma continuamente. Es importante señalar que lo tradicional es propio pero no exclusivo de las clases y sectores sociales rurales (agrícolas o campesinas) y de los obreros en el medio urbano. La tradición existe en todas partes y todos los grupos sociales, urbanos o rurales tienen tradición (Arévalo, 2004).

Entre los años 70 y 90 surgen cambios en las familias, cuando comenzaron a establecerse las agroindustrias familiares. Manzo-Ramos y López-Ornelas (2011) sostienen que los jefes de familia se separan de la casa paterna o materna y como consecuencia la producción del amaranto en su fase de transformación, formando su propia familia e industria. En este momento la unidad de producción está integrada por una familia nuclear y producían en pequeños talleres que habían adaptado en el patio de sus hogares. De acuerdo a la entrevista al Sr. Hernández- De la Rosa, (2015) “…entonces se empezaron a abrir espacios y vimos que ganábamos mejor vendiendo nuestro amaranto, claro, uno mismo transformándolo, no yéndolo a comprar y revendiéndolo, uno mismo transformándolo y se ganaba bien, y me dediqué, ahí ya entró toda la familia…”

También las familias comienzan a diversificar sus productos, además de la alegría y pepitoria, se introducen productos de panadería con semilla de amaranto; utilizando para la transformación del amaranto los equipos de uso doméstico como licuadoras, estufas, cucharas de peltre y utensilios de plástico (Manzo- Ramos y López- Ornelas, 2011). Como lo manifiesta en la entrevista a Hernández-De la Rosa (2015) “…porque mi esposa y mis hijas nos ayudaban a preparar todo, en pequeños tallercitos de amaranto mi hija hace pan y tiene hornos…”, cuando recuerda su experiencia al aumentar el tamaño de su producción, número de productos y la incorporación de sus hijas casadas al trabajo de la agroindustria familiar. Porque la tradición se realiza y transforma continuamente.

En 1987 se propone la instalación de una planta procesadora de amaranto con una vida útil de diez años (Anónimo, 1987) en Tulyehualco, por parte de la jefatura del programa de desarrollo agroindustrial, de la entonces Delegación de la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos (SARH) en el Distrito Federal, su objetivo era el aprovechar integralmente la producción de amaranto de la región de Tulyehualco para contribuir al mejoramiento de los niveles de vida de las familias. Al respecto, el Sr. Uriel Molotla (com. pers., 2014) mencionó que su agroindustria fue la primera en ser establecida en la década de los ochentas por su papá, además de la transformación del amaranto buscan la calidad de sus productos. De acuerdo Arévalo (2004) con la tradición e innovación son categorías que están entrelazadas. Continuar sin renovar es sólo repetir, mientras que innovar sin el soporte del pasado (experiencia de vida) es hacer castillos en la arena, porque cualquier cambio se produce sobre un fondo de continuidad. Contradictoriamente lo expuesto con Arévalo (2004), Vilches-de Frutos y Duorgherty (1997) menciona que no se reflejaba en la vida contemporánea el constante afán de sacar a relucir las costumbres más llamativamente modernas en los últimos 20 años, los éxitos en reflejar los usos de la sociedad destacando lo moderno que sustituía a la forma tradicional.

Después de la década de los 90 los jefes de familia dejan su trabajo asalariado y deciden dedicarse por completo a la agroindustria del amaranto, debido a que en esta actividad encuentran mayores ingresos y empleo permanente que les asegura un flujo de ingresos. Por otra parte, aumentan su número de variedades de productos elaborados a un promedio de 30, con diversidad de presentaciones, tamaño y forma. Como consecuencia del aumento de producción establecen un local para la comercialización en sus hogares hacia la calle. Con venta al menudeo y mayoreo, ésta se realiza a revendedores, personas de la comunidad, también aquellas que pasan por Tulyehualco, rumbo a la ciudad (Manzo-Ramos y López-Ornelas, 2011).

“Sí, porque después de que me casé ya agarré de lleno el amaranto, trabajaba también la albañilería, pero a veces hay trabajo y a veces no hay trabajo, y eso te pagan hasta el fin de semana, y a veces te pagan y a veces no te pagan, no es seguro el dinero, en la construcción, dependiendo de la gente con la que trabajes y en el amaranto no, porque en el amaranto diario vez tu dinero, vas a vender y diario tienes tu dinero, y se vende muy bien y te va muy bien, entonces prácticamente te vuelves ya un comerciante” Hernández- De la Rosa (com. pers., 2015).

En este aumento de producción y establecimiento comercial en un local en sus hogares, llega la innovación de maquinaria, reventadoras de granos, batidoras o la simple adaptación de un aparato electrodoméstico como una plancha para sellar las bolsas de celofán donde colocan el producto, también las maderas que se utilizaban en la elaboración de las tarimas se sustituyeron por piezas metálicas (Figura 1a y1b). Así los fenómenos modernos presentan su modernidad como una tendencia civilizatoria dotada de un nuevo principio unitario de coherencia o estructuración de la vida social civilizada y del mundo correspondiente a esa vida. Que se pretende sustituir el principio organizador ancestral o tradicional (Echeverría, 2008). Pero la realidad es que lo tradicionalesta vinculada con lo moderno, sin que uno sustituya al otro, porque no hay un rompimiento sino una adaptación del aprendizaje de sus actividades heredadas hacia los instrumentos modernos para sus actividades.

Figura 1 a) batidora para hacer las galletas de amaranto en la agroindustria familiar Karina; y b) elaboración de una tarima del dulce de alegría en la agroindustria familiar La Gabara. 

A pesar de la adaptación e innovación de los instrumentos para el proceso de elaboración de dulces de amaranto no ha perdido se esencia tradicional. La presentación de los productos se ha modificado en el sentido de que cuando caminaban por las calles de la Ciudad de México llevaban sus productos en el cajón, la ofrecían y la daban al cliente en un trozo de papel, ahora los dulces los venden empaquetado con bolsas de papel celofán (Figura 2). También se utiliza con relación a lo moderno es el progreso, se ven los dos como una línea temporal recta y ascendente. En una versión espacio o geográfico de este progreso, está relacionado con lo urbano (citadino) que se vincula con un progreso técnico y civilizatorio (Echeverría, 2008). Esta perspectiva positivista que relaciona a lo moderno con el progreso presupone que esta modernidad es una tendencia mejor que lo tradicional porque lo tradicional está vinculado con lo atrasado; sin embargo, en las familias amaranteras se observa una coexistencia de lo tradicional y moderno.

Figura 2 Diversos productos de amaranto de la agroindustria familiar Casahuates. 

Otro aspecto, es la utilización de los medios tecnológicos como el internet para promocionar sus productos que algunas agroindustrias familiares han establecido (Méndez-Bautista, 2011). El aprovechamiento de tecnologías en las familias amaranteras los ha llevado ofrecer sus productos no tan sólo de forma local sino expandir sus fronteras de forma regional, para obtener más recurso y aprovechar sus actividades sin romper el vínculo con su aprendizajes heredado de sus ancestros. Porque lo tradicional no ha sido sustituido por lo moderno, por el contrario han implementado estrategias que les ha permitido dar trabajo no sólo a los miembros familiares, también a los vecinos, compadres, entre otros.

En la transformación el caso de buscar la calidad e implementar una serie de mecanismos mecánicos para escoger la semilla y quitarle las macropartículas, con el fin de tener productos con estándares de calidad. Estos son ejemplos de medios modernos que coexisten con los tradicionales.

Porque pensar en una recombinación, es porque las familias amaranteras realizan la transformación de su producción tradicional a la agroindustria familiar, porque ellos han logrado no lo tuvieron sus padres. Las adaptaciones a los tiempos y espacios en la época, ha llevado a las familias a un crecimiento económico y un desarrollo en su infraestructura.

A partir de aprovechar sus conocimientos tradicionales al darle el valor agregado a sus productos y diversificando e innovando en la variedad de los mismos. Así como su convivencia con lo moderno aprovechando los adelantos científicos e implementando accesorios y maquinaria para sus talleres en el sentido de progreso.

Finalmente, con la coexistencia entre lo tradicional y lo moderno, se observa en las familias amaranteras en actualización y renovación del pasado desde el presente, pero también la permanencia de ese pasado vivo en el presente.

Conclusiones

Lo tradicional y lo moderno no son antagónicos, porque son parte de una realidad social construida por las familias amaranteras de Santiago Tulyehualco, que coexisten y han aprovechado sus conocimientos tradicionales para adaptar, innovar y crear una diversidad de productos elaborados en sus agroindustrias familiares, creando empleos e ingresos en sus familias y que, a través del tiempo, se ha convertido en una opción de vida; por lo tanto, una opción de desarrollo. Esa tradición que es su cultura de las familias amaranteras desde su presente ha estado modificando su pasado, manteniendo una relación entre la continuidad y el cambio a través del tiempo, dentro de sus prácticas de producción (producción agrícola, transformación y comercialización).

En las actividades de las familias amaranteras lo moderno no sustituye a lo tradicional, porque se combinan para dar paso a nuevos productos en sus agroindustrias familiares que les ha permitido un crecimiento económico. Las familias amaranteras de Santiago Tulyehualco no son heterogéneas entre ellas porque cada una tiene sus particularidades que las hace diferente entre ellas, pero es a través de sus actividades y el cultivo mismo del amaranto que se identifican y se tiene ese sentido de pertenencia.

Finalmente, las familias amaranteras son producto de su proceso histórico en un contexto que está vinculado a la ciudad y que han mantenido la relación con ésta, a través de incorporación a trabajos a salariados, la educación y la comercialización de sus productos.

Literatura citada

Alejandre-Iturbide, G. y Gómez- Lorente, F. 1986. Cultivo del amaranto en México. Universidad Autónoma Chapingo (UACH). Primera Edición. México. Colección Cuadernos Universitarios. Agronomía. 245 p. [ Links ]

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Recibido: 00 de Julio de 2017; Aprobado: 00 de Septiembre de 2017

§Autor para correspondencia: fmanzo@colpos.mx.

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