SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.6 número8Caracterización fenotípica de híbridos y variedades de maíz forrajero en Valles Altos del Estado de México, MéxicoEfecto de cinco densidades de población en ocho cultivares de maíz sembrados en tres localidades del Valle de Toluca, México índice de autoresíndice de assuntospesquisa de artigos
Home Pagelista alfabética de periódicos  

Serviços Personalizados

Journal

Artigo

Indicadores

Links relacionados

  • Não possue artigos similaresSimilares em SciELO

Compartilhar


Revista mexicana de ciencias agrícolas

versão impressa ISSN 2007-0934

Rev. Mex. Cienc. Agríc vol.6 no.8 Texcoco Nov./Dez. 2015

 

Artículos

Eficiencia energética y económica del cultivo de maíz en la zona de amortiguamiento de la Reserva de la Biosfera "La Sepultura", Chiapas, México

Francisco Guevara-Hernández1 

Luis Alfredo Rodríguez-Larramendi2 

Manuel Antonio Hernández-Ramos3 

María de los Ángeles Fonseca-Flores4 

René Pinto-Ruiz1 

Luis Reyes-Muro5  § 

1Facultad de Ciencias Agronómicas-Universidad Autónoma de Chiapas. Carretera Ocozocoautla-Villaflores, km. 84.5. C. P. 30470 Villaflores, Chiapas. Tel: 965 6553272. (pinto_ruiz@yahoo.com.mx).

2Red de Estudios para el Desarrollo Rural, A. C., Avenida 5a Norte esquina 5a. Oriente 22, El Cerrito, Villacorzo, Chiapas. C. P. 30520.

3Maestría en Ciencias en Producción Agropecuaria Tropical, UNACH.

4Instituto de Investigaciones Agropecuarias "Jorge Dimitrov". Carretera vía a Manzanillo Bayamo, km 17.5. Granma, Cuba. C. P. 85100.

5Campo Experimental Pabellón-INIFAP. Carretera Aguascalientes-Zacatecas km 32.5. Pabellón de Arteaga, Aguascalientes, C. P. 20671.


Resumen

Se estudió el balance energético, la capacidad de producción de proteína-energía, y la factibilidad económica de tres sistemas de producción de maíz: policultivo maíz intercalado con frijol (SPM-1), producción de maíz criollo (SPM-2) y producción de maíz mejorado (SPM-3), ubicados en el ejido California dentro de la Reserva de la Biosfera "La Sepultura" en el estado de Chiapas, México. Derivado de una detallada descripción de los sistemas productivos, del análisis de ingresos de energía al sistema, flujos de materia física e insumos utilizados para la producción (Meul et al., 2007) y del análisis de la eficiencia energética (Funes, 2009), se encontró que el sistema de producción de maíz criollo intercalado con frijol mostró la mayor eficiencia energética con 1.12 Mcal producida, en comparación a los sistemas de maíz criollo en monocultivo y maíz mejorado, los cuales tuvieron índices de eficiencia de 1.07 y 0.99, respectivamente. De igual forma, el SPM-1 mostró el mayor potencial energético y proteico, capaz de satisfacer los requerimientos de 9 y 23 personas ha-1 año-1, respectivamente. El mayor beneficio/costo correspondió al sistema de producción con variedades mejoradas SPM-3. Entre los factores energéticos y económicos que más encarecen la producción, está la alta dependencia de insumos agroquímicos y el empleo de mano de obra contratada.

Palabras clave: Zea mays; alimentación humana; balance energético; sistemas de producción

Abstract:

Energy balance, production capacity of protein-energy and, economic feasibility of three maize production systems were studied: poly-culture maize intercropped with beans (SPM-1), production of landrace maize (SPM-2) and, production of improved maize (SPM-3), located in the ejido California within the Biosphere Reserve "La Sepultura" in the State of Chiapas, Mexico. Derived from a detailed description of production systems, analysis of energy inputs to the system, physical flows and inputs used to produce material (Meul et al., 2007) and analysis of energy efficiency (Funes, 2009) it was found that the production system of landrace maize intercropped with beans showed the highest energy efficiency with 1. 12 Mcal produced, compared to the systems of landrace maize in monoculture and improved maize, which had efficiency ratings of 1.07 and 0.99, respectively. Similarly, the SPM-1 showed the highest energy and protein, capable of meeting the requirements of9 and 23 individuals ha-1 year1, respectively potential. The biggest benefit/cost corresponded to the production system with improved varieties SPM-3. Among the energy and economic factors that increase the cost of production is high dependence on chemical inputs and the use of hired labour.

Keywords: Zea mays; food; energy balance; production systems

Introducción

El maíz es una de las especies de alta importancia en la dieta humana (Comisión Nacional de Buenas Prácticas Agrícolas, 2008) y su uso se ha extendido a la alimentación animal y producción de biocombustibles (Reyes, 1990; Ferraro, 2008).

En México la producción de maíz tuvo un incremento de 88% en el periodo de 1980-2010, debido fundamentalmente al avances del mejoramiento genético de la especie y los métodos modernos de cultivo, con uso de fertilizantes sintéticos, agroquímicos y maquinaria, pues la superficie sembrada sólo aumentó 3% (SIAP, 2012). Los métodos tradicionales hacen uso intensivo de mano de obra y semillas criollas, mientras que la agricultura moderna requiere de aportes de energía fósil para la producción, combustibles para la operación de maquinaria y energía eléctrica para extraer agua para el riego (Denoia y Montico, 2010), además de la energía consumida en la elaboración de fertilizantes minerales, insecticidas y herbicidas. En general, los agrosistemas actuales requieren cantidades altas y crecientes de insumos (Denoia et al., 2006), lo que implica elevados costos energéticos.

En la región Frailesca, en el estado de Chiapas, el 88% de los productores de maíz aplica fertilizantes y 76% usa insecticidas y herbicidas (Aguilar, 2010), lo que indica alto gasto de energía industrial en las comunidades rurales que contribuye a la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) CEDECO (2006). Es evidente la sustitución de tecnologías tradicionales por métodos de producción de altos insumos industriales con mayor costo (Vitta, 2001; Vilche et al. 2006).

Es sabido que el uso de fertilizantes y herbicidas, aunado a las variedades e híbridos incrementan los rendimientos de los agrosistemas (Bonel et al., 2005); sin embargo, se requiere estimar el balance energético, la capacidad de producción de proteína-energía y la factibilidad económica de los sistemas de sistemas de producción. En tal caso, la evaluación de la eficiencia energética permite explicar la dinámica de la energía dentro de la finca y el balance entre la energía invertida y la energía producida (Pervanchon et al., 2002 y CEDECO, 2005).

Materiales y métodos

Área de estudio

La investigación se realizó en la comunidad California, municipio de Villaflores, Chiapas, en la zona de amortiguamiento de la Reserva de la Biosfera "La Sepultura" (REBISE), entre los 16°15'40.7" latitud norte y 93° 36'42.9" longitud oeste, con clima es tropical lluvioso, temperatura media de 24 °C, precipitación media anual de 1023 mm, topografía accidentada y suelos del tipo Regosol + Foezem + Cambisol (INEGI, 2012).

Sistemas de producción

Se evaluaron tres sistemas de producción: maíz intercalado con frijol (SPM-1), maíz criollo (SPM-2), maíz mejorado (SPM-3), cuyas características se presentan en el Cuadro 1.

Cuadro 1 Características de los sistemas de producción de maíz estudiados. 

Análisis de la información

Se realizó un análisis bajo el enfoque de sistemas, que implica la identificación y caracterización de los componentes del sistema de producción de maíz, entradas, salidas y relaciones entre componentes (Guevara et al. 2011). Para describir las labores de cada sistema se empleó la metodología propuesta por Geilfus (1997).

Balance energético

Se empleó el método de análisis descrito por Meul et al. (2007), que considera los ingresos de energía al sistema, flujos de materia física e insumos utilizados para la producción. Con base en la metodología de Funes (2009) se calculó la eficiencia energética, mediante las variables: área del sistema productivo, tipo y cantidad de alimentos o productos obtenidos y gastos energéticos directos o indirectos de la producción, que incluye fuerza de trabajo humano y animal, empleo de combustibles y fertilizantes, entre otros insumos. Adicionalmente se usaron los criterios expuestos por Márquez et al. (2011) que consideran la energía directa e indirecta que se utiliza en la producción.

El consumo energético se estimó con la metodología propuesta por Bowers (1992). Con los valores de entradas y salidas, se calculó la eficiencia energética, así como la cantidad de personas que pueden alimentarse, con base en las equivalencias energéticas que se muestran en el Cuadro 2.

Cuadro 2 Equivalencia energética de insumos y productos utilizados en el análisis. 

Fuentes de energía directa e indirecta

De acuerdo con Márquez et al. (2011) la energía directa es aquella que está contenida en los insumos directos, como combustible, electricidad, fertilizantes, pesticidas, abonos orgánicos y productos biológicos, mientras que la energía indirecta se asocia a los procesos de fabricación, distribución y mantenimiento; por ejemplo, la energía necesaria para obtener el combustible a partir del petróleo crudo, así como la requerida para la fabricación de pesticidas y de la maquinaria que se amortiza en el tiempo.

Energía directa (Ed) Márquez et al. (2011)

a) Energía asociada al consumo de combustible (Edc) (Mcal/ha)

Edc=Cc*Eeg 1

Donde: Cc= consumo de combustible (L/ha); Eeg= equivalente energético del gasóleo (41 MJ/L).

b) Energía asociada a la mano de obra empleada (Edh) (MJ/ha)

Edh=Eh*nobCtob 2

Donde: Eh= equivalente energético del trabajo humano (1.96 MJ/h para el hombre y 1.57 MJ/h para la mujer) (Mandal et al., 2002); nob= cantidad de obreros que participan en una determinada labor; Ctob= capacidad de trabajo de los obreros agrícolas (ha/h).

c) Energía asociada a los animales utilizados en labores de tiro (Eda) (MJ/ha)

Eda=EanaCta 3

Donde: Ea= equivalente energético del trabajo animal (5.05 MJ/h); na= cantidad de animales que participan en una determinada labor; Cta= capacidad de trabajo de los animales (ha/h).

Eficiencia energética

Para calcular la eficiencia energética de los sistemas de producción se utilizó la siguiente ecuación (Funes et al., 2011):

4

Donde: Ee= eficiencia energética; S= número de productos; m= cantidad de producto (kg); e= contenido energético del producto (MJ/kg); T= número de insumos; I= cantidad de insumos (kg);f= Energía requerida para producir un insumo (MJ/kg).

Para calcular la energía producida y consumida se utilizaron las fórmulas siguientes:

EP=Producción * CE1000 5

EC=Gastos*CE/10 6

Donde: EP= energía producida; EC= energía consumida; Producción= rendimiento (kg ha-1); Gasto= gasto de insumos; CE= contenido energético según la equivalencia energética que se muestra en el Cuadro 1 en Kcal/unidad de medida.

Se cuantificaron además los indicadores relativos a la productividad del sistema, como la cantidad de energía (MJ/ha/año) y proteína (kg/ha/año) producida y, en correspondencia, la cantidad de personas que podría sustentar el sistema de acuerdo con la demanda promedio de una persona por año de dichos nutrientes (Funes et al., 2011). Los contenidos de energía y proteína para los cálculos fueron tomados de Gebhardt et al. (2007). Las equivalencias energéticas utilizadas para calcular los gastos en insumos directos e indirectos fueron las reportadas por García-Trujillo (1996) y Funes et al. (2011).

7

Donde: Pe= personas que se sustentan sobre la base de la energía producida; mi= producción de cada producto (kg); ei= contenido energético de cada producto (MJ); A= área de la finca (ha); Re= requerimiento energético de una persona (kg/ha).

Para el cálculo de la cantidad de personas que se pueden alimentar teniendo en cuenta los requerimientos proteicos se empleó la fórmula siguiente (Funes et al., 2011):

8

Donde: Pe= personas que se sustentan sobre la base de la proteína producida; mi= producción de cada producto (kg); pi= contenido proteico de cada producto (MJ); A= área de la finca (ha); Rp= requerimiento proteico de una persona (kg/ha).

Según Funes (2001) el consumo energético promedio de una persona es de 1022 Mcal/año, mientras que en consumo de proteína vegetal es de 15.3 kg/año.

Eficiencia económica del sistema de producción

Para estimar la eficiencia económica de los sistemas de producción de maíz se utilizaron los costos de producción y los ingresos por la venta de la cosecha, a fin de calcular la relación Beneficio/Costo (RBC), mediante la fórmula siguiente:

RBC=IngresosCostos 9

Resultados y discusión

Características de los sistemas de producción de maíz

En el SPM-1 siembra la variedad de maíz criollo conocido localmente como "precoz". Se emplean 20 kg ha-1, obtenidos de la cosecha del ciclo anterior. Los productores que lo siembran lo hacen en promedio de 2 ha, con rendimiento promedio de 2 t ha-1. La producción es para autoconsumo, siendo 35% para el consumo familiar y el resto para la alimentación de animales. El frijol se cultiva durante la etapa comprendida entre la "dobla" y la cosecha del maíz, siembran la variedad "frijol vaina blanca" a razón de 48 kg ha-1 de semilla, con un rendimiento promedio de 700 kg ha-1. De la producción total, 79% se comercializa y el resto es para autoconsumo. El mayor gasto de energía del sistema proviene de fuentes externas por la compra de herbicidas, insecticidas, fungicidas, fertilizantes y combustible. La energía del trabajo humano es aportada por la mano de obra familiar y sólo en la siembra y la aplicación de fertilizantes ya que para el desgrane se requiere pago de mano de obra. El cultivo requiere 125 jornales ha-1, de los cuales el 35% se paga.

En el SPM-2 se utiliza la variedad precoz y 20 kg ha1, también provenientes de la cosecha anterior. En promedio los productores que lo usan, siembran 1.0 ha y produce alrededor de 2 250 kg ha-1. El 55.5% de la producción se comercializa y el resto es para autoconsumo. Aproximadamente 13.5% del grano se destina a la alimentación de animales, preferentemente aves de traspatio, el resto es para el consumo de la familia. La mayor proporción de energía utilizada entra al sistema a través de herbicidas, insecticidas y fertilizantes, utiliza 103 jornales ha-1, de los cuales 78 se cubren con trabajo familiar y el resto es contratado.

En el SPM-3 se emplea en promedio 20 kg ha-1 de semilla de variedades mejoradas de maíz (híbridos comerciales). Se ha observado que estos materiales son susceptibles a la pudrición de la mazorca en temporada de lluvias intensas, que ocasionan pérdidas hasta de 50% de la cosecha. La parcelas de maíz son en promedio de 3 ha. El rendimiento promedio es de 2 600 kg ha-1. El 100% de la producción se destina a la comercialización. Al igual que los otros dos sistemas, el mayor gasto energético proviene de fuentes externas para adquirir los herbicidas, fertilizantes y el combustible. Se requieren 104 jornales ha-1 de los cuales 30 se cubren con fuerza de trabajo contratada. En el Cuadro 3 se muestran las cantidades de insumos utilizados en los sistemas evaluados.

Cuadro 3 Cantidades de insumos utilizados por ciclo de cultivo en cada sistema estudiado. 

Descripción del ciclo anual de los sistemas de producción

De manera general, el calendario de actividades agrícolas en los tres sistemas de producción de maíz es similar, excepto en el SPM-1, que tiene actividades adicionales para el manejo del frijol. Durante abril y mayo se realiza el rastrojeo (introducción de ganado vacuno sobre los residuos de la cosecha del ciclo anterior), la construcción de las brechas corta-fuegos, la quema y la aplicación de herbicidas. La siembra del maíz se realiza en junio, cuando inicia la época de lluvias. En los tres sistemas se realizan dos aplicaciones de fertilizantes durante julio y agosto. En los sistemas de maíz de monocultivo los herbicidas se aplican durante junio y julio y en el sistema SPM-1 se realizan dos aplicaciones adicionales para el cultivo del frijol entre agosto y septiembre. La cosecha se realiza en diciembre, aunque en ocasiones se pospone hasta enero o febrero del siguiente año (Cuadro 4). Aguilar (2010), realiza una descripción similar para estos sistemas de producción.

Cuadro 4 Calendario de actividades de los tres sistemas de producción de maíz estudiados. 

R= rastrojeo; B= brecha corta fuegos; Q= quema; H= aplicación de herbicidas; S= siembra; F= fertilización; D= doblar; C= cosecha; E= desgrane; A= acarreo.

Manejo de la mano de obra

La duración de la jornada y su costo depende del tipo de trabajo y de su origen, ya sea familiar o contratada. Por ejemplo, cuando se necesita mano de obra, el máximo tiempo de trabajo es de 6 h jornal-1 y se paga a 70 $ jornal-1, en el desgrane del maíz solo se trabaja alrededor de 1 h y se paga jornal completo, cuando es trabajo familiar, el productor llega a trabajar hasta 10 hjornal-1, y en la quema, el productor permanece en la parcela hasta 24 h para el control del fuego, de acuerdo a las regulaciones de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP).

Balance energético

El SPM-1 y el SPM-2 tuvieron una eficiencia energética superior a 1.0, lo cual indica factibilidad en comparación con SPM-3, el cual requirió mayor cantidad de energía que la producida por el cultivo de maíz. Al respecto, Funes et al. (2011) encontraron que los sistemas menos diversificados fueron los menos productivos, por lo tanto, aunque la producción de un cultivo sea menor, la diversificación del sistema lo hace más rentable energéticamente. Por otra parte, la eficiencia energética del SPM-3 (0.99) fue muy cercana a la obtenida por Alemán y Brito (2003) en un sistema de maíz en monocultivo, con métodos convencionales de manejo. Sin embargo, si se comparan los resultados con los estudios de Pimentel (1980), los tres sistemas muestran baja eficiencia energética, dado que promedio en el cultivo de maíz fue de 10 Mcal producidas por Mcal invertida.

El balance energético es afectado significativamente por los insumos externos para mantener las producciones agropecuarias (Valdés et al., 2009). Al analizar la intensidad energética, en los SPM-1 y el SPM-2 se muestra que para producir 1 kg de maíz se utilizan 3.18 y 3.40 Mcal, respectivamente. Ambos son dependientes de energía fósil y de agroquímicos, e ineficientes en cuanto al uso de esta fuente de energía y no son sostenibles a largo plazo, acorde a lo encontrado por Pimentel y Pimentel (2005). Del uso de energía proveniente de agroquímicos, se reporta que más de 50% depende del aporte del fertilizante sulfato de amonio (IDEA, 2007).

En los sistemas de producción estudiados se gastan alrededor de 5,377.5, 6,453.0 y 8,604.0 Mcal, que contribuyen a obtener 0.37, 0.35 y 0.30 kg de maíz, en cada uno de los sistemas respectivamente. Por otra parte, el mayor gasto energético de insumos como herbicidas e insecticidas en el SPM-1, se debe a los insumos requeridos para combatir las plagas y enfermedades del cultivo del frijol. Sin embargo, el aporte energético de este cultivo tiende a compensar dichos gastos. En cuanto a otros insumos, como es el aporte energético por combustible, es muy poco en los tres sistemas, pues sólo se consume en el desgrane del maíz, por el empleo de maquinaria (tractor) y la desgranadora y en algunos casos, para el traslado de la cosecha.

Cantidad de personas factibles de alimentar

La mayor producción de energía y proteína fue para el SPM-1 (Cuadro 5). Desde el punto de vista energético, los sistemas SPM-1 y SPM-3 producen suficiente energía para alimentar a nueve personas año-1 ha-1, mientras el SPM-3 tiene un potencial para alimentar a ocho personas año-1 ha-1. Estos resultados coinciden con lo planteado por Valdés et al. (2009) quienes afirman que en términos energéticos en los sistemas diversos se produce más eficientemente la proteína tanto de origen animal como vegetal.

Cuadro 5 Balance energético y potencial de producción de energía y proteínas de los sistemas de producción de maíz estudiados. 

En relación a la fuente proteica, la mayor capacidad para cubrir las demandas de proteínas humanas fue en SPM-1 con 23 personas año-1 ha-1, pues incluye el frijol, con el cual el sistema casi triplica el contenido proteico. Por su parte, los sistemas SPM-2 y SPM-3 tienen una capacidad de alimentar de 14 a 16 personas año-1 ha-1, respectivamente. Schiere et al. (2002), reportaron que la cantidad de personas que se pueden alimentar con una hectárea de monocultivo (maíz), es de 10.4 respecto a las fuentes energéticas y de 5.2 a las fuentes proteicas.

Análisis de eficiencia económica de los sistemas de producción

El costo total del sistema de producción de maíz asociado con frijol (SPM-1) fue superior a los otros (Cuadro 6), debido fundamentalmente a los altos precios de la mano de obra, a pesar de invertir menos de 25% en fertilizantes, segundo concepto más importante de gasto en los tres sistemas. Un análisis detallado de los costos muestra que los agroquímicos constituyen el concepto que encarece los sistemas de producción de maíz en la comunidad estudiada, con 61.6, 40.6 y 44.25% del costo total de cada sistema, respectivamente.

Cuadro 6 Estructura de los egresos económicos (pesos mexicanos) y por ciento del total en los tres sistemas de producción de maíz estudiados. 

A partir del porcentaje de la cosecha comercializada, los rendimientos y los precios de venta de los productos, SPM-3 es el que mayores ingresos económicos aporta (Cuadro 7). Estos resultados coinciden con los obtenidos por Miranda et al. (2008) quienes afirman que los sistemas diversificados tienen mejores rendimientos tanto económicos como energéticos, lo cual concuerda parcialmente con los resultados logrados en este estudio. Si se considera la comercialización sólo de 50% de la cosecha del SPM-1, este sistema se mostraría como el más eficiente desde el punto de vista económico pues permitiría ingresos de hasta 12 500 $ ha-1, considerando ambos cultivos.

Cuadro 7 Rendimientos e ingresos económicos de los sistemas de producción de maíz estudiados. 

El análisis de factibilidad económica de los tres sistemas de producción estudiados a partir del cálculo de la relación beneficio costo (Cuadro 8) evidencia que el SPM-3 es el más factible, con un margen de ganancia de 41 centavos por cada peso invertido.

Cuadro 8 Análisis de factibilidad económica a partir de la relación beneficio/costo de los tres sistemas de producción de maíz estudiados. 

Conclusiones

El sistema de producción que combina la siembra de maíz-frijol, con el uso de semillas criollas, es eficiente energéticamente, con 1.12 Mcal producidas por cada Mcal consumidas, respecto al sistema de monocultivo de maíz, tanto de semilla criolla como mejorada.

El sistema maíz-frijol fue eficiente en la aportación de energía y proteína para la alimentación humana, al poder alimentar a 23 personas ha-1 año-1, seguido del sistema monocultivo con el uso de material mejorado y del sistema con material criollo.

El sistema de producción de maíz con el uso de variedades mejoradas resultó ser el más eficiente desde el punto de vista económico.

Los conceptos de costos, tanto energéticos como económicos, que mayor afectan los sistemas de producción de maíz en la Reserva de la Biosfera "La Sepultura" son los insumos agroquímicos y el pago de mano de obra externa.

Literatura citada

Aguilar, J. 2010. Informe final del estudio técnico: Validación de semilla y del proceso de mantenimiento de agro-ecosistema en los ejidos de California, Nueva Esperanza y Flores Magón localizados en la zona de amortiguamiento de la Reserva de la Biosfera la Sepultura, municipio de Villaflores, Chiapas. 73 p. [ Links ]

Alemán, P. R. y Brito, F. J. 2003. Balance energético en dos sistemas de producción de maíz en las condiciones de Cuba. Centro Agrícola. 30(3):84-87. [ Links ]

Bonel, B.; Montico, S.; Di Leo, N.; Denoia, J. y Vilche, M. 2005. Análisis energético de las unidades de tierra en una cuenca rural. Revista de la FAVE - Ciencias Agrarias. 4(1-2):37-47. [ Links ]

Bowers, W. 1992. Agricultural field equipment. Fluck, R. C. (Ed.). Energy in the world agriculture, energy in farm production. (6):117-129. [ Links ]

Comisión Nacional de Buenas Prácticas Agrícolas. 2008. Especificaciones técnicas de buenas prácticas agrícolas. Cultivo de maíz. Gobierno de Chile. Ministerio de Agricultura. 56 p. [ Links ]

CEDECO (Corporación Educativa para el Desarrollo Costarricense). 2005. Agricultura orgánica y gases con efecto invernadero. CEDECO. San José, Costa Rica. 27 p. [ Links ]

CEDECO (Corporación Educativa para el Desarrollo Costarricense). 2006. Emisión de gases con efecto invernadero y agricultura orgánica. CEDECO. San José, Costa Rica. 59 p. [ Links ]

Damián, H. M; Ramírez, V. B.; Aragón, G. A.; Huerta, L. M.; Sangerman, J. y Romero, A. 2010. Manejo del maíz en el estado de Tlaxcala, México: entre lo convencional y lo agroecológico. Rev. Latinoam. Rec. Nat. 6(2):67-76. [ Links ]

Denoia, J. y Monticos, S. 2010. Balance de energía en cultivos hortícolas a campo en Rosario (Santa Fe, Argentina). Ciencia, Docencia y Tecnología. 21(41):145-157. [ Links ]

Denoia, J.; Vilche, M.; Montico, S.; Bonel, B. y Di Leo, N. 2006. Análisis descriptivo de la evolución de los modelos tecnológicos difundidos en el Distrito Zavalla (Santa Fe) desde una perspectiva energética. Ciencia, Docencia y Tecnología. 17(33):211-226. [ Links ]

Ferraro, O. D. 2008. Evaluación energética de la producción de etanol en base a grano de maíz: un estudio de caso de la región Pampeana (Argentina). Ecología Austral. (18):323-336. [ Links ]

Funes, M. F. 2001. Sistema para el análisis de la eficiencia energética de fincas integrales. IIPF. Instituto de Investigación de Pastos y Forrajes. Cuba. [ Links ]

Funes, M. F. 2009. Agricultura con futuro, la alternativa agroecológica para Cuba. Estación Experimental Indio Hatuey, Universidad de Matanzas. 176 p. [ Links ]

Funes, M. F.; Suárez, J.; Blanco, D.; Reyes, F.; Cepero, L.; Rivero, J. L.; Rodríguez, E.; Savran, V.; del Valle, Y.; Cala, M.; Vigil, M.; Sotolongo, J. A.; Boillat, S. y Sánchez, J. E. 2011. Evaluación inicial de sistemas integrados para la producción de alimentos y energía en Cuba. Pastos y Forrajes. 34(4):445-462. [ Links ]

García-Trujillo, R. 1996. Los animales en los sistemas agroecológicos. ACAO. La Habana, Cuba. 100 p. [ Links ]

Gebhardt, S. E.; Lemar, L. E.; Pehrsson, P. R.; Exler, J.; Haytowitz, D. B.; Showell, B. A.; Nickle, M. S.; Thomas, R. G.; Patterson, K. K.; Bhagwat, S. A. y Holden, J. M. 2007. USDA national nutrient database for standard reference, release 23. http://www.ars.usda.gov/nutrientdata. [ Links ]

Geilfus, F. 1997. 80 Herramientas para el desarrollo participativo. Diagnóstico, Planificación Monitoreo y Evaluación. San José, C. R. IICA, 217 p. [ Links ]

Guevara, H. F.; Rodríguez, L. L.; Arias, L. M.; Gómez, C. H.; Fonseca, F. M.; Pinto, R. R.; Ponce, P. I.; Jonapá, M. F.; Carbonell, C. J.; Hernández, L. A.; Castillo, F. P. y Ovando, C. J. 2011. Metodología para el desarrollo de Procesos de Innovación Local a través de la Investigación Acción. Serie libros de texto: Núm.1. Ediciones Dimitrov. Bayamo, Granma. 27 p. [ Links ]

INEGI (Instituto Nacional de Estadística y Geografía). 2012. Anuario Estadístico de los Estados Unidos Mexicanos 2011/ Instituto Nacional de Estadística y Geografía. México. 155 p. [ Links ]

IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía). 2007. Ahorro, eficiencia energética y fertilización nitrogenada. IDAE. Madrid. 44 p. [ Links ]

Macera, O. y Astier, M. 1993. Energía y sistema alimentario en México: aportaciones de la agricultura alternativa. Agroecología y Desarrollo Agrícola en México, Universidad Autónoma Metropolitana (UAM-X)- Xochimilco, México, D. F. [ Links ]

Mandal, K. G.; Saha, K. P.; Ghost, K. M.; Hati, K. M. y Bandyopadhyay, K. K. 2002. Bioenergy and economic analysis of soybean-based crop production systems in central India. Biomas and Energy. 23:337-345. [ Links ]

Márquez, M.; Valdés, N.; Ferro, M. E.; Paneque, I.; Rodríguez, Y.; Chirino, E.; Gómez, L. M. y Vargas, D. 2011. Análisis agroenergético de tipologías agrícolas en La Palma. Ríos, L. H.; Vargas, V. D. y Funes, M. F. (Comp.). Innovación agroecológica, adaptación y mitigación del cambio climático. Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas (INCA), Cuba. 248 p. [ Links ]

Meul, M.; Nevens, F.; Reheul, D. and Hofman, G. 2007. Energy use efficiency of specialized dairy, arable and pig farms in Flanders. Agric. Ecos. Environ. 199:135-144. [ Links ]

Miranda, T.; Rey, M.; Hilda, M.; Julio, B. y Pedro, D. 2008. Valoración económica de bienes y servicios ambientales en dos ecosistemas de uso ganadero. Zootecnia Tropical. 26(3):1-3. [ Links ]

Pervanchon, F.; Bockstaller, C. ans Girardin, P. 2002. Assessment of energy use in arable farming systems by means of an agro-ecological indicator: the energy indicator. Agric. Syst. 72:149-172. [ Links ]

Pimentel, D. 1980. Handbook of energy utilization in agriculture. Boca Raton, CRC Press. [ Links ]

Pimentel, D. 2005. Environmental and economic costs of the application of pesticides primarily in the United States. Env. Dev. Sust. 7: 229-252. [ Links ]

Reyes, C. P. 1990. El maíz y su cultivo. Primera edición. Editorial AGT Editor. México D. F. 51 p. [ Links ]

Schiere, J. B.; Ibrahim, M. N. M. and Van Keulen, H. 2002. The role of livestock for sustainability in mixed farming: criteria and scenario studies under varying resource allocation. Agric. Ecosys. Environ. 90:139-153. [ Links ]

Valdés, N.; Pérez, D.; Márquez, M.; Angarica, L. y Vargas, D. 2009. Funcionamiento y balance energético en agroecosistemas de diversos cultivos tropicales. 30(2):36-42. [ Links ]

Vilche, S. M.; Denoia, J.; Montico, S.; Bonel, B. y Dileo, N. 2006. Uso de la energía en los sistemas agropecuarios del Distrito Zavalla (Santa Fe). Rev. Cient. Agrop. 10(1):7-19. [ Links ]

Vitta, J. 2001. La visión del desarrollo sustentable en el agro de nuestra región: bases para la discusión. Ambiental-UNR. 4(4):24:47. [ Links ]

Recibido: Julio de 2015; Aprobado: Noviembre de 2015

§ Autor para correspondencia: reyes.luis@inifap.gob.mx.

Creative Commons License Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons