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Revista mexicana de ciencias agrícolas

Print version ISSN 2007-0934

Rev. Mex. Cienc. Agríc vol.6 n.6 Texcoco Aug./Sep. 2015

 

Artículos

 

Diagnóstico socioeconómico del cultivo de sandía en el estado de Campeche, México*

 

Socioeconomic diagnosis of watermelon crop in the State of Campeche, Mexico

 

Nelda Guadalupe Uzcanga Pérez, Alejandro de Jesús Cano González2 y Jorge Humberto Ramírez Silva2

 

1 Campo Experimental-Mocochá INIFAP. Antigua Carretera Mérida-Motul km 25, Mocochá Yucatán. C. P. 97454. Tel: (99) 19 16 22 15 ext. 133.

2 INIFAP-CECODET. Calle 6 No. 398 x13, Av. Correa Rachó. Col. Díaz Ordáz, C.P. 97130 Mérida Yucatán México. Tel: 99 91 96 11 83 Ext. 600. (cano.alejandro@inifap.gob.mx; ramirez.jorge@inifap.gob.mx). §Autora para correspondencia: uzcanga.nelda@inifap.gob.mx.

 

* Recibido: febrero de 2015
Aceptado: mayo de 2015

 

Resumen

La sandía en Campeche, México es un cultivo de relevante importancia debido a su potencial de mercado, ya que es demandada durante todo el año por los consumidores locales. La superficie estatal promedio sembrada de sandía de 2007 a 2012 fue de 1 613 ha; de ella, 80.93% se concentró en los municipios de Hopelchén y Campeche cuya producción en conjunto fue de aproximadamente 33 267 t de un total estatal de 39 955 t, estas últimas valoradas en 117 338 miles de pesos. Por tal motivo, se realizó un diagnóstico socioeconómico del cultivo de sandía en Campeche para identificar las principales características del productor, el mercado y aspectos relevantes del sistema de producción para facilitar la toma de decisiones. Se recopiló información estadística de seis años en fuentes oficiales para el cálculo de indicadores agropecuarios básicos. Las características del productor y aspectos técnicos relevantes se obtuvieron de manera directa a través de un cuestionario estructurado. El método utilizado para determinar el tamaño de muestra fue aleatorio estratificado con distribución proporcional con una presión de 5% y nivel de confianza de 95%. La información fue analizada con el paquete estadístico Predictive Analytical Software and Solut (PASS) versión 21. Se realizó el test de Levene sobre homogeneidad de varianzas contrastando la hipótesis (H0: σ21 = σ22 = σ23) Se usó el Anova de un factor, manteniendo la hipótesis (H0: μ1= μ2= μ3), para la comparación de medias e identificar diferencias significativas por estrato (K1 y K2). Los resultados más relevantes indicaron que existen diferencias entre grupos para el ingreso (K1= $4 578.81) vs (K2= $7 958.33), superficie sembrada (K1= 5.45ha) vs (K2=14.13 ha) pero no para cantidad de fertilizante utilizado (K1=119.68 kg ha de 18-46-00), (K1= 46.84 kg ha de 12-00-46), (K1= 41.30 kg ha de 12-61-00) vs (K2=132.94 kg ha de 18-46-00), (K2= 80.64 kg ha de 12-00-46), (K2= 55.06 kg ha de 12-61-00) y rendimiento obtenido (K1=27.67t ha-1) vs (K2= 31.09 t ha-1).

Palabras clave: diagnóstico, estrato, indicadores económicos, producción.

 

Abstract

Watermelon in Campeche, Mexico is a crop of outstanding importance because of its potential market, as it is demanded throughout the year by local consumers. The State-wide average watermelon acreage from 2007 to 2012 was 1613 ha; of it, 80.93% concentrated in the municipalities ofCampeche and Hopelchén whose production was approximately together 33 267 t of a State total of39 955 t, the latter valued at 117 338 thousand pesos. Therefore, a socioeconomic diagnosis of the watermelon crop was held in Campeche to identify the main features of the producer, the market and relevant aspects of the production system to facilitate decision-making. A six-year statistical information from official sources in the calculation of basic agricultural indicators was collected. The characteristics of the producer and relevant technical aspects were obtained directly through a structured questionnaire. The method used to determine the sample size was proportional stratified random distribution with a pressure of 5% and confidence level of 95%. The data were analysed with the Statistical Package Software and Predictive Analytical Solut (PASS) version 21. Levene test homogeneity of variance contrasting the hypothesis (H0: σ21 = σ22 = σ23) ANOVA was used of one factor, maintaining the hypothesis (H0: μ1= μ2= μ3) to compare means and identify significant differences by stratum (K1 and K2). The most relevant results indicated differences between groups for entry (K1= $4 578.81) vs (K2= $7 958.33), plantings (K1=5.45 ha) vs (K2= 14.13 ha) but not for the amount of the fertilizer used (K1= 119.68 kg ha of 18-46-00), (K1=46.84 kg ha of 12-00-46), (K1=41.30 kg ha of 12-61-00) vs (132.94 kg ha K2= 18- 46-00), (K2= 80.64 kg ha of 12-00-46), (K2= 55.06 kg ha of 12-61-00) and yield (K1= 27.67 t ha-1) vs (K2= 31.09 t ha1).

Keywords: diagnosis, economic indicators, production, stratification.

 

Introducción

La sandía es una especie agrícola oriunda del viejo mundo, que, se domesticó en África y desde ahí se dispersó por el Mediterráneo, Medio Oriente e India. Ingresó a México por el norte del país aunque existe la posibilidad de que haya sido introducida por los esclavos africanos que los españoles trajeron a este territorio (Aserca, 1999). Son diversas las variedades que hay de este producto y difieren entre ellas de acuerdo a su forma y tamaño. En México hasta 1979, se cultivaban las variedades de Jubilee, Pea Cok y Charleston Gray. También se cultivaron otras variedades como la Sangría y Rayada, además de variedades sin semilla que han tenido éxito importante en los últimos tiempos (Canales, 1998; Aserca, 1999).

La sandía, por su frescura y sabor es un producto bien cotizado en casi todo el año y su comercio depende de manera directa de las preferencias del consumidor final lo que ha impulsado su producción pero también ha fomentado la competencia entre los países productores (Aserca, 1999). Al respecto, México es el primer exportador de sandía en el mundo (CNA, 2013), seguido por España, Estados Unidos de América, Irán y Países Bajos (FAO, 2011) y el valor de esta exportación, junto con el de otras frutas como el melón, y la papaya es de 19 181 miles de dólares (Banxico, 2010).

Mientras que en el mercado interno, las entidades de Sonora, Jalisco, Chihuahua, Veracruz y Nayarit, son las principales productoras de esta fruta, con una contribución de 56%, del total de la producción nacional. La sandía generalmente se comercializa en fresco y las variedades de tamaño pequeño y mediano se empacan por lo general en cajas con cuatro u ocho frutos. Las variedades más grandes se comercializan a granel en piezas de entre 3 kg y 8 kg, aunque la fruta puede llegar a pesar hasta 15 kg ó 20 kg.

A pesar que la producción de sandía se realiza durante todo el año, existen en los que la producción permanece constante (ej. enero a marzo), y en los que la producción repunta hasta alcanzar 200 000 t aproximadamente (abril a mayo). Mientras que de junio y hasta octubre la producción decrece y se mantiene en 30 000 t aproximadamente, con un ligero ascenso en noviembre para alcanzar 90 000 t (CNA, 2013).

El comercio de la fruta a lo largo del territorio mexicano es intenso, siendo Sonora el principal productor a nivel nacional, ya que comercializa su producción en al menos nueve centrales de abasto distribuidas en Jalisco, Baja California, Nuevo León, San Luis Potosí, Yucatán, Morelos, Querétaro y México. Por su parte, en el estado de Campeche se siembran 1 620 ha, de las cuales 99.5% (1 613 ha) son de riego y el resto de temporal. Los municipios de la entidad que registran mayor superficie sembrada y producción son Hopelchén y Campeche.

La importancia del cultivo de sandía de riego en el estado se debe a que es el sustento de varias familias, pues su producción está valorada en $117 338 miles de pesos. Sin embargo, los rendimientos estatales (21.60 t ha-1) se ubican por debajo del promedio nacional que es de 25.84 t ha-1, por lo que el objetivo general de este trabajo fue realizar un diagnóstico socioeconómico del cultivo de sandía que permita identificar las características principales del productor, la dinámica de la actividad, mercado que atienden y aspectos técnicos del manejo del cultivo, para que tanto los tomadores de decisiones como investigadores focalicen sus esfuerzos orientados a las necesidades de la actividad.

 

Materiales y métodos

Para conocer la evolución de la producción de sandía a nivel estatal y contar con una visión de corto y mediano plazo, se calcularon indicadores como: valor de la producción a precios corrientes y constantes así como índices del valor corriente de la producción, volumen físico y precios implícitos (SIAP, 2003). Para ello fue necesario una serie histórica del volumen de la producción y precios medios rurales del año agrícola del 2007-2012 (SIAP, 2012) y precios por kilogramo del 2007-2013 (SIIM, 2013).

Para el diagnóstico de la actividad durante el ciclo otoño-invierno 2012, se recabó información sobre características socioeconómicas del productor y aspectos técnicos como: materiales utilizados, densidad, riego y fertilización a través de un cuestionario estructurado. Se tomó como marco de muestreo a 150 productores empadronados por el Comité de Sanidad Vegetal de Campeche actualizado a 2011. El método de muestreo utilizado fue el muestreo aleatorio estratificando, con el que se identificaron dos estratos: el K1 integrado por productores cuya superficie sembrada fue de menos de una hectárea y hasta 15 ha (N1= 130) y K2 constituido por productores cuya superficie sembrada fue igual o mayor a 16 ha (N2= 20) De estos estratos se obtuvo el tamaño de muestra con distribución proporcional, para lo que se siguió la metodología de Taro (1967), con una precisión de 5% y una confianza de 95%, utilizando las siguientes ecuaciones:

Los datos fueron tabulados y analizados con el paquete estadístico Predictive Analytical Software and Solut (PASS) versión 21. Se realizó una comparación de medias con Anova de un factor para contrastar la hipótesis H0: μ1= μ2= μ3 y encontrar diferencias significativas por estrato (Pérez, 2009; Quezada, 2012).

 

Resultados y discusión

Indicadores de producción

En el período 2007 a 2012 se registraron incrementos en la el valor de la producción de sandía de riego en el estado. Las variaciones del valor de la producción a precios corrientes a lo largo de estos cinco años se debieron a las fluctuaciones en el precio o a las variaciones en la cantidad producida, que durante 2008 y 2011 registraron cantidades de 48 227 y 48 743 t y valores de $108 445 506.00 y $129 206 543.00 respectivamente. La misma tendencia se puede apreciar en el valor de la producción a precios constantes registrando valores de $134 626 291.00 en 2009 y $136 066 711.00 en 2011 (Figura 1).

El incremento del valor de la producción registrado en 2008 se debió, principalmente, al aumento del volumen físico de la producción más que por el precio de la fruta. De manera contraria, el incremento del valor de la producción en 2011 fue propiciado por el precio fruta (Figura 2).

La producción estatal se comercializa principalmente a través de la central de abastos Pedro Sainz de Baranda en Campeche y los principales mercados identificados son Yucatán a través de la central de abastos de Mérida, el mercado mayorista de Oxkutzcab y el de la Casa del Pueblo; México con la central de abastos como Ecatepec; la central de abastos de Villahermosa en Tabasco y la de Cuautla en el estado de Morelos.

 

Características del productor

Durante el ciclo otoño-invierno 2012 se identificó que 76.80% de los productores entrevistados sembraron sandía y 23.20% no sembraron, esto principalmente por el precio poco atractivo de fruta y, falta de capital para invertir, entre otros factores. Del primer estrato o grupo de productores se encontró que 76.36% sembró sandia durante ese ciclo, 11.81% no sembraron y 11.81% se consideraron productores nómadas según la tipificación propuesta por Canales (2003), pues si bien estaban registrados dentro del padrón, estos arrendaron tierras para la siembra por un ciclo o emigraron a otras regiones para establecer el cultivo, por lo que no se les pudo localizar de manera personal (Cuadro 1).

Las características sociodemográficas de los productores indicaron que llevan en promedio ocho años sembrando sandía; sin embargo, la gran mayoría (88.54%) también se dedica la producción de otros cultivos como el maíz.

A pesar de ser experimentados por el número de años que se han dedicado a esta actividad, cuentan con bajo nivel académico, ya que en promedio solo tienen hasta cuatro años de escolaridad. El grueso de esta población de productores se ubica en edad productiva de 35 a 39 años (15.63%), 40 a 44 años (14.58%) y 45 a 49 años (18.75%) con 100% de eficiencia laboral (Chalita, 1968). El 81.25% de los productores realiza compras a crédito de los insumos agrícolas que utilizará durante el ciclo productivo, lo que implica la falta de solvencia económica al inicio de la actividad, que también se ve reflejado en la poca participación de los productores para la compra de seguros agrícolas, ya que solo el 8.33% aseguró su producción.

Un reducido porcentaje (27.08%) participa en registros de contrato anticipado de compra venta. En este tipo de contratos el productor asegura la venta de su cosecha a un precio piso (call) y el vendedor tiene un precio tope (pat) lo que facilita la comercialización de su cosecha en épocas y regiones en que se presentan excedentes de producción, que para el caso particular de la sandía es de febrero a marzo (Cuadro 2).

Más de la mitad de los entrevistados (64.58%) atienden la producción de sandía como un negocio familiar. En promedio estas familias son cinco integrantes por hogar y son de tipo nuclear (hogar familiar conformado por el jefe(a) y cónyuge; jefe(a) e hijos(as); jefe(a), cónyuge e hijos(as) (INEGI, 2005). El resto son pequeños y medianos productores que comercializan localmente su producción.

De ahí que el 71.88% de los entrevistados recurrieron a un intermediario para colocar la fruta en el mercado, 18.75% la comercializó directamente con centrales de abasto del Distrito Federal, Yucatán, Sonora, Chipas y Chihuahua. Otro 4.17% la distribuyó en el mercado municipal, mientras que 1.04% lo envía al extranjero (Miami) y 4.17% en otro mercado (Figura 3).

Esta información confirma la poca participación de los productores locales en otros mercados más competitivos, pues actualmente solo una empresa Campechana (Unión de Agricultores Herpin de Campeche) exporta a USA (CNA, 2013) y las principales razones de este escenario se reflejan en las exigencias solicitadas a los productores campechanos, las cuales se presentan en la Figura 4 en orden de importancia, sobresaliendo los parámetros de calidad establecidos en las normas para la comercialización, que desde la década de los 90's, tomaron como referencia el peso y tamaño de la fruta para su comercialización además de otras características como consistencia, sabor, color, aroma, limpieza y sanidad (Canales y Sánchez, 2003; Sagarpa-Bancomext-SE, 2006).

Hoy en día estos atributos han cambiado conforme a las preferencias de los consumidores, antes la sandía era grande y jugosa y ahora son pequeñas y con el mínimo de semillas posible. El tamaño de la fruta se verifica con la norma NMX-FF-008 y NMX-FF-009, mientras que el empaque se realiza según las especificaciones del cliente.

Con relación al ingreso mensual de los productores a precios corrientes de 2012, estos se ubicaron en $4 578.81/mensual para el estrato uno y $7 958.33 para el estrato dos. Puesto que el nivel crítico (0.026) fue menor de 0.05 se rechazó la hipótesis nula del Anova y se concluyó que hubo diferencias significativas en el ingreso mensual por estrato. La media general del ingreso estimado fue de $4 996.88, valor que se encuentra por encima del valor mensual per cápita para el bienestar mínimo, el cual contempla solo la canasta alimentaria y es fijado en $823.95 para las zonas rurales y $1,158.60 para la zona urbana a precios corrientes del 2012 (Coneval, 2013).

A pesar que el ingreso medio de los productores de sandía se encontró por encima de los requerimientos mínimos de bienestar, estos se ubicaron en el segundo de 10 deciles. El criterio "decil" es utilizado por INEGI para ordenar el ingreso corriente total promedio trimestral por hogar, de menor ingreso (decil I) a mayor ingreso (decil X) (INEGI, 2013). El ingreso corriente total promedio trimestral para los hogares de México ubicados en el segundo decil durante el 2012 fue de $11 867 para localidades de 2 500 y más habitantes, y $11 689 para localidades de menos de 2 500 habitantes (INEGI, 2013).

El ingreso corriente monetario de los productores de sandía está conformado principalmente (41.98%) por el ingreso del trabajo remunerado (sueldo, salario, jornales y destajo, horas extras, reparto de utilidades y aguinaldos), 21.73% del ingreso proveniente del valor estimado del alquiler de vivienda o casa propia, 13.33% de trasferencias (becas, programas de gobierno, regalos en especie), 9.38% del trabajo independiente (negocios industriales y maquila, comerciales, prestación de servicios, negocios agrícolas, cría, explotación y productos derivados de animales y recolección de productos forestales y tala de árboles), 6.91% otros ingresos, 4.20% de la renta de la propiedad (ingreso proveniente de sociedades, cooperativas y empresas, y arrendamientos de activos tangibles y financieros) y 2.47% de otros ingresos del trabajo (Figura 5).

Los principales rubros del gasto corriente de los productores se ilustran en la Figura 6, en donde se observa que 20.48% del ingreso se destina a los cuidados de la salud, los hogares ubicados en el segundo decil de INEGI, invierten 0.5% más de sus ingresos en salud que los del decil más bajo. Otro rubro lo integra los gastos de autoconsumo tales como alimentos, bebidas y tabaco (14.92%), vestido y calzado (13.09%), vivienda y servicios de conservación, energía eléctrica y combustibles (11.41%). También destinan parte de sus ingresos a la adquisición de otros servicios como transporte y comunicaciones (14.7%) entre otros.

En relación al análisis del gasto por tamaño de localidad tanto los hogares de menos de 2 500 habitantes como los de mayor de 2 500 habitantes destinan la mayor parte de sus ingresos a dos rubros principalmente: alimentos, bebidas y tabaco y transporte y comunicaciones. La diferencia es que las localidades urbanas (de 2 500 habitantes y más) destinan un porcentaje mayor al rubro de educación y esparcimiento que las localidades rurales (menos de 2 500 habitantes) (INEGI, 2013). Finalmente la diferencia entre el ingreso y gasto corriente monetario promedio trimestral por deciles de hogares ubicaron al segundo decil con un déficit de $2 768 pesos corrientes de 2012 para satisfacer sus necesidades.

 

Aspectos técnicos

La sandia presenta diferentes épocas de siembra en el país debido a la climatología, por ejemplo: en Tamaulipas inicia en febrero a marzo (Alvarado et al., 2006), en Chihuahua de marzo a mayo (Acosta et al., 2003), en Tabasco de noviembre a febrero (Salaya et al., 2002; Mirafuentes, 2005) y en Campeche de noviembre a enero (Canales, 1998). Sin embargo, se encontró que para esta última entidad las siembras fueron de octubre a febrero concentrándose la mayor frecuencia del 11 al 20 de diciembre. Esta tendencia se debe a que a partir de diciembre las condiciones climatológicas son favorables y por lo tanto; existe menos riesgo de plagas y enfermedades además que al momento de la cosecha (primera semana de marzo) los precios de la fruta en el mercado nacional, aún es atractivo.

Los materiales genéticos de mayor preferencia de los productores fueron Summer flavor (60%), Sangría (30%) y el resto (10%) distribuido entre otros materiales como Charleston gray, Montreal, Super Seedlles, Macarena, etc. Estos resultados son coincidentes con Canales (1998), con relación a la preferencia de los materiales diploides en las siembras de sandía en Campeche orientados principalmente al mercado nacional. También indica que el trasplante de estos materiales se establece en camas uniformes formadas a 3.6 m de distancia y a 0.60 m entre plantas, logrando una densidad de 4 676 plantas por ha. Sin embargo, este arreglo no es comúnmente utilizado por la mayoría de los productores de Campeche, como se observa en el Cuadro 3. Los cuales muestran una densidad de 4 095 plantas para productores de una a 15 ha y 4 760 plantas para productores que siembran más de 16 ha.

Sin embargo, derivado de las nuevas características de mercado de la hortaliza es recomendable que los productores adopten nuevos arreglos de siembra que les permitan obtener frutas adecuadas a los mercados actuales y así incrementar su productividad. Tal es el caso de 5 000 a 7 410 plantas por ha en diploides (Nesmith, 1993; Sanders et al., 1999; Resende y Costa, 2003) y de 5 000 a 7 200 plantas por hectárea en triploides (Motsenbocker y Arancibia, 2002; Walters, 2009; Feltrim et al., 2011).

La superficie sembrada por estrato fue diferente, ya que los productores del estrato uno sembraron en promedio 7.01ha y los del estrato dos 19.91 ha. El nivel crítico (0.001) encontrado fue menor a (0.05) por lo que se rechazó la hipótesis de igualdad de medias al encontrar diferencias significativas entre estratos. La superficie promedio sembrada para el ciclo evaluado fue de 8.62 ha.

Canales (1998), sugiere que después del establecimiento de la sandía, el riego, puede y debe manejarse sin excesos (niveles de estrés controlados) para promover el desarrollo radicular. En la etapa de floración y fructificación se debe tener mucho control en el manejo del riego para evitar el estrés hídrico que durante la época de desarrollo de la fruta pudiera ocasionar frutas pequeñas o deformes y detener la floración. Salaya et al. (2002) encontraron que los riegos en la etapa fenológica vegetativa, floración y fructificación deberán aplicarse cuando el potencial hídrico del suelo a 30 cm de profundidad se encuentre en los rangos de 40, 30 y 40 cb (Centibares) respectivamente. Optimizando el número de riego en comparación al 20, 20, 20 cb y obteniendo de 20 a 26 t ha-1.

Hoy día la mayoría de los productores utilizan riego por goteo y no es la excepción para los productores locales de Campeche, ya que 92.71% de ellos utiliza este tipo de riego, obteniendo rendimiento promedio de 28.86 t ha-1, 3.13% rodado (15.66 t ha-1), 3.13% ninguno, 1.04% otro. Diversos autores (Hargreaves y Samani, 1991; Allen et al., 1998; Tijerina, 1999; Salaya et al., 2002) sugieren que la frecuencia del riego puede variar de una vez por semana en la primera etapa (desarrollo vegetativo) y hasta diaria en la etapa de mayor demanda (floración y desarrollo del fruto). Al respecto se encontró que 71.88% de los productores riega en intervalos por días (27.30 t ha-1), 19.79% diario (35.47 t ha-1), 4.17% otra frecuencia (16.75 t ha-1), 3.13% ninguno (18 t ha-1), 1.04% tensiómetros (14.6 t ha-1).

La frecuencia y duración del riego en horas (Cuadro 4) sugiere que los productores de sandía de Campeche cuentan con nociones básicas del cuándo y cuánto regar sin embargo la actividad se realiza empíricamente y sin toma de mediciones (potencial hídrico) y de evapotranspiración lo que propicia a déficit hídrico y con lleva a bajos rendimientos. Tal es el caso de 71.88% de los productores riega en intervalos por días y obtienen rendimientos de 27.30t ha-1 mientras que los q riegan con tensiómetros 14.6 t ha-1; sin embargo, los productores que aplican riego diario 19.79% obtienen 35.47 t ha-1.

En el Cuadro 4 se observa que los productores que riegan por intervalos aplican prácticamente la misma cantidad de horas de riego que los que riegan diario por consiguiente la planta alcanza niveles de déficit hídrico siendo esta la razón principal de la diferencia de rendimiento.

Con relación a los rendimientos se encontró que estos pueden variar en rangos de 25.15 a 30.19 t ha-1 para el estrato uno y, de 23.58 a 38.59 t ha-1 para el estrato dos. Tanto el test de homogeneidad de varianzas como el análisis de Anova por estrato se obtuvieron respectivamente un nivel crítico de 0.782 y 0.331, ambos mayores a 0.05. Por lo que se concluyó que existe igualdad de varianzas y de medias y, por lo tanto, el rendimiento medio del estado de Campeche en el ciclo otoño-invierno 2012 fue de 28.13 t ha-1con un intervalo de confianza representado por (25.77 ≤ ≤ 30.49)=0.95.

Apesar de que la hipótesis de homogeneidad de varianzas fue rechazada para la cantidad por tipo de fertilizante empleada por los niveles críticos menores a 0.05, el análisis de Anova por estrato permitió concluir que no existe diferencia entre la cantidad media utilizada por cada fuente de fertilizante entre un estrato y otro. Para18-46-00 (N-P2O5-K2O) el nivel crítico fue de 0.59, para el 12-00-46 fue de 0.138 y para el 12-61-00 fue de 0.480, todos mayores a 0.05 (Cuadro 5).

Al convertir las cantidades del Cuadro 5 en fórmulas de fertilización (N-P2O5-K2O), aplicadas en cada estrato, se observa que los nutrimentos aplicados en el estrato dos son más altos que en el estrato uno (Cuadro 6). En el estrato dos se aplica 25% más Nitrógeno que en el estrato uno mientras que para el fósforo se aplica 72% más. Para el caso del potasio el estrato dos aplica 33% más que el estrato uno. Estas diferencias explican, en parte, las 3.42 t ha-1 adicionales obtenidas en el K2.

Lo anterior coincide con los resultados de Feltrim et al. (2011) quienes encontraron que el aumento en la dosis de N + K2O no incrementa la productividad de la sandía, independientemente de la población de plantas. Aunque es importante mencionar que éste es solamente un componente tecnológico que complementa a otros tales como: riegos, material genético y uso eficiente de plaguicidas los cuales en conjunto pueden potencializar los rendimientos de cualquier estrato. El incremento del rendimiento en 3.42 t ha-1 en el estrato 2 implica un ingreso bruto adicional de $14 706.00 al considerar un precio medio rural, en el año 2013, de $4.3 kg.

 

Conclusiones

De la verificación del padrón de productores de sandía y expandiendo la muestra a la población objetivo se concluyó que 114 productores continúan en dicha actividad, 19 ya no siembran sandía y 17 son productores nómadas.

Los productores de sandía también siembran maíz, éstos se encuentran en edad productiva (39-49 años), su producción la comercializan a través de un intermediario para el mercado local o nacional el cual les exige condiciones de peso, tamaño, color y forma de la fruta.

En cuanto a los aspectos técnicos se observa un nivel tecnológico básico entre los productores sin importar la superficie sembrada. Sin embargo existen líneas de oportunidad para incrementar la producción y optimizar los recursos mediante un mejor manejo de fertilizantes, riego y densidad.

El rendimiento promedio estatal de 28.13 t ha-1 estimado es semejante al reportado por SIAP en 2012, el cual fue de 24.26 t ha-1. Sin embargo, en comparación con los estados que integran el sur sureste del país el Estado de Campeche ocupa el primer lugar en rendimiento por hectárea y el cuarto lugar en valor de la producción.

Se encontraron diferencias significativas para el ingreso y la superficie sembrada por estrato, pero no para la cantidad de fertilizante utilizado durante la primera y segunda aplicación así como para el rendimiento obtenido.

 

Agradecimientos

Los autores(as) agradecen a la Fundación Produce Campeche por el financiamiento del proyecto 'validación de tecnología para el cultivo de sandía en altas densidades en el estado de Campeche' de donde se derivó la presente publicación y al Comité de Sanidad Vegetal de Campeche por el padrón de productores de sandía.

 

Literatura citada

Acosta, R. G. F.; Galván, L. R.; Luján, F. M.; Quiñones, P. F. J; Chávez, S. N.; y Pilar, A. J. A. 2003. Manejo del cultivo de la sandía en la Región Centro-Sur del Estado de Chihuahua. INIFAP-CIRNOC. Campo Experimental Delicias. Folleto técnico Núm. 15. Delicias, Chihuahua, México. 35 p.         [ Links ]

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