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Revista mexicana de ciencias agrícolas

versão impressa ISSN 2007-0934

Rev. Mex. Cienc. Agríc vol.6 no.6 Texcoco Ago./Set. 2015

 

Artículos

 

Agricultura tradicional en El Botho, Alto Mezquital, estado de Hidalgo*

 

Traditional agriculture in El Botho, Alto Mezquital, State of Hidalgo

 

Bonifacio Pérez Botho1, Mercedes A. Jiménez Velázquez, Julio Sánchez Escudero1, José Luis García Cué1 y Alfonso Muratalla Lúa1

 

1 Colegio de Posgraduados-Campus Montecillo. Carretera México-Texcoco, km 36.5, Texcoco, México. C. P. 56230. (mjimenez@colpos.mx; bonifacio.perez@colpos.mx; clarijul@hotmail.com; jlgcue@colpos.mx; muratalla@colpos.mx). §Autora para correspondencia: mjimenez@colpos.mx.

 

* Recibido: enero de 2015
Aceptado: mayo de 2015

 

Resumen

La investigación se llevó a cabo en una comunidad rural del estado de Hidalgo, aún conservan la lengua indígena Otomí, su diversidad, formas de organización social y tradiciones. El estudio tiene por objetivo, analizar la estructura comunitaria relacionada con la familia campesina en torno a la agricultura de autoabasto en El Botho, Ixmiquilpan, Hidalgo. Se utiliza el método no experimental, descriptivo y mixto (cualitativo y cuantitativo); y se apoya con el método etnográfico. La población de estudio son 20 jefas de familias campesinas; la recopilación de datos a través de las técnicas sociales: observación directa, observación participante; y aplicación de un cuestionario. El análisis de datos cualitativos a través de la interpretación del diario de campo y entrevistas a personas claves; la información obtenida se trabajó con estadísticas no paramétricas, utilizando el programa Excel 2010 y el IBM SPSS versión 18. Concluimos que los jefes de familia son campesinos, dedicados a la agricultura tradicional y a la recolección de recursos no forestales, principalmente para el autoabasto, el tallado de lechuguilla; además de jornaleros. Las familias campesinas se organizan en actividades comunitarias a través del sistema de usos y costumbres, realizan prácticas culturales de la etnia Otomí (Hñähñú); y han gestionado apoyos ante los tres niveles de gobierno.

Palabras clave: campesinos, desarrollo comunitario, Otomí, organización comunitaria.

 

Abstract

The research was conducted in a rural community in the State of Hidalgo; still retain the Otomí indigenous language, its diversity, forms of social organization and traditions. The study aims to analyse the community structure related to rural families about self-supply farming in El Botho, Ixmiquilpan, Hidalgo. The (qualitative and quantitative) non-experimental, descriptive and mixed method is used; and it rests with the ethnographic method. The study population were 20 heads of peasant families; data collection through social techniques: direct observation, participant observation; and a questionnaire. The qualitative data analysis through the interpretation of field diary and interviews with key people; the information obtained is worked with nonparametric statistics, using the Excel 2010 program and the IBM SPSS version 18. We concluded that, the householders are farmers engaged in traditional farming and harvesting of non-forest resources, mainly for self-supply, the lechuguilla carving; besides the labourers. Peasant families are organized in community activities through the system of customs, using cultural practices of Otomí ethnicity (Hñähñú); and they have managed support in the three levels of government.

Keywords: community development, community organization, farmers, Otomí.

 

Introducción

En México por sus condiciones geográficas y agroecológicas, su historia socioeconómica y política, la distribución de la tierra a partir de la reforma agraria (1917-1992) estableció una diferenciación productiva, caracterizada por unidades económicas de agricultura comercial, empresarial con inversión de tecnología y riego. Por otra parte, están las tierras sujetas al régimen de propiedad ejidal y comunal asociadas a la economía campesina (Appendini y Torres, 2008).

La agricultura tradicional, aún existe en la cultura campesina, indígena e indo mestiza que cada ciclo y año agrícola, cultiva la tierra, partiendo de un conocimiento técnico-empírico que ha heredado por generaciones, ha alimentado con la observación, recolección y permanente reflexión sobre los fenómenos de la producción que realiza el campesino de manera individual y colectiva (Jiménez, 2010; Mariaca et al., 2013). Los sistemas tradicionales han perdurado a través del tiempo debido a una estrategia agrícola que representa un modelo de sostenibilidad al promover la diversidad biológica, prescindir de agroquímicos, manteniendo rendimientos durante todo el año (Altieri y Toledo, 2011) Por otra parte, Altieri (2013), señala que la resistencia a los desastres climáticos, está relacionada con el alto nivel de biodiversidad en las explotaciones agrícolas, lo cual es una característica típica de los sistemas agrícolas tradicionales.

Al conceptualizar al campesino y su unidad familiar, se identifica por tener una economía familiar (Chayanov, 1974; Martínez, 1985). Es decir, son pequeños productores que laboran tierra de temporal, trabajan con herramientas simples, utilizan mano de obra familiar y producen para el propio consumo. También, requieren de herramientas, semillas e insumos para reproducir un cultivo cada ciclo agrícola. Así, el trabajo en la unidad familiar está organizado para la producción, tiene el propósito de satisfacer el presupuesto anual del consumo familiar (autoabasto), sus funciones están estructuradas con una extensión de tierra, medios de producción, plantas y animales, donde sus integrantes transfieren energía y saberes al trabajo agrícola para obtener sus alimentos con estrategias campesinas que persiguen mejorar en cada ciclo agrícola (Altieri y Nicholls, 2013).

Warman (1978) y Bartra (2006) mencionan que la unidad socioeconómica campesina es una célula de producción y consumo constituida por la unidad orgánica de fuerza de trabajo y medios de producción. Por eso, la familia representa la unidad en un espacio que tiene control territorial y especialización del trabajo por sexo y edades, es un grupo en la medida en que la labor desarrollada con su propio trabajo y sobre sus propios medios de producción, siga siendo el elemento regulador de su actividad económica. La actividad productiva de la unidad socioeconómica campesina está orientada a satisfacer sus propias necesidades de autoconsumo.

A principios del siglo XXI, aún existen comunidades indígenas de México que muestran diversidad de formas de organización social, sus tradiciones y cultura. Este paisaje está presente en el estado de Hidalgo, poseedor de un mosaico cultural a través de sus regiones indígenas, integradas con grupos ancestrales etnolingüísticos de origen otomí (33.7%) náhuatl (65.5%) y tepehua (6%) (INEGI, 2011a). Actualmente, las diversas regiones indígenas, la organización de las comunidades se fundamentan en los derechos colectivos sobre la tierra, usos y costumbres, apoyadas en una tradición indígena arraigada que es el más importante elemento de cohesión ante grupos (Báez, 2012). La diversidad cultural refleja sus saberes, conocimientos ancestrales y su aplicación en todas sus actividades.

La presencia indígena, se sustenta en el supuesto que la preservación de la lengua constituye el principal rasgo distintivo de estos grupos, los hablantes son mayores de 5 años de edad. La mayor parte de las localidades clasificadas como indígenas, se concentra en entidades de Oaxaca, Chiapas, Veracruz, Puebla, Yucatán, Guerrero, Estado de México e Hidalgo (Téllez et al., 2013). En esta última entidad con base en criterios sociales, ecológicos y económicos se conforma de nueve regiones llenas de contrastes, entre ellos el Valle del Mezquital. Es la región noreste, presenta dos tipos de ecosistemas: la sierra se levanta como muralla natural que impide el paso de las lluvias con lo cual la humedad del suelo es mínima; por ello, posee una naturaleza semidesértica que es mitigada por un sistema de riego de aguas residuales, provenientes de la cuenca de México a través del río Tula (Báez, 2012).

La sociedad campesina en el ámbito social, es una colectividad, basada en la economía familiar multiactiva y multifuncional donde diversas personas con trabajos no agrícolas participan de la vida comunitaria y comparten su destino (Bartra, 2010). En este contexto, el objetivo de la investigación es analizar la estructura comunitaria de El Botho, Ixmiquilpan, Hidalgo relacionada con la familia campesina en torno a la agricultura tradicional.

 

Materiales y métodos

El área de estudio es la comunidad de El Botho, ubicada en la región Alto Mezquital, Hidalgo. Se encuentra en una zona semiárida, con altitud promedio de 2 100 msnm; coordenadas geográficas son 20° 36' 41" de latitud norte y 99° 10' 45" longitud oeste (INEGI, 2011); presenta una orografía de lomeríos; suelos limoso-arenosos de poca profundidad menor a 5 cm, presentan coloraciones blancas, grisáceas, cafés y negras; clima semiseco templado, templado subhúmedo con lluvias en verano (INEGI, 2005). Latemperatura oscila entre 14.5 °C (mayo y junio) promedio de 21.4 °C; los meses de junio y septiembre son de mayor precipitación, febrero y diciembre de menor cantidad de lluvias (SMN-CONAGUA, 2010).

En el contexto ambiental, destaca por ser un lugar árido, tiene lomeríos, barrancas o cuencas, la vegetación es de matorral espinoso, suelos pocos profundos y tepetate. Las familias que integran la comunidad pertenecen al grupo de pueblos originarios denominados "Hñähñús" (Otomíes), son bilingües (español y otomí); sus integrantes son padres e hijos(as), propios de una familia nuclear; y la minoría, integrada por familias extensas. Los jóvenes en edad escolar asisten a la escuela de la comunidad y para la secundaria acuden a otras comunidades.

Los productores practican la agricultura tradicional, realizan actividades de recolección de plantas silvestres, pastoreo, producción de pulque; se ocupan de jornaleros, albañilería en otras comunidades y trabajadores asalariados; algunos son migrantes que residen en Estados Unidos de América. El pastoreo, lo realizan mujeres o hijos jóvenes, llevan a los animales (chivos y borregos) al monte durante ocho horas al día hasta el manantial a beber agua; estos animales son utilizados en la preparación de alimentos en festividades familiares (graduaciones, bodas, fiestas del pueblo), preferentemente los venden por unidad en el mercado regional de Ixmiquilpan. La producción de animales y recolección vegetal se consumen, también se ofrecen a la venta o bien, al intercambio de mercancías.

Por otra parte, en la vivienda tienen espacios para aves de corral como gallinas que forman parte del autoconsumo familiar; asimismo cuentan con árboles frutales (durazno, higo, granada, piñón; es reciente la introducción del olivo); disponen de plantas aromáticas (yerbabuena, orégano, manzanilla, ruda, entre otras.), medicinales (sábila, maguey rallado, etc.) y ornamentales (malvón, lirios, cactáceas, etc.). Los campesinos de ésta comunidad, realizan actividades agropecuarias con el propósito de satisfacer sus necesidades familiares de autoabasto (Wolf, 1975). Las actividades culturales encontradas, principalmente son rituales al culto a la tierra, fuego y casa. Para ello, confeccionan adornos de romero enramado con flores, humean con incienso a los cuatro puntos cardinales y ofrecen una ofrenda; otras manifestaciones son la feria anual en honor al Santo patrono San Juan Diego, procesión en las calles, encuentros deportivos, baile popular con grupos o tríos huastecos de la región.

La metodología del trabajo se aborda con el método no experimental, descriptivo y mixto que utiliza las técnicas de investigación: cualitativa y cuantitativa, permite la obtención de los principales datos obtenidos en la región de estudio (Hernández et al., 2010). También, se apoya en el método etnográfico para describir los fenómenos sociales, ambientales y agropecuarios que permitieron obtener la información cualitativa de la comunidad (Malinowski, 1992). Se formula la hipótesis: la estructura comunitaria de El Botho, Ixmiquilpan, Hidalgo está vinculada a los programas gubernamentales, lo que motiva a la familia campesina a la práctica e incursión en otros cultivos de agricultura comercial.

La selección del área de estudio, se consideró porque los productores practican agricultura tradicional, son recolectores de recursos no forestales, recientemente se introdujo un cultivo comercial (2012) a través de un programa gubernamental: es la plantación de olivo (Olea europea L.). La información de campo se obtuvo en el periodo de otoño 2012 a invierno de 2013. Se diseñó un cuestionario con 84 preguntas, integrado en cinco partes: datos sociodemográficos, características de la familia, organización comunitaria, actividades agrícolas y programas de desarrollo rural; el cual se aplicó a 20 jefes de familias campesinas que conforman la comunidad. El análisis cuantitativo se interpreta a través de estadísticos descriptivos, utilizando programas informáticos de Excel 2010 y SPSS versión 18 (Landero y González, 2006).

 

Resultados y discusión

De acuerdo a los datos obtenidos de la encuesta, la estructura familiar se integra con una población que corresponde 25% al género femenino y 75% a hombres. De los entrevistados, manifestaron saber leer y escribir (90%), son bilingües, es decir hablan la lengua otomí y el español, el restante contestó que no se expresa en la lengua indígena (10%). Al respecto, se observa que la población cuenta con gran arraigo en sus actividades agrícolas y culturales como es el idioma, entre otras consideraciones (Báez, 2012).


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En la comunidad se encontraron tres tipos de productores agrícolas; en general, la mayoría se encuentra en la categoría de productor minifundista, practican la agricultura tradicional con base en granos básicos (maíz, frijol), cuidado de frutales y explotación de maguey, su espacio de siembra es menor a dos hectáreas son tierras de temporal; utilizan tecnología tradicional, trabajo familiar y asalariado, el financiamiento es de la propia familia, la producción se destina al autoabasto y mercado. Mariaca et al. (2013), mencionan que la actividad agrícola del campesino actual no se observan muchos cambios en la práctica y conserva su espacio de terreno arable muy pequeño; así como la dependencia del clima del lugar. Respecto al campesino recolector tiene una superficie de dos o tres hectáreas, la propiedad de la tierra es comunal y cuenta con parcelas privadas, practican agricultura tradicional, trabajan en la recolección de productos cosechados en campo (frutos, hojas, flores y leña), destinados al autoabasto o intercambio familiar. La fuente de agua proviene de las lluvias de temporal, frecuentemente las plantas utilizadas son mezquites, plantas de la familia de las cactáceas, agaves y diversos arbustos aromáticos.

Los productores llamados en la tipología comerciales, realizan actividades agropecuarias en tenencia de tierra privada, superficie menor a una hectárea; inicialmente recibieron una asesoría técnica acompañado del pago en jornales por ser un proyecto de gobierno, beneficiando a cultivos de lechuguillas y sábila porque se ajustaron a las condiciones ambientales de la comunidad; la comercialización de los productos generados con la obtención de fibras, elaboración de champú se llevan a cabo en la comunidad o a nivel regional. Por otra parte, están sus utensilios para elaborar artesanías que incluyen: tajadera, tabla tallador, hilador manual, tejido manual y barra tallador; las cuales, se utilizan para tejer ayates y cepillos de lechuguilla, entre otros.

Las actividades laborales principales del jefe de familia son muy heterogéneas y muestran la variabilidad de la ocupación, destaca que 55% se ocupa como jornalero, 35% se dedican al tallado de lechuguilla y al trabajo no agrícola son profesores de primaria (5%) y estudiante (5%). La agricultura tradicional es una actividad presente en las familias campesinas que se practica en las barrancas (entre lomeríos que conforman una cuenca) de sus predios. La época de siembra es en junio, principalmente realizada por adultos de 50 años, los integrantes de la familia participan en la siembra, utilizan semilla criolla, labran con animales rentados tirados por mulas.

 

Actividades agrícolas realizadas en barranca con bordos

La técnica de siembra en barranca con bordos, proviene de otras prácticas que existen en diversas regiones rurales de México. Es un sistema de producción y tecnología ancestral llamado lama-bordos, joyas, terrazas y bordos agrícolas que se han utilizado por agricultores para producir alimentos básicos. En la región mixteca de Oaxaca, se conocen estas terrazas agrícolas construidas en barrancas como joyas en donde se practica el sistema de producción de cajete, aprovechando la humedad ahí almacenada (Muñoz et al., 2002; Rivas et al., 2007), son nombradas bordos agrícolas en el estado de Hidalgo, utilizados desde la época prehispánica, como un método para prevenir la erosión de plantas y animales (Zuria y Cervantes, 2008).

El tipo de relieve de la comunidad del Botho presenta varias depresiones topográficas conocidas como barrancas, así son denominadas porque presentan un paisaje de profundidad entre dos mesetas o lomas que conforman una cuenca. Los bordos agrícolas, construidos con manipostería y tierra, tienen escurrimientos que guardan humedad. Las herramientas utilizadas en las actividades agrícolas y de recolección son: arado de una mancera, azadón, carretilla, machete, oz, pala con punta, piedra afilador, rastrillo, tajadera y talacho.

En la dinámica de la producción agrícola familiar, el proceso de siembra se lleva a cabo usando animales de tiro para arar (melgas entre líneas de maguey), son extensiones largas y delgadas sobre lomas o barrancas -suelos más profundos-. Estas labores, se realizan cuando los campesinos perciben a través de la observación la probable llagada de lluvias de verano, -anteriormente eran en primavera-. Es donde los miembros de la familia participan (hermanos, tíos, hombres, mujeres y niños), localmente la ayuda es conocida como "presta fuerza" que es trabajo comunitario. En las barrancas, es donde algunos propietarios han ido construyendo bordos con piedras que se van apilando y acomodando hasta construir un pequeño muro, donde ya levantado siembran magueyes. Este espacio, los campesinos lo utilizan para las labores agrícola como siembra de maíz, leguminosas, frutales y maguey (Zuria y Cervantes, 2008).

Las diversas actividades que se requieren para iniciar la construcción de un bordo (jädó en otomí) son las siguientes: limpieza del terreno de piedras, arbustos y plantas leñosas con espinas. En seguida, juntan las piedras, se seleccionan para que sirvan en la construcción del bordo; al mismo tiempo, en ambos lados de la ladera se escarba para bajar al ras de la tierra y nivelarlo conforme vaya subiendo su edificación. Para lo cual se utiliza un hilo puesto de manera transversal a la dirección del drenaje de la barranca. Cuando el bordo, aproximadamente alcanza una altura de dos metros, las labores continúan hasta construir un amontonamiento cuadrado de tierra en el borde superior de la mampostería. Esta obra rústica, se construye para que en ella, puedan plantar magueyes o algún frutal (durazno, higo, chabacano, aguacate o granada). Así, la construcción de bordos en la barranca, repetidamente van realizando las actividades anteriores hasta cubrir todo el espacio de terreno que le pertenece al campesino.

El periodo de siembra en barrancas (bordos), básicamente es de temporal: maíz y frijol (anuales) otros cultivos como maguey y frutales, dependiendo del régimen de lluvia en la región, las fechas van desde mayo a junio. Dependiendo de la cantidad de lluvia que se logre almacenar o escurrir en las barrancas ha hecho que los campesinos del lugar hayan perfeccionado tales estrategias. Por lo tanto, el bordo permite obtener beneficios importantes como humedad, conservación del suelo y rendimiento para la siembra de productos básicos de consumo familiar.

En la práctica cotidiana al desarrollar labores agrícolas y recolección de animales y vegetales silvestres (Cuadro 2), se desglosan los principales usos de especies que provienen de recursos no forestales, algunos productos son destinados para la alimentación familiar; se reservan arbustos o leños para ocuparlos en la construcción; existen plantas que son de uso medicinal como sangre de grado, pirú, orégano, ocotillo; y se reservan otras para ser utilizadas como combustibles: entre ellos está el capulín, garambullo, guapilla, maguey, mezquite. Esta diversidad de especies son extraídas del campo durante todo el año, realizando actividades de pastoreo o cundo tienen necesidad del producto.

De las actividades productivas encontradas (Figura 1) está la colecta de lechuguilla y sábila (33%) es la ocupación más importante para los jefes de familia entrevistados, en seguida la siembra de la milpa (24%) es la más representativa, plantas y animales silvestres (15%), pastoreo (15%), la extracción de aguamiel, otras actividades (13%) son poco comunes porque la mayoría labora en la misma comunidad.

La milpa es el lugar de cultivo, un campo sembrado de maíz con diversas plantas y granos donde se aprovecha la mayoría de sus partes. Tradicionalmente, se privilegia en algunos cultivares, principalmente se aprovecha el rastrojo para alimentación de animales, también puede incorporarse al suelo como abono cultural (Buenrostro, 2008). De ella, se obtienen otros recursos extras cuando logran cosechar algunos cereales y granos (maíz, frijol, haba, calabaza, avena). En tanto, la parte vegetativa ya seca de las gramíneas se comercializa entre ellos o bien, se destina para alimento de ganado menor.

En cuanto al destino de las cosechas sembradas en temporal, se encontró que los productos de la cosecha se utilizan para el autoconsumo (50%) de la familia del productor y lo destinan para alimentación de animales (39%); en contraste 11% respondió que ponen a la venta los productos cosechados. Los datos obtenidos reflejan que la agricultura tradicional se ha convertido en una actividad de autoconsumo, los campesinos cultivan maíz a fin de asegurar que la familia obtenga cantidad suficiente para su consumo alimenticio, obtienen un rendimiento de 3 toneladas por hectárea cultivadas en barranca.

El análisis de datos obtenidos muestran las actividades importantes para el sustento familiar, 25% de las respuestas están de acuerdo que la labor de mayor importancia es el tallado de lechuguilla, realizan su colecta varias veces a la semana y al final obtienen la fibra que es comercializada los días lunes en el tianguis regional de Ixmiquilpan, Hidalgo. Después, consideran el trabajo asalariado (17%), pastoreo y albañilería (ambos 16% respectivamente), a la agricultura (15%). Al contrario, otros encuestados (11%) opinaron que la artesanía y producción de champú son menos importantes.

El ingreso económico de las familias (Figura 2), principalmente proviene del tallado de lechuguilla (25%) es el más representativo, seguido por la venta de recolección de productos silvestres (21%), programas de gobierno (21%), de la agricultura (12%), trabajo asalariado (9%), remesas (9%) y recursos que provienen de hijos (3%) que trabajan en diversos lugares del territorio nacional. Además el trabajo no remunerado en que participa la familia en actividades, relacionadas con la agricultura tradicional. Al respecto, el estudio de Sánchez y Jiménez (2010), refiere que en la familia existe una relación hacia el exterior e interior como es el caso de las actividades que realizan los integrantes representados en padres o jefes de familias. Por otra parte, refleja que las economías locales, se dinamizan gracias a las actividades no agrícolas como es el trabajo asalariado o bien, apoyos de programas sociales gubernamental.

Con relación a la escolaridad de los entrevistados, se reporta que no tienen terminada la primaria (40%), cuentan con nivel básico: primaria y secundaria (35%) y el resto (25%) tienen nivel medio superior de estudios. Al comparar el grado promedio escolar de 15 y más años, considerando datos censales es de 8.2 a nivel del municipio de Ixmiquilpan, ligeramente mayor (8.1) al promedio estatal y menor (8.6) al nacional (INEGI, 2010). Por ello, se precisa que el grado de escolaridad de los campesinos es básico.

La organización de la comunidad con base en usos y costumbres, están representadas por sistema de cargos, asambleas y faenas dominicales, los representantes son electos en asamblea para trabajar durante un año de servicio, excepto la mayordomía. Las faenas comunitarias son actividades de trabajo físico que realizan los jefes de familia en mantenimiento de construcciones públicas, albañilería, reparación de red de agua potable, limpieza del depósito de agua, otras. La manera de financiar las festividades, es por medio de la aportación económica (cooperaciones) de todos los jefes de familia. Al respecto, Gelles (1984) enfatiza que las actividades comunitarias están regidas por acuerdos que los mismos jefes de familia establecen ante asamblea y de modo estrecho, realizan compromisos cooperativos entre los integrantes para labores agrícolas.

El organigrama de la estructura organizativa de la comunidad está dividido en dos partes: una es la familia, integrada por padres, hijos y otros familiares donde el representante es el jefe de familia. Mientras tanto, la administración se encuentran cargos que subordinan y representan a la comunidad; la máxima autoridad es la asamblea, seguidos por el delegado, subdelegado, comités, mayordomo. Las funciones del delegado lo llevan a gestionar proyectos de desarrollo ante los tres niveles de gobierno; el subdelegado ejecuta indicaciones del delegado como convocar a reuniones o faenas; los comités, se encargan de administrar los servicios públicos como agua, educación, salud y festividades (mayordomías), entre otros.

De los programas gubernamentales presentes en la comunidad: 36% de los encuestados respondieron que reciben apoyo en despensas alimenticias del DIF (Desarrollo Integral de la Familia) estatal; la mayoría de las mujeres igual que los hombres están inscritos al programa Oportunidades, 70 y más (29%) de la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL); apoyos (16%) del Programa invernal; 13% del Programa de Apoyos Directos al Campo (PROCAMPO), Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGRAPA); y 6% señalaron que reciben otro tipo de programa llamado PAL-Oportunidades y distribución de desayunos escolares.

Las gestiones que las autoridades comunales realizaron ante el gobierno estatal a través del programa de Comisión Nacional de Zonas Áridas (CONAZA), obtuvieron un proyecto de plantación de olivos en 2012, contempló la instalación de un sistema de captación de agua de lluvia y su red de distribución, depósitos, roturación de suelo con maquinaria pesada, compra de plantas; los jefes de familia como beneficiarios realizaron la plantación de olivos en sus propios predios. Otros apoyos a la comunidad vienen de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) con pavimentación de carreteras. Con relación a los apoyos, la FAO (2013) menciona que el gobierno mexicano ha dispersado en las zonas rurales diversos programas agropecuarios que no han sido muy eficientes en general y en conjunto, sucede algo similar en otros países latinoamericanos.

 

Conclusiones

En la comunidad de estudio, los jefes de familia son campesinos, principalmente practican la agricultura tradicional, le permite producir alimentos indispensables para su consumo básico; hacen la recolección de recursos no forestales, tallado de lechuguilla; y se ocupan en trabajos asalariados.

Las familias campesinas mantienen una potencialidad autogestiva, ya que se organizan en actividades comunitarias a través del sistema de usos y costumbres, realizan prácticas culturales de la etnia Otomí (Hñähñú); y han formalizado apoyos ante los tres niveles de gobierno.

La multiactividad es una estrategia campesina, participan en una división del trabajo que incluye labores agrícolas, pastoreo, recolección de plantas silvestres; ocupan su mano de obra como jornaleros agrícolas y en la construcción; además de pervivir estrategias campesina llamada "presta fuerza" que disminuyen el costo de la mano de obra y fortalece el trabajo comunal.

En la comunidad prevalecen una serie de estrategias de uso y manejo de los recursos naturales, como son los bordos, terrazas o joyas, lo cual puede constituirse como una propuesta importante ante el cambio climático global, orientado a la captación de agua de lluvia, puede servir de base de innovación, considerando el desarrollo de estrategias de siembra de maíces de humedad residual.

La experiencia del trabajo indica que la organización comunitaria es otra estrategia importante para subsanar las necesidades básicas de autoconsumo de las familias en El Botho. Lo cual se refleja en la vinculación que la comunidad ha tenido con instituciones y programas de gobierno que ha permitido obtener recursos económicos o trabajos temporales que directamente han beneficiado a las familias.

La migración interna es otra estrategia campesina familiar, tanto hombres como mujeres salen de la localidad hacia otras entidades de México y hacia Estados Unidos, las remesas generadas por los empleos y enviadas a los jefes de familia, parcialmente alivian sus necesidades básicas.

 

Literatura citada

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