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Revista mexicana de ciencias agrícolas

versión impresa ISSN 2007-0934

Rev. Mex. Cienc. Agríc vol.4 no.spe5 Texcoco may./jun. 2013

 

Artículos

 

Fuentes fertilizantes orgánicas y minerales en Laelia anceps Lindl. subesp. anceps (Orchidaceae) en fase vegetativa*

 

Organic and mineral fertilizer sources in Laelia anceps Lindl. subsp. anceps (Orchidaceae) in vegetative phase

 

Olga Tejeda-Sartorius, Libia Iris Trejo-Téllez2, Mayra Arguello-Quechuleño3 y María de los Ángeles Aída Téllez-Velasco4

 

1 Campus San Luis Potosí. Colegio de Postgraduados. Iturbide No. 73. Salinas de Hidalgo, San Luis Potosí. C. P. 78600. México.

2 Campus Montecillo. Carretera México-Texcoco km. 36.5, Montecillo, Texcoco, Estado de México. C. P. 56230. México. (tlibia@colpos.mx). Tel. +52 5959520200. Ext. 1723 yll58.

3 Fitotecnia, Universidad Autónoma Chapingo. Carretera México- Texcoco, km 38.5. C. P. 56230, Chapingo, Estado de México, México. (mayra_maq@hotmail.com).

4 Jardín Botánico del Instituto de Biología de la UNAM, tercer circuito exterior S/N, Ciudad Universitaria, C. P. 04510. Delegación Coyoacán, México, D. F. (atellez@ibunam2.ibiologia.unam.mx). Tel. +52 5556228975. § Autora para correspondencia: olgats@colpos.mx.

 

* Recibido: octubre de 2012.
Aceptado: marzo de 2013.

 

Resumen

Se evaluó el efecto de fuentes fertilizantes orgánicas y minerales, aplicadas por separado y combinadas, en el crecimiento de plantas de Laelia anceps Lindl. subesp. anceps (Orchidaceae) en fase vegetativa (FV), clasificadas en grupos 1 y 2 (de 8 y 12 meses de edad, respectivamente), para evaluar su crecimiento al pasar de FV1 a FV2, y determinar si es posible disminuir el tiempo entre ambas fases. El experimento se realizó en invernadero; se usó como sustrato una mezcla 75% corteza de pino y 25% perlita. Para el grupo 1, la fertilización orgánica incrementó la longitud de hojas, número de raíces, y peso fresco de raíz y el total. Para el grupo 2, las fertilizaciones orgánica y mineral, por separado, incrementaron el número y longitud de hojas; la fertilización orgánica aumentó el área foliar, el peso fresco de pseudobulbo y el total. En el grupo 2, la fertilización orgánica y mineral, por separado, aumentó el peso seco de las variables analizadas en relación con TEA, principalmente. El grupo 1 presentó porcentajes de crecimiento mayores en las diferentes variables, en comparación con el grupo 2, pero el peso seco en el grupo 2 fue entre 5 y 7% mayor, en relación con el peso seco del grupo 1. Con base en los resultados encontrados, se concluye que la fertilización orgánica y mineral aplicadas por separado, promueven efectos positivos en diferentes variables de crecimiento analizadas en Laelia anceps subesp. anceps, y que esta especie requiere ocho meses para pasar de FV1 a FV2.

Palabras clave: Laelia anceps Lindl. subesp. anceps (Orchidaceae), biofertilizante, floricultura, orquídeas.

 

Abstract

The effect of organic and mineral fertilizers sources was evaluated, applied separately and in combination, on the growth of plants of Laelia anceps Lindl. sub sp. anceps (Orchidaceae) in vegetative phase (FV), classified in groups 1 and 2 (8 and 12 months of age, respectively), for evaluating their growth going from FV1 to FV2, and determine if it is possible to decrease the time between both phases. The experiment was conducted under greenhouse conditions; we used a substrate with 75% pine bark and 25% perlite. For group 1, the organic fertilization increased leaf length, number of roots, and root fresh weight and total. For group 2, the organic and mineral fertilization, separately, increased the number and length of leaves, organic fertilization increased leaf area, fresh weight of the pseudobulb and total. In group 2, organic and mineral fertilization, separately, increased the dry weight of the variables analyzed in relation to TEA, mainly. Ggroup 1 showed higher growth rates in the different variables, compared with group 2, but the dry weight in group 2 was between 5 and 7% higher compared to the dry weight of the group 1. Based on the findings, we conclude that organic and mineral fertilization applied separately, promote positive effects on growth variables analyzed in Laelia anceps subsp. anceps, and that this species requires eight months to go from FV1 to FV2.

Keywords: Laelia anceps Lindl. subsp. anceps (Orchidaceae), biofertilizer, flowers, orchids.

 

Introducción

Las orquídeas en maceta ocupan un lugar importante dentro de la floricultura mundial (Lopez y Runkle, 2006). Phalaenopsis, Doritaenopsis (Orchidaceae) y las especies relacionadas e híbridos, están entre las de mayor valor de plantas con flores en maceta, producidas en el mundo (Runkle, 2007). El estudio de nutrición en orquídeas es de suma importancia para implementar un manejo hortícola adecuado. Es común encontrar mucha información relacionada con los medios de cultivo y fertilización de orquídeas en general, los cuales indican la funcionalidad para su crecimiento. Sin embargo, la mayoría de ese conocimiento se basa en experiencias personales y no en estudios científicos (Wang y Konow, 2002).

Varios de los trabajos de investigación en nutrición de orquídeas se concentran en analizar efectos de diferentes formulaciones y concentraciones de fertilizantes minerales, en el crecimiento vegetativo y la floración de diferentes híbridos comerciales de orquídeas (Wang, 1996; Wang, 2000; Chang et al., 2010). Sin embargo, existe escasa investigación relacionada con el uso de fertilizantes con fuentes orgánicas o biofertilizantes, para el crecimiento y desarrollo de orquídeas. Algunos trabajos reportan el uso de estiércoles, microorganismos o productos "domésticos" (Naik et al., 2009; Rodrígues et al., 2010).

Estos autores indican que la combinación de fertilizantes orgánicos e inorgánicos promueve un mayor crecimiento de orquídeas. Los biofertilizantes han sido identificados como una alternativa a los fertilizantes químicos para incrementar fertilidad del suelo y productividad de los cultivos en la agricultura sustentable (Wu et al., 2005), y su uso actualmente se extiende a cultivos ornamentales (El-Khateeb et al., 2010; Habib y Zaghloul, 2012).

México tiene una riqueza alta de orquídeas [se estiman entre 1 200 a 1 400 especies y subespecies, agrupadas en 159 géneros, con un endemismo de 35% (Hágsater et al., 2005)], pero la propagación comercial de sus especies es muy escasa. Laelia anceps es la especie mexicana del género con mayor importancia hortícola;y es una de las orquídeas mexicanas más empleadas en programas de hibridación, por la belleza de sus flores y por ser de fácil cultivo (Soto-Arenas, 1993). Laelia anceps subesp. anceps es una especie, epífita, que se encuentra localizada principalmente en las vertientes del Golfo de México, en el sur del Pacífico mexicano y también en Guatemala y Honduras (Halbinger y Soto-Arenas, 1997), pero la especie no se cultiva a gran escala en nuestro país.

De manera similar a muchas otras plantas con flores, en orquídeas existe una fase juvenil, en la cual, las plantas deben alcanzar un cierto estado de crecimiento (o madurez) antes de tener la capacidad de florecer (López y Runkle, 2008). Runkle (2007) describe dos fases vegetativas en el crecimiento de Phalaenopsis: i) fase vegetativa 1 se considera cuando las plantas jóvenes son extraídas de sus frascos de cultivo in vitro y son trasplantadas a charolas. En esta etapa pasan aproximadamente entre 18 y 24 semanas; ii) fase vegetativa 2 se establece cuando las plantas son trasplantadas de manera individual, de las charolas a macetas de plástico de 10-13 cm de diámetro. Dicha etapa toma un tiempo entre 25 y 40 semanas.

La cantidad y calidad de la floración de una orquídea está determinada, entre varios otros factores, por la nutrición en su fase vegetativa. De ésta manera, en dicha fase es fundamental el análisis de crecimiento de hojas, pseudobulbos y raíces, que posteriormente permita explicar el comportamiento de la floración.

El objetivo de la presente investigación fue evaluar el efecto de fuentes fertilizantes orgánicas y minerales y su combinación, en el crecimiento de plantas de Laelia anceps Lindl. subesp. anceps, en fase vegetativa (FV). Las plantas fueron clasificadas en grupos 1 y 2 (de 8 y 12 meses de edad, respectivamente), para evaluar su crecimiento al pasar de FV1 a FV2, y determinar si es posible disminuir el tiempo entre ambas fases.

 

Materiales y métodos

El trabajo se realizó en condiciones de invernadero durante el periodo de septiembre 2011 a junio de 2012. Se registraron datos climáticos con Thermotracker Pro 2.1®. Los registros ambientales promedio durante el ciclo de crecimiento, fueron: temperatura diurna 23 °C y humedad relativa diurna 42%; temperatura nocturna 12 °C y humedad relativa nocturna 71%. La intensidad luminosa promedio fue de 200 (µmol m-2 s-2.

Se utilizaron plantas jóvenes provenientes de propagación in vitro a partir de semilla de Laelia anceps Lindl. subesp. anceps, en fase vegetativa 1 (FV1), de acuerdo a lo propuesto por Runkle (2007) para Phalaenopsis. Para este experimento, el criterio de FV1 fue considerado así porque al ingresar al invernadero, las plantas aún se encontraban en charolas. Un grupo permaneció ocho meses en charola (grupo 1); otro grupo permaneció 12 meses (grupo 2), por el proveedor. Las plantas del grupo 1 tuvieron el siguiente promedio de crecimiento de sus principales órganos: tres hojas, tres pseudobulbos, con 5.3 cm de altura de la parte aérea (hoja más pseudobulbo) y cuatro raíces. Las plantas del grupo 2 tuvieron el siguiente promedio de crecimiento: cuatro hojas, cuatro pseudobulbos, con tamaño de 8.7 cm de longitud de la parte aérea, y ocho raíces.

Para adaptar ambos grupos de plantas a la FV2, el material vegetal se trasplantó a macetas de 7 cm de diámetro para el grupo 1, y de 10 cm para el grupo 2; en cada maceta se colocó una planta con tamaños promedio mencionados, respectivamente. Como sustrato se usó una mezcla de corteza de pino: perlita, en proporción: 75:25 (v:v); con granulometrías de 4 a 6 mm y de 2 a 3 mm, respectivamente. Ambos materiales fueron esterilizados con vapor a 120 °C durante 1 h.

Se probaron cuatro tratamientos aplicados al riego: i) testigo regado con agua (TEA); y tres tratamientos con concentraciones nutrimentales muy similares (Cuadro 1); ii) solución nutritiva formulada a partir de fuentes fertilizantes minerales (FMin); iii) solución nutritiva elaborada con fuentes fertilizantes orgánicas (FOrg); y iv) solución compuesta principalmente por fuentes orgánicas y complementada con fuentes minerales (FOrg + FMin). Los tres tratamientos se diferenciaron en las fuentes de nutrimentos empleadas (Cuadro 2). Como fertilizantes de fuentes orgánicas se utilizaron productos comerciales Nutro®, enriquecidos con microorganismos, tales como: Bacillus subtilis (bacteria controladora de hongos fitopatógenos); Azospirillum brasilensis (rizobacteria) y Glomus intraradices (hongo micorrrízico arbuscular), los dos últimos considerados, de manera general, promotores del crecimiento vegetal (Wu et al., 2005). Además, la fertilización orgánica utilizada contiene ácidos húmicos, aminoácidos y auxinas.

Como fuente de micronutrimentos orgánicos se utilizó Carboxy® Micro, el cual posee certificación orgánica. El pH de las soluciones se ajustó a un valor de 5.5. La aplicación de las soluciones nutritivas inició dos semanas después del trasplante, y se aplicaron semanalmente en cantidad de 30 mL por maceta.

Los tratamientos se distribuyeron en un diseño completamente al azar con 20 repeticiones para el grupo 1 y 15 para el grupo 2, considerándose cada contenedor con una planta como la unidad experimental.

Para la evaluación del crecimiento, se consideró el tamaño de las plantas al inicio y al final del experimento y se midieron las siguientes variables: número y longitud de hojas, número y longitud de raíces; número, longitud y diámetro de pseudobulbos. Se hicieron muestreos in situ a los 126, 144, 172, 209, 244 y 279 días después del inicio de tratamientos (ddit), y se midió la longitud de hoja y de pseudobulbo a través del tiempo. Al término del experimento, se seleccionaron tres plantas al azar de cada tratamiento, para muestreo destructivo y determinación de área foliar (cm2) de la lámina, lo cual se hizo con un medidor de área foliar Portable Area Meter Lly 3000a Lly 3000a. También se determinó peso fresco de cada órgano (raíz, pseudobulbo y hoja). Para determinar peso seco, cada órgano se secó en una estufa con circulación forzada de aire, modelo EAAF, a una temperatura de 70 °C, hasta alcanzar peso constante. Posteriormente se pesó cada uno de los órganos secos en una balanza digital marca OHAUS.

Los datos obtenidos se analizaron por separado para grupo 1 y grupo 2, mediante un análisis de varianza con el paquete estadístico Statistical Analysis System SAS (2010), y la comparación de medias se hizo por la prueba de Tukey (a= 0.05).

 

Resultados

Crecimiento de hojas. En la Figura 1 se muestra la comparación del número de hojas entre el inicio (NH0; antes de la aplicación de tratamientos) y final (NH1) del experimento (279 ddit) para ambos grupos de plantas. En la Figura 1 - grupo 1, no se observaron diferencias significativas entre tratamientos al final del experimento (NH1). El porcentaje de crecimiento de las plantas del grupo 1, entre NH0 y NH1 fue de 51, 52, 55, y 46% para TEA, FMin, FOrg y FMin+FOrg, respectivamente. En la Figura 1- grupo 2 se observó que los tratamientos FMin y FOrg incrementaron estadísticamente el número de hojas en comparación con el resto de los tratamientos. El porcentaje de crecimiento en NH1 en relación con NH0 fue: 11, 42, 39 y 16%, para TEA, FMin, FOrg y FMin+FOrg.

El crecimiento en longitud de hojas a través del tiempo para ambos grupos de plantas se observa en la Figura 2. Las hojas de las orquídeas del grupo 1 presentaron un crecimiento significativamente diferente a los 144 (p= 0.005), 172 (p= 0.003), 209 (p= 0.001) y 279 (p= 0.007) ddit. En los muestreos indicados, el mayor crecimiento se presentó en el tratamiento FOrg, sobresaliendo su crecimiento a los 279 ddit (Figura 2- grupo 1). Asimismo, los tratamientos FOrg y FMin fueron significativamente superiores en cuanto a longitud de hoj as en el grupo 2. Las diferencias se presentaron a los 126 (p= 0.05), 172 (p= 0.006), 209 (p= 0.007), 244 (p= 0.002) y 279 (p= 0.0001) (Figura 2- grupo 2). En cuanto al área foliar, en el grupo 2, FOrg promovió mayor crecimiento de esta variable (Figura 3).

Crecimiento de pseudobulbos. El crecimiento de pseudobulbos no presentó diferencias significativas con ninguna de las soluciones nutritivas evaluadas (Cuadro 3 y Figura 4). Al final del periodo experimental, las plantas del grupo 1 incrementaron en 37, 47, 47 y 40% el número de pseudobulbos; y 63, 59, 62 y 51% su diámetro, respectivamente para TEA, FMin, FOrg y FMin+FOrg. En las plantas del grupo 2, el número de pseudobulbos incrementó 25, 25, 30 y 19%; y el diámetro en 66, 71, 73 y 71%; ambas mediciones para TEA, FMin, FOrg y FMin+FOrg, respectivamente. Dentro de cada grupo, el incremento final en longitud de pseudobulbos (promedio de todos los tratamientos) en relación con el estado inicial fue mayor en el grupo 1 que en el grupo 2 (68 y 60%, respectivamente).

Crecimiento de raíces. En el grupo 1, el número de raíces en el tratamiento con fertilización orgánica fue significativamente superior al resto de los tratamientos. La diferencia de dicha variable entre el inicio y final del experimento fue de 76, 76, 76 y 82%, para TEA, FMin, FOrg y FMin+FOrg, respectivamente (Figura 5- grupo1). En el grupo 2 no se presentaron diferencias significativas, y comparativamente, este grupo de plantas incrementó su número de raíces en 56, 55, 60 y 56% al final del experimento en relación con el inicio (Figura 5-grupo 2).

La longitud de raíces no presentó diferencias significativas entre tratamientos en ninguno de los dos grupos de plantas (Figura 6). La longitud de raíces en el grupo 1 al final del experimento aumentó 31, 30, 41 y 25%, para TEA, FMin, FOrg y FMin+FOrg, respectivamente (Figura 6- grupo 1). El crecimiento en longitud de raíces en las plantas del grupo 2, entre el inicio y final fue de 14, 21, 25 y 13% en el mismo orden de tratamientos (Figura 6-grupo 2).

Contenido de peso fresco y seco en plantas de los grupos 1 y 2. En el grupo 1, el peso fresco de raíz y el peso fresco total fueron mayores con FOrg; mientras que el de pseudobulbo fue superior con los tratamientos FOrg y FMin, en comparación con TEA y FMin+FOrg. El peso seco de los diferentes órganos no presentó diferencias por efecto de tratamientos (Cuadro 5).

El grupo 2 presentó diferencias significativas entre tratamientos para las variables peso fresco de pseudobulbo y el peso fresco total, en el que el tratamiento FOrg fue superior a FMin+FOrg y TEA. El peso seco de raíz obtenido con FOrg fue diferente al de FOrg+FMin; el peso seco de pseudobulbo fue superior en FMin en relación con TEA, mientras que el peso seco de hoja y el peso seco total fueron superiores con FOrg en relación con TEA (Cuadro 6).

 

Discusión

Efecto de tratamientos. En el grupo 1, las variables longitud de hoja, número de raíces y algunas variables del peso fresco, como el de raíz y el total, fueron afectados de manera positiva con la fertilización orgánica. En el grupo 2, la fertilización orgánica promovió mayor crecimiento de área foliar, peso fresco de pseudobulbo y el peso fresco total. En dicho grupo 2, la fertilización orgánica y mineral, aplicadas de manera individual, promovieron mayor crecimiento en cuanto a número y longitud de hojas. En relación con las variables mencionadas, se observó que la combinación de ambos tipos de fertilización (orgánica más mineral) no promovió diferencias, y en algunos casos tuvo un comportamiento más cercano al testigo.

El beneficio que promovió la fertilización orgánica en las variable s mencionadas o su similitud con el comportamiento de la fertilización mineral puede discutirse, en términos generales, por la acción individual o sinérgica de los microorganismos y ácidos húmicos presentes en el fertilizante orgánico que contribuyen a la asimilación de los macro y micronutrimentos existentes también en dicho tipo de fertilización; y por la acción de las auxinas y aminoácidos que contribuyen a mejorar el estado nutricional de la orquídea analizada.

Muchas especies de bacterias asociadas con la rizósfera de las plantas proporcionan beneficios para el crecimiento de las plantas, rendimiento y calidad del cultivo. Ellas han sido llamadas "rizobacterias promotoras del crecimiento de plantas" (PGPR por sus siglas en inglés) (Karakurt y Aslantas, 2010), entre ellas Azospirillum y Bacillus (Rodrígues y Fraga, 1999). Los hongos micorrízicos arbusculares (HMA) forman asociación simbiótica con la mayoría de las plantas y se han relacionado con diversas funciones estimulantes del crecimiento de plantas, entre ellas la absorción de nutrimentos; de esta manera, el uso de HMA en la agricultura ofrecen un amplia perspectiva para mej orar el nivel nutricional de la planta (Khade y Rodrígues, 2009).

Sin embargo, en la presente investigación es difícil atribuir alguna función a Glomus intraradices en la rizósfera de la orquídea analizada. Las auxinas son usadas para inducir el desarrollo de raíces, el crecimiento de plántulas, o incrementar la altura de las plantas de varias especies de flores crecidas en invernadero (Szajdak y Maryganova, 2007).

Se ha propuesto que las sustancias húmicas promueven, entre otras cosas, la asimilación de nutrientes y reacciones de auxinas (Senn y Kingman, 1973), por lo que se ha propuesto la preparación de fertilizantes húmicos para estimular el crecimiento de las plantas, pero se ha observado su efecto estimulante sólo en presencia de un adecuado abastecimiento de nutrientes mayores: nitrógeno, fósforo y potasio (Senn y Kingman, 1973). Russo y Berlyn (1990) propusieron el uso de "bioestimulantes" para mej orar el crecimiento de plantas a través de su eficiencia en la asimilación de nutrientes y agua; dichos bioestimulantes son una mezcla de ácidos húmicos, extractos de algas marinas, reductores no hormonales de metabolitos vegetales, vitaminas del complejo B y hongos micorrízicos (Russo y Berlyn, 1990; Ferrini yNicese, 2002). Se han encontrado efectos positivos en el uso de ácidos húmicos y auxinas (IAA), y la combinación de ambos, en el crecimiento de pimienta (Arancon et al., 2006); así como efectos positivos con el uso de ácidos húmicos combinados con biofertilizantes en el rendimiento y calidad del fruto de árboles de mandarina (Citrus reticulate Blanco) (El-Mohamedy y Ahmed, 2009). Nikbakht et al. (2008) reportaron un incremento en el crecimiento de raíces, y encontraron que el contenido de micro y macronutrimentos en hojas y escapos de gerbera (Gerbera jamesonii L.) cv. 'Malibu' fueron fomentados significativamente por ácidos húmicos. Lo anterior explica en parte el efecto positivo que tuvo la fertilización orgánica empleada para L. anceps subesp. anceps.

Algunos trabajos con uso de microrganismos para orquídeas reportan lo siguiente. Bertolini et al. (2007) utilizaron Pseudomonas fluorescens cepa AVM y Azospirillum brasilense cepa UAP154, para ver su efecto en la mortalidad e inducir el crecimiento de híbridos micropropagados de Phalaenopsis. Los autores indicaron que el tratamiento con Pseudomonas promovió una mortalidad 6.3% de plántulas, comparado con 18.8% promovida por Azospirillum. Los tratamientos con microorganismos no mostraron diferencias significativas en variables del crecimiento, como el incremento promedio en número de hojas y diámetro promedio de la plántula. Naik et al. (2009) señalaron que la orquídea Dendrobium "Sonia 17" mostró su máxima altura de plantas y número de tallos con la aplicación foliar de NPK 10:5:10 (0.2%) + inmersión de sus raíces en Azospirillum+Phosphobacteria, antes de la plantación.

Asimismo, los microorganismos se están utilizando con éxito en otros cultivos ornamentales. Habib and Zaghloul (2012) demostraron el efecto de biofertilizantes (Azotobacter chroococcum y Bacillus megathirum) en el crecimiento de plantas de crisantemo (Chrysanthemum frutescence). En el mismo sentido, El-Khateeb et al. (2010), reportaron que biofertilizantes con micorrizas mejoraron variables del crecimiento y peso fresco de Chamaedorea elegans. Con los resultados de la presente investigación, no se sabe con certeza el papel de cada uno de los componentes de la fertilización orgánica utilizada, por lo que se sugiere mayor investigación, pero los resultados presentados son una base importante que pone de manifiesto la efectividad de dicho tipo de fertilización.

Los tratamientos de fertilización no tuvieron efecto significativo en el peso seco de las plantas del grupo 1, mientras que en las del grupo 2, se observaron respuestas diferenciales a la fertilización en cuanto a peso seco. De manera general, la fertilización orgánica y mineral, por separado, incrementaron los valores de peso seco en relación, principalmente, con el testigo. Lo anterior fue contrario a lo reportado por Rodrígues et al. (2010), quienes indicaron que la respuesta de Laelia purpurata 'werkhanserii' x L. lobata 'Jeni' a la aplicación de fertilización mineral más la orgánica, presentó mayor producción de materia seca que la producción que presentó la aplicación aislada de cada fertilizante (mineral u orgánico).

En el presente experimento, la relación raíz/tallo no fue diferente entre tratamientos del grupo 1; y en el grupo 2, el mayor valor fue con el testigo; con la fertilización orgánica y mineral, aplicadas de manera individual, la relación raíz/ tallo no tuvo efectos significativos, sin embargo, concuerda con el mayor peso seco en los diferentes órganos de las plantas de esos tratamientos. La relación es similar a lo reportado por Rodrígues et al. (2010), quienes señalaron que la relación raíz/tallo que promueve el mayor crecimiento de L. purpurata 'werkhanserii' x L. lobata 'Jeni' va de 0.31 a 0.59. Asimismo, indicaron que el testigo sin fertilización tuvo una relación raíz/tallo de 0.99. Espinosa-Moreno et al. (2000) reportaron que la formulación 15-30-15 con micorrizas presentó la relación hoja/raíz peso seco más alta.

Comparación del crecimiento en grupos 1 (8 meses) y 2 (12 meses) de plantas. Al considerar el tamaño inicial en que se encontraban los dos grupos de plantas y compararlos con su tamaño al final del experimento, se observó que el grupo 1, en relación con el grupo 2, produjo mayor número y longitud de hojas, mayor número y longitud de pseudobulbos, así como mayor número de raíces y longitud de las mismas. Al final, el peso seco fue ligeramente mayor en el grupo 2 (entre 5 y 7%). Ésta diferencia sugiere que las plantas del grupo 1 podrían pasar de FV1 a FV2 a los ocho meses, y no esperar doce meses como las plantas del grupo 2; de esta manera, se reduce el tiempo de pasar de FV1 a FV2. Probablemente, esto pudiera promover que la etapa de floración se alcance más rápido. Se establece este modelo como guía para el manejo de la producción en invernadero de Laelia anceps Lindl. subesp. anceps, con base en el planteamiento de Runkle (2007) para Phalaenopsis. Se sugiere hacer estudios similares con diferentes edades de las plántulas, pues incluso el tiempo requerido para pasar de FV1 a FV2 pudiera ser menor de los ocho meses.

 

Conclusiones

El análisis general de los resultados obtenidos en la presente investigación, permite concluir que la fertilización orgánica y mineral aplicadas por separado, promueven efectos positivos en diferentes variables de crecimiento analizadas en Laelia anceps subesp. anceps. El tratamiento basado en la combinación de fertilización orgánica y mineral, no estimuló el crecimiento y tuvo un comportamiento más cercano al testigo. Se considera que la especie en estudio requiere ocho meses para pasar de FV1 a FV2.

 

Agradecimientos

Los autores(as) agradecen al proyecto Fideicomiso 2010 por el financiamiento otorgado para la presente investigación, y a la Línea Prioritaria de Investigación 4 Agronegocios, Agroecoturismo y Arquitectura del Paisaje, ambos del Colegio de Postgraduados, por el apoyo brindado para el desarrollo del trabajo.

 

Literatura citada

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