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Revista mexicana de ciencias agrícolas

versión impresa ISSN 2007-0934

Rev. Mex. Cienc. Agríc vol.4 no.7 Texcoco sep./nov. 2013

 

Artículos

 

Producción de guayaba [Psidium guajava (L.) Burm.] en el Estado de México, México*

 

Production of guava [Psidium guajava (L.) Burm.] in the State of Mexico, Mexico

 

Dora Ma. Sangerman-Jarquín§1, Bertha Sofia Larqué Saavedra1, Agustín Navarro Bravo1, Rita Schwentesius de Rindermann2, Miguel Ángel Damián Huato3 y Jesús Axayacatl Cuevas Sánchez2

 

1 Campo Experimental Valle de México- INIFAP. Carretera Los Reyes- Texcoco, km 13.5 A. P. 10, C. P. 56250. Coatlinchán, Texcoco, Estado de México, México. Tel. y Fax. 01 595 92 1 26 81. (navarro468@yahoo.com.mx). §Autora para correspondencia: sangerman.dora@inifap.gob.mx.

2 Departamento de Agroecología y Ambiente, Instituto de Ciencias, BUAP. (damianhuato@hotmail.com).

3 Programa de Agricultura Sustentable y Banco de Germoplama-UACH. Carretera México- Texcoco, km 38.8. Chapingo, Texcoco, Estado de México. Tel. 01 595 95 21500. Ext.5372. (rschwent@prodigy.net.mx; jaxayacatl@gmail.com).

 

* Recibido: noviembre de 2012
Aceptado: agosto de 2013

 

Resumen

El objetivo de esta investigación consistió en analizar los aspectos técnicos y socioeconómicos de la producción de guayaba en el Estado de México. El método de muestreo utilizado fue simple aleatoria, la cual consistió en realizar preguntas cerradas y abiertas a 50 productores ejidales y pequeños propietarios en los municipios de Temascaltepec, y Coatepec de Harinas en 2008. En Temascaltepec obtuvieron rendimientos promedio de 24.9 t ha-1. En el caso de Coatepec de Harinas, el rendimiento promedio fue de 28.56 t ha-1. Al compararlo con el promedio estatal y nacional, se observa que estás cifras se duplican, ya que el rendimiento estatal es de 13.011 ha-1 y a nivel nacional 13.39 t ha-1. Los productores cuentan con riego y asistencia técnica en un alto porcentaje (32.2%) en relación al total nacional, fue de 0.95%. (Díaz, 1987; CONABIO, 2008) a pesar de los altos rendimientos, los productores manifestaron, problemas en la tecnología empleada, ya que presenta un atraso sobre todo en poda, fertilización, riego, programación de cosecha, además de la falta de control de plagas. Por el lado de la ganancia, la razón beneficio-costo para 2008 indica que se obtienen 0.38 unidades de ganancia por cada unidad vendida de producto. Un problema que enfrentan los productores de guayaba es la caída de los precios reales, entre 1980 a 2008, estos decrecieron a una tasa media anual de -1.24%, lo que conlleva a pérdida en la rentabilidad de los productores.

Palabras clave: comercialización, fruticultura, productor, manejo agronómico, variedades.

 

Abstract

The objective of this research was to analyze the technical and socioeconomic aspects ofthe production of guava in the State of Mexico. The method used was simple, random sampling, conducting open and closed questions to 50 ejido farmers and smallholders in the municipalities of Temascaltepec, and Coatepec de Harinas in 2008. In Temascaltepec average yields were 24.9 t ha-1. For Coatepec de Harinas, the average yield was 28.56 t ha-1. When comparing these yields to the State average and national figures it's shown that are duplicated, since the State yield is 13.01 t ha-1 and 13.39 t ha-1 nationally The producers have irrigation and technical assistance in a high percentage (32.2%) compared to the national total, 0.95%. (Díaz, 1987; CONABIO, 2008) despite the high yields, the producers said to have problems in the technology used, as it presents a delay especially in pruning, fertilization, irrigation, harvest schedule, plus the lack of control pests. Regarding the economic gain, the benefit-cost ratio for 2008 indicated that 0.38 of profit is obtained for each product unit sold. A problem that the producers are facing is the fall in real prices between 1980-2008, these decreased at an average annual rate of -1.24%, has led losses in profitability.

Keywords: marketing, fruit, producer, agronomic management, varieties.

 

Introducción

El patrón de cultivos en México ha evolucionado a través de los años. Los productores se han adaptado a las condiciones económicas, sociales y tecnológicas imperantes, esto los conduce a reconvertir y modificar sus procesos productivos, y en consecuencia, la estructura de la producción agrícola, que se modifica por diversos factores como la expansión de la frontera agrícola o incorporación de nuevas tierras al cultivo (vía extensiva), por los rendimientos (vía intensiva) y la estructura de cultivos. La interacción de los tres factores inciden de manera conjunta en la producción, a lo que se llama efecto combinado (USDA, 2005).

La modificaría la estructura de la oferta agropecuaria mexicana (Yúnez, 2006; Zhang, 2010); se expandiría la producción de cultivos competitivos o de exportación (hortalizas y frutas) y se contraería la de bienes no competitivos o importados (granos y oleaginosas y algunos productos de la ganadería).

Los productores de frutas y hortalizas asumían que sus productos pudieran ser fácilmente vendidos en el mercado nacional, así como exportados. La importancia de la guayaba en México radica en que representa 3.5% del valor del Producto Interno Bruto Nacional Agropecuario (2007), el número total de productores dedicados a la producción de este fruto es de 26 000, utilizando 1.6 millones de jornales en la producción y 66 mil en el empaque, genera 23 453 empleos permanentes y 24 253 empleos temporales Yúnez y Barceinas (2008).

En el Estado de México, las variedades de guayaba que más se siembran son la media china y criolla. La superficie cultivada con guayaba bajo sistemas de riego, representó cerca de 84% del total (SAGARPA, 2008 a y b). Sobre la importancia de la guayaba en el Estado de México, hasta 2002 ocupaba el sexto lugar en producción nacional (Mata y Rodríguez, 1990; SAGARPA, 2007 c); sin embargo, actualmente ocupa cuarto lugar, antes sólo está Michoacán, Aguascalientes y Zacatecas. Aporta 4% de la producción y superficie nacional.

Los grupos de frutales -entre ellos está la guayaba- y hortalizas destacan en el sector agrícola debido a que en conjunto abarcan sólo 9% de la superficie sembrada en el país, pero aportan 35% al valor de la producción nacional, mientras que los granos básicos ocupan 56.7% de la superficie y aportan 33.3% del valor de la producción. Visto desde esta óptica frutales y hortalizas resultan atractivos para los productores, pero su inversión es más riesgosa que la realizada en granos Laguado et al. (2008), lo que explica que la producción de granos no haya disminuido tan drásticamente como se esperaba antes del tratado, ya que para los productores de estos es preferible la certidumbre que su cultivo les proporciona.

 

Materiales y métodos

Con base en la información disponible sobre superficie plantada, tecnología de producción y número de productores por tenencia de la tierra, se definieron dos estratos: productores ejidales y pequeños propietarios. Para obtener el tamaño de muestra se utilizó el método estratificado aleatorio, con asignación proporcional al tamaño del estrato siguiendo el criterio de asignación óptima (Bhattacharyya y Johnson, 1977) proporcional al tamaño del estrato, de acuerdo a la siguiente fórmula:

Donde: σi es la desviación estándar del i-ésimo estrato de la variable de interés; h es el número de estratos; Nj es el número de elementos en el i-ésimo estrato.

N= tamaño poblacional, y según Sukhatme y Balkrishna (2003) el tamaño de muestra total es:

Donde: es el error permisible en por ciento de la media de la variable de interés y 1 - α el grado de confianza, en donde generalmente a= 0.05 ó 0.1.

La variable considerada fue el rendimiento en kg ha-1, la cual describe a una de las propiedades más importantes en la caracterización del sistema de producción de la guayaba.

Con base en lo anterior y considerando un error permisible de ε= 0.1 se determinó un tamaño de población total de 100 unidades de producción; y se aplicaron 5 0 cuestionarios, 25 a pequeños propietarios y 25 a ejidatarios. Los datos de campo fueron capturados y procesados en el paquete computacional excel contenido en el software Office XP 2000. El análisis de la información se hizo contrastando el sector ejidal y de la pequeña propiedad.

 

Resultados y discusión

La investigación se realizó en 2008 en los municipios de Coatepec de Harinas y Temascaltepec, estos municipios se localizan al sur del estado. Se aplicó una encuesta para analizar aspectos sociales y económicos, tecnología de producción, superficie plantada, tenencia de la tierra (privada y ejidal), aspectos agronómicos (plagas, enfermedades y malezas y su combate), fertilizantes, aspectos de asistencia técnica y apoyo financiero, aspectos destacados por varios autores en diferentes estudios (Luri, 2005; USDA, 2007; De Grammont, 2006; Sangerman- Jarquín et al, 2009).

Se utilizó el padrón de productores de la campaña contra moscas nativas de la fruta proporcionado por la Secretaría de Desarrollo Agropecuario en el estado, se hizo la estimación de un muestreo aleatorio donde el tamaño de muestra fue definido utilizando lo planteado por Sukhatme y Balkrishna (2003).

También se entrevistó a informantes clave: autoridades municipales, personal de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario (SEDAGRO), Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) y Presidentes de las Uniones de Productores (SAGARPA, 2008 a, b y c).

De la encuesta aplicada a los productores las principales variables evaluadas fueron: caracterización de la producción de guayaba, rentabilidad y comercialización.

En la actualidad, la investigación agrícola y asistencia técnica son factores decisivos para incrementar la productividad agrícola, el rendimiento y eficientizar la mano de obra. El desarrollo agrícola para los pequeños productores, se vincula fundamentalmente en una tecnología adecuada para la producción, y ésta constituye uno de los motores principales que impulsa la economía agrícola y da seguridad al productor (Duch, 1998; Orona y Martínez, 1992; Sangerman- Jarquín et al., 2009). Por tal motivo a continuación se discuten algunos de los temas que deben de ponerse en la mesa de debate acerca de la problemática en la producción de guayaba.

En este rubro se analizaron características como: variedad de guayaba, superficie sembrada, variedades para la región, tiempo de siembra, costos de producción, decisión para cambiar las variedades, venta del cultivo, rendimientos, venta de la cosecha, jornales y participación familiar en el proceso del cultivo; del mismo modo, se estudiaron las plagas, enfermedades, malezas y su combate en terrenos de los productores con la aplicación de agroquímicos; así también el uso y aplicación de diferentes fertilizantes.

Edad del productor. La edad de los productores varió de 29 a 75 años, con un promedio de 37. Una de las variables que se consideró de importancia fue la edad, autores como (Damián-Huato et al., 2010; Sangerman-Jarquín et al, 2009), señala en un estudio realizado en el estado de Puebla y Tlaxcala, sobre apropiación de tecnología agrícola, que los productores encuestados con respecto a la escolaridad la apropiación se basa en la edad, el nivel de escolaridad tienen una alta apropiación y desempeño de otras actividades complementarias, relevancia de las técnicas campesinas; así como acceden a folletos y revistas técnicas con información agrícola. Se encontró que la edad del productor son determinantes para las prácticas agronómicas y esto presenta un impacto en el rendimiento del cultivo, como ha sido observado por otros autores (Guajardo y Villezca 2006; Gutiérrez et al, 2008).

Crédito y comercialización. Sólo 36% de los agricultores obtuvo apoyo de los programas gubernamentales en 2008. Las instituciones o programas que otorgaron apoyos gubernamentales a los agricultores fueron: PROCAMPO quien ha proporcionado el apoyo en 13%, PROGRESA y KILO x KILO 25% respectivamente, 15% ACERCA, SEFOA-SAGARPA 7% y por último el CADER con el resto de los productores con apoyo. El promedio obtenido por los apoyos fue de $ 24 147.80, máximo $15 200, y mínimo $3 500.

Organización de productores. Una observación fundamental como resultado de las entrevistas y cuestionarios es la falta de organización de los productores, ya que se enfrentan a los intermediarios que son los que definen el precio al producto y afecta en gran medida a los costos de producción.

Factores que limitan la comercialización de guayaba.

El sector agropecuario en México es cada vez menos competitivo, dado que existe una creciente importación de alimentos, lo que implica que se tiene menor capacidad de producirlos y distribuirlos en el mercado Ayala et al, 2011 en este sentido el 75.9% de los productores respondió que una limitante que enfrenta en la comercialización del cultivo de guayaba es que el producto tiene daños por insectos, magulladuras, rajaduras, granizo y otros que afectan la calidad de la fruta. Con relación a la rentabilidad de la guayaba, 47% respondieron que es rentable y que si tuvieran extensiones de tierra más grandes sembrarían más guayabos.

De los productores entrevistados, 33.5% contó con la asistencia técnica y 66.5% restante no tuvo acceso a éste servicio. De los agricultores que recibieron asistencia técnica 51.5% participa en alguna organización comunal. Los productores que no recibió este servicio (asistencia técnica) 58.3%, tiene algún cargo en la comunidad (comisariado ejidal, representante de las fiestas patronales, topil, entre otros).

Tamaño de los huertos. La edad de los huertos varió de acuerdo al tipo de tenencia de la tierra (privada y ejidal) en este caso el promedio de superficie usufructuada fue de 315.25 ha, con un mínimo de 12.45 y un máximo de 34.8 ha. El promedio de superficie cultivada es de 28 ha, en el sector ejidal, la edad promedio de la plantación fue de 32 años y de propiedad privada fue de 22 años. Se constató que 33% de los productores concentran 67% de la superficie, mientras 82%, posee sólo 4% lo que muestra la gran desigualdad en la tenencia de la tierra y obviamente en los ingresos. El rendimiento también presenta una gran variación, tomando valores entre 3.2 y 36 ha.

Manejo agronómico. En el proceso de las actividades de labor que realizan los productores, se detectó mayor diversidad en la fertilización. Se encontraron diferencias en los fertilizantes que se emplean, así como en cantidades y fechas de aplicación. Los fertilizantes más usados fueron 18-46-00, 14-00-40, triple 16, triple 18, urea, fosfonitrato, cloruro de potasio, micro elementos como zinc y magnesio, cal agrícola y abono orgánico de res (Adams et al., 2007; Okeyo et al, 2008). Esta misma aplicación se encontró en un estudio previo realizado al cultivo de durazno.

La variedad media china es la que mayor usan los productores y compran los injertos en viveros del mismo municipio (Alquisiras), donde trabajan con semillas mejoradas y certificada de Estados Unidos de América y los patrones son Nemaguard resistentes a nemátodos; que se adquieren en viveros del municipio de Temascaltepec o en Uruapan Michoacán (Mondragón et al., 2009).

El sistema de conducción que se presentó con mayor frecuencia en los casos estudiados fue: aspersión, goteo y si cuentan con riego rodado. Se observó que existen varias huertas, donde siembran guayaba con durazno, ésta actividad baja el rendimiento de ambos frutos.

Sistema de riego y fuente de agua. Los sistemas de riego identificados en el cultivo de nogal fueron tres: gravedad tradicional (51%), multicompuertas portátil (46%) y aspersión (3%).

En relación a la fuente de agua para riego se identificaron tres formas de aprovechamiento: 1) las que utilizan agua, proveniente de la presa y del subsuelo; 2) las que usan sólo agua de la presa; y 3) las que utilizan sólo agua del subsuelo. En el primer tipo de unidades se encuentra 26% de los huertos encuestados; 63% utilizan sólo agua procedente de la presa y 11% utiliza sólo agua de bombeo.

El análisis de la fuente de agua por tipo de tenencia, se encontró que 42% de los predios de la pequeña propiedad, 42% utiliza agua de la presa y de bombeo; 33% sólo agua de la presa y 25% sólo agua del subsuelo. En los predios ejidales los porcentajes anteriores se distribuyeron en 17, 79 y 4%, respectivamente, siendo más importante para este sector el agua procedente de la presa. Las fuentes de agua utilizadas en el estado de Chihuahua, primer lugar en superficie cosechada y producción de nuez en México, son el de gravedad con 35% de la superficie, bombeo con 33% y bombeo con riego presurizado (32%), con los mayores rendimientos (1.6 a 2.5 t ha-1) bajo el último sistema de riego señalado (Puente, 2002).

Se obtuvo una correlación no significativa (r= 0.266, N= 35, p= 0.122) entre el número de riegos aplicados al cultivo y el rendimiento por hectárea reportado por los productores. Al respecto, Ruiz et al. (2001) determinaron que los requerimientos de agua para este cultivo son de 120 cm año-1 para huertos de nueve años de edad; sin embargo, tales requerimientos son mayores conforme aumenta la edad del árbol. Estos datos coinciden con los obtenidos por Rueda (2009). Con riego por microaspersión se reportan láminas de riego de 112.3 cm para huertos de siete años de edad.

Asistencia técnica. En general, 60% de los productores recibió asistencia técnica. El 43% del sector ejidal la recibió por parte de instituciones del estado y 91% de pequeños propietarios por parte de técnicos privados.

El rendimiento promedio obtenido por los productores ejidales que no reciben asistencia técnica fue de 0.630 kg ha-1 y el de los que la reciben, de 1.19. En la pequeña propiedad los valores correspondientes fueron de 1.5 y 2.13 t ha-1 respectivamente, lo que permite afirmar que la asistencia técnica contribuye a mejorar la productividad del nogal.

Fechas de establecimiento y control fitosanitario. La

fecha de establecimiento de huertos de nogal y la poda de árboles ya establecidos, ambas se efectúan en enero y febrero y en menor proporción en el mes de marzo. El período de cosecha se concentra en los meses de octubre y noviembre; aunque 8% inicia desde la segunda quincena de septiembre y aproximadamente 10% se extiende hasta diciembre y en ocasiones hasta el mes de enero. Otras prácticas culturales del cultivo son la fertilización al suelo y al follaje; la primera la realiza el 100% de los productores; mientras que la segunda sólo 68%, quienes pertenecen al sector ejidal y el motivo principal de no realizarla es la falta de financiamiento y equipo.

Se encontró que 69% de los productores controlan plagas; 34% enfermedades y 51 % malezas. Los productores que no controlan plagas, enfermedades y maleza pertenecen al sector social (Figuras 1 y 2), siendo la causa principal la falta de recursos económicos y financiamiento tanto en la fase de producción como en la de comercialización. Las principales plagas observadas coinciden con las reportadas por Mata y Rodríguez (2007).

Con base en la información proporcionada se encontró que los productores llegan a tener de 1 hasta 30 hectáreas sembradas de guayaba, distribuidas como lo indica el Cuadro 1.

El 52% de los productores se caracterizan por tener más de 10 ha en propiedad. En algunos casos, el total de hectáreas que reportan los productores, las tienen distribuidas en más de una huerta (45%).

De acuerdo con los datos proporcionados por los entrevistados, en el municipio de Coatepec de Harinas, el tamaño de los predios varía de 2 hasta 20 hectáreas (puede haber menores a las 2 hectáreas y mayores a 20 hectáreas), el tamaño promedio de las huertas es de 5 ha (SAGARPA, 2008; PNU, 2008).

Las edades de las plantaciones van de 5 a 16 años y su densidad está dentro de un intervalo de 200 a 275 árboles ha. La propagación de los árboles lo hace de diversas maneras, por acodo, injerto y raíz. En la región de Temascaltepec y Coatepec de Harinas, 67.8% de los productores entrevistados no recibieron asistencia técnica.

Los productores plantan la variedad media china con base en su experiencia y conocimiento del fruto, conjugando factores como, rendimientos, variedades resistentes a plagas y enfermedades, control químico variedades recientes, etc., que les han permitido conocer en gran medida cómo producir. En relación a la obtención de las plantas, 95 % de los productores indicó que proceden de Calvillo, Aguascalientes; aunque se tienen materiales criollos originarios del lugar. Los demás insumos como fertilizantes, plaguicidas, maquinaria y equipo, cajas de madera, cajas de cartón, etc., se consiguen en la región.

Uno de los principales problemas de los productores, es que continuamente enfrentan gran cantidad de plagas, 98% de ellos manifestaron que lo ideal sería tener huertos libres de plagas y zonas de baja prevalencia, requisitos básicos para aspirar a llevar fruto a mercados como el de la exportación.

Los productores en el municipio de Temascaltepec, obtuvieron rendimientos de 9.6 a 36 tha-1 con un promedio de 24.9 t ha-1. En el caso de Coatepec de Harinas; rendimientos de 11.50 a 45.8 t ha-1 con un promedio de 28.56 t ha-1. Al compararlo con el promedio estatal y nacional, se observa que casi los duplica, ya que el rendimiento estatal es de 13.01 t ha-1 y a nivel nacional 13.39 tha-1 (2005 a 2009) (PMUCH, 2008; PNU, 2008).

Entre los factores empleados en el manejo del maíz destaca la tecnología, que ha sido la palanca más poderosa para aumentar la productividad del trabajo y del suelo; es fruto del trabajo social y de la interacción de la ciencia, técnica, cultura; encarna el conocimiento científico aplicado a la producción materializado en máquinas y artefactos o en sistemas de gestión y organización de la actividad económica Damián-Huato et al. (2010). La tecnología agrícola debe ser entendida como un medio que actúa sobre la naturaleza para promover el desarrollo social y las relaciones humanas. El hombre crea la tecnología y ésta impregna a toda la sociedad, recreándola en un proceso continuo y dialéctico.

En esta investigación, se confirma lo anterior, ya que los productores cuentan con riego y asistencia técnica en un alto porcentaje (42.2%) en relación al total nacional, que fue de 0.95%.

A pesar de los altos rendimientos, los productores manifestaron, problemas en la tecnología empleada, ya que presenta un atraso sobre todo en: poda, fertilización, riego, programación de cosecha, además de la falta de control de plagas (Gutiérrez, 2008).

En cuanto al costo de producción se identifica una variación de $ 6 000.00 a $ 28 000.00 ha en Temascaltepec; y en la cosecha de $1 500.00 a $16 000.00 ha. En Coatepec de Harinas se localizó una variación de $5 600.00 a $22 000.00 ha y en la cosecha de $1 000.00 a $10 300.00 ha. Con los datos anteriores se confirma que 53% (Temascaltepec) y 47% (Coatepec de las Harinas) de los costos totales, se destinan a la cosecha. Por el lado de la ganancia, la razón beneficio-costo para 2008 indica que se obtienen 0.38 unidades de ganancia por cada unidad vendida de producto. Investigaciones realizadas en los cultivos de durazno y aguacate destacan en éstas entidades variaciones en las cosechas (Larqué et al., 2009; Sangerman- Jarquín et al., 2009).

Un problema que enfrentan los productores de guayaba es la caída de los precios reales, entre 1980-2008, estos decrecieron a una tasa media anual de -1.24%, lo que conlleva a pérdida en la rentabilidad de los productores (Figura 1).

Caso contrario a los precios medios rurales, la Figura 2 muestra un incremento en los precios de los insumos para la producción de guayaba, lo que repercute continuamente en la rentabilidad del productor.

A pesar de la pérdida de rentabilidad, la participación del valor de la producción estatal respecto a la nacional se ha incrementado. Mientras que en 1980 participaba con 4% a finales de 2007 a 2008, participa con 6%. Lo anterior indica que hay oportunidad de continuar incrementando su participación (Figura 3).

En las centrales de abasto de Toluca y de la Ciudad de México comercializan 95% de los productores de Temascaltepec. A diferencia de los productores del municipio de Coatepec de Harinas, donde todos los productores venden a la central de abastos de la ciudad de México y también en los mercados locales.

En investigaciones realizadas por Almaguer et al. (2012) en diversos cultivos como brocolí y apio, refieren a que los productores nacionale s obtienen una ganancia mucho menor, así como poca rentabilidad. Aunado al problema es la comercialización, como es el caso de la guayaba. Los productores manifiestan que venden su producto a mercados locales, donde la exigencia de las calidades de la fruta es menor, en comparación a las centrales de abasto, Steffen (2010), acota sobre la agudización de la problemática de los frutales desde la apertura comercial.

Existe una organización de guayaberos, conformada por productores del municipio Coatepec de Harinas y de Tejupilco; actualmente están unidos con los de Luvianos, la agrupación está conformada por200productores. La organización se llama "LosTres Reyes" y tiene 6 años de existencia, esta organización ha dado ventaja en la comercialización. Los mercados de venta para esta organización, también son las centrales de abastos de la Ciudad de México, Toluca y Puebla, la fruta se vende clasificada y empacada en cajas de cartón o madera.

 

Conclusiones

La totalidad de los productores producen guayaba, aunque existen asociaciones con otros cultivos, lo cual demuestra la importancia económica de la fruta en la región.

Los productores se dividen en dos grandes grupos: municipio de Coatepec de Harinas y Temascaltepec. Una diferencia es el manejo agronómico del producto, que repercute en cantidades que obtienen de fruta por calidades.

Las prácticas agrícolas en la región son en términos generales eficientes; sin embargo, el productor requiere de paquetes tecnológicos que le permitan hacer frente a los aspectos de control de plagas malezas y enfermedades en su cultivo. Los elementos requeridos para disminuir el factor de restrictivos que enfrenta el sistema productivo se refieren a la necesidad de realizar un programa de transferencia de tecnología y capacitación continuo, que detecte las necesidades del productor, con la finalidad de mejorar la producción y la productividad, así como minimizar los riesgos que se tienen en el sistema-producto.

 

Literatura citada

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