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Revista mexicana de ciencias agrícolas

Print version ISSN 2007-0934

Rev. Mex. Cienc. Agríc vol.3 n.1 Texcoco Jan./Feb. 2012

 

Artículos

 

Tecnología de producción de haba y características socioeconómicas de productores en Puebla y Tlaxcala*

 

Broad bean production technology and socioeconomic characteristics of farmers in Puebla and Tlaxcala

 

Javier Rojas-Tiempo1, Ramón Díaz-Ruiz, Felipe Álvarez-Gaxiola1, Juventino Ocampo-Mendoza1 y Alberto Escalante-Estrada2

 

1 Colegio de Postgraduados. Campus Puebla. Carretera Federal México-Puebla, km 125.5. Santiago Momoxpan, San Pedro Cholula, Puebla, México. C. P. 72760. Tel. 01 222 2850013. (redtimess@hotmail.com), (felipe_alvarez@hotmail.com), (jocampo@colpos.mx).§Autor para correspondencia: dramon@colpos.mx.

2 Colegio de Postgraduados. Campus Montecillos. Carretera México-Texcoco, km 35.5. Montecillo, Estado de México. C. P. 56230. (jasee@colpos.mx).

 

*Recibido: agosto de 2011
Aceptado: noviembre de 2011

 

Resumen

El objetivo de la investigación fue conocer la tecnología aplicada al cultivo de haba, para la producción de grano en diferentes comunidades de Puebla y Tlaxcala, México; con la finalidad de encontrar las prácticas débiles y las características socioeconómicas esenciales; así como, los caracteres deseables por los productores de una variedad de haba. El trabajo se desarrolló en la región productora de haba en México. Se aplicaron 100 cuestionarios, 20 por comunidad y una entrevista semiestructurada a informantes clave más información de los agricultores, mediante observaciones directas. Predominan los productores con rasgos de campesinado tradicional en el uso de la tecnología de producción de haba, basada en herramientas tradicionales y el uso de animales de trabajo en la preparación del terreno. La fuente de semillas para la siembra, son las variedades locales que ellos siembran año con año. Entre las características socioeconómicas destacan, que 4% es del sexo femenino y la edad promedio es de 49 años. La región productora de haba cuenta con una combinación de productores, con diferentes grados de campesinidad alternado con productores comerciales o en transición de serlo. Los caracteres de interés deseados por sus variedades, son tamaño de semilla grande o mediana, abundantes en flores, vainas y semillas, que sean precoces y resistentes a las principales plagas, enfermedades y sequía.

Palabras clave: Vicia faba L., caracteres deseables, tecnología tradicional, variedades locales.

 

Abstract

The research objective was to determine the technology applied to the broad bean crop for grain production in different communities of Puebla and Tlaxcala, Mexico, in order to find weak practices and key socioeconomic characteristics; as well as desirable traits by the producers of a variety of bean. The work was developed in the broad bean-producing region in Mexico. 100 questionnaires were applied, 20 per community and a semi-structured interviews with key informants plus information for farmers, through direct observation. Peasant farmers with traditional features in the use of broad bean production technology based on traditional tools and the use of animals for work for preparing the ground are predominant. The source of the seeds for planting is the local varieties that they plant each year. Among the socioeconomic characteristics stand out that, 4% is female and the average age is 49 years old. The broad bean-producing region has a mix of producers, with varying degrees of peasantness alternated with commercial producers or in transition to be. The desired traits of interest for its varieties are seed size medium or large, abundant flowers, pods and seeds, which are early, and resistant to major pests, diseases and drought.

Key words: Vicia faba L., desirable traits, traditional technology, local varieties.

 

Introducción

El conocimiento local y las características de tipo social de los beneficiarios, permite no sólo orientar el trabajo de investigación en el sentido que interesa al productor, sino que favorece para que los resultados de las investigaciones que se planteen, puedan ser adoptadas con mayor facilidad por los productores, tanto del área de estudio como de las demás zonas productoras, con condiciones agroecológicas y circunstancias socioeconómicas y socioculturales similares. Asimismo, entender las condiciones de vida a que están sujetos los productores de una región agrícola, sus problemas de tipo productivo, dificultades para la consecución de apoyos para introducir tecnologías que mejoren la producción y productividad, permite sistematizar información para que las instituciones operativas tracen estrategias y realicen acciones que favorezcan el desarrollo agrícola y rural.

El desarrollo agrícola requiere de cambios tecnológicos, sobre todo demanda de cambios del comportamiento en los productores (Álvarez, 2006), cambios en la conducta para adoptar las innovaciones que le permitan aumentar la producción y productividad del cultivo. El cambio tecnológico, de acuerdo con Rogers (1989), consta de tres etapas: a) invención, se refiere al proceso por cuyo conducto se crean nuevas ideas o innovaciones, esta es una labor en el ámbito agropecuario de las instituciones de investigación; b) difusión o diseminación de las nuevas ideas al sistema social, labor de las agencias que realizan extensión; y c) las consecuencias, ya sean de aceptación o rechazo de las innovaciones o nuevas tecnologías.

La tecnología tradicional aplicada al cultivo de haba en México, no ha sido descrita y analizada, lo cual permite conocerlas ventajas y debilidades que se deben fortalecer para que el cultivo sea rentable y ofrezca satisfactores a los productores que la producen. En la obtención de variedades de habas como parte de los componentes de la tecnología, para las regiones productoras del país, se tiene escaso trabajo de investigación específicamente sobre el mejoramiento genético del cultivo; aunque se cuenta con variedades criollas identificadas como sobresalientes (Díaz-Ruiz, 2009).

Los trabajos relacionados con la diversidad morfológica y molecular del germoplasma, conjuntamente con el conocimiento de características socioeconómicas y la tecnología local de producción, permitirá iniciar con un proceso de manejo del cultivo, de acuerdo a las condiciones de las regiones donde se cultiva y la implementación de un programa de mejoramiento genético, para obtener variedades acorde con las características deseables por los productores. En el presente trabajo se tienen como objetivos conocer la tecnología aplicada al cultivo, con la finalidad de encontrarlas prácticas débiles de la tecnología y mejorarlas, las características socioeconómicas esenciales de los productores; así como, saberlos caracteres deseables de una variedad de haba.

 

Materiales y métodos

El área de estudio comprende cuatro comunidades productoras de los municipios del estado de Puebla y una de Tlaxcala (Ciudad Serdán, Tlachichuca, San José Llano Grande, San Miguel Zoapan y Españita, respectivamente), en la Figura 1 se indica la ubicación geográfica del área de estudio.

La investigación involucra una entrevista semiestructurada, la aplicación de un cuestionario estandarizado y acopio de información a través de fuentes secundarias.

La entrevista semiestructurada o semidirectiva se aplicó a productores reconocidos como informantes clave (aquellos que sus vecinos consideran que más conocen sobre el tema), lo que permitió configurar los aspectos socioeconómicos más esenciales y las generalidades más evidentes de la tecnología de producción. Se seleccionaron los informantes claves a través de la definición de regiones productoras de haba y organizaciones de las que forman parte, tomando en cuenta los criterios propuestos por Rojas (2007); se aplicaron de tres a cuatro entrevistas semiestructuradas, haciendo un total de 18 en las cinco comunidades.

El cuestionario estandarizado tiene dos ventajas: 1) la metodología puede ser aplicada por investigadores diferentes a quienes la diseñan; y 2) permite unificar y homogenizar información, para un mejor manejo y comparar datos de poblaciones con características muy variables. Se aplicaron 100 cuestionarios, 20 por comunidad. La información recabada en el cuestionario consideró: sistemas de cultivo, métodos de siembra, labores de cultivo, fertilización, plagas, enfermedades más comunes, control de malezas, cosecha, rendimiento, caracteres deseables de la variedad y características socioeconómicas (sexo, edad, escolaridad, tenencia de la tierra, tamaño del predio). La información se analizó mediante frecuencias absolutas y relativas.

 

Resultados y discusión

Tecnología de producción

Sistemas de cultivo. En las regiones productoras de haba se siembra en monocultivo predominantemente (Figura 2), en algunas comunidades es asociada con maíz e intercalada con maíz y calabaza. Los sistemas de producción de asociación e intercalación en la actualidad lo practican pocos productores, sobretodo la asociación todavía la llevan a cabo los productores de Españita y en menor proporción los de Ciudad Serdán y Tlachichuca, la intercalación prácticamente ha desaparecido, quedando mínimos porcentajes de productores que aún la utilizan. Españita fue la comunidad donde se registró mayor cantidad de agricultores que practican la asociación maíz-haba (30%), en esta región, dicho sistema de cultivo lo practica 39.3% de agricultores (Damián et al., 2008).

Dicha leguminosa sembrada bajo el sistema asociado o intercalado no es rentable, debido que la cosecha se complica y requiere mayor cantidad de gente para realizar la actividad; lo cual significa incremento en los costos de producción, razón principal que ha provocado la disminución de este sistema. Los productores de haba en la actualidad prefieren sembrar en monocultivo por la facilidad en las actividades agrícolas que se realizan. La disminución en la práctica de los sistemas asociados o intercalados entre leguminosas y gramíneas, no es sólo característico de esta región de México; tal hecho, se ha reportado en otros países a pesar de ser uno de los sistemas de cultivo más antiguos utilizado en la agricultura tradicional (Ndakidemi, 2006).

En este tipo de sistemas se contempla maximizar el uso de los recursos espacio, luz, nutrientes y el mejoramiento de la calidad de los cultivos (Li et al., 2003; Ndakidemi, 2006). Específicamente, con el binomio haba intercalada o asociada con maíz se ha logrado reducir la incidencia de enfermedades al crear un ambiente desfavorable para los patógenos (Sahile et al., 2008). Se ha encontrado una mayor eficiencia en la fijación de nitrógeno atmosférico por parte del haba en relación al sistema monocultivo, cuando son fertilizados con diferentes fuentes de nitrógeno químico, en monocultivo, el haba es afectada en la nodulación y en la biomasa de los nódulos por las fuentes de fertilizante químico, pero cuando se asocia con maíz los efectos negativos son amortiguados (Yu-Ying et al., 2009).

Métodos de siembra. La siembra de haba se realiza mediante cuatro métodos "a pala", "con tubo", "a tapa pie" y "sembradora mecánica", siendo el más frecuente "a pala" (Figura 3). En las regiones de Serdán y Zoapan se practican los cuatro métodos y en las demás no se utiliza la "sembradora mecánica", hecho que refleja la escasa mecanización utilizada en el cultivo.

La densidad que se recomienda es alrededor de 73 000 plantas ha-1; para lograrla se deben depositar 2 semillas por golpe, a una distancia de 50 cm entre matas y de 80 cm entre surcos, es necesario mencionar que no aclarean; es decir, dejan las plantas de las 2 semillas que se siembran. En caso de realizar la siembra "con tubo", la distancia promedio a que debe quedar la semilla es a 20 cm entre plantas con un total de 86 666 plantas ha-1. Cuando la emergencia de plantas es afectada significativamente realizan la resiembra para mantener la densidad inicial. La cantidad total de plantas llega a disminuir durante el desarrollo del cultivo a causa de otros factores tanto bióticos como abióticos. La densidad recomendada es variable, Aguilera-Díaz y Recalde-Manrique (1995) sugieren densidades entre 10 y 16 plantas m-2, que equivale a 110 000 y 160 000 planta ha-1 respectivamente.

Utilizando el método "a pala" conocido regionalmente como "busca jugo", generalmente siembran una hectárea 4 personas en un lapso de 8 h; con el método "con tubo" que va incorporado al arado, y es de lamina de metal, una hectárea se siembra aproximadamente en una o dos horas, dependiendo de la experiencia del agricultor. El método "a tapa pie" es más utilizado en el frijol, y en caso de ser usado para la siembra de haba se necesita una jornada de 10 h para una hectárea. La "sembradora mecánica" facilita la siembra, ya que en un lapso de 8 h llegan a sembrar hasta 3 ha, que comparado con los demás métodos resulta más eficaz en tiempo.

La siembra "con tubo" consiste en ir depositando las semillas en un embudo adaptado al arado cuyo extremo inferior termina al pie de arado; se emplea por ser una forma rápida, que incluso una sola persona puede realizar las dos operaciones, dirigir el tiro animal y depositar la semilla en el "tubo". La siembra "a tapa pie" es la más antigua, y se considera que es la que asegura una mejor germinación, aunque es más tardado. Es recomendable que la humedad del suelo este a capacidad de campo, para asegurar la germinación de la semilla y lograr la densidad de plantas cerca de 100%.

Labores de cultivo. Estas comprenden el barbecho, rastra y surcado; las cuales se realizan con tracción animal fundamentalmente (yunta) en más de 70%, pero el uso del tractor se ha ido extendiendo en los últimos años (Cuadro 1). En las comunidades de Tlachichuca y Zoapan un alto porcentaje de productores usa el tractor; en el caso de la primera 45% de los entrevistados lo utiliza para el barbecho y 50% para la rastra (Cuadro 1); en la segunda comunidad 35% de los entrevistados lo utiliza para el barbecho y 40% en la rastra. En las otras tres comunidades restantes, predomina el uso de la yunta para la realización de labores de cultivo, en más de 80%. El surcado del terreno, Serdán y Tlachichuca son las comunidades que utilizan más el tractor y Zoapan y San José las que menos hacen uso de la maquinaria (5%). La comunidad de San José resultó ser la que menos usa maquinaria para las labores de cultivo y Tlachichuca la que más utiliza. Entre las causas principales para utilizar la yunta está el costo que es mayor con tractor, ya que todos los agricultores cuentan con yunta que disminuye los costos de producción.

Fertilización. En promedio 30% de los productores no aplican fertilizantes químicos, porque están convencidos que "en esos suelos no funcionan", en cada una de las comunidades estudiadas el porcentaje de productores que utilizan este insumo es variable, en Españita y Tlachichuca se concentran el mayor porcentaje de productores que no utilizan fertilizante químico (Figura 4). Quienes acostumbran usar abonos orgánicos (estiércol de ganado y rastrojo de las cosechas) y cuando aplican fertilizante químico lo distribuyen en pequeñas proporciones, donde los suelos son más pobres, sin conocimiento técnico de las cantidades que aplican.

Los productores que no acostumbran aplicar fertilizante al cultivo de haba lo hacen por dos causas: a) incremento en los costos de producción; y b) no se observan síntomas de deficiencia durante el ciclo vegetativo. Los resultados de trabajos de investigación realizados en la región muestran incrementos en los rendimientos al aplicar dosis bajas de nitrógeno y fósforo, en donde la dosis óptima económica es 40 kg ha-1 de nitrógeno y 40 kg ha-1 de fósforo (Díaz-Ruiz,2009).

Las fuentes de fertilizante utilizadas son urea (46% N), como fuente de nitrógeno, y superfosfato de calcio triple (46% P205) como fuente de fósforo, llegan a aplicar otras fuentes dependiendo de su disponibilidad económica como la formula 18-46-00 mayormente utilizada, siguiéndole la urea y el susper fósfato de calcio triple. Al respecto, se ha determinado que la fuente más recomendable a utilizar para nitrógeno es nitrato de amonio, si el fertilizante químico es mezclado con lombricomposta se incrementa el rendimiento de grano (Sandoval-Castro et al., 2000), además que las características del suelo son mejoradas.

Plagas comunes. En la Figura 5 se presentan las plagas que los productores reconocen como las que mayormente afectan el haba, el pulgón entre 50 y 60% de los entrevistados identifican como el de más incidencia en el cultivo, le siguen en importancia el gusano y el chapulín. El pulgón, aparte de extraer la savia de las hojas de las plantas, propicia las condiciones favorables para la infestación de hongos que dañan las plantas, tales como la roya y la mancha de chocolate.

La mayoría de los productores de haba controlan las plagas con productos químicos, sólo 15% no lo hace y de ellos la mayoría se ubican en la región de San José Llano Grande. Es evidente que no llevar a cabo el control de plagas se refleja en la disminución del rendimiento de grano; lo cual, al asociarse con plantas débiles puede perder la producción. El control del pulgón debe ser mediante una estrategia integral de métodos que incluya el control químico, biológico y genético, de tal forma que al ser combinados se eviten los excesos de un solo tipo de control que pueda provocar resistencia fuerte del insecto.

Enfermedades comunes. Las enfermedades más comunes en el área de estudio se señalan en la Figura 6, donde se observa que la mancha de chocolate es de mayor incidencia en las regiones productoras de haba. Esta enfermedad se presenta con mayor severidad en las etapas fenológicas críticas como la floración y fructificación, provocando mermas de flores y frutos pequeños, que repercute en el rendimiento. En ambientes favorables la enfermedad provoca defoliaciones, colapso de tallos, necrosis de los tejidos y muerte de la planta (Hanounik y Bisri, 1991). En general, existe un control químico de las enfermedades en cuestión, sólo 12% del total de productores no lleva a cabo dicho control, la mayoría de los productores que controlan las enfermedades del cultivo son de la comunidad San José Llano Grande.

Aun cuando las pérdidas por estas enfermedades son cuantiosas, ha sido difícil obtener variedades resistentes genéticamente, por lo que los estudios se han orientado a la búsqueda de materiales criollos y formación de variedades tolerantes a las enfermedades y el uso de fungicidas químicos para prevenir la infestación. La obtención de variedades debe ser efectuada mediante la combinación de métodos clásicos y modernos para introducir resistencia durable, la cual se expresa durante un periodo largo de tiempo en el ambiente adecuado para que se presente la enfermedad (Johnson, 1984). Específicamente en haba, se ha tenido éxito en la localización de regiones de resistencia a otras enfermedades, como es el daño por ascochyta mediante la aplicación de las técnicas moleculares (Díaz-Ruiz et al., 2009), lo cual es factible de ser utilizado para encontrar resistencia a la mancha de chocolate.

Control de malezas. Las labores que se dan al cultivo, tienen la finalidad de mantener al haba libre de malas hierbas la mayor parte del ciclo, así se evita el efecto de competencia por nutrientes, luz y humedad. Se puede hacer a través de dos métodos ampliamente conocidos: manual y químico.

Como parte del control de malezas, que generalmente se lleva a cabo de manera manual, se incluye la primera y segunda labor de cultivo que normalmente se realiza con yunta: la primera cuando el cultivo alcanza entre 25 y 30 cm de altura, lo cual ocurre entre los 30 y 40 días después de la siembra; la segunda labor o "cierre", se realiza cuando la planta tiene entre 50 y 60 cm de altura, lo cual ocurre generalmente entre los 60 y 70 días después de realizar la siembra. Con la primera labor también se realiza una escarda a fin de remover la maleza, en ambas labores de cultivo también se aprovecha para aplicar el fertilizante químico, sobre todo en la primera. En el área de estudio sólo 9%de los productores utiliza algún producto químico para el control de malezas. El resto menciona que de forma manual controla con eficiencia los diferentes tipos de malas hierbas.

Cosecha y rendimiento de haba. La cosecha del haba debe realizarse cuando la planta esté prácticamente defoliada; 85% de las vainas estén secas y presenten color negro pergamino, en este momento el contenido de humedad del grano varía de 12 a 18%. La forma más común en la región para cosechar consiste en cortar la planta y formar mogotes o montones en el campo, se trilla y se transporta al almacén ya limpia; cuando es llevada a casa, los productores colocan los mogotes en las azoteas de sus casas con la finalidad de que se sequen con los rayos solares, la trillan después del secado en cualquier momento que tengan disponible, lo hacen más rápido cuando hay una demanda de venta de semilla. Actualmente no se cuenta con cosechadoras mecánicas que agilicen la actividad por lo que es necesario implementarla. Existen productores cuyos rendimientos por hectárea es alrededor de 300 kg (Cuadro 2), éstos se ubican principalmente en la comunidad de Españita; no obstante, también se encuentran productores que obtienen hasta 2 000 kg ha-1, los cuales superan el promedio nacional que es de 1 140 kg ha-1 en condiciones de temporal (SIAP, 2008), éstos se localizan en las comunidades de Zoapan y Tlachichuca.

Los rendimientos bajos podrían atribuirse a la utilización de semilla que seleccionan de la cosecha sin utilizar un método adecuado, no aplicar fertilizantes, nulo o mínimo control de plagas y enfermedades. Esto lo hace alrededor de 46% de productores que son considerados de subsistencia. El resto llevan a cabo las actividades mencionadas por lo que son definidos como productores en transición y comerciales.

Mejoramiento del cultivo. Los productores han mejorado sus cultivos a través de la selección de semilla que obtienen de la cosecha, esta selección ha sido aprendida del conocimiento tradicional de los padres y de generación en generación. En las comunidades que integran el área de estudio, se cuenta con dos tipos de haba identificadas por el tamaño de semilla y conocidas por los productores como Tarragona y Cochinera. De acuerdo con Díaz-Ruiz et al. (2006) se reportan dos grupos botánicos de haba en la Mesa Central de México: la mayor y equina, según la clasificación propuesta por Cubero (1974), los cuales deben pertenecer a los tipos Tarragona y Cochinera respectivamente. La mayor predomina en cuatro de las cinco comunidades, en Tlachichuca equina es la que mayormente se siembra (Figura 7). Destaca la comunidad de San José con alrededor de 85 % de haba mayor utilizada para la siembra.

Los agricultores seleccionan la semilla 20 ó 30 días antes de la siembra, que se realiza comúnmente en febrero y marzo, la realizan tomando en consideración tres características: sanidad de la semilla (96%), dureza de la testa (79%) y peso de la semilla (74%). A pesar de que la sanidad de la semilla se considera por la mayoría de los productores, el haba es afectada fuertemente en campo por las enfermedades y plagas, lo que indica que no realizan selección directa en campo.

Al respecto, es necesario capacitar a los productores en la selección combinada, tanto en campo como en el granero, con el objeto de ganar resistencia a las enfermedades que atacan las habas que cultivan. El trabajo conjunto entre productores e investigadores, representa una alternativa que debe llevarse a cabo con dicha especie, de tal forma que los productores seleccionen materiales de acuerdo a sus necesidades con asesoría de los mejoradores. La participación de los productores en el proceso de selección y evaluación de variedades en campo, ha tenido éxito en otras leguminosas como el cacahuate y el frijol (Assefa et al., 2005; Bucheyeki et al., 2008).

En el caso de habas cultivadas en las comunidades de Puebla y Tlaxcala, se tienen los elementos para alcanzar el éxito del mejoramiento participativo; por ejemplo, se tiene una diversidad local, productores e investigadores con experiencias en el cultivo. Aunado a lo anterior, de las tres formas de conservación del germoplasma de haba reportadas por Duc et al. (2010), en el país predominan claramente las poblaciones, que se caracterizan como las de mayor variabilidad y es prácticamente la única forma en que la mantienen los productores. Por lo tanto, se cuenta con una gama de posibilidades en variantes de los caracteres, que deben ser aprovechados en el mejoramiento de las características que demandan los agricultores.

Caracteres deseables de una variedad

Los agricultores de la zona de estudio prefieren en 57% semilla grande, 40% semilla mediana y sólo 3% semilla pequeña, mayor número de vainas y de semillas por vaina; que sea precoz; resistente a plagas y enfermedades. La obtención de variedades de habas para las regiones productoras, debe enfocarse al mejoramiento de los componentes del rendimiento y a la búsqueda de resistencia a enfermedades, como la mancha de chocolate, la cual se considera entre las principales enfermedades del cultivo, tanto en México como en otros países (Torres et al., 2006).

En el caso del tamaño de semilla, son frecuentes los tamaños preferidos por los productores en México (Díaz-Ruiz et al. , 2006), por lo que tal demanda sería satisfecha sin problemas en la variedad que se genere. Es necesario mejorar la calidad nutritiva, principalmente el contenido de proteína como componente del valor agregado a las variedades y complemente la dieta alimenticia de los consumidores, en esta característica se ha logrado incrementar el contenido significativamente, mediante mejoramiento genético aplicado a las habas por otros investigadores (Link et al. 2005) en germoplasma de otros países.

Características socioeconómicas de los productores

Es destacable que sólo 4% de los entrevistados pertenece al sexo femenino, el rango de edad fluctúa entre 18 a 80 años y el promedio de 49 años. De acuerdo con los resultados, se determinó que el cultivo de haba en estas regiones es practicado en una gran porción de los pobladores por adultos, así mismo se encontró un bajo porcentaje (23%) de familias, donde se integra a los hijos menores de edad en las actividades de campo. Los productores con edad superior al promedio (9%) siembran haba bajo el sistema policultivo y 3% utiliza herbicidas. El 2% de haberos jóvenes compra semilla para la siembra, el resto selecciona su semilla, 5% aplica herbicidas para el control de malezas, ninguna productora de haba utiliza este tipo de pesticidas.

El nivel máximo de escolaridad de los productores es el sexto grado de primaria y 40% de los mismos no sabe leer ni escribir. Estos dos aspectos representan un riesgo para el sistema productivo, entre otras cosas porque dificultan la continuidad del conocimiento tecnológico y preservan el conocimiento tradicional. Los resultados indican que 90% de los entrevistados trabaja actualmente sus tierras, el resto las dan parcialmente a trabajar a otros productores.

El 47% de productores trabaja el cultivo en un rango de superficie de 4 a 7.9 ha (Cuadro 3). Los productores con superficie menor al promedio son los más frecuentes en sembrar el haba asociada o intercalada, representan 7% y sólo 3% con superficie mayor al promedio siembran dicho sistema. Hay una tendencia, entre mayor superficie y sistema de cultivo practicado.

Las dos terceras partes de los productores poseen superficies superiores a 4 ha, lo cual indica que se encuentran en situación de privilegio, respecto de los demás productores de estas entidades federativas, cuya superficie promedio es de 2.5 ha. Asimismo, gozan de una precipitación pluvial superior a los 700 mm anuales acumulados, que resulta bastante favorable respecto de otras regiones donde se siembra haba. El problema en algunas regiones es la distribución de la precipitación que llega a suspenderse hasta periodos de 20 días durante la etapa de floración y fructificación provocando caída de flores y frutos pequeños, lo cual repercute en el rendimiento de grano Díaz-Ruiz (2009). Estos sucesos influyen en la fluctuación de los rendimientos en un ciclo de cultivo y entre años. Por lo tanto, se deduce que el rendimiento es una variable compleja resultado de la interacción de componentes edáficos, climatológicos y de manejo.

Del total de productores que siembran haba, 28% establece otro cultivo (Cuadro 3), la mayoría de éstos se ubican entre los productores que poseen superficies superiores a 4 ha (entre los rangos de 4 a 7.9 y de 8 a más hectáreas, se encuentran los productores que siembran el haba asociada o intercalada con otro cultivo), solamente uno de ellos ubicado en el rango de 0.7-3.9 ha, siembra otro cultivo conjuntamente con haba. En general existe predominancia de productores que siembran solamente haba (72%), esto se debe que cuando el cultivo adquiere buen precio (el que está regido por la oferta y la demanda), los ingresos que se obtienen son significativamente superiores al del maíz, que es el otro cultivo que de acuerdo con las condiciones agroclimáticas se pueden sembrar.

 

Conclusiones

Los productores de haba del área de estudio, conservan una proporción significativa de las prácticas de manejo propios de una agricultura tradicional, tales como el uso de semilla criolla, métodos de siembra ("a pala", "con tubo", "a tapa pie"), las labores de cultivo son realizadas manualmente y con animales de trabajo. Otros productores utilizan maquinaria en proporción intermedia para realizar el barbecho, la rastra y el surcado, aplican fertilizante, controlan las plagas y enfermedades con agroquímicos.

Entre las características deseadas por los productores que integren una variedad mejorada de haba, destacan el tamaño de semilla grande y mediana, abundancia de flores, mayor número de vainas y semillas, precocidad y resistencia a enfermedades, plagas y sequía. Para lograrlo, la selección que ellos realizan en el granero, debe complementarse con métodos de selección de campo, considerando la diversidad del germoplasma de las comunidades.

Entre las principales características socioeconómicas de los productores de haba, se tiene un bajo nivel de escolaridad, son adultos (49 años) del sexo masculino, trabajan sus propias tierras de temporal con una extensión promedio de 5 hay se ubican en el régimen de propiedad privada de la tierra.

 

Agradecimientos

A la línea prioritaria 6 de investigación 'Conservación de los recursos genéticos'.

 

Literatura citada

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