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Revista mexicana de ciencias agrícolas

Print version ISSN 2007-0934

Rev. Mex. Cienc. Agríc vol.2 n.spe2 Texcoco Sep./Oct. 2011

 

Artículos

 

Variabilidad hidroclimática histórica del norte de México inferida con anillos de crecimiento de Douglas-fir*

 

Douglas-fir's historical hydroclimatic variability in northern Mexico inferred with growth rings

 

José Villanueva Díaz, Julián Cerano Paredes1, Vicenta Constante García1, D. W. Stahle2, Juan Estrada Ávalos1 y Miriam Marcela Tostado Plascencia1

 

1 CENID-RASPA. INIFAP. Margen derecha del canal sacramento, km 6.5. Gómez Palacio, Durango. C. P. 35140. (cerano.julian@inifap.gob.mx), (constante.garcia@inifap.gob.mx), (estrada.juan@inifap.gob.mx). §Autor para correspondencia: villanueva.jose@inifap.gob.mx.

2 Departamento de Geociencias. Universidad de Arkansas. Fayetteville, Arizona, EUA. (dstahle@uark.edu).

 

* Recibido: febrero de 2011
Aceptado: julio de 2011

 

Resumen

El entendimiento de la variabilidad hidroclimática en México, para periodos superiores a la extensión de los registros meteorológicos, está limitada por la duración y calidad de los mismos, una alternativa es el uso de fuentes "proxy" como los anillos de árboles. El objetivo de este trabajo fue determinar con técnicas dendrocronológicas, la variabilidad hidroclimática histórica en el norte de México para 500 años y analizar el impacto de patrones atmosféricos circulatorios como El Niño Oscilación del Sur (ENSO) y la Oscilación Decadal del Pacífico (PDO). Cronologías regionales de anillos de Douglas-fir se generaron para los estados de Durango y Chihuahua y la región noreste de México. La cronología regional de Chihuahua superó los 500 años de extensión y estuvo influenciada significativamente por la fase cálida de ENSO, durante la estación invierno-primavera en períodos de 4 a 16 años, mientras que la PDO influyó en frecuencias de 4 a 8 años durante el verano (junio-agosto). La asociación de estos patrones con la cronología regional de Durango fue también significativa, aunque en menor magnitud. Para el noreste de México la asociación con estos patrones circulatorios fue aún menor, por lo que probablemente otros fenómenos atmosféricos pudieran tener mayor influencia. No obstante, fenómenos intensos de ENSO afectaron el norte del país, manifestándose con sequías severas o periodos muy húmedos; caso específico las sequías de las décadas de 1440, 1520, 1630, 1700, 1790, 1800, 1820, 1870, 1890 y 1970. Una red dendrocronológica más completa, contribuiría a mejorar el entendimiento de la variabilidad hidroclimática en esta región, la cual se pronostica se torne más seca en años venideros debido al calentamiento global.

Palabras clave: dendrocronología, ENSO, paleoclima, PDO, sequías.

 

Abstract

The understanding of hydroclimatic variability in Mexico for periods longer than the length of weather records is limited by its length and quality; an alternative is the use of "proxy" sources such as tree rings. The aim of this paper was to determine with dendrochronological techniques, the historical hydroclimatic variability in northern Mexico for 500 years and, to analyze the impact of the atmospheric circulation patterns such as El Nino Southern Oscillation (ENSO) and Pacific Decadal Oscillation (PDO). Regional chronologies of Douglas-fir's rings were generated for Durango, Chihuahua and the Mexico's northeast region. The regional chronology of Chihuahua exceeded the 500-year extension and was significantly influenced by the ENSO warm phase, during the winter-spring season in periods of 4 to 16 years, while the PDO influenced on frequency of 4 to 8 years during the summer (June-August). The combination of these patterns with Durango's regional chronology was also significant, although, on a lesser scale. For the Mexico's northeast, the association with these circulation patterns was even lower so, probably other atmospheric phenomena may have had more influence. However, intense ENSO events affected the north of the country, manifesting severe droughts or extreme damp periods, specific cases are droughts of the decades of 1440, 1520, 1630, 1700, 1790, 1800, 1820, 1870, 1890 and 1970. A more complete dendrochronological network would help to improve the understanding of hydroclimatic variability in this region, which is predicted to become drier in the coming years due to global warming.

Key words: dendrochronology, ENSO, paleoclimate, PDO, droughts.

 

INTRODUCCIÓN

El entendimiento del clima del pasado es importante para determinar la variabilidad hidroclimática natural, analizar tendencias y examinar escenarios climáticos venideros bajo la influencia del cambio climático global. La forma más común de estudiar la variabilidad del clima es a través del uso de registros instrumentales procedentes de estaciones climáticas; sin embargo, estos registros tienen la limitante de su corta extensión (generalmente con menos de 70 años), calidad dudosa (datos perdidos, registros incongruentes) y algunas veces con poca representatividad local o regional.

La experiencia indica que la disponibilidad de información climática por períodos de siglos o milenios soporta de mejor manera decisiones técnicas fundamentadas en un conocimiento más profundo de la variabilidad climática natural y de la frecuencia e intensidad de eventos hidroclimáticos extremos. La falta de esta información, conlleva a que se diseñen estructuras hidráulicas o se realice un uso no sustentable de los recursos naturales, particularmente los hídricos (Woodhouse y Lukas, 2006).

El estudio del calentamiento global, también requiere de información histórica de largo plazo para discernir la variabilidad climática natural, de aquella atribuida a acciones de origen antropogénico; así mismo, el conocimiento de esta variabilidad permite identificar periodos o eventos hidroclimáticos extremos, que se pueden presentar en escenarios climáticos venideros. Esta información sólo puede ser obtenida de fuentes indirectas o mejor conocidas como fuentes "proxy", una de las cuales está representada por el incremento radial anual de los árboles a través de los anillos de crecimiento, técnica mejor conocida como "Dendrocronología" (Fritts, 1976; Bradley, 1999).

La presencia de árboles centenarios y milenarios en México, permite generar series de tiempo de siglos o milenios, para determinar la variabilidad hidroclimática de alta y baja frecuencia y se puede analizar la influencia de patrones atmosféricos de circulación general, que impactan dicha variabilidad (Stahle et al., 1998; Villanueva et al., 2010).

El objetivo del presente estudio fue analizar la variabilidad hidroclimática histórica, que ha caracterizado al norte de México en los últimos 500 años y determinar la influencia que han ejercido patrones atmosféricos de circulación general, como es el Niño Oscilación del Sur y la Oscilación Decadal del Pacífico.

 

MATERIALES Y MÉTODOS

Poblaciones de bosque templado mixto con la presencia de Douglas-fir se ubicaron en la Sierra Madre Occidental y Oriental en Chihuahua, Durango, Coahuila y Nuevo León. La especie Douglas-fir, es una de las más importantes para estudios dendrocronológicos en Norte América (Stahle et al., 2000). En México, la especie ha sido ampliamente utilizada para reconstrucciones históricas de precipitación y de caudales (Cleaveland et al., 2003; Villanueva et al., 2005, 2009).

De los sitios seleccionados, se llenó un formato relacionado con la información ecológica del sitio, cambio de uso del suelo, historial de aprovechamiento forestal, presencia de incendios y tenencia de la tierra. Previo a cada muestreo, se realizó un recorrido exploratorio de cada rodal para ubicar el arbolado con características deseables en términos de longevidad, sanidad, condiciones fisiográficas del sitio y mínimo grado de disturbio, con el fin de maximizar la señal climática.

En cada árbol seleccionado, con un taladro de Pressler, se extrajeron de dos a tres virutas (núcleos de crecimiento) por árbol; así mismo, con motosierra se extrajeron secciones transversales de tocones, árboles muertos o de madera semienterrada (subfósil) en el piso forestal.

Los núcleos de crecimiento y secciones trasversales, se identificaron, montaron y pegaron en secciones acanaladas de madera para facilitar su manejo; posteriormente estas se pulieron con diversos grados de lija desde grueso a fino (granos 120, 220, 360 y 400) para resaltar sus estructuras de crecimiento.

En el laboratorio de dendrocronología del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), los anillos se contaron y fecharon al año exacto de su formación (Stokes y Smiley, 1968). La técnica del fechado cruzado consistió en la identificación de patrones comunes de la variación interanual de los anillos de crecimiento, que se repiten de una muestra a otra, de tal forma que, a cada anillo de crecimiento, se le asignó una fecha exacta de formación (Douglass, 1941).

Posterior al fechado de las muestras, cada crecimiento individual (anillo anual) se seccionó visualmente en bandas de madera temprana, madera que se caracteriza por poseer células relativamente grandes, blanquecinas con pared celular delgada y grandes vacuolas; madera tardía, constituida por células más pequeñas, de pared lignificada y mayor densidad, que confiere una coloración obscura, así como anillo total que integra tanto a la madera temprana como a la tardía (Cleaveland, 1986).

Las bandas o secciones de crecimiento se midieron individualmente con un sistema de medición VELMEX (Cleaveland, 1988). El cofechado, calidad de la respuesta climática y exactitud de la medición de cada anillo se verificó con el programa COFECHA (Holmes, 1983; Grissino-Mayer, 2001).

Las tendencias biológicas (competencia, supresión, liberación) y geométricas (incremento en el área de fuste con la edad) no relacionadas con clima, se removieron con el programa ARSTAN, al insertar una curva exponencial negativa o línea recta a la serie de medición y luego al dividir cada valor anual de medición entre el valor obtenido de la curva. Esto creó una serie de índices normalizados (cronologías) con media 1 y varianza homogénea (Cook, 1987).

El análisis de la variabilidad común entre las cronologías involucradas, se realizó mediante un análisis de componentes principales (PCA, por sus siglas en Inglés) con la subrutina factor analysis del programa Statistica Kernel release 5.5 (Stat Soft Inc., 2000).

La influencia del clima en el crecimiento estacional de la cronología de Pseudotsuga del sitio Bisaloachi, Chihuahua, se determinó al utilizar el cuadrante de precipitación regional "4 532" (Hulme et al., 1998). Por otra parte, la cronología del Cócono en Guanaceví, Durango, se comparó con datos promedio mensual de una precipitación regional, que integra varias estaciones climáticas enclavadas en los límites fronterizos de Chihuahua, Durango y Sinaloa, dentro de la Sierra Madre Occidental (SMO). Por lo que respecta a Durango, se utilizaron estaciones climáticas distribuidas tanto en la parte alta de la cuenca del Nazas como de estaciones aledañas de Durango, Chihuahua y Sinaloa. Las cronologías del noreste de México se contrastaron con estaciones climáticas de Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas.

La respuesta climática entre precipitación y crecimiento anual se investigó con la subrutina análisis de función de respuesta (RESPO), incluida en el paquete de programas dendrocronológicos de la Universidad de Arizona (DPL, por sus siglas en Inglés). Posteriormente, con la subrutina Veryfy5 (calibración-verificación) del paquete DPL, a la mitad de los datos climáticos disponibles se les aplicó una calibración entre la cronología y los registros estacionales de precipitación y con la mitad restante, se corrió una verificación (Fritts, 1991). Al final, se obtuvo una ecuación de transferencia para el periodo total de datos de precipitación disponibles, la cual fue utilizada para desarrollar la reconstrucción de precipitación en la longitud total de las cronologías.

A la series de alta frecuencia (resolución anual) se les ajustó una curva decenal flexible (baja frecuencia) para resaltar eventos secos o húmedos presentes en las reconstrucciones (Cook y Peters, 1981). Los periodos de sequía detectados en las reconstrucciones se validaron con documentos históricos en la medida de lo posible.

Para analizar el impacto de patrones atmosféricos circulatorios en la variabilidad hidroclimática de la región, se compararon mediante correlaciones y análisis de ondeleta, las series dendrocronológicas regionales con el índice de lluvia tropical (TRI). Este índice constituye un estimativo de la variabilidad de ENSO al usar anomalías de precipitación en la parte central del Pacífico (Wright, 1979).

Otro de los patrones circulatorios explorados fue el PDO, fenómeno que se asemeja a ENSO aunque con un comportamiento temporal diferente, estas diferencias se centran en que PDO tiene una persistencia de 20 a 30 años, mientras que ENSO de 6 a 18 meses y el otro aspecto es el impacto del PDO evidente en el sector americano del Pacífico Norte, con un efecto menor en los trópicos; mientras que ENSO tiene mayor influencia en el Pacífico Ecuatorial con efecto secundario en el Pacífico (Mantua et al., 1997).

 

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Red de cronologías de Douglas-fir

Una red de cronologías de Pseudotsuga menziesii se desarrolló para los estados de Chihuahua, Durango, Coahuila y Nuevo León en las Sierras Madre Occidental y Oriental (Figura 1).

El PCA agrupó las cronologías de la Sierra Madre Occidental en dos componentes o eigenvalores; las cronologías del estado de Durango, se agruparon en el componente 1, integradas por las cronologías las Bayas (10), Ciénega de la Vaca (11), Cerro Bandera (12), El Cócono (13), El Tarahumar (14), San Diego de Tenzánez (15), Pitoreal (16), San Andrés (17), Chiqueros (18), Cerro Barajas (19), Cerro Huehueto (20), Puentecillas (21) y El Brillante (22); mientras que en el componente 2 se agruparon las cronologías de Chihuahua, integradas por Bisaloachi (25), Cebadillas de Ocampo (26), Mesa de las Guacamayas (27), Madera (28) y Cerro Mohinora (29). Lo anterior implica, que para fines de analizar la variabilidad climática regional se obtiene mayor información al considerar por separado las cronologías regionales de Durango y Chihuahua.

Reconstrucción de la variabilidad climática para Chihuahua y Durango

Con el análisis de núcleos de crecimiento integradas en el componente 2 para el estado de Chihuahua, se generó una cronología regional de madera temprana, madera tardía y de anillo total, con una extensión de 466 años, que cubre el período de 1537 a 2002.

Dos reconstrucciones de precipitación se desarrollaron con base a la cronología de madera temprana, una para el noroeste de Chihuahua en el área limítrofe de los estados de Chihuahua y Sonora y otra más para el sur, que limita con los estados de Durango y Sinaloa. La reconstrucción de lluvia de la parte noroeste de Chihuahua se extendió por 531 años (1472-2002) (Figura 2).

En los 531 años de la reconstrucción, se observan sequías en los periodos 1488-496, 1552-1573, 1611-1626, 1767-1778, 1882-1887, 1945-1960 y 1993-2002; así como periodos húmedos en 1477-1486, 1531-1540, 1577-1586, 1590-1599, 1654-1663, 1741-1750, 1807-1816, 1868-1877 y 1975-1984.

De manera similar, la reconstrucción de precipitación para la región que integra el área limítrofe entre los estados de Durango, Chihuahua y Sinaloa, indicó sequías continuas en más de 550 años (1450-2002). Estas sequías ocurrieron de manera simultánea en esta región del noroeste de México, situación corroborada por la alta asociación entre las reconstrucciones (R2= 0.61 (p< 0.00001, 1472-1999), indicativo de la influencia de patrones atmosféricos similares.

En la región de Chihuahua y Sonora la sequía de 1945 a 1960, constituye el periodo más seco del siglo XX. Los últimos 10 años de la reconstrucción (1993-2002), también fueron muy secos, similar a lo reportado para el sur de Durango (González et al., 2005). No obstante, en esta reconstrucción se detectó la presencia de sequías más intensas en el siglo XVIII para el periodo 1767-1778. Estudios históricos en Chihuahua, señalan que las sequías de las décadas de 1770 y 1780 aunadas a la presencia de heladas tempranas, afectaron gran parte del país y provocaron una de las mayores crisis agrarias en México (Enfield y Fernández, 2006).

El periodo seco de 1552 a 1573 ha sido reportado por Cleaveland et al. (2003), como el más seco de su reconstrucción para el estado de Durango, extendiéndose hacia el norte a las regiones del noroeste y este de los Estados Unidos de América (Fye et al., 2003; Endfield y Fernández, 2006).

Las sequías más devastadoras fueron aquellas que afectaron el centro y norte de México, especialmente las que ocurrieron de manera simultánea con la presencia de heladas, como fue el caso de los años de 1624, 1740, 1785, 1808 y 1810 (Florescano,1980; Díaz et al., 2002; Endfield y Fernández, 2006).

La reconstrucción también detectó períodos lluviosos, como el de 1477 a 1486, también presente en la reconstrucción de Durango (Cleaveland et al., 2003). El periodo húmedo de 1549 a 1558 reportado por Fye et al. (2003) para el oeste de Estados Unidos de América, abarcó una extensa área, incluyendo el noroeste de México.

Influencia del ENSO en la variabilidad climática de Chihuahua

Para determinar la influencia del ENSO en la variabilidad climática de Chihuahua, se relacionaron los índices de madera temprana y los del TRI. La correlación entre ambas variables del periodo 1895-1995, indicó asociaciones significativas de 1895 a 1975; no obstante, de 1975 a 1995 no se encontró significancia (p> 0.05), situación que pudiera estar influenciado por acciones antropogénicas (Stahle et al., 2009).

La periodicidad de ENSO, se determinó mediante un análisis de ondeleta. En La Figura 3, las manchas de color negro delimitadas por una línea en contorno del mismo color, indican que existe una relación significativa entre ambos fenómenos. Las flechas de color negro en diferente orientación, determinan si la relación es positiva o negativa; así, las flechas horizontales o paralelas apuntando hacia la derecha muestran que ambos fenómenos están en fase (relación positiva); caso contrario ocurre, cuando las flechas apuntan hacia la izquierda, en cuyo caso, ambos fenómenos están en antifase (relación negativa).

Las flechas verticales indican que los fenómenos no están en fase y se desconoce si la relación es positiva o negativa. Los límites de confianza están representados por un semióvalo, delimitado por una línea oscura delgada que une a los ejes equis superior e inferior. El análisis de ondeleta determinó asociación significativa entre ambos índices de 1905 a 1975, con una periodicidad de 0 a 16 años y dominancia de 4 a 8 años, que corresponde a la señal del ENSO; también de 1925 hasta 1960 se observa significancia en frecuencias de 20 hasta 32 años. De 1975 a la fecha no se observó significancia (Figura 3).

Análisis de la oscilación decadal del Pacífico en la región de Chihuahua

Los índices de madera temprana y los PDO tuvieron correlaciones significativas (p< 0.05) de 1900 a 1920 y de 1981 a 2000, y correlaciones no significativas (p> 0.05) de 1921 a 1940, 1941 a 1960 y de 1961 a 1980. Los resultados indican que los índices de madera temprana, tuvieron una respuesta diferente con ambos fenómenos; así periodos en que los índices de madera temprana presentaron una correlación significativa con ENSO, también mostraron un comportamiento inverso con los índices PDO. La región oeste de la SMO presenta correlaciones bajas con ENSO, pero solo durante la fase positiva del PDO. Sin embargo, se presentan correlaciones significativas entre ENSO y la precipitación, durante la fase negativa del PDO.

Reconstrucción de la variabilidad climática para el estado de Durango

Con la inclusión de las cronologías del componente 1 del PC A, se generó una cronología regional de 1418 a 2007 (590 años). Para analizar la variabilidad de la precipitación en el estado de Durango, se realizaron dos reconstrucciones de lluvia, una para la región noroeste de Durango, que comprende la parte alta de la cuenca del río Nazas y otra más para la región occidental del estado, en el área limítrofe con Sinaloa.

La primera reconstrucción del periodo estacional invierno-primavera (noviembre-junio) fue de 410 años (1599-2008) y permite detectar sequías prolongadas para los periodos 1665-1688, 1695-1718, 1774-1791, 1798-1813, 1890-1896 y 1945-1963 (Figura 4). La peor sequía del siglo XX registrada en el noroeste de Durango, se reconstruyó de 1948 a 1963, periodo en el cual hubo desempleo y se favoreció el bracerismo (Florescano y Swan, 1995).

Otras de las sequías intensas registradas en esta reconstrucción fueron las de finales del siglo XVII (1665-1688) y principios del siglo XVIII (1695-1718), que por su extensión, pudieron tener un efecto marcado en la producción de alimentos. De igual manera, se reconstruyeron periodos húmedos importantes, tales como de 1627 a 1635, 1658 a 1662, 1733 a 1740, 1744 a 1747, 1766 a 1773 y 1814 a 1818. El periodo de 1658 a 1662 sugiere ser el más húmedo de los últimos 400 años. Para el siglo XX, los años húmedos más importantes fueron 1926, 1931 y 1997, que se asocian a la influencia de ENSO en su fase cálida (Trenberth, 1997; Magaña, 1999).

La segunda reconstrucción de precipitación regional, se realizó para el occidente de Durango en sus límites estatales con el estado de Sinaloa. Esta reconstrucción estacional invierno-primavera (enero-mayo) de 1552 a 2006 (455 años), muestra sequías similares a las detectadas para el noroeste de Durango. Ambas reconstrucciones presentan una variabilidad climática común (R2= 0.54, p< 0.00001, n= 405), debido a la influencia de patrones circulatorios similares.

Influencia del ENSO en la variabilidad climática de Durango

Un análisis de espectros potenciales de ondeleta permitió ver la influencia de ENSO en el clima regional de Durango (Figura 5). ENSO impactó significativamente Durango de 1895 a 1925, en frecuencias de 5 a 13 años. De 1925 a 193 0 presentó una relación positiva y significativa con una periodicidad de 0 a 4 años y de 1965 a 1975 cada 4 a 8 años. En las décadas más recientes, la relación no fue significativa, excepto para años considerados como de alta intensidad de este fenómeno.

Influencia de PDO en la variabilidad climática de Durango

El análisis entre índices de madera temprana y los índices de PDO de 1900 a 2000, dividido en subperiodos de 20 años, no fue significativo (p> 0.05) para la mayor parte del periodo de comparación. El análisis de coherencia de ondeleta, permitió evidenciar la presencia de este fenómeno con una periodicidad irregular de 9 a 11 años.

Variabilidad climática de la precipitación en el noreste de México

Para el noreste de México y mediante el PCA, se integró una cronología regional de Pseudotsuga menziesii de los sitios Peña Nevada (PNE), La Viga (VIG), El Coahuilón (COH), Los Pilares (PIL), El Morro (MOR), El Tarillal (TAR) y Sierra Zapalinamé (SZA). La reconstrucción de precipitación estacional invierno-primavera (diciembre-mayo), detectó sequías en los periodos 1907-1910 y 1969-1971 y sequías adicionales de 1439 a 1459, 1516 a 1537, 1629 a 1632, 1784 a 1789, 18017 a 1820 y 1867 a 1875 (Figura 6).

Las sequías de las décadas de 1860 y 1950, se han documentado también en otras partes del país, cuando anomalías climáticas pudieron haberse expandido desde el centro hasta el norte de México (Therrell et al., 2002; Cleaveland et al., 2003; Villanueva et al., 2007). De los periodos húmedos reconstruidos, estos ocurrieron en las décadas de 1420, 1460, 1500, 1540, 1610, 1730, 1770, 1890, 1930 y 1980.

Influencia del ENSO en la variabilidad hidroclimática del noreste de México

La relación entre el ENSO y la respuesta climática de las cronologías para el noreste de México, no fue tan intensa como la registrada para la región norte. Al respecto, la relación sólo fue significativa antes de 1920, pero eventos intensos de ESO si se han observado en esta región (Cerano et al., 2010). Una explicación a lo anterior es que quizás otros fenómenos atmosféricos, tengan un mayor impacto en la variabilidad hidroclimática de esta región, como pudiera ser tormentas tropicales y huracanes en el verano y frentes fríos o nortes en invierno. Un análisis más detallado de estos eventos, arrojaría más información sobre los fenómenos atmosféricos que regulan la variabilidad climática de esta parte de México.

 

CONCLUSIONES

Las cronologías regionales de Chihuahua y Durango mostraron una repuesta significativa al efecto de la fase cálida de ENSO para gran parte del periodo de comparación (1895-1995) y esta influencia fue mayor en frecuencias de 4 a 16 años. La PDO del periodo estacional junio-agosto también mostró impacto significativo en frecuencias de 4 a 8 años. Las reconstrucciones regionales de precipitación para Chihuahua así como para el noroeste y el área limítrofe de Chihuahua, Durango y Sonora, estuvieron significativamente correlacionadas (R2= 0.61, p< 0.00001) y mostraron sequías comunes en los periodos 1500-1517, 1566-1573, 1599-1606, 1702-1717, 1751-1768, 1785-1790, 1797-1805, 1859-1868, 1950- 1957 y 1993 a 2000.

Episodios húmedos ocurrieron de 1478 a 1486, 1543 a 1556, 1474 a 1586 y de 1960 a 1970. Lo anterior indica que el clima en la región de Chihuahua y Durango está gobernado por patrones circulatorios similares y ENSO es uno de los de mayor impacto.

Para el noreste de México, la variabilidad hidroclimática detectada para el periodo invierno-primavera estuvo menos influenciada por ENSO, situación que presupone que otros fenómenos atmosféricos (nortes, tormentas tropicales, etc.) pudieran ser más importantes.

La red dendrocronológica actual en el norte de México permitió la generación de cronologías representativas de esta zona, pero requiere ser ampliada para un mejor entendimiento de la variabilidad hidroclimática en esta región, que se presume estará altamente afectada por el cambio climático global, con tendencia marcada hacia un grado mayor de aridez y por ende con una limitada disponibilidad de recursos hídricos.

 

AGRADECIMIENTOS

Este trabajo fue desarrollado gracias al financiamiento otorgado a través de fondos del Instituto Interamericano para Investigación del Cambio Climático (IAI), proyecto CRN # 2047, a su vez financiado por el US/National Science Foundation (Grant GEO-0452325).

 

LITERATURA CITADA

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