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Revista mexicana de ciencias agrícolas

versão impressa ISSN 2007-0934

Rev. Mex. Cienc. Agríc vol.2 no.spe2 Texcoco Set./Out. 2011

 

Artículos

 

Eventos hidrometeorológicos extremos y desastres en comunidades rurales y urbanas en Motozintla, Chiapas*

 

Extreme hydrometeorological events and disasters in urban and rural communities in Motozintla, Chiapas

 

Juan Manuel Sánchez-Núñez1, María Elena Serrano Flores1, Dora Ma. Sangermán Jarquín2, Agustín Navarro Bravo2, Germán Raúl Vera Alejandre1, Jesús Axayacatl Cuevas Sánchez3 y José Luis Macías Vázquez

 

1 Centro Interdisciplinario de Investigaciones y Estudios sobre Medio Ambiente y Desarrollo. Instituto Politécnico Nacional. Distrito Federal, México. (jmsanchezn2004@yahoo.com.mx), (maese99@yahoo.com), (rveray@yahoo.com).

2 Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias, México. (dsangerman@yahoo.com.mx), (navarro468@yahoo.com.mx).

3 Departamento de Fitotecnia. Universidad Autónoma Chapingo. Chapingo, Estado de México. (jaxayacatl@gmail.com).

4 Instituto de Geofísica. UNAM. Campus Morelia.§Autor para correspondencia: jlmv63@gmail.com.

 

* Recibido: enero de 2011
Aceptado: junio de 2011

 

Resumen

El cambio climático global en conjunto con El Niño-Oscilación del Sur (ENOS), han traído consigo una serie de desajustes en los patrones de varios procesos naturales, principalmente en el ciclo hidrológico. Como una manifestación de estas alteraciones, diversos fenómenos se han agudizado: sequías prolongadas, precipitaciones torrenciales, inundaciones y humedad excesiva en el medio ambiente, entre los principales. Las afectaciones pueden presentarse a diferentes escalas tanto a nivel global como regional pero en cualquiera de estas, los impactos generalmente son negativos, tal es el caso de los fenómenos hidrometeorológicos que afectaron gran parte del sureste de México. En este trabajo se expone la problemática ecológica y social generada por el fenómeno hidrometeorológico ocurrido en la comunidad de Motozintla, Chiapas, México. Se parte de la consideración que este evento se originó debido a las alteraciones globales que se presentaron durante el año mencionado, aunado a las características de su ubicación en la región serrana del estado. Se expone un análisis de las precipitaciones presentadas en la zona, identificando los periodos de mayor intensidad, el tipo de flujos generados por el evento hidrometeorológico y las afectaciones provocadas en el sector agropecuario así como al área urbana de la cabecera municipal de Motozintla.

 

Abstract

Global climate change along with El Niño-Southern Oscillation (ENSO); have brought a number of mismatches in the patterns of several natural processes, mainly in the hydrological cycle. As a manifestation of these disorders, various phenomena have been intensified: prolonged droughts, torrential precipitations, flooding and excessive moisture in the environment, among the major ones. The impact may occur at different scales both global and regional level but, in any of these, the impacts are generally negative, as in the case of the hydrometeorological phenomena that affected most of the southern Mexico. This paper describes the ecological and social problems generated by the hydrometeorological phenomena occurred in the community of Motozintla, Chiapas, Mexico. Starting with the consideration that, this event was originated due to the global changes occurred during the indicated year, joint with the characteristics of its location in the mountain region of Chiapas State. An analysis of rainfall occurred in the area is presented, identifying the peak periods, the type of flows generated by the hydrometeorological event and the effects caused in the agricultural sector as well as in the urban area at the head of the Motozintla municipality.

 

INTRODUCCIÓN

Existen fenómenos de escala mundial como el cambio climático que ha provocado innumerables alteraciones atmosféricas, intensificando algunos aspectos meteorológicos como la frecuencia e intensidad de las lluvias; hoy en día, se generan depresiones tropicales que se convierten en tormentas tropicales y muchas de éstas alcanzan la categoría de huracanes, que se manifiestan en el continente con patrones de vientos y lluvias mucho más severos que en épocas anteriores. Por otro lado, existen otros procesos recurrentes como "El Niño y La Niña" que han provocado cambios en el clima como incremento en la humedad en determinadas regiones, o bien, sequías severas que ocasionan gran cantidad de incendios forestales con la consecuente pérdida de bosques (Glantz, 2007; Trenberth, 2007; Magaña, 2010).

Los cambios globales pueden ser precursores de fenómenos más locales, los que por mucho tiempo han preocupado a la comunidad científica. El peligro que representan las lluvias extremas y el posible desplazamiento de materiales de terrenos montañosos hacia las partes bajas, son el centro de atención de muchas investigaciones que se enfocan al estudio del medio ambiente. La precipitación pluvial intensa y el movimiento de masas de terreno, son eventos que se han manifestado en diferentes partes del mundo con diferente intensidad, cobrando pérdidas humanas y materiales.

En este contexto se ubica la problemática generada por efectos de los eventos hidrometeorológicos en Motozintla. A lo largo de su historia, Chiapas ha sido afectado por fenómenos naturales, provocando daños significativos a la población y al medio físico. La información obtenida a nivel regional indica que debido a precipitaciones extraordinarias y sus consecuentes inundaciones, se registraron 1 800 casas totalmente destruidas, cobró la vida de aproximadamente 407 personas y quedaron sin techo más de 8 000.

Algunos poblados prácticamente desaparecieron y por lo menos 40 mil personas quedaron damnificadas. Estos hechos han quedado asentados en la historia del estado de Chiapas, ya que se trata de uno de los eventos sin precedentes con mayores efectos devastadores de los que se tenga memoria en varias décadas atrás. Resultaron con graves afectaciones varios municipios de la Costa y Soconusco, así como la región de La Fray le sca y la Sierra.

 

MATERIALES Y MÉTODOS

La región que comprende el municipio de Motozintla, se ubica entre la costa del pacífico y la parte central de Chiapas (Figura 1). Es un valle intermontano en forma de 'V', compuesto por unidades litológicas de edad Paleozoico al Mesozoico, con fallas y fracturas que le confieren ciertas características de inestabilidad en las laderas. En la zona se tienen tres microcuencas: la del Río Allende, La Mina y Xelajú Grande, cuyas corrientes fluviales se unen hasta alcanzar la cuenca del Río Grijalva que drena hacia el Golfo de México.

Motozintla abarca una extensión territorial de 603.035 km2 que representa 36.79% de la superficie de la Región Sierra; 1.03% de la superficie total del estado, y 0.04% de la nacional; ocupa una superficie urbana de 142 hectáreas, colinda con los municipios de Siltepec al norte; Escuintla, Huixtla y Villa Comaltitlán al oeste; Tuzantlán y Tapachula al sur; Mazapa de Madero y El Porvenir al noroeste y al este con la República de Guatemala (Figura 2). El municipio de Motozintla tiene una población aproximada de 69 119 habitantes y en la cabecera municipal.

Condiciones climáticas y fenómenos naturales

La caracterización de la catástrofe ocurrida en Motozintla, es necesario abordarla desde dos puntos de vista: el cambio climático global y los fenómenos de "El Niño y La Niña", entendiendo al primero de ellos, como aquellas alteraciones en los sistemas naturales, físicos o biológicos, cuyos impactos no pueden ser localizados, sino que afectan en conjunto extensas áreas de la Tierra y a los segundos como los actores principales en los sucesos que afectaron la comunidad.

Se puede decir que existen dos modalidades de cambio global: a) pequeñas pero drásticas alteraciones en sistemas que operan en el conjunto de la Tierra; por ejemplo, la mezcla de gases de la estratosfera o los cambios en los niveles de dióxido de carbono y otros gases que provocan el efecto invernadero; y b) aumento o alteración de dimensión local en los sistemas naturales; por ejemplo, la pérdida de biodiversidad debido a la destrucción del hábitat la deforestación, la desertificación, la aridización del suelo y los cambios de los modelos de asentamiento humano.

En el primer caso, hablamos de que el cambio global es un cambio sistémico por naturaleza, ya que el cambio iniciado por acciones que se producen en cualquier parte de la Tierra, puede afectar directamente en cualquier punto del planeta. En el segundo caso, hablamos de que el cambio global es un cambio acumulativo por naturaleza, y lo consideramos global porque sus efectos se dejan sentir en toda la Tierra, aunque las causas puedan ser localizadas, como la pérdida de biodiversidad debida a la deforestación (Ludevid, 2008).

Bajo el contexto anterior, se puede decir que la vulnerabilidad de México a los cambios climáticos depende más de las características físicas de las regiones y las condiciones socioeconómicas de la población, que de la severidad de los fenómenos meteorológicos. En el Cuadro 1 se muestran los fenómenos hidrometeorológicos acontecidos en el año de 1998. Durante la temporada de ciclones tropicales que afectó la Región IV, a la que pertenece México, se presentaron 29 ciclones, 15 en el Océano Pacífico y 14 en el Océano Atlántico. En el Pacífico el número de ciclones con nombre fueron 13, mientras que en el Atlántico el número de ciclones con nombre fueron 14 (CNA, 1999).

El cuadro anterior muestra la coincidencia de eventos ocurridos en el mes de septiembre y sus características tipológicas, las consecuencias que se produjeron, se analizan en los apartados posteriores. La Figura 3 muestra la interacción de los ciclones y tormentas tropicales, que se conjugaron para la generación de precipitaciones extraordinarias en la región del estado de Chiapas, específicamente en el municipio de Motozintla. Aunque históricamente este tipo de precipitaciones no son las únicas que se han registrado en este siglo, pero son las que han provocado mayores daños.

Del total de ciclones del Pacífico, sólo dos entraron a tierra en las costas nacionales, primero la tormenta tropical Frank que afectó directamente el estado Baja California Sur y luego el huracán Isis, que también entró a territorio nacional; este último junto con la tormenta tropical Javier, contribuyeron enormemente a la generación de precipitaciones extraordinarias en las costas del sureste mexicano. Por otro lado, del total de ciclones del Atlántico, sólo uno entro al continente, el huracán Mitch con categoría H5 en la escala Saffir-Simpson, que después de generar enormes daños en los países centroamericanos de Honduras, Nicaragua, El Salvador y Guatemala, también penetró a territorio nacional, aunque éste no afectó grandemente nuestro territorio. El huracán Earl y la tormenta tropical Frances se presentaron en el Golfo de México presentando trayectorias con riesgo potencial, debido a que se acercaron a menos de 500 km de las costas nacionales (CNA, 2010).

Condiciones hidrológicas

El área de estudio se localiza en la porción suroriental de la cuenca del Río Grijalva y la vertiente del Pacífico, de manera específica en la subcuenca hidrográfica del Río Xelajú Grande. Dos tributarios que jugaron un papel importante en las inundaciones fueron los ríos la Mina y Allende, debido que la hidrografía se desarrolla en una zona escarpada, las corrientes tributarias que se forman en la sierra son casi perpendiculares a las corrientes principales, descienden con gran velocidad y son capaces de arrastrar gran cantidad de detritos, que posteriormente son depositados en los causes localizados en áreas topográficas más bajas.

Tomando en cuenta el tipo de litología y las fuertes pendientes en el área, se tiene el desarrollo de un patrón de drenaje de tipo dendrítico de guías paralelas, que se caracteriza por tener una forma arborescente que se manifiesta en zonas con alta precipitación pluvial. Otra particularidad de este patrón de drenaje es que se desarrolla siguiendo zonas de falla, fracturamiento o de debilidad en el terreno.

Confluencia de corrientes

Las tres corrientes de aguas superficiales principales corresponden a la Región Hidrológica Grijalva-Usumacinta, particularmente a la cuenca del Río Grijalva-La Concordia. La primera de ellas, el Río Xelajú Grande, nace en la Sierra del Soconusco al poniente de la cabecera municipal, su cauce sigue una dirección hacia el oriente y actualmente limita al poblado de Motozintla en su porción norte, hasta su confluencia con los ríos Mina y Allende (Figura 2). Estos últimos nacen en la parte superior de la sierra, al sur de Motozintla, y siguen una dirección de flujo hacia el noreste, entre la sierra y la ciudad, limitándola en su porción sur y oriente respectivamente.

A partir del punto de intersección con el arroyo Xelajú Grande, las tres corrientes se unen para formar lo que se conoce como el Río Motozintla (Mazapa) cuyo cauce es casi este-oeste, pasando en medio del poblado de Mazapa de Madero. Los tres ríos mencionados se desbordaron en 1998 al aumentar considerablemente su cauce; como consecuencia, la ciudad que está rodeada casi en su totalidad por dichas corrientes sufrió daños muy severos.

 

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

La precipitación pluvial promedio en el país es de 777 milímetros, que equivale a un volumen de 1 522 km3, de los cuales 410 corresponden al escurrimiento superficial. La disponibilidad de agua anual per cápita es muy variable en todo el territorio nacional y va desde 211 a 1 478 m3 anuales por persona, en las zonas áridas y hasta de 14 445 a 33 285 m3 anuales por persona en el sur del país.

De manera general, se puede decir que en la región sierra, las lluvias abundantes se registran en los meses de junio a septiembre, con una precipitación promedio anual de 2 060 mm, de acuerdo con datos de la estación meteorológica ubicada en el municipio de Motozintla (07-057). En algunos años se han registrado precipitaciones del orden de 3 970 mm, que significa que tales áreas se localizan entre las zonas más lluviosas; aunque la precipitación pluvial ha mostrado tendencias de descenso o a la irregularidad; así, en 1990 y 1991 la precipitación fue de 1 900 y 1 870 mm respectivamente; en los años siguientes no se cuenta con información, aunque los habitantes opinan que la cantidad de lluvia ha sido relativamente menor y con mas irregularidades en sus ciclos, salvo las registradas en el año de 1998 (SEDESOL, 2009).

Las precipitaciones registradas durante la semana del 4 al 11 de septiembre de 1998 en el estado de Chiapas, alcanzaron 450 mm, provocando escurrimientos en las partes altas de la sierra, con desprendimientos y arrastre de suelo y vegetación desde todo punto de vista inusuales, con dimensiones que dieron lugar a la formación de diques y taponamientos, obstáculos que al ser rebasados por la fuerza del agua represada, fueron arrasados y destruidos ocasionando daños que no se habían registrado en las últimas seis décadas (SEDESOL, 1998).

La serie histórica de información meteorológica incluye los registros diarios de precipitación medidos en dicha estación desde 1922 hasta 1998, con excepción de los años de 1925, 1932, 1942, 1943 y 1971 en los cuales no se tienen registros, por lo que se considera que esta serie es extensa y completa para realizar un análisis satisfactorio. Es importante señalar que en el caso de los datos de precipitación, estos corresponden a la lámina de agua precipitada durante las 24:00 h anteriores a la fecha y hora de registro, por lo que los datos deben interpretarse como la cantidad de lluvia que precipitó dentro de las 24:00 h previas a la fecha de reporte.

Ciclo anual de lluvias

La información disponible (1922-1998), indica en términos generales que la región Motozintla presenta un periodo de lluvias muy bien definido que abarca de mayo a octubre, durante el cual se precipita más de 93% del total anual, quedando distribuido el resto de noviembre a abril. Particularmente, durante el periodo de lluvias se presentan dos máximos, el primero corresponde a junio y el segundo a septiembre, ambos cercanos a 20% de la precipitación anual (Figura 4).

Esta tendencia general se repite en el análisis de precipitación total mensual por décadas (Figura 5 y 6), con excepción de la década de los 70 's, periodo con máxima actividad, esto es de junio a septiembre con alrededor de 1 450 mm mes-1 década-1, lo cual se debe a un incremento en la precipitación promedio durante los meses de julio y agosto o bien a una reducción en la precipitación promedio en los meses de junio y septiembre de esta década.

Precipitación total anual

A lo largo de 72 años con registro, han precipitado un total de 49 449 mm, equivalente a un promedio de 6 8 8.3 mm año-1. Sin embargo, aún cuando la precipitación total anual (60% de los años) ha estado dentro de ±25% de la media anual. Durante los últimos veinte años (1978-1998) se observan tres periodos de notable variación con respecto a dicho valor (Figura 7).

El primero de ellos corresponde al periodo de 1978 a 1980 que fue un periodo de intensa precipitación, alcanzando en 1978 el máximo histórico anual con 1 865.3 mm (superior en 170% a la media anual), siendo también este mismo año en el que se presenta la máxima precipitación total mensual durante el mes de julio con 461.9 mm. El segundo periodo importante abarca de 2001 a 2005. Corresponde a una etapa de bajas precipitaciones con un total de 1 272 mm equivalentes a menos de 280 mm por año en promedio y con un mínimo de sólo 66 mm en 1983, aún cuando este valor seguramente esta subestimado debido a la carencia de registros durante los meses de agosto, septiembre y la primera quincena de octubre.

Otro año que aparentemente quedaría incluido en este periodo fue 1986, por su baja precipitación la cual alcanza solo 405 mm; sin embargo, también es una subestimación por carecer de la información correspondiente a los meses de junio a septiembre, principal temporada de lluvias. Finalmente, el tercer periodo de interés abarca de 1995 a 1998 por sus altas precipitaciones, que alcanzaron casi 4 000 mm en total; es decir, un promedio de 1 000 mm por año o 1.5 veces el promedio anual. En particular destaca el año de 1998, correspondiente justamente al año en que se presentó el desastre en Motozintla objeto de este estudio, cuando se registraron 1 229 mm de lluvia, siendo el tercero en importancia en toda la serie histórica y sólo 3% por debajo del segundo mayor registro correspondiente al año de 1979 con 1 269 mm.

Actividad pluvial durante 1998

El año de 1998 estuvo caracterizado por muy bajas precipitaciones durante casi todo el año; por otra parte, en solo cinco días se superaron los 25 mm, con la muy notable excepción de los días 8 y 9 de septiembre, cuando la lámina de lluvia alcanzó los 175 y 130 mm respectivamente, lo que implica que en sólo 48 horas precipitó 25% de toda la lluvia registrada a lo largo de este año (que como ya se mencionó fue el tercero más importante por la cantidad de lluvia desde 1922), y más de 40% de la media anual histórica (Figura 8).

Además, si se considera la cantidad total de lluvia registrada de manera más o menos continua desde el día 22 de agosto y hasta el 11 de septiembre, se tiene que en sólo 20 días la lluvia alcanzó más de 500 mm, esto es, 75% de la precipitación promedio anual.

Flujo de escombros

En el evento hidrometeorológico ocurrido en Motozintla se identificaron tres tipos de flujo: agua, hiperconcentrado y de escombros, siendo éste último el de mayor importancia por su impacto en el desarrollo del desastre (Figura 9).

El flujo de escombros se caracteriza por presentar fragmentos de roca de todos tamaños mezclados con lodo (partículas finas del tamaño del limo y las arcillas), los cuales se desplazan como un torrente de lodo y guijarros, golpeándose y friccionándose entre sí. El flujo de detritos tiene la capacidad de envolver estructuras como casas, puentes, autos, etc., durante su trayectoria; cubre caminos y rellena campos de siembra con una cobertura de fragmentos de roca y material fino; hasta que se detiene como un depósito de detritos con un frente de márgenes de forma lobular (Figura 10).

Otra característica del flujo de detritos es que mientras se deseca, aparenta ser como un concreto de baja calidad, pero mientras este fluye, se comporta como un concreto húmedo, capaz de rellenar casas sin derribar las paredes.

Afectaciones al sector agropecuario

El 5 7.71 % de la población económicamente activa se dedica a la agricultura, 97.08% hombres y 2.92% mujeres. La PEA del sector primario se mantiene más o menos estable y los cultivos principales son café, maíz, frijol y papa. En el municipio se tiene ganado bovino, porcino y aves de corral pero la producción es prácticamente para el autoconsumo. La superficie agrícola asciende a 5 8 482 ha, de las cuales 52 181 son de temporal (89.2% del total) y 95 de riego (0.16% del total de la superficie agrícola), siendo, como arriba se indica, el café, el maíz y la papa los cultivos más importantes (Cuadro 2) (SIAP, 2006).

El maíz y la papa (cultivos anuales), el café y el plátano (perennes), a pesar de su importancia económica, han tenido un crecimiento lento debido a dos razones. La primera tiene que ver con los factores de la producción, pues prevalece la falta de asistencia técnica, la inadecuada tecnificación del campo, la falta de prácticas de conservación de agua y suelos, la reducida utilización de semillas mejoradas, insumos y equipo tradicional (Figura 11); y la segunda se debe a los problemas de comercialización que enfrentan los pequeños productores, que los obliga a vender su producción a precios bajos, ya sea en forma directa en los mercados o a los intermediarios.

Motozintla es el municipio con mayor producción de café, pero además de la problemática que se mencionó anteriormente, tiene que enfrentar la competencia internacional (sobre todo con Brasil). Por su parte, el maíz enfrenta un bajo precio en el mercado, que obliga a tener en la mayoría de los casos una producción de autoconsumo; el frijol enfrenta un precio bajo en el mercado y bajo rendimiento en el cultivo, así que también se destina al autoconsumo; finalmente, el plátano es un frutal poco explotado, por lo menos en Motozintla, y más que una actividad rentable se ve como un sacrificio de tierras para el cultivo de café.

En general, la problemática que enfrenta el sector primario ha llevado a la descomposición de las unidades rurales, que se ha traducido en un mayor número de campesinos sin actividad, que emigran hacia las cabeceras municipales en busca de empleo, lo cual contribuye a agravar el problema de la mancha urbana irregular. Este desalentador panorama agrícola se empeoró por las afectaciones ocurridas al sector. Las inundaciones dejaron un saldo importante de pérdidas de cultivos y animales, la destrucción de vías de comunicación aislaron a los productores que los utilizaban para sacar sus productos.

La Secretaría de Desarrollo Social (SDS) calculó daños en al menos 3 238 hectáreas de cultivo en Motozintla. De éstas, se perdieron 1 403 ha de café, 1 391 ha de maíz, y 431 ha de frijol; además de afectarse 123 patios de secado de café y 94 tanques de fermentación. Se dañaron 8 de los 10 municipios chiapanecos de la región siete, siendo Motozintla donde hubo mayores daños como se muestra en el Cuadro 3.

Afectaciones urbanas

En Motozintla las zonas habitacionales no poseen una tipología homogénea, encontrándose muros de adobe con y sin recubrimiento; pisos de mosaicos, cemento y tierra; techos de concreto, láminas y tejas, así como dotación de infraestructura insuficiente, sobre todo en la periferia en donde la población se ha establecido sin ningún orden. En la siguiente tabla se puede advertir que la mayoría de las casas en Motozintla tienen pisos de cemento, paredes de tabique y techos de lámina de asbesto y metálica. En este sentido, no hay que olvidar que las características de las construcciones determinan el efecto final de los desastres (Cuadro 4).

De 1990 a 1995 la vivienda se incrementó sólo 14%. El factor a destacar en este punto, es el nivel de hacinamiento el cual ha sido de 5.9 habitantes por vivienda, mismo que se considera alto sobre todo porque son casas pequeñas (10*10 m2), y además la mayoría de estas viviendas no cuentan con la infraestructura básica necesaria. La demanda de vivienda se incrementa aun más, sobre todo cuando ocurren desastres por fenómenos naturales como Mitch (2008), la tormenta tropical Earl (1998) o Stan (2005).

Respecto al impacto de los fenómenos de 1998, se reporta que el total de personas que habitaban las zonas afectadas era de 1 200 000; los que resintieron la catástrofe fueron 688 000. De éstos, los más afectados por pérdida de seres queridos, casas, animales y cultivos fueron 282 000, casi 46% de la población. Según cifras de SEDESOL (estatal) fueron 25 000 las viviendas afectadas de alguna forma por el desastre. En el Cuadro 5 se muestran las afectaciones tenidas en el área urbana como consecuencia de este desastre.

 

CONCLUSIONES

Existe una nueva perspectiva que ha surgido para el estudio de los desastres provocados por fenómenos naturales, esto es: el principio de la construcción social del riesgo. Recientemente los desastres están siendo considerados como fenómenos de origen social y no ya como simple efecto de los fenómenos naturales. Es decir, las implicaciones de esta perspectiva sólo pueden percibirse, si se considera que la vida humana es una interacción de diversos órdenes: político, económico, cultural, religioso e histórico. Por tanto, podemos establecer que "los desastres son nuestros, no de la naturaleza". Se asume pues la relación dialéctica entre el quehacer de la vida humana y la estructura del medio natural.

Es un hecho que los riesgos naturales son fenómenos integrantes del ambiente, la magnitud de los daños que producen es directamente proporcional a las decisiones tomadas durante el proceso de desarrollo de los asentamientos humanos, uso de suelo y en general del aprovechamiento de los recursos. Si bien es cierto que el fenómeno presentado en 1998 tiene que ver con los desórdenes climáticos que se vienen presentando a nivel mundial, habría que reconocer que no puede atribuírsele al fenómeno conocido como "El Niño", la dimensión de la catástrofe ocurrida en el área de estudio, aunque si haya influido en la intensificación de las lluvias tradicionales de septiembre. Las causas se deben también a un cúmulo de errores humanos.

Por otro lado, habría que hacer notar que las condiciones ecológicas, que presenta la sierra la hacen una zona susceptible de sufrir catástrofes ambientales, especialmente en Motozintla, que presenta casi 90% de deforestación. No se puede exonerar de responsabilidad a quienes permitieron esas acciones de deforestación, como son autoridades, líderes, empresas madereras o la misma población. Es un hecho que el estado actual de la sierra motozintleca, se debe principalmente a la falta de cultura ecológica de los gobernantes, que no han tenido la visión e intención de conformar equipos de trabajo con personas capacitadas, que fomenten una cultura de conservación de los recursos naturales o bien iniciar procesos de recuperación del conocimiento tradicional de manejo forestal o generar procesos de manejo integral de los recursos, que permitan combinar acciones de conservación con la generación de recursos económicos para la población.

 

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