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Revista mexicana de ciencias agrícolas

versión impresa ISSN 2007-0934

Rev. Mex. Cienc. Agríc vol.2 no.5 Texcoco sep./oct. 2011

 

Artículos

 

Desarrollo de fruto y semilla de cinco variedades de tomate de cáscara en Sinaloa*

 

Fruit and seed development of five varieties of husk tomato in Sinaloa

 

Alejo Rodríguez-Burgos1, Oscar Javier Ayala-Garay, Adrián Hernández Livera2, Víctor Manuel Leal-León1 y Edgardo Cortez-Mondaca3

 

1 Escuela Superior de Agricultura del Valle del Fuerte. Universidad Autónoma de Sinaloa. Calle 16, avenida Japaraqui S/N. Juan José Ríos, Ahome, Sinaloa. C. P. 81110. Tel. y Fax. 01 687 8960908. (arodriguez@colpos.mx), (vmll59@hotmail.com).

2 Recursos Genéticos y Productividad. Colegio de Postgraduados. Carretera México-Texcoco, km 36.5. Montecillo, Texcoco, Estado de México. C. P. 56230. Tel. 01 595 9520200. Ext. 1594. (helasamy@colpos.mx). §Autor para correspondencia: oayala@colpos.mx.

3 Campo Experimental Valle del Fuerte. INIFAP. Carretera Internacional México-Nogales, km 1609, C. P. 81110. Juan José Ríos, Guasave, Sinaloa. Tel. 01 687 8960320. Fax. 01 687 8960212. (come611021@yahoo.com).

 

* Recibido: marzo de 2011
Aceptado: septiembre de 2011

 

Resumen

El tomate de cáscara se explota en Sinaloa, México, desde hace 20 años y su importancia se incrementó en la última década. Existe muy poca información sistematizada del manejo y potencial productivo de diferentes variedades. Se estudió el desarrollo de fruto y semilla, y la calidad de esta, en cinco variedades (Querétaro, Rendidora, Mahone, Orizaba, Carriceño) sembradas en dos fechas (FS1: 6 de septiembre y FS2: 16 de octubre de 2008). Las variedades Querétaro y Mahone tuvieron en promedio un fruto más largo (37 y 34 cm), ancho (43 y 40 cm) y pesado (38 y 34 g) respectivamente, esto llevó a la variedad Querétaro un rendimiento de fruto (RendF) más alto (53 t ha-1). El mejor desarrollo de cultivo se observó en FS1, debido que en FS2 se presentó un fuerte ataque de cenicilla (Podosphaera xanhtii), obteniéndose un RendF 7.5 veces menor. La cinética de crecimiento del peso de fruto fue sigmoidal y mostró que el máximo se alcanzó a los 35 días después de la floración (DF) (38 g). Existieron diferencias en la cinética del crecimiento del peso de mil semillas entre ambas FS, mientras que en FS1 el crecimiento fue lineal, significa que el máximo no se alcanzó a 56 DF (último muestreo), en FS2 el crecimiento llegó a un máximo a los 42 DF (1.26 g). Igualmente la germinación y vigor de la semilla (primer conteo en la prueba de germinación) alcanzaron el máximo a los 56 DF (82% y 71%, respectivamente).

Palabras clave: Physalis ixocarpa Brot, calidad de semilla, fechas de siembra, rendimiento.

 

Abstract

Husk tomato has been cultivated in Sinaloa, Mexico, for 20 years and its importance increased in the last decade. There is little systematic information of management and productive potential of different varieties. The development of fruits and seeds and its quality, was studied on five varieties (Querétaro, Rendidora, Mahone, Orizaba, Carriceño) planted on two dates (PD1: September 6th and PD2: October 16th, 2008). Querétaro and Mahone varieties had on average, the longest fruit (37 and 34 cm), wider (43 and 40 cm) and heavier (38 and 34 g) respectively, this led the Querétaro variety to a higher (53 t ha-1) fruit yield (FrutY). The best crop development was observed in PD1, because PD2 presented a severe attack of powdery mildew (Podosphaera xanhtii), obtaining a FrutY 7.5 times lower. The growth kinetics of fruit's weight was sigmoidal and showed that the peak was reached at 35 days after flowering (AF) (38 g). There were differences in the growth kinetics of a thousand seeds weight between the two PD; while in PD1, growth was linear, meaning that the maximum was not reached at 56 AF (last sampling); in PD2, growth reached a maximum at 42 AF (1.26 g). Similarly, the germination and seed vigor (first count in germination test) peaked at 56 AF (82% and 71% respectively).

Key words: Physalis ixocarpa Brot, planting dates, seed quality, yield.

 

INTRODUCCIÓN

En las primeras etapas de su formación, las semillas aún no han alcanzado el desarrollo morfológico y fisiológico, que permita una germinación óptima. La escasa germinación de semillas inmaduras ha sido atribuida a bajos niveles de nutrientes, enzimas y hormonas indispensables para que dicho proceso se lleve a cabo correctamente (Bradford, 2004). Los atributos de calidad (germinación, peso, vigor, etc.) se incrementan conforme la semilla se desarrolla, llegando a su máxima expresión en la fase de madurez fisiológica; a partir de ese momento, existe un proceso irreversible de pérdida de dichos atributos en un fenómeno complejo denominado deterioro de la semilla, el cual culmina con la muerte de la misma (Pichardo et al., 2010). Por ello es importante conocer el momento en que la semilla llega a su madurez y poder cosecharla a tiempo sin que disminuya su calidad.

El tomate de cáscara o tomatillo (Physalis ixocarpa Brot.), de la familia de las solanáceas es un cultivo olerícola de importancia económica en México. Éste formó, junto con el chile, jitomate, calabaza y camote, parte de la alimentación de los pobladores precolombinos. De las especies de Physalis reportadas en nuestro país sólo P. ixocarpa Brot., es cultivado comercialmente por su redituabilidad (Pérez y Granados, 2001). Entre las hortalizas es una de las más importantes en México, sólo superado por papa (Solanum tuberosum L.), tomate (Licopersicon esculentum Mill.) y chile (Capsicum annuum L.). El incremento en la superficie cosechada se inició principalmente en la década de los setentas (Pérez et al, 2008a), debido al aumento significativo en el consumo per cápita a nivel nacional, el cual es de 4.6 kg actualmente (SNIIM, 2009); así como la exportación a Estados Unidos de América y Canadá en la década de los ochenta (Peña y Santiaguillo, 1999).

La superficie sembrada en el país en 2008 fue de 46 900 ha en 28 estados, con un rendimiento medio de 13.4 t ha-1 (SIAP, 2009). Este rendimiento es bajo en relación con el potencial productivo del cultivo que se estima en 40 t ha-1. Entre las causas del bajo rendimiento del fruto se encuentran: el uso de variedades de bajo potencial productivo, técnicas de producción ineficientes, problemas de comercialización derivados de la sobreoferta del producto en algunas épocas del año, producción y comercialización de semilla de baja calidad y un control ineficiente de plagas y enfermedades (Peña y Santiaguillo, 1999). Además de lo anterior, Cruz (2001) señala que no existe un indicador preciso del momento óptimo de cosecha para el fruto de tomatillo.

En cuanto a las variedades con bajo potencial, es necesario utilizar materiales nuevos, más productivos, resultados de los diferentes programas de mejoramiento que existen en el país; antes de usar esos materiales es necesario probarlos y validarlos, para poder seleccionar los que mejor se adapten y tengan mayor rendimiento. Respecto a la producción de semilla existe escasa información relacionado con la semilla de alta calidad de ésta especie; específicamente sobre las fases del desarrollo y el periodo de cosecha óptimo, la información sistematizada es poca (Pérez et al., 2008a).

El tomate de cáscara es un cultivo que se explota en Sinaloa desde hace aproximadamente 20 años y cuya importancia se incrementó notablemente en la última década, hasta llegar a ser el estado productor más importante del país (SIAP, 2009); sin embargo, no existen trabajos de investigación respecto a su manejo y al potencial productivo que tienen diferentes variedades (Apodaca et al., 2008). Partiendo de la escasa información sobre adaptación de variedades, tecnología de producción de fruto y semilla con atributos de calidad tanto a nivel nacional como en el Valle del Fuerte, Sinaloa; en esta investigación se estudió el aumento de la calidad de semilla en diferentes fases de crecimiento del fruto, de cinco cultivares con alto potencial productivo de tomatillo, sembradas en dos fechas en el Valle del Fuerte, Sinaloa.

 

MATERIALES Y MÉTODOS

El experimento se estableció en terrenos del Campo Experimental Valle del Fuerte (CEVAF) del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), ubicado a 32 msnm, 25o 45' latitud norte y 108o 48' longitud oeste con clima seco, lluvias en verano de 350 mm anuales y una temperatura media de 26 oC (INIFAP, 2002).

Se utilizó semilla de tomate de cáscara (P. ixocarpa Brot.) de las variedades Querétaro, Rendidora, Mahone, Orizaba y Carriceño producida en el CEVAF en 2007.

La siembra del almacigo se efectuó en charolas de plástico de 338 cavidades rellenas con turba (Premier PRO-MIX® PGX, Canadá), en invernadero donde permanecieron hasta alcanzar un tamaño de 25-30 cm. El trasplante se realizó 22 días después de la siembra en terreno preparado de manera tradicional. La densidad de plantas utilizada fue de 31 250 plantas ha1, equivalente a surcos (camas) 1.5 m de ancho y 5 plantas m1.

Antes del trasplante se fertilizó con 50% de la dosis 300-60-60, el resto se aplicó previo al primer riego de auxilio a 22 días después del trasplante (DDT) y se utilizó urea y triple 17; en total se dieron cuatro riegos de auxilio. Durante el desarrollo del cultivo se hicieron dos aplicaciones preventivas de los insecticidas Confidor® y Agrimec®. El etiquetado de flores se inició a los 12 DDT en relación a la variedad más precoz (Rendidora), se procedió a etiquetar o identificar todas las estructuras florales con botón abierto y flor desplegada, se etiquetaron en orden de aparición de las estructuras florales en el resto de las variedades.

Se estudiaron las cinco variedades (V) sembradas en charolas en dos fechas (FS1: 6 de septiembre y FS2: 16 de octubre de 2008) y se realizaron seis muestreos de fruto y semilla en diferentes etapas de desarrollo (DF: 21, 28, 35, 42, 49 y 56 días después de floración), analizándose como una serie de experimentos de efectos factoriales de fecha por variedad, en un arreglo de parcelas divididas, en donde las variedades de tomate de cáscara, se asignaron a parcelas principales con una superficie de 128 m2 por variedad (franjas de 10 m de largo y 12.8 m de ancho con calles de separación a 1.5 m entre variedades) y las 6 fechas de muestreo (surcos de 10 m de largo y separación entre camas de 1.6 m), fueron las subparcelas que estuvieron representadas aleatoriamente por un surco, correspondiente a cada uno de los muestreos ó días después de floración.

Características de fruto

En cada fecha de muestreo se cortaron cinco frutos (o repeticiones) de diferentes plantas a los cuales se les registraron peso del fruto (PF, g), con la báscula electrónica Tororey®Modelo MEQ-2 (EE.UU); largo del fruto (LF, mm) y ancho del fruto (AF, mm) en su zona ecuatorial, ambas variables medidas con un vernier.

Para evaluar de rendimiento de fruto (RendF, t ha1) se cosecharon todos los frutos de tamaño y calidad comerciales de una superficie de 16 m2 (1.6*10 m) a partir de los 42 días después de floración y hasta el final del ciclo (90 días después de la siembra), obteniendo una sola repetición.

Variables de semilla

En las fechas de muestreo (DF), se cosecharon 50 frutos al azar que fueron almacenados por 15 días en bolsas de papel despacho perforadas, a temperatura ambiente bajo sombra (21 °C y 45% HR). La semilla de los 50 frutos se extrajo con agua formando un lote, se secó al ambiente por 6 días, fue limpiada en forma manual y se peso. Para obtener el rendimiento de semilla por fruto (RendS fruto1), el peso total de la semilla se dividió entre el número total de frutos (50), por lo que se obtuvo un solo valor.

A la semilla extraída se le determinó el contenido de humedad (CH, %), por el método de una etapa recomendado por la ISTA (2004), para ello se utilizaron tres repeticiones de 50 semillas, en un experimento completamente al azar, cada una las cuales se dejaron secar a 130 °C durante 1 h en una estufa Felisa® Modelo 293 A (México) y después se determinó el peso de la biomasa seca en una balanza Sartorius® CP2245 (Alemania) con precisión de 0.0001 g.

Para determinar el peso hectolítrico (PH, kg hL1) se utilizó un tubo de ensayo graduado con capacidad de 10 mL, el cual se llenó de semilla rasándola en la parte superior. Esta semilla se pesó en la misma balanza de precisión, de manera similar al CH, este procedimiento se realizó en tres repeticiones en un experimento completamente al azar.

Para obtener el peso de 1 000 semillas (P1000S, g) se aplicó el procedimiento propuesto por la ISTA (2004); se contaron ocho repeticiones de 100 semillas, las cuales se pesaron en la misma balanza de precisión.

Para la prueba de germinación se usaron tres repeticiones de 50 semillas, en un diseño experimental completamente al azar. Las semillas se depositaron en cajas Petri sobre papel filtro humedecido y se dejaron germinar con iluminación constante, en una germinadora Binder Gmbh® modelo D 78532 (EE.UU) a 25 ºC y 60-70% de humedad relativa. El porcentaje de germinación (GER, %) se tomo del segundo conteo a 14 días de establecida la prueba. Como parámetro de vigor se consideró el primer conteo de la prueba de germinación a 7 días de iniciada la prueba (VIG, %).

Análisis estadístico

Los datos se capturaron en la hoja electrónica Excel® 2007 (Microsoft, Inc. EE.UU). En el caso de las variables de fruto (PF, LF y AF) y calidad de semilla (CH, PV, P1000S, GER, VIG) se utilizó el programa estadístico SAS versión 9.0 (SAS Institute, 2002) para realizar el análisis de varianza de los datos y las pruebas de comparación de medias de Tukey. Para el cálculo de las medias de cada factor estudiado, o su interacción, se usaron todos los datos recabados en los muestreos. Previo al análisis, los datos de las variables medidas en porcentaje se transformaron con la función arcoseno . Las gráficas se procesaron igualmente con la hoja de cálculo Microsoft Excel®.

 

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Características del fruto

El análisis de varianza mostró diferencias altamente significativas (p≤ 0.01) para los factores variedades (V) y desarrollo del fruto (días después de floración, DF) en los tres parámetros del fruto estudiados (LF, AF, PF) en el caso del factor fecha de siembra (FS), existió el mismo efecto solo en la variable peso del fruto (PF), mientras que en las dos variables no hubo efecto. La interacción V*FS mostró diferencias significativas (p≤ 0.05) para LF y AF no presentando efecto para PF. Las interacciones V*DF, FS*DF y V*FS*DF mostraron diferencias altamente significativas (p≤ 0.01) en las tres variables de fruto estudiadas. En cuanto a las diferencias encontradas en las variables de fruto entre variedades (Cuadro 1), se observó que las variedades Querétaro y Mahone poseen los frutos de mayor tamaño y peso.

En la primera fecha de siembra (Cuadro 2) se obtuvo un mayor peso de fruto (PF), lo que podría indicar que para esta fecha existió un mejor ambiente climático y fitosanitario para el desarrollo y fructificación de las plantas de tomatillo; de hecho en la segunda FS, se observó un fuerte daño ocasionado principalmente por cenicilla Podosphaera xanhtii y virus.

La comparación de medias Tukey (p≤ 0.05) para la interacción variedad por fechas de siembra, muestra la consistencia de la variedad Querétaro en ambas fechas respecto a las variables de fruto evaluadas, destacando en largo, ancho y peso de fruto sobre el resto de las interacciones, con valores de 35.9 y 3 7.1 mm para largo de fruto en ambas FS, así como también en ancho de fruto con 43.8 y 42.3 mm en las FS1 y FS2 respectivamente, para peso de fruto ocurrió un tanto similar con 37.4 y 37.9 g. Los valores más bajos para estas variables fueron en Carriceño en la FS 1 con 27.5 mm de LF y 33.6 mm de AF, por último Carriceño presentó 22 g para PF en la FS2.

En cuanto a la edad del fruto ó días después de floración (DF), se observó que desde el tercero al sexto muestreo (35, 42, 49 y 56 DF) los frutos expresaron sus mayores LF y AF, en el caso de la variable PF, a los 49 DF (quinto muestro) el valor encontrado es significativamente menor al del cuarto muestreo; es decir, existió una disminución significativa en PF a los 49 DF (Cuadro 3). Una explicación de este comportamiento puede ser atribuido a un error de muestreo o al ambiente excesivamente seco en el momento de la cosecha, que hizo al fruto se deshidratarse y perdiera peso. Puesto que el fruto es inmaduro al principio y conforme avanza a fases posteriores de desarrollo aumenta en tamaño y peso de forma continua, hasta alcanzar la maduración fisiológica.

Cruz (2001), señala que no existe un indicador preciso del momento óptimo de cosecha para el fruto de tomatillo; sin embargo, se consideran como frutos comercialmente maduros, aquellos que llenaron o incluso rompieron la bolsa (cáliz) de protección y que además tiene una coloración verde-amarillenta. El tamaño y peso de frutos puede ser muy variable, principalmente por el tipo de crecimiento acrópeto de la especie, que propicia al mismo tiempo frutos de distintas edades, con una apariencia similar al momento de la cosecha. Esta investigación no consideró el color del fruto o el llenado del cáliz para comparar con los datos de este autor. Sin embargo, el máximo crecimiento del fruto se dio a 35 DF, que indicó que a partir de esta fecha se podría hacer la cosecha de los frutos de tomate de cáscara.

Rendimiento de fruto y semilla

En la FS2 el rendimiento de fruto disminuyó 87% respecto a la FS1 (Cuadro 4), debido al fuerte ataque de cenicilla. El mayor rendimiento de fruto en la FS1 lo obtuvo la variedad Querétaro, la cual fue superior en más de 100% a Mahone, que fue la que presentó el menor rendimiento. Es necesario mencionar que el rendimiento estimado en la variedad Querétaro es excepcional puesto que, como lo indican Peña y Santiaguillo (1999), el potencial productivo máximo del tomate de cáscara es de alrededor de 40 t ha-1, lo que demostró que ésta variedad supera el valor marcado por éstos autores; lo anterior, a pesar que el valor de Querétaro es la extrapolación de una parcela experimental de 16 m2.

Asimismo, el promedio de la FS1, 36.2 t ha-1, es superior a la media nacional de 13.4 t ha-1 (SIAP, 2009). Podríamos señalar que, en este primer ensayo donde se estudiaron fechas de siembra, la siembra no fue recomendable para ninguna variedad de tomatillo; sin embargo, es necesario confirmarlo con más años de experimentación.

En el caso del rendimiento de semilla por fruto (RendS) en la FS1, la variedad Querétaro tuvo el mayor valor mientras que Carriceño fue menor. En la FS2, la variedad Mahone fue la que obtuvo un mayor RendS, siendo además el segundo mejor valor de todas la variedades y fechas de siembra confundidas (Cuadro 4), esto debido probablemente, que la disminución del rendimiento de fruto (RendF) permitió en esta variedad, una mayor cantidad de fotosintatos se dirigiera hacia la semilla provocando mayor acumulación de reservas y por ende mayor peso.

Calidad física de semilla

El análisis de varianza mostró diferencias altamente significativas (p≤ 0.01), para todos los factores evaluados de forma individual sobre las tres variables de calidad física de semilla estudiadas (CH, PH, P1000S), así como también en las interacciones V*FS, V*DF, FS*DF y V*FS*DF.

El contenido de humedad de las semillas (CH) de las variedades evaluadas presentó, en promedio, 7.3% (Cuadro 1). Las variedades Orizaba y Rendidora tuvieron valores más altos comparadas con el resto de las variedades, mientras que la variedad Querétaro tuvo el menor valor. En cuanto al desarrollo de la semilla (Cuadro 3), conforme los días después de floración transcurren, el CH también se incrementa.

De acuerdo con Pittcock (2008) el contenido de humedad de la semilla se modifica, conforme esta se pone en equilibrio dinámico con el aire que la rodea. Esta afirmación explicaría lo observado en la presente investigación, ya que el procedimiento seguido consistió en determinar el CH de todos los lotes de semilla en una sola fecha (15 días después de la última cosecha de la FS2), cuando todas las fechas habían sido cosechadas y secadas, por que las semillas cosechadas a 21 DF tuvieron más tiempo de exposición al aire secante que las cosechadas a 56 DF; por ello, lógicamente estas semillas tuvieron el CH más alto 7.8% y las cosechadas a los 21 DF tuvieron el menor valor (6.8%).

Contrariamente a lo observado aquí, De Souza et al. (2006) encontraron en tomate (Lycopersicon esculentum L.), que el porcentaje de humedad de las semillas de frutos cosechados a 40 días después de antesis (DDA), en general fue superior a los obtenidos de semillas de 50 a 60 DDA. Las semillas extraídas de frutos sometidos a almacenamiento postcosecha por 8 a 12 días, tuvieron reducción en los contenidos de humedad con el aumento de la edad del fruto, mientras que los frutos almacenados por 4 días, presentaron menor proporción de agua para semillas con edad de 50 DAA (73%), se verificó que con el aumento del periodo de reposo de los frutos, hubo una disminución en el contenido de humedad de las semillas.

Además, conforme el tiempo de maduración de la semilla avanzaba, el contenido de humedad decrecía. La semilla cosechada en la FS1 presentó un CH promedio menor que la FS2 (Cuadro 2), resultado lógico por lo explicado anteriormente, la semilla cosechada en la FS1 tuvo más tiempo de exposición al almacenamiento, hasta llegar al momento en que se midió la variable.

La variable peso hectolítrico (PH) expresó su valor mayor en la variedad Rendidora (38.2 kg hL-1) (Cuadro 1). Asimismo, el mayor PH (Cuadro 3) se encontró a 56 DF y el dato más bajo lo registró a 21 DF en semilla inmadura con 23.7 kg hL-1. Lo anterior es lógico puesto que conforme la semilla se acerca a su madurez, existe una acumulación de reservas que la hace más pesada. Bradford (2004) señala que la importancia de evaluar el peso hectolítrico, radica en que es un indicador de la calidad física y que un cultivo con deficiencia de nutrimentos y agua, daño por heladas o granizo, plagas y enfermedades, producirá semilla de menor peso.

En cuanto a peso de mil semillas (P1000S), nuevamente la variedad Rendidora fue la sobresaliente al presentar un valor más alto con 1.12 g, a pesar de que es una de las variedades de fruto más pequeño y menos pesado (Cuadro 1). Esto indicaría un desarrollo antagónico entre la acumulación de peso en la semilla y la acumulación de peso en el fruto, fenómeno que puede ser comparable al señalado anteriormente, en cuanto a que un mayor RendS podría deberse a una disminución en la variable RendF.

Para el factor FS (Cuadro 2), la segunda tuvo el mejor P1000S con 1.12 g comparada con la primera, que presentó 0.96 g; no obstante, que la semilla de la FS1 provenía de frutos de mayor peso. Nuevamente, la explicación de esta observación es que hubo una mayor translocación de reservas hacia la semilla, debido probablemente a un menor desarrollo del fruto.

En cuanto al efecto del desarrollo de la semillas sobre la variable P1000S (Cuadro 3), se observa que el sexto muestreo 56 DF produjo un mayor valor con 1.34 g, mientras que el primer muestreo (21 DF) fue el más bajo con 0.67 g. Esto demuestra que la semilla sigue una cinética de crecimiento constante, sin detenerse. Lo cual es contrario a lo señalado por Bradford (2004), quien indica que la acumulación de materia seca en la semilla sigue una cinética de crecimiento sigmoidal; es decir, con un fuerte periodo inicial seguido de una detención del mismo a partir de una fecha cercana a la madurez.

Por otro lado, Copeland y McDonald (2001) consideran que la máxima acumulación de materia seca, se logró cuando la semilla llega a su madurez fisiológica. Sin embargo, este experimento no tuvo un valor máximo en el que se piense que la semilla deja de incrementar su peso, al menos cuando se consideran los valores promedios de todos los factores de estudio (Cuadro 3). Este comportamiento contrasta con lo encontrado por Pérez et al. (2008b) en la variedad Chapingo CHF1 de tomate de cáscara, quienes encontraron que el máximo crecimiento de la semilla se observó a los 49 DF y a partir de esa fecha se mantuvo constante, por lo que esos autores consideraron esta fecha como la época de madurez fisiológica de la semilla.

Si se consideran por separado los efectos de los factores estudiados interaccionando sobre la evolución de la variable P1000S, se observó que cuando se trata de la combinación FS*DF (Figura 1), el P1000S en la FS1 tiene un incremento constante durante el desarrollo del fruto, expresado por los días después de floración. En el caso de la FS2, el comportamiento de la variable se aproxima más a una curva sigmoide que llega al máximo crecimiento alrededor de 35 DF, como sucedió con el crecimiento del fruto (Cuadro 3), en esa fecha la semilla de la FS2 pesa 40% más que la semilla de la FS1. Como lo hemos indicado ya, en la FS1 existieron mejores condiciones de desarrollo que en la FS2, lo cual quiere decir, que mientras las condiciones de crecimiento son favorables, el crecimiento de la semilla es constante y su estancamiento depende de los factores que determinaran la senescencia del fruto.

Calidad fisiológica de semilla

Todos los factores de variación estudiados tuvieron un efecto altamente significativo (p≤ 0.01) sobre la variable germinación y el vigor, así como también en las interacciones V*FS, V*DF, FS*DF y V*FS*DF.

De manera general, cuando se consideran los efectos individuales de variedades (Cuadro 1) y fechas de siembra (Cuadro 2), los valores promedio de germinación obtenidos son inferiores a las normas existentes para jitomate que es 80% (SNICS, 1975); la razón de ello es que esos promedios incluyen la germinación de semillas inmaduras; es decir, de las primeras fechas de muestreo (Cuadro 3) donde la semilla germinó en muy bajo porcentaje. Así, se encontró la máxima germinación (82.1%) en la semilla muestreada a 56 DF y la mínima a 21 DF con 10%.

De manera general, conforme transcurren los DF la calidad física y fisiológica mejoran, debido que en cada muestreo se aproxima la madurez fisiológica de la semilla, siendo el muestreo de 21 DF el que tuvo peor calidad por ser la semilla más inmadura. En ese sentido Matilla (2008) menciona que esta fase se caracteriza por un crecimiento de la semilla, debido a la elongación celular. En los subsecuentes muestreos las semillas fueron madurando y acumulando reservas.

Durante el desarrollo y maduración en el fruto las semillas alcanzan su óptima calidad, y las semillas que fisiológicamente no han completado la maduración, tienen una baja capacidad de germinación y presentan mayor número de plántulas anormales (Ohto et al., 2007). Así, la máxima germinación observada (82.1%) es todavía un porcentaje relativamente bajo, cercano al mínimo de la norma de certificación para semilla de jitomate, que pudo ser ocasionado porque la semilla no alcanzó la madurez fisiológica; es decir, no llegó a la máxima acumulación de materia seca y por lo tanto no logró su máximo potencial germinativo. La variedad Querétaro en la FS1 y sexto muestreo destacó en germinación sobre el resto de las combinaciones con 96% siendo el lote con mayor germinación.

En cuanto al vigor, solo la variedad Carriceño presentó un menor porcentaje en esta variable (Cuadro 1), que podría indicar que la semilla de esta variedad germina más lentamente respecto a las otras. Las semillas cosechadas a los 21 DF, lógicamente, obtuvieron el valor más bajo de vigor, aumentando conforme el crecimiento de la semilla ocurre (Cuadro 3). La FS1 tuvo el mejor vigor, con 60.7% de semillas germinadas al primer conteo; el valor más bajo fue para FS2, con 46.8% de semillas germinadas (Cuadro 2). Al respecto Bradford (2004) señala que para que la semilla exprese su máxima calidad fisiológica, debe desarrollarse en las mejores condiciones de sanidad posible.

Lo anterior muestra que en la FS1 se obtuvo mayor calidad fisiológica, debido a que probablemente, las condiciones climáticas fueron apropiadas para el cultivo. Ya se ha comentado que en la FS2 se presentaron una gran cantidad de enfermedades, esto hizo que el ciclo se acortara y las plantas estuvieran bajo estrés, lo cual pudo afectar la capacidad germinativa de la semilla. Sin embargo, la FS2 produjo semilla de mayor peso (mejor calidad física). Estos resultados son contrarios a lo encontrado por Ayala et al. (2006) en semillas de frijol ayocote (Phaseolus coccinneus L.), ya que obtuvieron mayor calidad física en la FS1 y mayor calidad fisiológica en la FS2, a pesar que en esta fecha el ciclo de cultivo fue interrumpido por una helada. En este caso, la interrupción del ciclo por el ataque de cenicilla, pudo haber provocado en la FS que los fotosintatos almacenados o producidos se translocaran hacia la semilla, más que al fruto, por lo que la semilla tuvo más peso; sin embargo, no mejoró la germinación.

 

CONCLUSIONES

La primera fecha de siembra (6 de septiembre), produjo el mayor rendimiento de fruto en los cinco cultivares estudiados. La segunda fecha (16 de octubre) no es recomendable para ninguno de los cultivares estudiados, por que las condiciones climáticas son favorables al ataque de enfermedades.

Las variedades Querétaro y Mahone produjeron frutos de mayor peso y tamaño. Querétaro en la primera fecha de siembra produjo, el más alto rendimiento experimental de fruto (53 t ha-1) y semilla (0.62 g fruto-1). La variedad Rendidora mostró la mejor calidad física y fisiológica de semilla, mientras que Carriceño tuvo la menor.

El fruto de tomate de cascara deja de crecer a 35 días después de la floración, por lo que los cortes comerciales de fruto se pueden hacer desde ese periodo. La semilla cosechada a 56 días después de floración mostró mejores indicadores de calidad física y fisiológica de semilla. En la cinética de crecimiento del peso de mil semillas es constante hasta 56 días después de floración en la primera fecha de siembra: por lo tanto, es posible que la madurez de la semilla se alcance posterior a esta fecha.

 

AGRADECIMIENTOS

Los autores agradecen la asesoría estadística al Dr. Fernando Castillo González, Profesor Investigador del Colegio de Postgraduados en Ciencias Agrícolas.

 

LITERATURA CITADA

Apodaca, S. M. A.; Barreras, S. M. A.; Cortez, M. E. y Quintero, B. J. A. 2008. Enfermedades del tomate de cáscara en Sinaloa. INIFAP-CIRNO. Campo Experimental Valle del fuerte. Los Mochis, Sinaloa, México. Folleto técnico. Núm. 31. 32 p.         [ Links ]

Ayala, G. O. J.; Pichardo, G. J. M.; Estrada, G. J. A.; Carrillo, S. J. A. y Hernández, L. A. 2006. Rendimiento y calidad de semilla de frijol ayocote en el Valle de México. Agric. Téc. Méx. 32:313-321.         [ Links ]

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