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La gestión participativa para mejorar la accesibilidad (a manera de Introducción)
La expansión acelerada y desordenada de las ciudades latinoamericanas de las últimas décadas, se ha traducido en centros urbanos que no cuentan con las condiciones para satisfacer las necesidades de movilidad, infraestructura y servicios públicos de manera equitativa (Salgado Montes, 2015, p. 15). Dichos problemas son resultado de los débiles procesos de gestión participativa, en los cuales el Gobierno tiene una fuerte indiferencia para colaborar con los cuidadanos y para establecer nuevas plataformas de inclusión social en la toma decisiones. Ejemplo de ello, es la constante degradación de la accesibilidad urbana, la cual afecta principalmente a los sectores vulnerables de la población.
En la actualidad, la accesibilidad va más allá de calles con banquetas, donde la prioridad (heredada del movimiento moderno) es para el automóvil. En el nuevo paradigma del desarrollo sustentable el peatón y otros modos de transporte, principalmente la bicicleta, han adquirido un rol protagónico y con ello las buenas condiciones de accesibilidad se han convertido en un derecho fundamental para todos los que se mueven en la ciudad.
Sin embargo en la ciudad de Puebla, numerosas colonias que se desarrollaron a finales de los años sesenta (y que siguieron los patrones del funcionalismo moderno) actualmente presentan alto grado de deterioro en los espacios, servicios y equipamientos públicos, afectando directamente su accesibilidad. En este contexto ubicamos a la colonia La Hacienda, en la que hemos centrado nuestro análisis y las posibilidades de intentar mejorar sus condiciones físicas a través de la participación ciudadana, poniendo principal énfasis en la construcción e implementación de procesos de gestión más democrático.
Partimos del principio de que la accesibilidad urbana tiene que garantizar en todo momento la continuidad, tanto en el ingreso como en el uso de los espacios públicos, por parte de todas las personas de manera autónoma y permitirles disfrutar de estos en condiciones de seguridad, confort y eficiencia (Gobierno de España, 2010, p. 63). No obstante, para lograr mejorar dichas condiciones en los espacios públicos, es necesaria la participación social proactiva por parte de los diferentes actores para su implementación y seguimiento. Una participación que, como anota Sol Arriaza (2012, p. 10), demanda nuevas formas de conjugar el interés particular con el bien común, el interés colectivo y “[…] va más allá de la participación electoral y cala en todo el proceso de gestión de las políticas públicas, tanto en el ámbito local, como nacional e internacional” (p. 13).
Metodología
En el presente estudio, hemos tratado de particularizar los principios teóricos de accesibilidad urbana y gestión participativa (GP) en la colonia La Hacienda. Para ello hemos recurrido a tres técnicas de análisis: la revisión documental, el trabajo de campo y la observación participante, esto último através de la implementación de talleres y reuniones con habitantes del lugar y otros actores clave.
La revisión documental contiene bibliografía de referentes nacionales, latinoamericanos, norteamericanos y europeos, que aportaron los elementos teóricos sobre los conceptos de accesibilidad urbana y GP. Además, con base en ellos construimos una herramienta técnica de evaluación y una aproximación a un modelo de gestión participativa, para mejorar las condiciones de accesibilidad en la colonia La Hacienda, mismos que pueden servir como referentes para casos similares.
Los recorridos de campo nos ayudaron a elaborar el diagnóstico técnico del lugar por medio del reporte fotográfico; la identificación de las actividades de esparcimiento y económicas; la identificación de la morfología urbana, la tipología arquitectónica y el mobiliario urbano; la identificación de la infraestructura urbana y las áreas naturales; la georreferenciación de flujos peatonales, automovilísticos y puntos de conflicto. Posteriormente, se procesó dicha información y se realizó el análisis espacial de la colonia con ayuda de los Sistemas de Información Geográfica (SIG). De esta manera logramos determinar los elementos que nos sirvieron para zonificar la colonia La Hacienda y llevar a cabo la evaluación de su accesibilidad urbana.
A través de la revisión de los instrumentos jurídicos identificamos las acciones que se realizan en el municipio de Puebla en materia de accesibilidad urbana y participación ciudadana. Asimismo, nos permitió identificar algunos actores clave que pueden incidir en resolver problemáticas de dicha naturaleza.
Posteriomente, trabajamos de manera activa con autoridades municipales, los habitantes y usuarios de la colonia La Hacienda para reconocer sus principales demandas, soluciones (algunas se pueden traducir en propuestas) y formas de organización vecinal. Para ello realizamos talleres participativos y reuniones, cuyos resultados nos permitieron sustentar el diagnóstico e identificar algunos elementos que no habíamos tomado en cuenta respecto los problemas urbanos y de organización ciudadana respectivamente. En dichos encuentros tuvimos acercamientos con algunas autoridades del Instituto Municipal de Planeación de Puebla (IMPLAN) y de Protección Civil Municipal de Puebla, algunos miembros del Consejo Ciudadano de Protección Civil, los directivos y alumnos de la escuela primaria Hacienda de Guelatao, el director de la secundaria Gobernador Merino Fernández, el párroco de la iglesia San José La Hacienda y algunos integrantes de la asociación civil Movimiento, Acción, Corazón es Puebla (MAC A.C.) con sede en La Hacienda2.
Gestión participativa, contruyendo espacios de participación
De acuerdo con Bordieu (2011), entendemos la democracia como un gobierno de todos los cuidadanos que sea capaz de asegurar el bienestar de todos. Sin embargo, Bourdieu plantea que en la actualidad la democracia se encuentra ubicada frente a la demagogía y la arrogancia tecnocrática, que pretende ofrecer el bienestar a los hombres sin ellos o a pesar de ellos (p. 87). Las demandas sociales se atienden a través de la aplicación de instrumentos como son los sondeos, encuestas y votos que no captan sino opiniones agregadas, dando como resultado una satisfacción aparente para asegurar un éxito sin definir el interés verdadero de las mayorías (p. 89).
En la Antigüedad la concepción de ciudadano estuvo ligado a la exclusión (ser esclavo, mujer o niño) ahora bien, en la Modernidad todas las personas tienen iguales derechos y oportunidades sin discriminaciones de ningún tipo (Rodríguez & Colina, 2005, p. 58). No obstante existen bases jurídicas que regulan la práctica del ciudadano, reduciendo en ocasiones el ejercicio de este a procesos burocráticos. En cambio se propone la creación de nuevos espacios de opinión pública, territorializados en la plaza pública, en donde tengan lugar la pluralidad discursiva, diversas prácticas ciudadanas y la construcción permanente de espacios de participación individual y colectiva (p. 60).
Se requiere de una estructura social con compromiso hacia otros individuos y otras generaciones ya que, “[…] la ciudadanía no es meramente la adquisición de un título o un estatus, sino una práctica de compromiso orientada a la participación en el ámbito público, la formación de virtudes públicas y la articulación moral del bien público” (Bárcenas, 2010, p. 122), esto se puede lograr a través de la toma de consciencia y la adquisición de responsabilidades.
En Latinoamérica por ejemplo, resalta el caso de Medellín, Colombia, en donde una fuerte tradición participativa por parte de algunas comunidades, la cual se identifica desde inicios del siglo XX, ha permitido mejorar las condiciones físicas y sociales de los barrios de la ciudad (Moreno Orozco, 2014). Estas organizaciones transitaron por fuertes obstáculos para trabajar de manera colectiva (principalmente por el conflicto social), algunas de ellas se casi se disolvieron, pero gracias a la motivación de la gente se transformaron con nuevas estructuras sociales para mejorar sus condiciones de vida. Aunado a esto, a mediados de los años 2000 estos cambios tuvieron un fuerte impulso por parte del sector gubernamental con la financiación de proyectos urbanos en espacios públicos, gracias a la sensibilización de dicho sector hacia los problemas dichas cominudades (Ramírez Gallegos, 2008).
En contraste, en el caso de México de acuerdo con Canto (2012) ha prevalecido a la tendencia de la toma de decisiones desde el Gobierno al margen de los grupos involucrados, cayendo en el autoritarismo incluso por parte de aquellos electos democráticamente (p. 151). En la década de los ochenta empieza a hablarse de la participación ciudadana, no obstante se hicieron fuertes críticas a la existencia de un gobierno antidemocrático, vertical y con tendencia a ignorar las iniciativas ciudadanas. A mediados de la década de los noventa, surgen académicos nacionales (entre otros interesados) que realizan recomendaciones para fomentar la construcción de políticas públicas basadas en una amplia participación ciudadana; aunque muchos instrumentos jurídicos retomaron algunas de ellas, la realidad es que en la práctica estos ejercicios democráticos siguen siendo débiles.
En Puebla apesar de los esfuerzos, la inexperiencia y la falta de recursos humanos y financieros han llevado al sector gubernamental a legitimizar sus propuestas (en ocasiones derivadas de intereses particulares) a través de espacios de participación como los Consejos Ciudadanos. En el caso poblano, los Consejos son cerrados y sin representatividad de líderes de colonias y barrios, sólo se puede asistir a través de una invitación especial o a través de una solicitud. Esto se traduce en una mínima discusión entre habitantes y los Consejos Ciudadanos, que difíclmente permea las opiniones ciudadanas para la toma de decisiones gubernamentales. Así, la vinculación y colaboración entre actores se vislumbra lejana.
Consideramos entonces necesario impulsar el empoderamiento social que permita influir en la toma de decisiones y la tranformación del territorio. Debemos trabajar en la construcción de procesos más democráticos para favorecer las condiciones de acceso a la opinión pública, lo que permitirá el ejercicio verdadero del ciudadano (Bourdieu, 2011, p. 90). Respecto a esto, la base fundamental es la información para la toma de conciencia de los diferentes actores involucrados. La información, el conocimiento, la reflexión y razonamiento empoderan al ciudadano y los impulsa a la movilización para afrontar los diferentes problemas colectivos. La Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) como universidad, promueve estos elementos del empoderamiento y juega un rol vinculante entre habitantes y el sector público.
La Hacienda, una zona urbana consolidada
La Hacienda es una colonia de finales de la década de los sesenta, ubicada en el sur oriente de la ciudad de Puebla, a veinte minutos aproximadamente del Centro Histórico (ver Mapa 1). Cuenta con una población total de 4 936 habitantes, de los cuales 1, 195 son adultos mayores (24.20%) y 194 son discapacitados (3.9%) (INEGI, 2010). Los habitantes son un grupo social de clase media, con una población económicamente activa de 2 201 habitantes (44.64%) y de creencia principalmente católica (INEGI, 2010).
Fuente: Localización, Salgado Montes. Escala: 1:10,000. Proyección UTM Zona 14 Norte. Puebla, México. BUAP, 2015.
Mapa 1 Localización
La Hacienda es una zona urbana consolidada cuya estructura se articula a su contexto urbano inmediato y, obedece al modelo funcionalista con una estructura vial que priorizan el uso del automóvil. En la actualidad dicha condición presenta altos flujos vehiculares, accidentes viales, deterioro de la infraestructura de uso peatonal, marginación de peatones, discapacitados y ciclistas. Una de sus características más significativas es que se encuentra emplazada a orillas del río Alseseca, el cual presenta riesgo de inundación en época de lluvias. Los habitantes, viviendas y equipamientos ubicados en el margen del río se encuentran en un latente estado de vulnerablidad. Además existe un grave problema de contaminación, erosión de suelo, pérdida de flora y fauna en el río.
La accesibilidad urbana, condiciones de confort
El acceso a los espacios públicos considera el siguiente principio: las condiciones de estructura e infraestructura urbana deben ser adecuadas para el uso de la diversidad de usuarios, la localización de equipamientos y servicios debe ser óptima para reducir los tiempos de recorrido y, debe existir una oferta equitativa para adquirir una vivienda. Estos elementos en conjunto deben estar presentes para brindar accesibilidad urbana de manera segura y confortable para los diferentes usuarios.
Para conocer el estado actual de dichas condiciones en la colonia La Hacienda, retomamos algunas recomendaciones que benefician la accesibilidad urbana publicados en Pedestrian Road Safety Audit Guidelines and Promp List (Nabors, y otros, 2007, p. 103-109) y, construimos un instrumento técnico de evaluación al que nombramos Instrumento para Evaluar las Condiciones de Accesibilidad en las Colonias,3 mismo que particularizamos para el presente caso de estudio y que puede servir como referente para casos similares. También, para la evaluación en campo se consideraron las normas técnicas y lineamientos de diseño urbano aplicables al municipio de Puebla. Para implementar este instrumento fue necesario zonificar la colonia de acuerdo a sus características físicas, así se definieron tres zonas que se describen en el siguiente apartado.
La pérdida paulatina de accesibilidad
La Hacienda cuenta con equipamientos educativos de nivel básico, medio y superior, comercio de barrio y todos los servicios públicos básicos como: luz eléctrica, agua potable, alcantarillado, drenaje, seguridad pública, recolección de basura, pavimentación y transporte público. Ahora bien, existen condiciones físicas que dificultan la accesibilidad a los espacios públicos, ejemplo de esto son las condiciones topográficas que se traducen en fuertes pendientes; la falta de mantenimiento e inexistencia de algunos elementos de mobiliario urbano; banquetas rotas y/o muy angostas (cuyo ancho es menor de 1.50 metros) constantemente obstaculizadas por botes de basura, postes de teléfono o electricidad, material de construcción y rampas para acceso vehicular (en contraste los arroyos vehiculares llegan a contar con 4 carriles y espacio para estacionamiento); pavimentos en mal estado; vegetación nociva; basura; falta de señalización y transporte público sólo en las periferias (ver Foto 1).
Foto 1 Calle Hacienda de la Capilla, ejemplo de la inequidad entre los espacios de circulación vehicular y peatonal. Salgado, 2014.
Los principales nodos de conexión como son los parques y jardines son focos de contaminación e inseguridad y se han convertido en lugares casi intransitables. Algo semejante sucede con la ribera del río Alseseca, la cual ha sido prácticamente abandonada pero constantemente contaminada. Por la cercanía a dicho río, la colonia La Hacienda es una zona que de acuerdo al Atlas de Riesgos Naturales del Municipio de Puebla (2011) y al Programa de Desarrollo Urbano Sustentable del Municipio de Puebla (2007) es considerada de riesgo severo, ya que en época de lluvias se ha registrado el desbordamiento del río, la evacuación de los habitantes y daños a las viviendas (ver Mapa 2).
Fuente: Zonas inundables, Salgado Montes. Escala: 1:10,000. Proyección UTM Zona 14 Norte. Puebla, México. BUAP, 2015.
Mapa 2 Riesgo de inundación
Con base en este análisis y para realizar la evaluación, zonificamos la colonia basándonos en sus características físicas tales como pendientes topográficas, vías de acceso, ancho de vialidades, localización de equipamiento y la zona de riesgo. La utilización de herramientas SIG resultaron de gran ayuda para dicho proceso y como resultado obtuvimos tres polígonos: la zona periférica, la zona de mayor conflicto y la zona estándar (ver Mapa 3).
Fuente: Zonificación, Salgado Montes. Escala: 1:10,000. Proyección UTM Zona 14 Norte. Puebla, México. BUAP, 2015.
Mapa 3 Zonificación
Para sustentar las observaciones de campo, aplicamos el Instrumento para Evaluar las Condiciones de Accesibilidad en las Colonias y cuantificamos el grado de deterioro de accesibilidad urbana. Considerando los resultados de la evaluación, corroboramos que las banquetas, mobiliario urbano y señalización son los elementos más degradados en las tres zonas, acentuándose en la zona estándar. La zona periférica donde se encuentran las vialidades primarias, como las vías de acceso a los equipamientos y a otros centros urbanos, cuenta con mayor mantenimiento por parte de la administración municipal por el constante flujo de transporte público y privado, no obstante existen puntos conflictivos que son necesarios atender. La zona de mayor conflicto y la zona estándar, donde se localizan las vialidades secundarias y terciarias, son las más degradadas debido a que su uso es local y las intervenciones gubernamentales casi siempre son respuesta a los reportes vecinales (ver Gráfica 1).
Fuente: elaboración propia con base en los resultado de la evaluación del Instrumento para Evaluar las Condiciones de Accesibilidad en las Colonias
Gráfica 1 Resultado de la evaluación de la accesibilidad urbana en la Colonia La Hacienda
Para intentar incidir en el mejoramento de la accesibilidad en La Hacienda, realzamos acciones en colaboración con los habitantes, algunas autoridades gubernamentales y organizaciones civiles. En el proceso, nos encontramos con poca respuesta ciudadana, falta de representatividad ciudadana, largos trámites burocráticos, poca asesoría por parte del Gobierno y dificultad para obtener recursos públicos, esto es consecuencia de un sistema de planeación y gestión urbana débil y que no logra aterrizar proyectos a escala local.
Gestión Participativa, en busca de la participación proactiva
El poder de convocatoria: primer taller
De acuerdo con Sol Arriaza (2012) la participación ciudadana demanda nuevas formas de conjugar el interés particular con el bien común y el interés colectivo (p. 10), “[…] va más alla de la participación electoral y cala en todo el proceso de gestión de las políticas públicas, tanto en el ámbito local, como nacional e internacional” (p. 13). El trabajo en equipo permite a la comunidad expresar sus necesidades y opiniones, así como colaborar en la toma de decisiones y realización de acciones para mejorar sus condiciones de vida, es decir, asumir un rol proactivo. Es por ello que a través de la gestión participativa (GP) se establecen vínculos entre los interesados y asumen responsabilidades en función de intentar mejorar dichas condiciones.
El primer acercamiento con la comunidad fue difícil porque en su momento no se logró un vínculo con la mesa directiva de colonos y además por la falta de recursos humanos, financieros y materiales para convocar a los habitantes. Sin embargo, se invitó a los habitantes a través de medios impresos, páginas electrónicas e de manera personal. Además, gracias a esta difusión logramos obtener material didáctico a manera de donación, la suma de colaboradores y un espacio en la vivienda de una habitante para realizar el primer taller. El número de participantes en este fue muy reducido (todas mujeres).
La información, elemento básico para la concientización
En los talleres y reuniones posteriores, gracias a una mejor difusión y dejando en claro el objetivo de los talleres, logramos mayor respuesta de los habitantes. Uno de los principales propósitos fue concientizar y sensibilizar a los habitantes acerca de los problemas de accesibilidad urbana en la colonia La Hacienda, asimismo, fomentar el empoderamiento, la reapropiación y la revitalización de los espacios públicos en función de satisfacer las necesidades de la comunidad. Por esta razón, durante los talleres socializamos información producto de nuestra investigación y de los instrumentos jurídicos aplicables a ejercicios de esta naturaleza, esto para concientizar a los participantes de la importancia de mantener los espacios públicos en buenas condiciones y para que cuenten con la información necesaria en la toma de decisiones.
Colaboración entre actores: acotando barreras
Deseo subrayar la importancia de la colaboración entre los actores de diferentes sectores para sumar esfuerzos e incidir de manera puntual en el mejoramiento de la colonia La Hacienda. De las instancias del sector público pudimos establecer vínculos con el Instituto Municipal de Planeación de Puebla (IMPLAN) y Protección Civil Municipal de Puebla; del sector educativo a la Facultad de Arquitectura (FA-BUAP) y la Facultad de Psicología (PSI-BUAP) de la BUAP, la escuela primaria Hacienda de Guelatao y la secundaria Gobernador Merino Fernández; del sector privado la consultoría Biología Integral en Impacto Ambiental (BIIA); del sector social el Consejo Ciudadano de Protección Civil, Movimiento Acción Corazón es Puebla A.C. (MAC A.C.), la parroquia San José La Hacienda y los habitantes de la colonia La Hacienda.
En el primer acercamiento que tuvimos con el IMPLAN, organismo municipal descentralizado encargado de los proyectos de planeación, presentamos los avances de la investigación con el fin de obtener asesoría técnica y apoyo financiero; no obstante se requirió de un largo proceso burocrático para acceder a una visita y una vez obtenida se observó poco interés para aprovechar la iniciativa ciudadana y las observaciones académicas.
Por otro lado, nos acercamos a la comunidad de la parroquia San José La Hacienda para invitarlos a formar parte los talleres participativos, para ello contactamos al párroco para solicitar apoyo en la prestación de un espacio físico (aula). Aunque tuvimos reuniones en donde presentamos el proyecto y nos ofrecieron un espacio para socializar el la información de la investigación, nunca pudimos hacer uso de el. La baja respuesta, la nula colaboración y el desinterés de este grupo, nos llevó a perder la comunicación.
La FA-BUAP y PSI-BUAP propusimos a los directores de la primaria Hacienda de Guelatao y la secundaria Gobernador Merino Fernández respectivamente, implementar los talleres participativos. En estos acercamientos solo tuvimos respuesta por parte de la escuela primaria, quienes nos brindaron espacios en las aulas para trabajar de manera directa estos ejercicios con alumnos de cuarto y quinto grado (en horarios de clase). Fue muy importante trabajar con un grupo social pocas veces considerado en la participación ciudadana y con resultados muy valiosos (ver Ilustración 1) (ver Foto 2).
Fuente: Dibujo de un alumno de la escuela Hacienda de Guelatao en el taller participativo. 2014.
Ilustración 1 Representación de la problemática de accesibilidad urbana.
Por otro lado, trabajamos con un grupo de habitantes cuyas viviendas se localizan en la ribera del río Alseseca, donde el principal problema es el desbordamiento de este en temporadas de lluvia, teniendo como escenario uno de los parques más degradados de la colonia. En particular en este grupo se logró la articulación con el Consejo Ciudadano de Protección Civil, quienes implementaron algunos talleres (ver Foto 3). Al mismo tiempo, hicimos campañas de educación ambiental para mitigar la contaminación y preservar la vida silvestre en el río en colaboración con la consultoría BIIA, quienes nos ayudaron en la identificación de flora y fauna endémica.
Los resultados de estos talleres fueron muy valiosos, ya los participantes expusieron particularmente las dificultades en los procesos de gestión con las administraciones municipal y estatal respectivamente, los cuales han sido largos, exhaustivos y sin respuestas concretas. También, hablaron de las condiciones que afectan la accesibilidad urbana e hicieron principal énfasis en un elemento, el riesgo de inundación. En este último, los participantes expusieron las soluciones que vislumbran para reducir dicho problema como la poda continua de vegetación de la ribera, el desasolve periódico del río y la colocación de muros de concreto o entubamiento. Sin embargo, a través de las asesorías técnicas pudimos ofrecer alternativas más amables con el medio ambiente como la reforestación con especies que permitan la permeabilidad de agua al subsuelo, la gestión de resuiduos sólidos y la limpieza continua de los espacios públicos, mismos que en colaboración vecinal requieren bajos costos de mantenimiento, protegen y conservan el ecosistema. En principio los habitantes estuvieron renuentes a dichas propuestas, pero con el paso de las reuniones comenzaron a abrirse a nuevas posibilidades.
Estos ejercicios académicos los realizamos con la finalidad de que los participantes se identifiquen como parte de la solución a los problemas planteados y tomen un rol proactivo en la transformación y mejoramiento de su territorio. Es importante mencionar que dichos ejercicios llevados a la práctica, son condicionados en parte por los recursos materiales y financieros disponibles y por la disponibildiad de espacios físicos para la participación ciudadana.
Al inicio del proceso contamos con un número muy reducido de participantes, así como del espacio y material didáctico para implementar los talleres y reuiniones, pero al sumarse más interesados del ámbito académico y el Consejo Ciudadano de Protección Civil, se integraron más participantes, establecimos nuevos vínculos y encontramos nuevos espacios de participación (espacios públicos abandonados). Esto muestra que a pesar de los obstáculos que se presentan se pueden hacer esfuerzos para llevar a cabo las actividades y permitió la construcción un modelo de gestión participativa, el cual mostraremos en el siguiente apartado.
Modelo de Gestión Particpativa
La gestión participativa (GP) es un proceso en el cual la comunidad a través de un plan de trabajo, la organización y la voluntad social, intentan alcanzar un objetivo. La comunidad debe tener intereses en común, establecer compromisos, contar con asesoría técnica y sobre todo una organización integral como elementos indispensables para lograr la GP, considerando la inclusión de los habitantes en la toma de decisiones como principales interesados en mejorar el territorio en colaboración con las autoridades competentes. Es importante señalar que para lograr y mantener buenas condiciones del espacio urbano (en el presente caso de accesibilidad) el barrio o colonia es una escala territorial aprehensible para intervenir y poder construir la GP.
Sistematizamos los procesos de participación ciudana en La Hacienda, para elaborar un Modelo de Gestión Participativa4 con base en nuestro análisis. Proponemos cuatro elementos fundamentales: a) elaborar un diagnóstico particular del lugar, b) analizar los instrumentos jurídicos, c) identificar a los actores involucrados y, d) presentar las propuestas y recomendaciones. Los procesos de cada elemento pueden ser construidos y reconstruidos tantas veces sea necesario (ver Ilustración 2).
Fuente: Elaboración propia, a partir de la experiencia en la colonia La Hacienda.
Ilustración 2 Modelo de Gestión Participativa
El diagnóstico técnico nos permitió el primer acercamiento con la problemática donde identificamos a la colonia como un sitio que presenta malas condiciones de accesibilidad urbana. Realizamos reportes fotograficos, levantamientos y georreferenciación de la información obtenida en los recorridos de campo. Por otro lado, consultamos teorías y principios referentes a las condiciones que permiten la accesibilidad urbana, con base en esto construimos y aplicamos un instrumento para evaluar las condiciones de La Hacienda. También, analizamos los censos de población y vivienda para identificar a la población vulnerable y elaboramos entrevistas, reuniones y talleres participativos para corroborar y complementar el diagnóstico.
Analizamos los instrumentos de planeación que regulan las estrategias y acciones en materia de participación social y accesibilidad urbana en el municipio de Puebla. En ellos encontramos contenidos muy generales, desactualizados y sin mecanismos que guíen el proceso de gestión. No obstante, logramos la identificación de actores gubernamentales y sociedad civil que pueden incidir en mejorar la accesibilidad urbana estableciendo vínculos a través de la participación ciudadana y voluntad política. Las propuestas y recomendaciones deben realizarse dentro de este marco jurídico y ser replanteadas de manera simultanea a las necesidades de la población.
El Modelo se retroalimenta, no se pasa de una etapa a otra sino que se construye y reconstruye, además pretende ser un referente para realizar acciones para establecer espacios de participación ciudadana y mejorar las condiciones del territorio en la pequeña escala.
Conclusión
El desarrollo urbano del movimiento moderno se ha visto rebasado en los últimos años por el cambio de paradigma al desarrollo sustentable. Esto implica no solo replantear la visión de planificación de las ciudades, sino replantear los procesos de gestión y para ello es necesario el compromiso de los habitantes involucrados en los problemas territoriales.
Algunos autores nos muestran los avances teóricos centrados en la gestión como un proceso participativo fundamental en la toma de decisiones. La realidad es que, aunque las instancias gubernamentales han mostrado algunos avances para implementar dichos procesos (sobre todo en un nivel de discurso) como la elaboración de instrumentos jurídicos y crear algunos espacios de participación ciudadana, todavía no alcanzamos a realizar gestiones participativas efectivas. Encontramos largos procesos burocráticos, falta de recursos humanos y financieros que han rebasado las capacidades gubernamentales.
El caso de La Hacienda nos ilustra claramente la indiferencia gubernamental y entre los mismos habitantes (algunos), para colaborar en la búsqueda de soluciones viables para disminuir sus problemáticas. Se observan procesos de gestión con desinformación, indiferencia, apatía, desconfianza, desorganización e inconsistencia por parte de los habitantes (que en general tienen una actitud pasiva). No obstante se han hecho esfuezos por crear y mantener vínculos entre los diferentes actores, hemos logrado despertar el interés y compromiso de algunos de ellos que ya señalan la importancia de organizarse (este es un grupo aún muy reducido). Lo anterior se ha traducido en la lenta construcción de un proceso de gestión participativa y en el principal reto por parte de los actores que impulsamos la propuesta, en este en la Facultad de Arquitectura de la Benémira Universidad Autónoma de Puebla (FA-BUAP).
Ante esta situación, el estudio nos llevó a la tarea de pensar y actuar sobre formas alternativas para gestionar el mejoramiento de las condiciones de accesibilidad en La Hacienda. La base de nuestra idea ha sido apoyar la construcción de mecanismos de gestión a través de la vinculación y colaboración de los diferentes actores donde el ciudadano adquiere un rol protagónico. Consideramos que la Universidad es un actor clave en la recuperación de la confianza y la creación de vínculos entre el sector público y social.
Nos encontramos en el difícil proceso de adquirir experiencia para construir formas de gestión participativa que nos ayuden a avanzar en la solución de problemas urbanos locales para mejorar nuestras condiciones de habitat. En este proceso son fundamentales la suma de voluntades políticas y sociales, la democratización de la información para la toma de conciecia y la inclusión social como factores fundamentales en la toma de decisiones.
En conclusión, en la ciudad de Puebla el proceso de gestión participativa es incipiente, particularmente en la pequeña escala como la colonia La Hacienda, sin embargo existen instituciones elementales como el IMPLAN, los Consejos Ciudadanos y la BUAP, entre los más destacados, así como un discurso oficial que promueve la inclusión social en la toma de decisiones para disminuir las problemáticas urbanas. Es decir, no partimos de cero, contamos con bases institucionales que debemos aprovechar y mejorar para implementar nuevas y enriquecidas formas de gestión participativa.
