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Nova scientia

versión On-line ISSN 2007-0705

Nova scientia vol.9 no.18 León  2017

https://doi.org/10.21640/ns.v9i18.812 

Ciencias Humanas y Sociales

La familia: Un estudio comparativo de percepciones juveniles de mexicanos y japoneses

The family: a comparative study about perceptions in young Mexicans and Japanese

Mario Alejandro Salgado Revelesa  * 

aFacultad de Humanidades y Ciencias Sociales, Universidad Autónoma de Baja California. México.


Resumen

Introducción:

El objetivo de este estudio es analizar la percepción que tienen los jóvenes universitarios de Japón y México en lo referido a la familia: la obediencia de los hijos hacia los padres, el miembro de la familia más apreciado, el rol que toma el padre en el hogar, cuidados de los hijos mayores hacia los padres al llegar a la vejez, comunicación, expresión de sentimientos y convivio familiar.

Método:

El método elegido fue el de encuesta por cuestionario con respuestas de opción múltiple bajo una Escala Likert, el primer instrumento (Izawa y Salgado, 2015) consiste de 40 reactivos y fue aplicado a 188 estudiantes de nivel superior, 94 mexicanos en la ciudad de Tijuana, Baja California México y 94 japoneses en Joetsu, Niigata Japón; el segundo instrumento (Chávez, Katano, Lee y Salgado, 2015) consiste de 18 reactivos y fue aplicado a 44 alumnos universitarios japoneses y mexicanos que cursaban el nivel superior. Este estudio fue realizado con el fin de mostrar los efectos de la cultura sobre la personalidad a través de la percepción que se tiene sobre la familia. Ambas encuestas contaron con una tabla de evaluación de expertos que arrojó resultados de una prueba binomial menor al nivel de significancia de 0.005, en cuanto a la confiabilidad se llevó a cabo un test-retest, la consistencia interna del coeficiente Alfa de Cronbach en el primer cuestionario fue de .754 y en el segundo de .880.

Resultados:

Los reactivos que mostraron un nivel de correlación más alto en ambas naciones fueron: «Los espososo tienden a halagar rasgos de la personalidad de su esposa en público» con «los espososo tienden a halagar rasgos físicos de su esposa en público». Los puntos en los que más coinciden los japoneses y mexicanos son los siguientes: las generaciones actuales no desean ser como su padre al llegar a la adultez; el estilo disciplinario no suele ser autoritario en cuanto obediencia o castigos; en ambas culturas 4 de 10 padres juega un rol mínimo en la crianza de los hijos; las tareas domésticas usualmente son realizadas por la mujer independientemente de si trabaja o no.

Discusión:

Pese a que los mexicanos suelen convivir más tiempo en familia, a la hora de comer, los japoneses otorgan mayor importancia a la convivencia familiar, es el momento en el que tienen oportunidad de comer y hablar sobre cómo les fue en el día. Por otra parte, los padres mexicanos expresan más sus sentimientos entre ellos, asimismo los hombres suelen halagar en mayor medida los atributos físicos y de personalidad de su esposa y le dicen que ama a su pareja con mayor frecuencia que los japoneses. Por último, a diferencia del padre, la madre al estar conviviendo más tiempo con los hijos favorece a que se le considere como la figura más querida y confiable a la que suelen acudir cuando tienen un problema, es menester mencionar que es también quien suele encargarse en mayor medida de la disciplina y las tareas domésticas en contraste con el padre.

Palabras Clave: familia; mexicanos; japoneses; cultura

Abstract

Introduction:

The aim of this study is to analyze the perception of Japanese and Mexican university students with regards of the family: the obedience of children towards their parents, the most beloved family member, the father’s role in the family, who takes care of the parents when they become older, communication, expression of feelings and family gathering.

Method:

The chosen method was a survey questionnaire with multiple answers under a Likert Scale, the first instrument (Izawa and Salgado, 2015) consists of 40 questions and was applied to 94 Mexican and 94 Japanese university students in the city of Tijuana, Baja California Mexico and in Joetsu in Niigata Japan; the second instrument (Chávez, Katano, Lee, and Salgado, 2015) consists of 18 questions and was applied to 44 Japanese and 44 Mexican university students. The above study does not intend to form stereotypes but to show the effects that culture can have on the personality through the perception people have about the family. Both questionnaires had an expert evaluation table that yielded results from a binomial test lower than the significance level of 0.005, as far as reliability was concerned a test-retest was conducted, the internal consistency of Cronbach's Alpha coefficient in the first questionnaire was .754 and in the second of .880.

Results:

The questions that showed a higher level of correlation in both nations were: "Spouses tend to flatter features of their wife's personality in public" with "spouses tend to flatter their wife's physical features in public." The aspects where Japanese and Mexicans concur more are the following: current generations do not wish to be like their father when they reach adulthood; The disciplinary style is not authoritarian in obedience or punishment; In both cultures 4 out of 10 fathers play a minimal role in child-rearing; domestic chores are usually performed by women regardless of whether they work or not.

Discussion:

Although Mexicans tend to spend more time with their families, the Japanese give greater importance to family reunion when they gather to eat, it´s the moment in which they have the opportunity to talk about how their day was. On the other hand, Mexican parents express their feelings more between them, men usually flatter to a greater extent the physical and personality attributes of their wife and they express “I love you” with more frequency than Japanese do. Finally, unlike the father, in both cultures the mother is the one who is usually in charge of the discipline and of house chores, she also spends more time with the children, and those might be some of the reasons she is the most beloved and trusted family member.

Keywords: family; Mexican; Japanese: culture

Introducción

La presente investigación hace referencia a la percepción que se tiene sobre el patrón familiar dominante en las familias japonesas y mexicanas (Díaz Guerrero, 1982, Davies e Ikeno, 2002). La familia mexicana de acuerdo a Díaz Guerrero (1982) está cimentada en dos proposiciones fundamentales: la incuestionable y absoluta supremacía del padre y el absoluto autosacrificio de la madre. Estas dos proposiciones que caracterizan los roles que juegan los miembros de la familia mexicana derivan de una escala existencial de valores, o dicho de otra manera de la presuposición sociocultural que considera una superioridad biológica y natural indudable del hombre.

En lo que respecta a la ideología japonesa la palabra conocida como «ie» (que se traduce como casa, hogar o familia) es el punto clave para descifrar los antecedentes de la estructura y funcionamiento de una familia japonesa. En un principio «ie» llegó a representar una cabeza patriarcal rodeada por miembros que tienen una relación sanguínea o simbólica con el jefe quien contenía un poder casi absoluto sobre las decisiones de carácter familiar, incluyendo la elección de pareja para matrimoniar. Posteriormente se introdujo el concepto de igualdad de género en la sociedad japonesa, sin embargo la ideología asociada con el sistema ancestral «ie» aún persiste en muchas de las familias en Japón donde se le da prioridad y mayor reconocimiento al hombre que a la mujer (Davies e Ikeno, 2002).

Las prácticas de crianza en Japón son un reflejo de su cultura, éstas se derivan de la sociedad tradicional agrícola, en donde las personas cooperaban entre ellos para poder subsistir. La cooperación era considerada más importante que el individualismo en contraste con la cultura Occidental, la cual exige un espíritu pionero, independiente y de pensamientos originales lo que deriva en un estilo de crianza diferente al de Japón.

Una de las tendencias de este país asiático es que se espera que el comportamiento sea aprendido al imitar a los padres y no al brindarse una explicación lingüística y analítica, por ejemplo en un estudio de Azuma (1994, en Davies e Ikeno, 2002) con madres norteamericanas y japoneses se les solicitó que clasificaran piezas de madera de acuerdo a distintas características para después enseñarle a su hijo de 4 años a realizar dicha tarea. La mayoría de las madres japonesas demostraron cómo hacerlo y después le pidieron a su hijo que la imitaran. Si el niño se equivocaba repetían la demostración y le permitían intentar de nuevo hasta que tuviera éxito. En cambio las madres norteamericanas solían explicar sistemáticamente las razones por la que un bloque debería de ser colocado en determinada posición confirmando la comprensión del niño al poner pieza por pieza antes de permitirle realizar la tarea por sí solo.

Otro punto relevante es que las madres japonesas no están tan preocupadas por tener el control y la autoridad en contraste con las madres norteamericanas quienes suelen ser más confrontativas y dan mayor énfasis en la autoridad parental. Azuma (1994, en Davies e Ikeno, 2002) encontró que cuando un niño se mostraba desobediente, las madres japonesas solían ceder, en otras palabras, si el hijo no deseaba hacer una tarea se le permitía evitarla momentáneamente y no se le daban órdenes de manera directa ni reiterativa para no distanciarse emocionalmente de él.

Aunque pareciera que las madres japonesas consienten de más a sus hijos, esta forma de disciplinar se realiza con el fin de que los infantes desarrollen una identidad de «niño bueno», de tal forma que al ir creciendo se le complique ir en contra de las expectativas de los padres ya que de hacerlo incluso podría llegar a sentirse avergonzado. Es así que las madres japoneses crían a sus hijos en base al concepto denominado «kimochi -shugi», es una forma de pensamiento que contempla la importancia de los sentimientos de otras personas para intentar percibir sus intenciones y adaptarse a la sociedad o a grupos. Por ejemplo si un niño patea y maltrata un juguete, las madres japonesas corregirán dicha conducta con una expresión similar a «el juguete estará llorando de dolor», en otras palabras en Japón para modificar una conducta del niño se resaltan las emociones de otros incluso si se trata de objetos inanimados, de tal forma que los preparan para que en un futuro, como miembros de la sociedad sean sensibles a los sentimientos y necesidades de los demás.

Cabe añadir que al dar pistas respecto al comportamiento que se espera del hijo, la madre japonesa anhela que el niño deduzca cuáles son las intenciones de ella sin dar órdenes explícitas. Al principio podría ser complicado para un niño tratar de adivinar las intenciones de la madre ya que éstas no son expresadas de una manera directa, por ejemplo para pedirle que coma algún vegetal podría decir «la zanahoria está muy rica», pero con el tiempo estas pistas son captadas por niños más grandes con relativa facilidad. Esto conlleva una ventaja en las familias japonesas pues los hijos van desarrollando desde muy pequeños la idea de lo que se espera de ellos dentro del hogar y por ende los padres no suelen batallar con las normas ni las reglas.

Las características anteriores concuerdan en gran parte con lo que Posada, Gómez y Ramírez (2008) denominan «crianza humanizada» en la cual se reafirma la voluntad y capacidad de toma de decisiones en los hijos y deja a un lado el control coercitivo y el autoritarismo. En cambio, en un estudio efectuado por Infante y Martínez (2016), se encontró que pasada la primera infancia de los hijos, las madres y padres mexicanos enfrentan una gran dificultad al momento de llegar a acuerdos al establecer normas y límites para mantener el orden y la disciplina.

De acuerdo a Izzedin y Pachajoa (2009), la crianza se divide en tres procesos psicosociales: las pautas, las prácticas y las creencias de crianza; las primeras las provee la cultura por medio de las significaciones sociales, las segundas son aprendidas de los padres y en las últimas se enfatiza la percepción acerca de cómo se debe de criar a un niño. Así, cada cultura tiene una filosofía de vida particular y por lo tanto transmite a través de las generaciones pautas de crianza distintivas, de tal forma que los padres fungen como el enlace entre el individuo y la sociedad al introducirle los valores culturales, las normas y los cimientos para que desarrolle su personalidad. En otras palabras, la gente no sólo comparte la nacionalidad, también determinados elementos que van desde la ideología hasta el medio físico lo cual al paso de los años conforma una mentalidad y comportamiento que los distingue (Matsui, 1996).

Por otra parte, con el fin de recopilar información respecto a la perspectiva que tienen los universitarios sobre la familia, en la presente investigación se realizaron preguntas de opinión para identificar lo que piensan sobre el tema inquirido. Esta percepción social abarca procesos cognoscitivos que se ven reflejados a través de los juicios personales emitidos así como de información que contrastan mediante la interacción con los otros (León y Gómez, 1998). Es así que en base a la experiencia personal y como producto de la vida cotidiana, las personas van conformando creencias arraigadas que permiten emitir una valoración sobre la percepción que se tiene de la realidad. Al respecto Rodrigo (2009) considera que los constructos mentales son resultado de las actividades y prácticas culturales; ahora bien, en lo referido al concepto de crianza, Infante y Martínez (2016) indican que es construido en base a las actitudes, creencias, experiencias y conocimientos brindados por el contexto inmediato y la cultura.

Por último, es importante mencionar que el objetivo de este estudio es analizar la imagen que tienen los jóvenes universitarios de Japón y México en lo referido a aspectos familiares como la obediencia de los hijos hacia los padres, el miembro de la familia más apreciado, el rol que toma el padre en el hogar, cuidados de los hijos mayores hacia los padres, convivio familiar, comunicación y expresión de sentimientos. Se eligieron estos puntos en específico considerando lo propuesto por Moreno y Cubero (1990) quienes apuntalan que la comunicación, el amor, el control que tienen los padres hacia los hijos y el grado de madurez anhelado son elementos comunes en los procesos de crianza de las familias que están encaminados a la inserción de los hijos en la sociedad.

Método

Para poder estudiar los rasgos generales de la personalidad de cierta cultura es menester identificar la manera en la que los valores más practicados influyen sobre el comportamiento de los individuos además de conocer los hábitos, costumbres, tradiciones, creencias y modus vivendi. Con el fin de brindar confiabilidad y validez a este tipo de estudios algunos investigadores optan por analizar el mismo fenómeno social en dos diferentes culturas para resaltar las similitudes y diferencias de cada una (Uriegas, 2015), ya que se asume que la gente de una determinada cultura comparte ciertos elementos en común que contribuyen a una identidad nacional, situaciones que se viven diariamente y que permiten comprender la diversidad del comportamiento humano a través de las relaciones interpersonales más significativas como son los miembros de la familia, amigos y parejas.

El método elegido fue el de encuesta por cuestionario con respuestas de opción múltiple bajo una Escala Likert debido a la accesibilidad para obtener gran cantidad de datos en un periodo corto y porque se tomó en consideración la aseveración de Díaz Guerrero (1982) donde apuntala que los mexicanos no están acostumbrados a los estudios de personalidad y por lo tanto desconfían de ellos. De tal forma que una encuesta les da una mayor facilidad al responder en comparación con otros métodos de investigación como lo es una entrevista a profundidad.

La muestra mexicana consistió de 94 (N=94) estudiantes de nivel Licenciatura y Maestría, con un número variable por semestre, pero no menor de 10; se consideró la edad y el sexo para obtener una muestra más homogénea. El 37.2% (n=35) fueron mujeres con edades de 20 a 48 años (M=25.3; DE=7.6). Los hombres constituyeron el 62.8% de la muestra (n=59) con edades comprendidas entre 19 y 42 años (M=26.8; DE=6.6).

La muestra japonesa consistió de 94 (N=94) estudiantes de nivel Licenciatura y Maestría, con un número variable por semestre, pero no menor de 10; se consideró la edad y el sexo para obtener una muestra más homogénea. El 37.2% (n=35) fueron mujeres con edades de 20 a 48 años (M= 25.3; DE=7.6). Los hombres constituyeron el 62.8% de la muestra (n=59) con edades comprendidas entre 19 y 41 años (M=26.1; DE=6.9).

En su totalidad, el primer instrumento contiene 40 preguntas y se dividió en cinco apartados: familia, sexo-género, manera de pensar, ambigüedad-asertividad y social vs individual, empero en el presente trabajo se abocará a indicar principalmente los resultados respecto al primer rubro, la familia y la forma de crianza. A la par un segundo instrumento fue desarrollado por un grupo de docentes de Costa Rica, Filipinas y de México con la asesoría del Maestro japonés Youhei Katano, éste es una continuación a los estudios sobre la familia y está compuesta por 18 reactivos de opción múltiple y Escala Likert (Katano, Lee, Chávez y Salgado, 2015), en esa ocasión no se contempló la edad ni el sexo, únicamente la nacionalidad. La muestra total consistió de 88 participantes que cursan el nivel de Licenciatura, de los cuales 44 son mexicanos y 44 japoneses

Ahora bien, para brindar mayor validez a los instrumentos se solicitó a dos académicos, uno japonés y otro mexicano, que completaran una tabla de evaluación de expertos donde se estableció una calificación de validación a cada pregunta de acuerdo a su cumplimiento con la investigación. Ahora bien, para validar los instrumentos de manera científica se utilizó una prueba binomial usando el sistema SPSS IBM versión 23. Los resultados de ambos instrumentos fueron idénticos y se resumen en la siguiente Tabla:

Tabla No. 1 Prueba binomial 

Categoría N Prop. observada Prop. de prueba Significación exacta (bilateral)
Experto_1 Grupo 1 11 1.00 .50 .001
Total 11 1.00
Experto_2 Grupo 1 11 1.00 .50 .001
Total 11 1.00

Como se observa la significancia exacta es de .001 lo cual es menor al nivel de significancia (0.05), por lo que el resultado apuntala que los instrumentos de medición son válidos en su contenido.

Por otra parte con el fin de brindar mayor confiabilidad se llevó a cabo un test-retest con 29 alumnos de nivel Licenciatura en ambos instrumentos, de tal forma que se aplicaron en dos ocasiones con dos semanas de diferencia entre la primera y la segunda aplicación. De igual forma para obtener la consistencia interna del coeficiente Alfa de Cronbach se empleó el programa SPSS IBM versión 23. Los resultados del primer cuestionario se muestran en la Tabla 2 y 3:

Tabla No. 2 Los procesamientos de casos  

N %
Casos Válido 28 96.6
Excluidoa 1 3.4
Total 29 100.0

Resumen de procesamiento de casos

a. La eliminación por lista se basa en todas las variables del procedimiento.

Tabla No 3 Estadísticas de fiabilidad 

Alfa de Cronbach N de elementos
.754 2

Estadísticas de fiabilidad

En lo que respecta el segundo instrumento, el coeficiente de confiabilidad de Alfa de Cronbach se resume en las Tablas 4 y 5:

Tabla No. 4 Los procesamientos de casos 

N %
Casos Válido 28 96.6
Excluidoa 1 3.4
Total 29 100.0

Resumen de procesamiento de casos

a. La eliminación por lista se basa en todas las variables del procedimiento.

Tabla No. 5 Estadísticas de fiabilidad 

Alfa de Cronbach N de elementos
.880 2

Estadísticas de fiabilidad

George y Mallery (2003) señalan que si se desea garantizar la fiabilidad de una escala deberá de obtener un coeficiente superior 0.7, como se observa tanto en el primer instrumento (.754) como en el segundo (.880) se supera el indicador mínimo apuntalado por los autores, por lo tanto se asegura que la escala de medición de las encuestas es estable y consistente. Con estos parámetros establecidos y comprobados científicamente se procedió a realizar la medición en las muestras de estudio.

Resultados

A continuación se muestra el análisis descriptivo de cada pregunta y el coeficiente de correlación de Spearman entre los ítems que conforman el primer instrumento.

1.-Los niños mexicanos/japoneses usualmente quieren ser como su papá/mamá (por ejemplo, tener el mismo trabajo). Se encontró que la minoría de los niños mexicanos (36.17%) y japoneses (21.27%) quiere ser como su papá/mamá. Por otra parte, en los hombres mexicanos se identificó una correlación positiva moderada (rs=.443) en un nivel de significancia de .0001 entre este reactivo y el 2.

2. Los niños mexicanos/japoneses parecen ser muy felices.

Se vislumbra un porcentaje de felicidad más alto en los niños japoneses (71.28%) en comparación con los mexicanos (52.13%), sin embargo existe una correlación positiva moderada (rs=.445) y una significancia de .007 con el reactivo 5 en la muestra de mujeres mexicanas.

3.-Los padres/madres de familia mexicanos/japoneses disciplinan a sus hijos de una manera autoritaria.

Solo el 30.85% de los japoneses y 36.17% de los mexicanos consideran que los padres disciplinan de manera autoritaria en su país, la mayoría de las personas respondió «ni en acuerdo ni en desacuerdo».

4.-Los niños mexicanos/japoneses expresan sus opiniones a los adultos.

Se puede identificar que la mayoría de los niños mexicanos expresan su punto de vista a los adultos, algo que no es tan común entre los infantes japoneses.

5.-Los niños mexicanos/japoneses tienden a dar muestras de amor y afecto hacia su papá/mamá.

Mientras que los niños japoneses no suelen mostrar afecto a sus padres (solo el 39.39% lo hace) los niños mexicanos sí lo llegan a hacer (85.11%).

6.-¿Quién es comúnmente el miembro de la familia más querido dentro del hogar?

En ambas naciones el miembro de la familia más querido fue la madre, los japoneses respondieron con un 55.32% y los mexicanos con un 78.72%. Por otra parte, se identificó una correlación postitiva moderada (rs=.429) con nivel de significancia de .010 con el reactivo 3 en la muestra de mujeres japonesas.

7.-Los papás mexicanos/japoneses ponen como prioridad el trabajo sobre la familia.

Mientras que cerca de la mitad de los mexicanos (47.87%) considera que el padre pone el trabajo antes que la familia, solo el 27.66% de los japoneses lo considera un hecho dentro de su hogar.

8.-Los papás mexicanos/japoneses se involucran poco en la crianza de los hijos.

Cerca de 4 de cada 10 papás japoneses (37.24%) y mexicanos (40.42%) se involucran poco en la crianza de los hijos.

9.-Los niños mexicanos/japoneses tienden a obedecer a su padre/madre.

Los niños japoneses (63.83%) suelen obedecer más a los padres que los niños mexicanos (48.94%). Asimismo, se observa una correlación positiva moderada (rs=.514) y significancia de .002 entre este reactivo y el 5 en mujeres mexicanas.

10.-En las familias mexicanas/japonesas se espera que el hijo mayor cuide a sus padres cuando estén en la tercera edad.

En ambas sociedades es común que el hijo mayor cuide a los padres cuando éstos llegan a la tercera edad, esto en mayor medida en Japón (82.98%) que en México (51.06%).

Encuesta aplicada por los Maestros Chávez, Lee, Salgado (asesor Katano, Youhei)

A continuación se muestra el análisis descriptivo de cada pregunta y el coeficiente de correlación de Spearman entre los ítems que conforman el segundo instrumento.

1.-Los niños mexicanos/japoneses muestran muy poco autocontrol.

La respuesta en ambas naciones estuvo muy dividida, en los mexicanos la más apuntalada fue «ni en acuerdo ni en desacuerdo» con 39.53%, mientras que 43.18% los japoneses asentían con la premisa anterior en contraste con 43.17% que no estaba de acuerdo.

2.-Los niños mexicanos/japoneses son muy mimados por sus padres.

Tanto mexicanos (65.11%) como japoneses (65.90%) coinciden que «a veces» los niños suelen ser muy mimados por los padres. Al respecto se identificó en los japoneses una correlación positiva moderada (rs=.448) con un nivel de significancia de .002 con el reactivo 16.

3.-Cuando un hijo se porta mal ¿quién se encarga de la disciplina?

El 50% de los mexicanos y 63.63% de los japoneses indican que ambos padres, la segunda respuesta más elegida fue la madre (34.09% de los mexicanos y 22% de los japoneses).

4.-En la sociedad mexicana/japonesa los esposos muestran problemas de comunicación entre ellos.

Tanto los mexicanos (56.81%) como los japoneses (54.54%) concordaron con tal afirmación. Por otra parte, en la muestra japonesa existe una correlación positiva moderada (rs=.413) y significancia de .006 con el reactivo 5.

5.-Los padres mexicanos/japoneses rara vez hablan sobre sus sentimientos entre ellos.

Los mexicanos (45.44%) en menor medida que los japoneses (67.44%) coinciden en que los padres rara vez hablan sobre sus sentimientos. Al respecto, en la muestra mexicana se encontró una correlación negativa moderada (rs=-.481) con un nivel de significancia de .023 entre este reactivo y el 9.

6.-¿Cuántas horas convives con tu familia entre semana?

Los japoneses conviven semanalmente menos de una hora por semana (47.73%) con su familia, en contraste con los mexicanos quienes llegan a pasar más de 4 horas por semana (45.45%). Es importante señalar que tanto en mexicanos como en japoneses existe una correlación entre el reactivo 6 y 7. En los primeros es positiva moderada (rs=.475) con significancia de .002 y en los segundos es positiva moderada alta (rs=.698) con significancia de .0001.

7.-¿Cuántas horas convives con tu familia en los fines de semana?

Mientras que la mayoría de los mexicanos (63.63%) convive 4 o más horas con su familia los fines de semana, los japoneses suelen hacerlo 1 hora o menos (47.72%).

8.-¿Come junta toda tu familia?

Un momento donde toda la familia japonesa se reúne suele ser a la hora de la comida (81.82%), algo que no es tan común entre los mexicanos (52.27%).

9.- En caso de contestar sí, ¿cuántas veces a la semana comen juntos?

La respuesta más común entre los mexicanos fue «de 6 a 10 veces» (40.40%) y de los japoneses «más de 10 veces» comen juntos en familia (45.7%). Asimismo en los japoneses se identificó una correlación positiva moderada (rs=.509) y significancia de .002 entre este reactivo y el 7.

10.-En caso de contestar sí, ¿en qué momento del día comen juntos?

Los japoneses coinciden que la cena (57.1%) es el momento en donde se junta la familia para comer, seguido del desayuno (25.7%), en cambio para los mexicanos la comida y la cena tienen igual preferencia a la hora de reunirse para comer (46.66%). De igual forma existe una correlación positiva moderada (rs=.498) y un nivel de significancia de .023 entre este reactivo y el 5 en la muestra mexicana.

11.-Los esposos mexicanos/japoneses halagan rasgos de la personalidad de su esposa en público.

Tanto japoneses (43.18%) como mexicanos «rara vez» (40.90%) halagan rasgos de la personalidad de su pareja. Al respecto se encontró en ambas naciones una correlación positiva moderada entre este reactivo y el 12, en los primeros con .646 y en los segundos con .685, los dos con significancia de .0001.

12.- Los esposos mexicanos/japoneses halagan rasgos físicos de su esposa en público

Mientras que la respuesta más común de los mexicanos fue «a veces» (47.72%), la de los japoneses fue «casi nunca» (38.64%) y «rara vez» (36.36%). Otro punto a resaltar es la correlación positiva moderada alta (rs=.700) con una significancia de .0001 entre este reactivo y el 13 en los japoneses.

13.- Las parejas mexicanas/japonesas se dicen «te amo».

47.72% de los mexicanos respondieron que «a veces» expresan su afecto verbalmente diciendo «te amo» a su pareja, en contraste con el 45.45% de los japoneses que «casi nunca» lo dicen. De igual forma existe una correlación positiva moderada (rs=.446) con un nivel de significancia de .002 con el reactivo 11 en la población japonesa.

14.-Los padres mexicanos/japoneses tienden a dormir en cuartos separados.

Mientras que las respuestas predominantes de los mexicanos fueron «casi nunca» (54.54%) y «rara vez» (29.54%), en los japoneses fue «rara vez» (31.81%) y «a veces» (29.54%).

15.-Los niños de primaria mexicanos/japoneses suelen dormir en la misma cama que los padres.

Los niños mexicanos «rara vez» suelen dormir en la misma cama que los padres (43.18%), mientras que en los niños japoneses esta situación es más común ya que 47.72% considera que «a veces» lo hacen.

16.-¿A quién recurres cuando tienes un problema?

En ambos grupos la persona más recurrida en caso de suscitarse un problema fue la madre (39.63% mexicanos y 39.02% japoneses). Ahora bien, en la opción de «otros» los mexicanos resaltan a los amigos (6.81%) y a la pareja (6.81%), en cambio en los japoneses mencionan que acudirían a los amigos (24.39%).

17.-¿Te sentirías presionado a casarte si tus amigos se llegan a casar?

Los mexicanos suelen sentir menos presión para casarse en caso de que sus amigos se casaran (2.27%) en contraste con los japoneses (43.17%).

18.-¿Cuál es el factor más importante para elegir con quién casarte?

Tanto mexicanos (72.72%) como japoneses (77.27%) coinciden que el amor es el factor más importante para elegir con quién casarse. En la opción de «otros» los mexicanos mencionaban metas en común, apoyo y comprensión, mientras que los japoneses señalaban los sentimientos, compatibilidad y personalidad.

Discusión

Así como apuntala Azuma (1994, en Davies e Ikeno, 2002, p.136) al mencionar que «contrario a la creencia popular que existe en el oeste, los padres japoneses rara vez disciplinan a sus hijos de una manera autoritaria ni tampoco los castigan» en el estudio se encontró que solo 30.85% de los padres japoneses tienen un estilo autoritario, una situación similar a lo que ocurre en México ya que un 36.17% de los encuestados considera que los padres mexicanos disciplinan de tal forma. Sin embargo, a pesar de que los padres japoneses no suelen mostrarse autoritarios al disciplinar, los hijos tienden a ser más obedientes (63.83%) que los niños mexicanos (48.94%). Se debe agregar que en la muestra japonesa hay una tendencia entre la forma de ejercer la diciplina y cuán felices se muestran los hijos, de igual forma se encontró una relación entre la forma de disciplinar y el miembro más querido en la casa, la madre. Es menester mencionar que en ambas naciones la madre tiende a encargarse en mayor medida de la disciplina en casa en contraste con el padre.

Por otra parte, el padre de familia mexicano en cerca de la mitad de los hogares pone las expectativas laborales antes que las familiares (47.87%), algo que no es considerado tan visible en los hogares japoneses (27.66%). Los resultados muestran la diferencia sobre lo considerado «normal» por la sociedad japonesa ya que a pesar de que un japonés trabaja en promedio 16 horas extras al mes sin pago (The Japan Times, 2015) y de acuerdo a expertos podrían existir hasta 20,000 casos de muerte por exceso de trabajo en Japón (Carney, 2015) esto no se vio reflejado en lo respondido por los encuestados. En una entrevista informal llevada a cabo el 16 de marzo del 2014 con el psicólogo y docente de la Universidad de Joetsu, Yusuke Moriguchi, él aludía que el hecho de invertir más tiempo en el trabajo implica indirectamente darle atención a la familia ya que al hacerlo se obtiene más dinero que al final repercute positivamente en el hogar (Moriguchi, 2014).

Pese a que los cambios en la sociedad transforman las formas de crianza, la división de responsabilidades, de roles y de percibir la familia, hay elementos «tradicionales» que se han mantenido a lo largo del tiempo en algunos hogares (Esteinou, 2008). Al respecto, en un estudio transcultural en el que participaron familias de 30 países alrededor del mundo, Poortinga y Georgas (2006) encontraron que el cuidado de los hijos y la socialización es un elemento común en la crianza, empero la madre es considerada como el centro de la familia al ser más cercana emocionalmente a los hijos y al tomar la responsabilidad principal en sus cuidados.

Continuando con las diferencias entre la madre y el padre, en un estudio de Motrico, Fuentes y Bersabé (2001) identificaron que los adolescentes españoles discuten más con su madre que con su padre, esto lo atribuyen a que ella se involucra más en el cuidado y la supervisión diaria de sus hijos. En otra investigación con adolescentes españoles, Parra y Oliva (2002) también señalan que tanto hijas como hijos dialogan con mayor frecuencia y con temas más íntimos con su madre que con su padre, de tal forma que una mayor comunicación equivale a una proximidad emocional más fuerte. Los autores también lo aluden a que es debido a que la madre toma un rol más predominante en la crianza y educación de los hijos.

En lo que respecta a la sociedad mexicana, Salguero (2008) señala que se tiene la creencia que al parir una mujer automáticamente desarrolla la capacidad de criar, educar y responsabilizarse del cuidado de los hijos debido a que se atribuye que existe un vínculo o apego especial en la diada madre-hijo. Lo que propicia en culturas colectivistas un estilo disciplinario materno caracterizado por una mayor proximidad física y afectiva con los hijos (Rosabal, 2009). Sin embargo, aunque no tan reconocido, el padre también provee un sustento emocional a su pareja e hijo al brindar cuidado, educación, cariño, amor y seguridad (Nieri, 2012).

Al respecto, en este estudio la madre es considerada el miembro más querido de la familia, así lo afirma el 55.32% de los japoneses y 78.72% de los mexicanos. Resultado similar fue arrojado por la segunda encuesta al preguntar a la muestra elegida en Japón, a quién recurren en caso de tener un problema, la respuesta más popular fue la madre seguida de los amigos, es interesante resaltar que 17.07% prefiere no recurrir a alguien al tener un conflicto, de igual forma, los mexicanos también acuden a la madre al suscitarse un conflicto con un 39.63% seguido por los amigos (20.45%) o a nadie (20.45%).

Se debe agregar que en ambas culturas 4 de cada 10 padres juegan un rol mínimo en la crianza, además en el segundo apartado del cuestionario de Izawa y Salgado (2015) relativo al «sexo y género» al preguntar si al casarse una mujer su rol más importante se convierte en ser una buena esposa y una madre sabia, 4 de cada 10 encuestados tanto mexicanos como japoneses consideran que efectivamente debe de ser así. Sin embargo para profundizar en este punto se decidió dividir la respuesta por sexos para ver qué opinaban los hombres y las mujeres al respecto y se encontró que el estereotipo es reproducido en mayor medida por las mujeres japonesas ya que 57.15% aceptan esta premisa en contraste con el 32.2% de hombres japoneses, en cambio en México los hombres son los que la aceptan en su mayoría, con una respuesta afirmativa del 45.76% en comparación con el 28.57% de las mujeres mexicanas.

Asimismo, en el segundo apartado de Izawa y Salgado (2015), se encuentra que la realización de las labores domésticas suelen llevarse a cabo generalmente por las mujeres sin importar si trabajan o no, esto de acuerdo a 74.47% de la población mexicana y el 71.28% de la japonesa de la muestra representativa en el estudio. En el mismo estudio se les preguntó si consideran que un hombre debería de trabajar mientras que una mujer debería de quedarse en casa y encargarse del cuidado de los hijos, tanto mexicanos como japoneses dijeron en su mayoría que no, de igual forma es notable que toman una postura de aceptación para que una mujer tenga la oportunidad de estudiar y trabajar en lo que ella decida, a pesar de ello en ambas naciones las mujeres son una fuerza menor en el mercado laboral ya que solo 45% de las mexicanas y 62% de las japonesas cuentan con empleo comparado con el 78% de los mexicanos y 81% de los hombres japoneses (OECD, 2015).

De igual forma, la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (2014) menciona que los hombres japoneses pasan 62 minutos al día cocinando, limpiando o al cuidado del hogar, lo cual los ubica en uno de los lugares más bajos dentro de los países que conforman la OCDE donde el promedio es de 141 minutos. Ello obliga a que las mujeres dediquen más tiempo a las labores domésticas, en el caso de las japonesas hasta cuatro veces más minutos que los hombres, realizando un promedio de 299 minutos por día. Ahora bien, estos datos son contrastados con los de Sugimoto (2014) quien señala que en promedio un hombre japonés que labora solamente dedica 28 minutos al día en tareas del hogar, en cambio una mujer que también trabaja dedica tres horas y 18 minutos.

En lo que respecta a México, la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (2014) muestra que los hombres mexicanos también están por debajo del promedio internacional ya que emplean 113 minutos al día cocinando, limpiando o realizando cuidados relativos al hogar, lo que deja la mayor parte de las labores a las mujeres mexicanas abocándose a tales cuidados por 373 minutos por día.

Otro punto analizado en el primer instrumento fue el cuidado familiar en adultos mayores, se encontró que en la mayoría de los hogares japoneses (82.98%) y mexicanos (51.06%) se espera que el hijo mayor cuide a los padres cuando entren en la vejez. Con respecto a México, en un estudio de Domínguez-Guedea y Díaz-Loving (2016) concluyen que la persona que provee la atención y cuidado a un adulto mayor en la gran mayoría de los casos se trata de un familiar, aunque no se encontraron diferencias estadísticas de significancia en cuanto el sexo del cuidador y tampoco se definió el parentesco que se tiene con la persona de la tercera edad. En Japón es común escuchar a mujeres japonesas decir que de casarse cuidarían no hacerlo con el hijo mayor ya que la esposa suele tomar una función de sirvienta para los suegros aún si ésta cuenta con empleo (Zielenziger, 2006).

Para terminar con los hallazgos relevantes respecto al primer instrumento, fue inesperado encontrar un alto porcentaje de personas que no consideran que los niños desean ser como sus padres al llegar a la adultez, solo 36.17% de los mexicanos y 21.27% de los japoneses contestaron que sí. En cambio, en un estudio realizado por Díaz Guerrero en 1975 se identificó que la mayoría de los niños mexicanos desearía seguir los pasos de su padre, una tendencia que aparentemente está siendo modificada por las nuevas generaciones. Es notable recalcar que se detectó una relación entre la felicidad expresada por los niños mexicanos y el anhelo de ser como sus padres, al igual que entre la felicidad de los infantes mexicanos y el amor/afecto expresado hacia su papá y mamá.

Continuando con el estudio de la misma temática, en una investigación anexa (Chávez, Lee, Salgado, 2015), se indagó sobre la interacción que se da entre los miembros de la familia, la comunicación, la resolución de problemas y el tiempo de convivencia, se pudo encontrar que la mayoría de los japoneses no pasa mucho tiempo junto con su familia ya que sólo conviven una hora o menos a la semana. En lo que respecta a los mexicanos, suelen convivir más de 4 horas a lo largo de toda la semana.

No obstante, los japoneses otorgan mayor importancia a la convivencia familiar a la hora de comer, cabe señalar que Matsui (1996) afirma que la cena es el platillo principal en las familias japonesas, es el momento en el que tienen oportunidad de comer y hablar sobre cómo les fue en el día. Los resultados de la pregunta «¿toda tu familia come junta?» coincide con dicha aseveración, el 81.82% de los encuestados contestó que sí, y el momento del día en que suelen comer reunidos todos es por las noches (58.62%) que es usualmente cuando los hijos terminan sus actividades escolares y extraescolares y el padre llega del trabajo. En cambio los mexicanos le otorgan igual importancia a la comida y a la cena (46.66%) aunque suelen comer en familia con menor frecuencia que los japoneses.

Es posible que la escasa interacción entre los miembros de una familia pueda propiciar la creación de diversos conflictos, en específico se preguntó si consideran que existen problemas de comunicación entre esposos a lo que la mayoría de los encuestados japoneses (54.54%) asintió. En particular Lebra (1987, en Davies e Ikeno, 2002) menciona que en las culturas occidentales se resalta la importancia de la expresión verbal y la comunicación clara, abierta y directa de las opiniones y emociones, sin embargo el estilo japonés de comunicación está caracterizado por ser ambiguo y hacer más uso del silencio.

El silencio puede ser un reflejo de la vergüenza provocada por el acercamiento, intimidad o la dificultad de expresar en palabras sentimientos de ternura, también puede funcionar como una especie de lubricante social para facilitar la comunicación ya que evita herir los sentimientos de otras personas, por último, contribuye a crear un ambiente de paz y armonía, permitiendo a la gente sobrellevar situaciones complicadas de una manera calmada y afable en esta cultura asiática (Lebra, 1987, en Davies e Ikeno, 2002).

Esto de ninguna manera invalida el posible afecto que se tenga una pareja japonesa, es muy probable que se amen pero son demasiado tímidos para expresar sus sentimientos de una manera verbal. Los esposos japoneses tratan de comprenderse, intuyen las intenciones, sentimientos y pensamientos de la pareja de una manera no verbal haciendo uso de un lenguaje ambiguo o través de actos que expresen el afecto que sienten unos a otros como servir la comida o proveer recursos económicos. Habría que decir también que los japoneses encuestados señalan que los padres no suelen hablar sobre sus sentimientos, no halagan rasgos físicos o de la personalidad de su pareja y rara vez suelen decirse «te amo».

Ahora bien, una pregunta que constantemente se hizo el investigador fue sobre la pertinencia, confiabilidad y validez de medir bajo la misma metodología diferentes culturas. Posteriormente se comprendió que era viable siempre y cuando no se cayera en un absolutismo fenomenal y se ignoraran los conceptos e interpretación por parte de la diversidad humana y los marcos socio-psico-culturales. Además es pertinente considerar la manera en la que se le brindó confiabilidad por medio del test-retest y los resultados del coeficiente de correlación de Cronbach y validez por medio de la prueba binomial, ambos aspectos fueron procesados con el paquete estadístico SPSS IBM versión 23.

Cabe apuntalar que una de las limitaciones de la investigación fue haber trabajado con una muestra de estudiantes universitarios, por lo que las posibilidades de generalización de los resultados son reducidas. Empero un estudio de Oudhof, Rodríguez y Robles (2012) mostró que tanto padres como hijos suelen tener una visión muy similar en cuanto la crianza en el hogar.

Por último, cabe mencionar que se optó por analizar el mismo fenómeno social en dos diferentes culturas para resaltar las similitudes y diferencias de cada una en lo referido a la crianza y la forma de percibir a la familia, ya que se asume que la gente de una determinada cultura comparte ciertos elementos en común que contribuyen a la conformación de una identidad nacional, situaciones que se viven diariamente y que permiten comprender la diversidad del comportamiento humano a través de las relaciones interpersonales más significativas como son los miembros de la familia, amigos y parejas.

En conclusión, el punto de partida para discernir las diferencias culturales proviene primeramente de la familia, este núcleo vital es un reflejo de la sociedad, y es ahí donde se desarrolla un sentido de la realidad y donde las diversas percepciones sobre el mundo y la humanidad son concebidas. Se cree que el presente estudio es una humilde aportación al conocimiento social al escudriñar el punto de vista del ser humano de diversa nacionalidad respecto a un tema en común como es la familia.

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Recibido: 25 de Diciembre de 2016; Aprobado: 29 de Abril de 2017

*Autor para correspondencia: Mario Alejandro Salgado Reveles. E-mail: Dr_alek@hotmail.com

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