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En-claves del pensamiento

versão On-line ISSN 2594-1100versão impressa ISSN 1870-879X

En-clav. pen vol.5 no.9 México Jan./Jun. 2011

 

Reseñas

 

Ética: el cuidado de la libertad como resistencia

 

Dónovan Hernández Castellanos*

 

Rodrigo Castro Orellana, Foucault y el cuidado de la libertad. Ética para un rostro de arena. Chile, LOM, 2008.

 

* Profesor en filosofía por la FFL de la UNAM, donde realiza su doctorado actualmente; es profesor de la asignatura "Corrientes fenomenológicas" en el doctorado del Instituto Mexicano del Psicoanálisis.

 

Fecha de recepción: 01/03/2010
Fecha de aceptación: 30/06/2010

 

Foucault: una herencia política

"Soy un artificiero" se le escuchó decir alguna vez a Michel Foucault: "Fa-brico algo que sirve".1 La memoria lejana de estas palabras, pronunciadas a buen resguardo del murmullo parisino, parece evocar menos el rostro atenazado del Laocoonte que la porosa maleabilidad de la arena. En efecto, el trágico semblante de la figura clásica no podía estar más alejado del pensador que supo hacer de la risa un arma detonadora para el trabajo intelectual. Arma que Rodrigo Castro Orellana explota sabiamente en la publicación que hoy reseñamos.2 Como una respuesta en contra de la creciente despolitización, su libro, Foucault y el cuidado de la libertad. Ética para un rostro de arena, torna visible el apaciguamiento que recientemente ha hecho presa del trabajo de Foucault, ya sea mediante una interpretación que antepone la ética a la política o a través del postulado de un mero "esteticismo" postliberal que anidara en los últimos tomos de la Historia de la sexualidad.

Siguiendo derroteros completamente diferentes, el extenso ensayo de Rodrigo Castro refresca la bibliografía escrita en nuestra lengua sobre el pensamiento del filósofo francés; reivindicando, con ese gesto, una vieja herencia política que permanece todavía abierta a su promesa de emancipación. Pues, como ocurre con otros filósofos indispensables del siglo XX, el de Foucault dista mucho de ser un texto cerrado. Desde las primeras líneas de la Introducción saltan a la vista del lector los objetivos más relevantes del texto, así como la escritura ardua y bien cimentada que la constituye. Se trata de objetivos difíciles que invitan a seguir la lectura con ojos polémicos, atentos al despliegue argumentativo y monográfico.

Esta obra tiene el mérito de plantear e intentar responder a problemas que comparten todos los estudiosos del pensamiento foucaultiano, entre ellos: ¿Cómo ubicar el pensamiento de Michel Foucault? ¿Es posthumanista? ¿Post-metafísico? ¿Cómo responder a las críticas que provienen de la teoría política normativa? ¿Qué política sostiene Foucault en nombre propio? Mediante una serie de capítulos y apartados ricamente organizados, el lector no versado en la obra del filósofo de Poitiers podrá obtener una imagen detallada del conjunto de los escritos más representativos de la arqueología del saber y de la genealogía foucaultiana. Cuadro que es completado con sendos comentarios que relacionan y ponen a dialogar dichos trabajos, iluminando aspectos que habían sido obviados por algunos comentaristas y explorando temas que habían sido ignorados por otros. No debe pensarse por ello que el trabajo de Castro sea meramente expositivo; en más de una ocasión toma y obliga al lector a tomar posición frente a aspectos específicos de la obra de Foucault. Si bien estas posturas siempre son objeto de discusión, la valía de Foucault y el cuidado de la libertad radica en la apertura de problemas complejos, de los cuales habrá que explorar su potencial epistemológico y político. En cierta forma, los textos de Foucault siempre nos obligan a ello. Se trata de una pedagogía de la resistencia, toda vez que la de Foucault es una herencia política.

 

Estructura de la obra

Foucault y el cuidado de la libertad se divide en tres partes. La primera de ellas se titula Un rostro de arena: muerte del sujeto y nacimiento de la subjetiva-ción, se trata de un amplio examen de los singulares desplazamientos que ha tenido la cuestión del "sujeto" desde los primeros textos de Foucault. De la "invención del hombre" como un objeto de saber a la "batalla de la subjetivación", Rodrigo Castro muestra las distintas problematizaciones elaboradas tanto por la herramienta arqueológica, como por la genealógica. Con gran rigor y brillante talento expositivo el autor muestra que no hay ningún abandono de posturas metodológicas en la obra de Foucault, de tal forma que la epistemología nunca estuvo sobre la política. Por el contrario, el estudio de las epistemes de la cultura occidental y los dispositivos de la política moderna muestran las relaciones del binomio saber-poder más allá de la lógica de lo instituyente. Después de todo, la cuestión del sujeto permanece abierta hasta nuestros días y conforma el emplazamiento decisivo desde el cual debemos discutir los problemas inaugurados por la modernidad.

La segunda parte del libro se titula Genealogía y ética: una historia crítica del presente. En ella tiene lugar la reconstrucción de la inquietud y el cuidado de sí, que Foucault opone a la hermenéutica del sujeto constituida en el cristianismo. Se estudia minuciosamente la formación del poder pastoral como parte de la genealogía de la biopolítica moderna y se interroga por la posibilidad de construir espacios de autonomía más allá de la lógica gubernamental propia del neoliberalismo.

Finalmente, la tercera parte, El cuidado de la libertad, da su título al ensayo completo. Se trata de la elaboración teórica de lo que el autor denomina precisamente "el cuidado de la libertad". Y, contra todo pronóstico, argumenta que éste es la finalidad de la ética. El autor escoge subsumir esta "ética de la libertad" en la figura de una "estética de la existencia" con la cual problematiza la relación con la alteridad, con el cuerpo y con el cerco político de las sociedades de control postpanópticas. Quizá el gran mérito de este texto consiste en el intento del autor por volver a vincular la ética con la política, conservando sus tensiones constitutivas.

Así, el libro de Rodrigo Castro condensa, en un gran esfuerzo teórico, el pensamiento de Michel Foucault en su conjunto; a la vez que plantea una propuesta original: la constitución de una ética del cuidado de la libertad. Esta versión propositiva y constructiva merece la atención de todos aquellos que se interesan en volver a pensar lo político en su especificidad crítica.

 

El trabajo del pensar como lectura

Alejándose de los excesos de la hermenéutica, el autor opta decididamente por comprender la lectura del pensamiento foucaultiano como una forma de actuar sobre los textos que son su objeto de estudio; la suya es una aproximación praxeológica. De tal forma que Castro llega a declarar que la lectura misma es acción: modifica los contenidos tanto como las formas de transmisión de un saber; transforma la literalidad de lo escrito según la ocasión y la oportunidad, con los ojos puestos en el presente; emprende, en fin, el largo oficio de la escritura como un ejercicio performativo que tiene efectos sobre la materia del trabajo intelectual, la lengua y la herencia foucaultianas. Y por estas razones, sigue más fiel a la letra de Foucault que los meros exégetas temerosos de alejarse del canon de lectura. Pues su texto se ve enriquecido con discusiones que vinculan la filosofía y la resistencia política con las nuevas experiencia del cuerpo y de la alteridad.

Al respecto, el doctor Castro argumenta la existencia de posibles vínculos entre el trabajo de Foucault y el de Levinas; éste argumento polémico debería ser explorado por los estudiosos de ambas obras. Destacables son, por lo demás, las críticas y objeciones que el autor plantea al propio Foucault en varios de los aspectos más importantes de su pensamiento. Por ejemplo, lo acusa de caer en las contradicciones que el francés había identificado en la episteme de la modernidad; sirva de muestra la duplicación empírico-trascendental en la que Foucault incurre a los ojos del autor, cuando el francés distingue entre reglas de formación y discursos fácticos, distinción que le impediría presentar su arqueología como una historia del presente toda vez que el propio archivo de la arqueología permanece oculto para ella.

 

Problematizar una tradición

Como una suerte de Maquiavelo invertido, Rodrigo Castro argumenta reiteradamente que la ética y la política no tienen porque estar separadas de manera necesaria. En su propuesta, tanto la ética como la resistencia en contra de la dominación son solidarias de la política y viceversa. Puesto que la ética, como un arte de vivir todavía vigente, busca la manera de construir espacios de autonomía donde la determinación del sí mismo se entrecruce con los esfuerzos comunitarios por hacer frente a las relaciones de fuerza que constituyen nuestras vidas, nuestras identidades y el conjunto de nuestras prácticas. Que el autor se decante por una estética de la existencia y no por una micropolítica en resistencia puede ser algo discutible. Pero su diagnóstico es contundente y nos obliga a pensar en nuestra circunstancia específica; pues, como bien señala, "más allá del dilema de pensar la moral como ética del cuidado de sí, se halla el problema que nos supone concebir un espacio de resistencia a la trama biopolítica de la modernidad".3

A los ojos de quien escribe esta reseña, la propuesta de Rodrigo Castro reintroduce una vieja tensión que se opone severamente a una importante tradición moderna en la teoría política, desde Max Weber —pasando por Carl Schmitt— hasta nuestros días; según la cuál, trabajar en política equivaldría a empeñar nuestras almas. Esta escisión entre el científico y el político podría ser cuestionada a través de la lectura que Castro realiza del pensamiento de Foucault. Más allá de las trampas del decisionismo, que hoy día está rehabilitado, el polémico trabajo de Rodrigo Castro es un sano e importante aliciente no sólo para conocer y profundizar en la obra de Michel Foucault, sino para interrogar críticamente nuestra propia tradición política. Por lo pronto, este libro presenta a la ética como una condición de la resistencia política y sobre este argumento la academia tiene mucho que dialogar con el autor.

 

NOTAS

1 Roger-Pol Droit, Entrevistas con Michel Foucault. Barcelona, Paidós, 2006, p. 73.         [ Links ]

2 Rodrigo Castro Orellana es Doctor en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid y Magíster en Filosofía por la Universidad de Chile. Es profesor de Filosofía por la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación. Actualmente trabaja en un estudio sobre la racionalidad gubernamental del neoliberalismo y sus conexiones con la biopolítica.

3 Rodrigo Castro Orellana, Foucault y el cuidado de la libertad. Chile: LOM, 2008, p. 313.         [ Links ]

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