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En-claves del pensamiento

versión On-line ISSN 2594-1100versión impresa ISSN 1870-879X

En-clav. pen vol.4 no.7 México jun. 2010

 

Reseñas y noticias 

 

México: un espacio, cuatro escenarios

 

Gabriela Palavicini Corona*

 

Lillian Briseño y Susana Chacón, coords. México: un espacio, cuatro escenarios. México. Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey/Miguel Ángel Porrúa, 2008.

 

* Profesora de la Escuela de Humanidades y Ciencias Sociales del Tecnológico de Monterrey (RZMCM). gpalavicini@itesm.mx

 

Fecha de recepción: 06/04/2009
Fecha de aceptación: 15/12/2009

 

México: un espacio, cuatro escenarios es un esfuerzo colectivo del trabajo colegiado llevado a cabo por Lillian Briseño, Susana Chacón, Dolores Chávez, Miguel Ángel Corro e Iván Palavicini, profesores–investigadores del Tecnológico de Monterrey, Campus Santa Fe, en el seno de la Cátedra Estudios de México.

La obra se divide en cuatro capítulos, los cuales corresponden, cada uno de ellos, a los escenarios evocados en el título, referidos a las cuatro visiones desde las que se aborda el tema principal del libro: el desarrollo. De ahí que se manejará de forma indistinta tanto escenario como perspectiva. Incluye temas que se presumen disímbolos por lo que presentan el reto de reunirlos en una publicación, pero lo más difícil es entrelazarlos. No obstante, la solución, muy atinada de parte de los autores, fue hacerlos converger en un mismo espacio: México; el México del siglo XXI. Así como los diferentes temas parecen distanciarse unos de otros, México es eso: el acercamiento y alejamiento de las diferentes realidades que lo conforman, en donde se unen desarrollo y subde–sarrollo, crecimiento y estancamiento, progreso y rezago, cultura e ignorancia. Esto es, muchos Méxicos en uno solo. De esta forma los autores buscan entender la realidad actual a partir del conocimiento histórico, pero sobre todo, de no limitarse única y exclusivamente a su análisis, sino de esbozar soluciones a problemas estructurales como la pobreza y el subdesarrollo, que no han podido resolverse durante dos siglos, aunados a aquéllos surgidos con mayor fuerza en la actualidad, como la inseguridad o el crimen organizado. Este esfuerzo es una aportación enriquecedora de la obra.

El libro está orientado a diferentes realidades con subtemas diversos, sin perder de vista que el tema central es México además de lograr así la convergencia de los escenarios en un solo espacio, los autores los integran al abordar los tres ejes centrales de análisis en un Estado: la política, la economía y la sociedad, sin dejar de lado la parte fundamental que permea estos ámbitos: la identidad original y/o adoptada con el paso del tiempo, reflejada en la cultura mexicana.

Asimismo, resalta el papel de las políticas públicas en su rol de instrumentos de solución, dirigidas a contribuir al mejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos, de forma tal que el desarrollo se constituye en el eje rector de los trabajos que integran la obra y transita a lo largo de éstos, desde un desarrollo meramente ideológico hacia uno material, significado en infraestructura; al desarrollo social que involucra de manera directa a la población en la toma de decisiones y en la construcción de su propio beneficio, así como al cultural, reflejado en la identidad con símbolos y mensajes.

El desarrollo es un tema que siempre ha estado presente en cualquier Estado y que a pesar de su "antigüedad" sigue vigente. En México se ha convertido en una meta cercana, pero a la vez distante. De ahí que todos los gobiernos sin excepción elaboren un Plan de Desarrollo a corto y mediano plazos, pero sin lograr cubrir algunas veces los objetivos planteados. ¿El desarrollo es entonces, en México, más un anhelo que una realidad, o es únicamente una posibilidad que se aleja o acerca en función del tiempo y del actuar cotidiano? Los autores, con su investigación, nos dicen cómo se ha presentado este desarrollo, lento en algunas ocasiones y nada más en algunos sectores poblacionales; una posibilidad por momentos tangible y en la mayoría de los casos tan sólo potencial, a partir de cuatro perspectivas. En ellas se transmite parte de lo que se ha llevado a cabo con el fin de alcanzarlo, no obstante la obra es reflejo de que el desarrollo en México sigue siendo una asignatura pendiente. En este sentido, no hay quién pueda contradecir lo ahí expresado pues, es indudable que más que esa meta, lo que se ha alcanzado en algunos sexenios ha sido, sobre todo, crecimiento, pero sin la mejora en la calidad de vida de la ciudadanía ni de la población en general.

Esta obra refleja el desarrollo a través de varios elementos: la mezcla étnica, el idioma, la geografía, el lenguaje, la migración, la formación social y el elemento obligado de nuestro tiempo, la globalización.

En ese sentido, el libro da la pauta a los diferentes trabajos a partir de la aportación de Lillian Briseño, cuyo texto "La seducción del progreso" es sugestivo desde su inicio, a partir de una frase que atrapa al lector: "La historia de México parece ser, en ocasiones, la historia de un país que durante siglos ha buscado constituirse en lo que no es" (p. 11). En estos renglones describe y resume algunos procesos económicos, políticos, sociales y culturales del país, adoptados del vecino Estados Unidos y de Europa, adaptados a México, quien de manera forzada integra identidades diferentes a la suya propia, bajo la aspiración de lograr constituirse en un Estado parecido al vecino del Norte o bien a alguno de los que conforman la Unión Europea.

Desde una perspectiva politológica resulta interesante en la medida en la que el país sigue en busca de probablemente lo que no es; un país desarrollado y que por ello no se logra la consolidación de un régimen que se ha perseguido durante siglos, —y que el tiempo lo dirá, puede no ser el más adecuado para el tipo de país que se tiene—. Cabe tomar en cuenta que retomando la idea de la autora, desde la época de Porfirio Díaz, la democratización del país había fracasado, al ser incluso, las dictaduras de Juárez y del general Díaz necesarias para la consolidación de los ideales liberales, en el sentido de que el liberalismo estaba presente en México a la llegada de Díaz, quien buscaría, más que una lucha ideológica, el progreso del país, sin importar la corriente de pensamiento dominante: "De hecho, como lo han señalado muchos autores, el liberalismo conservador justificaría incluso la permanencia y presencia "dictatorial" de un Juárez o de un Díaz, como paso intermedio, pero necesario para consolidar los ideales liberales en el país" (p. 28), aplazando, hasta la fecha, la aplicación de los principios democráticos para un "mejor momento". Ello pareciera contradictorio, ¿el liberalismo apoyado por una dictadura? México es, en muchas ocasiones como esa, un tejido de contradicciones que, hasta para quienes nos dedicamos a su estudio, es difícil comprender, mas así lo debemos aceptar. Pues realizar el análisis de una situación determinada implica limitarse a ella y no presentarla según nuestro propio deseo.

El seguimiento reflejado en la imitación del vecino del Norte, Estados Unidos, plasmado en el capítulo, es un rasgo que predomina hasta nuestros días, que confluye con la integración de México al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), con la extrema dependencia de ese país, lo que se relaciona, en cierta medida, con lo que México aspira a ser: un país de primer mundo, a partir de la imitación de políticas y programas; así como con lo que es: uno en vías de desarrollo, con deficiencias además de problemas políticos, sociales y económicos recurrentes. En este escenario quedan inscritos todos aquellos elementos que aún predominan en nuestro actuar cotidiano, los problemas que todavía persisten; contribuye mostrando cuál ha sido la evolución conceptual de lo que antes se conocía como progreso, hoy conocido como desarrollo, pasando por sus distintas materializaciones en el ejercicio del poder y en la toma de decisiones de los gobernantes.

El trabajo de Susana Chacón: México, Estados Unidos de América y Canadá: aspectos del desarrollo trata el tema relacionado con la forma en que las relaciones de México con el mundo pueden afectar de manera positiva a este último. Para ello se presenta un análisis comparativo entre los países del Norte. Considera variables claramente distinguibles, como son: la población, la migración, la pobreza, la educación, los recursos naturales, el comercio y la capacidad tecnológica, además de las que conforman el índice de desarrollo humano: longevidad, conocimiento y acceso a recursos. En este sentido, el desarrollo humano se refiere no sólo a la sustitución de los recursos básicos de los habitantes en condiciones de pobreza extrema, sino también —y que es lo más importante—, al incremento de las capacidades de la población en general, para poder desempeñarse mejor en cualquier actividad de la vida cotidiana, como se expresa también en el capítulo de Miguel Ángel Corro e Iván Palavicini.

Susana Chacón parte de la posición geográfica del país, que de manera indiscutible ha contribuido positiva, o negativamente en el papel de México frente a Estados Unidos de América y América Latina. Expone también las razones por las cuales México no ha alcanzado niveles superiores de desarrollo como son: la excesiva influencia extranjera, planteada en el primer capítulo, así como el rechazo a lo nuevo y desconocido; las asimetrías entre países en un mundo interdependiente, así como una gestión inadecuada del Estado al no contar con el seguimiento a los programas de desarrollo, además de la tendencia a su centralización, como también lo apuntan los autores del tercer escenario.

Asimismo, el análisis comparativo de Susana Chacón demuestra que la posición de México es la más rezagada de los tres países, pese al avance que, a nivel interno, se manifiesta en términos de desarrollo humano.

Entre los puntos en común de los cuatro trabajos que integran el libro, llama la atención la variable educación, recurrente una vez más en el texto que nos ocupa, en el sentido en que ya era considerada en el siglo XIX como el elemento clave para alcanzar el desarrollo, entendido en términos de la ONU: "La condición de vida de una sociedad en la cual las necesidades auténticas de los grupos y/o individuos se satisfacen mediante la utilización racional y sostenida de los recursos y los sistemas naturales, lo que implica ampliar las oportunidades de la población" (p. 66).

El comercio se aborda desde la perspectiva en la que, a medida que crezca la economía y se fomenten las relaciones comerciales se contará con mayores recursos que favorecerán, a su vez, la posibilidad de obtener mejores niveles de desarrollo. Es interesante cómo, en términos de flujos comerciales, los datos señalan a México como parte del grupo de las economías más fuertes para 2040, junto con China, India, Rusia y Brasil, a pesar de que todas ellas manifiestan, en nuestros días, visibles avances que México aún no refleja.

En cuanto a los recursos naturales, la autora analiza el papel del petróleo en el desarrollo del país, inmerso en las relaciones internacionales. En este sentido, cabe decir que a pesar de ser una industria determinante para tener acceso a los recursos que conlleven el desarrollo de México, se vuelve paradójicamente una posible limitante para nuestro futuro, debido al escaso desarrollo en ese ámbito. La autora menciona soluciones como el descubrimiento de nuevos yacimientos o la explotación de reservas probables para alcanzar el desarrollo en materia energética. No obstante, sería interesante analizar si no es mejor reorientar el desarrollo en ese ámbito a formas alternativas de energía, como la eólica y/o la solar, que pudieran hacer que el país deje atrás el estancamiento en el cual nos encontramos. Es necesario no insistir en algo que sí fue redituable en su momento, pero que por las condiciones actuales ha dejado de serlo; aceptar que sería mejor que el petróleo quede en el pasado como estrategia de desarrollo y se abandonen los discursos centenarios, así como el ancla que no permite a México emerger en esa área. Es imperativo voltear hacia el diseño, instrumentación y evaluación de políticas diversas, dirigidas al aprovechamiento de recursos redituables en nuestro tiempo y menos dañinos para el medio ambiente. Ante los retos y compromisos internacionales frente al cambio climático, el Fondo Verde, así como otros cursos de acción deberán materializarse en la realidad y abandonar la retórica significada tan sólo en una posibilidad.

La última variable considerada en este escenario es la capacidad tecnológica, y se presenta como elemento clave para favorecer el desarrollo del país, "al reducir costos de producción, influir en el bienestar de los consumidores; hacer más eficiente la gestión pública y mejorar la prestación a distancia de servicios educativos y de salud" (p. 93). Si bien es cierto que es uno de los grandes retos, siendo lo ideal acceder a un nivel que permita lo mencionado por la autora, también es cierto que el costo para ello es muy alto y aunque éste implicará mayor beneficio a largo plazo para todo el país, en el mediano y corto plazos es necesaria una planeación estratégica, orientada a obtener dicha tecnología a los menores costos posibles. De ahí que la propuesta de desarrollo tecnológico que se presenta sea la participación de la iniciativa privada en inversión, de manera conjunta con la del gobierno. A ello habría que agregar la evaluación de prioridades para, por medio de una dirección concreta de dicha inversión, alcanzar las metas fijadas.

En el estudio elaborado por Miguel Ángel Corro e Iván Palavicini, "Participación social, políticas públicas y emprendeduría en México 1988–2006" se presenta el desarrollo desde el ámbito de la participación social como elemento impulsor de formas de cooperación, motivación y generación de mecanismos para la solución de problemas sociales complejos, entre los que están la pobreza y la desigualdad, así como formas de desintegración sociocultural en el nivel de las comunidades, con sus tradiciones de organización social, económica, política e histórica.

Así, en la primera parte, guían al lector por un camino conceptual sobre el término "desarrollo" y los diferentes adjetivos que ha adquirido en el tiempo, como son sostenido, social, humano, local.

Argumentan que la organización no puede gestarse desde quienes encabezan los gobiernos, de ahí que se exprese la participación social como elemento fundamental del desarrollo. En este sentido cobra especial importancia el impulso de la emprendeduría mediante la educación para fomentar la participación social eficaz en los procesos de desarrollo. En este sentido, los autores consideran que los rasgos propios del mexicano parecieran calificarlo como favorable para ser formado como emprendedor, dada su creatividad e ingenio natos, además de que uno de los rasgos predominantes en la economía mexicana es la del sector informal; —concuerda de manera directa con los requisitos para ser emprendedor, de acuerdo a la definición propuesta de emprendeduría— "individuos o grupos de individuos que asumen el riesgo de ocuparse en una actividad organizada y dirigida por ellos mismos para satisfacer sus aspiraciones o necesidades económicas o profesionales" (p. 102). Sin que se confundan dichos términos, lo planteado es interesante en la medida en que ésta podría ser una estrategia de avance así como de respuesta a los múltiples problemas que surgen día con día, siempre y cuando se dé el proceso de capacitación adecuado. No obstante, lo propuesto puede ser condición necesaria más no suficiente, misma que deberá acompañarse de recursos varios como humanos y financieros, los cuales no posee la mayor parte de la población. En ese capítulo, una vez más, se recae en el punto de convergencia de los trabajos previos: la educación como promotora y factor de cambio de ciertas actitudes para la consecución del desarrollo.

Corro y Palavicini analizan las formas de participación y organización generadas en el ámbito local a partir del impulso al Programa Nacional de Solidaridad (PRONASOL), aplicado de 1989 a 1994 y de las modificaciones realizadas a esta política desde ese último año. Asimismo plasman —no sin menos valor—, su disfuncionamiento.

Un elemento común que comparte este capítulo con los trabajos mencionados antes es el de vincular a una localidad con agentes externos para potenciarsus principales recursos, atrayendo otros del exterior, en los ámbitos nacional e internacional, en donde las acciones de desarrollo dependerán tanto de las necesidades como de las capacidades específicas de cada lugar. En el primero, el exterior, como ejemplo a seguir, modelador de lo que somos en la actualidad, al "dejarlo entrar" para mejorar lo que existe. En el segundo, por medio del fortalecimiento de sus relaciones y en este escenario, vía la atracción de recursos externos; recursos que serían administrados en el ámbito local, además de ser estimulado por políticas emanadas de la participación conjunta de las autoridades con el sector civil. Los autores de este capítulo convergen con la seducción del progreso en cuanto al reto de lograr transformaciones políticas, sociales y económicas para alcanzar los objetivos fijados en la materia, por los agentes locales.

El desarrollo local implica, en términos de Corro y Palavicini, la actitud de la población hacia la participación activa en el proceso de desarrollo de su localidad (p. 118), lo que pudiera traducirse en la formación de "buenos ciudadanos", informados y activos, que ya se mencionaba en el primer capítulo de la obra.

Este estudio, al igual que "La seducción del progreso" demuestra cómo, a partir de diferentes programas orientados al desarrollo social, se persigue infatigablemente el desarrollo, además de tratar de operacionalizar el federalismo, por medio de la descentralización, el sistema de coordinación fiscal y el fortalecimiento municipal, a decir de los autores. Pero, si bien manifiestan la gestación del desarrollo desde la participación social como solución en este ámbito, para poder analizar lo que se ha hecho consideran los años de 1988–2006. Decisión que se debió a no contar en estos momentos con resultados derivados de dicha participación. De ahí que lo analizable sean los programas instrumentados en pro del desarrollo.

En la época de Zedillo el análisis se centra en el Programa de Educación, Salud y Alimentación (progresa), caracterizado por articular en la administración los servicios hacia las familias pobres, focalizados en las zonas geográficas por medio de un compromiso entre el gobierno y los receptores del beneficio, subrayando la importancia del papel de la mujer.

Del gobierno de Fox es analizado progresa en su versión Programa de Desarrollo Humano, Oportunidades, como fue renombrado, así como la Estrategia contigo que buscaba mejorar el ingreso familiar y estimular el consumo, con compromiso de corresponsabilidad, pero sin incrementar el empleo. En consecuencia, el trabajo aborda también el Programa de Empleo Temporal (PET).

La propuesta de solución de Palavicini y Corro es, como en todos los casos, la educación, la investigación sobre educación y el fomento a la emprendeduría, además de la cooperación entre los distintos niveles de gobierno, la aceptaciónde la necesidad y diversidad de mecanismos reales de participación ciudadana, con el fin de reconocer competencias así como espacios para, en consecuencia, crear condiciones incluyentes de la participación de la sociedad en la construcción de su propio desarrollo.

Finalmente, un cuarto escenario, el de Dolores Chávez, "El entramado de la identidad mexicana" es presentado. Ahí, la autora aborda el desarrollo a partir de la cultura e identidad mexicanas, reflejadas en una representación para todos familiar: la música. Ella converge con el primer escenario del libro en que el desarrollo se percibe en la fusión de elementos. En "La seducción del Progreso", el mestizo con el blanco, el indígena con el europeo; en el cuarto capítulo, en el concepto de "criollización" que refleja la unión de distintos elementos culturales, en el mestizaje sajón–mexicano, en la intertextualidad cultural y artística de las canciones que expresan la cultura mexicana, aunque los procesos mercantiles las difundan en Estados Unidos. Así, el discurso de los productos terminados, en esta ocasión, en los diferentes géneros musicales abordados: narco–corridos (el corrido encuentra su origen en el romance español), rap hip/hop y piezas tropicales son la expresión de la estructura social mexicana, así como de la influencia del exterior, de acuerdo con la autora.

Este trabajo, al igual que cada uno de los anteriores coincide en la influencia del exterior, presente al modificar los contenidos y la "estadounización" del lenguaje, reflejado en el uso del spanglish. Muestra cómo la "posibilidad de los discursos y los procedimientos de exclusión son estrategias que se cumplen por las relaciones de poder y la ideología dominante, la cual controla lo que puede (o debe) decirse, o callarse" (p. 183). El poder, esa espada de dos filos, es un elemento que está de manifiesto en toda la obra determinando cursos de acción, relaciones tanto internas como externas, políticas públicas y formaciones discursivas vinculadas de forma estrecha con elementos propios de la realidad del país: la migración, la pobreza, el narcotráfico, la dominación y la enajenación cultural.

En ese sentido, la influencia estadounidense queda plasmada en los narco–corridos al estar ubicados en la zona fronteriza; elemento que comparte con el segundo escenario en cuanto a que ésta se produce debido a la situación geográfica del país. La migración es otro aspecto que también se hace presente como solución al problema del desempleo en México.

Así como en "La seducción del progreso" el desarrollo se fue materializando en la creación de infraestructura en el país y en la ciencia, en el "Entramado de la identidad mexicana" también se sitúa en esta última, además de considerar la industria, agregándose tanto la exploración como la sensación de felicidad al creer poder vivir el "sueño americano".

Por otro lado, la multiculturalidad reflejada en las canciones de música grupera, con antecedentes también africanos. Coincide además de la mezcla étnica y de la aceptación del exterior, en la integración de la pluralidad, propia de todo régimen democrático. En este trabajo, Dolores Chávez asocia desarrollo con rigidez y control, como producto de lo ya vivido, no obstante debiera ligarse sobre todo con disciplina, educación e integración de la población en la construcción del propio proceso de desarrollo.

Al leer el libro, escrito en forma clara y amena, no se puede dejar de pensar en una frase que externara Albert Einstein: "La palabra progreso no tiene ningún sentido mientras haya niños infelices", lo cual sin mencionarlo queda plasmado en los cuatro escenarios, centrados en la construcción de un país nuevo, en donde el desarrollo deje de ser asignatura pendiente para consolidarse en la realidad diaria. En esta línea debemos trabajar en conjunto, como ciudadanos, para lograr que México deje de buscar constituirse en lo que no es, para consolidar lo que es: un país rico en busca de desarrollo.

 

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