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Migración y desarrollo

versão impressa ISSN 1870-7599

Migr. desarro vol.13 no.24 Zacatecas  2015

 

La voz de los actores

 

Entre la incertidumbre y la esperanza. Narrativas de migrantes retornados

 

Liliana Rivera Sánchez*

 

* Profesora-investigadora del Centro de Estudios Sociológicos de El Colegio de México.

 

Introducción1

En este documento se presentan cuatro viñetas construidas a partir de una estrategia descriptiva de las experiencias y las condiciones de circulación de los migrantes de retorno de Estados Unidos a México, específicamente de quienes han regresado después de 2008 al municipio de Nezahualcóyotl, Estado de México. Las narrativas fueron construidas a partir de una descripción densa por caso, cuyos relatos fueron recabados a partir de entrevistas semiestructuradas de corte biográfico2 en las cuales se entre cruzan experiencias de vida y trabajo, y se evidencia la complejidad de las circulaciones y los desplazamientos múltiples, para mostrar finalmente cómo regresar a casa-como habitualmente se interpreta el retorno- supone desafíos personales, familiares y sociales, incluye desplazamientos diversos, no sólo espaciales y territoriales, sino posicionales, por lo que implica también relocalización en el espacio social.

A continuación se resume y ordena cada narrativa para que el lector consiga una lectura transversal de las viñetas. Se han seleccionado y construido cuatro casos, a través de los cuales se observa cómo se despliega una constelación de factores intervinientes en los resultados entre retorno/reinserción, y cómo estos factores se ensamblan de manera contingente, se acomodan particularmente según la interconexión entre personas, lugares y procesos (Abbott, 1995). A partir de la implementación de esta estrategia narrativa, se ofrece una lectura de las experiencias de retorno/reinserción/ re-emigración de los migrantes retornados de Estados Unidos a Nezahualcóyotl, con base en una descripción del ensamblaje de movilidades (Adey, 2010; Savage, 2009) ordenada por el relato de la experiencia vivida desde una misma localidad de retorno.

Este texto no tiene como objetivo realizar una lectura analítica de las viñetas, sino colocar en primer plano la experiencia de vida y trabajo de estos migrantes de retorno contemporáneo a México.3 Se prioriza entonces la presentación de las narrativas que recogen la voz de los actores, y por ahora se deja al lector la tarea de la interpretación analítica a partir de una lectura transversal de los casos.

 

Viñetas. Los ensamblajes de la experiencia

Luis

(Entrevistado en febrero de 2011, en Nezahualcóyotl) 35 años, soltero, retornado de Estados Unidos a finales de 2008. Originario de Michoacán, inmigrante en Nezahualcóyotl, arribó a la edad de 4 años. Salió de Nezahualcóyotl, Estado de México, en enero de 2002 con destino a Nueva York, a la edad de 27 años. Era soltero, vivía en el mismo hogar que sus padres y una hermana en la colonia San Agustín, en Nezahualcóyotl; era el mayor de tres hermanos, tenía un hermano que radicaba en la ciudad de Nueva York y que llevaba cuatro años como inmigrante en aquella ciudad, cuando Luis decidió emigrar. Es hijo de inmigrantes internos, procedentes del estado de Michoacán, sin experiencia migratoria internacional. Tiene como nivel máximo de estudios el segundo año de secundaria, pues cursó y aprobó ocho años escolares.

Luis cruzó la frontera en Nogales, Sonora, y desde Arizona viajó en avión directamente a la ciudad de Nueva York, con el plan original de permanecer por dos años para contribuir en la construcción de la casa paterna y solventar los gastos de la familia; no obstante, tuvo una estancia de seis años continuos en Estados Unidos, es decir, realizó un solo viaje internacional y había realizado previamente uno de migración interna cuando era un niño. Durante los seis años en Estados Unidos vivió cinco años y nueve meses en Nueva York, dos meses en Atlantic City, y uno más en Pennsylvania.

Cuando Luis decidió emigrar a Nueva York trabajaba como empleado en una fábrica de embutidos en Nezahualcóyotl, donde se desempeñaba como un obrero general y contaba con seguridad social (aguinaldo, seguro médico, vacaciones), ganaba un poco más del salario mínimo establecido en la zona metropolitana. Emigró solo, orientado por su hermano que estaba en Nueva York, quien le prestó dinero para hacer el viaje, préstamo que reembolsó en un periodo de un año y medio. Los primeros 18 meses de estancia en Estados Unidos, Luis no envió remesas a su familia en Nezahualcóyotl, sólo consiguió financiar su estancia y cubrir el préstamo recibido para su viaje (ascendió a 28 mil pesos mexicanos el cruce y viaje por avión hasta Nueva York). Los siguientes cuatro años y medio, Luis envió remesas mensuales a su familia establecida en Nezahualcóyotl, quienes contaban con un terreno que adquirieron previamente. Las remesas permitieron construir la casa paterna y avanzar en la construcción de un cuarto anexo donde él planea vivir, una vez que lo concluya.

La historia laboral de Luis inicia a la edad de 14 años, como obrero eventual en fábricas en la zona metropolitana, y trabajando como peón de albañil conjuntamente con su padre, quien era un maestro albañil. A la edad de 27 años llega a Nueva York y se emplea de inmediato en la misma compañía en la que trabajaba su hermano, como ayudante en el manejo de materiales para la construcción de casas por un periodo de tres años. Su segundo empleo fue en un restaurante, el cual consiguió sin el contacto de su hermano, como ayudante de cocina, pero conservó adicionalmente el empleo como ayudante de especialista en pegar azulejo, en las construcciones de casas y edificios. Es decir, tomar un segundo empleo implicaba para Luis tener una doble jornada, por la mañana en la compañía de materiales de construcción y, en la tarde y noche en el restaurante, donde aprendió a cocinar comida rápida. Posteriormente, después de 18 meses de desempeñarse en ambos empleos, el restaurante cerró sus puertas y se quedó laborando en un solo empleo, pero de manera paralela tomaba trabajos temporales por una jornada o una semana, y mantenía el empleo en la compañía. Los últimos ocho meses trabajó como empleado en una compañía que realizaba reparaciones de casas y edificios, donde previamente ya había trabajado, antes de ir a Atlantic City.

Durante la estancia de seis años en Estados Unidos, Luis tuvo una incursión por dos meses y medio en Atlantic City, donde trabajó por un mes en un restaurante chino (como ayudante de cocina) y un mes y medio como empleado general en una compañía de instalación de cocinas integrales. Este viaje lo realizó cuando tenía cinco años residiendo en Nueva York, entonces decidió probar suerte en otro lugar.

Finalmente, después de dos meses y medio fuera de la ciudad de Nueva York y de constatar que percibía un sueldo menor en Atlantic City (aproximadamente 40 por ciento menos que en Nueva York), decidió volver a Nueva York. Allí se empleó por ocho meses con un patrón puertorriqueño con quien ya había trabajado y estuvo como empleado hasta que decidió volver a Nezahualcóyotl. La decisión de regresar la tomó a finales de 2008 porque recibió un video donde sus padres le mostraron la casa casi concluida y entonces eso lo motivó a volver, pues había alcanzado la meta propuesta. Paralelamente, un evento familiar (la muerte de una sobrina en Nueva York) le hizo reflexionar sobre el momento de su regreso. Así tomó la decisión de volver, trayendo consigo ahorros y el plan de establecer un negocio. Regresó a Nezahualcóyotl a principios de enero de 2009 y estuvo un mes y medio sin trabajar (por decisión propia), hasta que finalmente ingresó a la misma compañía de embutidos, en el puesto de obrero general, el mismo en el que se desempeñaba antes de viajar a Nueva York.

Luis fue entrevistado en febrero de 2011, entonces tenía dos años y un mes de haber retornado a Nezahualcóyotl, y estaba haciendo planes para reemigrar a Estados Unidos un mes más tarde, con el objetivo de trabajar por dos años en la ciudad de Nueva York para luego volver a Nezahualcóyotl, una vez construida su casa. Contaba con los recursos económicos para financiar el viaje y planeaba realizarlo llevando a un amigo primerizo (primer viaje a Estados Unidos) del municipio de Los Reyes La Paz, un municipio vecino en la zona conurbada del Distrito Federal.

Dos años después de la entrevista, en marzo de 2013, el padre de Luis confirmó que su hijo había emigrado a Nueva York en agosto de 2011 (seis meses después de la primera entrevista), y que había tenido dificultades para cruzar la frontera. Luis intentó cruzar en repetidas ocasiones durante dos meses, los mismos en los que estuvo trabajando eventualmente en alguna ciudad de la frontera (al parecer en Piedras Negras, Coahuila). Finalmente arribó a la ciudad de Nueva York hacia finales de 2011 y desde entonces se encuentra en esa ciudad, donde encontró un empleo en un restaurante, el mismo donde ha permanecido desde entonces. Luis continúa enviando dinero a sus padres (con menor frecuencia que en su primera estancia), pues se casó unos meses antes de viajar a Estados Unidos. La esposa de Luis vive en Nezahualcóyotl, en la casa de los suegros, y planeaba ir a Nueva York el próximo año, para reunirse con su esposo.

 

Roberto

(Entrevistado en mayo de 2013, en Nezahualcóyotl) 48 años, casado, retornado de Estados Unidos en enero de 2010, después de vivir en aquel país por 20 años. Actualmente es trabajador por cuenta propia, tiene un pequeño taller de carpintería y herrería en la colonia La Perla, en Nezahualcóyotl, localizado a dos casas de la casa de su madre, donde él y su familia residen. Roberto es un inmigrante de Michoacán en Nezahualcóyotl, a donde llegó con sus padres a la edad de 4 años, procedente de un pequeño pueblo. Ocupa el lugar 5 de 13 hermanos. Viajó en 1990 a California a la edad de 25 años, específicamente a Long Beach, donde vivía una hermana que estaba casada y trabajaba como baby sitter en aquella ciudad. Roberto vivía con su hijo de 4 años y su esposa, los tres miembros de la familia emigraron y realizaron juntos el viaje.

En Nezahualcóyotl, Roberto trabajaba como empleado en una fábrica, donde hacía trabajo de herrería, eventualmente también carpintería, ambos oficios los había aprendido con su padre y hermanos. Una de las motivaciones para emigrar no fue la falta de empleo, asegura que «nunca conoció en Neza la carestía de trabajo», sino un evento que lo desmoralizó: le robaron la herramienta de carpintería que había llevado a la fábrica donde trabajaba para realizar una labor especial. Decide entonces emigrar apoyado por su hermana, quien financió el viaje a Long Beach, California, en octubre de 1990, pero la decisión fue tomada por Roberto y su familia en junio del mismo año, osea, consideró cuatro meses para no abandonar de inmediato su empleo.

En el periodo de 20 años que vivió en Estados Unidos no realizó un viaje a Nezahualcóyotl (o sea, a México), de tal forma que Roberto ha realizado en su vida un viaje al interior del país, cuando se mudó de Michoacán a Nezahualcóyotl, y un solo viaje de México a Estados Unidos, cuando emigró a aquel país.

Roberto y su familia cruzaron la frontera en Tijuana y llegaron por tierra a Long Beach, vivieron con la hermana y su familia en un espacio pequeño donde además habitaban al menos seis personas más, entre primos y sobrinos. Asegura que por primera vez en su vida «sintió que no podía conseguir un empleo». Llegó a principios de octubre de 1990 y consiguió su primer empleo a finales de enero de 1991, después de obtener documentos tales como el social security numbery la green card falsos. Su primer empleo fue como ayudante en una tintorería, en la cual trabajaba su cuñado; en este sitio laboró como empleado durante un año y medio, planchando ropa. En ese periodo pasó de la posición de ayudante a empleado general (planchador), cuando su cuñado llegó a ser el encargado de la tintorería. Luego de un año y medio en Long Beach se mudó al estado de Washington, muy cerca de Seattle, lugar al que se movieron los patrones de su hermana y junto con ellos, la hermana decidió emigrar con toda la familia, incluidos Roberto y los suyos. Allá se empleó nuevamente en una tintorería, como planchador, donde laboró por siete años y medio aproximadamente. En el mismo sitio su esposa trabajó hasta 1999, también por siete años, como empleada, encargada de doblar las prendas y etiquetarlas, pero nunca en la atención al público.

Roberto decidió tomar otro empleo, después de siete años y medio en la tintorería, en donde renunció por problemas de salud, debido a la exposición constante a las altas temperaturas. Se empleó como obrero en una fábrica de ventanas y aluminio, en donde por sus conocimientos y habilidades adquiridas como herrero en Nezahualcóyotl, rápidamente aprendió el oficio de «aluminero» (especialista en trabajar el aluminio). Trabajó por 10 años en esa fábrica (1999-2009), haciendo uso siempre de sus documentos apócrifos.

En 2009 se enfrentó a dos dilemas: a) la expiración de la tarjeta que contenía el número de seguridad social y adicionalmente de su green card que le permitían ser contratado en la fábrica, no obstante que los patrones sabían que eran falsos-suponía Roberto-, y b) su esposa había sido diagnosticada con una enfermedad degenerativa algunos años antes y para entonces se había agravado su condición. Adicionalmente, en 2005 habían experimentado una crisis familiar que le llevó a Roberto a acercarse a, y más tarde afiliarse como miembro de, la congregación Testigos de Jehová, también por intermediación de su hermana, quien se había convertido a esa religión años atrás. Después de cuatro años de converso, Roberto enfrentó el dilema «moral y ético» -así lo llama-de si renovaba sus documentos de la misma forma que los había obtenido, o bien declaraba en la fábrica que los documentos eran falsos y se sometía a la decisión del patrón, de ser contratado o no sin documentos. Tomó la segunda opción y fue despedido en los primeros meses de 2009.

Durante 2009 consiguió solamente empleos eventuales debido a la falta de documentos y a la escasez de empleo. Los empleos que tomaba eran por un día, una semana o si acaso 15 días continuos. En 2010 empeoró la condición de su esposa, y como ya no tenía un empleo con seguridad social, decidió pedir ayuda a la familia de la esposa que radicaba en la delegación Iztapalapa, Distrito Federal. Finalmente, Roberto y su hijo decidieron también volver a Nezahualcóyotl en diciembre de 2010, junto con la esposa.

Regresó a México con una camioneta, seis mil dólares y herramienta para realizar trabajo tanto de carpintería como de herrería; aunque la mayor parte de esa herramienta y de las técnicas aprendidas no las ha podido implementar, por ejemplo técnicas relacionadas con la fabricación de portones/zaguanes debido a que en Nezahualcóyotl se «acostumbra» colocar portones en las entradas de las viviendas «prácticamente blindados». Cuenta con herramienta que tiene un valor comercial importante, tales como tornos y maquinaria con la que podría fabricar en serie, sillas con tubulares. No obstante, Roberto decidió poner un pequeño taller de carpintería y herrería, que se localiza en la cochera de la casa de un hermano, a dos casas del lugar que actualmente habita. Adicionalmente, durante su estadía en Estados Unidos compró una casa en la periferia de Seattle, en el estado de Washington, en un terreno de dos acres y medio, la cual aparentemente vendió antes de viajar de regreso a México, pero aún no ha recibido el pago.

Roberto fue entrevistado a dos años y seis meses de haber retornado a Nezahualcóyotl, en donde de inmediato empezó a trabajar como carpintero y herrero. Asimismo, se ha insertado en un salón del Reino de los Testigos de Jehová localizado en la colonia donde reside. Ha enfrentado algunas dificultades porque lo ven «diferente» comparativamente con la imagen que proyectaba en el momento de su partida, hace 20 años, ahora con una nueva religión y otra forma de relacionarse con los vecinos, «más respetuosa y distante», por no compartir sus festividades religiosas y cívicas.

Asimismo, su madre y demás familiares-lo afirmó Roberto- reconocen que no se integra igual en las celebraciones con la familia porque no consume alcohol, aunque al regresar visitó a las familias que viven en la calle donde residía antes de viajar, la misma donde actualmente reside; algunos lo recordaban, otros no lo conocían. Reconoce que observa muchos cambios en Nezahualcóyotl, ocurridos en 20 años, los lugares se han transformado, las calles ahora lucen pavimentadas, ha crecido la colonia (en términos espaciales y poblacionales, por supuesto) y se han agregado varias nuevas, entre otros cambios que registra. Asegura que no volverá a Estados Unidos, no obstante que su sueño era regresar siendo «un inmigrante legal» y no sin documentos, pero no consiguió esa meta.

En 2014, Roberto y su familia permanecían en Nezahualcóyotl, y no tenían planes de reemigrar a otro sitio.

 

Moisés

(Entrevistado el 25 de abril de 2013) 23 años, soltero, retornado de Estados Unidos en 2011. Originario de Nezahualcóyotl, Estado de México; su padre es originario de la ciudad de San Luis Potosí y su madre es originaria de Toluca, Estado de México. Ambos padres tienen experiencia migratoria a Estados Unidos. Moisés salió de Nezahualcóyotl en septiembre de 2004 con destino a Los Ángeles, California a la edad de 14 años. En California radicaban una hermana, cuatro hermanos y su padre. El hermano mayor había emigrado 10 años antes que Moisés (en 1994) y luego se habían sumado los demás hermanos. Moisés es el penúltimo de una familia de ocho hermanos. En suma, este joven vivió en California por siete años, aprendió a hablar inglés, pues cursó el high school en Los Ángeles, y estudió un año en la universidad, es decir, tiene 13 años de escolaridad.

Moisés cruzó la frontera en Tijuana, Baja California, con una visa de turista. Viajó en avión de la ciudad de México a Tijuana, donde tomó un autobús a Los Ángeles, California, donde lo esperaban sus hermanos que vivían en la periferia de la ciudad. Pasó la frontera acompañado de un sobrino menor que contaba con una visa de otra persona, pues sus padres también vivían en Los Ángeles. Asimismo, iban acompañados por al menos cinco personas más que residían en la misma calle donde él vivía en Nezahualcóyotl, eran vecinos y parientes de la colonia Esperanza. Estos acompañantes tenían visas de turista -algunas propias y otras prestadas-, pero el objetivo de éstos era quedarse a trabajar allá. Moisés cuenta que no tenía un proyecto específico cuando emigró, sólo lo invitaron sus hermanos y le pareció que debía ir a «conocer Estados Unidos». Durante este periodo de siete años de estancia en Estados Unidos, Moisés sólo realizó un viaje a México, permaneciendo por tres meses en Nezahualcóyotl, el motivo de su viaje fue acompañar a su madre por la muerte de su abuela materna, quien radicaba en Toluca, Estado de México. Moisés y su hermana mayor viajaron a México para acompañar a la madre que vivía en Nezahualcóyotl y tres meses más tarde volvieron a California.

Cuando Moisés decidió emigrara Los Ángeles era estudiante de escuela secundaria y no trabajaba. Debía permanecer en Nezahualcóyotl por ser el hermano varón más joven, y tenía como encargo «cuidar a su madre». La madre de Moisés también había viajado varias veces a Los Ángeles y pasado temporadas en esa ciudad (de varios meses), pero siempre volvía a Nezahualcóyotl. Ella nunca tomó un empleo en Estados Unidos, pero dos años después de que Moisés emigró, ella se fue a radicar a Los Ángeles, junto con la hermana menor que aun vivía con ella en Nezahualcóyotl.

Así, Moisés tuvo su primer empleo una vez que llegó a Los Ángeles, aunque a la vez ingresó a la escuela, pues sus hermanos insistieron en que debía estudiar y aprender inglés. De tal forma que inició su carrera laboral con los hermanos y el padre, quienes tenían una compañía dedicada a arreglar y remodelar casas y departamentos. Él trabajaba los fines de semana y cada uno de los hermanos se había especializado en un oficio relativo a la construcción, uno de sus hermanos era especialista en techos, otro en azulejos, otro más en pisos de cerámica y él se especializó en la colocación de pisos de maderas finas, para lo cual tomó un curso de capacitación que le permitió desarrollarse en ese oficio y desempeñarlo durante varios años. Su padre fungía como el maestro albañil, coordinador de la obra.

Adicionalmente, Moisés compraba ropa y zapatos en Los Ángeles y los vendía entre otros paisanos mexicanos que radicaban en el condado donde residía con sus hermanos, hacia afuera de la ciudad de Los Ángeles. Cuando Moisés ingresa a la universidad, decide mudarse a la ciudad de Los Ángeles y allí empieza a trabajar en un club de Golf, como jardinero y eventualmente como parrillero en los fines de semana, y a tiempo parcial durante la semana.

Cuando este joven fue entrevistado en 2011, tenía dos años de haber regresado a Nezahualcóyotl. Dijo no tener algún plan para retornar a México, ni siquiera intenciones de hacerlo, pero un día su padre tuvo que venirse porque estaban por despojarlo de su casa, y como su padre, quien no sabe leer ni escribir, iba a viajar para arreglar ese problema, su familia decidió que él lo acompañara y se vinieron a México. No obstante, también señala que una parte de la decisión de que fuera él quien lo acompañara y no otro de sus hermanos o hermanas fue que él ya estaba ganando poco dinero, le habían empezado a restar horas de trabajo en el club de Golf desde finales de 2008, y mucho más cuando inició en 2009.

Cuando recién regresó a Nezahualcóyotl, añoraba la vida en California, pues «comparativamente todo estaba mucho más caro aquí». Los primeros tres meses no trabajó, pues traía consigo dinero suficiente para vivir por tres meses, también trajo ropa para él y sus primos, regalos y su computadora portátil. Sus excompañeros de la escuela secundaria lo recibieron con gusto y «lo invitaron a tomar» bebidas alcohólicas para celebrar su regreso. Una vez que se acabó el dinero, tuvo que volver a trabajar y una vez más lo hizo con su padre, esta vez trabajando en la colocación de tablaroca, pues en Nezahualcóyotl «nadie coloca pisos de madera y sólo a veces trabaja con una tienda que vende pisos de maderas finas en las Lomas, en la ciudad de México...», pero esto ocurre si acaso una vez al mes.

Moisés dice que no volverá a viajar a Estados Unidos, pues quisiera seguir una carrera universitaria, para lo cual ha iniciado los trámites de revalidación de estudios ante la Secretaría de Educación Pública. No obstante, unos minutos luego de asegurar que no quiere volver, asegura que lo que no quiere es volver a ser «un inmigrante sin papeles». Señala que su estancia en Estados Unidos fue altamente positiva, pues de haberse quedado en Nezahualcóyotl no hubiera concluido los estudios ni de secundaria, se hubiera casado hace varios años.

Un año después de la entrevista, se sabe que Moisés viajó a California, pero se desconoce la fecha de su partida.

 

Esperanza

(Entrevistada en mayo de 2012) 34 años, soltera, con dos hijos, retornada de Estados Unidos en 2010. Originaria de Oaxaca, emigró al Distrito Federal y a los 18 años emigró con su familia a Nezahualcóyotl, Estado de México, donde su papá había construido una casa, finalmente había logrado concluirla. A los 21 años se unió a un hombre de origen michoacano que vivía en Nezahualcóyotl, donde tuvieron dos hijos. Ella se separó luego de cerca de tres años de vivir con su pareja, y se fue a Estados Unidos en enero de 2004, apoyada por un hermano que vivía en Las Vegas, Nevada y que trabajaba en casinos. Ella decidió irse con el objetivo de ayudar a su padre y enviar dinero a sus hijos, no obstante que tenía un empleo como educadora asistente en un jardín de niños localizado en Chimalhuacán, municipio vecino de Nezahualcóyotl. Ella tenía menos de un año de trabajar allí, antes no había tenido un empleo remunerado, había sido ama de casa hasta que se separó de su pareja. Esperanza cuenta con estudios no concluidos como educadora. En total tiene 13 años de escolaridad.

Esperanza viajó a Estados Unidos, no obstante que su padre no quería que emigrara. Los dos hijos de Esperanza quedaron a cargo de los abuelos maternos por un año y medio. Su hermano que estaba en Las Vegas (Alberto) le financió el viaje y le recomendó que fuera a Michoacán (no recordó el nombre del municipio) a buscar a un amigo que la acompañó hasta El Sá sabe,4 por donde cruzó conjuntamente con dos personas más, conocidos de su familia. Ella vivió y trabajó un total de cinco años en Estados Unidos, sin realizar un solo viaje a México. Estuvo en diversas ciudades, se cuentan al menos ocho lugares distintos. Esperanza tiene así dos viajes internos en México, luego de salir de Oaxaca a la Ciudad de México, se movió de la delegación Iztapalapa en el Distrito Federal a Nezahualcóyotl. Finalmente tiene un viaje internacional, cuando decidió emigrar a Estados Unidos y como se observará, en el interior de Estados Unidos registra diversas movilidades entre ciudades.

El primer lugar donde arribó fue a Las Vegas, allí trabajó por un año, conjuntamente con su hermano. Ella realizaba trabajo de limpieza en un hotel y eventualmente tomaba horas adicionales como camarera en otro hotel. Esos empleos habían sido conseguidos por sus primos de Oaxaca, pues en Las Vegas tienen muchos familiares trabajando allí desde hace tiempo. Luego, decidieron emigrar porque el trabajo empezó a volverse escaso a partir de 2006. A finales de 2006 empezó a tomar empleos por tres días a la semana. Decidieron irse a Los Ángeles, California, por seis meses, donde nuevamente se emplearon realizando trabajo de limpieza y jardinería en casas de conocidos de unos familiares de Oaxaca que vivían en Madera, California, pero que hace algunos años habían trabajado con esos patrones. Allí en Los Ángeles decidieron viajar a Santa Ana, California, donde trabajó en un establecimiento que desarmaba computadoras y aparatos diversos, para el reciclaje de piezas de estos aparatos. Sólo seis meses más tarde decidieron emigrar a Miami, Florida, por recomendación de un amigo de su hermano, quien les aseguró que allá conseguirían empleos con mejores sueldos.

Cuando llegaron a Miami, ambos se emplearon de inmediato. Ella se empleó en una tienda de productos latinoamericanos, como dependiente de la tienda de abarrotes, y él en una tintorería. Seis meses más tarde arribaron a Miami sus dos hijos y la esposa del hermano, así como sus dos sobrinos, a quienes les enviaron dinero para que los alcanzaran en esa ciudad. Luego el empleo se volvió difícil a partir de 2008. Esperanza tuvo diversos empleos en los que la contrataban por corto tiempo o bien los abandonaban porque eran muy mal pagados. Fue empleada de limpieza en la construcción, barriendo edificios donde estaban haciendo reparaciones, también como ayudante de albañilería, lo mismo en sitios donde lavaban autos y luego pasó a trabajar en una agencia de autos, donde duró un poco más de tiempo, hasta que la agencia quebró y cerró sus puertas.

Después de Miami donde trabajó en esa agencia de autos, se fue con sus hijos a Chicago por dos meses, luego a Indiana, Houston y volvió nuevamente a Miami a la casa de su hermano y cuñada. En todos esos lugares trabajó en restaurantes de comida rápida, sea en la limpieza o en la cocina, pero ya no se movió hacia otro tipo de empleo, para entonces ya hablaba algo de inglés, según comentó. No obstante, al regresar a Miami en 2008 se volvió difícil conseguir un empleo y tuvo que «usar unos papeles falsos de un nicaragüense», para emplearse como trabajadora de limpieza en una escuela, allí estuvo hasta que finalmente regresó a México, pues al final vivía en «una traila» (un camión o tráiler adaptado como vivienda) con «pobreza y pensó que para eso mejor se regresaba a México». En 2009 Esperanza y sus familiares tomaron la decisión de regresar porque estaban acumulando deudas allá y tanto la familia de su hermano como ella y sus hijos volvieron -según el relato de Esperanza-, primero se fueron a un municipio de la zona metropolitana de Guadalajara, Jalisco(no refirió el nombre) y unos meses después decidieron volver a Nezahualcóyotl, donde asegura que se encuentra mucho mejor que en otro sitio, pues tiene familiares que la apoyan en tiempos difíciles y que les organizaron incluso una fiesta para recibirlos, cuando ellos volvieron.

Esperanza regresó con algunos ahorros a México, a diferencia de su hermano, quien regresó sin dinero y «dejando varias cuentas pendientes por pagar». Ella asegura que allá aprendió realmente a trabajar y eso le ha permitido remodelar su departamento, lo mismo que amueblarlo, pero no vive en él, lo tiene alquilado a unos amigos de Oaxaca. En Nezahualcóyotl, ella no tiene un empleo, atiende la tienda de abarrotes de su papá y éste le ofrece víveres a cambio, para que ella viva y cocine para él y sus hijos, lo mismo sus dos hermanos le dan dinero para que ella mantenga a sus hijos. Ella está encargada de atender a su padre que es una persona mayor con problemas de salud, por lo que vive en la casa paterna y no piensa volver a trabajar fuera de casa, pues no la dejan sus hermanos, ni su papá.

Asimismo, Esperanza rememora con gusto y añoranza su trabajo e independencia económica que tenía en Estados Unidos, pues llegó a «ganar mucho dinero, pero no logró ahorrar tanto». No obstante prefiere que sus hijos crezcan y vivan acá.

Después de dos años de la entrevista con Esperanza, fue visitada nuevamente en la tienda de su padre, la cual sigue siendo atendida por ella. Allí su padre relató que, cuatro años atrás, Alberto, el hermano de Esperanza había sido «deportado» por cruzar un semáforo peatonal cuando se indicaba hacer un alto. De tal forma que, tanto el retorno de Esperanza, su cuñada, hijos y sobrinos fue a consecuencia de la devolución de Alberto, quien había sido removido por la policía de inmigración y enviado a la ciudad de Reynosa en Tamaulipas, en 2010. Alberto no quería volver a Nezahualcóyotl porque «había sido regresado» y por ello decidieron en ese momento asentarse en Guadalajara, pero luego volvieron a Nezahualcóyotl, porque el padre comenzó a tener problemas de salud. Tres años después de la devolución de Alberto, éste regresó a Estados Unidos y actualmente se encuentra en la ciudad de Nueva York.

 

Bibliografía

Abbott, Andrew (1995),«Sequence Analysis: New Methods for Old Ideas», Annual Review of Sociology, vol. 21.         [ Links ]

Adey, Peter (2010), Mobility, Londres, Routledge.         [ Links ]

Rivera Sánchez, Liliana (en prensa), «Narrativas de retorno y movilidad. Entre prácticas de involucramiento y espacialidades múltiples», en Estudios políticos y sociales.

Savage, Mike (2009), «Contemporary Sociology and the Challenge of Descriptive Assemblage», European Journal of Social Theory, vol. 12, núm. 1.         [ Links ]

 

Notas

1 Las narrativas que se presentan en este texto corresponden a una investigación en proceso intitulada «Pertenencias urbanas contemporáneas. Experiencias y prácticas de inserción social en contextos urbanos».

2 Hasta ahora se han realizado 45 entrevistas de corte biográfico, entre 2010-2015, en el municipio de Nezahualcóyotl, Estado de México. Los entrevistados comparten las siguientes características: a) regresaron de Estados Unidos a México en el mismo periodo (después de 2008), marcado por el inicio de la crisis de los mercados internacionales de trabajo; b) cuentan con experiencia migratoria en Estados Unidos mayor a dos años, y c) registran al menos dos años de haber vuelto a México, específicamente a Nezahualcóyotl. Se introdujo como criterio para la selección de estos cuatro casos la diversidad de experiencias tanto laboral como social, lo mismo en relación con el sexo, edad, lugar de procedencia en Estados Unidos, lugar de origen y variaciones en términos de la experiencia de reinserción, motivos del retorno y resultado.

3 Un artículo analítico basado en este tipo de narrativas de migrantes retornados puede consultarse en Rivera Sánchez (2015).

4 Un pequeño pueblo en medio del desierto, ubicado en la frontera entre Sonora, México y Arizona, Estados Unidos.

 

Información sobre la autora

Liliana Rivera Sánchez. Profesora Investigadora en el Centro de Estudios Sociológicos de El Colegio de México, A.C. Es doctora en sociología por The New School for Social Research, Nueva York, Estados Unidos; maestra en Ciencias Sociales por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, FLACSO-México, y licenciada en sociología por la Universidad Veracruzana. Actualmente es miembro del Sistema Nacional de Investigadores (Nivel 2). Sus áreas de interés se vinculan con el estudio de las movilidades en espacios urbanos; la formación de circuitos migratorios contemporáneos, y las prácticas religiosas y culturales en contextos de movilidad. Dos de sus publicaciones recientes son Vínculos y prácticas de interconexión en un circuito migratorio entre México y Nueva York, Buenos Aires: CLACSO, 2012; The Practice of Research on Migration and Mobilities, Londres: springer: Springer Briefs Migration Studies 14, 2014 (con F. Lozano-Ascencio). E-mail: rivesanl@colmex.mx

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