Introducción
Las aberraciones cromáticas son alteraciones poco comunes en aves silvestres (Acosta 2005, López y Carbó 2010). Estas anomalías generalmente tienen bases genéticas, es decir, causadas por la expresión de un gen recesivo; sin embargo, también pueden ser causadas por factores externos como la alimentación, exposición a la luz solar, enfermedades o lesiones (Sage 1962, Van Grouw 2006).
De esas anomalías, el leucismo es una de las más comunes en aves; ésta implica la pérdida de eumelanina y feomelanina en algunas o todas las plumas del cuerpo del ave (Van Grouw 2006, Ayala et al. 2014). No sucede por falta de producción de melaninas o de la enzima tirosina, lo que sí ocurre en el albinismo, sino por un trastorno de alteración hereditario que impide la deposición de melanina en las células de las plumas en desarrollo, por lo que pueden observarse plumas incoloras, blanquecinas o hasta amarillentas en cualquier lugar del plumaje, lo cual puede afectar desde unas pocas plumas (leucismo parcial) hasta la totalidad de las mismas (Pagnoni 2009, Urcola 2011).
Los casos de leucismo en poblaciones silvestres de aves son escasos, se ven afectadas menos del 1% de todos los individuos (Santos 1981, Moller y Mousseau 2001, Ayala et al. 2013). Sin embargo, sólo para Norteamérica se tienen alrededor de 54 familias de aves con registros de aberraciones cromáticas, entre las que destacan Anatidae, Scolopacidae, Picidae, Tyrannidae, Corvidae, Turdidae, Parulidae e Icteridae (Gross 1965).
En el país, hasta el momento, la información sobre aberraciones de color como el leucismo son escasas. Se cuentan con reportes de las siguientes especies: Streptopelia decaocto en Baja California; de algunas aves rapaces: Cathartes aura, Buteo jamaicensis, Caracara cheriway en Baja California Sur y Toxostoma curvirostre en Hidalgo y Pipilo fuscus en la Ciudad de México (Contreras y Ruiz 2010, Tinajero y Rodríguez 2010, López y Carbó 2010, Carbó et al. 2011). Más recientemente, Ayala et al. (2014) reportan esta condición en aves acuáticas: Podiceps nigricollis, Puffinus opisthomelas, Egretta rufescens y Larus occidentalis; posteriormente, en Baja California Sur se registró a Passer domesticus, y a Quiscalus mexicanus en Nuevo León (Tinajero y Rodríguez 2014, Cortinas y Contreras 2014, Contreras et al. 2015). Actualmente, en México, no se cuenta con registros documentados de avistamientos del tordo cabeza café (Molothrus ater) con algún tipo de aberración en su plumaje, a pesar de que se considera que este tipo de condiciones son comunes en la familia Icteridae, a la que pertenece la especie (Nero 1954, Gross 1965). Se han reportado individuos de M. ater con leucismo sólo en Estados Unidos (Gross 1965, Robinson 1888).
El tordo cabeza café es el parásito de cría más común de América del Norte; deposita sus huevos en nidos de más de 220 especies (Lowther 1993). Es un ave pequeña con dimorfismo sexual y el macho es predominantemente negro iridiscente, con la cabeza café, pico corto y negro con iris café; mientras que la hembra es de color marrón o gris, con una tonalidad más oscura en alas y cola. Es una especie de comportamiento gregario, abundante y ampliamente distribuida, actualmente se encuentra en la mayor parte del territorio mexicano (Howell y Wedd 1995, Dunn y Alderfer 2011).
Descripción del avistamiento
El individuo con coloración aberrante observado lo identificamos como un adulto macho con leucismo parcial (Van Grouw 2006), perteneciente a la especie M. ater. Se encontraba dentro de las instalaciones del Instituto Tecnológico del Valle del Guadiana, en el municipio de Durango, en un área adyacente a corrales destinados para la cría del ganado vacuno (24°00'34.49"N, 104°26'35.16"O, Datum WGS84). Realizamos el primer avistamiento con binoculares (10x42) el 25 de febrero de 2015. Después de algunos minutos de observación tomamos algunas fotografías con una cámara digital Lumix de Panasonic. Para identificarlo nos guiamos por sus características morfológicas ya conocidas. Aparentemente, mostraba un comportamiento similar a los individuos de la misma especie. Verificamos su presencia por un periodo de dos meses.
El ave se encontraba perchando en un árbol de mezquite (Prosopis sp.), y formaba parte de una parvada de alrededor de 100 individuos de la misma especie (hembras y machos), así como de 30 tordos cabeza amarilla (Xantocephalus xantocephalus).
La coloración del cuerpo del individuo era altamente contrastante con aquellos individuos fenotípicamente normales. En la parte dorsal presentaba plumas completamente blancas desde la frente hasta la espalda. Las plumas primarias, secundarias, terciarias y cobertoras de ambas alas y supracobertoras estaban afectadas por esta condición. Fue posible observar zonas con plumas en tonos oscuros hasta áreas con plumas blancas. Las plumas rectrices presentaban una colora ción café oscuro en la parte proximal, mientras que en las zonas más distales la pigmentación volvía a ser blanquecina o grisácea (Figura 1AA). La parte ventral parecía más afectada, con excepción de las plumas infracobertoras caudales y rectrices (Figura 1B). En las imágenes se puede apreciar, además, una pigmentación normal (café oscuro) del iris, por lo que se identifica esta aberración cromática como leucismo parcial. En el pico también se observó una decoloración del café oscuro característico, a un tono grisáceo. Algo similar pudo observase en las patas. De acuerdo con Van Grouw (2006), esta condición en algunos casos puede llegar a afectar partes blandas y corneas (Figura 2).
Discusión
Las aberraciones cromáticas, como el leucismo, se presentan con una frecuencia extremadamente baja en animales de vida libre (Acosta 2005, López 2010, Moller et al. 2013). Particularmente aquellas poblaciones pequeñas y aisladas muestran mayor incidencia debido a que la endogamia es más probable, lo cual aumenta las posibilidades de la presencia de alelos recesivos (Bensch et al. 2000). Este tipo de condiciones anormales podría ser un reflejo de problemas genéticos y ambientales que, de manera indirecta, proporcionarían datos sobre la salud de la población en aspectos como variabilidad genética y la calidad del ecosistema donde habita la especie (Ayala et al. 2014).
Existen estudios que indican que para especies como P. domesticus, la incidencia de leucismo resulta más común en ciudades (1-2%), en contraste con zonas rurales (Il'enko 1960 citado en Moller y Mousseau 2001), con lo que se sugiere que los factores asociados a estas alteraciones son más frecuentes en áreas contaminadas (Moller y Mousseau 2001). M. ater es actualmente una especie común en sitios donde se desarrollan actividades de ganadería y agricultura intensiva (Petit 1996). El rango de distribución histórico de esta especie se encontraba limitado a los grandes pastizales y llanuras de América del Norte; sin embargo, a partir de la fragmentación del ecosistema, la deforestación, así como a la introducción del ganado y la agricultura, su rango de distribución se expandió (Petit 1996). Es una especie que ha sabido explotar y adaptarse a sitios modificados por el hombre, lo cual podría sugerir que factores ligados a estas actividades podrían aumentar la probabilidad de la presencia de la especie; aunque la falta de otros estudios impide determinar las causas precisas.
La supervivencia de individuos de esta especie que presenten una alteración cromática como el leucismo, podría verse afectada al ser fácilmente detectados por sus posibles depredadores (Torres y Franke 2008). Además, como en algunos casos se ha documentado, aves con este tipo de aberración pueden ser negativamente seleccionadas, lo que en consecuencia implicaría una desventaja reproductiva (Slagsvold et al. 1988 citado en Ayala et al. 2014). En M. ater una modificación a la coloración del plumaje de la hembra podría ser desventajoso, al hacerse más detectable mientras realiza la búsqueda de nidos potenciales para depositar sus huevos, debido a su comportamiento de parásito de cría (Petit 1996). En contraste, se ha reportado que el leucismo puede ser una ventaja; por ejemplo, Edelaar et al. (2011) plantean la posibilidad de que en la especie Caracara plancus la condición leucística podría implicar una ventaja en relación con individuos normales, en cuanto a la obtención de fuentes de alimento en hábitats costeros. Es por ello que el impacto de este fenómeno habría que determinarlo de acuerdo con la especie estudiada, ya que además podría tratarse de un fenómeno evolutivamente importante (Ayala et al. 2013). La documentación de estos casos puede abrir el campo a nuevas investigaciones de tipo evolutivo debido a que, a través de condiciones como el leucismo, podrían hacerse inferencias sobre la fuerza de la selección natural en estas mutaciones genéticas, así como la importancia de la presencia de éstas en los procesos poblacionales de las especies afectadas.
La ausencia de reportes de la presencia de leucismo en M. ater muestra la escasa información publicada sobre este tipo de alteraciones, aun cuando se trata de una especie común y abundante en casi todo el territorio mexicano. Por lo tanto, resulta necesario el incremento en el número de reportes, así como de estudios poblacionales y moleculares que permitan tener un panorama más amplio de la prevalencia, aumento o disminución de este tipo de condiciones en aves silvestres.