Introducción
México es uno de los países con mayor número de especies de aves (ocupa el lugar once) y también uno de los que tienen más especies endémicas cuarto lugar (Martínez-Meyer et al. 2014, Navarro-Sigüenza et al. 2014). A pesar de que el conocimiento de la ornitofauna mexicana ha avanzado en los últimos años y del creciente interés en el estudio de las aves en México (Navarro-Sigüenza et al. 2008), aún existen estados y regiones del país que carecen de información precisa sobre la biodiversidad con la que cuentan (Soberón et al. 2008). Un ejemplo de esto es el estado de Zacatecas, cuya avifauna ha sido muy poco estudiada. En los años 1888-1889 W.B. Richardson colectó aves en el centro y oeste del estado en los municipios de Jerez, Valparaíso y Zacatecas, y parte de esos registros fue reunida y publicada por Webster (1973, 1984), quien destaca aquellas aves no registradas en Zacatecas. Evenden (1952) comenta la presencia de cuatro especies en la parte norte, en el municipio de Mazapil. Asimismo, Webster y Orr (1952, 1954) registran 38 especies y subespecies de aves no conocidas para el estado en el centro y noroeste, en los municipios de Fresnillo, Sombrerete y Chalchihuites. Webster (1958 y 1959) reporta 58 nuevos registros estatales en los municipios del centro y suroeste. Webster (1968) también realizó registros e hizo colecta de aves en la región sureste, en los municipios de Noria de Ángeles y Pinos. En general, las publicaciones más actuales sobre aves en Zacatecas han sido pocas e incluyen estudios de algunas especies sobre dieta (Bravo-Vinaja et al. 2005), sitios de anidación (Luévano et al. 2010) y distribución (López-Saut et al. 2011); por otro lado, Rodríguez-Maturino et al. (2013) generaron un listado de 56 especies de aves en el Parque Nacional Sierra de Órganos, ubicado al noreste, y Clemente-Sánchez et al. (2014) y Palma-Cancino et al. (2014) estudiaron el hábitat de otras especies en la parte centro-norte y suroeste del estado respectivamente.
En la actualidad, entre las mayores amenazas para la biodiversidad están la fragmentación y pérdida de hábitat (Bender et al. 1998) ocasionados por la tala de bosques (Lammertink Pérez-Valadez et al. 1997), la agricultura y la ganadería; esta última ocupa casi 30% de la superficie terrestre del planeta y a medida que crece conlleva cambios en el uso de suelo, además de contaminación (Pérez-Espejo 2008). Por ejemplo, Zacatecas, en el periodo comprendido entre 1981 y 1992 perdió 5.6% de su área cubierta por vegetación nativa y la superficie agropecuaria se incrementó 3.7% (Flores-Villela y Gerez 1994). Otros factores producidos por el hombre que impactan en los ecosistemas son la introducción de especies exóticas y el cambio climático, y a medida que la población aumenta, el impacto en los ecosistemas es aún mayor (Bawa et al. 2004). El conocimiento acerca de las áreas de distribución de las especies, en combinación con información sobre su ecología y sus respuestas a impactos pueden proporcionar más herramientas a la hora de tomar decisiones para la conservación de áreas en aquellos lugares poco estudiados (Rojas-Soto y Oliveras de Ita 2005), como es el caso de Zacatecas. En lo que se refiere al extremo suroeste del estado, los pocos datos que se tienen son de hace más de 40 años, generados por Webster (1958, 1959, 1968) quien registró e hizo colecta de aves en los municipios de Momax, Jalpa, Apozol, Juchipila, Moyahua de Estrada y Teúl de González Ortega. En este trabajo documento ocho nuevos registros estatales y la ampliación de la distribución geográfica conocida de otras cinco especies.
Métodos
El municipio de Nochistlán de Mejía se ubica en el extremo suroeste del estado de Zacatecas, entre las provincias fisiográficas del Eje Neovolcánico y la Sierra Madre Occidental, y ocupa 1.2% de la superficie del estado. Los intervalos de temperatura oscilan entre 14-20ºC, y de precipitación entre 700-1 000 mm. El clima presente en el área de estudio es templado-semicálido subhúmedo con lluvias en verano. La vegetación se conforma de bosques de pino, encino, pino-encino, bosque tropical caducifolio, así como matorral xerófilo, vegetación secundaria y pastizal inducido, en un rango altitudinal de 1 900-2 700 msnm (INEGI 2010).
De septiembre de 2011 a abril de 2015 realicé recorridos de observación de aves a pie, en sitios localizados en los diferentes tipos de vegetación y en cuerpos de agua artificiales dentro del municipio. Las distancias recorridas por día fueron desde 500 m hasta 7 km, con un promedio de 4 km, y una duración por día entre 1-7 h, con un promedio de 3 h -en un horario de 09:30 a 19:00 h-, principalmente por la tarde entre las 15:30-18:30 h. Para la observación utilicé binoculares 7x35 mm y para la identificación de las especies las guías de campo de Howell y Webb (1995), Sibley (2000) y National Geographic (2006). Con el fin de respaldar las observaciones y realizar una correcta identificación tomé fotografías de las especies registradas. Registré 204 especies, de las cuales 13 (6.3%) se comentan a continuación pues son ampliaciones de la distribución geográfica conocida (cinco especies) o registros nuevos para el estado de Zacatecas (ocho especies).
Ampliaciones de distribución
Calocitta colliei (urraca-hermosa cara negra)
Observé un individuo y otro lo escuché, el 23 de mayo de 2012, en Vallecitos, noroeste de la cabecera municipal de Nochistlán de Mejía, 21º30'28"N, 102º56'29"O (Datum WGS84; 1 665 msnm), en vegetación riparia rodeada de bosque tropical caducifolio fragmentado. Esta especie se distingue por ser un ave grande (58.5-76.5 cm), por su cola larga, cresta conspicua, y tener la cabeza, cresta y pecho negros (Howell y Webb 1995). En México se distribuye en la vertiente del Pacífico, desde el sur de Sonora hasta Colima; se le puede encontrar tanto en bosques áridos como semihúmedos (Howell y Webb 1995). Los registros más cercanos se localizan al suroeste, en Moyahua de Estrada, aproximadamente a 40 km (Webster 1968, eBird 2012).
Thryophilus sinaloa (chivirín sinaloense)
Observé un individuo (Figura 1), el 17 de febrero de 2013, en Capulín de Arriba, noroeste de la cabecera municipal de Nochistlán de Mejía, 21º26'43"N, 102º55'45"O (Datum WGS84; 2 046 msnm), en vegetación riparia rodeada de cultivos y bosque de encino fragmentado. En México esta especie es residente y se distribuye desde Sonora hasta Oaxaca; se le encuentra en bosques y sus bordes (Howell y Webb 1995). Los registros más cercanos se localizan al suroeste, en Moyahua de Estrada, aproximadamente a 40 km (Webster 1959).
Melozone kieneri (rascador nuca rufa)
Observé dos individuos, el 23 de mayo de 2012, en Vallecitos, 21º30'28"N, 102º56'29"O; (Datum WGS84; 1 665 msnm), en vegetación riparia rodeada de bosque tropical caducifolio fragmentado. Esta especie se distingue por su cara de color café-olivácea, su corona y lados del cuello de color rojizo, garganta y vientre de color blanquecino, y poseer una mancha de color negro en el pecho (Howell y Webb 1995). Es endémica de México y se distribuye en la vertiente del Pacífico, desde el sur de Sonora hasta Oaxaca; se le puede encontrar tanto en bosques áridos como semihúmedos (Howell y Webb 1995). Los registros más cercanos se localizan al suroeste, en Moyahua de Estrada, aproximadamente a 40 km (Webster 1968, eBird 2012).
Peucaea ruficauda (zacatonero corona rayada)
Observé cuatro individuos (Figura 2), el 14 de julio de 2014, en presa de Huiscuilco, al suroeste de la cabecera municipal de Nochistlán de Mejía, 21º19'47"N, 102º51'32"O (Datum WGS84; 1 856 msnm), en matorral xerófilo con cultivos de temporal y pastizal inducido. En México esta especie es residente y se distribuye en la vertiente del Pacífico y centro del país, desde el sur de Durango hasta Oaxaca; se le encuentra en áreas abiertas de matorrales, bosques caducifolios y subcaducifolios (Howell y Webb 1995). Los registros más cercanos se localizan al suroeste, en Moyahua de Estrada, aproximadamente a 40 km (Webster 1959, eBird 2012).
Amphispiza quinquestriata (zacatonero cinco rayas)
Observé cuatro individuos (Figura 3), el 18 de mayo de 2012, en Vallecitos, 21º30'02"N, 102º55'56"O (Datum WGS84; 1 834 msnm), en vegetación riparia rodeada de bosque tropical caducifolio fragmentado. En México se distribuye en la vertiente del Pacífico desde Sonora hasta Jalisco; se le encuentra en bosques tropicales caducifolios y subcaducifolios (Howell y Webb 1995). Los registros más cercanos se localizan al suroeste, en Moyahua de Estrada, aproximadamente a 40 km (Webster 1958).
Nuevos registros estatales
Pelecanus occidentalis (pelícano pardo)
Observé un individuo inmaduro (Figura 4), el 23 de octubre de 2014, en presa de Huiscuilco, 21º19'33"N, 102º51'38"O (Datum WGS84; 1 857 msnm), en matorral xerófilo con cultivos de temporal y pastizal inducido. En México se distribuye principalmente en ambas vertientes (Howell y Webb 1995), con algunos registros en la parte norte (Garza de León et al. 2007) y centro del país (Urbina-Torres et al. 2009, Pineda-López et al. 2013). El registro más cercano se localiza en el noreste, en Aguascalientes, aproximadamente a 60 km (De la Riva y Ruiz-Esparza 2008).
Chondrohierax uncinatus (gavilán pico-gancho)
Observé una hembra adulta (Figura 5), el 10 de febrero de 2015, en Capulín de Arriba, 21º26'25"N, 102º55'39"O (Datum WGS84; 2 048 msnm), en vegetación riparia rodeada de bosque de encino. En México esta especie es residente y se distribuye por la vertiente del Golfo desde Nuevo León hasta la península de Yucatán, y por la vertiente del Pacífico desde el sur de Sinaloa hasta Chiapas, así como en el centro del país. Se le encuentra en bosques y sus bordes (Howell y Webb 1995). El registro más cercano se localiza al oeste, en el sur de Nayarit (eBird 2012), a 155 km aproximadamente.
Buteo platypterus (aguililla ala-ancha)
Observé un adulto y un inmaduro (Figura 6), el 10 de febrero y el 20 de marzo de 2015, respectivamente, en Capulín de Arriba, 21º26'42"N, 102º55'44"O (Datum WGS84; 2 045 msnm), en vegetación riparia rodeada de bosque de encino fragmentado. La fase inmadura de B. platypterus se distingue del inmaduro de B. plagiatus por tener las primarias más largas y la cola más corta (Howell y Webb 1995). En México esta especie es migratoria y se distribuye en el centro y en ambas vertientes; se le encuentra en bosques y áreas fragmentadas aledañas (Howell y Webb 1995). Los registros más cercanos se localizan al este, en Encarnación de Díaz, Jalisco (eBird 2012), a 75 km aproximadamente.
Piaya cayana (cuclillo canela)
Observé un individuo (Figura 7), el 14 de enero de 2015, en Vallecitos, 21º30'36"N, 102º55'57"O (Datum WGS84; 1 686 msnm), en vegetación riparia rodeada de bosque tropical caducifolio fragmentado. En México esta especie es residente y se encuentra principalmente en ambas vertientes y centro del país en bosques tropicales (Howell y Webb 1995). El registro más cercano se localiza en el suroeste en La Barranca de Oblatos, Jalisco, aproximadamente a 90 km (Selander y Giller 1959).
Colibri thalassinus (colibrí oreja violeta)
Observé un individuo (Figura 8), el 4 de agosto de 2012, en Vallecitos, 21º29'21"N, 102º56'14"O (Datum WGS84; 2 112 msnm), en una pequeña ladera con bosque de encino. Esta especie se distingue por su cuerpo de color azul-verdoso iridiscente, su cola que tiene una banda ancha de color negruzco, y su pico recto y de color negro (Howell y Webb 1995). En México esta especie es residente y se distribuye en el centro y sur, desde Jalisco hasta Chiapas. Habita principalmente bosques de encino y pino-encino de las partes altas con un rango altitudinal entre los 1 200 a 3 000 msnm (Howell y Webb 1995, Williamson 2001, Arizmendi y Berlanga 2014). Los registros más cercanos se localizan al suroeste, en Guadalajara, Jalisco (eBird 2012), a 105 km aproximadamente.
Vireo hypochryseus (vireo dorado)
Observé un individuo (Figura 9), el 20 de marzo de 2015, en Capulín de Arriba, 21º26'43"N, 102º55'45"O (Datum WGS84; 2 046 msnm), en vegetación riparia rodeada de bosque de encino fragmentado. Esta especie es endémica del occidente de México y se distribuye desde el sur de Sonora hasta Oaxaca; se le puede encontrar en bosques y sus bordes (Howell y Webb 1995). El registro más cercano se localiza en el suroeste en La Barranca de Oblatos, Jalisco, aproximadamente a 90 km (Selander y Giller 1959).
Turdus assimilis (mirlo garganta blanca)
Observé un individuo (Figura 10), el 20 de marzo de 2015, en Capulín de Arriba, 21º26'26"N, 102º55' 41"O (Datum WGS84; 2 069 msnm), en vegetación riparia rodeada de bosque de encino. En México, esta especie es residente y se distribuye en ambas vertientes y centro del país y se le encuentra en bosques tropicales y de coníferas, así como sus bordes (Howell y Webb 1995). El registro más cercano se localiza en el suroeste en La Barranca de Oblatos, Jalisco, aproximadamente a 90 km (Selander y Giller 1959).
Setophaga virens (chipe dorso verde)
Observé un macho adulto (Figura 11), el 17 de febrero de 2013, en Capulín de Arriba, 21º26'19"N, 102º55'39"O (Datum WGS84; 2 073 msnm), en vegetación riparia rodeada de bosque de encino. En México esta especie es migratoria y se distribuye por la vertiente del Golfo desde Coahuila hasta la península de Yucatán, y por la vertiente del Pacífico desde Nayarit hasta Chiapas; se le encuentra en bosques tropicales y bosques de pino-encino (Howell y Webb 1995, Dunn y Garrett 1997). Los registros más cercanos se localizan al suroeste, en Amatitlán, Jalisco (eBird 2012), a 105 km aproximadamente.
Discusión
El registro de ocho especies de aves más para el estado y la ampliación de la distribución geográfica conocida de otras cinco especies nos indica lo poco estudiado que ha sido Zacatecas respecto a su avifauna, así como la necesidad de seguir con este tipo de estudios en el estado. Con 353 especies de aves, Zacatecas ocupa el lugar 24 respecto a los otros estados en riqueza de especies (Navarro-Sigüenza et al. 2014). La adición de ocho especies más aumenta el número de especies conocidas para el estado de 353 a 361.
De las especies registradas, dos de ellas (C. uncinatus y B. platypterus) se encuentran en la categoría de sujetas a protección especial (SEMARNAT 2010). De los nuevos registros estatales, cuatro de las especies (C. uncinatus, P. cayana, C. thalassinus y V. hypochryseus) tienen su límite de distribución conocida en la parte centro y norte de Jalisco, cerca de los límites con Zacatecas. El hecho de encontrar estas especies en Zacatecas podría ser un indicativo de que existen hábitats favorables, pero no habían sido registradas antes por la falta de estudios.
En Zacatecas, la mayoría del territorio está ocupado por matorrales xerófilos y usos agropecuarios (Flores-Villela y Gerez 1994); sin embargo, aún existen manchones con bosque tropical caducifolio, sobre todo en las laderas de algunos cañones del suroeste del estado, lo cual ya había sido señalado por algunos autores que han estudiado la avifauna de la entidad (e. g., Webster 1958). Es claro que el número de especies registradas puede aumentar conforme se hagan más estudios avifaunísticos en el estado, sobre todo en las regiones con bosque tropical caducifolio debido a que se ha visto que este tipo de vegetación contiene un número importante de especies endémicas de México (Ceballos y García 1995).
Las amenazas para la biodiversidad en el municipio de Nochistlán de Mejía incluyen la tala para la obtención de madera, el desmonte de bosques y áreas con matorral xerófilo para el establecimiento de la ganadería, cultivos, vivienda y construcción de caminos. A pesar de que los tipos de vegetación donde se llevaron a cabo las observaciones de aves están fragmentados, aún existen manchones de vegetación conservada (bosque tropical caducifolio, bosque de encino, bosque de pino-encino) que pueden ser utilizados como corredores para el desplazamiento de especies con afinidad tropical (e. g., P. cayana, T. assimilis). Es necesario continuar con estos estudios para conocer realmente la importancia de estos lugares y saber si los utilizan sólo durante cierta época del año o están establecidas o se están estableciendo nuevas poblaciones, todo lo cual nos puede dar bases para la toma de decisiones a la hora de conservar aquellos lugares que sirven como hábitat para especies vulnerables a los cambios de uso de suelo generados por el hombre.