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Huitzil

versión On-line ISSN 1870-7459

Huitzil vol.13 no.1 Omitlán ene./jun. 2012

 

Avifaunas e inventarios

 

Riqueza de aves del Área Natural Protegida Estero El Salado, Puerto Vallarta, Jalisco, México

 

Bird richness of the Natural Protected Area Estero El Salado, Puerto Vallarta, Jalisco, Mexico

 

David Molina,1,4* Jaime Torres-Guerrero2 y María de la Luz Avelarde-Gómez.3

 

1 Coordinación de Investigación, Monitoreo y Cooperación Científica, Área Natural Protegida Zona de Conservación Ecológica Estero El Salado. Centro Internacional de Convenciones de Puerto Vallarta, Paseo de las Flores No. 505, Colonia Villa las Flores, Puerto Vallarta, Jalisco, 48335, México.

2 Coordinación de Uso Público, Área Natural Protegida Zona de Conservación Ecológica Estero El Salado. Centro Internacional de Convenciones de Puerto Vallarta, Paseo de las Flores No. 505, Colonia Villa las Flores, Puerto Vallarta, Jalisco, 48335, México.

3 Dirección General, Área Natural Protegida Zona de Conservación Ecológica Estero El Salado. Centro Internacional de Convenciones de Puerto Vallarta, Paseo de las Flores No. 505, Colonia Villa las Flores, Puerto Vallarta, Jalisco, 48335, México.

4 Dirección actual: Laboratorio de Aves, Posgrado en Ciencias Marinas y Costeras, Departamento de Biología Marina, Universidad Autónoma de Baja California Sur. Carretera al sur Km 5.5, Apartado Postal 19-B, La Paz, Baja California Sur, 23080. México. Correo electrónico: *dunlin_83@yahoo.com.mx.

 

Recibido: 7 de abril de 2011.
Revisión aceptada: 25 de febrero de 2012.
Editora asociada: Rosío Amparán Salido.

 

Resumen

El estero El Salado fue declarado Zona de Conservación Ecológica en 2000. Es un área natural protegida con una superficie de 235 ha que se encuentra completamente conurbada; pese a esto, presenta una integridad ecológica relativamente bien conservada, estando presentes especies dentro de alguna categoría de riesgo. El conocimiento de las aves en el estero El Salado está limitado a las aves acuáticas y al listado general presentado en su Plan de Manejo. Durante el periodo 20022009, se realizaron muestreos no sistemáticos para actualizar el listado de especies de aves. En el presente estudio, realizamos recorridos mensuales en trayectos para evaluar la riqueza de especies de aves durante el periodo julio-diciembre de 2010. Registramos 131 especies, siendo 52 nuevos registros en el área, elevándose así la riqueza total a 160 especies. De las 108 especies previamente consideradas en el Área Natural Protegida hasta 2007, 29 especies no fueron observadas, principalmente aves acuáticas. La riqueza de aves registrada es mayor que en otros humedales de Bahía de Banderas; asimismo, la protección del predio ha beneficiado su restauración. Localmente, representa una "isla" en un paisaje urbanizado y un atractor de vida silvestre. La diversidad de ambientes ha favorecido el uso del área por diversos gremios de aves.

Palabras clave: humedales, conservación, riqueza de especies.

 

Abstract

El Salado mangrove-system was decreed an Ecological Conservation Zone in 2000. It is a 235 ha Natural Protected Area located in an urbanized area; however, it shows an ecological integrity sufficiently conserved holding endangered species. Knowledge about birds in El Salado is limited to waterbirds and to the checklist presented in its Management Plan. From 2002 to 2009 non-systematic samplings were done to update the bird species checklist. In this research, we carried out monthly transect surveys to assess bird species richness from July to December, 2010. We recorded 131 bird species, of which 52 were new species records in the area. This increased the total species richness to 160. Out of the 108 species previously recorded in 2007, 29 were not seen during this research, mostly waterbirds. Recorded species richness is higher than in other wetlands of the Bahia de Banderas; in addition, protection of the area has lead to restoration. Locally, it represents an "island" in an urban landscape and a wildlife attractor. Habitat diversity has favoured the use of the area by several guilds of birds.

Keywords: wetlands, conservation, species richness.

 

Introducción

El estero El Salado es un humedal históricamente impactado por la expansión de la frontera agropecuaria, la urbanización, la disminución de la cobertura vegetal y la caza (Estrada-Durán et al. 2001, Gómez-Graciano yCupúl-Magaña 2001). En 2000, se declaró Área Natural Protegida Estatal (ANP) bajo la categoría de Zona de Conservación Ecológica (UdeG 2000), por su valor biológico y cultural (Gómez-Graciano 1999).

Dentro de los principales objetivos de las ANP están el salvaguardar la diversidad genética de las especies silvestres, particularmente las que están en peligro de extinción, amenazadas, raras, sujetas a protección especial o las endémicas (LGEEPA 2007). Para manejar estas áreas es necesario contar con inventarios biológicos actualizados y relativamente completos que indiquen qué taxa están presentes y dónde se distribuyen (Bojórges 2004, Chávez-León 2007). Asimismo, es necesario hacer monitoreo biológico que en ocasiones, por falta de recursos económicos y humanos, no se lleva a cabo. Esto implica considerar las condiciones que impone tal situación, encontrar la manera de obtener buenos datos y comunicar lo registrado (Fusari 2009). Los datos de monitoreo o los listados de especies nos sirven para evaluar el estado de algún recurso, son indicadores y proporcionan un respaldo para generar información que conduzca a establecer sitios importantes para la conservación (Rebón 2000, Villaseñor-Gómez y Santana 2003). Son una herramienta básica para la instrumentación de medidas para el manejo, conservación y aprovechamiento sustentable de la vida silvestre y sus hábitats (Villaseñor-Gómez y Santana 2003). Asimismo, son útiles para determinar tendencias poblacionales y estimar parámetros demográficos (Ralph et al. 1996, Robinson et al. 2005).

El estero El Salado es un humedal predominantemente de manglar y posee características estuarinas, por lo que está vinculado funcionalmente con la zona nerítica adyacente (Ramírez-Delgadillo y Cupúl-Magaña 1999, Flores-Verdugo et al. 2007). Estos sitios albergan una biota particularmente rica y abundante tanto en especies vegetales como animales, muchas de las cuales constituyen recursos esenciales para el hombre (Abarca 2002). Para coadyuvar a revertir la pérdida de humedales en el país, es necesario implementar políticas de conservación sustentadas en inventarios actualizados que apoyen el establecimiento de programas destinados a manejar los humedales a diferentes niveles (Valencia y Duncan 2006).

Dentro del estero El Salado se han reportado 81 taxa de plantas, 42 especies de mamíferos, 31 de reptiles, 12 de anfibios, 24 de peces y se han descrito algunas especies de invertebrados (Cupúl-Magaña 2004a, Cupúl-Magaña y Reyes-Juárez 2005, ZCEES 2010). Respecto a la avifauna, Cupúl-Magaña (1999a) realizó un estudio sobre aves acuáticas y, para la elaboración del Plan de Manejo del ANP, se realizó un estudio de la ornitofauna del estero estimándose una riqueza de 100 especies (UdeG 2000).

En el estero El Salado no se pudo realizar un monitoreo sistemático de aves durante el período 20022009 debido a la falta de un programa específico de monitoreo, recursos económicos y personal capacitado; aunque se realizaron algunos registros fotográficos. Este trabajo busca contribuir al conocimiento de la avifauna del estero El Salado, reportando las especies encontradas dentro de cada uno de los ambientes en el ANP y con ello, brindar información para futuras investigaciones o acciones de manejo y conservación.

 

Métodos

Área de estudio

El clima del estero El Salado es del tipo semicálido subhúmedo con lluvias en verano AW1W. La temperatura y precipitación promedio anual oscilan entre los 26-28°C y 950-1,600 mm respectivamente (Vidal-Zepeda 2005).

La Zona de Conservación Ecológica Estero El Salado tiene una superficie de 235 ha, de las cuales169 ha corresponden a la zona núcleo, 43 ha a la zona de amortiguamiento y 23 ha al área de restauración (UdeG 2000). Se encuentra dentro del área urbana de la ciudad de Puerto Vallarta. Es uno de los cinco humedales que conforman el Sistema Estuarino-Lagunar de Bahía de Banderas (Laguna El Quelele, Boca de Tomates, Boca Negra, El Chino), en la actualidad severamente fragmentado por diversos desarrollos (aeropuerto, marinas, desarrollo hotelero, fraccionamientos) (Gómez-Graciano y Cupúl-Magaña 2001). El estero El Salado recibe aportes de agua dulce por medio de varios arroyos temporales (Contentillo, Agua Zarca, La Virgen, Mojoneras) y se conecta al mar a través de un canal de 2 km de largo, con una boca de 20 m de ancho y 3.4 m de profundidad en promedio (UdeG 2007, Martínez y Pérez-Peña 2008).

La flora del ANP es eminentemente tropical y está distribuida en parches. Los tipos de vegetación son el bosque de manglar (135 ha) conformado por Rhizophora mangle, Laguncularia racemosa y Avicennia germinans; selva mediana subcaducifolia con elementos de bosque tropical caducifolio (40 ha) como Pithecellobium lanceolatum, Bursera arborea, Enterolobium cyclocarpum, Ceiba aesculifolia, Ficus padifolia, F. citrifolia, Psidium guajava, Spondias purpurea, Passiflora spp., Leucaena leucocephala, Guazuma ulmifolia, Acrocomia mexicana, Orbygnya guacuyule y Attalea cohune; bosque espinoso (15 ha) de Acacia macracantha, A. hindsii, Prosopis juliflora y Mimosa pigra; vegetación acuática y ribereña (11 ha) de Salix humboldtiana, Thalia geniculata, Typha domingensis, Pistia stratiotes, Eichornia crassipes, Cyperus spp. y Lantana camara; marismas (32 ha) de Batis maritima, Muhlenbergia spp., Heliotropium spp. y Sporobolus splendens, y pastos y vegetación secundaria e inducida (17 ha) de Panicum spp., Xanthium spp., Paspalum spp., Terminalia cattapa, Mangifera indica, Mussa spp., Tamarindus indica, Annona glabra, Carica papaya, Persea americana, Caesalpinia pulcherrima y Cocos nucifera (Ramírez-Delgadillo y Cupúl-Magaña 1999, UdeG 2000).

Inventario de aves

El listado ornitológico lo compilamos durante el período julio-diciembre de 2010. Realizamos registros mensuales diurnos que comenzaron 30 min después de la salida del sol y se prolongaron durante tres horas, y registros vespertinos bimensuales que comenzaron dos horas antes de la puesta de sol. Empleamos el método de búsqueda intensiva y en trayecto en cada una de las diferentes unidades de muestreo, las cuales representaron los diferentes tipos de vegetación seleccionados: bosque de manglar, selva mediana subcaducifolia, bosque espinoso, marismas, vegetación secundaria e inducida, vegetación acuática y ribereña, y la porción del delta del estero. Estos tipos de vegetación los delimitamos con un GPS en campo (Figura 1). Llevamos a cabo un inventario estratificado e intensivo que consistió en salidas de búsqueda sin limitantes en cuanto al número de registros en cada una de las unidades de muestreo, durante 30 min (Villaseñor-Gómez y Santana 2003). Realizamos modificaciones en cuanto al conteo en trayecto, debido a que algunas unidades de muestreo no fueron suficientemente extensas. Cada trayecto tuvo una longitud de 500 m por 100 m de ancho que recorrimos en 30 min, excepto en la unidad del bosque de manglar, donde el trayecto recorrido fue de 2,000 m en 60 min con un ancho de 50 m, y en el delta del estero, donde sólo realizamos un registro de aves durante 15 min debido a su menor tamaño (Emlen 1971). Para los avistamientos e identificación de las aves utilizamos binoculares (10x50 y 7x35) y guías de identificación de aves (Sibley 2003, Howell y Webb 2005, Dunn y Alderfer 2006).

Complementamos la información recabada en campo con lo reportado en la literatura (Cupúl-Magaña 1999a, UdeG 2000, 2007) y registros fotográficos realizados dentro del ANP durante el verano de 2003. Con base en esto, elaboramos el listado de aves del ANP Estero El Salado.

El análisis de la riqueza de especies en cada tipo de vegetación lo realizamos sólo con los datos del presente estudio. Para determinar la normalidad e independencia de los datos aplicamos una prueba χ2 y W Shapiro-Wilk. Aunque los datos no cumplieron con los supuestos de normalidad, sí fueron independientes; en este caso, el ANDEVA de bloques completos aleatorios es suficientemente robusto para sostener el análisis (Wonnacott y Wonnacott 1990). Así, analizamos la riqueza de aves entre los tipos de vegetación considerando los meses como bloques, los tipos de vegetación como variable independiente y la riqueza promedio por tipo de vegetación en todo el período de estudio como dependiente. El análisis a posteriori lo realizamos por medio de la prueba HSD de Tukey. En todos los casos, consideramos un nivel de significancia de P=0.05 (Daniel 2010).

Seguimos la nomenclatura propuesta por la American Ornithologists’ Union (AOU 1998) y sus suplementos (AOU 2000, Banks et al. 2002, 2003, 2004, 2006, 2007, 2008, Chesser et al. 2009, 2010, 2011). La categoría estacional fue definida de acuerdo con lo propuesto por Palomera-García et al. (2007) para el estado de Jalisco. El carácter de endemismo, cuasiendemismo o semiendemismo se basó en lo propuesto por González-García y Gómez de Silva (2003) y Palomera-García et al. (2007), y su nivel de protección con base en lo establecido en la NOM-059SEMARNAT-2010 (SEMARNAT 2010).

 

Resultados

La riqueza de la ornitofauna del estero El Salado asciende a 160 especies, pertenecientes a 48 familias y 20 órdenes. En este inventario, observamos 131 especies de aves, de las cuales 52 no habían sido reportadas y constituyen nuevos registros para el ANP. Encontramos cuatro especies de aves en registros fotográficos en el ANP, pero no registradas en el Plan de Manejo (Amazona finschi, Coccyzus minor, Momotus mexicanus, Cyanocorax yncas; Apéndice 1). En este estudio no registramos 29 especies previamente reportadas en el área, principalmente aves acuáticas (Apéndice 2).

De la riqueza de aves, 60 especies (38%) fueron aves asociadas a ambientes acuáticos y 100 (62%) a ecosistemas terrestres. Respecto a las aves acuáticas, registramos 17 familias, de las cuales las más diversas fueron Ardeidae y Scolopacidae (11 especies cada una), seguidas de Anatidae y Laridae. Estas cuatro familias agruparon el 58% de la riqueza de aves acuáticas. Las aves terrestres pertenecen a 30 familias, 16 pertenecientes al orden Passeriformes. La familia Parulidae presentó la mayor riqueza con 13 especies, seguida de Icteridae y Tyrannidae (Cuadro 1). Con relación a la estacionalidad, alrededor de 114 especies las consideramos residentes, 38 visitantes de invierno, tres visitantes de verano y cinco transeúntes.

De los nuevos registros, 12 son de hábitos acuáticos, destacando Tachybaptus dominicus, Egretta rufescens y Sternula antillarum que son especies protegidas; así como Cochlearius cochlearius, Pandion haliaetus y Porzana carolina. Por otro lado, el 76% (40 especies) de los nuevos registros corresponden a aves de hábitos terrestres, destacando Buteo albonotatus, Buteogallus anthracinus, Campephilus guatemalensis y Geothlypis tolmiei, incluidas en la NOM-059SEMARNAT-2010. Los endemismos son Ortalis wagleri, Melanerpes chrysogenys y Thryothorus sinaloa. La familia Parulidae no sólo registró la mayor riqueza de especies, también tuvo la mayor parte de los nuevos registros (Oreothlypis celata, Oreothlypis ruficapilla, Geothlypis tolmiei, Setophaga petechia, Setophaga coronata, Setophaga nigrescens y Basileuterus lachrymosus; Apéndice 1).

De las especies reportadas previamente y que no observamos, 18 son de hábitos acuáticos y 11 de hábitos terrestres. Entre las aves acuáticas algunos grupos estuvieron poco representados; no observamos tres de las seis especies de patos, nueve de las 16 especies de aves playeras y dos de las tres especies de gaviotas. De las aves terrestres, cinco de las especies no observadas fueron Passeriformes, una endémica Vireohypochryseus, y el resto incluidas en diversos ordenes (Accipitriformes, Falconiformes, Psittaciformes, Cuculiformes, Caprimulgiformes y Coraciformes; Apéndice 2).

El mayor número de especies lo observamos en la selva mediana subcaducifolia, seguida de la vegetación secundaria e inducida, la vegetación acuática-ribereña y el bosque de manglar (Figura 2). Aunque la selva mediana subcaducifolia tuvo la mayor riqueza, sólo contó con el 51% de la avifauna del ANP, seguida de la vegetación secundaria e inducida con el 38%; mientras que el bosque espinoso y el delta del estero presentaron los valores menores de riqueza con el 12% y el 6% respectivamente.

El promedio de riqueza de especies por tipo de vegetación no cumplieron con los supuestos de normalidad (χ2 = 103.16, g.l. = 6; Shapiro-Wilk W = 0.9157; P<0.05), pero fueron independientes (χ2=17.36, g.l.=30; P>0.10). El ANDEVA de bloques completos aleatorios de la riqueza mostró que existen diferencias significativas entre tipos de vegetación (F6,30=53.92, P<0.05). La prueba a posteriori de Tukey (HSD7,35=6.77), formó tres diferentes grupos homogéneos, el primer grupo conformado por vegetación acuática, el segundo por ambientes abiertos y el tercero por ambientes con mayor cobertura arbórea (Cuadro 2).

En cuanto a los endemismos, diez especies son consideradas endémicas, nueve semiendémicas y tres cuasiendemicas de México. De estas, dos aves marinocosteras semiendémicas ocurren estacionalmente en el delta del estero, Larus heermanni y Thalasseus elegans. De hábitos terrestres registramos diez especies endémicas (Ortalis wagleri, Callipepla douglasii, Forpus cyanopygius, Amazona finschi, Trogon citreolus, Melanerpes chrysogenys, Vireo hypochryseus, Cyanocorax sanblasianus, Thryothorus sinaloa y Thryothorus felix), tres cuasiendémicas (Momotus mexicanus, Turdus rufopalliatus y Cacicus melanicterus) y siete semiendémicas (Cynanthus latirostris, Empidonax difficilis, Tyrannus crassirostris, Setophaga nigrescens, Passerina versicolor, Icterus cucullatus e Icterus bullockii).

El estero El Salado presentó 19 (12%) especies de aves incluidas en la NOM-059-SEMARNAT-2010, de las cuales,15 están consideradas bajo protección especial, siendo nueve terrestres (Buteogallus anthracinus, B. urubitinga, Buteo albonotatus, Falco peregrinus, Aratinga canicularis, Forpus cyanopygius, Campephilus guatemalensis, Vireo pallens y Passerina ciris) y seis acuáticas (Tachybaptus dominicus, Egretta rufescens, Mycteria americana, Larus heermanni, Sternula antillarum y Thalasseus elegans,); dos especies se encuentran amenazadas (Pelecanus occidentalis y Geothlypis tolmiei), y dos en peligro de extinción (Amazona finschi y Ara militaris) (Apéndice 1).

Registramos la anidación de varias especies. Egretta thula, Butorides virescens y Nyctanassa violacea anidaron en el manglar (Rhizophora mangle y Laguncularia racemosa); en parches de palmar registramos a Dendrocygna autumnalis, y en la selva mediana subcaducifolia ubicamos nidos de Melanerpes chrysogenys, Pitangus sulphuratus, Myiozetetes similis, Icterus pustulatus y Cacicus melanicterus.

 

Discusión

Los listados de especies aportan evidencia de la importancia de una región en términos de diversidad biológica (Ramírez-Albores et al. 2007). La riqueza de aves registrada en el estero El Salado corresponde a más del 40% de la riqueza reportada para Bahía de Banderas (Cupúl-Magaña 2002). Siendo destacable que con el presente estudio se incrementó nuestro conocimiento sobre la riqueza de aves en el estero en un 37%.

El estero El Salado es un sitio con poca perturbación por actividades humanas, por lo que el incremento detectado en la riqueza de especies puede ser consecuencia de dos factores no excluyentes, la protección del área y un mayor esfuerzo de observación (área y tiempo). En el estero El Salado, las acciones de restauración (aumento de cobertura de selva y manglar) y protección, realizadas por el personal del ANP podrían relacionarse con el registro de nuevas especies, como en otras partes de México (Ramírez-Albores y Ramírez-Cedillo 2002). En este estudio, las aves acuáticas no fueron el grupo que más contribuyó al incremento de la riqueza, aunque Hernández-Martínez et al. (2005) encontraron una mayor diversidad de especies de aves acuáticas a medida que disminuye la perturbación en los humedales. La mayor parte de los nuevos registros ocurrieron en ecosistemas con una mayor cobertura arbórea y en proceso de restauración, como la selva mediana subcaducifolia y la vegetación secundaria e inducida (ZCEES 2010). Comparado con otras partes de la costa de Jalisco (Ramírez-Albores 2007) y de México (Bojórges y López-Mata 2005, Ramírez-Albores et al. 2007), El Salado presenta un valor de riqueza relativamente similar.

A nivel estatal, el estero El Salado alberga el 29% de la riqueza de aves (Palomera-García et al. 2007). Con respecto a las aves acuáticas registradas en la costa de Jalisco, en el estero registramos alrededor del 55% de la riqueza regional (Hernández-Vásquez et al. 2007). En un estudio anterior, Cupúl-Magaña (1999a) reportó 28 especies de aves acuáticas, aunque sólo en el manglar y las marismas del estero; posteriormente, se detectaron 19 especies más (UdeG 2007) y 13 nuevos registros en este estudio. La mayoría de los nuevos registros ocurrieron en la vegetación ribereña y acuática, o fueron especies migratorias. Comparado con humedales locales, tanto en la costa sur de Nayarit como en Bahía de Banderas (Molina 2008), El Salado presenta la mayor riqueza de aves, tanto acuáticas como terrestres, esto puede derivarse de la heterogeneidad de ambientes que presenta El Salado y a que ha sido más estudiado (Figura 3).

Las aves acuáticas menos registradas fueron las aves playeras y los patos. Las aves playeras requieren de cuerpos de agua relativamente someros para que les sean atractivos y humedales con poca cobertura de vegetación, generalmente de menor tamaño al del ave (Helmers 1992). Dentro del estero El Salado, el hábitat disponible para aves playeras está prácticamente restringido al área de marismas que en su mayor parte está cubierta por gramíneas relativamente altas (Sporobolus splendens, Muhlenbergia spp.) y parches de vegetación halófita (Batis maritima, Heliotropium spp.) (Ramírez-Delgadillo y Cupúl-Magaña 1999, UdeG 2000). El registro de aves playeras en el estero El Salado ha sido escaso, Cupúl-Magaña (1999a) menciona poco más de un centenar de aves playeras a lo largo de un censo anual, siendo Himantopus mexicanus la más abundante. Localmente, es posible que las aves playeras tiendan a irse hacia la laguna El Quelele, un humedal cercano y con una mayor superficie (Cupúl-Magaña 1999b, Molina 2008). En el caso de los patos, los pocos registros pueden ser consecuencia de nuestro período de estudio que sólo cubrió una parte de su periodo migratoria e invernal. Anteriormente, Cupúl-Magaña (1999a) hizo referencia a Anas discors reportando sólo tres individuos en todo un año. Las restantes especies de patos reportadas para el ANP son migratorias (Anas clypeata, A. crecca), y aunque A. cyanoptera es considerada residente para Jalisco, su estancia en El Salado es posiblemente estacional ya que no se observó en el presente estudio. Por otro lado, Dendrocygna autumnalis es un ave residente relativamente abundante y frecuente en los humedales locales (Cupúl-Magaña 1999a, Cupúl-Magaña 1999b, Cupúl-Magaña 2002, Molina 2008).

En relación con las aves de ribera, como garzas y afines, Cupúl-Magaña (1999a) las considera las especies más frecuentes y abundantes en El Salado (Egretta thula, Nyctanassa violacea y Eudocimus albus); sin embargo, Egretta rufescens y Cochlearius cochlearius no se habían registrado dentro del área natural protegida, ya que son relativamente poco abundantes, aunque con una amplia distribución en la región (Hernández-Vásquez et al. 2007, Molina 2008).

El occidente de México es una región clave en las rutas migratorias y de invernada de las aves migratorias neotropicales (Rappole et al. 1993, Ramírez-Albores y Ramírez-Cedillo 2002, García-Trejo y Navarro 2004). Alrededor del 71% de la riqueza de aves es residente en el ANP, las residentes de invierno representan el 24%, un 5% es transeúnte y 2% es residente de verano (Palomera-García et al. 2007). Los ecosistemas altamente conservados e inmersos en una matriz alterada funcionan como piezas clave en la migración y movimientos de la vida silvestre (Zamora et al. 2007); en el caso de El Salado, 29% de su avifauna es netamente migratoria, similar a lo reportado para el occidente de México en general (Palomera-García et al. 1994, García-Trejo y Navarro 2004). Se ha registrado una mayor proporción de aves residentes, de acuerdo a lo propuesto por Palomera-García et al. (2007) y lo registrado en otras regiones tropicales del país (Puebla-Olivares et al. 2002, Bojórges y López-Mata 2005, Ramírez-Albores 2006, Almazán-Núñez et al. 2007, Martínez-Morales 2007, Vásquez et al. 2009); no obstante, en áreas costeras se han encontrado proporciones altas de aves migratorias o de paso (Ortiz-Pulido et al. 1995). Localmente, falta definir con claridad la estacionalidad de varias especies de aves. En el caso particular de la familia Psittacidae, las especies son consideradas como residentes para Jalisco, pero se notaron cambios en la frecuencia de avistamiento. Aratinga canicularis fue frecuente en la temporada de lluvias y disminuye en secas, contrariamente a lo observado en Forpus cyanopygius o lo que ocurre con Ara militaris, presente sólo en un periodo del año (octubre-abril); esto sugiere que realizan movimientos estacionales.

El estero El Salado es el único humedal de la región donde se ha registrado la guacamaya verde (Ara militaris), un psitácido en peligro de extinción (SEMARNAT 2010). Como se mencionó, esta especie ocurre en el ANP de octubre a abril, llegando en parejas, en pequeños grupos dispersos. Visita parches de manglar y selva mediana subcaducifolia, donde se alimentan de hojas de Laguncularia racemosa y Rhizophora mangle (Rojas y Martínez 2010, DM y JTG obs. pers.); así, El Salado puede ser un sitio clave para la conservación de la guacamaya verde en la costa del Pacífico mexicano.

Siete especies de rapaces son nuevos registros y cuatro se encuentran en la NOM-059-SEMARNAT2010, una de las cuales (Buteogallus urubitinga) posiblemente se encuentre extirpada localmente ya que no se ha reportado recientemente en estos humedales (Martínez-Martínez y Cupúl-Magaña 2002, Molina 2008).

La selva mediana subcaducifolia y la vegetación secundaria e inducida presentaron el mayor número de especies; sin embargo, ninguna unidad de muestreo albergó la totalidad de las aves, lo que sugiere una selección de hábitat. En ambientes sucesionales, la variación en la riqueza y abundancia de especies de aves obedece a cambios en la vegetación y a movimientos temporales de las aves debido a la disponibilidad del alimento (Bojórges y López-Mata 2005). El mantenimiento de parches de vegetación con distintas fases de regeneración natural ha facilitado el incremento de la riqueza en El Salado, ya que son ocupados por diferentes gremios alimentarios y por especies con requerimientos específicos, por lo que son necesarios para la supervivencia y reproducción de la comunidad de aves (Bojórges y López-Mata 2006). Asimismo, la heterogeneidad y estructura de la vegetación influyen en la diversidad de las aves y su éxito de anidación, lo que promueve una mayor riqueza (Powell y Steidl 2000). Con base en el valor de riqueza, los tipos de vegetación formaron tres grupos: (1) ambientes con mayor riqueza y más heterogéneos (selva mediana subcaducifolia y vegetación secundaria e inducida), (2) con riqueza media (manglar y vegetación acuática ribereña), y (3) con menor riqueza (bosque espinoso, marismas y delta del estero).

En México, 196 especies de aves están catalogadas como endémicas, cuasiendémicas o semiendémicas (González-García y Gómez de Silva 2003). La fracción presente en el estero El Salado representa el 11% del total nacional; entre las aves terrestres, el 10% es de carácter endémico, 7% es semiendémico y 3% cuasiendémico. Por otra parte, las dos especies de aves marino-costeras semiendemicas están dentro de la NOM-059-SEMARNAT-2010. Al ser creada el ANP, las aves consideradas como endémicas, cuasiendémicas o semiendémicas alcanzaban nueve especies, este valor se ha elevado hasta 22 especies, lo que, entre otras razones, puede ser un indicador de la recuperación del sistema ya que las aves endémicas juegan un papel ecológico vital (Navarro y Benítez 1993). Se registraron 19 especies enlistadas en la NOM-059-SEMARNAT-2010, dos en peligro de extinción (Ara militaris y Amazona finschi), dos amenazadas (Pelecanus occidentalis y Geothlypis tolmei) y 15 bajo protección especial; así, 37 especies de aves en El Salado son de importancia para la conservación, ya sea por estar bajo alguna categoría de endemismo o dentro de la NOM-059-SEMARNAT2010.

El manglar es un área de descanso para las especies de aves de ribera, incluyendo algunas de otros grupos (Becerril y Carmona 1997, Cupúl-Magaña 2004b). Localmente, anidan al menos cuatro especies de aves acuáticas. La anidación ocurre a lo largo del canal principal y en el interior del mangle rojo y blanco. El período de anidación se extiende de marzo hasta septiembre, terminando con el máximo de la temporada lluviosa (Cupúl-Magaña 2004b). Ahora bien, al ser un estero urbano es un ecosistema marginal y esto puede restar éxito reproductivo a las especies que anidan (Becerril y Carmona 1997); sin embargo, localmente se ha documentado que el éxito reproductivo está más relacionado con factores climáticos, como las lluvias, que afectan negativamente las puestas de huevos (Cupúl-Magaña 2003), y no tanto con perturbaciones derivadas de las actividades humanas. Actualmente, los humedales son considerados como uno de los ecosistemas clave (Castillo-Cortés y González 2002), esto pone de manifiesto la importancia de conocer la riqueza biológica de los mismos.

Al ser un ANP, la riqueza de aves observada en el estero El Salado es un elemento que puede ser aprovechado para la educación ambiental en Puerto Vallarta, ya que las aves son una herramienta clave y facilitadora en esta tarea. Se ha comentado sobre la potencial importancia del estero El Salado como sitio educativo y turístico (Andrade-Romo et al. 2007, ZCEES 2010). En este contexto, la observación de aves es un servicio o recurso importante en el ámbito del turismo, la recreación y la ciencia (Redford y Robinson 1997, Groom et al. 1997, Morales 2007, Amparán-Salido y Téllez 2007). El desarrollo de nuevas áreas de investigación y un programa de monitoreo y manejo de aves permitirá establecer la estacionalidad de las especies, detectar movimientos locales y sitios de anidación o alimentación, fortaleciendo el manejo del ANP.

 

Agradecimientos

Se agradecen las sugerencias de R. Carmona y G. Marrón, la colaboración de G. García Ramírez y S. Villagómez Palma del Instituto Tecnológico de Bahía de Banderas, C. Villar-Rodríguez (Alianza Conservación de las Aves, Nayarit, AC) y a tres revisores anónimos que enriquecieron con comentarios el artículo. Este trabajo está dedicado a la memoria de R. Ramírez-Delgadillo†.

 

Apéndice 1

Apéndice 2

 

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