En marzo de 2014 se constituyó el Comité de Publicaciones Médicas del Hospital Ángeles León (HAL) con la misión de involucrar a los médicos de la institución en la elaboración de manuscritos con el fin de publicarlos. Cumpliendo así uno de los objetivos primordiales que debe alcanzar el profesionista de la medicina, que es transmitir sus experiencias, siendo la publicación una manera de lograrlo. En un reporte previo se dieron a conocer las características del comité, sus lineamientos y los resultados obtenidos a un año de trabajo. En esta ocasión, a tres años de su formación, presentamos las experiencias logradas durante la elaboración de los primeros 100 manuscritos de médicos del HAL, así como sus características y evolución.
Se revisaron los primeros 100 manuscritos realizados por médicos del HAL clasificándolos por: a) su origen de división (medicina, cirugía, ginecología-obstetricia y pediatría); b) por la característica del manuscrito (artículo original, de revisión, caso clínico, imagen en medicina, historia de la medicina); c) por su estatus al momento de la redacción de este reporte: publicado, en prensa, en revisión; d) por nombre de la revista a la que se envió el manuscrito; e) por el número de médicos involucrados en la elaboración en relación con la cifra de médicos de la institución y por último f) número de manuscritos que requirieron modificación solicitada por los revisores de las publicaciones respectivas antes de su total aceptación, anotando en las referencias bibliográficas los artículos publicados.
A tres años de la formación del Comité de Publicaciones del HAL, sus acciones reportan asesoría, revisión y corrección de 100 manuscritos que corresponden a la siguiente clasificación: 14 artículos originales, siete de revisión, 39 de casos clínicos, 36 de imágenes en medicina, dos manuscritos de historia de la medicina, una carta al editor y un capítulo para el Libro de Medicina Interna (Figura 1). Los temas quirúrgicos ocuparon 45% de los manuscritos; los temas médicos 51%; los trabajos de ginecología y obstetricia así como de pediatría 2%, respectivamente.
Los manuscritos se hicieron llegar a 16 publicaciones científicas (Cuadro 1): 12 nacionales, indexadas en el portal Artemisa, reconocidas por la Academia Nacional de Medicina de México y cuatro revistas extranjeras.
De los 100 manuscritos realizados se encuentran al cierre de este reporte: 70 artículos publicados,1-70 17 artículos en prensa y 13 manuscritos en revisión por comités editoriales que alcanzan una producción de 2.7 manuscritos/mes durante los tres años de actividad (Figuras 2 y 3). El comité asesoró a 70 médicos (46%) de la institución en la elaboración de los manuscritos, además de 12 internos de pregrado.
Por parte del comité las acciones de asesoría reportan: haber revisado 100 documentos que incluyeron 743 páginas, 64 cuadros, 147 fotografías, 211 pies de gráfica o figura y 1,312 referencias bibliográficas. Se efectuaron 150 entrevistas personales; 745 correos electrónicos; 243 llamadas telefónicas; apoyo en 39 modificaciones a manuscritos solicitadas por comités editoriales; presentación de 36 informes mensuales de las acciones del comité así como tres informes anuales y cinco exposiciones de resultados en sesión general de la institución, dos de ellas forman parte de las sesiones del Capítulo Centro de la Academia Nacional de Medicina.
Discusión
Los profesionales de la medicina publican para compartir con la comunidad médica sus conocimientos y experiencias. Las prerrogativas de esta información se clasifican en diferentes rubros que implican que dicha información debe: a) enriquecer el conocimiento y comprensión de una determinada enfermedad; b) presentar resultados de estudios realizados; c) comunicar nuevos métodos de diagnóstico o tratamiento; d) reflexionar sobre los resultados publicados; e) revisar un tema específico; f) desarrollar un caso clínico; g) mostrar una imagen ilustrativa y h) externar las ideas y opiniones en ensayos literarios sobre un tema específico relacionado con la medicina.
La mayoría de los médicos con frecuencia exponemos nuestras experiencias clínicas a través de conferencias o participando en sesiones clínicas. El reto surge cuando se nos solicita expresar esas experiencias por escrito, ya que escribir bien un artículo científico requiere tiempo, estudio y dedicación.
Pese a que existen múltiples revistas médicas en nuestro país, el número de artículos publicados resulta muy escaso en relación con el número de médicos existentes. Los médicos no estamos acostumbrados a escribir, en nuestro medio no existe una cultura para publicar y por lo tanto, escribir un artículo con este fin resulta una tarea compleja.
Existen ciertos atavismos ante una hoja de papel en blanco a la hora de plasmar las ideas por escrito, uno de ellos es asumir que escribir bien es una habilidad innata, cuando en realidad es una cuestión de práctica. Otra limitante es creer que los únicos que lo hacen son los investigadores y expertos reconocidos; sin embargo, todo médico puede llegar a escribir para publicar, incluso los estudiantes de pregrado. Una tercera limitante es pensar que la única forma de lograrlo es enviar trabajos de investigación complejos, situación que también resulta falsa, pues puede escribirse sobre: casos interesantes de la práctica clínica, un signo o una imagen, experiencias personales, análisis críticos constructivos de problemas médicos, reseñas históricas y comentarios sobre estudios incluidos en las revistas, modificaciones a técnicas quirúrgicas, complicaciones y la manera de resolverlas, asociación entre enfermedades, respuestas a un fármaco, abordaje de problemas, epidemiología en nuestro medio de un problema específico en comparación con lo ya publicado, etc. Con respecto al médico que se inicia en la elaboración de un manuscrito con la intención de publicarlo, la presentación de un caso clínico siempre es un buen comienzo; no obstante, no todas las revistas médicas aceptan casos clínicos, pues la mayoría de los comités editoriales de publicaciones científicas coinciden en que la comunicación de casos clínicos contribuye poco al conocimiento, arguyendo que contiene un nivel bajo de evidencia científica; sin embargo, su objetivo es exponer aspectos nuevos o instructivos de una enfermedad determinada, siendo el informe riguroso de casos clínicos el primer paso en la investigación clínica, además de ser una forma de comunicación que constituye una técnica fundamental en la enseñanza médica que permite recordar mensajes, favorece la comprensión de una guía práctica clínica, estimula el razonamiento y el manejo de la incertidumbre, aparte de incrementar las posibilidades de diagnóstico diferencial o motivar la búsqueda de mayor información.
La importancia de la información escrita radica en su trascendencia y gracias a la comunicación electrónica que está prácticamente al alcance de todos los interesados, como lo demuestra la información proporcionada sobre el número de artículos visitados en la Revista Acta Médica Grupo Ángeles, que de enero a septiembre de 2016 reporta la cifra de 662,448 PDF consultados en la red, con un promedio/día de 2,400 visitas abarcando 70 países del orbe, quizá limitada en su difusión por el idioma, pues únicamente los hispanoparlantes pueden acceder a la totalidad de los artículos, mientras que el resto sólo tiene acceso al resumen en idioma inglés o a una traducción, no de la mejor calidad, a través de traductores automatizados.
Consideramos que la formación del comité de publicaciones del Hospital Ángeles León ha sido fructífera, la meta inicial de ocho manuscritos/año ha sido ampliamente superada con un promedio de 33 manuscritos/año. Se logró involucrar (por convicción y no por obligación) a prácticamente 50% de los médicos de la institución en la realización de artículos, con una producción de 2.7 manuscritos/mes de manera constante a lo largo de tres años, contando con 70% de ellos ya editados. Los 17 artículos en prensa permitirán dar a conocer a los médicos de la institución en al menos 10 diferentes revistas durante 2017. Por otra parte, se cuenta con 13 manuscritos elaborados que ya están en valoración por comités editoriales, que de ser aceptados incrementarán las posibilidades de cubrir parte de 2018. En cuanto a la información vertida en los artículos publicados estamos satisfechos, ya que las revistas científicas en las que han aparecido cuentan con comités editoriales que evalúan la calidad de los manuscritos, al ser examinados por pares los documentos enviados se han sometido a revisión por expertos en el tema que emiten un juicio tanto de la calidad de los datos como de la veracidad de las conclusiones. Las modificaciones a 39 manuscritos enviados han sido siempre atinadas, mejorando la calidad y contenido de los documentos. Sirvan estas líneas para agradecer a los revisores su dedicación profesional, la cual resulta esencial para obtener un producto de utilidad para la comunidad médica interesada en el tema respectivo de cada documento.
En cuanto a las perspectivas a futuro de este comité se ha establecido una relación estrecha con el comité de investigación, iniciando con una “lluvia de ideas” de todas las divisiones y departamentos de la institución para valorar propuestas de investigación factibles, así como la redacción de los protocolos respectivos con la intención de promover un mayor número de artículos originales, al tiempo de tratar de mantener los números alcanzados en cuanto a la producción de manuscritos. La tarea es un reto que requiere incrementar el esfuerzo y la conjunción multidisciplinaria en un ambiente cordial que ha sido la característica primordial de este comité.
Para concluir, este comité considera que el médico que escribe y publica es un mejor médico, al menos en el tópico que desarrolla en su manuscrito, pues debe llevar a cabo una verdadera actualización del tema al revisar la bibliografía relacionada con su artículo, amén de trascender al dejar algo por escrito y cumplir (como lo establece el Dr. Ruy Pérez Tamayo) con las tres obligaciones que todo médico debe desempeñar en la medida de sus posibilidades: “cuidar la salud y combatir la enfermedad, compartir sus conocimientos con todo aquel que pueda beneficiarse de ellos (qué mejor que a través de la publicación) y contribuir a enriquecerlos por medio de la investigación médica”.