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Tzintzun. Revista de estudios históricos

versión On-line ISSN 2007-963Xversión impresa ISSN 1870-719X

Tzintzun. Rev. estud. históricos  no.78 Michoacán jul./dic. 2023  Epub 14-Sep-2023

 

Entrevistas

LA DIVULGACIÓN HISTÓRICA A TRAVÉS DEL CINE DOCUMENTAL. ENTREVISTA A DIEGO GARCÍA CAMPOS

José Antonio Abreu Colombri1 

1 Universidade Nova de Lisboa


Diego García Campos nació en la provincia de Almería (El Pilar de Lubrín, España) en 1968. Estudió en la Facultad de Ciencias de la Información en la Universidad Complutense de Madrid e inició su carrera profesional en el campo de la prensa (Última Hora, El Sol y Diario 16). En 1996 fundó Ediciones Paralelo 37 y la revista Foco Sur. En los últimos años ha dirigido varios documentales: "La fosa borrada del sur" (2017), "Montahur, el monte mágico" (2013), "Lubrín, el valle de la tranquilidad" (2013) y "Moros y cristianos, historia de vida" (2011). En la actualidad dirige el diario digital Almería Información.

LA DIVULGACIÓN AUDIOVISUAL DE LA REPRESIÓN DEL FRANQUISMO

José Antonio Abreu Colombri (JAAC): En la proyección del documental "La fosa borrada del sur" (2017), en la Biblioteca Histórica Marqués de Valdecilla de la Universidad Complutense de Madrid (19 de febrero de 2019), usted afirmó que la represión franquista no podía caer en el olvido. ¿Por qué la violencia política ha marcado tanto la contemporaneidad española?

Diego García Campos (DGC): En mi opinión, aparte de la idiosincrasia del pueblo español, que Goya retrató muy bien por el eterno enfrentamiento y la falta de consenso y entendimiento, las desigualdades tanto en la propiedad de la tierra como de los bienes productivos han estado desde siempre en el origen de estos desequilibrios sociales, que luego han evolucionado en graves conflictos. Cada vez que se ha intentado hacer una reforma para mejorar derechos, equilibrar riqueza o limitar el abuso de posición social dominante ha acabado en conflicto. El último gran conflicto se arrastró desde finales del XIX; se intentó hacer una reforma agraria y modernizadora en la II República, además de intentar limitar el poder de los militares, hacer una reforma educativa y limitar mínimamente el poder omnímodo de la Iglesia, y ya sabemos todos cómo acabó: un golpe de estado y después una cruel guerra civil. Detrás, siempre, la desigualdad y el atraso, los abusos de las clases dominantes y la falta de futuro.

La guerra fue bestial, cruel [por ambas partes], pero la posguerra, como se sostiene en el documental, fue una nueva guerra larvada, eso sí, con el perdedor, el vencido, desarmado y cautivo de una u otra forma. Como decía el parte del fin de la guerra: cautivos, desarmados, marginados, cuando no fusilados o apaleados en las cárceles.

EL VALOR DE LAS FUENTES ORALES EN LA DIVULGACIÓN AUDIOVISUAL

JAAC: Las víctimas del franquismo y sus familiares directos tienen una edad muy avanzada en el momento actual, o directamente han fallecido ya. ¿Qué valor tiene la oralidad en el proceso de documentación de una investigación histórica? ¿Cuáles han sido las principales dificultades de grabación y edición del documental? ¿Ha recibido algún tipo de presión, insulto o menosprecio durante la dirección y la promoción del documental?

DGC: Los testimonios son fundamentales para la historia, en su justo y medido valor. La pena es que, como usted dice, la mayoría son imposibles. Los que fueron testigos directos ya prácticamente han desaparecido. Quedan algunos hijos, ya mayores, que fueron testigos de niños, pero que no vivieron directamente las consecuencias brutales, sino indirectamente, de aquella feroz represión. En algunos casos, también fueron víctimas de la violencia, porque los verdugos, tras eliminar a sus progenitores, cargaron sobre ellos las culpas psicológicas y les agredieron también físicamente. Hay muchos testimonios en ese sentido.

Las principales dificultades a las que nos enfrentamos en el documental fueron la escasez de testigos y algo de lo que se ha escrito mucho y hemos podido comprobar: el miedo que ha permanecido aún en algunos de aquellos niños que vieron el horror. Muchos de los testigos encontrados no quisieron prestar su testimonio por miedo.

Respecto a las presiones, las ha habido y las habrá. Nosotros hemos tenido pocas, porque afortunadamente contamos con un gran equipo de asesores históricos y grandes profesionales, y hemos podido reunir los medios para hacer un trabajo independiente y objetivo. Menosprecios o descalificaciones, las ha habido también y las habrá, porque recuperar testimonios sobre personas que delataron o que torturaron, o que incluso mintieron para eliminar a otros, no gusta a nadie; además de otros grupos negacionistas o defensores a ultranza de la dictadura y del franquismo. Eso ya lo dábamos por descontado antes de iniciar los trabajos previos de documentación.

Para nosotros ha sido un honor y un orgullo poder rescatar esas voces de denuncia, esa escucha anclada en el año 39 que ha salido a la luz. Para muchos de estos testigos ha sido una especie de testamento vital, contar lo que ocurrió y rendir con ello su homenaje particular a su padre o a su familiar represaliado. Eso sí, el fundamento del documental también reviste una gran frustración para [los parientes de] todos aquellos que fueron fusilados o apaleados y muertos en la cárcel y [de los] que no se han podido encontrar sus restos, ya que fueron tirados no se sabe dónde o eliminados intencionalmente para no dejar pruebas. Esto es una duda que nos quedará por ahora en el aire, porque parte de los documentos que podrían dar luz fueron eliminados.

JAAC: La represión de la dictadura fue terriblemente cruel e irracional durante los años posteriores al final de la Guerra Civil. ¿Por qué los procesos sumarísimos y los fusilamientos posteriores a marzo de 1939 tuvieron tanto impacto en el imaginario colectivo? ¿Qué efectos tuvieron los acontecimientos represivos de la posguerra sobre la normalización de la violencia durante el resto de la dictadura?

DGC: Sobre esto que pregunta, los historiadores coinciden en algo fundamental que es común a todas las dictaduras y que aquí se llevó a rajatabla: la represión brutal para generar un miedo imposible de olvidar, el nuevo terror de la posguerra fue la Causa General donde, como en la Edad Media, más de media España era culpable y debía demostrar lo contrario. Eso generó pánico colectivo, porque muchos para salvarse delataron, otros para vengarse delataron, otros por envidias, por temas de tierras delataron o inventaron motivos. Y fue una verdadera salvajada. Sin ninguna defensa, sin ningún derecho, cayeron miles a las fosas por juicios sumarísimos Otros, a los que al no encontrar ni los más mínimos motivos para juzgarles, les apalearon en las cárceles […]. Las listas que se hicieron tras la guerra por Falange, con la connivencia de la Iglesia y de otros destacados terratenientes, caciques locales, fueron una limpieza sistemática de cualquier persona que hubiera militado en cualquier partido político u organización sindical [de izquierdas], cualquier cargo electo, cualquier funcionario que hubiera hecho su trabajo leal a la República, cualquier militar que hubiera sido recto al gobierno legal, etc. Una verdadera sinrazón.

El sistematizar el miedo, la violencia, se prolongó hasta los últimos días de la dictadura. Se recordó a los caídos [del bando nacionalista] constantemente, se dejó claro cómo se debía actuar para no verse otra vez represaliados. El miedo se prolongó muy organizadamente por el régimen.

LA PRODUCCIÓN DOCUMENTAL Y LA TEMÁTICA HISTÓRICA

JAAC: El proceso productivo del cine documental está muy estandarizado y suele regirse por una serie de coordenadas rígidas. ¿Qué rasgos básicos debe tener un buen documental de temática histórica? ¿Por qué el género documental suele tener menos atractivo entre los consumidores de productos audiovisuales? ¿Por qué las empresas de distribución y las salas de cine consideran que el género documental es menos rentable? ¿Cuáles son los veneros cinematográficos que inspiran su labor?

DGC: Producir cine documental no es fácil ni barato. Pudiera parecer que todo está ahí, pero para poder hacer un buen documental hay que contar, en primer lugar, con un buen equipo asesor, con buenos documentalistas para rastrear bien, buscar documentos y enfoques que no se hayan contado y, lo más importante, que los testimonios sean potentes, que haya detrás una gran historia, un elemento de denuncia y de justicia social, y que sea lo más didáctico posible. Para ello, en nuestro caso, apoyamos la narración y los testimonios con ficción documental, es decir, recreación de momentos que se describen en el documental con actores. Este aspecto es clave porque de ello depende que el documental sea de interés para una parte del público que no tiene capacidad o conocimientos históricos suficientes para imaginar cómo pudieron ocurrir los hechos que se documentan.

En este sentido, las escenas de cárcel, fusilamiento o juicio sumarísimo pretenden ayudar al espectador desde el respeto y el rigor en contenidos, vestuario, armas, etc., a entender mejor lo que ocurrió en aquel momento. Si no tiene estos componentes, pierde atractivo para el público general.

Respecto a la distribución es, desde luego, un problema. En España se apuesta poco por el género documental, por lo que hay que buscar los apoyos contra viento y marea. En nuestro caso, tuvimos cierta suerte, ya que Canal Sur [la televisión pública de Andalucía] compró los derechos del documental y lo ha comercializado en sus redes, tanto en las televisiones autonómicas como en otros canales de Latinoamérica, según nos indicaron.

EL REVISIONISMO Y LOS DERECHOS HUMANOS

JAAC: El movimiento memorialista ha despertado una gran polémica en España desde sus orígenes. ¿Por qué los sectores conservadores rechazan con tanta vehemencia la revisión histórica? ¿Por qué los poderes públicos suelen mostrarse incómodos ante las nuevas interrogantes surgidas de la revisión histórica? ¿Cuál es la situación de los colectivos revisionistas en la Andalucía actual?

DGC: Aquí, en España, se debió hacer una revisión del relato histórico en la transición, pero por miedo o por comodidad, no se hizo. En casi todos los conflictos mundiales o civiles se ha firmado una paz, un acuerdo, una etapa de reconstrucción y se ha acordado un relato, condenando las bestialidades del conflicto. Aquí se condenó a una parte en la Causa General y la otra se quedó sin culpa, con un perdón generalizado. Cuando acabó la dictadura, que era aún momento de juzgar a la otra parte, aunque fuera moralmente, porque muchos de los culpables aún vivían, no se hizo, se metió en el gran cajón de la amnistía a todo el mundo. Y ahora ocurre que cuando los familiares o los historiadores abren los archivos y empiezan a ver los casos, los expedientes y los testigos hablan, entonces hay una parte que teme que aparezcan cosas que no gustarían: nombres, delatores, apropiación de patrimonio, esclavos… y tantas cosas. Eso ya no interesa ¿Por qué no? Tienen su derecho y tan solo quieren recuperar los restos de sus familiares, y que si en su expediente aparecen como militantes de un partido político no queden como que fueron asesinos o que se rebelaron contra nadie, porque no fue así. Eso no gusta a una parte de los descendientes de quienes mandaban, de quienes ordenaron fusilar, de quienes mandaron a matones a apalear o a abusar de algunas mujeres.

Y, por otro lado, algunos poderes públicos no quieren afrontar ciertos temas muy complejos, como la reversión del patrimonio incautado ilegítimamente a condenados y a empresas, ya que supondría una fortuna para el erario público. Se revirtió una parte muy pequeña del patrimonio incautado, pero eso es ridículo en el cómputo total.

El revisionismo negacionista ha existido siempre y aquí en España no iba a ser una excepción. Acá lo tienen más fácil porque se creó un relato único que muchas generaciones aprendieron con palos a diario. Ahora, se echa mano de ese relato de la Causa General y no faltan hagiógrafos de esa línea de defensa. No atienden a las demandas de los familiares de las víctimas, al derecho a saber, al derecho a prestar testimonio, al derecho a dar sepultura digna a los restos, ni siquiera hacen gala del mínimo humanismo cristiano, es algo brutal esa violencia que aún sigue ancestral, anclada en esa división entre buenos y malos, rojos y azules, etc. Esto es otra cuestión, los familiares quieren verdad, justicia y reparación, y están en su derecho […].

JAAC: La memoria histórica es un concepto ideológico e historiográfico relativamente nuevo. ¿Cómo tendría que abordar la investigación histórica los crímenes represivos cometidos entre 1936 y 1975? ¿Cree usted que la Restauración borbónica y el sistema político de la Transición son el resultado de la evolución natural del franquismo?

DGC: Comenzando por el final. El franquismo, como cualquier régimen con una duración tan prolongada, no era fácil eliminarlo o cambiarlo por un pacto o un consenso. Como todo sistema político, su objetivo es sobrevivir. La resistencia del denominado búnker fue una prueba clara. Al final, el propio régimen buscó la restauración como mal menor, pero esa restauración en la historia de España ya se había hecho con anterioridad. Parece que el dictador creyó un mal menor dejar las cosas como las dejó. Por otro lado, el miedo, como sostenía antes, y una gran voluntad de encontrar paz para renovar y reactivar el país, hicieron el resto. Lógicamente, nuestra democracia es sana, nació de un acuerdo, pero nació con un lastre que ahora, incluso los partidos de la izquierda moderada, de tradición republicana, no saben cómo modificar. De ahí el dicho que de Franco lo dejó todo bien atado […] Por eso, para abordar la represión hay que tener en cuenta los archivos, hay que abrir todos los archivos. Aún hay muchos reservados. Y, sobre todo, documentar al detalle, que ya lo han hecho algunos historiadores, el expolio económico. No se entiende por qué se niegan datos que los propios expedientes contienen, datos de incautaciones de bienes que están documentados, datos de depuración de profesionales a quienes les hundieron su vida y les robaron lo que tenían. Labradores a los que les expropiaron incluso su par de mulos con los que se ganaban el pan y el de sus hijos. Todo eso, desde lo pequeño a lo grande, está documentando. Hay que hacer un relato nuevo de consenso a la vista de los datos objetivos y de los testimonios orales que contrasten esos datos. Tomemos ejemplo de otros países europeos cercanos.

LOS HISTORIADORES Y LOS DIVULGADORES HISTÓRICOS

JAAC: La comunidad académica valora de forma muy diferente la labor de divulgación histórica y sus resultados. ¿Cuáles son las razones por las que el mundo académico suele fracasar a la hora de acercarse al público no especializado en temática histórica? ¿Cuáles son los principales errores cometidos por los directores del género documental a la hora contar los hechos históricos?

DGC: Considero, en general, que unos pecan por exceso y otros por defecto. El mundo académico, por su propia metodología científica, escribe y presenta sus estudios de forma árida, extremadamente especializada o demasiado profusa en datos sistematizados. Entra con pies de punta en los testimonios orales o en otros documentos que, no teniendo un valor histórico altísimo, nos dan datos de interés para entender o acercarnos con atención al momento histórico y a la problemática. Tengo grandes amigos historiadores que han hecho magníficos trabajos de investigación sobre esta etapa histórica, pero es muy difícil leerlos por farragosos. La divulgación no está entre sus prioridades, cuando debería ser un objetivo clave. Así ocurre que muchas investigaciones no se divulgan correctamente y se mantienen falsedades en el tiempo. En el caso contrario, el género documental, al menos en el caso de algunas productoras, se acercan demasiado a la ficción para hacerlo más atractivo y pecan de simplezas, incluso de inexactitudes históricas o de errores de bulto. Un buen documental no tiene por qué prescindir de la ficción como apoyo para que sea más atractivo y se entiendan mejor los hechos.

EL RADICALISMO POLÍTICO Y LA INSTRUMENTALIZACIÓN DEL PASADO

JAAC: Teniendo en cuenta el auge actual de la extrema derecha en muchos países de Europa y América. ¿El radicalismo conservador y la ideología neofascista podrían volver a cristalizar en las instituciones? ¿Qué opinión le merecen los periodistas e historiadores neofranquistas que tratan de minimizar las acciones de exterminio, encarcelamiento, explotación, coerción y humillación de las víctimas de la dictadura?

DGC: El auge de la extrema derecha tiene muchas causas, algunas de ellas idénticas a las que ocurrieron a principios del siglo pasado. Eso se repite, pero una de las causas es la falta o escasez de la didáctica histórica de lo ocurrido y de sus consecuencias dramáticas […] El momento de actualizar el relato del siglo XX es ahora. Hay datos, hay libertad, hay profesionales, investigadores, etc. […] no se entiende que se quiera impedir a las víctimas que se les restituya la imagen y la verdad de sus seres queridos, que no pasen a la historia como delincuentes si fueron luchadores por la libertad o simplemente cumplieron con la legalidad vigente.

Octubre, 2021

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