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Tzintzun. Revista de estudios históricos

versión On-line ISSN 2007-963Xversión impresa ISSN 1870-719X

Tzintzun. Rev. estud. históricos  no.72 Michoacán jul./dic. 2020  Epub 02-Ene-2021

 

Artículos

Entre tipos, letras y reyertas. Gonzalo Aurelio Esteva, una década como impresor (1877-1887)

AMONG TYPES, LETTERS AND FEUDS. GONZALO AURELIO ESTEVA, A DECADE AS A PRINTER (1877-1887)

ENTRE TYPES LETTRES ET BAGARRES. GONZALO AURELIO ESTEVA, UNE DÉCADE COMME IMPRIMEUR (1877-1887)

Lilia Vieyra Sánchez1 

Dulce María Adame González2 

1Instituto de Investigaciones Bibliográficas, UNAM

2Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios, El Colegio de México, A. C.


Resumen

El artículo aborda la etapa como impresor del escritor y periodista Gonzalo Aurelio Esteva Landero, mediante el análisis bibliográfico de las obras que publicó su imprenta, resguardadas en el acervo de la Biblioteca Nacional de México, por lo que se da cuenta de los temas, autores y traductores que integraron su producción editorial, así como del contexto político y las condiciones del medio tipográfico entre los años 1877 y 1887.

Palabras clave Gonzalo Aurelio Esteva; Manuel González; Porfirio Díaz; producción de imprenta; Biblioteca Nacional de México

Abstract

The article deals with Gonzalo Aurelio Esteva Landero and his life as a writer and journalist, through the bibliographic analysis of the works that his printing house published and which are preserved in a collection at the National Library of Mexico, from which we can account for the issues, authors and translators who were a part of his editorial production, as well as the political context and the conditions of the typographic medium between the years of 1877 and 1887.

Keywords Gonzalo Aurelio Esteva; Manuel González; Porfirio Díaz; printing production; National Library of Mexico

Résumé

L’article aborde l’étape comme imprimeur de l’écrivain et journaliste Gonzalo Aurelio Esteva Landero, à travers l’analyse bibliographique des œuvres qui publia son imprimerie, sauvegardées dans le patrimoine de la Bibliothèque Nationale du Mexique, ce qui lui permit de connaître les sujets, auteurs et traducteurs qui intégrèrent sa production éditoriale, ainsi que le contexte politique et les conditions du moyen typographique entre les années 1877 et 1887.

Mots clés Gonzalo Aurelio Esteva; Manuel González; PorfirioDíaz; production d’imprimante; Bibliothèque Nationale du Mexique

INTRODUCCIÓN

Gonzalo Aurelio Esteva y Landero (1843-1927) es conocido en la historia literaria y periodística de México por ser fundador de dos importantes medios impresos de la segunda mitad del siglo XIX: el semanario literario El Renacimiento (1869), fundado con Ignacio Manuel Altamirano, tras la caída del Imperio de Maximiliano de Habsburgo, como un intento por conciliar, mediante las letras, las facciones liberales y conservadoras en pugna; y El Nacional (1880), periódico que obtuvo relevancia al dar espacio a la pluma de escritores como Manuel Gutiérrez Nájera, Carlos Díaz Dufoó, Ángel de Campo y Amado Nervo, entre otros, y por introducir importantes modificaciones a la prensa tradicional que lo convierten, en opinión de algunos historiadores, en precursor de la prensa moderna en nuestro país.1

Aunado a esto, Gonzalo Esteva desarrolló una importante carrera como diplomático, político, periodista y escritor, facetas que empiezan a ser abordadas por diversos estudiosos.2 No obstante, aún queda por conocer su trabajo como impresor, por lo que el presente artículo tiene como propósito dar cuenta de la actividad de la Tipografía de Gonzalo Aurelio Esteva, en un periodo de diez años en que se tiene noticia de su existencia, mediante el análisis bibliográfico de las obras que salieron de su establecimiento, y que se encuentran en el acervo de la Biblioteca Nacional de México. En este examen se ofrece la relación de temas, autores, obras y traductores que se incluyeron en la producción de la imprenta, así como la revisión del contexto político y las condiciones del medio tipográfico en que se llevó a cabo. Si bien un primer acercamiento al Catálogo Electrónico Nautilo de la Biblioteca Nacional, llevó a plantear la hipótesis de que Gonzalo Aurelio tuvo una etapa de esplendor editorial durante el gobierno de Manuel González, luego de una cuidadosa revisión y sistematización de las obras que imprimió, esta conjetura se reconfiguró, pues los datos de la imprenta, a la luz de la biografía del impresor y del contexto, mostraron un panorama más complejo del que damos cuenta en este artículo.

Cabe señalar que el abordaje de la producción de imprenta en el último cuarto de la centuria decimonónica, se sustenta en el enfoque de la Historia Cultural, que permite una aproximación al pasado mediante el estudio del ambiente editorial, la factura de libros, periódicos, hojas sueltas, folletos, lectores, suscriptores, impresores y distribuidores y, en general, de los múltiples actores del sistema literario.3 Para el caso de México, diversos investigadores han hecho aportes significativos al estudio de editores, tipógrafos y libreros de los primeros cincuenta años del siglo XIX,4 pero aún queda mucho por hacer con respecto al conocimiento de los impresores finiseculares que permita identificar, tanto a los tipógrafos de mayor renombre como a otros quizás menos conocidos, pero cuyo estudio contribuye a configurar el ambiente de la labor tipográfica en México.5

Este tipo de investigaciones tienen como propósito dar respuesta a algunos de los cuestionamientos que, Laura Suárez de la Torre ha planteado en torno a los empresarios de la cultura y su impacto en el acontecer nacional: “¿cómo se vincularon a la actividad editorial?, ¿de dónde obtenían los recursos que invirtieron en sus negocios?, ¿qué intereses prevalecieron en la orientación de los proyectos editoriales?, ¿de qué manera contribuyeron a la consolidación de la nueva vida independiente?, ¿qué intereses políticos promovieron?, ¿cómo enfrentaron la competencia?, ¿fueron responsables de la creación de una nueva cultura?, ¿pertenecían a una elite intelectual?, ¿cómo entender la elevada producción de impresos en un país analfabeta?, ¿quiénes eran responsables de la comercialización de la cultura impresa?”.6 Algunas de estas interrogantes se tomaron como guía en el estudio de la vida y producción tipográfica de Esteva Landero, con el propósito de mostrar su contribución al avance intelectual de México y darle su propio lugar como uno de los intermediarios culturales del periodo, encargado de recibir “las creaciones de los nuevos autores mexicanos, traduciendo las versiones provenientes del extranjero, poniendo en circulación las nuevas producciones, y entrando en relación con el público”.7

TIPOS Y LETRAS COMO LEGADO FAMILIAR

Ángel José Fernández considera que Esteva es “quizá el menos conocido, quizá el más olvidado de los miembros de una familia veracruzana que dio al país a partir de la alborada independiente, actores de la vida política, soldados, comerciantes, profesores y artistas”,8 pues entre su familia se contaba a políticos como su abuelo José Ignacio Esteva Bruell (1782-1830), representante de Veracruz en el Primer Congreso Constituyente (1822), intendente de Jalapa (1824) y ministro de Hacienda en distintos años, primordialmente con Guadalupe Victoria (1824-1826), hombre muy activo en materia política que además destacó como jefe de una de las principales logias yorkinas.9 Su padre, José Ignacio Esteva y González (1816-1891), también fue ministro de Hacienda bajo el gobierno de Mariano Arista (1802- 1855), administrador de la Aduana Marítima en Veracruz con Antonio López de Santa Anna y consejero de Maximiliano de Habsburgo; y su tío materno Francisco Landero y Cos (1828-1900), fungió durante algún tiempo como ministro de Hacienda de Porfirio Díaz y gobernador de Veracruz.10

Los Esteva también son reconocidos como hombres de letras que se ocuparon tanto del periodismo político como literario: Esteva Bruell colaboró en El Veracruzano Libre y los tíos de Gonzalo Aurelio, el poeta José María Esteva (1818-1904)11 y el cuentista José Hipólito González (1829- 1886), comulgaron con la ideología conservadora y participaron en la administración de Maximiliano de Habsburgo, por ello, a la caída del Imperio, ambos se exiliaron en Cuba.12 No obstante, habría que matizar el señalamiento de Fernández acerca de Gonzalo Esteva como el menos conocido de su familia, pues algunos de sus hermanos, sobre todo Roberto (1844-1899) y Adalberto (1863-1914) Esteva, aunque también desarrollaron una carrera literaria y periodística, actualmente son apenas mencionados, aunque varios de sus contemporáneos reconocieron el valor de su obra.13

Con estos antecedentes, Gonzalo Esteva logró forjar una carrera propia, marcada por cierta ambigüedad política entre el apoyo a Maximiliano de Habsburgo y la defensa del programa liberal, situación que marcó su vida de forma negativa, pues, aunque después de 1867 trató de reintegrarse a las filas liberales, estos no dejaron de recordarle sus servicios en el gobierno del archiduque austriaco, y de estigmatizarlo por provenir de una familia con miembros del grupo conservador.14 Por su parte, los conservadores creían que Esteva comulgaba con sus ideas y por ello había respaldado la monarquía, pero al alinearse con el liberalismo le tildaron de apóstata, máxime cuando apoyó la candidatura de Benito Juárez a la presidencia en 1870. Frente a esta situación, Gonzalo Esteva defendió su proceder con el argumento de que sus acciones siempre buscaron el bienestar, el progreso y el desarrollo de la patria más allá de grupos políticos, por lo que el haber trabajado en el gobierno monárquico no significaba que profesara el conservadurismo.15

De igual forma, la influencia de su familia se manifestó en el interés de Esteva en el periodismo político y literario y en la empresa tipográfica, pues se sabe que su abuelo manejó un giro comercial librero en el puerto de Veracruz.16 Luego del triunfo de la República, Esteva emprendió importantes esfuerzos para integrarse a un medio político y periodístico encabezado por los grupos liberales y para marcar distancia de su pasada colaboración con el Imperio.17 Así, se incorporó al proyecto altamiraniano de reconciliación y suministró apoyó monetario para la publicación de El Renacimiento. Poco después, en 1870 formó parte del periódico La Unión (impreso por Santiago White y Francisco Díaz de León, quienes también hicieron la revista de Altamirano), creado con el propósito de unificar a los mexicanos y olvidar los odios de partido y en el que, en su calidad de redactor principal, impulsó el proyecto de amnistía que buscaba otorgar el perdón a los que apoyaron al imperio, postura que le generó diversos conflictos y acusaciones de subvención. Por este motivo, incluso Roberto Esteva tuvo que aclarar que no recibían apoyo del gobierno, y que su hermano, era el encargado de sostenerlo con sus propios fondos. El 25 de agosto de ese año, Gonzalo informó que su periódico dejaría de circular temporalmente debido a que le haría algunos cambios para lo cual requería una imprenta propia, que ya había encargado a Estados Unidos y llegaría el 15 de octubre, fecha en que reiniciaría el diario.18

No se tiene noticia de la reanudación de La Unión ni de la llegada de dicha imprenta. El proyecto debió posponerse por las diversas actividades políticas que Esteva llevó a cabo con los gobiernos de Juárez y Lerdo de Tejada; fue nombrado oficial primero de la sección de Europa del ministerio de Relaciones Exteriores en 1871; elegido diputado desde 1873 a 1874, por Jalapa, Jalacingo y Veracruz; y posteriormente, fue designado jefe de Hacienda en Jalisco. En 1875 fungió como senador y nuevamente como diputado en 1876.19 En esta época, de acuerdo con Enrique Canudas, Gonzalo Esteva atravesó por una crisis financiera que lo llevó a solicitar apoyo económico tanto a prestamistas, como al propio presidente Lerdo, quien se negó a adelantarle seis meses de su sueldo como diputado, que equivalían a $ 1 200 pesos, debido a que se acercaba el fin del año fiscal y porque de hacerlo, provocaría descontento entre sus compañeros de la Cámara.20 Es probable que el dinero que requería Esteva fuera para establecer su imprenta, pues se tiene noticia del inicio de su actividad al año siguiente con la aparición de dos pequeños volúmenes de menos de sesenta páginas —probablemente producto de una licitación gubernamental—: Belice: estudios sobre el origen de ese nombre de Ángel Núñez Ortega, diplomático y director de La Revista Universal, y Expediente relativo al establecimiento de una legación en la América del sur, de la Secretaría de Relaciones Exteriores, y cuyos pies de imprenta señalan como dirección el número 2 de la calle de Santa Isabel, a un costado de la Alameda, lugar de residencia del propio Esteva.

LA PRODUCCIÓN TIPOGRÁFICA DE GONZALO A. ESTEVA EN NÚMEROS

De acuerdo con el acervo de la Biblioteca Nacional de México, de 1877 a 1887, la Tipografía de Gonzalo A. Esteva publicó 89 obras: 40 de 1877 a 1880; 40 más entre 1881 y 1884; y 9 entre 1885 y 1887. Diez años de trabajo que se insertan en las administraciones de Porfirio Díaz, Manuel González y parte del segundo período de Díaz. La equidad numérica en los primeros ciclos podría sugerir que Esteva gozó del mismo apoyo en ambos gobiernos y, en el caso de sumar la producción de Esteva en los dos periodos de Díaz, podría apuntarse que tuvo mayor respaldo con este último. Sin embargo, como señala Nicole Girón, hay que ser cuidadosos al momento de promediar los datos y tomar en cuenta variantes como la duración de la imprenta, sus tirajes y el contexto de producción, pues de no hacerlo se llegarían a conclusiones parciales.21 Además, por ahora, solo se incluye la colección de la Biblioteca Nacional, por lo que faltaría integrar otros acervos para tener un recuento más completo.22

Gonzalo estaba convencido de que a México le convenía transitar por la senda del progreso, desarrollar el comercio y explotar sus recursos naturales, para lograrlo debía estar unido y rebasar los odios partidistas, por ello, en estos primeros años publicó periódicos que pudieran ser útiles para dichos propósitos, como algunos números de El Minero Mexicano (del 28 de febrero al 20 de junio de 1878) y el Boletín de la Sociedad Agrícola Mexicana en 1879. De igual forma, fundó y dirigió la Revista de México: periódico científico y literario.23 En 1878, su tipografía publicó once títulos, entre literatura, memorias e informes de las Secretarías de Relaciones Exteriores y de Guerra y Marina. Para 1879, Esteva cambió su imprenta a la calle de San Juan de Letrán número 6, en el actual Eje Central, una zona de mayor confluencia comercial, e imprimió 14 volúmenes, entre memorias —principalmente de la Secretaría de Hacienda—, y algunas obras de tema militar.

Para 1880, la Tipografía de Esteva publicó 13 obras de temas variados entre los que se cuentan libros de carácter oficial, militar, histórico y literario. Además, participó en la convocatoria para la impresión de la Memoria de Hacienda correspondiente al año económico de 1878 a 1879, donde compitió con impresores de gran experiencia como Ignacio Cumplido, Manuel Dublán y Compañía y Francisco Díaz de León. Las bases de la convocatoria señalaban:

Se imprimirán 1 000 ejemplares de la obra en papel de 8 pesos resma cuádruple, siendo el pliego de 4 páginas de a folio, de glosilla, con interlinea de dos puntos. Por igual número de ejemplares en el mismo papel, y con planta de varios tipos para las páginas que deban ir en forma de estados, reduciéndose estos a la medida de la página, o divididos en dos de ellas, conforme sea necesario, y por cada pliego de 4 páginas $_____________

Se reputará como estado de la composición que contenga dentro de la extensión del mismo estado tres o más medidas divididas por plecas.

Por 1 000 ejemplares de cada pliego referido tamaño de folio, e impreso con el tipo llamado breviario $______________

El impresor entregará semanariamente a lo menos 10 pliegos de impresión, cuyo importe, sea de estados o de material corrido, percibirá al fin de cada semana, de la tesorería general.

Si entregare mayor número de pliegos, se le pagarán en los mismos términos.

Se imprimirán por solo el costo del papel los ejemplares finos que señale el secretario de hacienda, no excediendo de 100 por cada pliego.

Suplicamos a nuestros colegas la reproducción de esta convocatoria que como se comprenderá, tiene por objeto escoger las proposiciones más ventajosas para el erario.24

La prensa siguió el proceso y dio a conocer las proposiciones de los diversos impresores que atendieron la invitación, datos que se reproducen a continuación como ejemplo de los procesos de licitación de impresión de memorias oficiales:25

Impresores Precios
1 000 ejemplares pliego glosilla 1 000 ejemplares pliego breviario 1 000 ejemplares pliego estados
Sr. Díaz de León 20 00 20 00 28 00
Sr. Dublán y Co. 15 00 13 00 20 00
Sr. Julio Guzmán 22 00 22 00 30 00
Sr. Ignacio Cumplido 21 00 19 00 Precio doble al del tipo de que se formen
Sr. Sabas Munguía 13 00 13 00 21 00
Sr. Gonzalo Esteva 15 00 14 00 20 00

De acuerdo con la información, Ignacio Cumplido había ofrecido reducir sus precios, mientras que Esteva y Díaz de León propusieron hacer el sobretiro de 100 ejemplares por solo el costo del papel. No obstante, al no tratarse de un remate, el ministro rechazó la puja y la licitación fue concedida a Dublán y Compañía. Ante esto, el resultado de la convocatoria fue cuestionado:

¡Lógica singular la del secretario de Hacienda!

Si el objeto de sacar a remate público la impresión de la memoria no es ni puede ser de otro que el de buscar las mayores ventajas para el erario ¿por qué no admitir las pujas?, ¿por qué desechar de plano las ofertas de reserva del señor Cumplido?, ¿por qué fijarse definitivamente en uno de los licitantes?, ¿por qué excluir un ofrecimiento que pudo haber servido de base para mayores ventajas todavía en provecho de los fondos públicos? Cuando un funcionario público obra en estos casos inspirado realmente por el bien de los intereses generales, no apela a esas sutilezas del secretario de Hacienda.

Pero hay más ¿qué diferencia existe entre las proposiciones del señor Munguía y las de Dublán y Comp.? Explíquese.

Todavía más: los licitantes Esteva y Díaz de León ofrecían hacer el sobretiro de 100 ejemplares por solo el costo del papel y Dublán y Comp. no, pero el ministro dijo que esa condición estaba fijada ya en la convocatoria.

La convocatoria no se expresa con claridad respecto de ese punto y puede dar lugar a interpretaciones desfavorables para los fondos públicos. En resumen, no ha habido imparcialidad ni celo en beneficio de las arcas de la nación.26

Sin duda, debía tratarse de un ingreso seguro para la imprenta, por lo que Esteva no dudó en escribir al presidente Díaz, y en carta fechada el 12 de agosto de 1880, le solicitó que le concediera la licencia para la impresión de la siguiente memoria, con el argumento de que su taller tenía poco trabajo. Por su parte, Díaz le respondió en misiva del 13 de agosto que se dirigiera al ministerio correspondiente con Manuel J. Toro.27 Al parecer, la maniobra tuvo buen resultado, pues al siguiente año Esteva imprimió la memoria correspondiente al periodo 1879-1880.28 Además, se sabe que Díaz le proporcionó recursos para el periódico El Nacional, como ya lo ha destacado Antonio Saborit,29 y que, en vista de la buena aceptación de su diario, pudo ampliar su oferta y publicar dos suplementos dominicales, uno literario y otro de política.30

De la producción de Esteva durante los años 1881 y 1882, la Biblioteca Nacional solo conserva 9 y 7 libros respectivamente, que consisten, principalmente, en memorias oficiales y traducciones de obras militares.31 En 1883, la imprenta de Esteva volvió a tener un despunte con la aparición de 17 textos, la mayor parte literarios. En el año electoral de 1884, Esteva registró un descenso en la producción, salieron algunos impresos que dejan ver que la difusión de proyectos gubernamentales constituía la base del negocio; sin embargo, como la administración de González estaba por concluir, había que esperar al nuevo gobierno, su asignación de apoyo y recursos. Pese a la incertidumbre que traía consigo el cambio de gobierno, en 1885 Esteva trasladó su establecimiento a la Segunda calle de la Pila Seca, número 4, ubicación más cercana a la zona comercial del negocio editorial en el centro de la ciudad, que se había constituido como tal desde la primera mitad del siglo XIX, se mantuvo hacia finales y que hoy en día todavía es sede del comercio de impresores.32

Cuadro 1 Estadística de la Imprenta de Gonzalo A Esteva por año de acuerdo con el acervo de la Biblioteca Nacional de México 

Año Número de títulos publicados
1877 2
1878 11
1879 14
1880 13
1881 9
1882 7
1883 17
1884 7
1885 7
1886 1
1887 1
Total: 89

Esteva tuvo que afrontar el reacomodo político que implicó la segunda presidencia de Díaz. Durante la administración de Manuel González, su tipografía gozó de un gran auge que hizo posible el crecimiento de El Nacional. Sin embargo, cuando Porfirio Díaz ocupó nuevamente la presidencia, se desató una campaña de desprestigio en contra del ex presidente González que alcanzó también a diversos personajes que colaboraron en su administración. Por este motivo, a finales de este año, Esteva fue acusado nuevamente, esta vez por José Barbier, editor de La Voz de España, de recibir apoyo gubernamental, por lo que respondió que todas sus empresas habían sido financiadas por él mismo y que, incluso, el gobierno le debía dinero a su imprenta.33

Cuadro 2. Estadística de la Imprenta de Gonzalo A. Esteva por periodo presidencial, de acuerdo con el acervo de la Biblioteca Nacional de México 

Años Número de impresos
1877-1880 40
1881-1884 40
1885-1887 9
Total: 89

Pese a que Esteva se defendió de las acusaciones de sus compañeros impresores, en el ambiente había preocupación por congraciarse con Díaz y obtener su apoyo en las licitaciones para publicar las obras y los documentos del Gobierno. El hecho de señalar a Esteva como un impresor favorecido por González, cumplía el objetivo de desprestigiarlo ante la opinión pública y quitar del terreno a un competidor en el negocio tipográfico. Quizá Esteva logró recuperar la confianza de Díaz, ya que los periódicos que defendían a González, como El Observador de Guanajuato, dieron a conocer que El Nacional recibía una subvención de 5 000 pesos para desprestigiar al ex presidente.34 Pese a estos conflictos, Esteva logró mantenerse como impresor entre 1886 y 1887, para finalmente vender la imprenta en 1888.35

LITERATURA, TEXTOS OFICIALES Y OTROS TEMAS

La producción de la Tipografía de Gonzalo A. Esteva puede agruparse en diversos ejes temáticos. El primero de ellos corresponde, cuantitativamente, al de obras literarias de distintos géneros, como la novela, el cuento, la poesía, la literatura de viaje, las memorias y el teatro, de las cuales 10 corresponden a obras mexicanas, 10 francesas, 6 de literatura española y un título de literatura clásica.

El segundo eje es el de Gobierno, en el que se incluyen los documentos oficiales elaborados por los jefes de Estado y los ministerios,36 donde se da cuenta, a su vez, de aspectos particulares, como acuñación y uso de papel moneda, comercio, memorias de hacienda, relaciones exteriores, tratados oficiales, informes presidenciales y mejoras materiales. La preeminencia de este rubro oficial es comprensible debido a, por una parte, los vínculos políticos que tenía el editor y, por otra, a que, como señalaba Alfredo Chavero, la labor de impresor en México era difícil por diversas circunstancias, entre las que destacaba la mala calidad del papel mexicano, el alto costo de este insumo importado, como consecuencia de los gravámenes que soportaba, y a la presencia de las librerías extranjeras que controlaban el mercado editorial. Por estos motivos, los impresores mexicanos debían concentrar su producción en la impresión de periódicos subvencionados por el gobierno, así como en la factura de textos oficiales, para lo que se requería participar en diversas licitaciones.37

Chavero lamentó que el incremento de libros extranjeros, propiciara una competencia desigual en la que los editores mexicanos trataron de luchar, “especialmente en el ramo de libros elementales, y redujeron sus precios y redujeron sus ganancias. Hicieron todos los sacrificios que exigía esa rivalidad; pero los fabricantes mantuvieron sus precios y no mejoraron su papel”.38 Ante este desalentador escenario, abunda Chavero, los impresores tenían que sobrevivir con pequeñas solicitudes para boticas, facturas comerciales, tarjetas, esquelas de invitación y duelo, así como con obras de asignación de los colegios nacionales.39 Chavero reconocía los esfuerzos de Esteva en la industria tipográfica que “ha progresado incesantemente a pesar de las trabas que se han opuesto a su desarrollo, y eso lo demuestran diariamente las impresiones de los Sres. Díaz de León, Gonzalo Esteva y otros”.40 Como muestra el estudio de Edith Leal sobre el negocio tipográfico de Díaz de León, los impresores sacaban a luz un número significativo de obras de carácter oficial.41

Por lo que respecta al tercer eje, se encuentran las publicaciones de asunto militar con 15 títulos, que, si bien aparecieron en forma de libro, de la imprenta de Esteva, en su mayoría salieron primero en las páginas del Periódico militar, que dependía del Despacho de Guerra y Marina, bajo la colección Biblioteca de la Secretaría de Guerra.42 Aventuramos que fue Esteva el encargado de imprimirlo, como resultado de la asignación por convocatoria de dicho ministerio.43 Con respecto a otros temas, el número se dispersa; de la imprenta salen cuatro biografías, dos textos de historia de México y uno de historia de Latinoamérica; dos más sobre veterinaria y también de divulgación científica, así como un título por asuntos tan diversos como botánica, crítica literaria, derecho, historia natural, medicina, cultivo de dunas, salud pública, teneduría de libros, directorio de policía y guía de viajeros.

Cuadro 3.a Estadística de la Imprenta de Gonzalo A. Esteva por temas 

Tema general Número total Tema específico Número
Biografía 4
Botánica 1
Crítica literaria 1 Literatura mexicana 1
Cultivo de dunas 1 Cultivo de dunas México y Gascuña
Derecho 1 Divorcio 1
Directorio 1
Divulgación científica 2 Geometría 1
Geografía 1
Esgrima 1
Ferrocarriles 1
Gobierno 23 Acuñación de moneda 2
Comercio 3
Hacienda presupuesto 5
Informe presidencial 1
Justicia 2
Mejoras materiales 1
Papel / papel moneda 3
Relaciones exteriores 4
Tratados oficiales 2
Guía de viajeros 1 México 1
Historia de México 2
Historia de Latinoamérica 1 Belice 1
Historia natural 1
Literatura 27 Literatura clásica Persio 1
Literatura española Cuento 1 6
Literatura de viaje 1
Novela 4

Cuadro 3.b Estadística de la Imprenta de Gonzalo A. Esteva por temas 

Literatura francesa Cuento 2 10
Novela 8
Literatura mexicana Cuento 1 10
Literatura de viajes 1
Poesía 5
Teatro 2
Memorias 1
Medicina 1 Ginecología 1
Milicia 16 Armamento 2
Diccionario 1
Máximas 1
Reglamentos 3
Táctica 5
Geografía y topografía militar 4
Salud pública 1 El cólera en Alemania 1
Teneduría de libros 1
Veterinaria 2 Caballo 2
Total: 89

LOS AUTORES

Con respecto a los autores que vieron su obra publicada en la Tipografía de Esteva, cabe señalar la presencia de 30 escritores de nacionalidad mexicana. En cuanto a literatura, se encuentran Alfredo Chavero, quien dio a conocer las obras Fantasca (1878) y Los amores de Alarcón: poema dramático en tres actos y en prosa (1879);44 José Peón Contreras (1843-1907) con Romances dramáticos (1880); Julio Espinosa, Esperanza (1883); José María Roa Bárcena (1827-1908) con Varios cuentos; La leyenda, La mujer blanca (1883) y Poesías sentimentales y filosóficas (1884) de José María Esteva (1818-1904); y los Recuerdos de juventud: memorias íntimas (1887) de José Manuel Hidalgo y Esnaurrízar (1826-1896), último volumen que salió de la imprenta de Esteva.45 De igual forma, Francisco Gómez Flores publicó un libro de crítica literaria con el título Bocetos literarios, formado con textos que había dado a conocer en las páginas de los periódicos. Entre los libros de historia y biografía se encuentran Manuel Orozco y Berra con su Historia antigua y de la conquista de México (1880); Francisco Sosa con Efemérides históricas y biográficas y Biografías de contemporáneos; Ramón Valle (1841-1901), Bolívar e Iturbide: en el centenario de ambos héroes; Jesús González Ortega, La defensa de la plaza de Zaragoza en 1863 (1881); y del médico Manuel Flores una biografía de Gabino Barreda, Dr. Gabino Barreda, propagador del positivismo en México y fundador de la Escuela Nacional Preparatoria: apuntes biográficos (1880). La Tipografía de Esteva se nutrió con la obra de los colaboradores de El Nacional quienes, a su vez, encontraron un medio propicio para la publicación en forma de libro, pues como señalaba Chavero en su diagnós- tico del medio tipográfico mexicano, era raro que literatos y científicos imprimieran su obra de forma independiente por los altos costos.46

La imprenta también publicó libros técnicos de autores mexicanos: Eduardo Jiménez de la Cuesta, Tratado de teneduría de libros en partida doble: obra aprobada de texto (1886); Ignacio Bejarano, Directorio de policía de la ciudad de México (1878); Ángel Ortiz Monasterio, Memoria sobre el proyecto de un puerto de docks para Veracruz sobre el arrecife de la Gallega del jefe de Marina Mexicana dedicado al señor general de división presidente Manuel González (1881); y de Miguel Badillo La ordenanza general del ejército en forma de diccionario (1882), por mencionar algunos, y del propio Esteva apareció Los esgrimidores de México (1879), un proyecto concebido dos años atrás, publicado sin retoques ni correcciones, en una edición con pocos ejemplares, con portada a color, destinados a sus amistades de México y Francia, en el que el autor da cuenta de su interés en las armas, el duelo y el esgrima. Se cuentan, además, 15 obras de autoría institucional, con memorias e informes de la Secretaría de Hacienda, la Secretaría de Relaciones Exteriores y la Cámara de Diputados, y también de Ignacio Vallarta y el presidente Porfirio Díaz.47

La Tipografía de Esteva publicó títulos de cuatro autores españoles, impresos poco tiempo antes en España, como la novela Tormento (1884) de Benito Pérez Galdós; El amigo de la muerte: cuento fantástico (1882) e Historietas nacionales (1883), ambas de Pedro Antonio de Alarcón, lo que deja ver el interés de Gonzalo Aurelio por dar a la imprenta títulos de actualidad que podían cubrir el gusto de los lectores peninsulares residentes en México, pero que también mantenía al mexicano actualizado en lo que se leía en aquellas tierras. Cabe destacar el apoyo que dio a Emilia Serrano de Tornel, la baronesa de Wilson, escritora granadina llegada a México en 1883, a la que le abrió las columnas de su periódico y que se convirtió en la principal colaboradora del suplemento literario de El Nacional en su último año.48

LAS TRADUCCIONES

De las obras extranjeras publicadas por la Tipografía de Gonzalo A. Esteva se encuentran algunas provenientes de Francia, Bélgica y los Estados Unidos de Norteamérica. Cabe mencionar a militares de renombre, como los franceses Maurice Henri Weil (1845-1924), historiador que participó en la Guerra Francoprusiana, y Jules Louis Lewal (1823-1908), quien estuvo al lado de Aquiles Bazaine durante la Intervención Francesa en México. Se cuentan también los estadounidenses Emory Upton (1839-1881), miembro del ejército durante la Guerra de Secesión, y el alemán Hugo von Helvig, autor del libro Ejemplos tácticos.49 Las obras fueron traducidas por militares mexicanos, entre los que se hallan Pablo Rocha y Portu, Platón Roa, Rafael Echenique, Juan Quintas y José Montesinos, entre otros. Estos hombres eran miembros del ejército y profesores en importantes instituciones; por ejemplo, Juan Quintas contaba con formación de ingeniero militar, docente en la Escuela Nacional de Ingenieros y en la Escuela Nacional Preparatoria.

Resulta interesante enfatizar la labor de traducción hecha por mexicanos, ya que en esa época era común que los impresores nacionales comerciaran con obras traducidas en Francia por españoles que habían emigrado a París, por motivos políticos y que se ganaban la vida como traductores.50 Llama la atención que los generales mexicanos elaboraran versiones castellanas de textos militares franceses y alemanes, que eran difíciles de encontrar en castellano, quizá porque era más común que los editores de libros promovieran versiones en español de obras literarias que tenían mayor aceptación y venta entre los lectores. Vale recalcar que algunas de esas obras traducidas, como El telémetro de combate de LeBoulengé, fueron tomadas del Journal de Sciences Militaires del número correspondiente a noviembre de 1877, que salió de la Imprenta de Esteva en 1879, lo que habla tanto de la actualidad en el conocimiento y circulación de revistas francesas especializadas, como de la celeridad en elaborar la versión castellana de textos útiles al ejército mexicano.

Gonzalo Aurelio Esteva se mostró interesado en el desarrollo económico de México que podía lograrse a partir de promover mejoras en la agricultura y ganadería. Por ello, de su imprenta también salieron obras de veterinaria escritas en Francia por agrónomos como Pierre Atiristide Adolphe Lefour (1803-1863) del que se publicó El caballo, el asno y la mula y de Adolphe Bénion Tratado de las enfermedades del caballo: nociones usuales de farmacia, cirugía, veterinaria y descripción de las enfermedades. Además, dio a conocer de Balbino Cortés y Morales (1806-1889), español especialista en química agrícola, Tratado sobre el cultivo de las plantas de hortaliza.

Líneas atrás referimos las palabras de Chavero, en torno a las dificultades que implicaba ser impresor y sostenerse en el negocio tipográfico, lo que obligaba a publicar textos oficiales, sin la posibilidad de incluir obras literarias. Gonzalo Aurelio venció esta dificultad como lo hicieron otros impresores, a través del folletín de periódicos. De esta manera, El Nacional publicó traducciones de escritores franceses como Emile Erckmann (1822-1899); Alexandre Chatrian (1826-1890); Emile Zola (1840- 1902); Marie David;51 Louis Enault (1824-1890); y Fortuné du Boisgobey (1821-1891), este último considerado el impulsor de la novela policiaca o criminal.52 Es importante anotar que estos autores estaban en boga en París, lo que representaba para los editores de periódicos mexicanos, la posibilidad de ofertar sus obras en el folletín para promover la suscripción de lectores ávidos de adquirir esos textos a buen precio.

Otros títulos extranjeros de carácter literario e histórico fueron traducidos por algunos colaboradores de El Nacional, como Anselmo de la Portilla y Villegas, traductor de La evangelista de Alphonse Daudet, José Hipólito González, quien se encargó de la versión castellana de una biografía de fray Pedro de Gante,53 mientras que José María Vigil, como latinista, hizo su versión de las Sátiras de Persio. Si bien en el mercado nacional circulaban principalmente las adaptaciones castellanas provenientes de Francia y España, los datos anteriores dan una idea de la creciente labor de traducción de los literatos mexicanos que Esteva promovió con el afán de mostrar la calidad de la cultura nacional, y con el interés de hacer de la producción tipográfica una empresa redituable y competitiva frente a las francesa y española que operaban con éxito en México.

COMENTARIOS FINALES

Aunque existen importantes estudios en torno a impresores e imprentas en México durante el siglo XIX, aún queda un vasto campo de investigación con respecto a figuras poco conocidas. Desde este punto de vista, el caso de Gonzalo Aurelio Esteva permite acercarse al conocimiento del proceso de inserción de un novel impresor a un medio editorial de alta competencia y con dificultades para su propio desarrollo, donde los impresores recurrían a las obras oficiales para obtener ingresos y en el que la impresión de la literatura quedaba en segundo lugar.

La actividad de la Tipografía de Gonzalo A. Esteva se desarrolló en un lapso de diez años que va de 1877 a 1887, y que corresponde al proceso de reconfiguración política del país, en el que, como señala Charles Hale, si bien la lucha fue principalmente entre las facciones liberales, aún persistían choques con la minoría conservadora, en parte, debido al proceso de revisión del pasado reciente, como bien lo hace notar América Viveros. Debido a ello, Esteva desplegó su habilidad política y su visión práctica para ajustarse a las circunstancias y a los gobiernos con el fin de sostener su empresa. Así, como el resto de sus colegas, Esteva recurrió en sus inicios a las obras oficiales para proveer de trabajo a su tipografía y solo hasta el año de 1883, ya con un nombre propio, suficiente estabilidad, cierto reconocimiento y apoyado siempre en la producción de su periódico El Nacional, despunta la impresión de obras literarias.

Sin embargo, su paso por el medio editorial y periodístico no fue sencillo, pues tuvo que hacer frente a dos grupos, tanto a los liberales que dudaban de su ideología y continuamente le recordaban su pasado monárquico, como a los conservadores, que lo consideraban desleal a su causa. Gonzalo Aurelio Esteva constituye un ejemplo de los obstáculos que debían sortear los impresores para sostenerse en el mercado, en un ambiente competitivo en el que los impresores, incluso, recurrían al pasado político de sus contendientes para desprestigiarlos y obtener las licitaciones del gobierno. El perfil político de Esteva Landero, deja ver que en este periodo era importante formar parte de un grupo para abrirse camino en los negocios, la pertenencia al liberalismo o conservadurismo era un punto de apoyo, pero también de quebranto de acuerdo con los vaivenes de uno u otro en el poder. Esteva se enfrentó a un escenario en el que se caracterizaba de manera tajante a los funcionarios de acuerdo con sus preferencias liberales o conservadoras, pese a lo anterior, su labor como impresor deja ver que fue un hombre interesado en el desarrollo cultural, económico y político del México.

Este acercamiento biográfico y el análisis de la producción tipográfica de Esteva, busca contribuir al estudio de los impresores finiseculares, con base en la revisión y la comparación de las cifras en torno a la producción de libros, temas, autores, traductores y condiciones de trabajo nacional e internacional, lo que permitirá tener un panorama completo del ambiente editorial del último tercio del siglo XIX.

REFERENCIAS

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1 CASTRO, Miguel Ángel, “La voz de una nueva generación liberal: El Nacional y El Liceo Mexicano (1880- 1892)”, en: Aurora CANO, Manuel SUÁREZ CORTINA y Evelia TREJO ESTRADA (coordinadores), Cultura liberal, México y España 1860-1930, Santander, Publican Ediciones de la Universidad de Cantabria; México, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Bibliográficas, 2010, p. 394. Sobre la importancia del periódico El Nacional y su suplemento literario, véase: DÍAZ ALEJO, Ana Elena y PRADO VELÁZQUEZ, Ernesto, Índices de El Nacional. Periódico literario mexicano (1880-1884), México, Universidad Nacional Autónoma de México, Centro de Estudios Literarios, 1961; SABORIT, Antonio, “Cuaresmas porfirianas”, en: Historias. Revista de la Dirección de Estudios Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia, núm. 15, 1986, pp. 71-96; y “Gutiérrez Nájera, el francotirador”, en: Nexos, vol. XXXVI, núm. 436, 2014, pp. 82-87.

2Esteva fungió como secretario en las Legaciones del Imperio Mexicano en España, Francia e Italia (1865- 1866). Después fue nombrado oficial primero de la Sección de Europa de la Cancillería (1871-1872); ministro residente (1891) y ministro plenipotenciario de México en Italia (1896-1916). Acerca de la labor diplomática de Esteva, véase: ROSENZWEIG, Gabriel, “Los diplomáticos mexicanos durante la Revolución: entre el desempleo y el exilio”, en: Historia Mexicana, vol. LXI, núm. 4, 2012, pp. 1461-1523 y BUSTOS, Luis Ramón, “Gonzalo A. Esteva en Roma”, en: Crónica, 17 de noviembre de 2003. Consultado en: https://www.crónica.com.mx/notas/2003/94831.html [25.04.2010]. Como periodista y literato, Esteva cultivó la crónica, el cuento, la novela, la poesía y la biografía; su ejercicio literario ha sido abordado por FERNÁNDEZ, Ángel José, “Las reglas del duelo romántico”, en: Gonzalo ESTEVA, El duelo a espada y a pistola, México, Tipografía de Gonzalo A. Esteva, 1878, pp. 5-22 y HIGASHI, Alejandro, “Para empezar”, en: Gonzalo A. ESTEVA, Cuentos, crónicas y algo más, Veracruz, Instituto Veracruzano de Cultura, 1998, pp. 9-23. Por lo que respecta a sus empeños editoriales, Huberto Batis se ha ocupado de ello en la presentación a la edición facsimilar del periódico El Renacimiento. BATIS, Huberto, “El periódico literario El Renacimiento (1869)”, en: El Renacimiento. Periódico literario (México, 1869). Edición facsimilar, México, Universidad Nacional Autónoma de México, Coordinación de Humanidades, Instituto de Investigaciones Filológicas, Centro de Estudios Literarios, 1993, p. X. Por otra parte, las investigadoras Dulce María ADAME GONZÁLEZ y Lilia VIEYRA SÁNCHEZ, han abordado el interés de Esteva en el duelo en “El duelo como pasión: enfrentamientos políticos y periodísticos de Gonzalo Aurelio Esteva”, en: Luis ESTRADA CARREÓN, et.al., Las pasiones en la prensa (siglos XIX-XX), México, Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Estudios Superiores Acatlán, 2019, pp. 131-146.

3Por ejemplo, véase la obra de autores como CHARTIER, Roger, El mundo como representación. Estudios sobre historia cultural, Barcelona, Gedisa, 1999 y DUBY, George, “La historia cultural”, en: Jean Pierre RIOUX y Jean- François SIRINELLI (editores), Para una historia intelectual, México, Taurus, 1999, pp. 449-455.

4Por ejemplo: SUÁREZ DE LA TORRE, Laura Beatriz (coordinación general) y CASTRO, Miguel Ángel (editor), Empresa y cultura en tinta y papel (1800-1860), México, Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Bibliográficas, 2001; SUÁREZ DE LA TORRE, Laura (coordinadora), Constructores de un cambio cultural: impresores-editores y libreros en la ciudad de México 1830-1855, México, Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora, 2003; y CHÁVEZ SÁNCHEZ, José Miguel, La polémica que nunca fue: Ignacio Cumplido y los medios impresos durante la primera mitad del siglo XIX [tesis de licenciatura en Historia], México, Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Filosofía y Letras, 2018.

5De manera reciente, Edith Leal hizo un interesante estudio sobre el impresor Francisco Díaz de León (1837- 1903), quien tuvo una etapa de esplendor durante la República Restaurada. De 1867 a 1877, salieron de su taller más de 200 obras. Resulta importante enfatizar que Leal se acercó a Díaz de León a través del análisis del epistolario de Enrique de Olavarría y Ferrari, escritor peninsular establecido en México que mantuvo estrecha relación con editores e impresores de las postrimerías decimonónicas, entre ellos Eduardo Dublán y Filomeno Mata, entre otros. Además de Díaz de León, Leal se ocupa del editor catalán Santiago Ballescá, quien desarrolló un trabajo fundamental en la publicación de obras de historia de México. LEAL MIRANDA, Edith, Francisco Díaz de León y Santiago Ballescá: su trabajo editorial y contribución a las letras mexicanas, México, Universidad Nacional Autónoma de México, Programa de Posgrado en Letras, 2017. Véase también: LEAL MIRANDA, Edith, “Francisco Díaz de León: El editor de la República de las Letras. Una lectura desde la teoría de las generaciones”, en: Daniar CHÁVEZ y Fernando CURIEL (coordinadores), Ciudades generacionales, México, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Bibliográficas, 2017, pp. 25-43.

6 SUÁREZ DE LA TORRE, “Prólogo”, pp. 14-15.

7 SUÁREZ DE LA TORRE, “Prólogo”, p. 8.

8 FERNÁNDEZ, “Las reglas del duelo romántico”, p. 5.

9 Diccionario Porrúa de historia, biografía y geografía de México, México, Porrúa, 1986, vol. I, p. 1032, y FERNÁNDEZ, “Las reglas del duelo romántico”, p. 5.

10 PASQUEL, Leonardo, La generación liberal veracruzana, Veracruz, Editorial Citlaltepetl, 1972, pp. 169-179, y Pedro Telmo, José Juan y Francisco de Landero, Veracruz, Editorial Citlaltepetl, 1978, pp. 33-43.

11Diccionario Porrúa de historia, p. 1032. Ángel José Fernández ha documentado la participación de José María Esteva en el periodismo literario veracruzano. FERNÁNDEZ, Ángel José, “Rafael de Zayas Enríquez. Redactor y editor de Violetas”, en: Violetas. Periódico literario (Veracruz, 1869), edición facsimilar, Veracruz, Instituto Veracruzano de Cultura, 2008, pp. XXIII-XXXVII.

12Sobre la actividad de Hipólito González, véase: ADAME GONZÁLEZ, Dulce María y VIEYRA SÁNCHEZ, Lilia, “De olvidos y rescates: José Hipólito González, Anselmo de la Portilla y Villegas y la Baronesa de Wilson, El Nacional. Periódico literario (1880-1884)”, en: (an)ecdótica, vol. I, núm. 2, julio-diciembre de 2017, pp. 15-40.

13 OLIVO LARA, Margarita, Biografías de veracruzanos distinguidos, México, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Gobierno del Estado de Veracruz, Fondo Estatal para la Cultura y las Artes, Instituto Veracruzano de Cultura, 1998, p. 197. En esta obra también aparecen datos de Adalberto, Gonzalo, José Ignacio y José María. La genealogía de los Esteva puede documentarse en Seminario de Genealogía Mexicana. Consultado en: https://gw.geneanet.org/sanchiz?lang=es [27.04.2018] y “Biografías de veracruzanos distinguidos”, en: Anales del Museo Nacional de México, núm. 6, 1922-1933, pp. 137-138.

14En 1862, Esteva se pronunció en contra de la Intervención Francesa, pero en 1865 se integró como secretario de la Legación del Imperio Mexicano, primero en Madrid, y después en París. ESTEVA, Gonzalo A., “La monarquía en México”, tomado de: El Progreso de Jalapa, El Siglo Diez y Nueve, tomo 4, núm. 549, 17 de julio de 1862, pp. 1-2.

15Otro ejemplo de esta situación podría ser el caso de Ignacio Cumplido, quien fue duramente juzgado por una carta, lo que deja ver la actitud de las personas que se mostraban favorables a la monarquía. CHÁVEZ SÁNCHEZ, La polémica que nunca fue, pp. 55-77.

16 TRENS, Manuel B., Historia de Veracruz, Jalapa, Talleres Linotipográficos del Gobierno del Estado de Veracruz, 1948, tomo III, p. 569. En la ciudad de México, Esteva trabajó en El Año Nuevo (1865) de Juan Abadiano; en El Boletín Republicano (1867-1868); en El Mensajero (1871), periódico opositor al gobierno de Juárez que sostenía la candidatura de Porfirio Díaz; en El Federalista, del editor francés Alfredo Bablot, que apoyaba a Lerdo de Tejada; en la revista La Esperanza (1872), órgano de publicación de la Sociedad Literaria La Concordia (1872- ca.1877), de la cual formó parte; en El Eco de Ambos Mundos (1874); El Liceo Mexicano (1885-1892), órgano de difusión del Liceo Mexicano Científico y Literario, entre otros.

17No obstante, Gonzalo Esteva participó en empresas periodísticas asociadas con el movimiento conservador, como la Revista literaria. Semanario de Literatura y Variedades (1869), cuyo responsable era su hermano Roberto y que al decir de Huberto Batis, apareció debido al distanciamiento de éste con el grupo que organizaba El Renacimiento. BATIS, Huberto, Índices de El Renacimiento. Semanario literario mexicano (1869), México, Universidad Nacional Autónoma de México, Centro de Estudios Literarios, 1963, p. 131.

18REY, Emilio, “La Unión”, en: El Siglo Diez y Nueve, tomo 8, núm. 178, 27 de junio de 1870, p. 3; REY, Emilio, “La Unión”, en: El Siglo Diez y Nueve, tomo 8, núm. 237, 25 de agosto de 1870, p. 3; ARRIAGA, José Joaquín, “La Unión”, La Voz de México, tomo I, núm. 61, 28 de junio de 1870, p. 3; y ARRIAGA, José Joaquín, La Unión”, La Voz de México, tomo I, núm. 112, 26 de agosto de 1870, p. 3.

19Esta parte de la vida de Esteva se ha conformado con base en los informes publicados en diversos diarios, “Las elecciones secundarias”, El Federalista, tomo 1, núm. 163, 12 de julio de 1871, p. 1; “El Sr. D. Gonzalo Esteva”, La Voz de México, tomo III, NÚM. 60, 10 de marzo de 1872, p. 3; “Senadores”, La Voz de México, tomo VI, núm. 202, 31 de agosto de 1875, p. 3; y “Comisiones de la Cámara de Diputados”, El Siglo Diez y Nueve, tomo LXVIII, núm. 11162, 8 de octubre de 1875, p. 2.

20 CANUDAS, Enrique, La historia me absolverá. El Temible, México, Editorial Utopía, 2007, p. 515.

21 GIRÓN BARTHE, Nicole, “El entorno editorial de los grandes empresarios culturales: impresores chicos y no tan chicos en la ciudad de México”, en: Laura SUÁREZ DE LA TORRE (coordinación) y Miguel Ángel CASTRO (editor), Empresa y cultura en tinta y papel (1800-1860), México, Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Bibliográficas, 2001, pp. 56-57.

22Se han identificado algunas obras que salieron de la Tipografía de Esteva y que se encuentran en los siguientes repositorios: Biblioteca del Museo Nacional de Antropología e Historia, Biblioteca Digital de la Universidad Autónoma de Nuevo León, Biblioteca México, Biblioteca Central de la Universidad Nacional Autónoma de México e Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México. Así como datos de comerciantes de libro antiguo que ofertan obras de Esteva en Internet, además la Hemeroteca Nacional Digital de México permite conocer otros títulos facturados en la imprenta de Esteva y que se publicitaron en los periódicos.

23Además, desde julio de ese año, imprimió La Tipografía Mexicana, periódico de Ellis Read, importador de tipos y agente de casas comerciales de Estados Unidos e Inglaterra en el que se daba cuenta del surtido de materiales de imprenta que se podían encontrar en su establecimiento, véase: GARCÍA, Telésforo, “Dos periódicos nuevos”, en: La Libertad, vol. I, núm. 135, 2 de julio de 1878, p. 3; GARCÍA, Pedro J., “La Tipografía mexicana”, en: La Patria, año 2, núm. 383, 2 de julio de 1878, p. 3. Estos datos pudieron constatarse al consultar un ejemplar del periódico que se conserva en la Biblioteca del Museo Nacional de Antropología e Historia.

24"A los impresores”, El Siglo Diez y Nueve, tomo LXXVII, núm. 12504, 1 de marzo de 1880, p. 3.

25CARRILLO, Adolfo, “La impresión de la memoria de Hacienda de 1878-1879”, en: La Patria, año IV, núm. 851, 12 de marzo de 1880, p. 3.

26CARRILLO, “La impresión de la memoria…”, p. 3. Este volumen se publicó con el siguiente título y pie de imprenta: Memoria de Hacienda y Crédito Público correspondiente al quincuagésimo cuarto año económico transcurrido del 1° de julio de 1878 a 30 de junio de 1879. Presentada por el Secretario de Estado y Despacho de Hacienda y Crédito Público, Trinidad García, al Congreso de la Unión el 16 de septiembre de 1879, México, Imprenta del Comercio de Dublán y Comp., 1880.

27 HERRERA DUPRAT, Laura, Catálogo de documentos-carta de la colección Porfirio Díaz, abril-septiembre de 1880, México, Universidad Iberoamericana, Centro de Información Académica, Departamento de Historia, 1982.

28Memoria de Hacienda y Crédito Público correspondiente al año económico quincuagésimo quinto, transcurrido de 1° de julio de 1879 a 30 de junio de 1880; presentada por el secretario del ramo al Congreso de la Unión el 16 de septiembre de 1880, México, Tipografía de G. A. Esteva, 1881. Además, la imprenta de Esteva dio a luz la Memoria de la Secretaría de Hacienda correspondiente al año fiscal de 1880 a 1881, México, Tipografía de Gonzalo A. Esteva, 1881; y Memoria de la Secretaría de Hacienda correspondiente al año fiscal de 1880 a 1881. Parte Segunda Documentos. Cuaderno I, México, Tipografía de Gonzalo A. Esteva, 1881, memoria firmada, por cierto, por su tío Francisco de Landero y Cos. Estas obras no se encuentran en el acervo de la Biblioteca Nacional, pero pueden consultarse en: http://memoriasdehacienda.colmex.mx/mhwp/?page_id=54

29 SABORIT, “Cuaresmas porfirianas”, pp. 71-96; SABORIT, Antonio, El Mundo Ilustrado de Rafael Reyes Spíndola, México, Grupo Carso, 2003; y SABORIT, “Gutiérrez Nájera, el francotirador”, p. 82. Consultado en: https://www.nexos.com.mx/?cat=3252 [25.04.2018].

30El Nacional. Periódico Literario, que constó de ocho tomos, apareció de 1880 a 1884, y tuvo como colaboradores, entre otros, a Manuel Gutiérrez Nájera, Anselmo de la Portilla y Villegas, Vicente Riva Palacio, José Hipólito González y Emilia Serrano de Tornel. Sobre este suplemento, véase: DÍAZ ALEJO y PRADO VELÁZQUEZ, Índices de El Nacional. Periódico literario mexicano (1880-1884), y El Nacional. Periódico Dominical de Política, Literatura, Ciencias, Artes, Industria, Agricultura, Minería y Comercio, de carácter político, del que fueron redactores principales Anselmo de la Portilla y Villegas y Manuel Gutiérrez Nájera.

31Entre ellas, Noticias de acuñación e introducción de metales para el año fiscal de 1879 a 1880; Estudios sobre la táctica de la artillería en campaña y Máximas de guerra de Napoleón I.

32Al respecto, cabe mencionar la labor de Lilia Guiot en torno a la elaboración de las coordenadas de localización de imprentas, librerías y gabinetes de lectura en la ciudad de México. GUIOT DE LA GARZA, Lilia, “El competido mundo de la lectura: librerías y gabinetes de lectura en la ciudad de México, 1821-1855”, en: SUÁREZ DE LA TORRE, Constructores de un cambio cultural, pp. 443, 470, 482, 490 y 497. Asimismo, véase Plano general de indicación de la ciudad de México con la nueva división de los cuarteles y nomenclatura de las calles aprobado por el H. Ayuntamiento de 1885 y por el gobierno del Distrito publicado por Debray Suc. 1886, en Alicia SALMERÓN y Fernando AGUAYO, “Instantáneas” de la ciudad de México. Un álbum de 1883-1884, México, Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora, Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Cuajimalpa, tomo 1, 2013.

33ESTEVA, Gonzalo A., “El Nacional. Personal”, en: El Nacional, tomo VIII, año VIII, núm. 98, 24 de octubre de 1885, p. 1.

34"Las calumnias de El Observador”, en: El Nacional, tomo X, año X, núm. 80, 4 de octubre de 1887, p. 3; y “El Monitor periódico gonzalista y protestante”, en: El Nacional, tomo X, año X, núm. 80, 4 de octubre de 1887, p. 3.

35El 1 de enero de 1888, Gonzalo Esteva anunció la venta de El Nacional a Manuel Díaz de la Vega, así como su retiro temporal del periodismo. Algunos escritores señalaron que la venta, tanto del periódico como de su imprenta, se había concretado en la cantidad de 30 000 pesos, y aunque Esteva no lo especificó en su despedida, desde el 2 de enero de ese año, el diario indicaba su impresión en la Tipografía de El Nacional, 2ª calle de Pila Seca, número 4. Gonzalo A. Esteva recuperó la propiedad y la dirección del diario el 7 de febrero de 1889, día en que firmó el contrato con Manuel Díaz de la Vega, quien señaló la imposibilidad de continuar en la dirección debido a su encarcelamiento y a un proceso en su contra. A partir del 15 de febrero, Gonzalo Esteva volvió a aparecer como director y propietario, pero no se tienen datos de que haya continuado manejando la imprenta. DÍAZ DE LA VEGA, Manuel, “El Nacional. Al público” y SÁNCHEZ SANTOS, Trinidad, “Voto de gracias”, en: El Nacional, tomo XI, año XI, núm. 192, 15 de febrero de 1889, p. 2.

36Para la descripción de este rubro, véase: BARRIENTOS LAVÍN, Margarita R., Bibliografía económica del Porfiriato, 1877-1910, México, Secretaría del Trabajo y Previsión Social, 1988, p. 23.

37 CHAVERO, Alfredo, Discurso pronunciado ante la Cámara de Diputados en la sesión del 24 de octubre de 1878 en defensa de la libre introducción del papel para impresiones, México, Tipografía de Gonzalo A. Esteva, 1878, p. 28.

38 CHAVERO, Discurso pronunciado ante la Cámara de Diputados, p. 31.

39Por ejemplo, en 1881, según una tarjeta de presentación conservada en el archivo de Enrique de Olavarría y Ferrari, Esteva ofrecía sus servicios como corrector de imprenta y periódico, una forma de diversificar el trabajo.

40 CHAVERO, Discurso pronunciado ante la Cámara de Diputados, p. 31.

41Entre esos textos pueden contarse documentos judiciales, discursos y reglamentos. LEAL MIRANDA, Francisco Díaz de León, p. 56.

42Los rubros que debía atender el Periódico militar eran: 1. Proyectos o estudios de jefes, oficiales y paisanos que se relacionen con el ejército; 2. Traducciones o reimpresiones que se hagan de obras del extranjero, con relación al ramo militar; 3. Leyes, circulares y toda disposición de actualidad en dicho ramo. “Secretaría de Guerra. Reglamento de su Biblioteca”, en: Legislación Mexicana, núm. 8104, 25 de noviembre de 1879, p. 175.

43MARTÍNEZ, Miguel, “Convocatoria”, en: La Voz de México, tomo X, núm. 56, 8 de marzo de 1879, p. 3. Aunque en los ejemplares del periódico no se alude a la imprenta de Esteva, la relación de títulos, autores y traductores permite establecer este vínculo.

44Chavero, además publicó dos discursos pronunciados ante la Cámara de Diputados en las sesiones del 24 y 31 de octubre de 1878 en defensa de la libre introducción del papel para impresiones, asunto de gran interés para Esteva dado que iniciaba su empresa tipográfica.

45Luz América Viveros Anaya ha rescatado y hecho una edición crítica de este libro que, según informa, apareció como folletín de El Nacional desde el 1 de noviembre de 1887. Cabe señalar que la publicación de esta obra se ubica en una etapa revisionista del breve periodo monárquico, ejercicio con el que también se buscó hacer rectificaciones históricas. HIDALGO Y ESNAURRIZAR, José M., Recuerdos de juventud. Memorias íntimas de don José Hidalgo, antiguo ministro de México en diversas cortes de Europa (1887), VIVEROS ANAYA, Luz América (editora), México, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Filológicas, Seminario de Edición Crítica de Textos, 2019, pp. XL-XLIV.

46 CHAVERO, Discurso pronunciado ante la Cámara de Diputados, p. 31.

47Por lo que respecta a los impresos oficiales pueden enlistarse: Código de procedimientos civiles para el Distrito Federal y el territorio de Baja California: reformado y adicionado en virtud de la autorización concedida al Ejecutivo por Decreto de 1 de junio de 1880. Código de comercio del Distrito Federal y territorio de Baja California con las bases generales de la legislación mercantil que han de regir en toda la república conforme a la fracción décima del artículo 72 de la Constitución Federal. Informe que rinde la Dirección de contribuciones directas del Distrito Federal a la Secretaría de Hacienda, de los trabajos que se han llevado a efecto desde el día 1º. de diciembre de 1876 hasta el 30 de junio de 1880. Proyecto de código de comercio formado por la comisión nombrada por el Ministerio de Justicia. Informe que en el último día de su periodo constitucional da a sus compatriotas, el presidente de los Estados Unidos Porfirio Díaz, acerca de los actos de su administración.

48Sobre la participación de Emilia Serrano de Tornel en El Nacional, véase: ADAME GONZÁLEZ y VIEYRA SÁNCHEZ, “De olvidos y rescates”, pp. 15-40.

49Entre los textos militares se encuentran: Estudio militar, geográfico, histórico y político sobre el Afganistán; Marchas y combates: comentario de los títulos XII y XIII del Reglamento de 3 de mayo de 1832 sobre el servicio de los ejércitos en campaña por el general de División Berthaut; y Táctica de infantería en una y dos filas: adaptada a la topografía americana y a los adelantos de las armas de fuego. La turcomana y los turcomanos, publicados en 1880.

50 VIEYRA SÁNCHEZ, Lilia, Inéditos del XIX escritores, traductores, periodistas, editores y empresas editoriales, Toluca, Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado de México, 2015.

51Seudónimo de la escritora francesa, Eugenie Caroline Saffay (1831-1885), cuya obra se caracterizaba por ser moral y religiosa.

52Algunas obras de Fortuné du Boisgobey, como La Tresse blonde (1875), Le Bac (1882) y Rubis sur Longle (1886), se dieron a conocer en el folletín de Le Trait d’Union, en el mismo año de aparición de la obra en Francia. En México, Ignacio Cumplido publicó en 1881 La trenza rubia; en 1883, Esteva imprimió El golpe de vista de M. Piedocuhe y La Patria de Ireneo Paz publicó Decapitada en 1890.

53Se trata de Los primeros misioneros belgas en América: fray Pedro de Gante recoleto flamenco: primer misionero del Anáhuac, México, 1523-1572 de S. J. F. Kienckens.

Recibido: 12 de Junio de 2019; Aprobado: 24 de Octubre de 2019

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