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 número68Martínez Cortés, Fernando, Lourdes Viesca Treviño y Yolanda Casado Rodríguez, En los estantes de El Gran Cairo está la historia cultural de Tlalpujahua, Tlalpujahua, Michoacán, Art Graffitti, 2017.Vassallo, Jaqueline, Miguel Rodríguez Lourenço y Susana Bastos Mateus, (coordinadores), Inquisiciones. Dimensiones comparadas (siglos XVI-XIX), Córdoba-Argentina, Brujas, 2017, (col. El Mundo de Ayer), 292 pp. índice de autoresíndice de assuntospesquisa de artigos
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Tzintzun. Revista de estudios históricos

versão On-line ISSN 2007-963Xversão impressa ISSN 1870-719X

Tzintzun. Rev. estud. históricos  no.68 Michoacán Jul./Dez. 2018  Epub 18-Mar-2020

 

Reseñas

Mora, Rogelio De La y Hugo Cancino (coordinadores), Aspectos de la modernidad latinoamericana: Rupturas y discontinuidades, México, Universidad Veracruzana, 2017, 326 pp.

Cristina Retta Sivolella*  ** 

*Universidade de Brasília UnB

**UDELAR, Uruguay

Mora, Rogelio De La; Cancino, Hugo. Aspectos de la modernidad latinoamericana: Rupturas y discontinuidades. 2017. Universidad Veracruzana, México: 326p.


El tema “Modernidad en América Latina”, da origen a posiciones de la más variada índole. En el Congreso Internacional de Historia, realizado en Quito entre el 26 y 28 de octubre de 2016, nuestro grupo de trabajo había agrupado el tema bajo el título “La Modernidad en Cuestión: confluencias y divergencias entre América Latina y Europa, siglos XIX y XX”. Y es que de eso se trata: analizar y debatir posiciones, afines y disímiles, para explicar en definitiva la vida actual, la postura de la Historia (con mayúscula) frente a la actualidad. Esa “actualidad” que como latinoamericanos nos compete, directa heredera de los siglos XIX y XX en el vaivén de relaciones entre América y Europa, revela hoy un mundo amenazado por factores diversos. En expresiones de Rogelio de la Mora y Hugo Cancino “los totalitarismos, las conflagraciones mundiales, la consagración del mercado, la industrialización, los graves problemas ecológicos, hicieron retroceder a la razón histórica, resquebrajando el mito del progreso universal”. Y entonces, resulta que no todo es lineal y racional como parecía asegurarlo la bandera del progreso con Compte y Spencer, entre otros, bajo cuyo legado se articuló lo esencial de la historiografía occidental. Han surgido rupturas, dudas, crítica: la Modernidad está cuestionada.

Los variados artículos de este libro 1 suman diecinueve, de ellos reseñaré sólo algunos escogidos aleatoriamente. Los mismos muestran aspectos de las historias de los pueblos latinoamericanos en su vinculación con lo europeo, que nos hacen pensar, reflexionar sobre lo que heredamos y lo que somos. Esto lo dice acertadamente nuestro colega ecuatoriano, Julián García Labrador, en su trabajo “El sendero de los apátridas. Comprender la modernidad latinoamericana desde la Europa de entreguerras” del apartado “Intelectuales”, donde trata el legado de los expatriados alemanes Hanna Arendt y Walter Benjamin expulsados por el nazismo, y donde encontramos interesantes puntos de apoyo para la reflexión crítica sobre el presente y un cuestionamiento de la historia y la época moderna. Haciendo un análisis de categorías conceptuales a partir de la Segunda Posguerra, García recuerda cómo, hacia finales de los 70, la filosofía de la liberación latinoamericana “daba claras señales de agotamiento” (p. 10). Así lo evidenciaba el nacimiento del “Grupo de Bogotá” (grupo de filosofía de la Universidad de Santo Tomás), que planteaba la necesidad de pensar la realidad latinoamericana sin reduccionismos y de entablar diálogo con las tendencias posmodernas, con representantes como François Lyotard y Gianni Vattimo, entre otros. En realidad, nos puntualiza García, la discusión de la modernidad como concepto analítico ya había cobrado dimensión con la obra de los alemanes Theodor Adorno y Max Horkheimer, Dialéctica de la Ilustración, aparecida por primera vez en alemán en 1944 y con edición en inglés en 1977. A partir de ahí, el espectro de autores y posiciones crece exponencialmente hasta la actualidad.

El siglo XX dio también lugar al protagonismo de la mujer, tema del segundo apartado del libro titulado “Mujeres en el trabajo intelectual y cultural”. De forma cada vez incisiva, la mujer pasa a ser un actor social de relieve, aunque en la actualidad, como sabemos, la cuestión de género está en el tablero de las discusiones. Es que el espacio en derechos sociales y políticos reservado a las mujeres, muestra aún, con diferencias según países y regiones, debilidades e inconsistencias atendibles.

En el apartado tercero de la obra, Arauco Chihuailaf, en su artículo “‘La América Indiana’ en publicaciones europeas de los años 70 del siglo XX”, muestra cómo el indio aparece reconocido como “existente” en la literatura europea sobre América Latina. Los indígenas, pobladores autóctonos de América, durante siglos borrados del mapa de nuestras sociedades, son ahora reconocidos por la literatura francesa en primer lugar, junto a la literatura holandesa y a la belga. Según Chihuailaf, pueden hacerse dos lecturas entorno al tema: por una lado se concibe el interés por lo indígena porque se tornó “moda”; por otro, la atención hacia lo indígena aparece asociada a su pasado, de ahí que se hable del “despertar” indio.

“El salvaje a la moda”, nos dice Arauco, moda que vino de los Estados Unidos, como mensaje de los hippies en su rechazo a los ideales de su país que en los años 60 bombardeaba Vietnam, buscan el reencuentro con “la vida del buen salvaje”. “La ‘moda’ del tema indígena, proviene de ‘la crisis de civilización’ que confrontaba Occidente […]. Revelador de ello fue el Mayo del 68, que significó ‘el desplome de un mito productivista, del crecimiento sin fin de la economía’. Esta ‘generación perdida’ de Occidente, necesitaba un ideal; luego del Mayo del 68, tendía al nomadismo, la ecología, las comunidades” (p. 144).

Nuestro autor continúa analizando en este interesante artículo, todas las instancias por las que el tema del indio fue pasando en la década de los 70, especialmente en la literatura francesa. Así, llama la atención sobre el hecho de que “lejos de los ideales perseguidos por ‘la generación perdida’, y del debate cuyo escenario central fue Francia, los indígenas se confrontaban a una realidad más dramática […]: la exterminación física” (p. 147). Así, en 1968 ocurrieron las masacres de indios de la Amazonia; en 1969 en Perú, Venezuela y Colombia; y, en el mismo año de 1969, la Sociedad de Americanistas de París se inquietaba por la suerte de la población indígena de la Guayana Francesa. Chihuailaf está basándose en este punto en la obra del investigador italiano Ruggiero Romano, quien rescata esa “especificidad de la América indiana” (p. 148). La reemergencia del pasado indio era un hecho trascendente. La existencia de una “América Indiana” en su amplio y verdadero sentido, merece atención, no sólo en el plano histórico sino también en el humano, el cultural y sobre todo el político y económico. Tomar en cuenta la “especificidad indiana” es esencial cuando se trata de integrar a esa población en un proceso de desarrollo.

Otros aspectos inherentes a la modernidad latinoamericana están referidos a “la religiosidad”. Así, el artículo de Edinelia María Oliveira Souza, habla de “El culto al Santo preto Benedito, no Recôncavo da Bahia: devoção e sociabilidades”. Aquí, Oliveira Souza, se mueve en un claro ejemplo de sincretismo religioso y cultural. Parte de una narración oral, una especie de leyenda, que se fue trasmitiendo en las poblaciones negras del interior del estado de Bahía, Brasil, asociada con la abolición de la esclavitud y con ese santo negro, Benedito. Encuentro de dos razas, la blanca y la negra: mestizaje. Dos culturas se unen: la europea, identificada en materia religiosa por el catolicismo, y la africana, con sus diversos cultos religiosos. Es a través de esa síntesis, lograda en la dinámica de lo cotidiano, que se va pautando la legitimidad del legado negro y mestizo, antes de la abolición esclavista y a posteriori.

Desde la religiosidad nos habla también el artículo de Silvano Benito Moya: “Libros y saberes. Una biblioteca conventual que hizo las veces de universitaria en Córdoba del Tucumán”. La fundación de la ciudad/aldea de Córdoba, por Jerónimo Luis de Cabrera, nos remite a la segunda mitad del siglo XVI, aproximadamente a 1575. Los religiosos que primero se establecieron allí fueron los franciscanos de la regular observancia y después, a fines de siglo, en 1599, la Compañía de Jesús. Con los monjes llegaron los libros, pero el primer inventario con el que cuenta esa biblioteca data del año de 1726 y, el segundo, de 1815. Este último recoge la literatura filosófica, teológica, religiosa, jurídica, científica e histórica que los frailes del convento pudieron acumular a lo largo del siglo XVIII, más la que entró proveniente del Río de la Plata luego de la revolución independentista. El artículo habla de la ilustración cristiana a través de los libros, de esos archivos conventuales que oficiaron de mediadores de cultura y enseñanza superior en épocas coloniales.

En el Apartado seis del libro, “Identidades: convergencias, divergencias y solidaridades”, el artículo de Gilmar Mascarenhas, “Integração nacional, nacionalismo e popularização do futebol na América do Sul: Brasil, Uruguai e Argentina”, muestra cómo los “deportes modernos” han sido símbolos de cosmopolitismo y modernidad en un sentido peculiar, a veces poco imaginado. Según Mascarenhas, las élites locales comprendieron tempranamente la importancia del fútbol para la afirmación de la identidad nacional en esas sociedades en proceso de acelerada transformación, que vivieron la modernidad urbana, la industrialización, el éxodo campo ciudad, la difusión de la laicidad, entre otras novedades. El gran ejemplo en cuanto al cultivo de los “deportes modernos” y su papel decisivo en la sociedad, lo dio Inglaterra.

Este documentado trabajo pone de relieve la existencia de toda una lógica interna al servicio de las empresas de la época al optar por el fomento del fútbol. En efecto, existe una verdadera pedagogía de la fábrica aplicada al fútbol. A saber, las prácticas del trabajo en equipo, la obediencia a determinadas reglas a seguir, la especialización de tareas, la atención al cronómetro. La expansión de este “fenómeno” de cuna inglesa, se dio en primera instancia en Estados Unidos, que lo adopta modificándolo. Luego pasa a Argentina, donde fue primero privilegio de las élites inglesas afincadas en el vasto país del Plata, pero luego ese deporte pasó a la sociedad criolla para irse popularizando de más en más. De Argentina pasa de inmediato a Uruguay. En Montevideo es la Academia de Medicina la que, en 1899, funda el Club Nacional de Fútbol (que se mantiene hasta hoy) para enfrentar a los ingleses de la otra orilla del Río de la Plata. A su vez, en Brasil, es la dictadura del “Estado Novo” en los años treinta, la que invierte en la promoción del fútbol como expresión patriótica.

Por otro lado, el artículo de Lydia Inés Muñoz Cordero: “La historia madre en América, la deconstrucción del coloniaje de la memoria y de los imaginarios. La epistemología endogénica y el advenimiento de identidades plurales”, dice que la deconstrucción del coloniaje de la memoria e imaginarios, supone procesos sistemáticos de “descolonización sostenida en tiempos de larga duración” (p. 339), a través de acciones de investigación, educación y difusión a gran escala. Es preciso diseñar una apertura hacia el pensamiento propio y la inauguración en América Latina de la Historia Madre, entendido como concepto que lleva a reconocernos sobre nuestro origen real, no importado. Para ello, Muñoz, parte de los estudios de Enrique Dussel, que pone en el tapete el tema de la descolonización epistemológica. La autora se extiende en la llamada “epistemología endogénica” y el advenimiento de identidades plurales, lo que implica elaborar conocimientos desde la otra orilla, buscar la sabiduría ancestral de los rostros de la primera historia, denunciar la ignorancia sobre nosotros mismos: origen, historia, geografía y recursos naturales. Hay que reconocer que en la endogénesis, el pensamiento indígena y ancestral tenía ya un sistema coherente de conocimientos. Entonces, prestar atención a lo local y regional se vuelve esencial. En suma, importa considerar nuestras raíces, nuestras propias circunstancias.

Otra perspectiva poco corriente, pero de suma trascendencia, la da el estudio de los actos diplomáticos, que están directamente vinculados con el juego de los intereses internacionales. En ese sentido, el trabajo de Rocío Rosero Jácome, “Cónsules y vicecónsules europeos que representan a Ecuador, 1946-1952”, brinda un aporte de sumo interés. Esas actividades inherentes a lo internacional, al mundo comunicado, globalizado, permiten entender, si se las examina con el ojo crítico, todo lo que está detrás de cada acto consular, en este caso, diplomáticos ad honorem, cónsules honorarios, que representaron a un país (Ecuador), sin pertenecer al mismo.

Basándose en fuentes de primeras aguas, como los archivos de la cancillería respectiva, Rocío Rosero demuestra en casos variados la existencia de intenciones de búsqueda de lucro personal y beneficio a grupos determinados, con el consiguiente perjuicio social que ello trae aparejado. Corrupción personal y administrativa tras la obtención de visas, tierras y recursos, que implican un directo expolio al país en cuestión, por parte del interés europeo. Rocío ha puesto el lente en su país, Ecuador, pero ese no es sin duda un caso aislado en América Latina. Otro aporte fundamental, que deja abierta la puerta a nuevos cuestionamientos y a nuevas pesquisas al respecto.

En síntesis, dada la peculiaridad y agudeza crítica de todos y cada uno de los enfoques que integran esta obra, Aspectos de la Modernidad Latinoamericana: rupturas y discontinuidades, constituye un referente imprescindible para el estudio histórico actual de este continente.

1El libro se divide en seis partes precedidas de una Presentación a cargo de los coordinadores, Rogelio de la Mora y Hugo Cancino. Los apartados tratan sobre: 1. Los intelectuales; 2. Mujeres en el trabajo intelectual y cultural; 3. Pueblos indígenas; 4. Guerra Fría y modernidad; 5. Desde la religiosidad; 6. Identidades: convergencias, divergencias y solidaridades.

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