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Tzintzun. Revista de estudios históricos

versión On-line ISSN 2007-963Xversión impresa ISSN 1870-719X

Tzintzun. Rev. estud. históricos  no.68 Michoacán jul./dic. 2018  Epub 18-Mar-2020

 

Reseñas

Montero García, Luis A. y Virginie Thiébaut (coordinadores), Veracruz, Tierra de cañaverales. Grupos sociales, conflictos y dinámicas de expansión, México, Instituto Nacional de Antropología e Historia, 2015, 264 pp.

María Teresa Cortés Zavala* 

*Facultad de Historia, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo

Montero García, Luis A.; Thiébaut, Virginie. Veracruz, Tierra de cañaverales. Grupos sociales, conflictos y dinámicas de expansión. 2015. Instituto Nacional de Antropología e Historia, México: 264p.


Veracruz, tierra de cañaverales. Grupos sociales, conflictos y dinámicas de expansión es un libro que reúne a un grupo sólido de investigadores preocupados por recuperar en una mirada de largo aliento la historia de uno de los sectores productivos más importantes y dinámicos de México, desde el siglo XVIII, hasta la época actual. Los ensayos que componen el volumen se inscriben en la historia regional, al abordar el problema agrícola desde lo que sucede en el estado de Veracruz, sin que ello quiera decir que el análisis se suscriba a un enfoque puramente local. Luis A. Montero García y Virginie Thiébaut, coordinadores del libro, subrayan la importancia del tema de la forma siguiente:

El sector cañero-azucarero tiene mucha importancia en México: es el sexto productor mundial de caña de azúcar y emplea a 2 300 000 mexicanos, de los cuales 50 000 obreros laboran en 54 ingenios localizados en 15 estados del país. Dentro de éstos, Veracruz es el principal estado productor de 310 000 hectáreas de superficie industrializada en la zafra 2012-2013; más de 1 000 000 de veracruzanos y 165 000 productores cañeros dependen de ese sector. Cuatro de cada diez kilogramos de azúcar se producen en Veracruz (2 000 400 toneladas).

Precisamente, en 2013 la industria azucarera ocupó las primeras planas de la prensa nacional, estatal y local con varios sucesos: hubo una zafra récord, surgió un movimiento cañero, se impuso un gravamen a los refrescos y un par de ingenios cerraron sus puertas” (p. 17).

La apreciación que realizan los coordinadores del desenvolvimiento de la industria de la caña de azúcar y la crisis que a partir de 2013 viven los ingenios es suficiente para comprender por qué en un libro colectivo se presentan los resultados de indagaciones originales sobre la caña de azúcar en México, desde su historia y cómo el estudio de esa gramínea, su cultivo, industrialización y comercio están adheridos al pasado, presente y futuro de Veracruz, en su economía, conservación de los recursos naturales, la preservación del paisaje, las formas de organización social, la estabilidad política y las prácticas culturales.

Son siete los ensayos y siete los autores que dan cuerpo al libro y en cada uno de los trabajos sobresale el espectáculo de una agroindustria que se resiste a morir, como subrayan con enorme preocupación los coordinadores. La caña de azúcar y los procesos productivos e industriales de que es objeto, históricamente han ocupado buena parte del espacio de lo que actualmente es el estado de Veracruz. Bajo esa visión abarcadora y totalizante podemos percatarnos de que en esa entidad federativa la caña de azúcar desde su introducción por Hernán Cortés en 1524, ha definido y moldeado los comportamientos socioculturales de sus habitantes.

El movimiento de una región a otra de los cultivos cañeros, de la costa Pacífico a la cuenca del Golfo de México, coloca al territorio de esa entidad como el principal productor de azúcar en la República mexicana. De tal suerte que las crisis cíclicas del sector impactan directamente en las dinámicas económicas, políticas, ecológicas y sociales de los diversos grupos que articulan el estado de Veracruz. De allí que los conflictos desatados en los últimos seis años con el cierre de los ingenios más productivos del país, se transformen en un detonante mayor de la profunda crisis de ingobernabilidad en que el exgobernador Javier Duarte dejó a esa entidad federativa, a sus corporaciones y sindicatos.

En el prólogo del libro, Horacio Crespo apunta a la contribución del sector azucarero al desarrollo del capitalismo mundial, cuando suscribe: “En la coyuntura de la primera gran expansión europea sobre el espacio atlántico, a partir del siglo XV, el azúcar se clasificaba entre las especias de lujo, como ya señalamos, utilizada para rebuscadas confituras y en la farmacopea refinada. Así, fue motor, junto con los metales preciosos, de los descubrimientos geográficos y de los asentamientos coloniales” (p. 14). Lo interesante del libro es que aporta cifras que dan luz de la contribución de la región de estudio al proceso de acumulación originaria del que habla Crespo. Sin embargo, hace falta –como apuntan los coordinadores de la obra–, integrar grupos de trabajo interdisciplinarios para contar con un panorama mucho más completo del mundo que ha generado esa actividad económica a través del tiempo, en su carácter local y desde una perspectiva comparada con otros centros productores del país, de la región Caribe y respecto de las coyunturas de expansión o conflicto con los mercados internacionales.

Cada uno de los ensayos del libro Veracruz, tierra de cañaverales. Grupos sociales. Conflictos y dinámicas de expansión, proporciona una visión particular de la historia que ha marcado a la región. En el texto “La calidad y oficio; los pardos, mulatos y morenos en los ingenios azucareros de Coatepec, Veracruz, siglo XVIII”, Citlalli Domínguez Domínguez, desde la historia regional analiza las dinámicas socio espaciales de los distintos oficios desempeñados por una población de origen africano. El escenario de examen son los ingenios azucareros y como remedo de la sociedad, la estratificación racializada de los valores socioculturales. Su estudio se centra en desnudar los mecanismos que fueron utilizados para designar la calidad de los individuos en una sociedad que se dividía en castas.

Luis A. Montero García, en “Azúcar, panela y aguardiente en Veracruz (1800-1850)”, subraya el fenómeno de la “continuidad” como uno de los elementos que subyace a la región, entre el periodo colonial y el México independiente, en el cultivo y formas de transformación de la caña en azúcar. La tradición agrícola y fabril en Veracruz, según el autor a lo largo de su examen, se mantiene mientras que la geografía del cultivo se modifica y expande por nuevas zonas del estado, como la región del Istmo, la tierra caliente del cantón de Jalacingo, los Tuxtlas, las tierras bajas del río Papaloapan, las sierras de Misantla, Papantla, Zongolica y Chicontepec, en donde se elaboraban en trapiches y fábricas derivados del dulce como panelas, aguardiente y licor de caña. Montero García afirma que en la primera mitad del siglo XIX hubo una “silenciosa” innovación tecnológica, la cual transformó y nutrió de una nueva vocación productiva a amplias regiones del estado. Lo sugerente del tema que discute Montero en su trabajo, más que cerrar el tema invita a que otros estudiosos realicen investigaciones de gran calado en otras zonas del país desde una perspectiva comparada, para confirmar como sugiere este autor, si la expansión del cultivo y el proceso de innovación forman parte de un comportamiento local de la industria del azúcar vinculado al mercado o de un fenómeno que se estaba gestando en algunas otras zonas del país, lo que mucho ayudará a explicar la fuerza y presión que en algunos momentos ejercen los mercados regional, nacional o los vínculos con el comercio internacional.

Nuevamente Luis A. Montero García, en: “San Antonio: historia familiar de un ingenio tlacotalpeño (1870-1938)” examina el auge, decadencia y funcionamiento de una de las hacienda-ingenio en esa localidad, la cual a pesar de que funcionaba como empresa familiar, llegó a exportar azúcar y sus derivados a Nueva York. Lo fascinante del caso descrito por el investigador del INAH es que replica las experiencias de empresas familiares similares en Cuba y Puerto Rico durante el mismo periodo y las dificultades que atravesaron ante la imposibilidad de competir a nivel internacional al ritmo en que lo hacían las grandes empresas trasnacionales. De ahí que nuevamente surja la necesidad de ampliar los estudios comparados en la perspectiva de análisis del desarrollo del capitalismo mundial.

Rafael Palma Grayeb, en “Sector primario, sistema de actividad y caña de azúcar en Veracruz”, utiliza la demografía para explicar la interacción entre los sectores cañeros y ganaderos en las dos últimas décadas del siglo XX. En su ensayo relaciona la producción de piña y cría de ganado bovino con el crecimiento económico y demográfico, mientras que el cultivo de la caña de azúcar, en la década de l990, decrece como disminuye el crecimiento poblacional. Este fenómeno coincide con una crisis cañera global, la apertura comercial de México con el TLC y la entrada de otros edulcorantes.

En “Paisajes cañeros de Lerdo de Tejada, Veracruz. Estrategias productivas y consecuencias territoriales”, Virginie Thiébaut estudia los desarrollos más recientes de la industria cañera en el municipio de Lerdo de Tejada, contrastando historias de ingenios específicos. En el análisis de las estrategias productivas y decisiones de los pequeños y grandes productores cañeros, Thiébaut descubre cómo dos ingenios azucareros con características similares llegaron a obtener resultados distintos, transformando así el paisaje cañero local.

Ángeles González Hernández y Manuel Reyna Muñoz, recrean las crisis azucareras del 2007 y 2014, las cuales traen consigo el cierre temporal o definitivo de los ingenios. Su estudio se centra en las luchas gremiales entre sindicatos azucareros afiliados a la CTM y el surgimiento de corporaciones gremiales con carácter independiente. El artículo cuestiona los alcances y límites de la autonomía sindical en el periodo, así como la intervención constante al interior de los mismos, de los partidos políticos. Analiza algunos de los elementos que conforman la cultura política de la corrupción y cómo su arraigo y prácticas terminan por debilitar al sector, en beneficio de intereses de particulares y de corporaciones, como la industria refresquera.

Una de las virtudes del volumen hasta aquí reseñado es el amplio abanico de estudio que expone, el cual cierra el examen con una propuesta radical de transformación del sector cañero azucarero. Noé Aguilar Rivera, en “Sostenibilidad de biorefinerías de caña de azúcar”, examina la producción de etanol como una posible solución a la crisis y cierres que en los últimos seis años han sufrido las grandes centrales azucareras. Para Aguilar la caída productiva, el cambio climático, la innovación tecnológica y aspectos económicos y sociales de la crisis son factores a considerar en momentos de transición, por el riesgo que implican para la economía, el medio ambiente y la sustentabilidad.

La serie de temas que vertebran el libro se puede seguir, desde un cierto orden cronológico que va de la historia de la caña de azúcar en el siglo XVIII al XXI, la cultura productiva colonial, la transformación de los procesos productivos del uso del trapiche al ingenio; del desarrollo de una empresa familiar a una cultura empresarial; el mundo que creó la producción de esa gramínea y que trajo consigo además de una diversidad racial, una riqueza cultural. También es cierto que la mirada puede detenerse en el estudio de las organizaciones productivas, sociales y gremiales; la cultura política y sus prácticas en la historia de las redes sociales, la aparición y declive de los sindicatos; los movimientos sociales del gremio, así como la vida y luchas de los trabajadores. Destacan las tradiciones culturales, el paisaje natural y agroindustrial, así como las biorrefinerías y su sostenibilidad.

El conjunto de textos que componen el libro abre la discusión desde el pasado de la producción azucarera hasta el momento actual, para introducirse en una problemática que parecía agotada por la historiografía mexicana de los años 80 del siglo pasado. Veracruz, tierra de cañaverales. Grupos sociales, conflictos y dinámicas de expansión es una contribución renovada a la tradición histórica agroindustrial de Veracruz y de México. Plantea con claridad el meollo de múltiples problemas que aquejan al sector agroindustrial azucarero actual y se detiene en los retos que enfrenta la agroindustria mexicana desde una perspectiva regional, nacional y global.

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