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Tzintzun. Revista de estudios históricos

versión On-line ISSN 2007-963Xversión impresa ISSN 1870-719X

Tzintzun. Rev. estud. históricos  no.59 Michoacán ene./jun. 2014

 

Archivos y documentos

 

Vicente Guerrero y sus inicios en la insurgencia. Una fuente documental

 

Jesús Guzmán Urióstegui

 

Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México. Correo electrónico: jguzmanu0409@yahoo.com.mx.

 

La revisión de los textos más conocidos sobre la participación de Vicente Guerrero en la gesta independentista mexicana nos deja una certeza: respecto al comienzo de esa carrera militar, esto es, al momento anterior a diciembre de 1811, no hay una versión predominante. Por el contrario, se mantiene hasta la fecha una marcada confusión, trátese de los autores que escribieron en el siglo XIX, algunos incluso contemporáneos de tan reconocido hombre de armas; trátese de los que lo hicieron en la centuria inmediata o bien, de los que lo han abordado en estos primeros años del siglo XXI. En este artículo citaré a varios de ellos.

Entre los decimonónicos,1 José María Luis Mora (alrededor de 1828 y 1836) arguyó que la trascendencia de Guerrero empezó en 1812, cuando José María Morelos le concedió rango de coronel en jefe de Izúcar, con el objetivo de que defendiera esta plaza. Sin embargo, nada mencionó de los anteriores trabajos de este personaje.2

Caso semejante fue el de Carlos María de Bustamante, quien en su Cuadro histórico (publicado de 1823 a 1831 y reeditado de 1842 a 1846, con correcciones y aumentos significativos) narró la participación de nuestro insurgente a partir de los avances ordenados por Morelos a Hermenegildo Galeana sobre Huitzuco y Tepecoacuilco, ya hacia la segunda mitad de 1811. Es decir, omitió la actuación de Guerrero en batallas y sitios concernientes al periodo de diciembre de 1810 a agosto de 1811 —Acapulco, Tixtla y Chilapa—, que han terminado por ser voz común entre los biógrafos especialistas. Así pues, el relato de Bustamante solamente se ocupó de los sucesos ocurridos a mediados de diciembre de aquel año, cuando Guerrero se quedó en calidad de capitán de la Tercera Compañía del Regimiento de Guadalupe, por órdenes de Morelos, al frente de la guarnición de Izúcar, junto con los también capitanes José María Sánchez y Manuel Sandoval.3

Quien sí sugirió un probable momento de inicio fue Lucas Alamán. En el volumen II de su Historia de México (entre 1849 a 1852) refirió que Guerrero se unió a las fuerzas de Morelos en Tixtla, su pueblo natal. Meses más tarde, se desempeñó como uno de los 200 hombres que protegerían la guarnición de Izúcar cuyo jefe era su homólogo en grado, el capitán Sánchez.4 Así, Alamán da a entender que aquel suriano ingresó en la lucha emancipadora en algún momento de fines de mayo de 1811, a mediados de agosto inmediato. Esto sobre la base de que el poblado tixtleco cayó en manos rebeldes el 26 de aquel mes, mientras que las huestes del cura José María Teclo se dirigían rumbo a Chilapa ya hacia el 19 o 20 de agosto.5

Por su parte, José María Lafragua (1854) sostuvo en un texto del Diccionario Universal de Historia y Geografía, que aunque no había datos para conocer los primeros años de vida del héroe ni los primeros de su actuar en los campos de batalla, sí se podía afirmar que de acuerdo con todas las probabilidades, había comenzado su carrera militar a fines de 1810, bajo las órdenes de Galeana.6

Posteriormente, Manuel Payno (1870) señaló que aquél se había unido a la guerra de Independencia en octubre de 1810, alcanzando de inmediato fama por su valor, pero que no militó a las órdenes de Morelos sino hasta 1811.7

Poco después, en Los gobernantes de México, dada al mercado por J. M. Aguilar (1872 y 1873), Manuel Rivera Cambas adujo que si bien Guerrero había comenzado su servicio en las armas en 1810, poco se podía añadir de manera cierta al respecto, debido a que el aludido nunca procuró dejar constancia de sus afanes en una hoja de servicios. Se podía afirmar, no obstante, que a fines de 1811 su importancia era ya notoria, toda vez que en su calidad de capitán se quedó al frente de Izúcar; mas su trascendencia fue mayor a partir de febrero de 1812, a raíz de la derrota que le propinó a Llano en este mismo lugar.8

Por último, en la década de 1880 tenemos dos testimonios: el de Ignacio Manuel Altamirano y el de Julio Zárate. En 1883 el primero no ofreció dato alguno del tema, excepto que Guerrero, en su calidad de capitán, atendió el 2 de mayo de 1811 el llamado de Morelos para asistir a la reunión que se celebraba en el campamento de El Veladero, con el propósito de armar el plan de campaña para los días subsecuentes y que debía culminar con el avance sobre la ciudad de México. Ahí colaboró explicando la situación prevaleciente en su terruño natal, uno de los puntos inmediatos a tomar.9 En cambio, en su estudio dedicado a la guerra de Independencia, tomo III de la monumental edición de México a través de los siglos (1884-1889), Julio Zárate sólo consideró a Guerrero digno de mención a partir de los acontecimientos de los últimos días de 1811, dicho en otras palabras, desde que este jefe se quedó en Izúcar con el coronel Matamoros y con el capitán José María Sánchez para organizar la defensa del lugar y levantar nuevas tropas, mientras el cura vallisoletano se dirigía rumbo a Cuautla. Reconocía, sin embargo, en nota al pie que el otrora arriero se había unido a las tropas de Morelos a fines de 1810.10

Por lo que corresponde a los autores que se ocuparon del tema en el siglo XX, Alejandro Villaseñor y Villaseñor (1910) repitió la opinión de Rivera Cambas.11 No obstante, hacia mediados de la centuria, José Mancisidor consideró que la labor militar de Guerrero podía conocerse únicamente de la ocupación de Tixtla en adelante, ya que antes de ese suceso todo se ignoraba.12 En 1957, René Avilés Rojas afirmó que aquel hombre tan relevante fue de los primeros en escuchar y seguir el llamado de la patria, al incorporarse a las fuerzas de Hermenegildo Galeana, a cuyo lado sería famoso como capitán de infantería ya en diciembre de 1810.13 A su vez, Luis Ramírez Fentanes sostuvo en 1958 que según datos oficiales de la Secretaría de la Defensa Nacional, Vicente Guerrero se incorporó a las fuerzas de Morelos el 15 de diciembre de 1810. Quedó adscrito a la Tercera Compañía del Regimiento de Guadalupe comandada por el coronel Galeana, el 15 de diciembre de 1811 alcanzó el grado de capitán de infantería, y pasó al día siguiente a las órdenes directas de aquel futuro Siervo de la Nación.14

En 1969 José María Miquel i Vergés dio la misma versión que Lucas Alamán: Guerrero se unió a Morelos cuando éste estuvo por Tixtla, es decir, entre mayo y agosto de 1811.15

Por el contrario, en una biografía publicada en 1971, Herminio Chávez Guerrero enfatizó que Guerrero había salido de su pueblo a fines de octubre o principios de noviembre de 1810, con el objetivo de llegar a la Costa Grande a fin de incorporarse a las fuerzas de Galeana. Con él, ingresó a la división que organizaba Morelos en el Sur novohispano. De esta manera se hizo soldado insurgente en Tecpan el 7 de noviembre de 1810, una vez que Morelos arribó a tal sitio; una semana después ya peleaba contra los realistas encargados del resguardo de Acapulco.16

En ese mismo sentido, Ernesto Lemoine Villicaña publicó un reconocido artículo (1971) en el cual propuso que a fines de 1810, cuando el cura Morelos reclutaba gente decidida y habilitada a los rigores del trópico para atacar el puerto de Acapulco, el indomable e intrépido Guerrero bajó desde Tixtla para presentarse en el cuartel del Veladero. Ahí fue destinado al cuerpo que por esos días organizaba el jefe Galeana. Durante ese periodo y hasta 1814, tuvo un papel secundario en el accionar rebelde, pero esa situación cambiaría después tras la implementación de la guerra de guerrillas.17

Ya en el siglo XXI, tenemos los trabajos de Silvia Martínez del Campo, Raquel Huerta-Nava, Eduardo Miranda Arrieta y Francisco Arzola Jaramillo. La primera (2002) refiere dos versiones: una la toma prestada, aunque no menciona su fuente: señala que Guerrero se integró al ejército de Morelos a principios de 1811, cuando este cura estuvo por Tixtla rumbo a Chilapa, lo que como sabemos ocurrió entre mayo y agosto de ese año. En la segunda versión hace hincapié en que aquel personaje comenzó su carrera militar como simple soldado a las órdenes de Galeana y alcanzó renombre en febrero de 1812 durante la toma de Izúcar.18 Conviene aclarar aquí que de acuerdo a los datos ofrecidos líneas atrás, más que la toma fue la defensa del lugar, pues estaba en poder de los insurgentes desde diciembre.

En cuanto a Raquel Huerta-Nava, en su novela (2007) menciona que Vicente Guerrero se integró al movimiento independentista entre el 10 y el 15 de diciembre de 1810, al unirse a las fuerzas de Morelos en el Regimiento de Guadalupe, mismo que bajo las órdenes de Galeana se preparaba para el asedio y toma del puerto de Acapulco. Sobre esta base añadió que el bautizo de sangre del tixtleco ocurrió el 4 de enero de 1811, en el enfrentamiento nocturno de El Veladero, aunque no conocería de manera personal a Morelos sino hasta el momento en que este jefe preparaba el avance sobre Tixtla y requería asesoramiento sobre las características de la población.19

Más recientemente, Eduardo Miranda Arrieta (2011) señala que este insurgente se incorporó a las fuerzas capitaneadas por Morelos en diciembre de 1810, pero en términos estrictos, no precisa si fue en calidad de primeros afanes o si ya contaba con algunos hechos de guerra. Agrega que los éxitos de Guerrero comenzaron a partir de la toma insurgente de Tixtla: a fines de mayo de 1811.20

Para acabar con estas referencias, Francisco Arzola Jaramillo sostiene (2011) que este prócer inició su gesta libertaria en 1810 en Tecpan, tras incorporarse al regimiento que levantaba Galeana.21 Nos da a entender con ello que el hecho debió haber ocurrido en algún momento de noviembre.

Después de esta somera revisión, no me resta sino añadir que es un paso previo a mi deseo de poner a la consideración y al conocimiento de los interesados un documento que aporta algunos datos novedosos sobre el tema de este texto, y en el que cada quien determinará si ayuda a esclarecer o a confundir más el asunto. Pero también contiene varias disposiciones dadas por el padre Miguel Hidalgo en torno a las campañas que se debían implementar en la región del Sur; en ellas determinaba, al parecer, el avance por dos puntos: al norte del río Balsas y por la costa. Esta última quedaba en manos de Morelos, aunque ambos sectores debían mantenerse en comunicación y apoyo permanentes.

Dicha fuente se preserva en el Archivo Parroquial de Teloloapan, Guerrero, en el apartado Documentos diversos. Correspondencia civil y judicial. Bandos, certificados, circulares, oficios y órdenes durante el virreinato. Caja 1, documento 37. Se trata de un informe escrito en la ciudad de México, el 17 de enero de 1811, en el anverso y el reverso de una foja. Su autor fue el teniente provincial del Tribunal de la Acordada del Real y Minas de Zacualpan y Provincia de Ixcateopan, quien le comunicó a uno de sus superiores22 los sucesos ocurridos desde el mes de noviembre de 1810 en el asiento de Teloloapan y sitios inmediatos (lo que actualmente se conoce como las zonas Norte y Tierra Caliente del estado de Guerrero). Ahora bien, conviene precisar que el documento presenta daños en los márgenes y en la parte central: en el primer caso sólo resultan afectadas dos o tres palabras, pero en el segundo falta la parte correspondiente al texto de la mitad izquierda de dos renglones, justo donde estaba doblada la misiva.

¿Mediante qué circunstancias llegó tal documento a la parroquia de Teloloapan? No lo sé con certeza, pero puedo suponer que si en realidad hubo un envío de dicho informe hacia determinada autoridad superior del Tribunal de la Acordada, el papel aquí citado es quizá una copia original que el mismo teniente José Julián Vásquez entregó al párroco Martín Diego de Soto, en el entendido de que además de mantener lazos de amistad, ambos personajes regresaron al poblado a fines de 1811. Es decir, cuando se estableció ahí de manera permanente uno de los cuarteles realistas, el mismo que seis años después llegaría a ser sede de la comandancia principal del Sur. En 1813 Vásquez estaba ya encargado de Tetela del Río, pero De Soto no salió más de su adscripción eclesiástica y murió ahí en la primera mitad de 1817. En esa casa cural quedaron todas sus pertenencias.23

José Julián Vásquez da a conocer a su superior que el 18 de noviembre de 1810 los cabecillas Manuel Vega y Francisco Hernández se habían apoderado de Teloloapan, tras soliviantar por órdenes directas de Miguel Hidalgo la jurisdicción de Tetela del Río y hacerse de un ejército de alrededor de 5000 elementos. De éstos 20 eran españoles y los demás indios y castas. Vega figuraba entre los primeros, mientras que Hernández era indio lobo nativo del Real de Tepantitlan.

De acuerdo con el informe, los insurrectos saquearon casas de europeos y americanos, se llevaron dinero, armas y caballos, aparte de buscar al cura párroco De Soto para castigarlo por pregonar en contra de las ideas libertarias. Pero no lo encontraron, ya que se escondió en una cueva hasta que pudo huir del lugar. Según datos localizados en el Archivo General de la Nación, el bachiller De Soto había sido antes cura titular de Acapetlahuaya, donde cobró fama por su carácter irascible y poco propenso al talento y la literatura.24 Llegó a Teloloapan a principios del XIX, pero tampoco logró mejorar su imagen.25

Por lo que toca a Vásquez, también huyó de Teloloapan, encaminándose al parecer hacia Taxco y después a la capital virreinal. Ahí escribió su misiva con el objetivo de solicitar anuencia y apoyo para emprender una campaña de control sobre las partidas rebeldes que asolaban los puntos susodichos. Refería que una vez tomada Teloloapan, los insurgentes se dedicaron a reclutar más partidarios, llegaron a sumar otros 14 000 que alistaron entre los vecinos de las provincias de Ixcateopan e Iguala.

No obstante, los insurrectos no establecieron guarnición o campamento en Teloloapan. Sabemos, por otras fuentes sitas en el Archivo General de la Nación, que volvieron a entrar a ese lugar el 18 de diciembre siguiente. Gracias al testimonio del teniente podemos precisar que esa aparente segunda estancia de los rebeldes no duró sino alrededor de tres semanas. Fueron derrotados el 5 de enero y perdieron un buen número de hombres. Pese a ello, siguieron en posesión de varios puntos aledaños, como la hacienda de Zacatlán y el mineral de Zacualpan, desde donde pretendían reagruparse para volver sobre en Teloloapan. Luego avanzarían rumbo a Cuernavaca y finalmente a la ciudad de México. Lograron ese plan, manteniendo aquel pueblo bajo su poder hasta agosto de 1811, si exceptuamos el periodo del 25 de marzo al 8 de abril, cuando retomaron el control los soldados del virrey.26

Para evitar que los levantiscos consolidaran sus planes, Vásquez pidió que se le permitiera volver a Teloloapan con los barreteros fieles a su servicio, más 50 comisarios del Tribunal y los cerca de doscientos hombres de valor, que se mostraban dispuestos a acompañarlo. Encargó también que se le dotara de una abundante provisión de pólvora para implementar diversos ataques sorpresivos, aprovechando lo complicado de los caminos. Añadió que bien surtido de provisiones de guerra y ayudado por el valor de sus hombres, no sólo cerraría el paso entre Zacualpan, Teloloapan y Cuernavaca, sino que también se internaría hasta la jurisdicción de Tetela. Tal es el escenario donde aparece Vicente Guerrero, al control de esa región, junto con Vicente Román, Joaquín Romero y un tal Barroso. Nuestro informante refiere que a estos últimos los conoce como cabecillas, encargados de mantener la comunicación entre Teclo Morelos, Manuel Vega y Francisco Hernández. Eran también ellos quienes les remitían los víveres necesarios para sus tropas, también proveían de caballos a Morelos.

Vázquez termina su texto pidiendo a su superior que tramite ante el virrey las órdenes pertinentes a fin de obtener todo lo necesario para el éxito de su campaña, tanto en pólvora como en nombramientos y órdenes para sus huestes, autoridades y vecinos de los pueblos de la región.

Lamentablemente no precisa si conocía el dato de las andanzas de Guerrero por Tetela del Río desde antes del 18 de noviembre o si bien, lo obtuvo posteriormente por informes militares o de sus allegados. Tengo para mí que la opción válida es la primera, ya que Vázquez asegura conocerlo como cabecilla y no se ampara en un "me informan" o "me dijeron".

Como sea, y sin importar las especulaciones, este documento nos demuestra dos cosas: la primera, que Guerrero inició sus afanes por la Independencia y sus hechos de armas quizá en octubre, como propuso Payno; la segunda, que la entrada militar del denominado héroe de Tixt-la no fue en lo absoluto secundaria, ya que desde un principio ocupó un cargo estratégico de trascendencia —mantener el control de una zona clave de la Tierra Caliente suriana, y apoyar las partidas rebeldes tanto de la parte norte del río Balsas como las de Morelos en la costa. En este trepidante comienzo debió ser fundamental el extraordinario conocimiento de la geografía del lugar, aparte del valor que caracterizaban a Guerrero. Asimismo, los lazos de amistad que fincó y fortaleció desde entonces, influyeron en el hecho de que en 1817 estableció en la región calentana su principal frente de lucha por la libertad contra España.

Finalmente, quede como probabilidad que la estancia de Vicente Guerrero como jefe en Tetela no se debió, como se ha supuesto, a alguna orden de Morelos o de Hermenegildo Galeana, puesto que también pudo quedarse ahí por disposición de Vega y de Hernández, quienes para inicios de noviembre ya habían reclutado en esos lares cerca de 5000 soldados. Esperemos que esto se pueda aclarar en el futuro.

Sin más, he aquí la transcripción del documento y su reproducción fotográfica. Los puntos suspensivos y los corchetes marcan las partes mutiladas:

El Teniente Provincial de este Tribunal en el Real y Minas de Zacualpan y provincia de Ixcateopan don José Julián Vásquez ante V. S. dice: que el día diez y ocho del último noviembre entró al pueblo de Teloloapan una partida de insurgentes compuesta de cerca de cinco mil hombres, veinte de ellos españoles, y los demás indios y castas al mando de don Manuel Vega y Francisco Hernández, el primero español, y el segundo indio lobo natural del Real de Tepantitlan, nombrados para la expedición por el cura don Miguel Hidalgo.= A su entrada saquearon varias casas de europeos y americanos llevándose junto con el dinero las mejores armas y caballos, y buscaron con la mayor vigilancia al cura bachiller don Martín Diego de Soto, porque supieron que muchos días antes exhortó a todo el pueblo desde el púlpito y en privadas conversaciones a mantenerse fiel contra la insurrección, haciéndole entender que no menos inicuos que falsos los pretextos con que el cura Hidalgo ha seducido a sus partidarios: y previendo el cura Soto el riesgo gravísimo que le amenazaba al saber que habían registrado la iglesia con los sombreros puestos delante del Divinísimo, se salió de su casa (que también registraron muy despacio y con la mayor vigilancia) y se escondió en una cueva profunda y muy oculta, al auxilio de su vicario bachiller don José Julián de Náxe-ra, en donde permaneció muchos días hasta que pudo salir para esta corte con motivo de que los insurgentes se retiraron de aquella comarca por haber perdido la segunda batalla que tuvieron con nuestras tropas el día cinco del corriente, en que murieron como ocho mil de ellos, fuera de otros muchos que huyeron y se extraviaron, como que a fuerza y amenazando con pena de la vida alistaron los comandantes de su ejército catorce mil y más de setecientos hombres vecinos de las provincias de Ixcateopan e Iguala, para engruesar el de cinco mil que reclu-taron en Tetela del Río.= Yo también [...] de venir a esta ciudad acompaña [...] [semeja]ntes rigores a los que vi que otros sufrieron; y no traigo otro objeto que presentarme a V. S. para proponerle el arbitrio que me parece más proporcionado para derrotar, o a lo menos debilitar el corto resto de insurgentes que han quedado en la Hacienda de Zacatlán tres leguas distante de Teloloapan, y en Zacualpan distante como diez y seis.= Es de temerse que reforzados en dicha Hacienda de Zacatlán quieran emprender su viaje para Cuernavaca como se sabe que lo intentan, y no tienen otro camino que el mismo de Zacualpan a Teloloapan, en cuyo tránsito pueden ser sorprendidos con mucha facilidad, poniendo en la cumbre de aquellos cerros un competente número de hombres a proporcionadas distancias, cuyo tiroteo no pueden evitar si no es desbarrancándose porque el camino está abierto a pico en la mitad de las faldas de aquellos cerros; y al mismo tiempo se pueden hacer varios barrenos de diez en diez, o de veinte en veinte varas bajo de una sola mecha: y por este medio me parece que es inevitable la total destrucción del ejército de los enemigos, siempre que intenten volver por Iguala a Cuernavaca con destino a esta capital, que fue el primer pensamiento que tuvieron, según publicaron ellos mismos cuando entraron en Teloloapan blasonando de que para esto les bastaban los catorce mil y más hombres.= La realización del arbitrio propuesto depende de abundante provisión de pólvora (pues tengo a mi disposición muchos barreteros fieles y de confianza) y no sé si la que había en Taxco quedaría libre del saqueo que allí hicieron. Tengo también a más de cincuenta comisarios de este Tribunal, otros muchísimos hombres que están prontos a acompañarme hasta en número de doscientos, todos armados, y de acreditado valor. Con éstos no sólo cerraré el paso para Teloloapan, sino que podré internarme hasta la jurisdicción de Tetela, en cuya raya permanecen Vicente Guerrero, Vicente Román, don Joaquín Romero, y un tal Barroso (a quienes conozco por cabecillas de aquella división) con el objeto de resguardar y man[...] la correspondencia del padre Morelos, con Hernández y Vega, y la remisión de cuantos víveres necesitan, tomando éstos de las haciendas del europeo don [. ..]lio de Uribe, a quien llevaron preso a Valladolid, y también las cabalgaduras que aquel padre les pide.= Resta, pues, que V.S. se sirva no sólo de amp[li]arme el título haciéndolo extensivo a otras diversas jurisdicciones, sino también darme la facultad de nombrar los comisarios que haya menester, o darme suficiente número de títulos para las personas que estoy pronto a individualizar, y algunos en blanco para darlos a los demás que los pidan, porque el reconocerse dependientes de este Tribunal es un poderoso aliciente que estimula a las empresas más arduas. Y por lo que toca a la provisión de la pólvora suplico a V.S. consulte al Excelentísimo Señor Virrey, para que su superioridad se sirva de mandar se me ministre sin costo alguno, la que yo calculare por suficiente; pidiéndole además me autorice dándome las órdenes oportunas para que tanto los jefes militares que andan por aquellos territorios, cuanto los justicias de éstos, los gobernadores de las Repúblicas y demás vecinos de los pueblos me presten todos los auxilios que yo les pida sin la menor excusa ni pretexto.

Dios guarde a V.S. muchos años. México a 17 de enero de 1811.

 

Notas

1 No incluyo a Lorenzo de Zavala, Vicente Rocafuerte ni Anastasio Zerecero, puesto que no aportan dato alguno sobre el periodo que trato, toda vez que hablan de la presencia de Guerrero para el momento de la consumación de la Independencia.

2 Mora, José María Luis, México y sus revoluciones, México, Porrúa, 3a edición, 1977, t. III, p. 297.         [ Links ]

3 De Bustamante, Carlos María, Cuadro histórico de la Revolución Mexicana de 1810, facsímil de la 2a edición publicada por J. Mariano Lara en 1843, corregida y muy aumentada por el propio autor, México, Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana, 1985, t. II, pp. 22-64.         [ Links ]

4 Alamán, Lucas, Historia de Méjico desde los primeros movimientos que prepararon su Independencia en el año de 1808, hasta la época presente, México, Jus, 1942, t. II, pp. 406 y 469.         [ Links ]

5 Alamán, Historia de Méjico, pp. 313-316.         [ Links ]

6 Este texto se ha publicado en varias ocasiones y de manera independiente al Diccionario. La cita corresponde al facsímil de la edición que preparó en 1875 Eduardo L. Gallo en la Imprenta de Cumplido. Lafragua, José María, Vicente Guerrero, ensayo biográfico, México, Gobierno del Estado de Guerrero-Miguel Ángel Porrúa, 1987, p. 13.         [ Links ]

7 Payno, Manuel, Compendio de la Historia de México, México, Imprenta de Francisco Díaz de León, 10a edición corregida y aumentada, 1891, p. 140.         [ Links ]

8 Rivera Cambas, Manuel, Los gobernantes de México, prólogo de Leonardo Pasquel, México, Citlaltépetl, 1962-1964, t. IV, pp. 131-132.         [ Links ]

9 Altamirano, Ignacio Manuel, "Morelos en El Veladero", Obras completas. II. Obras Históricas, México, Secretaría de Educación Pública, 1986, v. II, p. 171.         [ Links ]

10 Zárate, Julio, México a través de los siglos. La Guerra de Independencia, dirección de Vicente Riva Palacio, México, 1958, t. III, p. 268.         [ Links ]

11 Villaseñor, Alejandro, Biografías de los héroes y caudillos de la Independencia, México, Imprenta de El Tiempo, 1910, t. II, pp. 400-409.         [ Links ]

12 Mancisidor, José, Obras completas. Hidalgo, Morelos, Guerrero, trilogía histórica, Xalapa, Gobierno del estado de Veracruz, 1980, t. VI, pp. 413-414.         [ Links ]

13 Avilés, René, Vicente Guerrero, el insurgente ciudadano, México, Sociedad de Amigos del Libro Mexicano, 1957, pp. 9-12.         [ Links ]

14 Fentanes, Luis Ramírez, Guerrero, México, Estado Mayor Presidencial, 1958, pp. 33 y 361.         [ Links ]

15 I Vergés, José María Miquel, Diccionario de Insurgentes, México, Porrúa, 2a edición, 1980, p. 254.         [ Links ]

16 Chávez Guerrero, Herminio, Vicente Guerrero, el consumador, México, Cultura y Ciencia Política, 1971, pp. 29-32.         [ Links ]

17 Lemoine Villicaña, Ernesto, "Vicente Guerrero y la consumación de la Independencia", Revista de la Universidad de México, XXVI: 4, 1971, pp. 1-10.         [ Links ]

18 Martínez del Campo, Silvia, Grandes protagonistas de la Historia Mexicana. Vicente Guerrero, España, Planeta, 2002, (Colección dirigida por José Manuel Villalpando), pp. 41-44.         [ Links ]

19 Huerta-Nava, Raquel, El guerrero del alba. La vida de Vicente Guerrero, Grijalbo/ Fundación TV Azteca, 2007, pp. 31-39.         [ Links ]

20 Miranda Arrieta, Eduardo, "Vicente Guerrero en la naciente experiencia republicana", Jaime Salazar Adame, Independencia y Revolución en el estado de Guerrero, México, Consejo de la Crónica del Municipio de Chilpancingo de los Bravo-Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 2011, p. 268.         [ Links ]

21 Arzola Jaramillo, Francisco, "El guerrillero de la libertad desde el sur. El general Vicente Guerrero", Jaime Salazar Adame, Independencia y Revolución en el estado de Guerrero, México, Consejo de la Crónica del Municipio de Chilpancingo de los Bravo-Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 2011, p. 288.         [ Links ]

22 No al virrey, como se aclara, aunque es probable que el autor diera por hecho que aquél se enteraría del asunto, dado que le correspondía aprobar varias de las peticiones ahí contenidas.

23 Guzmán Urióstegui, Jesús, Archivo de la Parroquia de Santa María de la Asunción Teloloapan, Guerrero, México, Los Reyes, 2011.         [ Links ]

24 Archivo General de la Nación, ramo Historia, v. 578.         [ Links ]

25 Guzmán Urióstegui, Jesús, "Apuntes para una historia de la insurgencia en la Tierra Caliente de Guerrero, 1810-1821", Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México, 37, 2009, pp. 5-35.         [ Links ]

26 Guzmán Urióstegui, Jesús, "En las tablas del Teatro universal de mi patria". Teloloapan y la insurgencia suriana. 1810-1821, México, Ayuntamiento Municipal de Teloloapan, Guerrero, 2010, pp. 50-53.         [ Links ]

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