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Tla-melaua

versión On-line ISSN 2594-0716versión impresa ISSN 1870-6916

Tla-melaua vol.11 no.42 Puebla sep. 2017

 

Reseñas

Política urbana estratégica. Una necesidad en Iberoamérica

Maximiliano Gracia Hernández* 

Jesús Francisco Rodríguez Antonio** 

* Profesor investigador en El Colegio del Estado de Hidalgo, México. Correo electrónico: graciamaximiliano@hotmail.com

** Becario del Verano de investigación 2017. Programa Delfín, en El Colegio del Estado de Hidalgo, México. Correo electrónico: rodriguez.jesus.fco@hotmail.com

Moreno Velador, Octavio H. La quimera populista en América Latina. México: BUAP - Piso 15 Editores, 2017.


El libro Urbanización y política urbana en Iberoamérica ofrece una excelente explicación del proceso de desarrollo urbano de finales del siglo XX y principios del XXI. Permite conocer temas vinculados al crecimiento demográfico, la migración y la distribución poblacional en varios países iberoamericanos.

El autor divide el libro en dos apartados. En el primero se incluyen trabajos vinculados con la evolución de la urbanización en América Latina, política territorial, desarrollo económico, transporte y movilidad de las grandes ciudades. El segundo apartado incluye temas vinculados con la pobreza y la segregación en las grandes ciudades.

Con la década perdida de los años ochenta, las condiciones de vida y sus bases productivas se vieron afectadas por la crisis financiera, por el ajuste económico y por el cambio de estrategia de desarrollo económico. Bajo ese escenario, Jorge Rodríguez Vignoli, en el primer capítulo, afirma que la migración campo-ciudad provocó efectos sobre la urbanización. De acuerdo con el autor, existen censos que brindan diferentes conclusiones sobre cada uno de los efectos que provoca la migración campo-ciudad.

La primera conclusión es que la migración campo-ciudad aún persiste, de lo contrario la región no se urbanizaría; la segunda, que la migración es el motor de la urbanización, ya que sin los desplazamientos de la población campo-ciudad ésta se ruralizaría; la tercera, que la migración campo-ciudad tiene impactos cuantitativos sobre el crecimiento de la población urbana. El autor explica que la migración masiva del campo a la ciudad ha diversificado sus destinos, pese a las transformaciones de la estrategia de desarrollo de los últimos treinta años. Si bien la migración ayuda a la urbanización, también consideramos que una migración no controlada genera en las ciudades problemas de delincuencia, desempleo, carencias y calidad de vida precaria para aquellos que emigran sin las condiciones adecuadas.

En el tema denominado “Dinámica y distribución territorial de la población en México”, se afirma que la urbanización inició en México en los años ochenta. Antes de esos años, la población crecía rápido y se concentraba sólo en la Ciudad de México. El autor explica que desde la década de 1980 el ritmo poblacional empezó a decrecer y la concentración demográfica disminuyó en torno a dicha ciudad. Simultáneo a ese hecho, el país tuvo que cambiar de estrategia de crecimiento económico, debido a que el modelo de sustitución de importaciones se había agotado. La nueva estrategia se estructuró con base en las recomendaciones del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional.

Con base en Sedesol y Conapo, el autor menciona que entre los años 1980 y 2010, el sistema urbano del país pasó de 227 a 384 ciudades. La población urbana se duplicó de 36.7 millones a 81.2 millones de habitantes. Además, sorprende el dato comparativo cuando el autor señala que en 1980 el país tenía cuatro zonas metropolitanas con más de un millón de habitantes (Distrito Federal, Guadalajara, Monterrey y Puebla), las cuales acumulaban 30% de la población total y 46% de la urbana. Sin embargo, para el año 2010 se sumaron otras siete ciudades: Toluca, Tijuana, León, Ciudad Juárez, Torreón, Querétaro y San Luis Potosí.

México es considerado un país con altos niveles de urbanización, casi iguales a los alcanzados por los países desarrollados. La Ciudad de México es el principal centro económico del país, en segundo lugar se ubica Monterrey, y en tercero Guadalajara.

En el capítulo “Dinámicas económicas metropolitanas y regiones en México y los problemas de la política territorial, el autor cita a Sobrino al afirmar que la metropolización es un proceso de reestructuración de la urbanización, que se da como consecuencia de la localización y relocalización de las personas y las actividades económicas. Involucra la conformación de grandes ciudades cuyas dimensiones demográficas, económicas y funcionales trascienden sus límites político-administrativos.

El autor del capítulo realiza en el texto una comparación económica de las principales ciudades mexicanas. Argumenta que la Ciudad de México tiene la más alta generación de valor agregado. Sin embargo, presenta un menor porcentaje en personal ocupado. La segunda economía más potente es Monterrey, tiene mayor participación en el valor agregado, pero un menor porcentaje en personal ocupado. Guadalajara tiene una mayor participación en personal ocupado, pero tiene un menor porcentaje en el valor agregado.

Las zonas metropolitanas para el 2008 tenían grados de especialización laboral de acuerdo a su región. En el centro del país la especialización se basaba en los servicios financieros y corporativos; en el noroeste, noreste y el Altiplano se especializan principalmente en actividades manufactureras; en el occidente la especialización se basa en las actividades comerciales; y en el sur y el golfo y el sureste se especializan en los servicios de consumo inmediato. El autor ofrece un panorama amplio de la economía en las ciudades mexicanas.

Por su parte, Negrete afirma que, desde hace dos décadas, las expansiones de las grandes metrópolis de América Latina se alimentan de los movimientos internos de población. Los municipios más periféricos de las zonas metropolitanas tienen tasas más elevadas de crecimiento de población, mientras que una mayor parte del centro de la metrópoli pierde población.

Anteriormente la economía de las ciudades se basaba en la industria artesanal, la cual tenía una particularidad especial: el lugar de trabajo era la casa de los trabajadores. Esto permitía una estrecha proximidad entre el trabajo y las viviendas. Con el paso del tiempo, la industria moderna fue alejando cada vez más el lugar de trabajo del de residencia; por lo tanto, se tuvieron que implementar medios de transporte que permitieran a los trabajadores acudir a sus empleos.

El autor nos dice, con base en datos de la encuesta Origen Destino del 2007, que en la Ciudad de México se realizaban cerca de 22 millones de viajes diarios, de los cuales 58.4% se originaban en el Distrito Federal y 41.3% en el Estado de México; 83% tuvo como destino el Distrito Federal y 17% cruzaba al Estado de México. De esos viajes, 6.8 millones se realizaban en automóvil y 14.8 millones en transporte público.

Con base en una investigación de campo realizada por el autor, se puede observar que el transporte en el Estado de México presenta costos más elevados en comparación con el transporte del Distrito Federal; pero lo más preocupante es la situación de inseguridad tanto en el Estado de México como en el Distrito Federal, tanto que la Setravi firmó convenios con instituciones de seguridad pública federal, estatal y municipal para la protección de los ciudadanos.

En el tema “Ciudades, pobreza y segregación”, el autor cita a uno de los grandes expertos en pobreza, Julio Boltvinik, quien afirma que el derecho a una vida digna es fundamental.

En México, la pobreza se empezó a medir por el método de Medición Integrada de la Pobreza, propuesta por Julio Boltvinik. Gracias a la aprobación de la Ley General de Desarrollo Social, en 2003, el gobierno federal, a través de Coneval, presentó un método de medición multidimensional de la pobreza, el cual se aplicó en el 2008. Dicho programa consideró los factores que determinan las condiciones de vida de la población.

Para el autor del capítulo, los índices de segregación espacial permiten identificar los problemas en una localización de viviendas, en relación con las zonas de la ciudad con una mejor calidad de vida. Vivir en zonas alejadas del lugar del trabajo representa altos costos monetarios en transporte y comidas, pero además se deben consideran los costos no monetarios, como el tiempo de traslado y el estrés.

En el 2010, el Coneval estimó que 47.8% de la población urbana era pobre de ingreso. Determinó que 76.2% de las personas son consideradas con pobreza multidimensional y vulnerable. De acuerdo con el autor, la pobreza extrema en México se agudizó en el gobierno de Ernesto Zedillo, como resultado de la reducción de apoyos a los pobres de la ciudad. Uno de los programas que sufrió una disminución en su partida presupuestal fue Liconsa.

El autor considera dos variables de análisis. Señala que en los últimos treinta años ha crecido la pobreza, pero al mismo tiempo se ha elevado el nivel educativo. Lo anterior nos permite afirmar que, en ese escenario, la educación no es suficiente para salir de la pobreza.

En los años ochenta se realizaron investigaciones orientadas a analizar la evolución de la estructura socio-espacial, mediante una hipótesis que establecía como base los procesos de globalización económica, la cual mostraba dos tendencias: la primera era hacia la polarización de la estructura socio-ocupacional; la segunda, la dualización de la estructura socio-espacial.

En “La evolución reciente de la visión social del espacio residencial en la zona metropolitana de la Ciudad de México” se analizan los cambios recientes en la división social del espacio en la zona metropolitana de la Ciudad de México. Este análisis también lo llama jurisdicciones político-administrativas, lo cual permite tener una visión de la división social del espacio metropolitano y, además, permite observar la relación entre la permanencia o el cambio de dicha división y la movilidad residencial.

El autor hace uso de una herramienta para este análisis, la cual es una tipología que se basa en distinguir dos grandes niveles de centralidad correspondientes a las jurisdicciones que integran la ciudad central: las jurisdicciones pericentrales y las jurisdicciones periféricas. Para que sea una jurisdicción pericentral, se considera que éstas tengan importantes núcleos de concentración de actividades económicas, pero cuyos índices de centralidad sean menores a un tercio de las jurisdicciones que integran la ciudad central.

Las jurisdicciones periféricas se caracterizan por albergar a la vez áreas de urbanización y áreas destinadas a vivienda de nivel medio-alto y alto. Con base en este análisis, el autor presenta una discusión de los procesos que explican la permanencia o los cambios de la división social del espacio metropolitano y la segregación urbana. Estos temas dan pie a enriquecer la discusión generada en ese tópico.

En el último tema de esta obra se afirma que el término innovación surgió en las ciencias económicas a mediados del siglo XX y fue creado por el economista austro-estadounidense Joseph Schumpeter. A partir de los aportes de Schumpeter, la innovación se plasmó en producto o proceso, radical o incremental, tecnológica u organizacional y administrativa. Existen modelos territoriales de innovación que incluían los conceptos de distrito industrial, clúster, sistema regional de innovación, medio innovador o regiones de aprendizaje. Cada uno de los conceptos explica por qué los espacios geográficos delimitados crean condiciones para las actividades innovadoras.

También ha surgido el territorio innovador como un nuevo concepto propuesto por la nueva geografía económica. El autor afirma que los territorios innovadores son aquellos donde se mezclan las dinámicas de aprendizaje empresarial y socioinstitucional con dinámicas de redes empresariales y socioinstitucionales, para el aprovechamiento de los recursos naturales, humanos e institucionales.

México cuenta con dos condiciones de desarrollo económico contrastante. Por un lado, se han construido ciudades o áreas industriales donde se ubican empresas innovadoras, tecnologías digitales y concentración de información; por otro, se encuentran extensas regiones donde las actividades empresariales tienen conexión terrestre, telefónica, y redes de información pero de baja calidad. Por tanto, hace falta más inversión en infraestructura.

Sin duda alguna esta obra cumple con el objetivo de la coordinadora: incluir trabajos de alta calidad vinculados con investigaciones acerca de temas territoriales, sociales y ambientales, en relación con el proceso de urbanización desde finales del siglo XX en Iberoamérica.

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