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Península

versión impresa ISSN 1870-5766

Península vol.14 no.1 Mérida ene./jun. 2019

 

Reseñas

Gabriela Vargas-Cetina. Beautiful Politics of Music. Trova in Yucatan, Mexico

Cristina Puga* 

Vargas-Cetina, Gabriela. Beautiful Politics of Music. Trova in Yucatan, Mexico. Alabama: The University of Alabama Press, 2017. 216p.


En 2011 o 2012, coincidí con Gabriela Vargas Cetina, de la Universidad Autónoma de Yucatán, y Valentina Torres Septién, de la Universidad Iberoamericana, en un pequeño comité de evaluación de proyectos de UC Mexus. El trabajo fue intenso, pero nos dio suficiente tiempo para disfrutar del buen clima de Riverside, California, donde está la sede universitaria que aloja la oficina de Mexus, para caminar las dos o tres calles dignas de ser recorridas en la pequeña población y para platicar mucho a la hora de la cena. En esas conversaciones, Gabriela y yo reconocimos un tema común de interés académico: el de las asociaciones. Yo ya coordinaba un proyecto sobre el tema y Gaby, que había hecho investigación antropológica sobre el mismo, estaba trabajando un libro sobre la acción de las asociaciones musicales en Yucatán. Un año más adelante, en la Ciudad de México continuamos discutiendo el tema. De hecho, en un texto mío publicado en 2012, ya hago referencia a lo que ella me platicó entonces sobre la asociatividad musical en su estado.

A mi llegada a Mérida en estancia sabática, Gabriela me obsequió su libro, para entonces terminado: Beautiful Politics of Music. He encontrado en él muchas ideas que entonces estaban en germen y que con determinación fueron explotadas, documentadas y argumentadas teóricamente por la autora. El libro reconstruye un movimiento de características peculiares y desarrolla un acercamiento original al proceso de defensa de una causa social. En mi caso, desde el primer momento, el texto me proporcionó adicionalmente una puerta de entrada a la vida yucateca, algo que un visitante estima particularmente cuando le permite comprender mejor la sociedad en la que va a vivir, aunque sea por unos cuantos meses.

En efecto, al estar su trabajo hecho para un público amplio, escrito en inglés y publicado por la Universidad de Alabama, Gabriela ha dedicado un generoso espacio a explicar la singularidad de Yucatán -una singularidad que yo misma había empezado a advertir- y de la vida social y cultural en la península. Su interpretación recupera a numerosos autores sobre el tema y resume los efectos, en esa cultura y particularidad yucatecas, de su historia colonial y postcolonial -incluida la Guerra de Castas-, el clima, la diversidad étnica, su relación con Europa y con los países caribeños, y de los encuentros y desencuentros con el gobierno nacional. Con certeza puedo decir que más allá del tema de la trova, el libro de Gabriela constituye una muy interesante síntesis sobre la construcción y consolida ción de una cultura local en el más amplio sentido antropológico.

Además de esta primera línea de lectura de carácter informativo, Beautiful Politics of Music tiene al menos otras dos bien entreveradas: la subjetiva, que incluye la propia experiencia de Gabriela como música, como parte de una familia de músicos y como defensora de la trova yucateca, y la académica, en dos vertientes: el preciso reporte de corte etnográfico en que cada paso ha sido anotado y rescatado del cuaderno de campo, y el análisis más arraigado en diversas teorías. Aquí debo decir que Gabriela hace uso de una extensísima bibliografía y de un abanico conceptual sugerente y pertinente para el tema. Su concepto clave es, desde luego, el de la política "bella", que usa para referirse al interés artístico de quienes la utilizan, pero principalmente a los métodos no confrontativos de su puesta en marcha. Echa mano de muchos otros conceptos e interpretaciones, pero considero que lo que permea el conjunto de la obra es la idea de la red como entramado de relaciones que no solamente facilitan la comunicación y la convergencia de ideas y valores, sino principalmente el aprovechamiento de los vínculos útiles que hacen posible la solución de los conflictos.

Resumo brevemente. Gabriela narra el proceso de creación y movilización de un conglomerado de músicos, aficionados, contertulios e intérpretes, todos ellos defensores a ultranza de un género sin fronteras musicales ni temporales precisas pero que tiene que ver con esos ritmos entre tropicales y sentimentales de la península: la trova. Es éste, tal vez, un género que hoy -en tiempos de emancipación femenina, de denuncia del machismo extremo y hasta del romanticismo exagerado que identifica al sexo femenino por su belleza, delica deza y fragilidad- solamente sobrevive porque contiene un dejo de nostalgia de tiempos idos, y porque está en las raíces culturales de una sociedad que la autora descubre capaz de cohesionarse en torno a la música. En efecto, cuando esa música y esa composición poética peculiar que integran a la trova se perciben amenazadas por acciones del gobierno local, se produce una larga cadena de acciones para defenderlas, que es la historia que se cuenta en este libro. Para ello, la autora relata a la vez su propio involucramiento en la imaginativa batalla y la liga con las trayectorias y razones de todos los que en ella participan, En términos sociológicos, podría decirse que la crónica de Gabriela Vargas encuentra en la música vernácula un elemento importante del capital social de Yucatán.

En su reflexión, Vargas descubre las etapas de un proceso de negociación política que, asegura, se ha utilizado más de una vez en la experiencia social yucateca con buenos resultados:

El primer paso, al enfrentar lo que se percibe como una injusticia, es aprovechar los talentos y actuaciones del grupo al que se le están negando recursos o que está siendo tratado injustamente. Las organizaciones locales y sus conexiones fuera de Yucatán son en este caso fundamentales porque van a ser las que procuren financiamiento y oportunidades para exhibir aquello que está siendo amenazado -en este caso la música-. El segundo paso es recuperar el juicio objetivo de actores locales y externos que pueden apreciar y recomendar el valor del objeto defendido y de la gente relacionada con el mismo, al mismo tiempo que se documentan ampliamente reseñas y reportes favorables. El tercer paso es entonces el de dar publicidad a reseñas positivas, premios y signos de reconocimiento tanto en la prensa como en actos públicos. El paso final es entonces, el del acercamiento con los funcionarios del gobierno o con el grupo que hubiera sido señalado como objetivo de la campaña, para solicitar recursos y reconocimiento. De ello se espera un resultado exitoso (p. 53).

En efecto, en el proceso documentado por la autora no hay manifestaciones callejeras, bloqueo de calles ni ataques en contra de personajes políticos. Hay sí, un movimiento social que se lleva a cabo, como ya dije arriba, con métodos no confrontativos y que incluye en cambio, el uso de un amplio repertorio de aquellos recursos que autores como Tilly y Alexander han denominado "performativos", es decir, de "puesta en escena", y que tienen mucho que ver en el desarrollo de un movimiento (de hecho la propia autora considera que al ser ella misma parte de los grupos musicales que intervinieron en el proceso, su investigación tiene un aspecto "performativo"). En este caso, el éxito de esa dinámica performativa, alcanza su máxima expresión cuando uno de los grupos de intérpretes de la "trova" es invitado a participar en el Festival Cervantino. La trova se vuelve espectáculo nacional. Después de eso, las demandas del movimiento son atendidas por los gobiernos de Mérida y de Yucatán.

El otro elemento explicativo que Gabriela aporta es el de la sociedad civil organizada a la que hace referencia en las últimas líneas del libro, cuando cita la reflexión de un viejo colega acerca de que en Yucatán las asociaciones son casi "como el aire que se respira". Quienes estudian hoy la sociedad civil -o lo que Jeffrey Alexander llama la esfera civil-, reconocen que la forma más tangible de apreciar su impacto es su expresión organizada, la asociación voluntaria. Diversas en tamaño, organización, formas de actuar y principalmente, en intereses no siempre coincidentes y muchas veces francamente opuestos, las asociaciones expresan hoy la enorme pluralidad de una sociedad que se preocupa de muchas más cosas que los intereses económicos que explicaron en el comienzo del siglo XX la creación de los sindicatos y otras agrupaciones gremiales. Medio ambiente, protección a los animales, diversidad sexual, atención a padecimientos crónicos, feminismo, corrupción y transparencia, violencia y seguridad, problemas vecinales. Su existencia facilita la participación y la posibilidad de incidencia, es decir, de incluir demandas en la agenda de los gobiernos.

En el caso de Yucatán, quienes han estudiado el fenómeno calculan entre 800 y 2000 asociaciones activas en el estado, mientras que organismos como INDESOL han dado testimonio de la eficacia y transparencia de las propias organizaciones en atención a problemas sociales y manejo de recursos.1 Gabriela Vargas encuentra una rica tradición asociativa que, desde el siglo XIX se expresa no sólo en entidades formales, sino en una multitud de reuniones informales, grupos musicales, veladas artísticas y noches de bohemia. Para el caso estudiado, esta tradición facilita la convocatoria, garantiza la permanencia de la acción y conduce al resultado favorable.

Otro elemento presente en el libro, aunque no abordado explícitamente por la autora, es el de la confianza de la sociedad civil yucateca en una élite amplia (funcionarios, empresarios, intelectuales, artistas, periódico local), que independientemente de su militancia partidaria, en un estado en el que la alternancia se ha vuelto práctica regular, ha tenido la capacidad de pelear luchas locales frente al gobierno federal, de otorgar respuesta a demandas sociales y de lograr consensos aceptables alrededor de temas difíciles. Este rasgo de la sociedad yucateca, probablemente definitorio de la posibilidad de llevar a cabo exitosamente esa política no confrontativa, merece explorarse con mayor detalle.

En suma, Beautiful Politics of Music es un libro interesante, divertido, erudito, informativo (la cantidad de información es casi abrumadora) y muy honesto. Un libro relativamente pequeño, pero denso en ideas y datos comprobados, en el cual la autora se incluye como sujeto y objeto de la investigación, lo cual es siempre arriesgado, pero, en este caso Gabriela logra la necesaria objetividad y credibilidad porque no esconde afectos, preferencias e inclinaciones. Al final se queda uno con el buen sabor de boca de haber disfrutado de una historia verdadera que termina bien (cosa muy rara en las historias verdaderas), y que tiene posibilidades de continuidad hacia el futuro, junto con una interpretación inteligente que, sin duda, puede servir para explicar muchos otros aspectos de la vida en la península.

1 i.e. Reuniones de INDESOL con osc yucatecas en 2016 y 2017; http://www.yucatan.gob.mx/saladeprensa/ver_nota.php?id=201336, https://www.gob.mx/indesol/prensa/otorgan-recursos-del-pcs-a-osc-de-yucatan?idiom=es. Sobre cifras y actuación, véase Rodolfo Canto, María Teresa Munguía y Margarita Zarco, "Organizaciones de la sociedad civil, gobierno y políticas públicas. El caso de Yucatán" (de próxima publicación).

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